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martes, 4 de marzo de 2014

Capítulo 1


Kim Jaejoong había olvidado el nombre de su novio.

—Yo, Jaejoong, te tomo a ti... - Se mordisqueó el labio inferior. Su padre los había presentado unos días antes, aquella terrible mañana cuando los tres habían ido a por la licencia matrimonial. Después él se había esfumado y no lo había vuelto a ver hasta hacía sólo unos minutos, en el dúplex que su padre poseía al oeste de Seúl, cuando había bajado a la sala donde ese mediodía estaba celebrándose aquella apresurada boda. 

Jaejoong casi podía sentir la enérgica desaprobación de su padre, que se encontraba a su espalda, pero eso no era nada nuevo para él. Lo había decepcionado incluso antes de nacer y no importaba cuánto lo hubiera intentado, nunca había conseguido que cambiara de opinión sobre su hijo. 

Se arriesgó a mirar de reojo al novio que el dinero de su padre había comprado. Un semental.

Un auténtico semental de estatura imponente, constitución delgada, pero fibrosa y extraños ojos color marrones. A la madre de Jaejoong le habría encantado. 

Su madre, Jessica, había muerto el año anterior, en el incendio de un yate cuando dormía en brazos de una estrella de rock de veinticuatro años. Jaejoong ya podía pensar en su madre sin sentir dolor y sonrió para sus adentros al darse cuenta de que el hombre que estaba junto a él hubiera sido demasiado mayor para su madre. Debía rondar los treinta y cinco años y su madre solía fijar el límite en veintinueve. 

Tenía el pelo rubio y unos rasgos cincelados que harían que su cara pareciera demasiado bella si no fuera por la mandíbula firme y el ceño amenazador. Los hombres que poseían ese brutal atractivo habían atraído a su madre, pero Jaejoong los prefería más maduros y conservadores.

No por primera vez desde que la ceremonia había comenzado, deseó que su padre hubiera escogido a alguien menos intimidante.

Intentó tranquilizarse recordándose que no iba a tener que pasar más que unas pocas horas con su nuevo marido. Todo acabaría en cuanto tuviera oportunidad de exponerle el plan que se le había ocurrido. Por desgracia, el plan conllevaba romper unos votos matrimoniales que él consideraba sagrados y, dado que no solía tomarse sus promesas a la ligera —en especial los votos matrimoniales —sospechaba que eran los remordimientos de conciencia la causa de su bloqueo mental. 

Empezó de nuevo, esperando que el nombre le viniera a la mente.  —Yo, Jaejoong, te tomo ti... —La voz de Jaejoong se apagó. 

El novio en cuestión no le dirigió ni una simple mirada y, por supuesto, tampoco intentó ayudarlo. Permaneció con la vista al frente, y las inflexibles líneas de aquel duro perfil le provocaron a Jaejoong un cosquilleo en la piel. Él acababa de formular sus votos, así que tenía que haber pronunciado el dichoso nombre, pero la falta de inflexión en su voz no había traspasado la parálisis mental de Jaejoong y no se había enterado. 

—Yunho—masculló su padre detrás de él, y Yunho pudo deducir por el tono de su voz que apretaba los dientes otra vez. Para haber sido uno de los mejores diplomáticos de Corea no se podía decir que tuviera demasiada paciencia con él. Jaejoong se clavó las uñas en las palmas de las manos, diciéndose que no tenía otra alternativa.

—Yo, Jaejoong... —tragó saliva, —te tomo a ti, Yunho... —volvió a tragar saliva, —como mi horrible esposo. 

Hasta que no escuchó la exclamación de Yuri, su madrastra, no se dio cuenta de lo que había dicho. 

El semental volvió la cabeza y lo miró. Arqueaba una ceja oscura con leve curiosidad, como si no estuviera seguro de haber oído correctamente. «Mi horrible esposo.» El peculiar sentido del humor de Jaejoong tomó el control y sintió que le temblaban los labios. 

Él alzó las cejas, y esos ojos profundos lo miraron sin una pizca de diversión. Resultaba evidente que el semental no compartía sus problemas para contener una risa inoportuna.
Tragándose la histeria que crecía en su interior, Jaejoong miró rápidamente hacia delante sin disculparse. Al menos una parte de aquellos votos había sido honesto porque él, sin duda, sería un esposo horrible para él. Finalmente, el bloqueo mental desapareció y el apellido del novio irrumpió en su mente.  Jung. Jung Yunho. Era otro de los coreanos de su padre. 

Como antiguo embajador en corea, el padre de Jaejoong, Yesung tenía infinidad de conocidos en Corea, tanto allí, en China, como en el extranjero. La pasión de su padre por la ancestral tierra que lo había visto nacer se reflejaba incluso en la decoración de la habitación donde se encontraban en ese momento. 

La gran mano del novio tomó la de Jaejoong, mucho más pequeña, y él sintió la fuerza que poseía cuando le puso la sencilla alianza de oro en el dedo. 

—Con este anillo, yo te desposo —dijo él con voz severa e inflexible. 

Él contempló el sencillo aro con momentánea confusión. Por lo que podía recordar, acababa de entrar en lo que Jessica, su madre. Denominaba la fantasía burguesa del amor: el matrimonio. Y lo había hecho de una manera que nunca hubiera imaginado posible. 

—... por el poder que se me otorga, los declaro oficialmente esposos desde este momento. 

Jaejoong se tensó mientras esperaba que el juez invitara al novio a besar al novio. Cuando no lo hizo, supo que había sido una sugerencia de Yesung para ahorrarle la vergüenza de verse forzado a besar esa hosca y recia boca. No entendía cómo su padre había pensado en ese detalle, que sin duda se les había pasado por alto a todos los demás. Aunque no lo admitiría por nada del mundo, Jaejoong desearía haberse parecido más a él en ese aspecto, pero si no era capaz de encargarse él solo de los acontecimientos más importantes de su vida, ¿cómo iba a ocuparse de unos simples detalles? 

Sin embargo, detestaba sentir lástima de sí mismo, de modo que apartó a un lado ese pensamiento mientras su padre se acercaba a él para besarle fríamente la mejilla como colofón de la ceremonia. Esperaba alguna palabra de afecto, pero tampoco se sorprendió al no recibirla. Incluso consiguió no sentirse dolido cuando él se apartó. 

Yesung señaló al misterioso novio, que se había acercado a las ventanas. Los había casado el juez Kim. Los otros testigos de la ceremonia eran el chófer, que había desaparecido discretamente para atender sus deberes, y la esposa de su padre, Yuri, que destacaba entre los demás con aquel cabello rubio ceniza y aquella característica voz aguda. 

—Felicidades, cariño. Forman una bonita pareja Yunho y tú. ¿No te parece, Yesung?—Sin esperar respuesta, Yuri abrazó a Jaejoong, envolviéndolos a los dos en una nube de perfume almizcleño. 

Yuri simulaba sentir un cariño sincero por el hijo ilegítimo de su marido, y aunque Jaejoong era consciente de los verdaderos sentimientos de su madrastra, reconocía el mérito de Yuri guardando las apariencias. No debía de ser fácil para ella enfrentarse a la prueba viviente del único acto irresponsable que Yesung había cometido en su vida, incluso aunque hubiera sido veintiséis años antes. 

—No sé por qué has insistido en ponerte ese traje, querido. Sería perfecto para una fiesta, pero no para una boda. —La mirada crítica de Yuri evaluó con severidad el caro traje dorado de Jaejoong. 

—Es casi blanco. 

—El dorado no es blanco, querido. Y es demasiado... 

—La chaqueta es muy discreta —señaló Jaejoong, alisando la tela de su hombro con brillantina

—Una cosa no tiene nada que ver con la otra. ¿No podías haber seguido la tradición y ponerte algo blanco? ¿O haber escogido al menos algo de seda? 

Ya que ése no iba a ser un matrimonio de verdad, Jaejoong pensaba que, de haber tenido en cuenta la tradición, se estaría recordando a sí mismo que estaba vulnerando algo que debería haber sido sagrado. Sabía que Yuri tampoco aprobaba los zapatos dorados, que parecerían cualquier cosa. Eran terriblemente incómodos, pero al menos era imposible confundirlos con unos zapatos tradicionales de raso. 

—El novio no parece feliz —susurró Yuri. —No me sorprende. ¿Por qué no tratas de evitar decir alguna otra tontería por ahora? Y te lo digo en serio, haz algo con respecto a esa molesta costumbre que tienes de decir lo que piensas. 

Jaejoong apenas pudo reprimir un suspiro. Yuri nunca decía lo que pensaba en tanto que Jaejoong casi siempre lo hacía, y tal alarde de sinceridad molestaba a su madrastra. Pero Jaejoong no era capaz de actuar con hipocresía. Tal vez fuera porque eso era lo único que sus padres tenían en común. 

Dirigió una mirada furtiva a su nuevo marido y se preguntó cuánto le habría pagado su padre para que se casara con él. La parte más irreverente de Jaejoong se moría por saber cómo se había efectuado la transacción. ¿Dinero en efectivo? ¿Un cheque? «Perdón,  Jung Yunho, ¿acepta Corean Express?» Mientras observaba al novio declinar una mimosa de la bandeja que le había tendido Min Soon, intentó imaginar lo que él estaría pensando. 

«¿Cuánto tiempo más debo esperar antes de poder sacar al mocoso de aquí?»

Jung Yunho echó un vistazo a su reloj. Otros cinco minutos más, decidió. Observó cómo el sirviente que pasaba con la bandeja de bebidas se paraba a adularlo.  «Disfrútalo, señorito. Pasará mucho tiempo antes de que puedas volver a hacerlo.»

Mientras Yesung le mostraba al juez un samovar antiguo, Yunho contempló las piernas de su nuevo esposo, muy bien definidas gracias a eso que él llamaba traje de novio. Eran delgadas y bien proporcionadas, lo cual le hizo preguntarse si el resto de ese cuerpo, oculto a medias por la chaqueta, sería igual de tentador. Pero ni siquiera el cuerpo de una sirena lo compensaría de tener que casarse a la fuerza.

Recordó la última conversación que mantuvo con el padre de Jaejoong. 

—Es maleducado, atrevido e irresponsable —había dicho Yesung. —Su madre fue una mala influencia para él. No creo que Jaejoong sepa hacer algo útil. Por supuesto, no es todo culpa suya. Jaejoong estuvo pegado a las faldas de su madre hasta que murió. Es un milagro que no estuviera a bordo del barco la noche que se incendió. Tienes que tener mano dura con mi hijo, Yunho, o te volverá loco.

Lo poco que Yunho había visto de Jaejoong hasta ahora no le había hecho dudar de las palabras de Yesung. La madre, Jessica, había sido una modelo coreana famosa hacía treinta años. Como los polos opuestos se atraen, Jessica y Yesung habían tenido una aventura amorosa cuando él comenzaba a destacar como experto en política exterior; Jaejoong era el resultado. 

Yesung le había asegurado a Yunho que le había propuesto matrimonio a Jessica cuando ésta se quedó embarazada inesperadamente, pero ella se había negado a sentar cabeza. No obstante, Yesung había insistido en que siempre había cumplido con su deber de padre hacia su hijo ilegítimo. 

Sin embargo, todo indicaba lo contrario. Cuando la carrera de Jessica había comenzado a desvanecerse, se había convertido en asidua de fiestas y saraos. Y donde quiera que Jessica fuera, Jaejoong la acompañaba. Al menos Jessica había tenido una profesión, pensó Yunho, pero Jaejoong no parecía haber hecho nada útil en la vida.

Mientras miraba a su nuevo esposo con más atención, observó algún parecido con Jessica. Tenían el mismo color de pelo, oscuro como el ébano, y sólo los hombres que no salían de casa podían tener esa tez tan pálida. Sus ojos eran de un café inusual, Pero Jaejoong era más menudo —también parecía más frágil— y no tenía los rasgos tan marcados. Por lo que recordaba de viejas fotos, el perfil de Jessica había sido casi masculino, mientras que el de su hijo era mucho más suave, especialmente en la pequeña nariz respingona y en aquella boca absurdamente dulce. 

Según Yesung, Jessica tenía un carácter fuerte, pero era corta de entendederas, otra cualidad que el pequeño cabeza hueca con el que se había casado parecía haber heredado. No era exactamente el típico chico bonito y tonto —era demasiado culto para eso, —pero a él no le costaba imaginárselo como el caro juguete sexual de un hombre rico.

Yunho siempre había elegido con cuidado a sus compañeros de cama, y aunque le atraía ese pequeño cuerpo, prefería otro tipo de hombre, uno que fuera algo más que un buen par de piernas. Le gustaban los hombres que fueran inteligentes, ambiciosos e independientes y que no se guardaran nada para sí mismos. Podía respetar a un hombre o mujer que lo mandara a la mierda, pero no tenía paciencia con lloriqueos y pataletas. El mero hecho de pensar en eso hacía que le rechinasen los dientes.

Al menos tenerlo bajo control no sería un problema. Miró a su esposo y curvó una de las comisuras de la boca en una sonrisita sardónica. «La vida tiene maneras de poner a las pequeños chicos ricos y mimados en el lugar que les corresponde. Y, nene, eso es lo que te acaba de pasar.» 

Al otro lado de la habitación, Jaejoong se detuvo delante de un espejo antiguo para mirarse. Lo hacía por costumbre, no por vanidad. Para Jessica, la apariencia lo era todo. Consideraba que llevar el rímel corrido era peor que un holocausto nuclear.

El nuevo corte de pelo de Jaejoong, era ligero, juvenil y delicado. A él le había encantado desde el principio, pero le había gustado aún más esa mañana, cuando Yuri había protestado sobre lo inadecuado que era ese estilo para una boda. 

Jaejoong vio acercarse a su novio por el reflejo del espejo. Compuso una sonrisa educada y se dijo a sí mismo que todo saldría bien. Tenía que ser así. 

—Coge tus cosas, cara de ángel. Nos vamos. 

A él no le gustó ni un ápice aquel tono de voz, pero había desarrollado un talento especial para tratar con personas difíciles y lo pasó por alto. 

—María está haciendo un soufflé Grand Marnier para el convite de bodas, pero no está listo aún, así que tendremos que esperar. 

—Me temo que no. Tenemos que coger un avión. Tu equipaje ya está en el coche. 

Necesitaba más tiempo. No estaba preparado para estar a solas con él. 

—¿No podemos coger un vuelo más tarde, Yunhoneo? Odio decepcionar a María. Es una joya y hace unos desayunos maravillosos. 

Aunque la boca del hombre se había curvado en una sonrisa, los ojos parecieron taladrarlo. Eran de un inusual color negro que le recordaba a algo vagamente estremecedor. Aunque no podía recordar lo que era, ciertamente lo inquietaba. 

—Mi nombre es Yunho, y tienes un minuto para llevar ese dulce culito tuyo hasta la puerta. 

A Jaejoong le dio un vuelco el corazón, pero antes de que pudiera reaccionar, él le dio la espalda y se dirigió a los otros tres ocupantes de la habitación con voz tranquila, pero autoritaria. 

—Espero que nos disculpen, pero tenemos que coger un avión. 

Yuri dio un paso adelante y le dirigió a Jaejoong una maliciosa sonrisa.  —Vaya, vaya. Alguien está impaciente por celebrar la noche de bodas. Nuestro Jaejoong es un bocadito apetecible, ¿verdad? 

De repente, a Jaejoong se le fueron las ganas de tomar el soufflé de María.  —Me cambiaré de ropa —dijo. 

—No tienes tiempo. Estás bien así. 

—Pero... 

La firme mano de Yunho se posó en su espalda y lo empujó resueltamente hacia el vestíbulo. 

—Supongo que éste es tu bolso. —Ante el asentimiento de Yunho cogió el bolsito de Chanel de la mesita dorada y se lo tendió. Justo entonces, el padre y la madrastra de Jaejoong se acercaron para despedirse.

Si bien él no pensaba llegar más allá del aeropuerto, quiso escapar del contacto de Yunho que lo conducía hacia la puerta. Se volvió hacia su padre y se odió a sí mismo por el leve tono de pánico en la voz. 

—Tal vez tú podrías convencer a Yunho de que nos quedemos un poco más, papá. Apenas hemos tenido tiempo de hablar. 

—Obedécele, Jaejoong. Y recuerda que ésta es tu última oportunidad. Si me fallas ahora, me lavo las manos. Espero que hagas algo bien por una vez en tu vida. 

Hasta ahora, siempre había soportado las humillaciones de su padre en público, pero ser humillado delante de su nuevo marido era demasiado vergonzoso y Jaejoong apenas consiguió enderezar los hombros. Levantando la barbilla, dio un paso delante de Yunho y salió por la puerta.

Se negó a sostener la mirada de su esposo mientras esperaban en silencio el ascensor que los llevaría al vestíbulo. Segundos después, entraron. Las puertas se cerraron sólo para abrirse en la planta siguiente y dar paso a una mujer mayor con un pequinés color café claro. 

De inmediato, Jaejoong se encogió contra el caro panelado de teca del ascensor, pero el perro lo divisó. Enderezó las orejas, emitió un ladrido furioso y saltó. Jaejoong chilló mientras el perro se abalanzaba sobre sus piernas y le desgarraba el pantalón.

—¡Quieto! 

El perro continuó arañándole. Jaejoong gritó y se agarró al pasamanos de latón del ascensor. 

Yunho lo miró con curiosidad y luego apartó al animal de un empujón con la punta del zapato. 

—¡Mira que eres travieso, Mitzi! —La mujer tomó a su mascota en brazos y le dirigió a Jaejoong una mirada de reproche. —No entiendo lo que le pasa. Mitzi quiere a todo el mundo. 

Jaejoong había comenzado a sudar. Continuó aferrado al pasamanos de latón como si le fuera la vida en ello mientras miraba cómo aquella pequeña bestia cruel ladraba hasta que el ascensor se detuvo en el vestíbulo.

—Parecían conocerse —dijo Yunho cuando salieron. 

—Nunca... nunca he visto a ese perro en mi vida. 

—No lo creo. Ese perro te odia. 

—No es eso... —él tragó saliva, —es que me pasa una cosa extraña con los animales. 

—¿Una cosa extraña con los animales? Dime que eso no quiere decir que les tienes miedo. Jaejoong asintió con la cabeza e intentó respirar con normalidad.  —Genial —masculló él atravesando el vestíbulo. —Simplemente genial. 

La mañana de finales de abril era húmeda y fría. No había papeles pegados en la limusina que los esperaba junto a la acera, ni latas, ni letreros de RECIÉN CASADOS, ninguna de esas cosas maravillosas reservadas a las personas que se aman. Jaejoong se dijo a sí mismo que tenía que dejar de ser tan sentimental. Jessica se había metido con él durante años por ser exasperadamente anticuado, pero todo lo que Jaejoong había querido era una vida convencional. No era tan extraño, supuso, para alguien que había sido educado con tan poco convencionalismo. 

Se subió a la limusina y vio que el cristal opaco que separaba al conductor de los pasajeros estaba cerrado. Al menos tendría la intimidad que necesitaba para contarle a  Jung Yunho cuál era su plan antes de llegar al aeropuerto.

«Hiciste unos votos, Jaejoong. Unos votos sagrados.» Ahuyentó a la inequívoca voz de su conciencia diciéndose que no tenía otra opción. 

Yunho se sentó junto a él y el espacioso interior pareció volverse pequeño repentinamente. Si él no fuera tan físicamente abrumador, él no estaría tan nervioso.

Aunque no era tan musculoso como un culturista, Yunho tenía el cuerpo fibroso y fornido de alguien en muy buenas condiciones físicas. Tenía los hombros anchos y las caderas estrechas. Las manos que descansaban sobre los pantalones eran firmes y blanquecinas, con los dedos largos y delgados. Jaejoong sintió un ligero estremecimiento que lo inquietó.

Apenas se habían apartado del bordillo cuando él comenzó a tirar de la corbata. Se la quitó bruscamente y la metió en el bolsillo del abrigo; después se desabrochó el botón del cuello de la camisa con un movimiento rápido de muñeca.

Jaejoong se puso rígido, esperando que no siguiera. En una de sus fantasías eróticas favoritas, él y un hombre sin rostro hacían el amor apasionadamente en el asiento trasero de una limusina blanca que recorría  Beijing mientras Michael Bolton cantaba de fondo Cuando un hombre ama a una mujer, pero había una gran diferencia entre la fantasía y la realidad.

La limusina se incorporó al tráfico. É respiró hondo, intentando tranquilizarse, y olió el intenso perfume a gardenia en su pelo. Vio que Yunho había dejado de quitarse la ropa, pero cuando él estiró las piernas y comenzó a estudiarlo, Jaejoong se removió en el asiento con nerviosismo. No importaba lo mucho que lo intentara, nunca sería tan bello como su madre, y cuando la gente lo miraba demasiado tiempo, se sentía como un patito feo. Los agujeros del pantalón, tras el encuentro con el pequinés, no contribuían a reforzar su confianza en sí mismo. 

Abrió el bolso para buscar el cigarrillo que tanto necesitaba. Era un vicio horrible, lo sabía de sobra y no estaba orgulloso de haber sucumbido a él. Aunque Jessica siempre había fumado, Jaejoong no solía fumar más que un cigarrillo de vez en cuando con una copa de vino. Pero en aquellos primeros meses después de la muerte de su madre se había dado cuenta de que los cigarrillos lo relajaban y se había convertido en un verdadero adicto a ellos. Después de una larga calada, decidió que estaba lo suficientemente calmado como para exponerle el plan al señor Jung. 

—Apágalo, cara de ángel. 

Él le dirigió una mirada de disculpa. —Sé que es un vicio terrible y le prometo que no le echaré el humo, pero ahora mismo lo necesito. 

Él alargó la mano detrás de él para bajar la ventanilla. Sin previo aviso, el cigarrillo comenzó a arder.

Jaejoong gritó y lo soltó. Las chispas volaron por todas partes. Él sacó un pañuelo del bolsillo del traje y de alguna manera logró apagar todas las ascuas. 

Respirando agitadamente, él se miró el regazo y vio la marca diminuta de una quemadura en el  traje dorado.

—¿Qué ha pasado? —preguntó sin aliento. 

—Creo que estaba defectuoso.            

—¿Un cigarrillo defectuoso? Nunca he visto nada así.

—Será mejor que tires la cajetilla por si todos los demás están igual.

—Sí. Por supuesto.

Jaejoong se la entregó con rapidez y él se metió el paquete en el bolsillo de los pantalones. Aunque Jaejoong todavía se estremecía del susto, él parecía perfectamente relajado. Reclinándose en el asiento de la esquina, él cruzó los brazos sobre el pecho y cerró los ojos.

Tenían que hablar —tenía que exponerle el plan para poner fin a ese bochornoso matrimonio, —pero él no parecía estar de humor para conversar y Jaejoong temía meter la pata si no iba con cuidado.

33 comentarios:

  1. KYAAAAA ya quiero la conti....me encanto ya quiero saber que va a pasar entre yunho y jae!!! y tambien que fue lo q hizo jae....y por que yunho se caso...

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  2. Buen inicio, para todo hay razones y me intrigan algunas, esperó que jj no meta la pata pero que tampoco se quede cayado y diga lo que piensa así como es, cuantos capitulos son o serán?

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  3. kyaaaaaa me encanto ya quiero el segundo cap. plisss jejeejeje gracias....

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  4. Esta muy bueno, lleno de preguntas - porque se casó Yunho? Y porque dice el prólogo que lo lleva a un circo? Será para desquitarse porque lo casaron y sabe que a Jae le dan miedo los animales? A ver que pasa. Espero pronto subas nuevos capítulos porque esta muy interesante. Gracias.

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  5. Ahhh 'cara de ángel' me encanta como le llama yunho, el incidente con el cigarrillo estuvo muy raro, ay me enoja las curcunstancias en las que se casarón y que ambos darian lo que fuera porque no haya sido así pero ya veran caeran en lo que menos desean segun, omg eslero por el siguiente capitulo, se ve re interesante la historia! Gracias ^^

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  6. Domalo yunho a el le gusta eso y duro carita de angel xD

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  7. jae se pasa, "te tomo como mi horrible esposo" XD pobrecillo,lo comprendo yo tambien le temo a los perros, ese mitzi ataco a boo, :(

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  8. que malo es el papa de jaejoong :(

    jaejoong me dio risa cuando se olvido el nombre de yunho y le dijo horrible esposo XD! jaja pobre

    cara de ángel es un bonito apodo *w*

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  9. te confesaré algo unnie ... ayer lei unos cuantos caps y no comente u_u sorry¡¡¡ pero ya hoy me decidi a comentarte :) es la historia esta genial¡¡ en verdad¡¡ amo a ese JJ mimado y caprichoso y obvio quien mejor que meterlo en cintura que el macho alfa seme de Yunho :3 ojalá y a mi mi papá tambien me casará a la fuerza con un hombre como el Yunie xDDDD y todo mala onda el JJ como pudo haber olvidado el nombre de su recien esposo??¡¡ xDDD y luego lo que se le salió de su "horrible esposo" jajajajajaja daaaa tan despistadamente hermoso el JJ creo que este fic me hará reir mucho xD

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  10. Jaja dos mejores votos del mundo jajaja cono me morí con jae.. Es un genio!!

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  11. Oh por dios la escena de los votos fue totalmente epico xD ... aunque es comprensible de parte de Jae ya que fue obligado a casarse
    Sinceramente no me gusta para nada la actitud del padre ¬¬
    Me deja intrigada de cual habra sido las razon de yunnie para casarse, veamos como va la trama
    Gracias por el fic <3

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  12. hermoso cara de ángel y yunho no lo lastimes no seas malo con el

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  13. Aigoo qué pasó con ese cigarrillo, creo que estaria igual de sorprendida que jae. Yunho me parece un personaje bastante misterioso, me gusta!!! auqnue jae parece que tiee varios traumas del pasado y para terminarla us padre no le ayuda en nada, no creo que tenga derecho de tratarlo de esa manera jajaja me hubiera encantado asistir a esa boda XD y ver el traje dorado de jae o la cara de yunho al escuchar eso de horrible esposo, que pasará cuando jae le diga su plan? -corre a leer el siguiente capi XD

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  14. me encanto la parte de la iglesia Jae olvida el nombre de su prometido,ya me imagino la cara de Yunho cuando Jae dijo lo de horrible esposo,ahora que estan casados espero que Yunho no le haga daño a Jae,omo que paso con el cigarrilllo???

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  15. ok no sabia el ni el nombre de Yunho jaja ese Jae, pero siendo como fue todo tan rápido lo comprendo y mas que su padre lo obligo prácticamente a casarse pues no es de extrañarse, siento que Jae no es su culpa ser asi, como se dice no fue criado de forma muy convencional que digamos, y su madre siendo una modelo y llevándolo a el por todos lados sucumbió a su forma de ser...a ver que dirá Yunho ante su plan *nervios*

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  16. Jakka jae… .no recordar el nombre de tu futuro esposo y luego… mo horrible esposo jajak enserio eso fue memorable *-*

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  17. este Yunho de la historia hará sufrir mucho a Jae.
    y presiento que Jae es mucho más inocente y bueno de lo que creen los demás.
    me mató cuando en la ceremonia de casamiento Jae dijo esa frase -te tomo a tí como mi horrible esposo- jajajaj

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  18. da gracia como no recuerda el nombre de su esposo..^^ pero algo me dice q jae sufrira mucho por yunho u.u

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  19. hay jae es loquillo pero hay que entenderlo quien no se pone nervioso en su boda y mas si lo conoces pocos dias o un solo dia..... yesung se pasa casarlo asi por asi a jae con yunho uhmmm creo que hay algo turbio hay.... espero que no sea algo tan malo.... aunque quisiera preguntarle donde consiguio a yesung a alguien tan semental como a yunho :3 .... me gusta cuando lo llama cara de angel...... espero que por mas que sea arreglado este matrimonio funcione..... gracias por el capitulo.... Y gracias por agregarme..... *O*
    y como te dijo comentare todo los capitulos..... :3

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  20. Ese Jae intentando morderse la lengua, ya los dos caerán y terminaran enamorándose. "Cara de Ángel", eh suena bonito, pero YunHo no queriendo esperar a María con su bebida. XDD HAHAHAHAHAHAHAHA, votos sagrados, no sé me da risa como lo dice.

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  21. Santo Dios!!! Me deja frita !!! Generalmente no leo fics sin terminar pero este se ve genial !!!!

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  22. jajaj que no se acordaba del nombre de su esposo...eso pasa por no tener citas previas ..XD ....yunho cuando no ...siempre el macho man dominante que va hacer que jae deje de ser (segun su padre) ... un niño mimado ..me pregunto como terminara en YUNJAE LOVE ~ ^^

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  23. Me gusto mucho fue gracioso jae se olvido su nombre un voto muy peculiar me gusfa seguire leendo gracias^^

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  24. jajaja horrible esposo si que fue buena yo mr rei de la cara de disgusto que segun yo puso yunho jejeje
    pero que fue lo que hixo jae para terminar casanfose eh ???
    en fin a jae le dijeron cara de angel que para m i es muy cierto jejeje pero yunho esta que no se las aguanta jeje y ahora aceptara el plan de jae?? B-)

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  25. Omg!! Gracias por aceptarme comienzo con esta historia que parece interresante.
    JJ como que horrible esposo eso me mato y Yunho parece tan frio pero de seguro JJ lo derrite haha okno! Me encanta la historia gracias :)

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  27. omg omg omg que ansias!! cual será el plan? como se enamoraran? a Yunh le parecerá encantador? ojala!

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  28. Hay pobechito Jaejoong no te preocupes Cara de Angel que por cierto te queda muy bien jejejeje cualquiera se pone nervioso en su boda y se olvida su nombre si apenas lo conoce ...veamos cual sera tu plan esta muy interesabte quisiera sober como seguirán :)

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  29. Wooiioo que penita... que se hayq malogrado su trqje me da curiosidad de saber como era... jajjaja horrible esposo o espeso jajaajaj

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  30. Oh siempre tan difícil ........veremos que pasa me encanta gracias

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  31. Ese Jae jejejje se le olvidó su nombre de Yunho jejejje yeah con la fantasía jejjeej será que le hablara a Yunho de sus planes ??? Yo creo que se quedará con el jejejejej

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  32. No puedo evitar estar tan o más nerviosa y asustada que Jae, pobrecillo parece un cachorro abandonado, por qué Yunho es así de indiferente... Que lío es eso que los llevo a una boda son amor???

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