Capítulo 10

Jaejoong se rió entre dientes, cuando Yunho puso la corbata roja sobre su cuello y la enderezó en él. Se puso sus jeans y subió el cierre de la cremallera. —Te ves bien en rojo— dijo mientras se ponía la camisa, y luego miró hacia atrás a Yunho.

—Tú te ves mejor.

—¿Así que no te molesta que yo llegara a tu oficina y le dijera a Miseon que cancelara todas tus citas?— Jaejoong admitió que se sentía un poco nervioso por eso. Había sido bastante osado por su parte hacerlo.

Yunho hizo bocina con las manos alrededor de la mejilla de Jaejoong. —No, en absoluto, Liebling. Tú puedes cancelar mis citas en cualquier momento que lo desees, siempre y cuando me traigas otra corbata.

Jaejoong podía sentir su cara arder. Agachó la cabeza. Tal vez Leeteuk tenía razón. Tal vez podría hacer cosas que le gustaran a Yunho con los fondos que tenía. Jaejoong sólo tendría que darles un giro a ellas.

—¿Te he dicho que necesito varios pares nuevos de bóxers?— preguntó Yunho.

Jaejoong rodó los ojos. Podía oír la diversión en la voz de Yunho, pero también podía escuchar la alegría. Agarró a Yunho por la corbata y acercó su cara para un rápido beso. Tirando hacia atrás, él agitó sus pestañas a Yunho, coqueteando con él.

—¿De seda o de algodón?

—Bueno— Yunho comenzó —,yo prefiero…

La explosión repentina de la puerta del despacho al abrirse, hizo que ambos, Jaejoong y Yunho giraran alrededor. Jaejoong apenas captó la visión de tres hombres corriendo en la habitación antes de que Yunho se pusiera delante de él.

—¿Cuál es el significado de esto?— gritó Yunho —.¿Quiénes son ustedes?

—¿Jung Yunho?— Un hombre comenzó —.Usted está bajo arresto por el secuestro y el asalto de Kim Jaejoong. Usted tiene derecho a permanecer en silencio. Todo lo que usted diga puede ser usado en su contra en un tribunal de justicia. Usted tiene derecho a un abogado. Si usted no puede pagar uno, le será designado. ¿Entiende usted estos derechos que le he leído?

Jaejoong vio con sorpresa y horror cómo dos de los hombres esposaron a Yunho y le leyeron sus derechos. Dio un paso adelante. —No, esperen, están cometiendo un error.

—Es necesario que dé un paso atrás, señor— dijo el oficial que le había leído los derechos a Yunho —.Si no lo hace, será acusado de interferir con un oficial de policía.

—Pero usted no entiende— exclamó Jaejoong tratando de llegar a Yunho —.Yunho no puede haber…— Las palabras de Jaejoong se cortaron por un agudo pinchazo en la cara. Se dejó caer de rodillas. El intenso dolor que atravesó su cabeza golpeó el aire fuera de él.

Jaejoong escuchó el rugido de Yunho. Oyó un choque, unos pocos gruñidos más y los sonidos de carne contra carne golpeando. Luego todo quedó en silencio. Jaejoong recuperó el aliento y levantó la vista justo a tiempo para ver a Yunho siendo arrastrado fuera de la habitación. Su cabeza colgaba sobre su pecho y no parecía que caminara por su cuenta.

Jaejoong se puso de pie. Su mano cubrió su rostro herido. Echó un vistazo a la última persona en la habitación, la que parecía estar a cargo. —¿Cuál es su nombre?

—Detective Baek Hobun— se burló el hombre —.¿Cuál es su relación con el Sr. Jung?— preguntó el detective, que metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó una libreta y un bolígrafo. Él la abrió y empezó a tomar notas.

—Tal vez debería haber investigado antes de irrumpir aquí y atacarnos— gruñó Jaejoong mientras se abrochaba la camisa. Miró al detective —.Está a punto de saber exactamente quién soy, y cuando lo haga, espero una disculpa por su parte y de su departamento. Entonces yo querré su placa.

—¿Usted quiere mi placa?— El hombre se echó a reír —.¿Por arrestar a un hombre que secuestró y asaltó a un joven? Me merezco una medalla. ¿Tiene usted alguna idea de qué clase de hombre es Jung Yunho?

—Yo sé exactamente qué clase de hombre es Jung Yunho— Jaejoong dijo con orgullo —.Yo estoy casado con él.

Jaejoong se apartó del detective y salió de la habitación antes de que alguien pudiera decir otra cosa. Tenía que llegar a la estación de policía y sacar a su marido de la cárcel. Y luego iba a hacer arder el lugar en el infierno.

—Miseon, llama al abogado de Yunho y dile que se encuentre conmigo en la estación de policía. Yo estoy yendo hacia allí ahora mismo. Y dile a Kangin que me espere con el coche en el momento en que esté en la planta baja.

—Sí, señor Jung— dijo Miseon, y enseguida agarró el teléfono —.Buena suerte, señor Jung.

—Yo no necesito suerte. —Jaejoong le guiñó un ojo a Miseon—. Necesito a Yunho.

Jaejoong se apresuró a llegar al ascensor. En el momento en que las puertas se cerraron y pulsó el botón de la planta baja, Jaejoong sacó su teléfono celular y marcó el número de Leeteuk. Se tocó el pie con impaciencia mientras esperaba que Leeteuk contestara.

—¿Ya me extrañas?— Se rió Leeteuk cuando contestó el teléfono.

—Ya basta, Leeteuk— espetó Jaejoong —.Estoy en problemas y necesito tu ayuda.

—¿Qué pasa, hombre?— preguntó Leeteuk, su voz seria esta vez.

—Estoy en camino a la estación de policía. Necesito que nos encontremos allí. Yunho ha sido arrestado. Te morirás cuando escuches el motivo: él ha sido arrestado por el secuestro y agresión de Kim Jaejoong.

—¡De ninguna manera!— exclamó Leeteuk.

—Sí, así fue— dijo Jaejoong —,y el maldito detective ni siquiera sabía quién era yo.

—¿Crees que tu padre tiene algo que ver con esto?

—Oh, sí, sus huellas están en todo esto— gruñó Jaejoong. Las puertas del ascensor se abrieron. Jaejoong salió, asintiendo a Kangin cuando se puso a caminar junto a él —.Nos vemos allá, Leeteuk.— Jaejoong cerró su teléfono y se metió en el coche, Kangin se deslizó a su lado. —¿Qué te dijo Miseon?— preguntó Jaejoong cuando se giró para mirar a Kangin.

—Que algunos detectives llegaron y arrestaron a Yunho.

—¿Eso es todo?— preguntó Jaejoong con sorpresa.

Kangin se encogió de hombros. —Ella tuvo una especie de histeria después de eso. ¿Puedo entender que hay más?  

—Ellos irrumpieron en la oficina y lo detuvieron, Kangin. Dijeron que él había secuestrado y asaltado a Kim Jaejoong.— Las palabras sonaban extrañas provenientes de la boca de Jaejoong. ¿Cómo pueden arrestar a Yunho por eso sin haber hecho ninguna investigación en absoluto? 

—Pero, tú eres Kim Jaejoong.

—No, yo solía ser Kim Jaejoong. Ahora soy Jaejoong Jung, y ahora la policía está a punto de descubrir lo que sucede cuando me cabrean.

Kangin silbó. —¡Vaya, Jaejoong!

—Lo golpearon, Kangin— Jaejoong dijo con los dientes apretados. Sus manos apretadas contra sus piernas —.Ni siquiera pudo salir de la oficina por sus propios medios.

—¿Lo golpearon? ¿Yunho se resistió al arresto?

—No, no exactamente.— Las manos de Jaejoong comenzaron a sudar al darse cuenta de que probablemente había sido culpa suya que golpearan a Yunho.

Se sentía tan mal como una mierda. 

—Traté de evitar que se llevaran a Yunho. Yo sólo estaba tratando de explicar que todo eso era un malentendido y alguien me golpeó. Hasta ese momento, Yunho estaba bien, pero entonces él se perdió.

—Bueno— Kangin emitió una risa temblorosa —,eso explica las cosas entonces. Estoy seguro de que Yunho estaba furioso.

Jaejoong asintió, aunque él no lo entendía completamente. No había ninguna razón para golpear a Yunho. Si sentían que él se estaba resistiendo al arresto, lo podían haber sometido, pero no golpearlo hasta el punto en que apenas pudiera caminar. 

—Esto es una pesadilla horrible— Jaejoong murmuró.

Sintió que Kangin lo palmeaba en una pierna. Él sabía que Kangin quería tranquilizarlo. Jaejoong no creía que fuera posible, no hasta que Yunho estuviera de vuelta en sus brazos. 

Jaejoong miró a Kangin. —Sabes que mi padre está metido en esto, ¿verdad? 

—¿Por qué dices eso? Esto podría ser sólo un malentendido, Jaejoong.

—No, no— dijo Jaejoong, sacudiendo la cabeza —.Arrestaron a Yunho por secuestrarme y agredirme, a mí, a Kim Jaejoong. Sonaba como que ellos pensaban que yo era un muchacho joven del que Yunho había abusado. Infiernos, ni siquiera sabían que Yunho se había casado conmigo.

Jaejoong golpeó con su puño cerrado el asiento de cuero junto a él.

—¿Cómo no van a saberlo, Kangin? Hemos estado en todas las noticias por semanas.

Kangin se encogió de hombros. —Quién sabe, Jaejoong, pero vamos a llegar al fondo de esto. El abogado de Yunho va a reunirse con nosotros en la estación de policía y tendrá a Yunho fuera en pocos minutos.

—¿Me lo prometes?— susurró desesperadamente.

—Te lo prometo, Jaejoong— dijo Kangin —.Ahora, límpiate los ojos y pon tu rostro feroz de nuevo. No puedes dejar que te vean disgustado. ¡Tienes que ser el tipo que me ordenó que me encontrara contigo en el coche!

Jaejoong se rió entre dientes. Se secó los ojos, sin saber siquiera que tenía lágrimas en ellos hasta que las sintió bajo sus dedos. Él podía hacer esto, él podía. Podía hacer cualquier cosa si eso significaba volver a casa con Yunho, llevarlo al lugar donde pertenecía.

Para el momento en el que el coche se detuvo, Jaejoong había recuperado el control de sus emociones una vez más. Podía sentir su ira comenzando a construirse cada vez que pensaba en que Yunho había sido arrestado. En primer lugar, eso nunca debería haber ocurrido.

Si Jaejoong tenía algo que decir al respecto, iban a rodar algunas cabezas. Este era uno de los momentos en los que Jaejoong estaba agradecido por el dinero y el poder de Yunho. Llamaría a todos los que se le ocurriera para liberar a su marido, sin importar el precio a pagar.

Kangin abrió la puerta y salió, Jaejoong caminaba justo detrás de él. Un hombre mayor vestido con un traje muy caro corrió inmediatamente hacia ellos. Jaejoong lo reconoció como el abogado de Yunho de cuando firmó sus papeles de matrimonio. No le gustaba mucho el hombre, pero él parecía saber lo que hacía.

—Shim Songpo, Sr. Jung— dijo el hombre mientras le tendía la mano. Jaejoong se la estrechó —.Miseon llamó y me contó la situación. Si usted quiere seguirme por este camino, conseguiré la liberación del Sr. Jung tan pronto como sea posible— dijo el hombre, haciendo un gesto con la mano hacia el edificio.

—¿Ella le explicó el motivo por el cual arrestaron a Yunho?— preguntó Jaejoong cuando comenzó a caminar hacia el edificio. Pudo ver de reojo los camiones de los noticieros en el exterior del edificio en el momento en el que entró. «¡Perfecto! Alguien llamó a la prensa. Yunho se molestará».

—Ella no estaba segura, Sr. Jung, pero sí dijo que Yunho no se veía muy bien cuando lo sacaron de su oficina.

—No, no lo estaba. Estoy bastante seguro de que lo golpearon— dijo Jaejoong.

Giró el rostro hacia el hombre y señaló la contusión que se sabía formado ya en su mejilla.

—Se puso un poco molesto cuando uno de los oficiales hizo esto.

—Oh, mi…— dijo el Sr. Shim —.¿Y cómo ocurrió eso?

Jaejoong hizo una mueca cuando los dedos del hombre punzaron suavemente la zona dolorida.

—Traté de evitar que se llevaran a Yunho.

El Sr. Shim chasqueó la lengua. —Esa no podría haber sido la opción más sabia, Sr. Jung. Usted podría haber sido arrestado por interferir con un oficial.

—Sí, ellos me lo dijeron.— Jaejoong hizo una mueca —.Sólo tuve un pequeño problema con dejarles tomar a mi marido por algo que no hizo.

—¿Por qué lo arrestaron?

Jaejoong rodó los ojos. —Arrestaron a Yunho por el secuestro y el asalto de Kim Jaejoong.

—Pero, usted es Kim Jaejoong— dijo Shim con confusión.

—Ya me he dado cuenta de eso.— Jaejoong empujó su mano temblorosa en sus pantalones tratando de ocultar lo mal que realmente se sentía —.¿Ahora ve por qué no quería que se lo llevaran?

—Sí, sí lo veo— respondió el Sr. Shim. Miró a Jaejoong por un momento como si estuviera tratando de llegar a una decisión y luego asintió —.Vamos a tener a Yunho fuera en pocos minutos, Sr. Jung, y entonces usted podrá llevarlo a casa. Después de eso, voy a asegurarme de que rueden algunas cabezas por esto.

—Puede empezar con el detective Baek Hobun. Él es el detective que detuvo a Yunho. Es un idiota.— Jaejoong dio un paso fuera del camino cuando dos agentes de policía uniformados pasaron con un hombre esposado —.Él no me escuchó cuando intenté explicarle que Yunho no podía haber hecho eso.

El Sr. Shim asintió. —Muy bien, señor Jung, voy a empezar con el detective Baek.— Sacó un teléfono celular de su bolsillo —.Si usted me da un momento, tengo que hacer unas cuantas llamadas telefónicas, que nos asegurarán que Yunho sea puesto en libertad inmediatamente.

Jaejoong asintió y dio un paso atrás para estar junto a Kangin. Sintió la mano de Kangin darle brevemente una palmadita en la espalda. Se sintió agradecido por el apoyo. Se sintió aún más agradecido cuando Leeteuk entró un momento después.

—Oh mi Dios, Jaejoong— Leeteuk comenzó mientras corría hacia él. —¿Has visto a Yunho ya? ¿Cuándo podrá salir? ¿Está tu padre aquí?— Leeteuk inclinó la cabeza hacia un lado —.¿Y qué demonios le pasó a tu cara?

Jaejoong tocó suavemente el lado de su cara, haciendo muecas. Todavía se sentía muy hinchado, y probablemente, lo estaría por un tiempo. Yunho iba a estar muy molesto. Jaejoong no se interpondría en su camino cuando demandase al departamento de policía y acabara con todos allí dentro. Tampoco lo impediría.

—No importa en este momento— dijo Jaejoong. Señaló al Sr. Shim —.Su abogado está haciendo algunas llamadas telefónicas. Sospecho que está llamando a algunos que le deben favores para conseguir sacar a Yunho. Este es uno de los momentos en los que estaré muy agradecido por el dinero y el poder de Yunho.

Leeteuk asintió y frotó el brazo de Jaejoong. —Todo irá bien, Jaejoong.

—Veremos.

—¿Sr. Jung? 

Jaejoong se giró para ver al señor Shim de pie detrás de él. —¿Sí?

—¿Podría por favor seguirme?— El hombre comenzó a caminar hacia el ascensor. Jaejoong, Leeteuk, e Kangin lo seguían. Viajaron hasta el piso 11.

Las puertas se abrieron para revelar una pequeña zona de recepción. Una joven mujer estaba sentada detrás de un escritorio grande.

—El Sr. Shim y el Sr. Jung desean ver al jefe— dijo Shim mientras caminaba hacia la mujer.

—Por favor, vengan por aquí— dijo la mujer mientras se ponía de pie y abría la puerta justo a un lado de su escritorio —.El jefe está esperando.

—Gracias— dijo Shim, y luego caminó dentro, Jaejoong asintió con la cabeza.

Se sentía casi fuera de su elemento en este momento y un poco más allá del habla. Su estómago le dolía por la preocupación sobre lo que le podría estar sucediendo a Yunho, donde estaba, y si estaba bien. Jaejoong no estaría satisfecho hasta que Yunho estuviera libre y de vuelta a casa sano y salvo.

—Ah, señor Shim— un hombre mayor vestido con un uniforme de policía lo saludó.

Él se puso de pie y se acercó, tendiéndole la mano al abogado. —El alcalde llamó y me dijo que tenía algún tipo de problema en el que tal vez yo pueda ayudarle.

—Eso espero— respondió el Sr. Shim —.Mi cliente, Jung Yunho, ha sido arrestado por su detective Baek Hobun, y se encuentra detenido en la planta baja. Yo estoy aquí para conseguir su liberación.

El jefe miró un poco confundido cuando se sentó detrás de su escritorio. Hizo un gesto para que todos los demás se sentaran. Jaejoong no tenía ganas de hacerlo, se sentía con ganas de caminar de un lado a otro. Bueno, en realidad, sentía ganas de gritar, pero no creía que eso ayudara a la situación en ese momento.

—Permaneceré de pie, gracias— dijo Jaejoong. Cedió a su necesidad de caminar, yendo y viniendo detrás del Sr. Shim. Leeteuk se sentó en un sofá de cuero negro junto a la pared. Kangin sólo se apoyó contra la puerta, con los brazos cruzados sobre el pecho, la boca torcida en una pequeña sonrisa. Se veía muy intimidante y a Jaejoong le encantó.

—¿Y usted es…?— preguntó el jefe, dirigiéndose a Jaejoong.

Antes de que Jaejoong pudiera contestar, el Sr. Shim levantó la mano. —Vamos a llegar a eso en un momento, jefe. En primer lugar, me pregunto si usted podría pedirle al Detective Baek que se uniera a nosotros y abriera el archivo del caso. Me gustaría tener esto resuelto lo antes posible para liberar a mi cliente.

El jefe miró como si quisiera discutir, pero asintió de todos modos y agarró el teléfono. Eso le dijo a Jaejoong que alguien más arriba en la cadena alimentaria había azotado las cadenas. Jaejoong habría aplaudido si hubiera sido apropiado.

Jaejoong siguió moviéndose nervioso en su lugar cuando el jefe ordenó al Detective Baek que trajera el archivo de la detención de Yunho. La espera parecía eterna.

Jaejoong cruzó los brazos sobre el pecho para evitar golpear el escritorio del jefe y exigirle la liberación inmediata de Yunho.

Él se aferró a la esperanza de que el Sr. Shim fuera tan bueno como su ego parecía decirle que era. Yunho había contratado al hombre, y Yunho no empleaba a idiotas. Esta era la oportunidad del hombre para demostrárselo a Jaejoong.

Si Shim Songpo podía sacar a Yunho de este lío, él tendría trabajo de por vida.

Jaejoong dio un salto cuando el teléfono sobre el escritorio del jefe sonó. Respiró hondo y soltó el aire lentamente. Realmente necesitaba controlarse. Estaba empezando a perder el control.

—¿Sí?— dijo el jefe cuando contestó el teléfono —.Muy bien, hágalo pasar— colgó el teléfono y miró a todos —.El Detective Baek está aquí.

Jaejoong suprimió un gruñido, pero por poco. Giró y vio que la puerta se abrió y el detective caminó dentro. Parecía sorprendido de ver a Jaejoong allí. Jaejoong sonrió. Estaría mucho más que sorprendido pronto.

—Hola, detective Baek, ¿ha golpeado a alguien últimamente?— Jaejoong observó con satisfacción que la cara del detective palideció. Habría dicho más, pero el Sr. Shim lo interrumpió.

—¿Detective Baek, le ha informado a su jefe por qué mi cliente, Jung Yunho, ha sido arrestado?— preguntó el Sr. Shim.

El detective infló su pecho. Jaejoong se dio cuenta de que pensaba que estaba en lo correcto. Niño, sería una sorpresa. Jaejoong no podía esperar.

—Arrestamos a Jung Yunho por el secuestro y el asalto de Kim Jaejoong.

—¿Y quién presentó el informe?— preguntó el Sr. Shim —.¿Kim Jaejoong presentó el informe?

El detective miró confundido por un momento. —No, su padre, el Senador Kim lo hizo.— ¡Maldita sea! Jaejoong sabía que lo había hecho su padre, pero todavía sacudía sus nervios el escucharlo.

—¿Y porque es un senador, fueron directamente a arrestar a Jung Yunho sin hacer ninguna investigación previa? ¿Se le preguntó al menos a Kim Jaejoong si las acusaciones eran ciertas, o intentaba hacerse un nombre por sí mismo al arrestar a un hombre poderoso como Jung Yunho? 

—Ahora, lo que tenemos aquí— el detective casi gritó —,es a un hombre que ha secuestrado y asaltado a un niño. Yo estaba perfectamente en mi derecho para detenerlo.— Miró sarcásticamente al señor Shim —.Nadie— miró fijamente a Jaejoong —,ni siquiera su novio maricón va a conseguir sacar de esta al alto y poderoso señor Jung.

—Ya veo— respondió el Sr. Shim. Jaejoong reconoció que el hombre estaba construyendo la defensa a pasos agigantados —.¿Es con los homosexuales en general, o tiene un problema simplemente con Jung Yunho?

—Estoy seguro de que el detective Baek es consciente de nuestra política de tolerancia cero relativa a la orientación sexual— afirmó el jefe antes de que el detective pudiera decir nada más —.Él sólo hizo su trabajo.

—¿Su trabajo?— Jaejoong señaló hacia su propia cara—. ¿Cuál es su política sobre brutalidad policial?

—Bueno, estoy seguro de que…

—Usted interfirió con los deberes de un oficial de policía— gruñó el detective —.Yo podría haberlo detenido y entonces estaría en una celda al lado de la de su novio.

—Él es mi marido— gritó de nuevo Jaejoong —.Estamos legalmente casados.

—No, si el Senador Kim hace que deroguen esa ley. Una vez que la gente sepa qué tipo de cosas malas le hizo a ese pobre muchacho, Jung Yunho, estoy bastante seguro de que la opinión pública lo destrozará.

—¿Y qué pobre muchacho sería ese, detective?— preguntó el Sr. Shim.

—Kim Jaejoong, el hijo del Senador.— El detective miró al señor Shim como si fuera un idiota. Jaejoong sonrió. Miró a Kangin y Leeteuk y vio la misma sonrisa en la cara de ellos. Cuando volvió a mirar al señor Shim, el abogado asintió con la cabeza. Ahora la diversión podía comenzar.

Jaejoong dio un paso adelante. —Nunca me he presentado correctamente. Mi nombre es Jaejoong Jung. Antes de casarme con Yunho, era Kim Jaejoong, hijo del Senador Kim Wooseok.

El detective quedó blanco.

—Oh Dios— susurró el jefe a sus espaldas.

—Tengo veintiséis años de edad, y hasta donde yo recuerdo, me hace legalmente capaz de tomar mis propias decisiones acerca de con quién me acuesto o con quién me caso. En ningún momento Jung Yunho me hizo algo que yo no quisiera hacer y menos secuestrarme u obligarme a ir a ninguna parte que no quisiera ir.

—No puede ser— murmuró el detective —.El Senador dijo que su hijo era un muchacho joven, que había sido secuestrado y asaltado por Jung Yunho.

—También tiró toda su mierda sobre mí el día en el que se enteró de que yo era gay, incluyendo la rotura de dos costillas. Eso fue justo antes de que él me diera una patada y me arrojara a la calle sólo con la ropa que tenía puesta. Yo acababa de cumplir dieciséis años. Hasta mi boda hace un mes, yo no había visto ni oído de mi padre en diez años.

—Como he dicho antes, detective— dijo Shim —,¿se ha molestado en investigar las denuncias del Senador o simplemente ejecutó el arresto sobre Jung Yunho, con la esperanza de hacerse un nombre con este caso?

—Si se hubiera molestado en hacer cualquier tipo de investigación, se habría enterado de que Yunho y yo estamos casados desde hace seis meses. Además también soy el hijo menor del senador Kim, así que no tiene ningún hijo más joven que yo.

—Pero... pero... él dijo...— balbuceó el detective.

—Oh, estoy seguro de que él lo hizo— rió Jaejoong. No era una sonrisa bonita —.Mi padre odia el hecho de que soy gay. Él piensa, más o menos, que yo debería arder en el infierno. Mientras no hice olas, me dejó tranquilo. Cuando me casé con Yunho, hice olas, muchas olas.

Jaejoong se acercó hasta que quedó casi pecho con pecho con el detective. Lo miró a los ojos, dejando que el detective viera toda su ira.

—Ahora, ¿dónde está mi marido?