Autora: be_ddelusionall
Género: AU, Romántico
Advertencia: Lemon
Traducción: JadeJung
Sumario:
Género: AU, Romántico
Advertencia: Lemon
Traducción: JadeJung
Sumario:
Es el día de lavandería, y más
que solo las secadoras de tamaño industrial hagan las cosas más calientes.
ξζςξζςξζςξζςξζςξζςξζςξζςξζςξζςξζςξζςξζς
Balanceé
la canasta de ropa con mi cadera y cerré la puerta de mi apartamento. Solo me
iré por unos minutos, pero mejor prevenir antes que lamentar. No sociabilizo
mucho con mis vecinos tampoco. Quiero decir, está la vieja viuda a unas cuantas
puertas que le gusta hacer dokkbokki para todos, y la pareja al final del
pasillo con su bebé que siempre llora. Pero no sé sus nombres.
Apreté
el botón del elevador y esperé mientras los brillantes números contaban
lentamente hasta que marcaron el diecisiete y la puerta se abrió con un ding. Gracias al cielo, no había nadie
en el ascensor. Presioné el botón del sótano. Me mudé aquí porque hay un cuarto
de lavandería en el sitio.
Algunos
días pareciera que el elevador tarda años.
Reajusto
la canasta contra mi cadera a la vez que la puerta se abre. Lo único que odio
del cuarto de lavandería es la máquina expendedora llena de chocolates, papitas
y cosas que definitivamente no están en mi lista de comidas de “mantener la
figura”. Suelo caer y comprar una barra de caramelo en el día de lavar ropa.
Mis
ojos permanecen en la barra de mantequilla de maní de M&M y luego miro
hacia adelante antes de correr hacia la canasta de la lavandería. Me resbalo
ligeramente, dejo caer mi canasta y murmuro una maldición.
“¿Estas
bien? Ven, déjame ayudarte.”
Levanto
mi cabeza para decirle al chico que estoy bien, pero las palabras se quedan
atoradas en mi garganta. Tal vez haya gemido. Dios, es hermoso. Piel
bronceada, rostro pequeño y perfectamente esculpido con unos hermosos
brillantes ojos. Cabello marrón claro, puntiagudo, y oh dios, hombros
musculosos. Oh sí, he gemido.
Él
frunció el ceño. “¿Te lastimaste la pierna?” preguntó alcanzando mi cadera. Me
aparté porque si él me toca, tendré una erección.
“No,
solo… torpe. Estoy bien.” Me sonrojé y me apuré en recoger mi desperdigada
ropa. Oh dios, hay boxers por todos lados. No
toques mi ropa interior, por favor no. El otro se para y se mueve hacia la
única silla en la habitación, dejándome recoger mi ropa. Frunzo el ceño y me
doy cuenta de que, sí, fui rudo.
Recojo
la canasta y me dirijo a las lavadoras. Solo hay una abierta y maldigo de
nuevo, decepcionado con el hombre por ser tan apuesto y acapararse todas las
lavadoras. Quiero decir, en serio, solo hay ocho de ellas y demasiados
inquilinos. Él no es el único que vive aquí. Bufo molesto y me muevo hacia la
lavadora libre. Separo mi ropa, haciendo una pila de la ropa oscura primero,
jeans, camisetas, boxers. Tengo por lo menos dos tandas, probablemente tres.
Estoy
encantado, cierro mi puerta porque no dejaré mi lavado sin supervisión. Mis
ropas son mis bebés.
Lleno
la maquina con la ropa, agrego jabón y presiono inicio.
Hombre
Hermoso está en la única silla. Suspiro de nuevo y me siento sobre el mostrador
y me apoyo contra el cartel que dice, “Por
favor no se siente en el mostrador.”
La
lavadora al lado de la que estoy usando suena y el hermoso hombre se levanta.
Aproxima la canasta cerca y lo veo mientras saca una pila mojada de medias
blancas, camisetas sin manga y camisetas. Los traslada hacia las secadoras y
enciende una con la ropa, y luego vuelve hacia las lavadoras.
Hay
una canasta con ropa encima de la lavadora y él lanzaba ropa oscura en ella.
Pero…
¿cuánta ropa es que este hombre tiene?
Debió
sentir que lo miraba porque me miró y sonrió. “¿Qué?”
Me
encogí de hombros porque… “Al menos dejaste una secadora libre.” Asquerosa
frase. Dios, soy un idiota.
No lo
tomó como una ofensa y sonrió encantado. “Estaban todas ocupadas cuando llegué.
Una vieja mujer estaba lavando en todas.”
Hice
un gesto. “La mujer del cinco G, te apuesto.”
“Tuve
que pedirle estas dos mientras ella estaba aquí y ella no estaba feliz por eso.”
“Pero…”
hice un gesto hacia la que tenía mi ropa.
“Sería
muy grosero tomar la última y no me importa. Es día de lavandería. Nada más que
hacer.”
Mi
corazón se agitó por su sinceridad. Caballerosidad, amabilidad, buen aspecto. Me pregunto si será millonario también.
“¿Eres
nuevo en el edificio?” le pregunté.
“Estoy
en el diecisiete.”
Sonrió
como si esto nos diera algún tipo de conexión, pero no es definitivamente la
conexión que yo quería ahora mismo.
Todas
las demás lavadoras sonaron una tras otra, señalando su completado.
“Hey,
hay espacio extra si quieres tirar algunas cosas,” dijo, señalando a la casi
llena lavadora.
Mis
cejas se levantaron de nuevo. ¿Qué le pasa a este hombre? ¿Y por qué todavía no
está desnudo?
Salto
fuera del mostrado y veo que está lavando cosas al azar, camisetas coloridas y
medias y… boxers. Me sonrojo, pero murmuro un gracias y tiro algunas de mis
camisetas. Está bien, luego solo tendré que hacer una pila más. Le doy la mitad
de lo que cuesta la lavadora; él trata de rechazarlo y luego sonríe ante mi
mirada.
“Bien,”
dice riéndose y usa mi parte.
Vuelvo
a mi sitio en el mostrador y saco mi iPhone, así no tengo que verlo. Él suspira
y no levanto la mirada, inclusive cuando quiero. Escucho que se vuelve a sentar
en la silla.
“Ese mostrador
no es para sentarte, joven,” una vieja mujer dice. Levanto la mirada y es la
mujer del cinco G, manos en sus caderas, labios fruncidos.
Salto
fuera del mostrador. La mujer va hacia las secadoras y lentamente saca su ropa.
Encuentro la mirada del otro y me sonríe, y trato de no reírme. Me paseo hacia
la silla y me siento en la mesa que está cerca.
Él
también está mirando a su teléfono. Memorizo las líneas de su rostro con mis
ojos y me pregunto cómo sería hacerlo con mis manos. De repente bufa y me
inclino un poco para ver la pantalla de su celular. Está viendo el capítulo de
un drama que nunca he visto. Me sonríe y me ofrece un auricular. Lo tomo,
teniendo que acercármele. Voltea la pantalla.
El
hombre en la pantalla está esforzándose mucho por impresionar a una chica, pero
él dice todas las cosas incorrectas y deslizándose sobre el barro que ha creado
la manguera que sostiene la chica. Es linda, pero el actor es definitivamente
mi tipo de hombre. Me encuentro sonriendo ante sus esfuerzos.
“Perversiones,”
la mujer susurra.
Levanto
la mirada molesto y ella nos mira, labios más apretados. Sé que estoy sentado
cerca de otro hombre, pero no me di cuenta cuán cerca. Iba a mover mi pierna,
pero él la agarró. Él la está viendo. Ella le devuelve la mirada y luego
regresa a su lavandería.
Me
volteo y nuestras miradas se encuentran, y dios, estamos horriblemente cerca el
uno del otro, y esto era prueba de su propia sexualidad, o ¿es mi
homosexualidad tan evidente que él solo está dando la cara por mí? De todas maneras,
estoy agradecido. Odio a los homofóbicos, inclusive si son viejas señoras. Sus
labios se contraen y me doy cuenta que los estoy mirando, e imaginándome qué
hacer con ellos. Lamerlos, besarlos, volverlos rojos a causa de mordidas.
Me
sonrojo y alejo la parte superior de mi cuerpo. No puedo ir muy lejos, solo el
largo del cable del auricular. Y por otro lado, su mano sigue en mi muslo. No
quiero irme lejos. Tomo una profunda respiración y me concentro de nuevo en la
pantalla.
Él lo
pausa y luego va hacia la lista de menú, pasando carpetas hasta que llega a una
que dice, “Mis cosas”. Lo abre y
jadeo, sorprendido ante la colección de videos porno. Porno gay. Mi pene se
pone duro en solo tres segundos.
Baja
la mirada hacia mi regazo y sonríe. Sus dedos vuelan hacia la pantalla a la vez
que escribe, “Esto es lo que estaba
viendo antes de que llegaras.”
Mis
ojos se abren como platos y me volteo para verlo incrédulo. Levanta una ceja y
luego toca la pantalla. Gemidos se empiezan a escuchar en mi oído. Muerdo mi
labio para callar mi propio gemido. Sus dedos presionando mi pierna.
Los
dos hombres en la pantalla están follando como locos. Hombres, más bien chicos.
Con suerte estarán en sus veintes, pero dios, ellos son sexys. El pasivo tiene
sus tobillos en sus manos, piernas bien abiertas. Su trasero está recibiendo el
pene del activo, bien profundo cada vez. Y el pasivo está tirando de una cadena
que se une a unos anillos en los pezones y a un anillo para el pene.
En
realidad, me estoy quejando.
Él se
ríe. “Si, el chico de este drama es un dolor en el trasero. Pero soy adicto a
esto.”
Tengo
la visión borrosa cuando lo veo. Estoy muy seguro que me vendré ni bien me
toque. Le toma media hora a la mujer del cinco G para doblar su ropa. La
lavadora suena señalando que mi ropa está lista y el otro se levanta antes de
que yo lo haga. Él no está tan duro y mi boca se abre incrédula. Me sonríe
mientras pone mi ropa en la secadora. Su ropa también está lista, así que
también la añade a la secadora, ya que las secadoras son lo suficientemente
grandes para dos pilas.
La
mujer reclama una de las secadoras y dice, “Yo también necesito esa,” el chico
comienza a poner mi ropa blanca dentro de la lavadora.
“Tienes
seis de ellos,” él dice. “Esta es nuestra última carga.” Él usa su propio
dinero para encenderla.
La
mujer le gruñe. Él se tarda unos minutos en doblar su ropa, poniéndolas
cuidadosamente en su canasta. Se inclina con su trasero hacia mí, y el gemido
en mi oído surte efecto. Camina de regreso a mí con una mirada de depredador.
Se lame sus labios y todo mi cuerpo se estremece.
“¿De
qué me perdí?” pregunta a la vez que se sienta al lado mío.
Pestañeo
ante él porque no he estado viendo el video. Él es más sexy que el trío que
estábamos viendo. Miro hacia la pantalla y debo luchar para no ensuciar mis
pantalones. El pasivo tiene un pene y un vibrador en su trasero y otro pene en
su garganta.
“Um,”
comienzo.
“Me
encanta esta parte”, dice y se me acerca más, su brazo alrededor de mi cintura.
Unos cuantos centímetros más y estaré en su regazo.
Le
toma otros diez minutos a la mujer para poner toda su ropa en la secadora y
luego comenzar siete cargas más.
Dios,
y yo que creía que era un acaparador de ropa.
Ella
nos mira una vez más con disgusto y luego deja el cuarto de lavandería.
Unos
dedos me toman de la barbilla, volteando mi cabeza, y luego labios y lengua
están en mi boca. El gemido que estuve reteniendo por los pasados treinta
minutos explota de mí. Tira de mí y de manera poco agraciado caigo en su
regazo. Su duro pene se siente contra mi pierna y me froto con otro profundo
gemido.
Aleja
su cabeza y sus manos suben mi camiseta, sus dedos trazando mis músculos. Por
instinto, me acomodo sobre él hasta que mi trasero lo está montando, y luego
muevo mis caderas. Su pene se presiona contra la curva de mi trasero. Sus manos
empujaron hacia abajo mi sudor, hurgando dentro de mi bóxer. Su larga mano
atrapó mi pene e impide que mi orgasmo llegue, recorriéndome, molestándome con
cada caricia de su mano.
“¡Oh,
mierda, dios!” grito, mis caderas yéndose para delante de nuevo. No puedo
detener el orgasmo, por mucho que quiera. Es embarazoso estarme corriendo tan
rápido, pero es tan malditamente caliente. Acuna con su otra mano mi cabeza y
me corro en su mano, curvándome en su cuerpo, labios en su cuello, gritando mi
liberación en su piel. Soy como una muñeca de trapo cuando me empuja alrededor
y yo voy de buena gana, encontrándome de rodillas sobre la silla, mi cabeza
descansando en el respaldo.
“¿Alguna
protesta?” me pregunta mientras quita la humedad de mi mano.
Sacudo
mi cabeza. “Fóllame, dios.”
De
repente me doy cuenta de que aún hay gemidos en mi oído. Mis ojos encuentran la
pantalla y ahora el pasivo está siendo doblado, sus muñecas atadas sobre su
cabeza.
“Oh,
dios,” jadeo y mis ojos se agrandan.
Dos
dedos se presionan dentro de mí, usando mi propio semen como lubricante.
“No,
no, yo… solo fóllame.” Prácticamente la noche anterior me estuve rasgando con
mi vibrador, así que definitivamente no necesito tanta preparación.
“Que
puta,” susurra.
Lo
siguiente que entra a mi entrada es la cabeza de su pene. Empuja dentro antes
de que pueda acostumbrarme a él, y lo tomo profundo, todo el largo hasta que
nuestros cuerpos se amoldan. Frunzo el ceño ante la sensación de un condón;
dios, los odio, pero al menos él piensa de manera recta. … O curva.
Sonrió
a la vez que él empieza a moverse lentamente. Mis ojos se cierran con fuerza,
abro mi boca, estoy seguro de que estoy babeando. Arremete contra mí de
sorpresa, sacándome un lloriqueo.
“Dios,
tu eres… mierda.” Está jadeando, como si no fuera a durar mucho tampoco, pero
es mejor hacerlo rápido. Cualquiera puede entrar.
Mi
pene esta duro de nuevo. Quiero masturbarme, pero no puedo. Él está
penetrándome muy rápido. El eco suena por toda la habitación. Su cuerpo se
sacude, tiembla, y luego hay labios en mi cuello, dientes muerden mi piel. Él
llora, sacudiéndose, y luego jadeos a la vez que él llena el condón. Su cabeza
se sitúa en mi espalda por un momento, y luego con un tirón y una respiración
profunda, sale de mí, acomodando mi pantalón sobre mi trasero. Me hundo en la
silla con un gemido mientras mi miembro se frota contra la tapicería.
Abro
mis ojos, viéndolo cruzar la habitación. Se saca el condón de su hermoso pene y
lo amarra antes de botarlo en un basurero. Mis dedos se cierran ligeramente
alrededor de mi erección. Se voltea y me mira mientras camina de regreso a la
silla, abotonando sus pantalones.
“Es
posible que desees taparte,” dice.
Hago
un puchero y luego digo, “Cúbreme con tu boca.”
Sonríe.
Ambos
escuchamos la puerta del elevador abrirse, y con un suspiro, rápidamente me
subo los pantalones.
“Deberás
lavar esa ropa sudada,” dice. “¿Debería ponerlos en la lavadora para otra
carga?”
Entiendo
su indirecta y sonrío. “Sería una pérdida solo lavar estos. Si quieres, puedes
venir a mi apartamento cuando terminemos, y veré si mis sábanas necesitan ser
lavadas.”
“¿Y si
no?”
“Entonces
las ensuciaremos.”
Se
agacha para besarme, pero el sonido de pisadas se detiene. La vieja mujer está
de vuelta con otra carga de ropa. La secadora suena y el chico se para
rápidamente. Lo vacía, ignorando a la vieja mujer que está oliendo. Débilmente
escondo mi risa. Dobla nuestra ropa, dejando la mía en una pila sobre la mesa,
y luego tira mi ropa blanca a la secadora. De nuevo, pagando por ello.
“Te
veo arriba, bebé,” me dice y me guiña el ojo.
Suspiro
y me acomodo en la silla. Dejó su iPhone. Me pongo ambos auriculares y me hago
bola sobre la silla. Los chicos aún están follando, pero necesito calmarme. Lo
detengo y navego por sus carpetas.
Encuentro
el nombre del joven en una carpeta de mensajes. “Jung Yunho,” susurro. Nombre
sexy. Todo sexy. Sintiéndome invasor, pero sin importarme, leo unos cuantos
correos y me doy cuenta de que es un modelo. Tiene una sesión de fotos en dos
días. Encuentro una carpeta con sus fotos de una revista y de publicidad. Su
cuerpo es absolutamente perfecto.
“Kim
Jaejoong, eres el hijo de puta más suertudo del mundo,” me susurro a mí mismo.
ξζςξζςξζςFinξζςξζςξζς
Wow wow wow! Es lo único que se me viene a la cabeza después de leer esto, lo ame por completo!
ResponderBorrarY aunque la abuelita no me cae por ser tan acaparadora, la quiero porque dejo que el yunjae se conozca 7u7r
Eso fue muy ardiente, pinche vieja homofobica era que los pille ja ja aj , pa que se traume je je, me gusto mucho gracias
ResponderBorrarjajajaajajja que corta nota la señora, me encanto!!
ResponderBorrarJaejoong y Yunho fueron demasiado sexys y atrevidos, a veces eso es genial!!
muchisimas gracias
Que sexis y fascinantes son Jae y Yunho.
ResponderBorrarGracias!!!
me encanto el fic hermoso super xevere
ResponderBorrardemasiado atrevidos que tal si la señora esa los cacha se infarta la pobre de la impresión pero creo que si ensucian esas sabanas
ResponderBorrarGRACIAS por compartir
omooooo lo mega adoré!!!Es demasiado bueno!!! De verdad que nuestro JJ tiene demasiada suerte
ResponderBorrarwooo eso si que es un encuentro súper hot en la lavandería solo que la viejita le gustaba interrumpir jajaja pero la seguían en el sepa y sierra condenadamente suertuda Jaejoong
ResponderBorrarGracias me encanto
Esta buenisimo este one shot .... Fresco wow!!! .. Asi nomas se conocen, de traen ganas y se enrrollan alli mismo....mas sexy!! Me encanto, u.u quiero saber como van a ensuciar sus sabanas Graciassss!
ResponderBorrarEso fue wow jajja q bien se van a divertir mas jejejwj e y jae q no queria socializar jaj ah ah
ResponderBorrarDefinitivamente jae es un suertudote ahhhh!!!! Estupido y sensual yunho quien no caeria con semejante hombre, gracias estuvo genial ;)
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