Me
eché a reír, un poco sorprendido.
—¿En
serio? Creí que íbamos a cenar esta noche— inquirí, un poco perdido en cuanto a
lo que estaba pasando por su cabeza.
Él
se echó a reír. —Así es.— Fruncí el ceño y miró la hora en su tablero del
reloj. 17:42.
—Bueno,
¿a dónde vamos ahora, entonces? Quiero decir, ¿a qué hora vamos a comer esta
noche y esas cosas? porque quiero cambiarme primero. No puedo ir a la cena de
este modo— repliqué, agitando mi mano.
Él
se echó a reír. —Cariño, no te estreses. Hay mucho tiempo para todo. No estoy
seguro de por qué tendrías que cambiarte, sin embargo, esos son mis jeans
favoritos— comentó. Se inclinó y dejo una hilera de besitos al lado de mi
cuello, mientras su mano trazaba mi pierna desde mi rodilla hasta la parte
superior de mi muslo, haciendo que mi cuerpo temblase y mis ojos se cerraran
involuntariamente.
En
silencio, deseaba que el tiempo pasara más rápido.
Ni
siquiera quería ir a cenar, lo único que quería era lo que sucedería después, cuando
volveríamos a su casa. Quería la intimidad y la cercanía; quería renovar el
vínculo que había desaparecido durante los últimos seis meses.
—Sí,
te gusta todo de mis jeans ajustados— murmuré sin aliento mientras él
mordisqueaba mi clavícula.
Se
echó a reír, y su aliento soplando a través de mi piel dándome la sensación de
un hormigueo.
—Muy
cierto— confirmo él. Besó mi cuello una vez más antes de jalar y estirar la
bufanda entre sus manos, sonriéndome tranquilizador —.Da la vuelta a tu
cabeza y vamos a seguir adelante. No te preocupes, precioso, tendremos
tiempo de sobra para comer y esas cosas esta noche.— Suspiré y me mordí el
labio antes de voltearme en mi asiento, haciéndole colocar la venda improvisada
sobre mis ojos.
La
ató con fuerza en la parte trasera de mi cabeza. Yo sonreí y toqué la tela
suave con la punta de mis dedos, empujándolo fuera de mi nariz para poder
respirar adecuadamente. Yunho agarró mis hombros y me volvió de nuevo hacia él,
ajustando la bufanda hasta que estuvo contento con ello.
—Perfecto—
afirmó, antes de capturar mis labios en un beso suave.
Me
sonrió y se echó hacia atrás, jugando con mis dedos, volando mi cabeza tratando
de pensar en alguna parte a la que él quisiera llevarme como sorpresa. Tenía
que ser en algún lugar remoto, ya que, literalmente, no tomó riesgos en
absoluto con la gente viéndonos salir. Así que yo sabía que no era el centro
comercial, o un juego de pelota o cualquier cosa poblada por el estilo.
El
único lugar que se me ocurrió era el campo que en una ocasión me llevó
demasiado para una cita, una de las mejores noches de mi vida que tuvimos
bailando en la oscuridad con sólo las luces de los coches brillando. De hecho,
esperaba que fuera allí, esperaba que yaciéramos en el capó de su coche y
escuchando algunas canciones de amor cursi mientras él me abrazaba con fuerza.
Cuando
el coche se detuvo estaba tan temeroso que me sentía un poco enfermo. Habíamos
estado conduciendo por unos cuarenta minutos desde que insistió en que me
vendase los ojos. ¿Dónde diablos me está llevando? esto no puede ser nuestro
campo, ¿verdad? Estaba a sólo diez minutos, a lo sumo. A menos que haya
conducido alrededor un par de veces, para que no tuviera idea de donde me
encontraba, tal vez estaba tratando de engañarme o algo.
Me
mordí el labio cuando escuché la puerta abrirse y a él titubeante con algo en
la parte posterior de la auto, tal vez sacando algo del maletero o poniendo
algo ahí dentro. Cuando la puerta se abrió un minuto después me sobresalté y se
rio en voz baja.
—Aquí,
toma mi mano, precioso.— Su mano se cerró alrededor de la mía. Fruncí el ceño
detrás de la venda. ¿No iba a dejar que
viera aún? ¿Dónde demonios estamos?
—¿Por
qué no puedo ver aún?— me quejé, haciendo pucheros.
Algo
rozó mis labios a la ligera, apenas tuve tiempo de darme cuenta de que él me
había besado antes de apartarse nuevamente.
—Porque
quiero ver al completo efecto de la sorpresa. Esto se supone que es romántico— respondió
él, dándole un pequeño tirón a mi mano, señalando que quería que yo saliera del
coche.
Salí
y dejé que me guiara ciegamente a donde sea que él considerase «romántico». El viento azotaba mi
cara, haciéndome encorvar mis hombros contra el leve frío. Hmm, realmente debería haber traído una chaqueta. Se detuvo y
soltó mi mano. Sonreí, pensando que había llegado al destino deseado, pero
en vez de sacar la venda, él cubrió con algo mis hombros.
Me
aferré a la suave tela y tiré de él lo más cerca que pude, oliendo el hermoso
olor familiar pero varonil que era solamente de mi novio. Obviamente me había
dado su sudadera. Sonreí y tiré de ella hacia mi cara, aspirando su olor. Él se
rio y me cogió la mano de nuevo.
—Acosador—
bromeó, haciéndome caminar de nuevo tirando de mí con delicadeza.
Caminamos
durante unos minutos más.
El
terreno era un poco irregular bajo mis pies, yo tenía zapatillas de deporte,
así que no tenía idea de si estábamos en la hierba o tierra, pero era desigual,
así que sabía que estábamos sin duda fuera de carretera. Se detuvo otra
vez, me hizo caminar detrás de él.
Soltó
mi mano y me agarró los hombros.
—Quédate
ahí. No te muevas— me dio instrucciones, su tono voz severo.
—¿Acabas
de usar la voz de maestro en mí?— bromeé, sacando la lengua como un niño de
cinco años.
Él
se rio y apretó sus labios en los míos, besándome apasionadamente antes de
alejarse de mí, dejándome solo y agarrándome la sudadera con capucha
alrededor mío con fuerza contra el viento leve.
Podía
escucharlo ir a tientas a mi lado. Me quedé allí con paciencia, esperando que
me dijera que estaba bien que me moviera. Con total honestidad, yo querría que
este momento durara para siempre, mi cumpleaños fue increíble hasta ahora y yo
quería que durara para siempre, por lo que él podía tomar todo el tiempo que
quisiera.
Algo
frío rozó mis labios mientras el olor de fresas frescas golpeó mi nariz. Se me
hizo agua la boca y oí un pequeño gemido que me di cuenta surgió de mí.
—Abre—
susurró, besando mi mejilla suavemente. Abrí la boca y la fresa helada se metió
entre mis dientes. Instintivamente la mordí, el dulce jugo golpeando mis
papilas gustativas.
Sus
labios se cerraron sobre los míos, tan pronto como había tragado la baya, el
sabor era casi embriagador con sus labios presionados contra los míos. Él
lamió la esquina de mi boca, donde probablemente había un poco de zumo.
Mis
sentidos parecían haber aumentado con los ojos vendados.
Los
expertos siempre decían que, si se pierde un sentido, entonces los otros se
vuelven más fuertes. Sin duda eso hizo el gusto más fuerte, yo nunca había
probado nada más delicioso en mi vida.
Mientras
él me besaba lo sentí remover torpemente el nudo en la parte de atrás de mi
cabeza, desatando la bufanda. Yo lo besé con fiereza, aferrándome a las
presillas de sus pantalones vaqueros para que no pudiera tirar de mí.
Sentí
el suave material que se apartó de los ojos, pero en lugar de tirar hacia atrás
y abrir los ojos me apreté a él con más fuerza, saboreando los últimos
segundos antes de que el beso se rompiera. Yo atesoraba cada uno de los
besos de Yunho, trataba cada uno como si fuera el último en caso de que él nunca
me bendijese con otro.
Se
retiró y me besó la punta de la nariz.
—Puedes
abrir los ojos, precioso— susurró.
Sonreí
mientras me lastimaba tener los ojos abiertos, haciendo una mueca ligeramente
ante el brillo repentino después de estar en la oscuridad durante tanto
tiempo. Lo primero que vi fue su cara, a centímetros de la mía, una
sonrisa hermosa en sus labios.
Sus
ojos negros ardían en los míos y mantenían tal pasión que casi me golpeaban de
soslayo.
A
regañadientes arrastré los ojos de él, hacia mi entorno.
La
emoción creció por encima de mí, mi corazón literalmente dolía así como mi
estómago temblaba. Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras miraba lo que
había hecho. Romántico no era la palabra para describir esta escena, se parecía
más a la perfección. Era el epítome de todas las cosas románticas y
espectaculares.
Estábamos
en la parte superior del punto de ruptura, el más alto punto de la ciudad. Estábamos en el borde del acantilado, había puesto una manta con unos
cuantos cojines dispersos alrededor también. Un manojo de tulipanes rojos
puestos en el borde de la manta, ya en su propia agua. Una cesta de picnic
descansaba en el centro tapada, podía ver la caja de fresas en la parte
superior. Podía ver también la mayoría de mis comidas favoritas allí, me mordí
el labio mientras una lágrima caía por mi cara porque este tipo especial había
hecho tanto esfuerzo, sólo para mí.
—¿Quieres
sentarte?— preguntó, apartándose de mí y sobre la manta, asintiendo con la
cabeza para que me sentara en primer lugar. Si hubiera habido una silla, él la
habría sacado para mí, Yunho era un poco chapado a la antigua, pero su padre
era exactamente igual por lo que yo había presenciado. El dicho era sin duda
justo en su familia, «de tal palo, tal
astilla».
Me
senté en un extremo de la manta y contemplé la espectacular vista de la ciudad.
Era
hermosa, nunca había estado realmente aquí antes y eso lo hizo aún más especial
para mí, porque lo hacía con Yunho. Vi como sacaba caja tras caja de cartón de
comida, vasos, platos y cubiertos. Había pensado en todo. Cuando sacó una
botella de champán levanté una ceja.
—¿Te
das cuenta de que no tengo la edad suficiente para beber todavía?— bromeé.
Él
se echó a reír.
—Sí,
un cumpleaños a la vez. Sólo pensé que podríamos tomar un vaso para ver la
puesta de sol. Tú no tienes que hacerlo si no quieres. Traje alternativas…— inclinó
la cesta para que yo pudiera ver lo que quedaba dentro y me eché a reír cuando
vi una botella de batido de fresa, mi favorita por supuesto, y una botella de
Dr. Pepper.
—Tendré
la opción por el momento. Tal vez voy a tomar el champán más tarde, si nos
vamos a quedar aquí para ver la puesta de sol— reflexioné, encogiéndome de
hombros.
¿Cómo conseguí
tener tanta suerte de tener a alguien como Yunho?
De verdad, de
verdad que no lo merecía.
Él
sonrió y me sirvió un vaso de batido de fresa y tomó una Pepsi para sí. Le
ayudé a abrir todas las cajas de comida, maravillado cómo él parecía tener
hecho todos y cada uno de mis favoritos.
—¿Tú
hiciste todo esto?— le pregunté con curiosidad, mirando a la ensalada de pasta
con cautela.
No
era exactamente el mejor cocinero.
Él
se rio y sacó un tenedor en la pasta, tomando un par de piezas, y luego lo
levantó a mi boca. Cuando abrí mi boca en silencio recé, él no me daría comida
intoxicada. Me quedé agradablemente sorprendido por el sabor, que era
delicioso.
—Mi
madre hizo la mayoría. Creí que fue mejor ir a lo seguro y no lamentarlo más
tarde, con los dos estando vomitando— admitió, riéndose tímidamente.
Me
levanté en mis rodillas y me moví para poder besarlo, sonriéndole con gratitud.
—Gracias.— Fue todo lo que yo dije, era todo lo que había que decir, por lo
menos esperaba que él supiera lo agradecido que estaba, porque no podía encontrar
las palabras para expresarme mejor que eso. Estaba literalmente sin habla por él
y su consideración.
Comimos
y se echó a reír, hablar y coquetear.
Todo
fue perfecto. A medida que el viento se levantó, el sacó otra manta,
envolviéndola alrededor de mis hombros. Cuando no podía comer un bocado
más empacó todo en el cesto, antes se volvió hacia mí con una gran sonrisa en
su rostro.
Lo
miré con curiosidad, preguntándome qué había causado esa expresión. Él tendió
una mano hacia mí, abriendo el puño para revelar un cuadro negro pequeño del
tamaño de la palma de su mano. Había una cinta roja pegada en la parte
superior.
Cerré
los ojos y sonrió cuando sacudí mi cabeza hacia él.
—En
realidad, no deberías haberme comprado nada.
Rodó
sus ojos.
—Yo
lo quería, así que solo cállate— dijo él, moviendo su mano más cerca de mí, en
silencio diciéndome que tomara el regalo y lo abriera.
Lo
tomé de su mano, disfrutando del suave, aterciopelado tacto de la caja en mis
manos. Me mordí el labio con entusiasmo, sabiendo que era una caja de joyería y
que él ya había dicho que quería darme algo que pudiese conservar. Estaba tan
emocionado que apenas recordaba cómo respirar. Voy a llevar esto, sea lo que sea, todos los días y pensaré en Yunho.
—No
te estás volviendo más joven— bromeó, riendo y acercándose más a mí para que
sus piernas estuvieran al lado de las mías. Metió las manos bajo mis
tobillos y movió mis piernas acomodándolas de manera tal que estaban rodeándole
prácticamente alrededor de su cintura.
Su
rostro estudiando cada centímetro del mío mientras sus manos descansaban en la
parte superior de mis muslos, apretándolos suavemente como una provocación.
Sonreí y abrí la cajita.
Mi
aliento estaba atrapado en la garganta.
Dentro
de la caja había un pequeño brazalete de oro encantador.
Los
enlaces eran delicados y complejos, había un dije pequeño encantador colgando
de un lado.
Extendí
una mano temblorosa y froté con la punta de los dedos a través del brazalete,
dándole la vuelta para poder verlo mejor. De repente me di cuenta del pequeño
encanto que tenía.
Era
el signo de Pi, el símbolo de las matemáticas. Me mordí el labio y lo
miré con asombro. Creo que él dijo era algo personal para él, el tipo de
simbolismo de algo que amaba, entonces sería como si yo usara su signo de algún
modo. Fue hermoso.
—Esto
es increíble, muchas gracias— dije con voz ronca.
Las
lágrimas agruparon en mis ojos, pero traté de no dejarlas caer.
Él
sonrió e inclinó la cabeza hacia un lado. —¿Te gusta?
Me
incliné hacia adelante y presioné mis labios a los suyos, lo besé con gratitud,
saboreando una lágrima salada por lo que había perdido la lucha conmigo mismo
para no llorar. —Me encanta.— Le susurré contra sus labios.
Agarré
la cajita firmemente en mi mano para que no se cayera. Estaba ya enamorado
de este pequeño brazalete y una vez que estuviera en mi cuerpo nunca me lo
quitaría.
Me sonrió
felizmente. —Bien. Quería que tuvieras algo que pudieras conservar. Estoy muy
contento de que te guste.— Pasó la mano contra mi cara, secándome las lágrimas
suavemente antes de besar mi frente —.Te amo, precioso.
Cerré
los ojos y agarré la parte delantera de su camisa, presionándome contra él,
apretando las piernas alrededor de su cintura, solo maravillado de que este
hombre en realidad era mío. Era demasiado increíble para mí, sin duda.
—También
te amo. Muchas gracias, Yunho. Es simplemente hermoso— suspiré, besando el
costado de su cuello. Me eché hacia atrás y se la tendí a él —.¿Me lo pones?— pedí
con ganas de tener la increíble pulsera en mi muñeca lo más rápido
posible.
Él
sonrió y quitó el brazalete de la caja, desabrochándolo y envolviéndolo
alrededor de mi muñeca. Sonreí al sentir el frío oro contra mi piel. El pequeño
símbolo Pi colgado en mi muñeca, brillando bajo los últimos rayos del
sol.
Me
besó otra vez hasta que sentía literalmente como mis entrañas se conviertan en
papilla. Yo era un desorden tembloroso y lo único que me mantenía erguido
eran sus brazos que me abrazaban apretadamente mi cintura. Él rompió el
beso y sonrió. Se apoderó de mi muñeca y acercándola, examinó mi pulsera,
jugando con el pequeño dije en él, tocándolo con un poco nerviosismo.
—Este
dije se ve un poco solitario— murmuró él, besando la parte interior de la
muñeca, en el lugar de mi pulso. Mi piel se erizó con placer ante esa minúscula
y pequeña muestra de afecto.
Sonreí
y rocé mi mano libre por su frente, apartando el pelo de sus ojos para que
pudiera verlo mejor. —Me gusta sólo tener ese dije allí. Es perfecto. Un
símbolo de matemáticas, de mi novio nerd de las matemáticas— bromeé, riendo
mientras me mordió la muñeca.
Puse
la mano en su regazo y se enderezó, mirándome con suavidad. —De hecho, me
compré otro dije para ponerlo allí también— susurró, arrastrando sus dedos
sobre la muñeca ligeramente, haciendo que mi estómago empezara a
revolotear.
¿Él me compró algo más? —¿Lo hiciste? Yunho, no
deberías haberme dado nada en absoluto, esto fue ya demasiado— protesté, sacudiendo
la cabeza. No necesitaba que gastara su dinero en mí en absoluto. No es que no
amase la pulsera, porque lo hacía, pero no necesitaba cosas caras de él.
Suspiró
y se echó hacia atrás, buscando a tientas en los bolsillos de su vaquero. Sacó
algo, mirándolo con cierta ansiedad. Miré la pequeña bolsa de terciopelo negro
que tenía en su mano, él estaba jugando con el cordel que mantenía cerrada la
parte superior.
Le
escuché tragar saliva y empecé a ponerme nervioso.
Yunho
nunca es de esta manera, es siempre tan seguro, ¿por qué esta tan nervioso de
repente? Estaba a punto de preguntarle qué le pasaba, cuando tomó mi mano y le
dio la vuelta, con la palma mirando hacia arriba. Desató la cuerda, inclinando
la bolsa hasta mi mano. Cayendo hacia mí un anillo de oro y diamantes en
miniatura, un dije para mi brazalete, pero se trataba de un anillo.
Mi
boca se abrió. Era hermoso.
—Yunho,
esto es…— me detuve, mis ojos estaban llenos de lágrimas de nuevo.
Él
pareció respirar profundamente mientras recogía el pequeño dije, jugueteando
con el broche al que estaba unido.
—Quería
que tuvieras esto porque… bueno, es algo así como un anillo de promesa y me
preguntaba si lo usarías— preguntó, con voz un poco ronca. Él estaba mirando el
dije, pareciendo el evitar mi mirada.
¿Un anillo de
promesa? ¿Qué se suponía que significaba eso?
—¿Un
qué?— Me mordí el labio e incliné ligeramente la cabeza para que yo pudiera ver
su mejor cara. Cuando vi su expresión me sentí aún más confuso. Él miraba aterrorizado,
genuinamente asustado por algún motivo.
¿Qué me estoy
perdiendo aquí?
Él
tragó saliva de nuevo, levantando la mirada para encontrarse con la mía de
nuevo.
—Un
anillo de promesa. Como que yo te prometo un día remplazar ese anillo con uno
de verdad. Es como un compromiso, pero sin el título— explicó —.Yo te amo,
precioso, siempre te amaré y si las cosas fueran diferentes, si tú fueras mayor
y no mi alumno y las cosas fueran más fáciles, eso no sería un anillo de
promesa, sería la cosa real.— Sus hermosos ojos buscaban los míos, en busca de
algún tipo de respuesta.
Espera, ¿está
hablando de un anillo de compromiso? ¿Si las cosas fueran diferentes, el me
daría un anillo de compromiso? Oh, Dios mío, ¿qué diablos puedo decir a eso?
¡Eso es tan jodidamente romántico!
—¿En
serio?— murmuré, mirando de él al pequeño dije de anillo de diamante que puso
de nuevo en el centro de mi
palma.
Él
asintió con la cabeza. —De verdad— confirmó —.¿Llevarás mi anillo, precioso?
Sólo necesito que sepas cuán serio soy con lo nuestro. Quiero pasar mi vida
contigo, Jaejoong, y un día, cuando menos te lo esperas, voy a reemplazar este
pequeño dije, con un anillo que vaya en tu dedo. Todo lo que quiero de ti esta
noche es que me digas si te has preguntado en algún momento por nuestro futuro,
si considerarías hacerme uno de los tipos más afortunados del mundo.
¡Santo cielo, él está pensando seriamente
en nosotros casados en algún momento en el futuro! Dijo «nuestro
futuro», me encantan esas dos palabras juntas. No es mi futuro, o su futuro, sino nuestro. La cabeza me daba
vueltas un poco, mi corazón chocando contra mis costillas. Todo mi cuerpo
estaba en llamas con entusiasmo mientras yo asentía, sonreía como un idiota.
—Me
encantará usar tu anillo de promesa— acepté, tratando de no dejar que la
ridícula felicidad que sentía por dentro, escapara de mí.
Antes
de saber lo que había sucedido se puso en pie de un salto ovacionando al aire
por encima de su cabeza con ambas manos.
—¡SIIIIII!
ANOTACIÓN! ¡Vamos!— gritó alegremente como si esto fuera una especie de
celebración de fútbol. Yo casi esperaba que el agitase la camisa sobre su
cabeza y corriese alrededor cantando Somos los campeones.
Me
dio un ataque de risa al ver a mi maestro supuestamente maduro, casi bailando
en el lugar mientras sonreía como un idiota.
Ni
siquiera parecía avergonzado de haber sido sorprendido haciéndolo.
—Eres
un idiota— bromeé entre risas.
Él
sonrió y asintió, poniéndose de nuevo delante de mí, con los ojos todavía
bailando de emoción. —Sí, pero este empollón tonto de matemáticas acaba
conseguir al chico de sus sueños— respondió él, sonriéndome.
Yo,
literalmente, me arrojé a él, envolviendo mis brazos apretados alrededor de su
cuello mientras presionaba mi frente contra la suya. Yo no sabía qué
decir. ¿Qué palabras podía utilizar para describir este sentimiento? No sabía
los suficientes superlativos para describirlo. Así que me conformé con dos
pequeñas palabras, esperando expresar mis sentimientos.
—Te
amo.— Me besó suavemente, sus manos ahuecando mi cara. —Te amo demasiado—
susurró él contra mis labios.
Me
estremecí, pero no fue por el aire frío o el viento que azotaba mi cara. Me
aparté y abrí la mano, sosteniendo el pequeño dije hacia él.
—¿Me
lo vas a poner entonces?— le pregunté en voz baja.
Su
sonrisa se hizo aún más grande mientras lo sujetaba por el lado opuesto de la
pulsera al pequeño símbolo Pi.
—Ahora
eres mío— se jactó, sonriéndome. Me reí, y decidido a robar una frase de una
película.
—Yunho,
me tuviste en el hola. Siempre he sido tuyo.
Él
suspiró feliz —Y siempre lo serás.
Nos
sentamos en la cima del acantilado por un rato, hablando y bebiendo champán. Escuchando la música en el pequeño reproductor que había traído hasta
aquí. Cuando el sol comenzó a bajar sobre la ciudad. Miré con asombro como la
colores bailaban en el cielo, lo que hacía que todo se viera hermoso.
Deseé
haber traído mi nueva cámara del coche para poder tomar un par de fotos de
ello.
Yunho
estaba aún frente a mí, de espaldas a la puesta del sol. —¿Por qué no te
sientas aquí a mi lado? te estás perdiendo la vista— sugerí, acariciando la
manta a mi lado.
Él
sonrió. —Estoy buscando a la más bella cosa aquí. La vista no puede volverse
mejor que esto— respondió, con los ojos rastrillando sobre mi cara lentamente.
Sentí
una emoción incontrolable, ¡Oh mi Dios! ¡Eso era increíble! —Cursi.— Yo
respiraba. Mi corazón latía demasiado rápido para ser saludable.
—En
verdad— respondió él, acercándose a mí lentamente. Se movió tan cerca que tenía
que acostarse sobre mi espalda. Él se cernía sobre mí, pero no me tocaba.
Tragué
con fuerza. Su proximidad me hacía perder todos los pensamientos coherentes.
—Cursi.—
Una sonrisa se torció en la esquina de su boca que yo deseaba seguir con mi dedo.
—Romántico.
Yunho
estaba tan cerca ahora que podía sentir el calor de su cuerpo saliendo de él en
oleadas, mi cerebro estaba un poco confuso, no podía pensar en nada que decir
en absoluto. Envolví mis brazos alrededor de su cuello mientras acercaba su
boca a la mía. Estaba tan cerca que casi podía saborear el champán en su
respiración, ya que soplaba a través de mis labios. Él se cernía sobre mí,
mirándome a los ojos como si fuéramos las únicas dos personas en el mundo.
—Tú
ganas— le susurré, guiando su boca más cerca de la mía.
Él
se rio en voz baja: —Siempre, porque te tengo a ti. Por lo tanto, siempre
seré el ganador.
¿Vaya,
este chico podía hacerme volar más alto? Sabía la respuesta a esa
pregunta, sin embargo, y la respuesta era diablos sí que
puede. Apreté mis brazos alrededor de su cuello.
—Yunho,
hazme el amor ahora.— Mi voz era entrecortada y ronca a causa de las emociones
y sentimientos que se estrellaban a través de mi cuerpo.
Él
sonrió y recorrió con sus dedos a través de mi mejilla suavemente. Yo sabía que
él trazaría la línea por donde me ruborizaba, él siempre parecía enorgullecerse
por el hecho de causar tal reacción en mí.
—Eso
sería un placer para mí— bromeó.
Sonrió
antes de inclinar la cabeza y capturar mis labios en el beso más hermoso que
jamás había sentido en mi vida. Aquel beso transmitía tanto sentimiento, tanto
amor y tantas palabras no dichas que casi no podía ni siquiera hacer frente a
ello. La sensación de aquel beso casi me hacía llorar de nuevo. Pero no lo
hizo, quedo ahí, ese beso fue seguido por otro.
Después
de muchos besos más, el viento comenzó a pegar fuertemente. Me cargó
apaciblemente. Abrió la puerta del Jeep rápidamente y me tendió en el
asiento de atrás.
—Lo
siento Jaejoong, yo quería hacerte el amor al aire libre, pero considerando el
viento, no quiero que te enfermes o algo. Así que mejor no…
¿Qué?
¿No vamos a
hacer nada?
Antes
de que si quiera terminar de hablar, fruncí el ceño y con mis
brazos rodeé su cuello fuertemente. —Nada de ‘’mejor no’’ O me haces el amor aquí mismo o te juro que te
enterraré en Choco chips.
Estalló
en carcajadas, cerró la puerta del Jeep detrás suyo y se posicionó sobre mí —Es
un impaciente, señorito Jaejoong, Hmm ¿Debería castigarlo por ser así? Aún soy
su profesor.
Levanté
una ceja y miré sus labios —¿Qué tal si el alumno no le interesa en lo más
mínimo el castigo?— Dije antes de rozar sus labios, pero no lo suficiente como
para profundizar el beso.
Se
mordió el labio —Hmm, supongo que tendré que aumentar el castigo.
—Inténtelo.—
Dije desafiándolo.
Frunció
el ceño y se dirigió hacia mi cuello, con la punta de su linda nariz rozó mi
piel sensible provocándome escalofríos,
mi cuerpo parecía masa en sus manos.
Pero Yunho iba
demasiado lento, demasiado para mi gusto.
Rápidamente
me senté en sus muslos y con mis manos agarré su pelo en un profundo y muy
erótico beso. Sus manos viajaban desde mi cabeza hasta mi trasero, apretándolo
como si se tratara de una esponja.
Sus
dedos se pasearon por mis pezones aún cubiertos por la estúpida ropa. Cada
toque era tan… perfecto. Las manos de Yunho sobre mi cuerpo me provocan algo… que
no se puede explicar. Es como si sus manos hubieran sido hechas para tocarme.
Cuando
me di cuenta ambos estábamos sudando, Yo completamente desnudo y Yunho con sólo
sus jeans.
Me
alejé de él, sacando rápidamente la ropa que obviamente estorbaba para luego
acariciar con gracia su gran miembro. Definitivamente yo me había ganado la
lotería con Yunho. Era perfecto. Adorable, simpático, inteligente, astuto,
cariñoso y por sobre todo tenía un gran pene que encajaba completamente en mi
interior. Siempre he pensado que estábamos destinados a conocernos, era como si
nuestros cuerpos hubieran sido construidos para ser unidos. Para ser uno sólo.
Y por supuesto que me encantaba ser uno solo con Yunho.
La
mirada de Yunho era completamente lujuriosa incluso cuando sólo estaba usando
mi mano, Dios deseaba tanto hacer esto. Reemplacé mi mano por mi boca
y creo que puedo imaginarme la expresión de Yunho al sentir el calor de mi
cavidad bucal. Mis manos descasaban en los muslos de Yunho y pude sentir como
estos se tensaban y temblaban.
—Mierda,
Jaejoong…— Dijo casi como un susurro mientras con sus dedos revolvía mi pelo.
Ambos
llevábamos demasiado tiempo deseando nuestros cuerpos. Estúpidas reglas ¿Quién ganó ahora? Jaejoong
1 Reglas 0.
Incluso
aunque sabía que Yunho estaba a punto de correrse quise ir más allá y con una
mano agarré de la punta de su pene, hasta la piel caliente de su base y lo
masturbe mientras lamía su glande. Mi diversión terminó cuando sentí un leve
dolor en mi cabeza, levanté mi rostro y era Yunho tirando de mi cabello para
luego sentarme desesperadamente sobre sus piernas.
Un
beso despreocupado y caliente nos unió por varios minutos, mientras Yunho me
preparaba correctamente, El primer dedo no dolió tanto como esperaba, a decir
verdad, llevaba tanto tiempo sin ser tocado de esa manera que me sorprendió que
no doliera al extremo, de seguro era porque me sentía tan caliente que
explotaría. Estaba completamente cegado por el sólo hecho de estar tan cerca de
Yunho.
Gemí
en su boca por 34598765 vez gracias a la intromisión de su tercer dedo,
me di cuenta de que mi erección era increíblemente dolorosa y también me
encontré empujándome a mí mismo contra los dedos largos de Yunho en mi joven
culo.
Nuestros
miembros se rozaban, ambos palpitando, deseando dejar salir la esencia
acumulada que llevaban. Pero ya no podía aguantar más o Yunho entraba dentro
mío o moriría.
—Lo
necesito, Señor Jung— Dije en un susurro mientras rozaba suavemente nuestros labios —Ahora mismo.
Rápidamente
Yunho metió su mano a un pequeño recipiente, sacando un preservativo junto con
un Lubricante.
A
toda prisa, Yunho colocó el preservativo y manchó su gran pene de lubricante y
me levantó suavemente para estar alineado contra mi entrada.
Mi
boca se abrió y con mis manos agarré el cabello dorado de Yunho, empuñando mis
dedos en ellos mientras me hundía hasta el fondo del pene del amor de mi vida.
Cuando traté de moverme Yunho me agarró las caderas fuertemente para evitar
cualquier movimiento desesperado de mi parte —Tranquilo.— Dijo mientras tenía
los ojos fuertemente cerrados.
Pero
yo quería moverme, quería sentirlo nuevamente, quería experimentar de nuevo,
una y otra vez la sensación del salir y entrar de su pene en mi interior.
Una
vez que Yunho suavizó el agarré de mis caderas comencé con un movimiento suave. Me apoyé de sus hombros para subir y bajar como correspondía, como deseaba. Con
la boca ligeramente abierta, una mirada totalmente perdida en placer, pude
sentir la mirada de Yunho sobre mi rostro. Me mordí el labio y luego lo lamí,
intentando provocarlo más.
—Oh
mierda. Mierda Mierda Mierda. Jaejoong si lo haces así me voy a correr con sólo
mirarte.
Sonreí
y aumenté el ritmo. Dios necesitaba tanto sentirlo.
Luego
de unas cuantas estocadas más sentí moverse las manos de Yunho envolviéndose
alrededor de mi cintura para acercarme más. Cada estocada hacía que mi cuerpo se
tense, la exquisita fricción de mi miembro contra mi cuerpo enviaba
corrientes de calor a través de mi cuerpo.
Yunho
inclinó su cabeza hacia atrás seguido de un sensual gemido, mientras yo
descansaba mis manos sobre sus hombros antes de levantarme a mí mismo
lentamente, adorando la sensación de calidez en mi interior. Repetí esta acción
unas cuantas veces más antes de que sus manos apretaran mi cadera aún más
fuerte.
Intenté
mantener el control pero dejé que Yunho controlara todo, permitiendo que sus
manos se encargaran de aumentar el ritmo mientras mis caderas hacían
un sonido contra la piel de Yunho con cada embestida.
Cualquier
pensamiento de auto-control que había tenido hace momentos atrás habían
desaparecido, cuando sentí que Yunho cambió sus embestidas encontrando mi
punto.
Nuestros
gemidos inundaban el auto, el calor se propagó por mi cuerpo casi
dejándome en llamas. Sus uñas se enterraron dolorosamente en mis caderas
y gemí en voz alta el nombre de Yunho.
Minutos
después Yunho se vino en un largo gemido nombrándome en él aun empujando
fuertemente contra mí varias veces más. Cerré mis ojos fuertemente por el placer. Entonces sentí una mano envolviéndose alrededor de mi pene, deslizándose fuerte
y rápido, estaba tan perdido y excitado que no me tomó demasiado tiempo
correrme en la mano de Yunho.
Nuestras
frentes estaban juntas, ambos sudando con las respiraciones más que agitadas. Los vidrios estaban completamente empañados. Ninguno de los dos prestó atención
alguna a lo que seguro había sido una hermosa puesta de sol que estaba
sucediendo detrás de nosotros mientras estábamos haciendo el amor.
*
Cuando
desperté Yunho estaba mirando mi cuerpo algo preocupado ¿Qué pasó? Me
senté y miré que en mis caderas tenía leves marcas de dedos, moretones
mejor dicho.
—Lo
siento, precioso, te hice daño anoche. Lo lamento mucho.— Dijo mientras enterraba
su cara en mi cuello.
¿Por eso se veía
tan acongojado mirándome?
Supiera
que me encantó. De hecho si hubiera sido más agresivo mejor.
—Señor
Jung, usted es muy sensible, a mí no me molesta para nada, de hecho me
encantó lo de anoche.
Me
miró casi perplejo —Pero Jaejoong… míralos. Lo siento, te dañé, no volverá a
pasar.
Rodé
los ojos y con ambas manos agarré sus mejillas —Escucha, no me hiciste daño, me
gustó. No pienses cosas estúpidas. Me gustó que fueras más agresivo. Por favor
no te culpes.
Su
mirada se relajó e hizo un puchero —¿Lo dices en serio? De verdad, lo siento.
—Señor
Jung, cállese y béseme ahora.— Dije frunciendo el ceño.
*0*me encantó awww~~ Yunho fue muy lindo con todos los detalles que preparo para jae ♥
ResponderBorrarwow hicieron el amor en el auto? xox esi fue tan ahshsjskaha no quiero que se acabe el fic u.u
Gracias por compartir el fic JadeJung :D
me encanto muy romántico un poco cursi pero hermosos de verdad y jae ya le pertenece a yunho pues se a comprometido con el que emoción me a gustado de verdad mucho su declaración de amor los adoro
ResponderBorrarYunho es más que un amor, tan cursi, encantador y caliente :3
ResponderBorrarAl fin tuvo JJ lo que quería 8)
Afesrdhtfnyfbfsgrd wooo no tengo palabras....
ResponderBorrarfue tan pero tan hermoso *^* son todo amor
gracias por la actu ^-^
Que romántico y hermoso fue su declaración de Yunho, que adorables son ambos, al fin volvieron a tener relaciones tan anheladas por ambos preciosos. Gracias
ResponderBorrarEste capítulo fue mucho para mi salud ;___; demasiado lindo, ay yunho, ese hombre se pasa de romántico, lindo, tierno y perfecto, en serio, definitivamente pensó en todo para hacer de ese un cumpleaños inolvidable para jaejoong, lo del regalo y el anillo de promesa, estos dos como dice jae estaban destinados a encontrarse y estar juntos, no cabe duda, y vaya! por fin luego de reglas y todo por fin pudieron dar rienda suelta a la pasión y paso lo que tenía que pasar, que ya era mucho que ambos estaban sin el otro en ese sentido, insisto, este capítulo se paso de hermoso, no quisiera que termine esta historia, pero bueno, esperare por los sig capítulo a ver que más sucede, muchas gracias por actualizar, gracias, gracias ;u; <3
ResponderBorrarawwwww yunnie tan romantico :3 yo quiero un yunho hahahaha y la pasion les gano despues de 6 meses sin sexo obvio yunho iba a dar todo de si >////< que afortunado es jae hahahaha gracias por la actu..... genial el cap
ResponderBorrarWow fue recontraarchiromantico jejejejejd son una hermosa pareja disfrutando de un atardecer espectacular y haciendo lo que dejaron pendiente solo por tener impuesta la regla ufffff si que fue hot ambos lo deseaban y pues de echo para jae y yunho fue maravilloso porque se aman
ResponderBorrarGracia por la actua
me encantó todoooo. y lo de la pulsera con los dijes... fue la cosa más malditamente romántica...
ResponderBorrarmuy bella la sorpresa de Yunho y su comida en un mirador.
muchas gracias por el capítulo
Por fin lo hicieron <3 fuetan romantico, primeroel bello lugar despuesel brazalete luego el anillo d promesa*.* lahermosa entrega q tuvieron y este yinnietodo preocupado por los moretones en su boo. Jae mas bien loconsidera d seguro como una marca d su amado yunnie, esa parte de su preocupacion por los moretones me hizo acordar de un libro q lei de la saga de crepusculo dondelos protas pasaban porlo mismo** me gusto mucho:) amiga ya estoy bien lo peor ya paso y me puse a leer en tu blog q me gusta tanto. De ahi te contare todolo q paso. Muchas gracias por actualizar <3
ResponderBorraryunho es todo un romantico con jae y un amor que bonita sorpresa le tenia jae y el regalo ginial y por fin el yunjae en Accion muy buen capitulo gracias por compartir
ResponderBorrarOmg omg omg PROMESA!! Yunho no pudo ser mas romantico <3 asdasdasdasd
ResponderBorrarllore con Jae Yunho ha sido un maravilloso novio <3
Jae ha pasado un cumple
ResponderBorrarmaravilloso con Yunho es todo un
amor primero la sorpresa lo llevo a
un lugar maravilloso y luego la
pulsera que le regalo y no basto
con eso si no que le regalo un dije
de anillo que tiene un significado
muy especial y todo el amor de
Yunho puesto en el.
Para terminar el regalo tan ansiado
en ello se demostraron cuanto
amor se tienen y cuando se habian
extrañado estando de esa manera.
Que lindo cap me encanto
Lo ame, simplemente lo ame.
ResponderBorrarYunHo es el hombre perfecto, demasiado cursi y asdkfjalksdfjasklfjsldf
-Uno asi dios, uno asi- *suplica de rodillas*
Llore como nena cuando le dio el anillo de promesa, YunHo esta tan enamorado de Jae que ya ha pensado en pasar toda su vida junto a el.
Y el sexo, que cosa tan mas caliente, yo pense que minimo llegarian al departamento de YunHo pero no, lo hicieron ahi en la camioneta.
Y todo tierno Yun disculpandose por las marcas que le dejo a Joongie :3
Espero con ansias el siguiente cap
Gracias por compartir unnie ^-^
POR FIN......
ResponderBorraryunho tan lindo, romántico, cursi PERFECTO
el dije de anillo de promesa me encanto <3
y para cerrar con el broche de oro, después de tantos meses se entregaron al amor y salvajemente <3
YUNJAE SON TAN LINDOS
gracias por actualizar
no en serio EXIJO un yunho en mi vida amorosa-- es tan romantico.. jae eres un suertudo.. q noche.. la noche de descarga ajajajjaajaj^^
ResponderBorrarjajajaja Jaejoong quiere a un yunho mas agresivo XDD!
ResponderBorrarHasta que por Fin..!! después de tantos meses de abstinencia hicieron el amor :3 <3 <3
Yunho si que se esmero bastante para sorprender a jaejoong fue muy romántico y detallistas.
Kyyaa me encantooo Yunho es super hiper romántico tierno lindo kyyaaa. (Se que no soy la unica de querer un novio igual >o<) es tan perfecto dios lo ame lo ame lloré igual que Jaejoong cuando le dio el anillo de promesa ni puede ser mas tierno XD
ResponderBorrarpero que reencuentro tan hot en los asientos traseros del carro si que no esperaron a llegar al departamento tan caliente fue el mejor cumpleaños que nunca olvidará Jaejoong :)