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jueves, 24 de julio de 2014

Capítulo 41


Me eché a reír, un poco sorprendido.


—¿En serio? Creí que íbamos a cenar esta noche— inquirí, un poco perdido en cuanto a lo que estaba pasando por su cabeza.

Él se echó a reír. —Así es.— Fruncí el ceño y miró la hora en su tablero del reloj. 17:42.

—Bueno, ¿a dónde vamos ahora, entonces? Quiero decir, ¿a qué hora vamos a comer esta noche y esas cosas? porque quiero cambiarme primero. No puedo ir a la cena de este modo— repliqué, agitando mi mano.

Él se echó a reír. —Cariño, no te estreses. Hay mucho tiempo para todo. No estoy seguro de por qué tendrías que cambiarte, sin embargo, esos son mis jeans favoritos— comentó. Se inclinó y dejo una hilera de besitos al lado de mi cuello, mientras su mano trazaba mi pierna desde mi rodilla hasta la parte superior de mi muslo, haciendo que mi cuerpo temblase y mis ojos se cerraran involuntariamente.

En silencio, deseaba que el tiempo pasara más rápido.

Ni siquiera quería ir a cenar, lo único que quería era lo que sucedería después, cuando volveríamos a su casa. Quería la intimidad y la cercanía; quería renovar el vínculo que había desaparecido durante los últimos seis meses.

—Sí, te gusta todo de mis jeans ajustados— murmuré sin aliento mientras él mordisqueaba mi clavícula.

Se echó a reír, y su aliento soplando a través de mi piel dándome la sensación de un hormigueo.

—Muy cierto— confirmo él. Besó mi cuello una vez más antes de jalar y estirar la bufanda entre sus manos, sonriéndome tranquilizador —.Da la vuelta a tu cabeza y vamos a seguir adelante. No te preocupes, precioso, tendremos tiempo de sobra para comer y esas cosas esta noche.— Suspiré y me mordí el labio antes de voltearme en mi asiento, haciéndole colocar la venda improvisada sobre mis ojos.

La ató con fuerza en la parte trasera de mi cabeza. Yo sonreí y toqué la tela suave con la punta de mis dedos, empujándolo fuera de mi nariz para poder respirar adecuadamente. Yunho agarró mis hombros y me volvió de nuevo hacia él, ajustando la bufanda hasta que estuvo contento con ello.

—Perfecto— afirmó, antes de capturar mis labios en un beso suave.

Me sonrió y se echó hacia atrás, jugando con mis dedos, volando mi cabeza tratando de pensar en alguna parte a la que él quisiera llevarme como sorpresa. Tenía que ser en algún lugar remoto, ya que, literalmente, no tomó riesgos en absoluto con la gente viéndonos salir. Así que yo sabía que no era el centro comercial, o un juego de pelota o cualquier cosa poblada por el estilo.

El único lugar que se me ocurrió era el campo que en una ocasión me llevó demasiado para una cita, una de las mejores noches de mi vida que tuvimos bailando en la oscuridad con sólo las luces de los coches brillando. De hecho, esperaba que fuera allí, esperaba que yaciéramos en el capó de su coche y escuchando algunas canciones de amor cursi mientras él me abrazaba con fuerza.

Cuando el coche se detuvo estaba tan temeroso que me sentía un poco enfermo. Habíamos estado conduciendo por unos cuarenta minutos desde que insistió en que me vendase los ojos. ¿Dónde diablos me está llevando? esto no puede ser nuestro campo, ¿verdad? Estaba a sólo diez minutos, a lo sumo. A menos que haya conducido alrededor un par de veces, para que no tuviera idea de donde me encontraba, tal vez estaba tratando de engañarme o algo.

Me mordí el labio cuando escuché la puerta abrirse y a él titubeante con algo en la parte posterior de la auto, tal vez sacando algo del maletero o poniendo algo ahí dentro. Cuando la puerta se abrió un minuto después me sobresalté y se rio en voz baja.

—Aquí, toma mi mano, precioso.— Su mano se cerró alrededor de la mía. Fruncí el ceño detrás de la venda. ¿No iba a dejar que viera aún? ¿Dónde demonios estamos?

—¿Por qué no puedo ver aún?— me quejé, haciendo pucheros.

Algo rozó mis labios a la ligera, apenas tuve tiempo de darme cuenta de que él me había besado antes de apartarse nuevamente.

—Porque quiero ver al completo efecto de la sorpresa. Esto se supone que es romántico— respondió él, dándole un pequeño tirón a mi mano, señalando que quería que yo saliera del coche.

Salí y dejé que me guiara ciegamente a donde sea que él considerase «romántico». El viento azotaba  mi cara, haciéndome encorvar mis hombros contra el leve frío. Hmm, realmente debería haber traído una chaqueta. Se detuvo y soltó mi mano. Sonreí, pensando que había llegado al destino deseado, pero en vez de sacar la venda, él cubrió con algo mis hombros.

Me aferré a la suave tela y tiré de él lo más cerca que pude, oliendo el hermoso olor familiar pero varonil que era solamente de mi novio. Obviamente me había dado su sudadera. Sonreí y tiré de ella hacia mi cara, aspirando su olor. Él se rio y me cogió la mano de nuevo.

—Acosador— bromeó, haciéndome caminar de nuevo tirando de mí con delicadeza.

Caminamos durante unos minutos más.

El terreno era un poco irregular bajo mis pies, yo tenía zapatillas de deporte, así que no tenía idea de si estábamos en la hierba o tierra, pero era desigual, así que sabía que estábamos sin duda fuera de carretera. Se detuvo otra vez, me hizo caminar detrás de él.

Soltó mi mano y me agarró los hombros.

—Quédate ahí. No te muevas— me dio instrucciones, su tono voz severo.

—¿Acabas de usar la voz de maestro en mí?— bromeé, sacando la lengua como un niño de cinco años.

Él se rio y apretó sus labios en los míos, besándome apasionadamente antes de alejarse de mí, dejándome solo y agarrándome la sudadera con capucha alrededor mío con fuerza contra el viento leve.

Podía escucharlo ir a tientas a mi lado. Me quedé allí con paciencia, esperando que me dijera que estaba bien que me moviera. Con total honestidad, yo querría que este momento durara para siempre, mi cumpleaños fue increíble hasta ahora y yo quería que durara para siempre, por lo que él podía tomar todo el tiempo que quisiera.

Algo frío rozó mis labios mientras el olor de fresas frescas golpeó mi nariz. Se me hizo agua la boca y oí un pequeño gemido que me di cuenta surgió de mí.

—Abre— susurró, besando mi mejilla suavemente. Abrí la boca y la fresa helada se metió entre mis dientes. Instintivamente la mordí, el dulce jugo golpeando mis papilas gustativas.

Sus labios se cerraron sobre los míos, tan pronto como había tragado la baya, el sabor era casi embriagador con sus labios presionados contra los míos. Él lamió la esquina de mi boca, donde probablemente había un poco de zumo.

Mis sentidos parecían haber aumentado con los ojos vendados.

Los expertos siempre decían que, si se pierde un sentido, entonces los otros se vuelven más fuertes. Sin duda eso hizo el gusto más fuerte, yo nunca había probado nada más delicioso en mi vida.

Mientras él me besaba lo sentí remover torpemente el nudo en la parte de atrás de mi cabeza, desatando la bufanda. Yo lo besé con fiereza, aferrándome a las presillas de sus pantalones vaqueros para que no pudiera tirar de mí.

Sentí el suave material que se apartó de los ojos, pero en lugar de tirar hacia atrás y abrir los ojos me apreté a él con más fuerza, saboreando los últimos segundos antes de que el beso se rompiera. Yo atesoraba cada uno de los besos de Yunho, trataba cada uno como si fuera el último en caso de que él nunca me bendijese con otro.

Se retiró y me besó la punta de la nariz.

—Puedes abrir los ojos, precioso— susurró.

Sonreí mientras me lastimaba tener los ojos abiertos, haciendo una mueca ligeramente ante el brillo repentino después de estar en la oscuridad durante tanto tiempo. Lo primero que vi fue su cara, a centímetros de la mía, una sonrisa hermosa en sus labios.

Sus ojos negros ardían en los míos y mantenían tal pasión que casi me golpeaban de soslayo.

A regañadientes arrastré los ojos de él, hacia mi entorno.

La emoción creció por encima de mí, mi corazón literalmente dolía así como mi estómago temblaba. Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras miraba lo que había hecho. Romántico no era la palabra para describir esta escena, se parecía más a la perfección. Era el epítome de todas las cosas románticas y espectaculares.

Estábamos en la parte superior del punto de ruptura, el más alto punto de la ciudad. Estábamos en el borde del acantilado, había puesto una manta con unos cuantos cojines dispersos alrededor también. Un manojo de tulipanes rojos puestos en el borde de la manta, ya en su propia agua. Una cesta de picnic descansaba en el centro tapada, podía ver la caja de fresas en la parte superior. Podía ver también la mayoría de mis comidas favoritas allí, me mordí el labio mientras una lágrima caía por mi cara porque este tipo especial había hecho tanto esfuerzo, sólo para mí.

—¿Quieres sentarte?— preguntó, apartándose de mí y sobre la manta, asintiendo con la cabeza para que me sentara en primer lugar. Si hubiera habido una silla, él la habría sacado para mí, Yunho era un poco chapado a la antigua, pero su padre era exactamente igual por lo que yo había presenciado. El dicho era sin duda justo en su familia, «de tal palo, tal astilla».

Me senté en un extremo de la manta y contemplé la espectacular vista de la ciudad.

Era hermosa, nunca había estado realmente aquí antes y eso lo hizo aún más especial para mí, porque lo hacía con Yunho. Vi como sacaba caja tras caja de cartón de comida, vasos, platos y cubiertos. Había pensado en todo. Cuando sacó una botella de champán levanté una ceja.

—¿Te das cuenta de que no tengo la edad suficiente para beber todavía?— bromeé.

Él se echó a reír.

—Sí, un cumpleaños a la vez. Sólo pensé que podríamos tomar un vaso para ver la puesta de sol. Tú no tienes que hacerlo si no quieres. Traje alternativas…— inclinó la cesta para que yo pudiera ver lo que quedaba dentro y me eché a reír cuando vi una botella de batido de fresa, mi favorita por supuesto, y una botella de Dr. Pepper.

—Tendré la opción por el momento. Tal vez voy a tomar el champán más tarde, si nos vamos a quedar aquí para ver la puesta de sol— reflexioné, encogiéndome de hombros.

¿Cómo conseguí tener tanta suerte de tener a alguien como Yunho?

De verdad, de verdad que no lo merecía.

Él sonrió y me sirvió un vaso de batido de fresa y tomó una Pepsi para sí. Le ayudé a abrir todas las cajas de comida, maravillado cómo él parecía tener hecho todos y cada uno de mis favoritos.

—¿Tú hiciste todo esto?— le pregunté con curiosidad, mirando a la ensalada de pasta con cautela.

No era exactamente el mejor cocinero.

Él se rio y sacó un tenedor en la pasta, tomando un par de piezas, y luego lo levantó a mi boca. Cuando abrí mi boca en silencio recé, él no me daría comida intoxicada. Me quedé agradablemente sorprendido por el sabor, que era delicioso.

—Mi madre hizo la mayoría. Creí que fue mejor ir a lo seguro y no lamentarlo más tarde, con los dos estando vomitando— admitió, riéndose tímidamente.

Me levanté en mis rodillas y me moví para poder besarlo, sonriéndole con gratitud. —Gracias.— Fue todo lo que yo dije, era todo lo que había que decir, por lo menos esperaba que él supiera lo agradecido que estaba, porque no podía encontrar las palabras para expresarme mejor que eso. Estaba literalmente sin habla por él y su consideración.

Comimos y se echó a reír, hablar y coquetear.

Todo fue perfecto. A medida que el viento se levantó, el sacó otra manta, envolviéndola alrededor de mis hombros. Cuando no podía comer un bocado más empacó todo en el cesto, antes se volvió hacia mí con una gran sonrisa en su rostro.

Lo miré con curiosidad, preguntándome qué había causado esa expresión. Él tendió una mano hacia mí, abriendo el puño para revelar un cuadro negro pequeño del tamaño de la palma de su mano. Había una cinta roja pegada en la parte superior.

Cerré los ojos y sonrió cuando sacudí mi cabeza hacia él.

—En realidad, no deberías haberme comprado nada.

Rodó sus ojos.

—Yo lo quería, así que solo cállate— dijo él, moviendo su mano más cerca de mí, en silencio diciéndome que tomara el regalo y lo abriera.

Lo tomé de su mano, disfrutando del suave, aterciopelado tacto de la caja en mis manos. Me mordí el labio con entusiasmo, sabiendo que era una caja de joyería y que él ya había dicho que quería darme algo que pudiese conservar. Estaba tan emocionado que apenas recordaba cómo respirar. Voy a llevar esto, sea lo que sea, todos los días y pensaré en Yunho.

—No te estás volviendo más joven— bromeó, riendo y acercándose más a mí para que sus piernas estuvieran al lado de las mías. Metió las manos bajo mis tobillos y movió mis piernas acomodándolas de manera tal que estaban rodeándole prácticamente alrededor de su cintura.

Su rostro estudiando cada centímetro del mío mientras sus manos descansaban en la parte superior de mis muslos, apretándolos suavemente como una provocación. Sonreí y abrí la cajita.

Mi aliento estaba atrapado en la garganta.

Dentro de la caja había un pequeño brazalete de oro encantador.

Los enlaces eran delicados y complejos, había un dije pequeño encantador colgando de un lado.

Extendí una mano temblorosa y froté con la punta de los dedos a través del brazalete, dándole la vuelta para poder verlo mejor. De repente me di cuenta del pequeño encanto que tenía.

Era el signo de Pi, el símbolo de las matemáticas. Me mordí el labio y lo miré con asombro. Creo que él dijo era algo personal para él, el tipo de simbolismo de algo que amaba, entonces sería como si yo usara su signo de algún modo. Fue hermoso.

—Esto es increíble, muchas gracias— dije con voz ronca.

Las lágrimas agruparon en mis ojos, pero traté de no dejarlas caer.

Él sonrió e inclinó la cabeza hacia un lado. —¿Te gusta?

Me incliné hacia adelante y presioné mis labios a los suyos, lo besé con gratitud, saboreando una lágrima salada por lo que había perdido la lucha conmigo mismo para no llorar. —Me encanta.— Le susurré contra sus labios.

Agarré la cajita firmemente en mi mano para que no se cayera. Estaba ya enamorado de este pequeño brazalete y una vez que estuviera en mi cuerpo nunca me lo quitaría.

Me sonrió felizmente. —Bien. Quería que tuvieras algo que pudieras conservar. Estoy muy contento de que te guste.— Pasó la mano contra mi cara, secándome las lágrimas suavemente antes de besar mi frente —.Te amo, precioso.

Cerré los ojos y agarré la parte delantera de su camisa, presionándome contra él, apretando las piernas alrededor de su cintura, solo maravillado de que este hombre en realidad era mío. Era demasiado increíble para mí, sin duda.

—También te amo. Muchas gracias, Yunho. Es simplemente hermoso— suspiré, besando el costado de su cuello. Me eché hacia atrás y se la tendí a él —.¿Me lo pones?— pedí con ganas de tener la increíble pulsera en mi muñeca lo más rápido posible.

Él sonrió y quitó el brazalete de la caja, desabrochándolo y envolviéndolo alrededor de mi muñeca. Sonreí al sentir el frío oro contra mi piel. El pequeño símbolo Pi colgado en mi muñeca, brillando bajo los últimos rayos del sol.

Me besó otra vez hasta que sentía literalmente como mis entrañas se conviertan en papilla. Yo era un desorden tembloroso y lo único que me mantenía erguido eran sus brazos que me abrazaban apretadamente mi cintura. Él rompió el beso y sonrió. Se apoderó de mi muñeca y acercándola, examinó mi pulsera, jugando con el pequeño dije en él, tocándolo con un poco nerviosismo.

—Este dije se ve un poco solitario— murmuró él, besando la parte interior de la muñeca, en el lugar de mi pulso. Mi piel se erizó con placer ante esa minúscula y pequeña muestra de afecto.

Sonreí y rocé mi mano libre por su frente, apartando el pelo de sus ojos para que pudiera verlo mejor. —Me gusta sólo tener ese dije allí. Es perfecto. Un símbolo de matemáticas, de mi novio nerd de las matemáticas— bromeé, riendo mientras me mordió la muñeca.

Puse la mano en su regazo y se enderezó, mirándome con suavidad. —De hecho, me compré otro dije para ponerlo allí también— susurró, arrastrando sus dedos sobre la muñeca ligeramente, haciendo que mi estómago empezara a revolotear.

¿Él me compró algo más? —¿Lo hiciste? Yunho, no deberías haberme dado nada en absoluto, esto fue ya demasiado— protesté, sacudiendo la cabeza. No necesitaba que gastara su dinero en mí en absoluto. No es que no amase la pulsera, porque lo hacía, pero no necesitaba cosas caras de él.

Suspiró y se echó hacia atrás, buscando a tientas en los bolsillos de su vaquero. Sacó algo, mirándolo con cierta ansiedad. Miré la pequeña bolsa de terciopelo negro que tenía en su mano, él estaba jugando con el cordel que mantenía cerrada la parte superior.

Le escuché tragar saliva y empecé a ponerme nervioso.

Yunho nunca es de esta manera, es siempre tan seguro, ¿por qué esta tan nervioso de repente? Estaba a punto de preguntarle qué le pasaba, cuando tomó mi mano y le dio la vuelta, con la palma mirando hacia arriba. Desató la cuerda, inclinando la bolsa hasta mi mano. Cayendo hacia mí un anillo de oro y diamantes en miniatura, un dije para mi brazalete, pero se trataba de un anillo.

Mi boca se abrió. Era hermoso.

—Yunho, esto es…— me detuve, mis ojos estaban llenos de lágrimas de nuevo.

Él pareció respirar profundamente mientras recogía el pequeño dije, jugueteando con el broche al que estaba unido.

—Quería que tuvieras esto porque… bueno, es algo así como un anillo de promesa y me preguntaba si lo usarías— preguntó, con voz un poco ronca. Él estaba mirando el dije, pareciendo el evitar mi mirada.

¿Un anillo de promesa? ¿Qué se suponía que significaba eso?

—¿Un qué?— Me mordí el labio e incliné ligeramente la cabeza para que yo pudiera ver su mejor cara. Cuando vi su expresión me sentí aún más confuso. Él miraba aterrorizado, genuinamente asustado por algún motivo.

¿Qué me estoy perdiendo aquí? 

Él tragó saliva de nuevo, levantando la mirada para encontrarse con la mía de nuevo.

—Un anillo de promesa. Como que yo te prometo un día remplazar ese anillo con uno de verdad. Es como un compromiso, pero sin el título— explicó —.Yo te amo, precioso, siempre te amaré y si las cosas fueran diferentes, si tú fueras mayor y no mi alumno y las cosas fueran más fáciles, eso no sería un anillo de promesa, sería la cosa real.— Sus hermosos ojos buscaban los míos, en busca de algún tipo de respuesta.

Espera, ¿está hablando de un anillo de compromiso? ¿Si las cosas fueran diferentes, el me daría un anillo de compromiso? Oh, Dios mío, ¿qué diablos puedo decir a eso? ¡Eso es tan jodidamente romántico!

—¿En serio?— murmuré, mirando de él al pequeño dije de anillo de diamante que puso de nuevo en el centro de mi palma.                                                                               

Él asintió con la cabeza. —De verdad— confirmó —.¿Llevarás mi anillo, precioso? Sólo necesito que sepas cuán serio soy con lo nuestro. Quiero pasar mi vida contigo, Jaejoong, y un día, cuando menos te lo esperas, voy a reemplazar este pequeño dije, con un anillo que vaya en tu dedo. Todo lo que quiero de ti esta noche es que me digas si te has preguntado en algún momento por nuestro futuro, si considerarías hacerme uno de los tipos más afortunados del mundo.

¡Santo cielo, él está pensando seriamente en nosotros casados en algún momento en el futuro! Dijo «nuestro futuro», me encantan esas dos palabras juntas. No es mi futuro, o su futuro, sino nuestro. La cabeza me daba vueltas un poco, mi corazón chocando contra mis costillas. Todo mi cuerpo estaba en llamas con entusiasmo mientras yo asentía, sonreía como un idiota.

—Me encantará usar tu anillo de promesa— acepté, tratando de no dejar que la ridícula felicidad que sentía por dentro, escapara de mí.

Antes de saber lo que había sucedido se puso en pie de un salto ovacionando al aire por encima de su cabeza con ambas manos.

—¡SIIIIII! ANOTACIÓN! ¡Vamos!— gritó alegremente como si esto fuera una especie de celebración de fútbol. Yo casi esperaba que el agitase la camisa sobre su cabeza y corriese alrededor cantando Somos los campeones.

Me dio un ataque de risa al ver a mi maestro supuestamente maduro, casi bailando en el lugar mientras sonreía como un idiota.

Ni siquiera parecía avergonzado de haber sido sorprendido haciéndolo.

—Eres un idiota— bromeé entre risas.

Él sonrió y asintió, poniéndose de nuevo delante de mí, con los ojos todavía bailando de emoción. —Sí, pero este empollón tonto de matemáticas acaba conseguir al chico de sus sueños— respondió él, sonriéndome.

Yo, literalmente, me arrojé a él, envolviendo mis brazos apretados alrededor de su cuello mientras presionaba mi frente contra la suya. Yo no sabía qué decir. ¿Qué palabras podía utilizar para describir este sentimiento? No sabía los suficientes superlativos para describirlo. Así que me conformé con dos pequeñas palabras, esperando expresar mis sentimientos.

—Te amo.— Me besó suavemente, sus manos ahuecando mi cara. —Te amo demasiado— susurró él contra mis labios.

Me estremecí, pero no fue por el aire frío o el viento que azotaba mi cara. Me aparté y abrí la mano, sosteniendo el pequeño dije hacia él.

—¿Me lo vas a poner entonces?— le pregunté en voz baja.

Su sonrisa se hizo aún más grande mientras lo sujetaba por el lado opuesto de la pulsera al pequeño símbolo Pi.

—Ahora eres mío— se jactó, sonriéndome. Me reí, y decidido a robar una frase de una película.

—Yunho, me tuviste en el hola. Siempre he sido tuyo.

Él suspiró feliz —Y siempre lo serás.

Nos sentamos en la cima del acantilado por un rato, hablando y bebiendo champán. Escuchando la música en el pequeño reproductor que había traído hasta aquí. Cuando el sol comenzó a bajar sobre la ciudad. Miré con asombro como la colores bailaban en el cielo, lo que hacía que todo se viera hermoso.

Deseé haber traído mi nueva cámara del coche para poder tomar un par de fotos de ello.

Yunho estaba aún frente a mí, de espaldas a la puesta del sol. —¿Por qué no te sientas aquí a mi lado? te estás perdiendo la vista— sugerí, acariciando la manta a mi lado.

Él sonrió. —Estoy buscando a la más bella cosa aquí. La vista no puede volverse mejor que esto— respondió, con los ojos rastrillando sobre mi cara lentamente.

Sentí una emoción incontrolable, ¡Oh mi Dios! ¡Eso era increíble! —Cursi.— Yo respiraba. Mi corazón latía demasiado rápido para ser saludable.

—En verdad— respondió él, acercándose a mí lentamente. Se movió tan cerca que tenía que acostarse sobre mi espalda. Él se cernía sobre mí, pero no me tocaba.

Tragué con fuerza. Su proximidad me hacía perder todos los pensamientos coherentes.

—Cursi.— Una sonrisa se torció en la esquina de su boca que yo deseaba seguir con mi dedo.

—Romántico.

Yunho estaba tan cerca ahora que podía sentir el calor de su cuerpo saliendo de él en oleadas, mi cerebro estaba un poco confuso, no podía pensar en nada que decir en absoluto. Envolví mis brazos alrededor de su cuello mientras acercaba su boca a la mía. Estaba tan cerca que casi podía saborear el champán en su respiración, ya que soplaba a través de mis labios. Él se cernía sobre mí, mirándome a los ojos como si fuéramos las únicas dos personas en el mundo.

—Tú ganas— le susurré, guiando su boca más cerca de la mía.

Él se rio en voz baja: —Siempre, porque te tengo a ti. Por lo tanto, siempre seré el ganador.

¿Vaya, este chico podía hacerme volar más alto? Sabía la respuesta a esa pregunta, sin embargo, y la respuesta era  diablos sí que puede. Apreté mis brazos alrededor de su cuello.

—Yunho, hazme el amor ahora.— Mi voz era entrecortada y ronca a causa de las emociones y sentimientos que se estrellaban a través de mi cuerpo.

Él sonrió y recorrió con sus dedos a través de mi mejilla suavemente. Yo sabía que él trazaría la línea por donde me ruborizaba, él siempre parecía enorgullecerse por el hecho de causar tal reacción en mí.

—Eso sería un placer para mí— bromeó.

Sonrió antes de inclinar la cabeza y capturar mis labios en el beso más hermoso que jamás había sentido en mi vida. Aquel beso transmitía tanto sentimiento, tanto amor y tantas palabras no dichas que casi no podía ni siquiera hacer frente a ello. La sensación de aquel beso casi me hacía llorar de nuevo. Pero no lo hizo, quedo ahí, ese beso fue seguido por otro.

Después de muchos besos más, el viento comenzó a pegar fuertemente. Me cargó apaciblemente. Abrió la puerta  del Jeep rápidamente y me tendió en el asiento de atrás.

—Lo siento Jaejoong, yo quería hacerte el amor al aire libre, pero considerando el viento, no quiero que te enfermes o algo. Así que mejor no…

¿Qué?

¿No vamos a hacer nada?

Antes de que si quiera  terminar de hablar, fruncí el ceño  y con mis brazos rodeé su cuello fuertemente. —Nada de ‘’mejor no’’ O me haces el amor aquí mismo o te juro que te enterraré en Choco chips.

Estalló en carcajadas, cerró la puerta del Jeep detrás suyo y se posicionó sobre mí —Es un impaciente, señorito Jaejoong, Hmm ¿Debería castigarlo por ser así? Aún soy su profesor.

Levanté una ceja y miré sus labios —¿Qué tal si el alumno no le interesa en lo más mínimo el castigo?— Dije antes de rozar sus labios, pero no lo suficiente como para profundizar el beso.

Se mordió el labio —Hmm, supongo que tendré que aumentar el castigo.

—Inténtelo.— Dije desafiándolo.

Frunció el ceño y se dirigió hacia mi cuello, con la punta de su linda nariz rozó mi piel sensible provocándome  escalofríos, mi cuerpo parecía masa en sus manos.

Pero Yunho iba demasiado lento, demasiado para mi gusto.

Rápidamente me senté en sus muslos y con mis manos agarré su pelo en un profundo y muy erótico beso. Sus manos viajaban desde mi cabeza hasta mi trasero, apretándolo como si se tratara de una esponja.

Sus dedos se pasearon por mis pezones aún cubiertos por la estúpida ropa. Cada toque era tan… perfecto. Las manos de Yunho sobre mi cuerpo me provocan algo… que no se puede explicar. Es como si sus manos hubieran sido hechas para tocarme.

Cuando me di cuenta ambos estábamos sudando, Yo completamente desnudo y Yunho con sólo sus jeans.

Me alejé de él, sacando rápidamente la ropa que obviamente estorbaba para luego acariciar con gracia su gran miembro. Definitivamente yo me había ganado la lotería con Yunho. Era perfecto. Adorable, simpático, inteligente, astuto, cariñoso y por sobre todo tenía un gran pene que encajaba completamente en mi interior. Siempre he pensado que estábamos destinados a conocernos, era como si nuestros cuerpos hubieran sido construidos para ser unidos. Para ser uno sólo. Y por supuesto que me encantaba ser uno solo con Yunho.

La mirada de Yunho era completamente lujuriosa incluso cuando sólo estaba usando mi mano, Dios deseaba tanto hacer esto. Reemplacé mi mano por mi boca y creo que puedo imaginarme la expresión de Yunho al sentir el calor de mi cavidad bucal. Mis manos descasaban en los muslos de Yunho y pude sentir como estos se tensaban y temblaban.

—Mierda, Jaejoong…— Dijo casi como un susurro mientras con sus dedos revolvía mi pelo.

Ambos llevábamos demasiado tiempo deseando nuestros cuerpos. Estúpidas reglas ¿Quién ganó ahora? Jaejoong 1 Reglas 0.

Incluso aunque sabía que Yunho estaba a punto de correrse quise ir más allá y con una mano agarré de la punta de su pene, hasta la piel caliente de su base y lo masturbe mientras lamía su glande. Mi diversión terminó cuando sentí un leve dolor en mi cabeza, levanté mi rostro y era Yunho tirando de mi cabello para luego sentarme desesperadamente sobre sus piernas.

Un beso despreocupado y caliente nos unió por varios minutos, mientras Yunho me preparaba correctamente, El primer dedo no dolió tanto como esperaba, a decir verdad, llevaba tanto tiempo sin ser tocado de esa manera que me sorprendió que no doliera al extremo, de seguro era porque me sentía tan caliente que explotaría. Estaba completamente cegado por el sólo hecho de estar tan cerca de Yunho.

Gemí en su boca por 34598765 vez gracias a la intromisión de su tercer dedo,  me di cuenta de que mi erección era increíblemente dolorosa y también me encontré empujándome a mí mismo contra los dedos largos de Yunho en mi joven culo.

Nuestros miembros se rozaban, ambos palpitando, deseando dejar salir la esencia acumulada que llevaban. Pero ya no podía aguantar más o Yunho entraba dentro mío o moriría.

—Lo necesito, Señor Jung— Dije en un susurro mientras rozaba suavemente nuestros labios —Ahora mismo.

Rápidamente Yunho metió su mano a un pequeño recipiente, sacando un preservativo junto con un Lubricante.

A toda prisa, Yunho colocó el preservativo y manchó su gran pene de lubricante y me levantó suavemente para estar alineado contra mi entrada.

Mi boca se abrió y con mis manos agarré el cabello dorado de Yunho, empuñando mis dedos en ellos mientras me hundía hasta el fondo del pene del amor de mi vida. Cuando traté de moverme Yunho me agarró las caderas fuertemente para evitar cualquier movimiento desesperado de mi parte —Tranquilo.— Dijo mientras tenía los ojos fuertemente cerrados.

Pero yo quería moverme, quería sentirlo nuevamente, quería experimentar de nuevo, una y otra vez la sensación del salir y entrar de su pene en mi interior.

Una vez que Yunho suavizó el agarré de mis caderas comencé con un movimiento suave. Me apoyé de sus hombros para subir y bajar como correspondía, como deseaba. Con la boca ligeramente abierta, una mirada totalmente perdida en placer, pude sentir la mirada de Yunho sobre mi rostro. Me mordí el labio y luego lo lamí, intentando provocarlo más.

—Oh mierda. Mierda Mierda Mierda. Jaejoong si lo haces así me voy a correr con sólo mirarte.

Sonreí y aumenté el ritmo. Dios necesitaba tanto sentirlo.

Luego de unas cuantas estocadas más sentí moverse las manos de Yunho envolviéndose alrededor de mi cintura para acercarme más. Cada estocada hacía que mi cuerpo se tense, la exquisita fricción de mi miembro contra mi cuerpo enviaba corrientes de calor a través de mi cuerpo.

Yunho inclinó su cabeza hacia atrás seguido de un sensual gemido, mientras yo descansaba mis manos sobre  sus hombros antes de levantarme a mí mismo lentamente, adorando la sensación de calidez en mi interior. Repetí esta acción unas cuantas veces más antes de que sus manos apretaran mi cadera aún más fuerte.

Intenté mantener el control pero dejé que Yunho controlara todo, permitiendo que sus manos se encargaran de aumentar el ritmo mientras mis  caderas hacían  un sonido contra la piel de Yunho con cada embestida.

Cualquier pensamiento de auto-control que había tenido hace momentos atrás habían desaparecido, cuando sentí que Yunho cambió sus embestidas encontrando mi punto.

Nuestros gemidos inundaban el auto, el calor se propagó  por mi cuerpo casi dejándome en llamas. Sus uñas se enterraron dolorosamente en mis caderas y gemí en voz alta el nombre de Yunho.

Minutos después Yunho se vino en un largo gemido nombrándome en él aun empujando fuertemente contra mí varias veces más. Cerré mis ojos fuertemente por el placer. Entonces sentí una mano envolviéndose alrededor de mi pene, deslizándose fuerte y rápido, estaba tan perdido y excitado que no me tomó demasiado tiempo correrme en la mano de Yunho.

Nuestras frentes estaban juntas, ambos sudando  con las respiraciones más que agitadas. Los vidrios estaban completamente empañados. Ninguno de los dos prestó atención alguna a lo que seguro había sido  una hermosa puesta de sol que estaba sucediendo detrás de nosotros mientras estábamos haciendo el amor.

*

Cuando desperté Yunho estaba mirando mi cuerpo algo preocupado ¿Qué pasó? Me senté y miré que en mis caderas tenía leves marcas de dedos, moretones mejor dicho.

—Lo siento, precioso, te hice daño anoche. Lo lamento mucho.— Dijo mientras enterraba su cara en mi cuello.

¿Por eso se veía tan acongojado mirándome?

Supiera que me encantó. De hecho si hubiera sido más agresivo mejor.

—Señor Jung, usted es muy sensible, a mí no me molesta para nada, de hecho me encantó lo de anoche.

Me miró casi perplejo —Pero Jaejoong… míralos. Lo siento, te dañé, no volverá a pasar.

Rodé los ojos y con ambas manos agarré sus mejillas —Escucha, no me hiciste daño, me gustó. No pienses cosas estúpidas. Me gustó que fueras más agresivo. Por favor no te culpes.

Su mirada se relajó e hizo un puchero —¿Lo dices en serio? De verdad, lo siento.

—Señor Jung, cállese y béseme ahora.— Dije frunciendo el ceño.

18 comentarios:

  1. *0*me encantó awww~~ Yunho fue muy lindo con todos los detalles que preparo para jae ♥
    wow hicieron el amor en el auto? xox esi fue tan ahshsjskaha no quiero que se acabe el fic u.u
    Gracias por compartir el fic JadeJung :D

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  2. me encanto muy romántico un poco cursi pero hermosos de verdad y jae ya le pertenece a yunho pues se a comprometido con el que emoción me a gustado de verdad mucho su declaración de amor los adoro

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  3. Yunho es más que un amor, tan cursi, encantador y caliente :3
    Al fin tuvo JJ lo que quería 8)

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  4. Afesrdhtfnyfbfsgrd wooo no tengo palabras....
    fue tan pero tan hermoso *^* son todo amor
    gracias por la actu ^-^

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  5. Que romántico y hermoso fue su declaración de Yunho, que adorables son ambos, al fin volvieron a tener relaciones tan anheladas por ambos preciosos. Gracias

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  6. Este capítulo fue mucho para mi salud ;___; demasiado lindo, ay yunho, ese hombre se pasa de romántico, lindo, tierno y perfecto, en serio, definitivamente pensó en todo para hacer de ese un cumpleaños inolvidable para jaejoong, lo del regalo y el anillo de promesa, estos dos como dice jae estaban destinados a encontrarse y estar juntos, no cabe duda, y vaya! por fin luego de reglas y todo por fin pudieron dar rienda suelta a la pasión y paso lo que tenía que pasar, que ya era mucho que ambos estaban sin el otro en ese sentido, insisto, este capítulo se paso de hermoso, no quisiera que termine esta historia, pero bueno, esperare por los sig capítulo a ver que más sucede, muchas gracias por actualizar, gracias, gracias ;u; <3

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  7. awwwww yunnie tan romantico :3 yo quiero un yunho hahahaha y la pasion les gano despues de 6 meses sin sexo obvio yunho iba a dar todo de si >////< que afortunado es jae hahahaha gracias por la actu..... genial el cap

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  8. Wow fue recontraarchiromantico jejejejejd son una hermosa pareja disfrutando de un atardecer espectacular y haciendo lo que dejaron pendiente solo por tener impuesta la regla ufffff si que fue hot ambos lo deseaban y pues de echo para jae y yunho fue maravilloso porque se aman
    Gracia por la actua

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  9. me encantó todoooo. y lo de la pulsera con los dijes... fue la cosa más malditamente romántica...
    muy bella la sorpresa de Yunho y su comida en un mirador.
    muchas gracias por el capítulo

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  10. Por fin lo hicieron <3 fuetan romantico, primeroel bello lugar despuesel brazalete luego el anillo d promesa*.* lahermosa entrega q tuvieron y este yinnietodo preocupado por los moretones en su boo. Jae mas bien loconsidera d seguro como una marca d su amado yunnie, esa parte de su preocupacion por los moretones me hizo acordar de un libro q lei de la saga de crepusculo dondelos protas pasaban porlo mismo** me gusto mucho:) amiga ya estoy bien lo peor ya paso y me puse a leer en tu blog q me gusta tanto. De ahi te contare todolo q paso. Muchas gracias por actualizar <3

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  11. yunho es todo un romantico con jae y un amor que bonita sorpresa le tenia jae y el regalo ginial y por fin el yunjae en Accion muy buen capitulo gracias por compartir

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  12. Omg omg omg PROMESA!! Yunho no pudo ser mas romantico <3 asdasdasdasd
    llore con Jae Yunho ha sido un maravilloso novio <3

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  13. Jae ha pasado un cumple
    maravilloso con Yunho es todo un
    amor primero la sorpresa lo llevo a
    un lugar maravilloso y luego la
    pulsera que le regalo y no basto
    con eso si no que le regalo un dije
    de anillo que tiene un significado
    muy especial y todo el amor de
    Yunho puesto en el.
    Para terminar el regalo tan ansiado
    en ello se demostraron cuanto
    amor se tienen y cuando se habian
    extrañado estando de esa manera.
    Que lindo cap me encanto

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  14. Lo ame, simplemente lo ame.
    YunHo es el hombre perfecto, demasiado cursi y asdkfjalksdfjasklfjsldf
    -Uno asi dios, uno asi- *suplica de rodillas*
    Llore como nena cuando le dio el anillo de promesa, YunHo esta tan enamorado de Jae que ya ha pensado en pasar toda su vida junto a el.
    Y el sexo, que cosa tan mas caliente, yo pense que minimo llegarian al departamento de YunHo pero no, lo hicieron ahi en la camioneta.
    Y todo tierno Yun disculpandose por las marcas que le dejo a Joongie :3
    Espero con ansias el siguiente cap
    Gracias por compartir unnie ^-^

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  15. POR FIN......
    yunho tan lindo, romántico, cursi PERFECTO
    el dije de anillo de promesa me encanto <3
    y para cerrar con el broche de oro, después de tantos meses se entregaron al amor y salvajemente <3
    YUNJAE SON TAN LINDOS
    gracias por actualizar

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  16. no en serio EXIJO un yunho en mi vida amorosa-- es tan romantico.. jae eres un suertudo.. q noche.. la noche de descarga ajajajjaajaj^^

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  17. jajajaja Jaejoong quiere a un yunho mas agresivo XDD!
    Hasta que por Fin..!! después de tantos meses de abstinencia hicieron el amor :3 <3 <3
    Yunho si que se esmero bastante para sorprender a jaejoong fue muy romántico y detallistas.

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  18. Kyyaa me encantooo Yunho es super hiper romántico tierno lindo kyyaaa. (Se que no soy la unica de querer un novio igual >o<) es tan perfecto dios lo ame lo ame lloré igual que Jaejoong cuando le dio el anillo de promesa ni puede ser mas tierno XD
    pero que reencuentro tan hot en los asientos traseros del carro si que no esperaron a llegar al departamento tan caliente fue el mejor cumpleaños que nunca olvidará Jaejoong :)

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