Al
atardecer, Jaejoong estaba muy cansado. Sólo esforzándose al máximo había sido
capaz de terminar de limpiar la caravana, de ducharse, de preparar algo de comer
y de llegar al vagón rojo a tiempo de atender la taquilla. Se habría demorado
mucho más si Yunho no hubiera limpiado los restos de tarta la noche anterior.
Dado que había sido él el que la había tirado, había sido una sorpresa que lo
ayudara.
Era
sábado y escuchó sin querer las breves conversaciones que mantenían los
trabajadores que se acercaban a recoger los sobres de su paga. Yunho le había
contado que algunos de los trabajadores que montaban las carpas y trasladaban
el equipo eran alcohólicos y drogadictos, pero que los sueldos bajos y las
malas condiciones no atraían a empleados más estables. Algunos llevaban años
trabajando en el circo sólo porque no tenían otra parte donde ir. Otros eran
aventureros atraídos por el encanto del mundo circense, pero generalmente nadie
duraba mucho tiempo allí.
Yunho
alzó la mirada del escritorio cuando Jaejoong entró en la caravana; en su
cara se había dibujado lo que él comenzaba a pensar que era un ceño
perpetuo.
—Las
cuentas de ayer no cuadran.
Había
sido muy cuidadoso al dar el cambio y estaba seguro de no haber cometido ningún
error. Acercándose por detrás, miró las hojas pulcramente escritas.
—¿Dónde?
Yunho
señaló el libro de ingresos que había encima del escritorio. —He cotejado los
números de las entradas con los recibos. Y no coinciden.
Tardó
sólo un momento en darse cuenta de qué era lo que pasaba.
—No
coinciden porque regalé algunas entradas de cortesía. Fueron como una
docena.
—¿Entradas
de cortesía?
—Para
las familias pobres, Yunho.
—¿Decidiste
ser caritativo?
—No
podía aceptar ese dinero.
—Sí
podías, Jaejoong. Y de ahora en adelante lo harás. En casi todos los pueblos,
el circo es patrocinado por una organización local. Ellos dan pases especiales,
y también los doy yo si se da el caso. Pero tú no, ¿entendido?
—Pero...
—¿Entendido?
Jaejoong
asintió con la cabeza. —Bien. Si piensas que alguien merece un pase, me lo
dices y yo me ocuparé de ello.
—De
acuerdo.
Yunho
se puso en pie y frunció el ceño. —Hoy vuelve Sully. Le diré que te busque
un maillot para la función. Cuando ella pueda atenderte, enviaré a alguien para
que se ocupe de la taquilla.
—Pero
yo no soy artista.
—Esto
es el circo, cara de ángel. Todo el mundo es artista.
La
curiosidad que sentía por la misteriosa Sully hizo que ignorase la mueca de Yunho. —Brady
me dijo que Sully fue una famosa trapecista.
—Es
la última de los Cardoza. Su familia era al trapecio lo que los Wallenda a la
cuerda floja.
—¿Por
qué dejó de actuar?
—Podría
volver a hacerlo. Sheba sólo tiene treinta y nueve años y se mantiene en muy
buena forma, pero dejó de ser la mejor y se retiró.
—Parece
que se lo tomó en serio.
—Muy
en serio. Mantente tan apartado de su camino como te sea posible. —Yunho se
dirigió a la puerta. —Recuerda lo que te he dicho sobre la caja del dinero. No
la pierdas de vista.
—De
acuerdo.
Con
una brusca inclinación de cabeza, Yunho desapareció.
Jaejoong
se encargó de la venta de entradas sin problemas. El flujo de gente cesó en
cuanto empezó la función, y él se sentó en las escaleras de la caravana para
disfrutar de la brisa nocturna.
Miró
la casa de fieras y recordó que Sinjun, el tigre, estaba allí dentro. Ese mismo
día, mientras trataba de quitar las peores manchas de la alfombra, había
pensado en él, tal vez porque pensar en el tigre era mucho más sencillo que
pensaren Yunho. Sentía un inquietante deseo de echar otro vistazo al feroz
animal, pero desde una distancia segura.
Un
Cadillac antiguo entró en el recinto acompañado de una estela de polvo. De él
se apeó una mujer de aspecto exótico con una brillante melena rojiza. Vestía un
top ceñido y una falda tipo sarong con una abertura que revelaba unas largas
piernas y unas sandalias de pedrería. Grandes aros dorados brillaban bajo la
tenue luz entre el pelo despeinado y un par de brazaletes a juego le adornaban
las delgadas muñecas.
Mientras
la mujer se dirigía hacia la entrada del circo, Jaejoong vislumbró su cara:
piel pálida, rasgos bien definidos y boca voluptuosa enfatizada con un lápiz de
labios color carmín. Aquella mujer mostraba tal seguridad en sí misma que era
imposible que fuera una visita y Jaejoong supo que sólo podía tratarse de Sully
Quest.
Un
cliente se acercó a comprar entradas para la segunda función. Jaejoong charló
con él unos minutos y, cuando se fue, Sully había desaparecido. Tan pronto como
despachó a todos los que acudieron a la taquilla, Jaejoong comenzó a curiosear
el contenido de un sobre lleno de recortes de viejos periódicos locales.
El
número de Yunho con el látigo era mencionado en varios artículos fechados dos
años antes y no se volvía a mencionar hasta hacía un mes. Él sabía que los
circos cambiaban las actuaciones y que los artistas iban de un lugar a otro, lo
que hizo que se preguntara dónde habría actuado Yunho en la época en que no
viajaba con el circo de los Hermanos Quest.
Cuando
acabó la primera función apareció uno de los trabajadores, un hombrecillo viejo
y marchito con un lunar en una mejilla.
—Soy
Pete. Yunho me ha enviado para que me encargue de la taquilla. Tienes que
volver a la caravana para probarte un maillot.
Jaejoong
le dio las gracias y se dirigió a la caravana. Cuando entró, se quedó
sorprendido al ver a Sully Quest delante del fregadero lavando los platos del
almuerzo rápido que Yunho y Jaejoong habían tomado unas horas antes.
—No
tienes por qué fregar eso.
Sully
se volvió y se encogió de hombros. —No me gusta esperar sin hacer
nada.
Jaejoong
se sintió doblemente insultado: primero por no tener la cocina limpia y luego
por la tardanza. No añadiría a esos pecados ser maleducado.
—¿Te
gustaría tomar una taza de té?¿o quizás un refresco...?
—No.
—La mujer cogió un trapo y se secó las manos. —Soy Sully Quest, pero supongo
que ya lo sabes.
Al
verla más de cerca, Jaejoong fue consciente de que la dueña del circo llevaba
un maquillaje más llamativo del que una mujer normal hubiera elegido. No es que
no le quedara bien, pero combinado con aquella ropa colorida y algo provocativa
junto con aquellos extravagantes complementos, resultaba evidente que sus
patrones de belleza habían sido influenciados por la vida en el circo.
—Soy
Kim Jaejoong. O más bien Jung Jaejoong. Todavía no me he acostumbrado al
cambio.
Una
profunda emoción cruzó por el rostro de Sully. Una profunda repulsión combinada
con una hostilidad casi palpable. Al momento, Jaejoong supo que Sully Quest no
sería su amiga.
Se
obligó a permanecer inmóvil bajo el frío escrutinio de Sully. —A Yunho le
gusta comer bien. Apenas tienes nada en la nevera.
—Lo
sé. Aún no me he organizado. —No tuvo valor de señalarle a Sully que no estaba
bien andar fisgoneando.
—Le
gustan los espaguetis y la lasaña, y le encanta la comida japonesa. Pero no
malgastes el tiempo haciéndole postres. No le gustan los dulces, salvo en el
desayuno.
—Gracias
por decírmelo. — Jaejoong notó que se le volvía el estómago. Sully pasó la mano
por el desconchado mostrador. —Este lugar es horrible. Yunho inició la gira en
una caravana nueva, pero se deshizo de ella la semana pasada y comenzó a
utilizar ésta aunque me ofrecí a conseguirle algo mejor.
Jaejoong
no pudo ocultar la tristeza que lo embargó. ¿Por qué había insistido Yunho en
vivir en un sitio así si no tenía por qué hacerlo?
—Pienso
arreglarlo —dijo él, aunque la idea no se le había pasado por la cabeza hasta
ese momento.
—La
mayoría de los hombres quieren que su esposo disfrute de todas las comodidades
posibles. Me sorprende que Yunho rechazara mi oferta.
—Seguro
que tenía sus razones.
Sully
examinó la pequeña figura de Jaejoong. —No tienes ni idea de cómo
manejarlo, ¿verdad?
Sully
parecía dispuesta a pelear como el perro y el gato, pero Jaejoong sabía quién
de los dos saldría perdiendo, así que señaló los dos maillots de lentejuelas
que había en el respaldo de la silla.
—¿Son
esos maillots los que tengo que probarme?
Sully
asintió con la cabeza.
Jaejoong
cogió el de arriba y se dio cuenta de que no era más que un trozo de tela azul
marino bordado con lentejuelas.
—Tengo
la sensación de que me cubrirá muy poco.
—Ésa
es la idea. Esto es el circo. El público espera ver una buena porción de
piel.
—¿Y
tiene que ser de la mía?
—No
estás gordo. No veo el problema.
—No
tengo precisamente un cuerpo diez. Jamás ha hecho deporte.
—Es
cuestión de tener un poco de disciplina.
—Sí,
bueno, ahora que lo dices, tampoco sé qué es eso.
Sully
lo observó con aire crítico, esperando evidentemente que el esposo de Jung Yunho
enderezara la espalda. Pero después de haber vivido con su madre, Jaejoong
sabía cuándo no debía chocar con una experta en discusiones. La sinceridad era
la única defensa contra los expertos en malicia.
Entró
en el cuarto de baño y se quitó toda la ropa menos el bóxer, pero cuando se
puso aquella prenda diminuta se dio cuenta de que el corte de la pierna era tan
alto que se veían. Volvió a desnudarse y empezó de nuevo.
Cuando
acabó, se miró en el espejo y se sintió como un prostituto. Dos tiras
verticales con lentejuelas de color azul le cubrían los pezones, y otra tira
horizontal más ancha las cruzaba. El cuerpo del maillot no era más que un fino
velo de red plateada. Sully ni siquiera había incluido unas mallas.
—Creo
que no puedo salir con esto —exclamó a través de la puerta.
—A
ver...
Jaejoong
salió. —Es demasiado... —sus palabras quedaron interrumpidas cuando vio a
Yunho delante del fregadero vestido de coreano. Quiso volver corriendo al baño
y, si Sully no hubiera estado allí, lo hubiera hecho. ¿Por qué tenía que
aparecer cuando estaba vestido de esa manera?
—Acércate
para que podamos verte —dijo él.
Jaejoong
dio un paso adelante de mala gana. Sully se puso al lado de Yunho. Los dos se
quedaron en silencio y Jaejoong tuvo la sensación de ser un intruso.
Yunho
no dijo nada, pero lo escrutó de tal manera que él se sintió desnudo.
—Date
la vuelta —ordenó Sully.
Jaejoong
se sentía como un prostituto expuesto ante un cliente por la madame de turno. Aunque
el espejo del cuarto de baño era muy pequeño, sabía de sobra como le quedaba el
maillot por detrás y se hacía una buen idea de lo que ellos estaban viendo: dos
nalgas redondas, desnudas salvo en el lugar donde se unían y que estaba
cubierto por un trozo de tela. Ruborizado se dio la vuelta de nuevo.
—Es
un espectáculo para familias —dijo Yunho. —No quiero que salga así.
Sully
se acercó a él y comenzó a desatar el traje.
—Tienes
razón. No tiene atributos suficientes. Fuera. — Jaejoong sintió las manos de la
mujer en el cuello. —Veamos si el otro te queda mejor.
Sully
abrió el maillot sin avisar y se lo bajó, dejando a Jaejoong desnudo hasta la
cintura. Con una exclamación ahogada, Jaejoong agarró el charco de lentejuelas
y la red que se le habían deslizado hasta el vientre, pero tenía los dedos
torpes y fue como intentar atrapar aire. Miró a Yunho.
Él
estaba apoyado contra el fregadero, con los tobillos cruzados y las manos
apoyadas en el mostrador que tenía detrás. Jaejoong le suplicó en silencio que
apartara la vista, pero él no dejó de mirarlo fijamente.
—Por
Dios, Jaejoong, te sonrojas como un virgen. —Los labios de Sully se curvaron en
una sonrisa. —Me sorprende que te acuestes con Yunho y aún recuerdes cómo
sonrojarte.
Las
joyas brillaron en el cinturón de Yunho cuando éste dio un paso adelante. —Ya
basta, Sully. Déjalo en paz. -Sully se dio la vuelta para coger el otro
maillot. Yunho se interpuso entre los dos, casi como si quisiera ocultar la
desnudez de Jaejoong, lo que era ridículo, pues era de él de quien Jaejoong
quería esconderse.
—Dámelo.
—Las mangas flojas de la camisa blanca ondearon cuando arrancó el maillot de
lentejuelas rojas de las manos de Sully. Lo miró y se lo dio a Jaejoong. —Éste
está mejor. Mira a ver si te sirve.
Él
cogió el maillot y entró corriendo en el cuarto de baño. Cuando hubo cerrado la
puerta, se apoyó contra ella e intentó respirar con normalidad, pero le
palpitaba el corazón y le ardía la piel. «Te
has criado con una madre que tomaba el sol desnuda. Esto no es para tanto.»
Quizá no, pero le molestaba.
Finalmente
se puso el maillot, y vio con alivio que lo cubría algo más que el otro. Las
lentejuelas rojas, en forma de lengua de fuego, trepaban desde la entrepierna
hasta el pecho, donde se pegaban a sus pezones de manera irregular y dentada.
Las aberturas de la pierna llegaban casi hasta la cintura, mostrando una buena
porción de piel. Abrió la puerta y salió a regañadientes del baño. Al menos le
cubría la cintura.
Sólo
estaba Yunho, apoyado en el borde de la mesa con la cadera. Jaejoong tragó
saliva.
—¿Dónde
está Sully?
—Tenía
que hablar con Jack. Date la vuelta.
Jaejoong
se mordisqueó el labio inferior y no se movió. —Fueron amantes,
¿verdad?
—Ahora
ya no. De cualquier manera es algo que no te incumbe.
—Parece
que todavía le importa.
—Sully
me odia.
A
pesar de todo lo que Yunho decía del orgullo, no había lo que era el honor o
nunca se habría dejado comprar por su padre. Pero Jaejoong tenía que saber una
cosa.
—¿Estaba
casada con Owen Quest cuando estabas liado con ella?
—No.
Ahora deja de cotillear y deja que te vea por detrás.
—Querer
saber más cosas de ti no es cotillear. Por ejemplo, he estado mirando unos
recortes viejos de periódico y he observado que no hiciste la gira con el circo
de los Hermanos Quest el año pasado. ¿Por qué?
—¿Qué
más da?
—Me
gustaría saberlo.
—Eso
no es asunto tuyo.
Yunho
era la persona más reservada que Jaejoong hubiera conocido en su vida y
sabía que no le sacaría nada más.
—No
me gusta este maillot. No me gusta ninguno de los dos. Me siento vulgar.
—Pareces
un artista. —Dado que él no se dio la vuelta como Yunho le había pedido, Yunho
se puso a su espalda. El joven odió verse expuesto de esa manera y se apartó al
sentir que él le tocaba el hombro.
—Quédate
quieto —Yunho le agarró la cintura con la otra mano. —Éste no podrá ser
criticado ni por los más conservadores.
—Enseña
demasiado.
—No
es para tanto. Las mujeres llevan puestos maillots más pequeños y no les quedan
tan bien como te queda a ti éste.
Yunho
se había acercado tanto que los pezones de Jaejoong rozaron contra la suave
tela de su camisa cuando se volvió hacia él. El joven se estremeció.
—¿De
verdad crees que me queda bien?
—¿Buscas
un cumplido?
Jaejoong
asintió con la cabeza, sintiendo que se le debilitaban las rodillas.
Él
bajó la mano que había colocado en la cintura del joven, deslizándola por el
borde inferior del maillot y ahuecándole las nalgas.
—Considérate
elogiado. —La voz de Yunho contenía una nota áspera.
Unas
llamaradas ardientes recorrieron a Jaejoong de los pies a la cabeza. Se apartó
un poco; no porque quisiera escabullirse, sino porque deseaba demasiado
quedarse donde estaba.
—No
nos conocemos.
Sin
apartar la mano de donde estaba, Yunho inclinó la cabeza y le acarició el
cuello con la nariz, calentándole la piel con el susurro de su aliento en la
oreja.
—Estamos
casados. Con eso basta.
—Sólo
es un acuerdo legal.
Él
se echó hacia atrás y Jaejoong pudo ver brillar sus ojos.
—Creo
que es el mejor momento para hacer oficial nuestro acuerdo, ¿no crees?
A Jaejoong
se le aceleró el corazón y supo que no podía haberse escapado aunque hubiera
querido. Levantó la mirada y sintió como si todo se hubiera desvanecido y no
existiera nada más que ellos dos.
La
boca de Yunho le pareció extrañamente tierna a pesar de su gesto duro. Él abrió
los labios y cubrió los de Jaejoong con suavidad. Al mismo tiempo, le apretó
las nalgas y lo estrechó aún más contra su cuerpo. Lo sintió grande y pesado
contra él. Cuando Yunho amoldó la boca a la suya, Jaejoong experimentó un
momento de asombro. Los labios de su marido eran tiernos y suaves en contraste
con el resto de su persona.
Jaejoong
le ofreció la boca dado que no podía hacer otra cosa. Él le acarició el labio
inferior y le rozó la punta de la lengua con la suya. La sensación lo hizo
sentirse ligeramente mareado y rodeó la cintura de Yunho con los brazos,
sintiendo la sedosa tela de la camisa bajo los dedos; luego le deslizó las
palmas por las nalgas. Él gimió contra su boca.
—Dios
mío, te deseo —dijo, y acto seguido su lengua descendió en picado sobre la de
él.
El
beso se hizo salvaje. Yunho lo alzó contra él y lo empujó hacia atrás,
subiéndolo a la encimera. Jaejoong se aferró a su espalda para no perder el
equilibrio. Yunho se colocó entre sus piernas y las joyas del cinturón se
clavaron en el interior de los muslos de Jaejoong.
Sus
lenguas se acariciaron. El suave gemido de Jaejoong resonó como un eco en la
cálida boca de Yunho. Jaejoong sintió las manos de Yunho en la nuca. Él se
apartó para bajarle el maillot hasta la cintura.
—Eres
precioso —gimió, mirándolo. Le rozó los pezones con los pulgares, provocando
ramalazos de placer en el cuerpo de Jaejoong. Comenzó a besarlo de nuevo
mientras jugueteaba con ellos. Él se agarró a los brazos de Yunho y sintió la
poderosa fuerza de él a través de las mangas ondulantes.
Yunho
abandonó los pezones de Jaejoong y le recorrió la parte trasera de los muslos
hasta las nalgas desnudas. Era demasiado para él. El roce de las joyas del
cinturón en los muslos... la suave caricia de sus manos...
—¡Cinco
minutos para la función! —Alguien golpeó con fuerza la puerta de la caravana. —¡Cinco minutos, Yunho!
Jaejoong
se bajó de un salto del mostrador como un adolescente culpable y, dándole la
espalda, se subió el maillot con nerviosismo. Se sentía ardiente, agitado y...
terriblemente irritado. ¿Cómo podía estar tan ansioso por entregarse a un
hombre que casi nunca le decía una palabra amable? ¿Un hombre que no respetaba
los votos que hacía?
Salió
disparado hacia el cuarto de baño, pero se detuvo al oír la voz suave y ronca
de Yunho.
—No
te molestes en preparar el sofá esta noche, cara de ángel. Dormiremos juntos.
Jaejoong con ese traje, de imaginarmelo me ruborizó ** Yunho no aguanto mas y casi lo hacen si no fuese porque los interrumpieron, me encanto cuando yunho dijo q dormirían juntos, amo cuando le dice cara de ángel, muchísimas gracias por actualizar hasta este cap *.* me encanto
ResponderBorrarOh por Dios! >< me encantaaaaaa~~~ actualiza pronto profavor! *-* gracias por los capitulos :3
ResponderBorrarEsto fue demasiado :Q_ jaja es aue yunho no se pudo resistir a semejante tentacion y belleza que irradia jae, ambos se dejaron llevar por sua deseos profundos, yunho se lo queria comer ahi mismo xD ay esto se pone cada vez mejor me encanta, gracias!
ResponderBorraruuu que bueno es tubo este capitulo gracias
ResponderBorrarsully sully sully por que presiento que traerá muchos problemas al YunJae... no se si fue mi imaginación o no pero creo que entre yunho y ella hubo algo... y algo grande digo ya para que se sepa los gustos y toda la cosa de Yunho es por algo no?? solo espero que JJ no sufra demasiado u_u y OMG¡¡ por fin se besaron ashahshahs por fin¡¡ esos dos van que vuelan para llenar el circo de yunjaesitos xDD jajajajaja gracias por tu excelente trabajo unnie :*
ResponderBorrarSeguro yunho no qeria q jae mostrara tanta piel por eso ke jump cambiarse y ya le salto encima. Los dos se atraen.
ResponderBorrarNo se aguanto la tentación Yunho con Jae, con esa vestimenta lo sedujo, que bueno a ver si así Yunho deja de coquetear con las camareras de los lugares donde van a comer... Gracias
ResponderBorrar*Q* por fin se animaron a besarse y hacer esa cositas (*///*) ya era hora que durmieran juntos XD
ResponderBorraresa tal Sully no me cayo nadita bien
ese yunho no quería que las demás personas se ganaran con jaejoong en su traje diminuto :3
Uhhh seguro a Yunho le gustó más el otro traje jaja
ResponderBorrarY la otra re celosa obvio...
Porque no todos tienen el cuerpo de jae!!!
Jae no te resistas!!! xD
me imagine al sexy de Jae con ese traje wow se debió de ver espectacular...y Yunho de seguro no quiso que otros hombre vieran a su esposo tan descubierto con el primer traje *.*..
ResponderBorrarPorfinnmm… nfdmcn YH .se da cuenta que es lo que tiene asu ladoo… que manera de interrumpir en ese momento *-*… ..veremos como empieza este romance
ResponderBorrarWoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo este cap me encanto~ yo tan inspirada leyendo y ese viejo interrumpio ¬¬ no es justop~ pero lo bueno es q esta noche.. habraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa LEMON xD
ResponderBorrarSully celosa, haces sentir mal a Jae con eso de la caravana, ¡eh! Aich~ que mala. Además tu encendiste aún más el fuego de YunHo hacia Jae con esos vestuarios. :Q__________ Llego una escena caliente. jdhajkshfakjhdsg
ResponderBorrarSully ya esta de regreso y al parecer no le gusto nada que Jae estuviera allí y mucho menos que sea el esposo de Yunho, ya sospechaba que ella y Yunho eran amantes, espero que no cause problemas, mmm que emoción Yunho dio el primer paso y estuvieron a punto de, pero los interrumpieron porque?????
ResponderBorrarEso fue una advertencia??? waaa este fic cada vez me gusta más
ResponderBorrar¿cómo cambiará la historia sully?
ohh la ex amante de yunho, se ve que será la rival de jae
pero jae es muco más hermoso y finowaa muero que pasará en el sig capi yaoi yunjae, por fin yunho desvirginara al cara de angel XD
ya esta tal Sully no me agrada, presiento que traerá muchos problemas
ResponderBorrarYunho no pudo aguantar la tentación al ver a Jae con ese traje. gracias
alalsksdkdjfgj ashhhhhhh como pueden interrumpir en la mejor parte jajajajajaj bobo jae me lo dejaron con ganas >//< kyaaaa y Yunnie con su "dormiremos juntos" Gracias magnifico cap. >3<
ResponderBorrarsully maldita ....y .se pone a restregarle todo lo que sabe de yunho a joongie...pero a yunho le gusta jae ...un poco mas y a jae lo mandan desnudo por el circo....pero eso solo hizo encender a yunnie..me amto las palabras de yunho "te deseo..eres precioso" *o*..algo me dice que hacen oficial la boda esa noche jajaja XD ..yunho : no te molestes en preparar el sofa esta noche....hazle caso jae el es tu esposo XD
ResponderBorrarWoooooooo!!!!!!!
ResponderBorrarInterrumpieron en la mejor parte fue tan genial me gusta gracias por el cap^^
jajajajasj creo que a yunho se le olvido como hablar cuando vio a jae con el primer traje
ResponderBorrary ahora como sera despues dela funcion
Ohhh cuanta tensión sexual JJ y Yh por fin pero ahira Yh se va a dar cuebta de JJ es virgen haahah
ResponderBorrarSabía que yunho caería rendido ante la belleza de jaejoong al pequeño le espera una gran noche
ResponderBorraroh jae jae jae, eso te pasa por jugar con fuego tks..ahora que? a temblar? jojo Yunho esta calenturiento *O* me encanta!
ResponderBorraroooooooooooooooooooooh se pone bueno esto por fin tendrá su luna de miel jae y sorpresa se llevará yunho cuando se de cuenta de que se a casado con un chico virgen
ResponderBorrarOw~ Jaejoong tan noble regalando entradas :3 El es simplemente perfecto c:
ResponderBorrarAsí que ya conoció a Sully, y todavía resultó ser la ex-amante de Yunho:s Esto se pone cada vez más bueno, sobretodo por el final rwr Ya no pueden ocultar lo que sienten
woo Jaejoong no es egoista como el creí pero bueno regalar unas entrdas no mata a nadie pero debió decircelo pero por otro lado alguien esta celoso que alguien muestre mucha piel uy ya va por lo posesivo ya lo probo y lo quiere seguir kyyaa
ResponderBorrarYA LE SALIO LO POSESIVO VEREMOS QUE PASA CUANDO SALGA ACTUAR Y VEA COMO MIRAN A SU CARA DE ÁNGEL .....BUENÍSIMO ...GRACIAS
ResponderBorrarAlgo pasó por la mente de Yunho, por qué no puede ser amable con Jae. Siento pena por él, esa manera tan intensa de tratarlo solo por sexo lástima y sé que Jae va a resultar herido justo porque él espera amor y Yunho no está dispuesto a amarlo.
ResponderBorrar