Sully
estaba bajo las sombras del toldo, ocultando su sufrimiento, mientras observaba
reírse a Yunho y Jaejoong frente a su caravana. Él quitó una paja del pelo a su
esposo y luego le rozó la cara; un gesto tan íntimo que fue como si le hubiera
acariciado el pecho.
La
amargura se extendió por su cuerpo como una vid corrupta, despojándola de todo
lo demás. Habían pasado cuatro días desde que Krystal había confesado la verdad
y Sully no podía soportar lo feliz que parecía la pareja. Sentía como si fuera
a su costa, y Yunho no merecía ser feliz.
—Olvídalo,
Sully.
Se
giró y vio a Brady caminando hacia ella. Él llevaba pavoneándose como un
gallito por el recinto del circo desde la noche que habían pasado juntos. Sully
casi esperaba que se pusiera las manos bajo las axilas y cacarease. Era típico
de Brady Pepper creer que porque se hubiera metido en su cama una vez tenía
derecho de entrometerse en su vida.
—Déjame
en paz.
—No
es eso lo que quieres que haga.
Sully
odió la mirada de lástima que él le lanzó.
—No sabes nada.
—Déjalo,
Sully. Yunho forma parte de tu pasado. Será mejor que lo olvides.
—Suponía
que dirías algo así. Eres todo un experto en olvidar, ¿no es cierto?
—Si
estás hablando de Krystal...
—Ya
sabes que sí.
Digirió
la mirada hacia el camión de los elefantes donde Krystal empujaba una
carretilla cargada de estiércol. Ahora era ella quien se encargaba de esa
tarea, la misma que había realizado Jaejoong. Sully lo consideraba un castigo
apropiado, pero Brady no estaba satisfecho. Lo había arreglado todo para enviar
a Krystal con su cuñada Taeyeon en cuanto ésta regresara de visitar a su madre
en Busan.
—Krystal
es cosa mía. En lugar de preocuparte por ella, por qué no piensas en lo bien
que lo pasamos juntos la otra noche.
—¿Bien?
Pero ¡si casi nos matamos el uno al otro!
—Sí.
¿No estuvo genial?
Brady
sonrió ampliamente ante el recuerdo y Sully sintió un escalofrío traidor en su
interior. Había estado bien: la excitación, la emoción de alcanzar el clímax
junto a alguien con tan mal genio y tan exigente como ella. Se moría por
acostarse con él otra vez, así que se puso una mano en la cadera y adelantó el
labio inferior.
—Preferiría
que me abrieran en canal.
—Pues
nena, yo siempre tengo el taladro listo para el trabajo.
Ella
casi sonrió. Entonces vio que Yunho se inclinaba para besar a Jaejoong en la
punta de la nariz. Cómo lo odiaba. Cómo los odiaba a los dos. A ella nunca la
había mirado así.
—Mantente
alejado de mí, Brady. —Lo empujó al pasar por su lado y se alejó con paso
airado.
Tres
días después, Jaejoong se dirigía a la casa de fieras con una bolsa de
golosinas que había comprado cuando había pasado con Yunho por la tienda de
comestibles. Tater iba detrás y los dos se detuvieron para admirar la voltereta
que Peter Tolea, de tres años, estaba haciendo frente a su madre, Elena. La
rumana, esposa del acróbata, sólo hablaba un poco de inglés, así que Jaejoong y
ella se saludaron en japonés, un idioma que ambos dominaban a la
perfección.
Tras
hablar con Elena unos minutos, Jaejoong siguió caminando hacia la casa de
fieras, donde pasó unos pocos minutos con Sinjun.
«Díselo.»
«Lo haré.»
«Díselo ya.»
«Pronto.»
Le
dio la espalda escapando de la reprimenda que creía haber visto en los ojos de
Sinjun. Durante los últimos días Yunho había sido tan feliz como un niño y él
no había sido capaz de aguarle la fiesta. Sabía que a él le costaría
acostumbrarse a la idea de un bebé, así que era importante elegir el momento
adecuado para darle la noticia.
Cogió
las ciruelas que había comprado para Glenna y entró en la carpa. Pero la jaula
de la gorila había desaparecido.
Salió
con rapidez. Tater abandonó el heno y trotó felizmente tras él mientras se
acercaba al camión que transportaba a las fieras. Troy estaba echando una
siesta dentro de la cabina y él se inclinó sobre la ventanilla abierta para
sacudirle el brazo.
—¿Dónde
está Glenna?
Troy
se despertó sobresaltado y su desgastado Stetson chocó contra el espejo
retrovisor cuando se enderezó.
—¿Eh?
—¡Glenna!
No está en su jaula.
Él
bostezó.
—Vinieron
esta mañana por ella.
—¿Quién?
—Un
tío. Sully estaba con él. Cargó la jaula de Glenna en una camioneta y se piró.
Aturdido,
Jaejoong soltó al muchacho y dio un paso atrás. ¿Qué había tramado Sully?
Jaejoong
encontró a Yunho revisando la lona del circo por si había desgarrones.
—¡Yunho!
¡Se han llevado a Glenna!
—¿Qué?
Le
explicó lo que había averiguado, y Yunho lo miró con gravedad.
—Vamos
a hablar con Sully.
La
dueña del circo estaba sentada tras el escritorio del vagón rojo ocupándose del
papeleo. Tenía el pelo recogido y estaba vestida con un mono color caqui con el
cuello adornado con un bordado de estilo mexicano. Jaejoong se puso delante de Yunho
para enfrentarse a ella.
—¿Qué
has hecho con Glenna?
Sully
levantó la vista.
—¿Por
qué quieres saberlo?
—Porque
soy yo quien se encarga de la casa de fieras. Es uno de mis animales y está
bajo mi cuidado.
—¿Perdón?
¿Uno de tus animales? Me temo que no.
—Ya
basta, Sully—la interrumpió Yunho. —¿Dónde está la gorila?
—La
he vendido.
—¿La
has vendido? —la increpó él.
—Por
si no lo sabíais, el circo de los Hermanos Quest está de rebajas. Como todos se
quejaban de la casa de fieras, he decidido venderla.
—¿No
crees que deberías habérmelo dicho?
—Pues
la verdad es que ni se me pasó por la cabeza. —Se levantó del escritorio y
llevó un fajo de documentos al archivador.
Jaejoong
dio un paso adelante cuando Sully abrió uno de los cajones.
—¿A
quién se la has vendido? ¿Dónde está?
—No
sé por qué estás tan disgustado. ¿No era a ti a quien le gustaba decir a todo el
mundo lo inhumana que era nuestra exhibición de fieras?
—Eso
no quiere decir que quisiera que vendieras a Glenna. Quiero saber adónde se la
han llevado.
—A
un nuevo hogar. —Sully cerró el cajón.
—¿Adónde?
—¿Estás
interrogándome?
Yunho
apoyó la mano en el hombro de Jaejoong.
—¿Por
qué no vuelves con los animales y dejas que yo me encargue de esto?
—Quiero
saber dónde está. Yunho, tengo que decirle un montón de cosas sobre las costumbres de Glenna al nuevo propietario. Odia los ruidos fuertes y le dan
miedo las personas que llevan sombreros grandes. —Se le puso un nudo en la
garganta al pensar que no vería otra vez a la dulce gorila. Quería que Glenna
tuviera un nuevo hogar, pero le habría gustado poder despedirse de ella.
Recordó la manera en que a la gorila le gustaba asearla y se preguntó si alguno
de sus nuevos cuidadores le dejaría hacerlo. Sintió que se le llenaban los ojos
de lágrimas. —Le encantan las ciruelas. Tengo que decirles lo de las
ciruelas.
Yunho
le dio una palmadita en el brazo.
—Escribe
una lista y me aseguraré de que la lean. Venga, ahora tengo que hablar con
Sully.
Jaejoong
quiso protestar, pero se dio cuenta de que Yunho tendría más posibilidades de
conseguir que Sully colaborara si estaban solos. Se dirigió a la puerta, pero
se detuvo en el umbral y volvió la mirada hacia la dueña del circo.
—Ni
se te ocurra hacerlo de nuevo, ¿me has oído? La próxima vez que vendas un
animal, quiero saberlo antes. Y también quiero hablar con el nuevo propietario.
Sully
arqueó las cejas.
—No
puedo creer que te atrevas a darme órdenes.
—Pues
créetelo. Y será mejor que me hagas caso. —Se dio la vuelta y los dejó
solos.
Durante
un rato, ni Sully ni Yunho abrieron la boca. Yunho dudaba que el discurso de Jaejoong
hubiera intimidado a Sully, pero se sintió orgulloso de que su esposo se
hubiera defendido solo. Observó a su antigua amante y sólo sintió asco.
—¿Qué
te pasa, Sully? Siempre has sido una mujer dura, pero nunca fuiste cruel.
—No
sé de qué te quejas. A ti tampoco te gusta la exposición de fieras.
—No
te hagas la tonta. Querías hacer daño a Jaejoong y lo has conseguido. Lo
utilizas a él para hacerme daño a mí y no pienso consentirlo.
—No
seas creído, no eres tan importante.
—Te
conozco, Sully. Sé cómo piensas. Todo iba bien mientras la gente pensaba que Jaejoong
era un ladrón, pero ahora que saben la verdad, no puedes soportarlo.
—Hago
lo que me da la gana, Yunho. Siempre lo he hecho y siempre lo haré.
—¿Dónde
está la gorila?
—No
es asunto tuyo. —Sully salió de la caravana tras fulminarle con la mirada.
Yunho se
negó a ir tras ella, no pensaba darle la satisfacción de tener que pedirle
nada. Se acercó al teléfono.
Tardó
un día en localizar al distribuidor al que Sully había vendido la gorila. El
distribuidor le pidió el doble de lo que le había pagado a Sully por el animal,
pero Yunho no regateó.
Buscó
un hogar confortable para Glenna y, el miércoles de la semana siguiente, pudo
decirle a Jaejoong que su gorila se acababa de convertir en la nueva residente
del zoo Memories en Gangnam. Lo que no le dijo fue que había sido su dinero el
que lo había hecho posible.
Jaejoong
rompió a llorar y le dijo que era el marido más maravilloso del mundo.
Brady
y Krystal se detuvieron en el mostrador de la TWA en el aeropuerto. La chica
embarcaría en un avión de esa compañía rumbo a Busan. No se habían dirigido la
palabra desde que habían salido del recinto esa mañana, y a Brady le corroía la
culpa, algo que no le gustaba nada. Sully lo había insultado de todas las
maneras que sabía y, el día anterior, Jaejoong lo había acorralado contra uno
de los tenderetes para ponerlo de vuelta y media. Lo habían hecho sentir un
canalla. Pero ninguno de ellos sabía lo que era tener una hija ni quererla
tanto que haría cualquier cosa por ella. Miró enfadado a su hija.
—Haz
caso a tu tía Taeyeon, ¿me oyes? Te llamaré todas las semanas. Si necesitas
dinero me lo dices, y no se te ocurra empezar a salir con chicos todavía.
Ella
miró hacia delante, con la mochila agarrada firmemente entre las manos. Se la veía
tan bonita, delgada y resentida, que a él le dolió el corazón. Quería proteger
a su hija, protegerla y hacerla feliz. Daría su vida por ella.
—Te
enviaré un billete de avión para que vengas a pasar las vacaciones de Navidad
con nosotros —dijo bruscamente. —Quizá podríamos ir a Disneylandia. ¿Te
gustaría?
Krystal
se volvió hacia él con la barbilla temblorosa.
—No
quiero volver a verte en mi vida.
Brady
sintió un dolor desgarrador en las entrañas.
—No
lo dices en serio.
—Ojalá
no fueras mi padre.
—Krystal...
—No
te quiero. Nunca te he querido. —Sin derramar ni una sola lágrima y con la cara
inexpresiva, Krystal lo miró directamente a los ojos. —Quería a mamá, pero a ti
no.
—No
digas eso, cariño.
—Deberías
sentirte feliz. Ya no tienes que sentirte culpable por no quererme.
—¿Quién
te ha dicho que no te quiero? Maldita sea, ¿te lo han dicho los chicos?
—Eres
tú quien me lo ha dicho.
—Jamás
he hecho tal cosa. ¿De qué diablos hablas?
—Me
lo has demostrado de mil maneras. —Se puso la mochila al hombro. —Lamento lo
que sucedió con el dinero, pero ya te lo dije. Ahora me piro al avión. No te
molestes en llamarme. Siempre estaré demasiado ocupada para ponerme al
teléfono.
Se
dio media vuelta y se alejó de él. Le enseñó el billete a la azafata y desapareció
por la puerta de embarque.
Santo
Dios, ¿qué había hecho? ¿Qué había querido decir su hija con que le había
demostrado de mil maneras que no la quería? Jesús, María y José, lo había
jodido todo. Él sólo quería lo mejor para ella. Aquel era un mundo duro y tenía
que ser exigente con ella o acabaría convirtiéndose en una vaga. Pero todo
había salido mal.
En
ese momento se dio cuenta de que no podía dejar que se fuera. Sully y Jaejoong
habían tenido razón desde el principio.
Empujó
a la azafata al pasar por su lado y se coló por la puerta de embarque dando
voces.
—¡
Krystal Pepper, vuelve aquí ahora mismo!
La
alarmada azafata se interpuso en su camino.
—Señor,
¿puedo ayudarle en algo?
Los
pasajeros que se interponían entre Krystal y él se giraron para ver qué pasaba,
pero ella siguió caminando.
—¡Vuelve
aquí inmediatamente! ¿Me has oído?
—Señor,
voy a tener que llamar a seguridad. Si tiene algún problema...
—Venga,
llámelos. Esa chica es mi hija y quiero que vuelva.
Krystal
casi había llegado a la puerta del avión cuando Brady la alcanzó.
—No
pienso tolerar que ninguna hija mía me hable así. ¡Ni hablar! —La apartó a un
lado con intención de decirle lo que se merecía. —Si crees que adoptando esa
actitud conseguirás volver con tu tía Taeyeon, estás muy equivocada. Mueve el
culo, nos volvemos al circo, jovencita, y espero que te guste limpiar porque es
lo que vas a hacer de camino.
Ella
se lo quedó mirando con los ojos tan abiertos que parecían caramelos azules de
menta.
—¿Me
quedo?
—Por
supuesto que te quedas. Y no quiero volverte a oír hablar así. —Se le quebró la
voz. —Soy tu padre, y si se te ocurre no quererme de la misma manera que yo te
quiero, te arrepentirás.
A
continuación, Brady la abrazó y ella le devolvió el abrazo mientras los
pasajeros que intentaban subir al avión los empujaban con sus bolsas y
carritos, pero a ninguno de los dos pareció importarle. Brady siguió abrazando
con fuerza a esa hija que amaba con locura y de la que no pensaba separarse
nunca.
*
La
noche del lunes sólo hubo una función, así que Yunho invitó a Jaejoong a cenar
fuera. La suave música flotaba en el comedor en penumbra de un lujoso
restaurante en el centro de Hong Kong, donde la pareja tomó asiento en un
reservado de la esquina.
Ahora
que ya no estaba preocupada por Glenna, Jaejoong se sentía como si le hubieran
quitado un peso de encima. También había contribuido a su bienestar que Brady
hubiera regresado del aeropuerto con Krystal. El equilibrista no se había
mostrado demasiado comunicativo al respecto, más bien se había comportado como
un puerco espín cuando Jaejoong le había preguntado qué había sucedido, pero
fue evidente que mantuvo a su hija pegada a él durante casi todo el día. Ésta
no había estado tan feliz en todo el verano.
De
todas maneras, Jaejoong consideraba las últimas dos semanas las mejores de su
vida. Yunho había sido tan tierno y cariñoso con él que apenas parecía el mismo
hombre. Estaba decidido a contarle lo del bebé esa noche, aunque aún no sabía
cómo.
Yunho
sonrió; estaba tan guapo que el corazón de Jaejoong hizo una pirueta. A los
hombres corpulentos no solía sentarles bien el traje, pero él era, definitivamente,
una excepción.
—Estás
precioso esta noche.
—Pensé
que ya no sabría cómo arreglarme. —Por una vez no se vio impulsado a decirle
que su madre habría estado guapísima, tal vez porque a Jaejoong ya no le
importaba su apariencia tanto como antes. Se había pasado tanto tiempo en
vaqueros, coleta de piña y con la cara lavada que esa noche se sentía muy
sofisticado.
—Te
aseguro que estás estupendo.
Jaejoong
sonrió. Para salir a cenar se había puesto la única ropa de vestir que tenía:
un jersey de seda color hueso y un pantalón a juego… Como no había querido
malgastar el dinero en ir a la peluquería, tenía el pelo largo que nunca y,
tras tantas semanas de llevarlo recogido, sentía el sensual roce en el cuello.
El
camarero dejó dos ensaladas ante ellos, cada una con corazones de alcachofa,
vainas de guisante y pepino, regadas con salsa de frambuesa y sazonadas con
queso rallado.
En
cuanto los dejó solos, Jaejoong susurró:
—Tal
vez deberíamos haber pedido la ensalada de la casa, esto parece demasiado caro.
Yunho
pareció divertirse con su preocupación.
—Incluso
los más humildes tenemos derecho a vivir la vida de vez en cuando.
—Lo
sé, pero...
—No
te preocupes por eso, cariño. Podemos permitírnoslo.
Jaejoong
decidió para sus adentros que las siguientes semanas haría comidas baratas para
compensar el gasto. Aunque Yunho no hablaba jamás de dinero, él no creía que un
profesor universitario ganara demasiado.
—¿No
quieres que te sirva vino?
—No,
así está bien. —Al beber un sorbo de agua con gas, miró el vino que brillaba en
la copa de Yunho. Había pedido una de las botellas más caras de la carta y a él
le habría encantado probarlo, pero no pensaba hacer nada peligroso para el
bebé.
No
deberían tirar el dinero en una cena tan cara con un bebé en camino. Tan pronto
como terminara la gira, buscaría un trabajo y trabajaría hasta que llegara el
momento del parto, así podría ayudar con los gastos extra. Cuatro meses antes
no se le hubiera pasado por la cabeza tal cosa, pero ahora la idea de trabajar
duro no le preocupaba.
Pensó que le gustaba mucho la persona en la que se había
convertido.
—Come.
Me encanta verte meter el tenedor en la boca. —La voz de Yunho se había vuelto
ronca y manifiestamente seductora. —Me recuerda a todas esas otras cosas que
haces con ella.
Jaejoong
se ruborizó y volvió a concentrarse en la ensalada, pero sentía los ojos de Yunho
clavados en él con cada bocado que daba. Un montón de imágenes eróticas comenzó
a desfilar por su mente.
—¡Deja
de hacer eso! —Soltó el tenedor con exasperación.
Él
acarició el tallo de la copa con aquellos dedos largos y elegantes, luego deslizó
el pulgar por el borde.
—¿Que
deje de que hacer qué?
—¡Deja
de seducirme!
—Pensaba
que te gustaba que te sedujera.
—No
cuando me he arreglado para cenar en un restaurante.
—Entiendo…
¿Llevas bóxer?
—Por
supuesto.
—¿Algo
más?
—No.
—Bien.
Pues vas a hacer lo siguiente: levántate y ve al baño. Quítate el bóxer y
mételas en el bolso. Luego vuelve aquí.
El
calor se extendió por los lugares más secretos del cuerpo de Jaejoong.
—¡No
pienso hacer eso!
—¿Sabes
qué pasó la última vez que un Kim desafió a un Choi?
—No,
y no sé si quiero saberlo.
—Perdió
la cabeza. Literalmente.
—Entiendo.
—Pues
te doy diez segundos.
Aunque
mantenía una expresión desaprobadora, a Jaejoong se le había disparado el pulso
ante la idea.
—¿Es
una orden?
—Apuesta
tu dulce trasero a que sí.
Aquellas
palabras fueron como una caricia erótica que casi la hizo disolverse, pero
logró apretar los labios y levantarse de la mesa con aparente renuencia.
—Señor,
es usted un tirano y un déspota.
Salió
del comedor con la ronca risa de Yunho resonando en sus oídos.
Cuando
regresó cinco minutos después, se acercó apresuradamente al reservado. Si bien
las luces eran tenues, estaba seguro de que todos podían darse cuenta de que
estaba desnudo bajo la delgada tela del pantalón. Yunho lo estudió con atención
mientras se acercaba. Había tal arrogancia en su postura que no cabía duda de
que era un Choi de los pies a la cabeza.
Cuando
Jaejoong se acomodó a su lado, él le pasó un brazo por los hombros y le deslizó un dedo por la clavícula.
—Pensaba
decirte que abrieras el bolso y me mostraras tu ropa interior para estar seguro
de que habías seguido mis órdenes, pero me parece que no será necesario.
—¿Se
nota? —Miró a los lados, alarmado. —Ahora todos saben que estoy desnudo debajo
de la ropa y es culpa tuya. Nunca debí dejar que me convencieras de esto.
Yunho
le deslizó la mano bajo el pelo y lo cogió por la nuca.
—Tal
y como yo lo recuerdo, no tenías otra opción. Fue una orden real, ¿recuerdas?
Él
había aprovechado todas las oportunidades que se le presentaban para tomarle el
pelo desde el domingo, y él disfrutaba de cada minuto. Le lanzó una mirada
reprobatoria.
—Yo
no obedezco órdenes reales.
Él
se acercó más y le rozó la oreja con los labios.
—Cariño,
con un chasquido de dedos puedo hacer que te encierren en una mazmorra. ¿Seguro
que no quieres reconsiderar tu postura?
La
llegada del camarero lo salvó de responder. Había retirado los restos de la
ensalada mientras él estaba en el baño y ahora les sirvió el plato principal. Yunho
había pedido salmón ahumado y él pasta. Los linguini olían a sabrosas hierbas y
a los camarones que se escondían entre las verduras. Mientras probaba el
delicado manjar, Jaejoong intentó olvidarse de que estaba medio desnudo, pero Yunho
no lo dejó.
—¿Jaejoong
?
—¿Mmm?
—No
quiero ponerte nervioso, pero...
Él
levantó la servilleta que cubría el pan caliente y estudió atentamente la cesta
y su contenido. Ya que todos los panecillos eran iguales, él no entendía por
qué tardaba tanto tiempo en elegir uno como no fuera para ponerlo nervioso.
—¿Qué?
—lo azuzó. —¿Qué decías?
Yunho
partió el pan y lo untó lentamente de mantequilla.
—Si
no me satisfaces por completo esta noche... —lo miró, y sus ojos estaban llenos
de fingido pesar— me temo que tendré que cederte a mis hombres.
—¡Qué!
—Jaejoong casi se levantó de un salto de los cojines.
—Es
sólo para inspirarte. —Con una sonrisa diabólica, hundió con firmeza los dientes
blancos en el trozo de pan.
¿Quién
podía haber imaginado que ese hombre tan complicado sería un amante tan
imaginativo? Pensó que ese pícaro juego podían jugarlo los dos y sonrió con
dulzura.
—Entiendo,
Su Alteza Imperial. Le aseguro que estoy demasiado aterrado por su real presencia
para osar decepcionarle.
Yunho
arqueó una ceja diabólicamente mientras pinchaba un camarón del plato de Jaejoong
y se lo acercaba a los labios del joven.
—Abre
la boquita, cariño.
Jaejoong
se tomó su tiempo para comer el camarón y, mientras, deslizó los dedos por el
interior de la pantorrilla de Yunho, agradeciendo la intimidad y la escasa luz
del reservado que los resguardaban de miradas curiosas. Tuvo la satisfacción de
sentir cómo a su marido se le tensaban los músculos de la pierna y supo que él
no estaba tan relajado como parecía.
—¿Tienes
las piernas cruzadas? —preguntó él.
—Sí.
—Sepáralas.
—Él casi soltó un grito ahogado. —Y mantenías así el resto de la velada.
La
comida se volvió insípida de repente y todo en lo que Jaejoong pudo pensar fue
en salir del restaurante y meterse en la cama con él.
Separó
las piernas unos centímetros. Él le tocó la rodilla bajo el mantel, y su voz ya
no sonó tan segura como antes.
—Muy
bien. Sabes acatar las órdenes. — subió con su mano por su muslo y la deslizó
hacia arriba por el interior del muslo.
Tal
audacia lo dejó sin aliento y, en ese momento, se sintió como un esclavo bajo
el yugo del heredero. La fantasía lo hizo sentirse débil de deseo.
Aunque
ninguno de los dos mostró señales de apresuramiento, acabaron de comer en un
tiempo récord y rehusaron tomar el café y el postre. Pronto estuvieron de
regreso en el circo.
Yunho
no le dirigió la palabra hasta que estuvieron dentro de la caravana, donde
lanzó las llaves en el mostrador antes de volverse hacia él.
—¿Has
tenido suficiente diversión por esta noche, cariño?
El
roce de la seda en su piel desnuda y su flirteo público habían hecho que Jaejoong
abandonara sus inhibiciones, pero aun así se sintió un poco tonto cuando bajó
la vista e intentó mostrarse sumiso.
—Lo
que Su Alteza Imperial desee.
Él
sonrió.
—Entonces
desnúdame.
Él
le quitó la chaqueta y la corbata, y le desabotonó la camisa al mismo tiempo
que presionaba la boca contra el torso que dejaba al descubierto. El roce
sedoso de sus pieles cosquilleó en sus labios poniéndole la piel de gallina.
Lamió una de las oscuras y duras tetillas. Sintió los dedos torpes al forcejear
con la hebilla del cinturón y, cuando por fin consiguió abrirlo, comenzó a
bajarle la cremallera.
—Desnúdate
tú primero —dijo él.
A Jaejoong
le temblaron las manos cuando con un grácil movimiento se pasó el jersey
por la cabeza mostrando los pezones. La cinturilla del plantón cedió bajo los
dedos y la frágil seda se le deslizó por las caderas. La apartó con el pie y se
quedó desnudo ante él.
Yunho
lo acarició con la mano, desde el hombro a la cadera, desde las costillas a los
muslos, como si estuviera marcando una propiedad. El gesto licuó la sangre de Jaejoong
en sus venas, enardeciéndolo hasta tal punto que apenas era capaz de mantenerse
en pie.
Yunho
tomó una bufanda y contuvo el aliento cuando él le pasó la bufanda alrededor
del cuello dejando que los extremos colgasen sobre sus pezones. Tomando los
flecos en las manos, Yunho levantó primero un extremo y luego el otro,
deslizándolos de un lado a otro. Los dorados hilos de seda le rozaron los
pezones con suavidad. La sensación, cálida y pesada, se extendió por el vientre
de Jaejoong.
A Yunho
se le oscurecieron los ojos hasta adquirir el color del brandy.
—¿A
quién perteneces?
—A
ti —susurró él.
Él
asintió con la cabeza.
—¿Ves
qué sencillo es?
Terminó
de desnudarlo. Entonces, Jaejoong deslizó las palmas de las manos por los
muslos de Yunho, sintiendo las duras texturas de la piel y los músculos. Estaba
majestuosamente excitado. Consideró que tenía más que suficiente, pero siguió
con la fantasía.
—¿Qué
quieres ahora de mí? —preguntó.
Él
apretó los dientes y emitió un profundo sonido inarticulado mientras lo empujaba
por los hombros hacia abajo.
—Esto.
A Jaejoong
se le paró el corazón. Acató su orden silenciosa y lo amó como quería. El
tiempo perdió su significado. A pesar de estar en aquella postura sumisa, nunca
se había sentido tan poderoso. Yunho le enredó los dedos en el pelo,
mostrándole sin palabras lo que necesitaba. Los ahogados gemidos de placer de Yunho
incrementaron la excitación de Jaejoong.
El
joven sintió la rígida tensión de los músculos bajo las palmas de las manos y
la película de sudor que cubría aquella dura piel masculina. En ese momento Yunho
lo puso bruscamente en pie y lo tendió en la cama.
Retrocedió
un paso para mirarlo a los ojos.
—Ábrete
para mí y dejaré que me sirvas otra vez.
Oh,
Santo Dios. Yunho debió de sentir el estremecimiento que lo recorrió porque sus
ojos se entornaron con satisfacción. Jaejoong separó las piernas.
—No
tan rápido. —Él le atrapó el lóbulo de la oreja entre los dientes y lo
mordisqueó con suavidad. —Primero tengo que castigarte.
—¿Castigarme?
—Él se quedó rígido pensando en los látigos guardados bajo la cama, justo
debajo de sus caderas.
—Me
has excitado, pero no has terminado lo que empezaste.
—Eso
fue porque tú...
—Basta.
—Yunho se levantó de nuevo y lo miró con toda la noble arrogancia heredada de
sus antepasados Choi.
Jaejoong
se relajó. Él jamás le haría daño.
—Cuando
quiera tu opinión, hombre, te la pediré. Hasta entonces, será mejor que
controles la lengua. Mis sirvientes llevan demasiado tiempo sin sexo.
Jaejoong
le lanzó una mirada afilada.
A Yunho le
tembló la comisura de los labios, pero no sonrió. Se limitó a inclinar la
cabeza y rozarle con los labios el interior del muslo.
—Sólo
hay un castigo adecuado para un esclavo que no sabe guardar silencio. Una
severa y cruel reprimenda.
El
techo dio vueltas mientras él cumplía su amenaza y lo llevaba a un reino de ardiente
placer, a un éxtasis tan antiguo como el tiempo. El cuerpo de Yunho se volvió
resbaladizo por el sudor y tensó los músculos de los hombros bajo las manos de Jaejoong,
pero no se detuvo. Sólo al final, cuando él le rogó que forzara la dulce
penetración que necesitaba con tanta desesperación.
Yunho
lo penetró profundamente y toda diversión desapareció de sus ojos.
—Quiero
amarte —susurró.
A Jaejoong
le ardieron los ojos por las lágrimas cuando él dijo las palabras que tanto
había deseado oír. Yunho se pegó a su cuerpo, y se dejaron llevar por un ritmo
tan eterno como el latido de sus corazones. Se movieron como si fueran uno. Jaejoong
sintió cómo su amado lo llenaba por completo, llegando al mismo centro de su
alma.
Se
perdieron en un torbellino de pasión; cielo y tierra. Todos los elementos de la
creación convergiendo en una perfecta combinación.
Cuando
todo terminó, Jaejoong experimentó una dicha que nunca había sentido antes y
tuvo la certeza de que todo iría bien entre ellos. «Quiero amarte», había dicho él. No había dicho, «quiero hacer el amor contigo», sino «quiero amarte». Y lo había hecho. No
podía haberlo amado más intensamente aunque hubiera repetido las palabras cien
veces.
Lo
miró por encima de la almohada. Estaba de cara a él, con los ojos medio
cerrados y somnolientos. Extendiendo el brazo, Jaejoong le acarició la mejilla
y él volvió la cabeza para besarle la palma de la mano.
Él
le recorrió la mandíbula con el pulgar, disfrutando de la suave aspereza de su
piel.
—Gracias.
—Soy
yo quien debería darte las gracias.
—¿Quiere
eso decir que no vas a compartirme con tus sirvientes?
—No
te compartiría con nadie.
El
juego erótico que habían estado jugando lo había hecho olvidarse de la promesa
que se había hecho interiormente de decirle lo del bebé esa noche.
—Llevas
días sin hablar del divorcio.
Yunho
se puso en guardia de inmediato y rodó sobre la espalda.
—No
he pensado en ello.
Jaejoong
se sintió desanimado por su retirada, pero ya sabía que iba a ser difícil y
continuó presionándolo, aunque con toda la suavidad que pudo.
—Me
alegro. No es algo agradable en lo que pensar.
Lo
observó con una mirada preocupada.
—Sé
lo que quieres que diga, pero aún no puedo. Dame un poco más de tiempo, ¿vale?
Con
un nudo en la garganta, Jaejoong asintió con la cabeza.
Parecía
tan nervioso como un animal salvaje obligado a vivir bajo el yugo de la
civilización.
—Nos
lo tomaremos día a día.
Jaejoong
comprendió que no debía seguir presionándolo. Pero el hecho de que él no
hubiera mencionado que su matrimonio finalizaría en apenas dos meses le daba la
suficiente esperanza como para retrasar un poco más la noticia del bebé.
—Eso
haremos.
Él
se incorporó y se reclinó contra las almohadas apoyadas contra el cabecero.
—Sabes
que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, ¿verdad?
—Sin
lugar a dudas.
Él
se rio entre dientes y dio la impresión de que lo abandonaba parte de la
tensión. Jaejoong se puso boca abajo, se apoyó en los codos y le acarició el pecho
con la yema de los dedos.
—¿Catalina
la Grande fue una Choi?
—Sí.
—He
leído que era una mujer muy lujuriosa.
—Tenía
un montón de amantes.
—Y
mucho poder. —Jaejoong se inclinó hacia delante y le mordisqueó el pectoral. Yunho
se estremeció, así que lo mordisqueó otra vez.
—¡Ay!
—lo cogió por la barbilla. —¿Qué es lo que está tramando exactamente esa
retorcida mente tuya?
—Sólo
pensaba en todos esos hombres tan fuertes bajo el yugo de Catalina la Grande...
—Aja.
—...
obligados a servirla... a someterse a ella.
—Aja.
Jaejoong
le acarició con los labios.
—Te
toca ser el esclavo, machote.
Por
un momento él pareció alarmado, luego soltó un profundo suspiro.
—Creo
que he muerto y he ido al cielo.
"Besar a un angel" es una de mis novelas romanticas favoritas ♥
ResponderBorrarNo sabia que harias una adaptacion YunJae, eso lo hace tan yunjaesco (?) ♡
Definitivamente es diferente leer esta version, una genial adaptacion ^^
Disculpa por no comentar seguido, los estudios no me lo permiten. Fighting!
Awwwwww este capítulo es puro amor <3... y lujuria *¬* xD me encantó >.< pero me da nervio pensar en la reacción de Yunho cuando Jaejoong le cuente lo del bebé... y falta tan poco para que Yunnie le confiese sus sentimientos! >.< ¡omg! ¡como amo esta adaptación! xD Yunnie tan nanai con Jaejoong <3 moriré por tanta ternuraaaaaaaa *---*
ResponderBorrarPor otro lado, lo de Brady y Krystal fue muy lindooooooooo~ me gusto :3 menos mal que se comunicaron al fin~ >.< ... oh si y como siempre Sully me sigue dando mala espina xd ... esa mujer celosa y mala óò
Muchas gracias por la actuuuuuuuuuuuuuu! me haces tan feliz~ ^w^ nos leemos en el proximo *o* :>.<: gracias otra vez! saludos y cuidateee :3
brady recapacito y detuvo a krystal antes que abordara el avion, si no lo hacia se arrepentiria por siempre y ahora jaejoong no se anima a decirle a yunho del bebe, temo por la reaccion de yunho, me comere las uñas hasta q llegue a esa parte,esa sully mala vendio a la gorilita, felizmente yunho la rescato para complacer a boo. me gusto cuando le dijo q le toca ser el esclavo machote **muchisimas gracias por el capitulo :)
ResponderBorrarhahahaha me mato la frase del final, perdon por comentar hasta ahorita, es que estuve leyendo del cel y ahi no se como comentar hahaha
ResponderBorrarme encanta, oh, un bebe <3 sera lo mejor, ojala los una mas y yunho no lo tome a mal
¡en tu cara sully! odio a esa tipa :c
gracias por el capitulo
Parece que su relación está avanzando mucho :3 que bueno que Kristal pudo arreglar las cosas con su papá (aunque de una manera rara) pero al menos se pudo quedar en el circo al lado de su padre que es donde quiere estar. Jae es un amor todo preocupado por sus animales, me gusta como ha ido avanzando su personaje y el hecho de que pasara de sentir pavor al verlos y que ahora los defienda y quiera lo mejor para ellos es genial!
ResponderBorrargracias por actualizar rápido, esta historia me tiene enganchada :D
ResponderBorrarYunho ya esta enamorado pero aun él no puede reconocerlo, espero q cuando se de cuenta de que ama a JJ no sea demasiado tarde, y esa sully espero de q no vaya demasiado lejos con su venganza.. aw quiero seguir leyendo masss...
tan genial adaptacion me encanta.... ahhh!!!! que pasara cuando Jae le diga lo del bebe... espero que yunho este lo suficientemente enamorado para poder sobrellevar la noticia.... hahahaha yunho esclavo... quiero ver eso hahahah... gracias!! por tu arduo trabajo ^^
ResponderBorrarMe pudro de amor con estos dos, la cena, el juego previo han desarrollado tal relación que hasta sus juegos hacen, la manera en que se hablan, se tocan y se entregan T_T y cuando yunho le dijo "quiero amarte" eso fue todo a pesar de que diga que se lo tomaran con calma el amor entre ellos ya esta ahi, el miedo y todo impiden hacercelos ver y ser consientes, es que son el uno para el otro, jae ha sabido ganarse a yunho con el paso del tiempo, onala pronto aclaren las cosas y jae sea capaz de decirle acerca del bebe y lo tome bien ;_; que lo proteja de todo, sully aun temo que haga algo no sé, esperemos que no, insisto me encanta, amo esta historia es una preciosidad, gracias por compartirla ;; ♡
ResponderBorrarYunho no se ha dado cuenta que ya ama a jaejoong y el que tendran un bebe vendra bien el debe de aceptarlo sera bueno para q asimile q sera un buen padre.
ResponderBorrarOMG SUN!! paso tanto de la relacion del yunjae en este capitulo
ResponderBorrarLo bueno es que yunho sabe que con Jae a llegado a un nivel que hasta ahora no habia experimentado, es solo que aun no quiere darle un nombre hasta estar completamente seguro
Jae ahora ha planeado retrasar la conversacion sobre el bebe ... no se que clase de consecuecias conlleve esto ... estoy esperando que llegue ese momento porque me tiene con muchas expectativas uwaa
Gracias linda por las actualizaciones ... ^-^ <3
quue capitulo tan emocinante que kritel y su padre solucionaran sus problemas y que la gurila este en un lugar mejor para ella y a es pera cundo jea de diga a yunho de su bebe , cracias por el capitulo
ResponderBorrarMe encanto este capítulo, que pasará cuando Jae le diga lo del bebé, espero que se ponga feliz y no lo contrario. gracias, espero pronto actualices esta muy emocionante.e interesante.
ResponderBorrarJae tiene q decirle ya a Yunho. Sobre el bebé!!
ResponderBorrarLes quedan unos meses más.. Y tal vez todo acabe antes si jae le dice del bebé.. Buuu u.u
Es bueno que el padre de kristal recapacitaraa…… jae y yunhoo enserio amor puro… esperemos y yunho ..no tome mal lo del bebe* -*
ResponderBorrarwaa me encanto todo XD
ResponderBorrarque bueno que el papá de krystal por fin se puso las pilas
es una buena chica solo que estaba confundida
y el YunJae kyaa más pasión para ellos, aunque se ve que yunho aun tiene sus dudas, su corazón aun esta renuente a abrirse completamente,
pero me gustó mucho el juego erótico jaja
pero ahora quiero saber como le hará jae para decile lo del bebé y como se lo tomará yunho contii
al comienzo me gusto cuando brandy no dejo ir a kristal me conmovió espero que su relación de padre e hija mejore :3
ResponderBorrarese yunho es todo un pervertido :3 que diga una vez por todas que esta enamorado de jaejoong y punto <3 <3
QUE LINDO AL FIN BRADY COMPRENDIO QUE ESTABA HACIENDO MAL CON KRISTAL,EL QUERIA PROTEGRLA EN VEZ DE ESO HIZO QUE ELLA LO ODIARA, YUNHO Y JAE SU RELACION CADA VEZ ESTA MEJOR PERO JAE DEBERIA DECIRLE LO DEL BEBE A YUNHO,SULLY ES MALA VENDIO AL GORILA SOLO PARA HACER SUFRIR A JAE LO BUENO QUE YUNHO LA RECUPERO
ResponderBorrarhermoso este capítulo, me encantó la complicidad que tienen .
ResponderBorrarJae sin decirle lo del bebé, espero que Yunho no se enoje y se estropee todo.
esa Sully es envidiosa y mala. no los dejará vivir en paz
estan tan enamorados *v* me encanta~ esos juegos de realeza^^ :3
ResponderBorrarEnserio espero que yunho no enloquesca con la noticia del bebe...
ResponderBorrarSenota que se aman y mucho ahhhhh es tan hermoso
gracias por el cap^^
se ve el amor por qui y por alla el amor es tan grande jae el beeb crece mas rapido dile no queremos que yunho se enije contigo porfis yunho acepat este amor que tienes delante de ti >.<
ResponderBorrarJae me tiene nerviosa con su embarazo y nada que le dice a Yunho x_x
ResponderBorrarya jae suéltalo de una ves y dile a yunho lo del bebe ahora que esta mas enamorado
ResponderBorrara lo mejor se molesta pero le pasara bueno espero y se le pase
pues ya ni piensa en el divorcio ya se esta acostumbrando a la idea de quedarse con tigo y no divorciarse al fin
Cada vez Sully me cae más mal, ya que lo supere, Yunho ama a Jaejoong y ella debe aceptarlo
ResponderBorrarAyy pero Jae ¿cuando le vas a decir a Yunho? :c Tengo miedo de que al decirle Yunho se ponga violento y arruine todo lo que han progresado en su relación
Por lo menos ahora lo están gozando a lo grande Hahahaha No existe la vergüenza entre ellos x3
Esa tal sully no puede vivir su vida asi se vuelve mas viea jajaja
ResponderBorrarQue bueno que a Brady recapacitado y no halla deiado que su hija se valla la queria pero no sabía como trasmitirle su amor ...
woo Jaejoong se lo que estas esperando pero me da miedito si Yunho reacciona mal u.u esperamos que no y cuando se lo digas el se muera de amor por ti
Casi lloro con ese padre tan inexpresivo, tanto amor por su niña que no sabía cómo expresar y demostrar. No pude evitar la punzada en el corazón con todo lo que ella le dijo pero gracias a eso él reacconor. Yunho casi me mata de risa con su juego de "Órdenes el emperador" los esclavos y toda la cosa, vaya que Jae lo puso imaginativo. He puesto una esperanza en Jae y espero que acabe por reconocer que lo ama.
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