Sentí
el aliento atragantado. ¿Habló en
serio? ¿Voy a estar en su cama desnudo? ¡Oh diablos sí! ¡Me gusta cómo suena
esto!
—¿En
serio?— pregunté, mirándole con excitación.
Él
rio. —Tú realmente eres un pervertido. No, precioso, estaba bromeando. La
última vez comprobé que todavía eras menor de edad— se burló, guiñándome
mientras se quitaba la camisa con botones azules, sacándola sobre su
cabeza y lanzándomela —.Duerme con esto.— Sonreí agradecidamente y mordí
mi labio cuando lo observé. Su cuerpo me hizo la boca agua y a mis rodillas
temblar. Moví mis manos hacia el pantalón de mi traje, estaba justo apunto
de desabrocharlo para poderme cambiar, cuando él gruñó. —Te puedes cambiar
en el baño— masculló, señalando con la cabeza la puerta.
Puse
mala cara cuando me dirigí al cuarto de baño. Parece como que definitivamente
no conseguiré nada más que un abrazo esta noche. Yo realmente no esperaba algo,
sabía lo serio que era sobre que yo fuera menor de edad; él realmente quería
esperar, así que esperaríamos. Esta noche era más sobre estar cerca de él,
teniéndolo abrazándome como solía hacerlo y pasar tiempo juntos sin tener que
mirar el reloj para ver si yo iba a saltarme mi toque de queda. Sólo
relajándonos, como Yunho y Jaejoong, en vez de profesor y estudiante.
Me
quité el traje, dejándome el bóxer, me coloqué su camisa sobre mi cabeza.
Mientras pasaba por mi cara respiré. Su aroma me asombró. Provocó mis sentidos,
como una especie de droga, me elevó de inmediato. Esta noche tengo que dormir
con este olor alrededor de mí; deseé que esta noche durara para siempre.
Cuando
salí del cuarto de baño, Yunho gruñó. —Olvidé lo sexy que te ves con mi
ropa— él casi rugió. Dirigí rápidamente mis ojos a él. Estaba en la cama, con
su pecho desnudo. Las sabanas cubriendo sólo encima de su ombligo. Me hizo
hormiguear mi estómago por lo increíble que se veía. Probablemente nunca me
acostumbraría a la atracción que sentía por él, literalmente parecía el hombre
más hermoso del mundo.
Nada ni nadie
se comparaba con Yunho.
Sostuve
mi aliento, tratando de esconder mi deseo por él mientras caminaba al otro lado
de la cama y subía despacio, sólo preguntándome si yo sería capaz de
detenerme, de pedir un poco de atención física. Podía sentir las palabras a
punto de reventar para salir de mi boca; lo deseaba tanto que era casi doloroso.
Él
sonrió, sus ojos barrieron mi cuerpo mientras yo hacía lo mismo con él. —Ven
conmigo entonces, precioso— ronroneó de modo seductor.
Tragué
aire y me escabullí sobre él mientras que él rodaba de lado y pasaba un
brazo bajo mi cuello. Me moví imposiblemente más cerca, poniendo mi cabeza en
su hombro, inclinando mi cara para así poder mirar los ojos del hombre del cual
estaba enamorado. Coloqué una pierna entre las suyas, enredándonos juntos
íntimamente.
Su
nariz acariciaba contra la mía despacio, sus ojos miraban directo a los míos.
Podía ver la lucha que tenía consigo mismo, estaba claro a través de su
cara que me deseaba, pero trataba de no descontrolarse.
Su
otra mano se deslizó hacia abajo por mi espalda despacio, hacia mi trasero,
empujándome aún más cerca de él. —No sabes cuánto he extrañado tenerte en mi
cama— susurró él, salpicando besitos desde el borde de mi boca, a través de mi
mejilla hacia mi oído. Besó el punto sensible debajo de mi oído y me sentí
temblar en su abrazo, lo que hizo que sus dedos mordieran mi trasero y mi
espalda mientras me apretaba más fuerte.
Soltó
un pequeño gemido; no estaba seguro de si había sido un gemido bueno, como de
apreciación, o si era un gemido de frustración. De cualquier manera hizo brotar
un disparo de necesidad alrededor de mi cuerpo. Viendo que él me tocaba un
poco, asumí que me permitiría tocarle. Incliné mi cabeza y besé la parte
superior de su pecho mientras arrastraba mis dedos sobre su piel, siguiendo las
líneas de sus músculos, adorando las protuberancias con las yemas de mis dedos.
Sus manos vagaban por mi cuerpo también.
Jadeé
cuando la que estaba en mi trasero se deslizó bajo su camisa, la que yo usaba y
sentí el cosquilleó en la piel de mi barriga, sus dedos se introdujeron en el
agujero de mi ombligo.
Él
gimió otra vez cuando lo toqueteó, su rostro volviendo al mío mientras me
besaba suavemente, despacio, tiernamente. El beso era tan suave que apenas pude
sentirlo, sin embargo al mismo tiempo contenía tanta pasión que me daban ganas
de gritar. Necesitaba más, lo necesitaba a él, tanto que sabía que tenía que
pararle.
Él
no quería esto y se enojaría consigo mismo si pasara; no lo quería molesto
pensando que se había aprovechado. Tanto como esto me dolía, tenía que
conseguir que se detuviera.
—Yunho,
creí que había una regla sobre la ropa— mascullé, odiándome por decir las
palabras.
Él
suspiró y retiró su rostro, sus ojos se posaron en los míos.
—No
puedo hacerlo, precioso. Yo sólo… sólo necesito verte, tocarte— susurró él,
mirándome como pidiendo mi permiso.
Sentí
que mi mundo había dejado de girar, o tal vez se había acelerado, ya no estaba
seguro de qué. Los sentimientos que recorrían por mis venas me hicieron sentir
que podría volar.
—Oh
Dios— mascullé, no sabiendo que más decir. Puse su boca en la mía, él gimió
desde su garganta. El sonido casi me volvió loco y clavé mis uñas en su
espalda, pero no pareció importarle en lo más mínimo.
Me
abrazó y se tumbó sobre su espalda echándome encima de él, sin romper ni una
vez el beso. Los sentimientos apoderándose; no podía pensar en nada más,
sólo era un cuerpo hecho para sentir y nada más. Cada lugar donde sus dedos me
tocaban parecía que se encendía en llamas, dejándome hecho un manojo de
nervios. Cuando sus manos comenzaron con los botones de mi camisa de repente
fui plenamente consciente de que si él me la quitaba, yo no tendría nada debajo
más que mi bóxer.
—Yunho,
no tengo nada debajo de esto.— Jadeé cuando me beso el cuello.
—Bien—
refunfuñó, tirando más enérgicamente de los botones.
Mi
corazón estaba desbocado en mi pecho; estaba tan excitado que creía que esto me
mataría. Sacó la camisa de mis hombros despacio, sus uñas raspando por mis
brazos mientras lo llevaba a cabo, haciéndome morderme el labio y gemir
silenciosamente. Sus ojos no se despegaron de mí en todo momento. Su
expresión todavía se notaba rasgada, como que todavía creía que esto estaba mal
de alguna manera pero que no podía detenerse. Sonreí para alentarlo; sus labios
llenos se detuvieron en una sonrisa imponente mientras sacaba el resto de ropa
y la lanzaba al suelo.
Nos
hizo volver a rodar y entonces quedé abajo de él otra vez, luego se levantó
para sentarse a horcajadas sobre mis caderas. Brevemente entré en pánico de que
hubiera cambiado de opinión, que él fuera a insistir que nos detuviéramos o
sugerir que él durmiera en el sofá o algo así.
Pero
no lo hizo. En cambio, sus ojos vagaron despacio por mi cuerpo, desde mi
cabeza, hacia abajo por mi cuello, deteniéndose en mi pecho antes de llegar a
mi estómago, luego hacia arriba de regreso, tan despacio, hasta que se
encontraron con los míos.
Bajó
de nuevo, sus antebrazos a ambos lados de mi cabeza, soportando la mayor parte
de su peso. Me miró directamente a los ojos. Apenas pude ver su amor por mí
allí, la profundidad de la emoción que estaba allí me hizo derretir y mis
entrañas saltaron de alegría.
—Eres
tan hermoso, tan precioso. A veces no entiendo lo que ves en mí, pero me alegro
de que veas lo que sea que sea— susurró él. Su aliento sopló a través de mis
labios, haciéndolos abrirse inconscientemente —.Nuevas reglas. La piel
está permitida, bóxer se quedan, manos y boca tienen rienda suelta. ¿De
acuerdo?— preguntó, mirándome con esperanza.
¡Oh diablos sí que me gusta cómo suena
eso! Asentí
con impaciencia. —¡De acuerdo, definitivamente de acuerdo!— Acepté quizá
demasiado rápido.
Él
rio, retirándome suavemente el pelo de mi frente —.Tú sólo quieres mi cuerpo— bromeó
él, cambiando su postura, haciendo que nos rozáramos en sitios íntimos. Hacía
tanto tiempo de eso que casi me pregunté si era un sueño, tal vez estaba
teniendo un sueño caliente con él otra vez… si así fuera, no quería
despertarme.
Sonreí
abiertamente y negué con la cabeza. —Eso no es verdad. También te quiero porque
me compras Choco chip para el desayuno— bromeé.
Se
echó a reír y asintió, presionando sus labios a los míos, eficazmente
terminando la conversación.
Yunho
comenzó a moverse lentamente rozando nuestros miembros sobre la débil
tela. ¡Oh dios, es exquisito! Sentía
que mi bóxer iba a explotar. Su frente apoyada en la mía. Tenía los ojos
cerrados, mientras se mordía el labio. Yo sólo miraba su rostro lleno de
lujuria, como si hubiera estado esperando esto desde hace mucho tiempo. Moví
mis caderas buscando más roce y él gimió.
El
roce cada vez estaba siendo más eficaz y yo sinceramente sabía que no iba a
durar mucho más, durante muchas noches soñaba con Yunho haciéndome suyo de
nuevo. Penetrándome hasta que ninguno de los dos pudiera moverse nuevamente. Y
aunque no iba a lograr lo que he soñado esta noche, al menos me estaba tocando
y muy íntimamente.
Mientras
nos frotábamos, Yunho bajó su cabeza y comenzó a lamer mis pezones. Oh mierda. Agarré fuertemente su
suave cabello y tiré levemente ante el placer.
—Yu-Yunho.…
no puedo más.— dije mientras unos segundos después eyaculaba.
Mi
cuerpo temblaba, Yunho aún no se corría y yo ya lo había hecho. Empujé
suavemente su cuerpo hacia atrás, cayendo en el colchón y me puse sobre sus
muslos.
—¿Jaejoong?— Dijo con voz temblorosa.
—Shhh
Puse
mi mano sobre su bóxer y con cuidado sin remover la frágil tela. Estúpidas reglas. Comencé a
masturbarlo. La respiración de Yunho se irregularizó aún más y mi mente
pervertida se puso en marcha. Me acerqué a la tela y lamí suavemente. Yunho se
levantó y me miró con los ojos muy abiertos, pero sin detenerme. Mordí
suavemente su glande mientras seguía moviendo mi mano en la longitud de su
miembro.
—Oh
mierda, Jaejoong.— gimió Yunho echando su cabeza para atrás y cerrando sus
ojos.
Seguí
en mi trabajo hasta que por fin eyaculó. Me miró y me besó tiernamente. Sinceramente quería más. Por mí hubiera hecho muchas cosas ‘’pervertidas’’ como las clasificaba él. Pero por ahora me
conformaría.
*
Cuando
lentamente comencé a ser consciente, lo primero de lo que me di cuenta era
que estaba caliente, verdaderamente caliente, sudando de hecho. Contuve un
gran suspiro y traté de moverme, pero no podía, el cobertor estaba sobre
mí, envolviéndome y era muy difícil respirar. Gemí y traté de tirar hacia
fuera el cobertor, pero no cedía y estaba poniéndome más caliente.
Necesito
levantarme y tomar una ducha fría. ¿Qué hora es de todas maneras? Probablemente
sea la hora de ir al instituto o algo…
Me
restregué los ojos para ver la hora y me encontré cara a cara con Yunho, que
estaba todavía durmiendo a solo unos centímetros de mí. De repente me di cuenta
de que era su cuerpo lo que me estaba envolviendo, en lugar del cobertor que
había pensado al principio. Jadeé por el shock de despertarme tan cerca de
alguien y luego todo volvió a inundarme, causándome un rubor que calentó mi
cara y un rápido deseo se disparó hacia abajo cuando recordé algunos de los
detalles íntimos de lo que hicimos hasta primeras horas de la mañana.
Sonreí
y literalmente me lance sobre él, provocando que gruñera y que sus ojos se
abrieran de repente. Se sentó rápidamente, sujetándome en su regazo y mirando
alrededor de la habitación como si esperara que un asesino empuñando un hacha
saltara sobre él en cualquier momento. Me reí y coloqué mis brazos en su cuello,
abrazándole estrechamente.
—¿Qué
demonios, Jaejoong? ¿Qué fue eso?— Preguntó, sacudiendo su cabeza y todavía un
poco aturdido. Me mordí el labio. El sonido ronco de su voz a primera hora de
la mañana hizo que todo mi cuerpo vibrara con excitación.
¿Cómo me fui a olvidar de que pasé la
noche aquí? En
lugar de responderme, le besé. Él respondió inmediatamente, sus brazos me
acercaron más a él, hasta que estuve atrapado cerca de su pecho. Su sabor por
la mañana era fuera de este mundo. El chico increíblemente se despertaba con un
aliento fresco como una fábrica de dentífrico, mientras que yo apostaría
cualquier cosa a que el mío era como el filete de la última noche.
Rompí
el beso y me coloqué frente a él, sonriendo como un idiota. Anoche fue
increíble. Las nuevas reglas me venían perfectas. Técnicamente no habíamos
tenido sexo todavía, pero las nuevas reglas permitían muchas otras
cosas estupendas. Por primera vez en más de tres meses, me sentía
físicamente satisfecho, de hecho muy satisfecho.
—Buenos
días— ronroneé. Estaba tan feliz que todo mi cuerpo estaba hormigueando.
Sonrió. —Eso seguro— contestó quitándome de la cara mi enmarañado pelo. Todavía
llevábamos solo bóxer cuando mi pecho se frotó contra él, causando que un
pequeño gemido se escapara de mis labios. Sus manos acariciaron mi espalda
hacia mi culo; cambió mi peso en sus piernas, obviamente cada vez más cómodo.
Sonreí,
pero ninguno de los dos habló, realmente no lo necesitábamos. Sólo me abrazó
con fuerza sobre su regazo, sus manos acariciando mi espalda mientras sus ojos
negros se quedaban fijos en los míos, una hermosa sonrisa se extendía por su
cara. Al final, después de solo disfrutar de su cercanía, no pude soportarlo
más. Presioné mis labios contra los suyos, capturando el de abajo con los
dientes y mordisqueándolo suavemente, haciendo que sus dedos se clavaran
ligeramente en mi espalda.
La
emoción y la lujuria de la noche anterior volvieron otra vez. Era obvio que él
lo sentía porque se volvió y nos puso de nuevo en la cama lado a lado.
Bajó la mano por un lado de mi cuerpo, sobre mi cadera y hacia el muslo.
Cuando llegó a la rodilla tiró suavemente, enganchándola por encima de
su cadera.
Sonrió. —Te quiero mucho, precioso. Quiero despertar contigo por las mañanas, necesito
hacer esto a menudo— susurró, pasando sus dedos por mi cabello.
Asentí
de acuerdo y me arrimé a él, presionando mi cara en un lado de su cuello,
sintiendo su respiración mientras pasaba la punta de mis dedos sobre su
pecho y estómago. La idea de que este hombre fuera mío me volvía literalmente
loco. Me sentía el chico más afortunado del mundo de que él me quisiera
como lo hacía y no quería preguntar por qué.
—Yo
también te quiero, Yunho.— Mi voz sonó clara e íntima mientras decía estas
palabras. Besé su cuello y puse los dedos sobre sus hombros. —A partir de hoy
se aplicarán nuevas reglas, ¿verdad?— Pregunté, tirándolo hacia atrás y
sonriéndole seductoramente.
Me
reí y volteé los ojos, agarrando la parte posterior de su cabeza y poniendo su
boca sobre la mía. Pasamos otro par de horas en la cama, perdidos en el cuerpo
del otro, hablando, riendo y volviéndonos locos. Fue la mejor mañana de mi vida.
Por
la tarde, nos sentamos en su sala de estar haciendo los deberes de Minah. Tuve
que hacer tres en total, Yunho quería hacer uno de ellos por su cuenta,
sin mi ayuda. Siguió riéndose mientras escribía un poema original para su
clase de inglés.
No
pregunté qué estaba haciendo; me dijo que me lo diría cuando lo terminara,
mientras yo me centraba en los de historia y biología en su lugar. Quería
asegurarme de que estuviera completamente errado. En el trabajo de historia
encontré muchas cosas del período pasado y el uso de ejemplos de fuentes que
sabía que no eran fiables y que habían demostrado que eran falsas. No había
manera de que recibiera una B, tendría suerte si no suspendía del todo.
Para
el de biología usé la sugerencia de Yunho de usar palabrotas. Cada par de frases
soltaba una maldición al azar y seguía como si no hubiera pasado nada. Me reía
de mí mismo mientras lo leía; literalmente ella me iba a matar por esto.
Cuando
terminé, me senté de nuevo y vi a Yunho mordiendo su lápiz, trabajando todavía
furiosamente sobre el poema que se suponía que ella había escrito. Finalmente,
después de otros diez minutos, lo terminó y se veía extremadamente
orgulloso de sí mismo. Sonreí y levanté una ceja con
curiosidad, preguntándole lo que había estado haciendo.
También
sonrió y me pasó el papel. Al principio no creía lo que había hecho. En
realidad era un trabajo decente, un gran poema. Le miré con curiosidad,
esperado una explicación. Rio malvadamente.
—Simbolismo.— Fue todo lo que dijo.
Lo
leí otra vez y noté que en realidad había escrito un poema sobre su pene. Cada
línea se refería a él, pero ninguna palabra lo mencionaba, si el profesor
lo leía correctamente, como se suponía que lo había hecho Minah, iba a tener
grandes problemas. Me reí de sus habilidades; era obviamente un genio del mal
como su hermano.
—Tal
vez perdiste el tiempo, podrías haber sido un poeta del pene— me burlé.
Se rio. —También es un acróstico.
¿Un acróstico? ¿No es cuando se forma una
frase con la primera letra de cada palabra? Marcó la primera letra de cada
línea y me reí cuando me di cuenta de que había escrito «por diversión erótica» verticalmente.
Negué
con la cabeza por su imaginación y le abracé con fuerza. —Usted, señor Jung, es
un poeta muy talentoso— bromeé.
Sonrió
y asintió, atrayéndome y colocándose sobre mí. —Y usted, señorito Jaejoong, es
el chico más bonito que he visto— replicó, besándome ligeramente.
Cuando
llegó el lunes por la mañana, estaba tan emocionado que apenas podía estar
quieto. Yunho me dejó en la tienda de la esquina como de costumbre. Había
quedado esa noche con Hyunjoong para estudiar, así que no volvería a verlo otra
vez hasta mañana por la mañana y tuvimos una acalorada despedida antes de dejar
el coche.
Cuando
entré en el instituto, me imaginé a Minah con su pelo rojizo decolorándose
pareciendo perro con tiña conduciendo hacia la escuela en su coche con olor a
podrido. Me reí para mí mismo en voz baja, aunque en realidad, sabía que
todavía no olería; habría que esperar unos días antes de que hiciera efecto.
Cuando
realmente entré y fui a mi casillero, estaba un poco decepcionado al ver que
Minah seguía con su brillante melena rojiza. Estaba de pie con una faldita y un
top escotado, coqueteando con otro jugador de futbol. Kevin era la obsesión de
la semana pasada, esta semana había puesto a un corredor en su lugar.
La
miré con curiosidad. ¿Tenía el pelo más
claro o solo lo pensaba porque lo deseaba? No creía que el tinte
estuviera funcionando porque estaba bastante seguro de que solo lo haría si se
utilizaba directamente. Bueno, valía la pena intentarlo de todos
modos. Minah iba coqueteando con el pobre corredor, la mano sobre su
brazo y riendo con entusiasmo por algo que dijo. De repente cambió de un pie a
otro, moviéndolo con espasmos como si estuviera incómoda. Sentía la sonrisa en
mi cara mientras abría los ojos. Miré hacia sus zapatos. Eran los mismos que
había tenido que «limpiar» el sábado.
Ahogué la risa poniéndome la mano sobre la boca para evitar el ruido mientras
ella retorcía otra vez el pie. ¡Oh Dios
mío, Hojun! esto es demasiado divertido. Espero que no tenga otro par para
cambiarse y tenga que llevarlos puestos todo el día. Eso haría que fuera un año
completo.
Hyunjoong
y Su venían distraídamente hacia mí. —Buenos días chicos— dije alegremente.
Hyunjoong
frunció el ceño y me colocó su brazo alrededor de mis hombros, acercándome a
él. —¿Qué te ha puesto de buen humor esta mañana?— preguntó.
Hum… dejame
ver, puede ser cualquier cosa, como que mi novio es increíble, o puede ser que
mi enemiga jurada esté teniendo problemas con los polvos pica-pica que puse en
sus zapatos.
No
podía decirle ninguna de esas cosas así que me encogí de hombros. —¿Me desperté
en el lado derecho de la cama?— sugerí. No era del todo cierto, cuando me
desperté en mi cama esta mañana, el lado derecho fue despertar con Yunho, pero
supongo que no podría pasar dos días seguidos.
Hyunjoong
me miró con curiosidad, obviamente imaginando algo más, pero lo dejó
pasar. —Bueno, lo que sea. ¿Todavía vas a venir esta noche? Estoy de humor para
comer enchiladas— dijo, poniendo cara de cachorro.
—No
pongas esa cara, sabes que cocinaría lo que quisieras— bromeé, dándole con mis
dedos en sus costillas, haciéndolo saltar riéndose. Hyunjoong era muy
sensible, algo que había descubierto cuando éramos novios.
Suspiró. —Saben, los voy a echar de menos cuando el instituto termine y todos vayamos a
la universidad.— Deslizó un brazo alrededor de Su y de mí y nos abrazó con
fuerza, besando la parte superior de mi cabeza.
Fruncí
el ceño. No quería comenzar todavía a pensar sobre la universidad, aún faltaban
bastantes meses. Tenía que empezar a aplicar en las universidades. Antes de Yunho,
todo era más fácil. Su y yo planeábamos ir a la misma universidad, siempre
fue algo que soñamos: mudarnos a Gangwon-do y alquilar juntos un
apartamento. Supongo que eso no podría suceder ahora. De ninguna manera me iría
tan lejos de Yunho, ni aunque se congelara el infierno. Solo tendría que elegir
algo más cerca y así podría verlo todos los días.
Conocía
a mucha gente que pensaría que era tonto, dejando mis sueños por un chico, pero
todavía tendría que acabar el curso y conseguir aprobar al final, solo que
en una universidad diferente a la que había planeado estos años. No tenía ni
idea de cómo iba a darle la noticia a Su, pero eso era algo para otro día, no
quería pensarlo todavía. Tal vez él sería la primera en retirarse y decirme que
no quería mudarse a Gangwon-do a causa de Yoochun y entonces no habría
problemas. Sólo podía tener esperanzas.
—Tenemos
muchos meses todavía— le dije a Hyunjoong, tratando de parecer despreocupado.
Suspiró
y asintió. Hyunjoong quería quedarse aquí e ir a la universidad más cercana; no
quería dejar a su padre por su cuenta, por lo que planeaba quedarse aquí con
él. Pensaba que Su y yo lo estábamos abandonando, así que supongo que sería
feliz cuando le hablara del cambio de plan. —Tendremos que reunirnos con el
consejero escolar en un par de semanas para hablar de nuestras opciones— añadió
Su encogiéndose de hombros.
Abrí
la boca para hablar, pero fui interrumpido por alguien que se aclaraba la
garganta en voz alta.
Levanté
la vista para ver a Minah burlándose de mí. —Siento interrumpir este pequeño trío de friquis— dijo mirándonos lentamente.
—Oh,
ve a limpiarte algunas células del cerebro, Minah.— Hyunjoong se burló,
moviendo la mano con desdén.
Sonreí
y apreté mi brazo en su cintura. Me gustaba Hyunjoong; siempre cuidaba de
nosotros. Probablemente éramos los únicos del instituto que realmente odiaban a
Minah. Todos los demás caían a sus pies, pero no Hyunjoong, él odiaba la forma
en que nos trataba.
Minah
frunció el ceño, pareciendo herida por un momento antes de cambiar su expresión
a la de una zorra. —¡Cállate Hyunjoong!— replicó.
Él
se echó a reír. —Un gran regreso, querida.— Se burló, guiñándole un ojo.
Su
rostro enrojeció y sus ojos parecían oscurecerse mientras cerraba el puño, pero
en lugar de dirigir su enojo hacia él por su comentario, parecía que iba
dirigida hacia mí.
—Quiero
decirte algo, princesito de hielo— siseó, asistiendo con la cabeza hacia un
lado.
Hyunjoong
apretó su brazo sobre mí y me sujetó en el sitio. -Sólo tienes que ir a
socializar con los de tu especie, Minah, las cabezas huecas están allí- dijo,
señalando a un grupo de sus amigos que se reían histéricamente a un lado.
Ella
hizo lo que pareció un gruñido y sacudió su melena. Pude ver la réplica enojada
que estaba a punto de estallar en sus labios. No quería que dijera nada sobre
mí y Yunho y nuestro «acuerdo», por
lo que me quité rápidamente el brazo de Hyunjoong y negué con la cabeza, indicándole
que todo estaba bien.
—Todo
está bien, necesito hablar con Minah sobre nuestro proyecto de historia de
todas maneras. Somos compañeros desde el viernes.— Mentí, sonriéndole de forma
tranquilizadora a Hyunjoong. Él frunció el ceño, pero asintió y dejó su brazo a
un lado.
Minah
se dio la vuelta y se marchó sin decir nada, así que cogí mi mochila y la seguí
por el pasillo. Se detuvo poco después y se volvió hacia mí mirando por
encima de mi hombro. Yo sabía que buscaba a Hyunjoong y Su que todavía dudaban
del cambio.
—¿Por
qué él tiene un problema conmigo?— me preguntó, frunciendo el ceño con enojo.
—Probablemente
porque siempre te portas como una zorra con nosotros— le respondí de forma
casual.
Su
ceño se hizo más profundó cuando me miró. —¿Mis tareas?— pidió con frialdad,
extendiendo la mano hacia ellas, obviamente decidiendo ignorar mi
comentario sobre Hyunjoong.
De
repente me pregunté por qué estaba tan molesta con Hyunjoong. No podía
estar enamorada de Hyunjoong ¿verdad? Estudié su cara durante un par
de segundos tratando de ver algo. No, de ninguna manera Minah, niña de
papá, mocosa malcriada y jefa de animadoras, no podía estar enamorada de uno de
mis mejores amigos.
Hyunjoong
era muy lindo y un gran tipo, sin duda tenía un gran atractivo, una gran
cantidad de chicas y chicos del instituto pensaban que sí, pero si no
era del grupo de los populares era porque no quería serlo. En realidad no
era tampoco el tipo de Minah. Por un lado, no era un deportista, aunque había
jugado al baloncesto en el colegio, pero decidió no entrar al equipo y no
era el estereotipo de Minah en general.
Hum… si le
gusta, eso explicaría por qué nos odia a Su y a mí
Decidí
no entretenerme más tiempo con ese pensamiento loco. Estaba equivocado, no
había ninguna posibilidad de que le gustara Hyunjoong. Y además, aunque a
ella le gustara no tenía ninguna posibilidad en absoluto. Él la odiaba con la
misma pasión que yo.
Le
entregué las tareas y recé para que no las mirara demasiado, le echó un vistazo
entonces los metió en su mochila sin saber de los «añadidos» que había puesto. Sonreí un poco pensando en lo que le
había dado. Esperemos que tuviera problemas con eso, aunque lo sabría en un par
de días sin duda.
—Además,
puedes comprarme el almuerzo de hoy. Quiero una patata asada, normal y un poco
de ensalada a un lado.— Se miró las uñas mientras me daba las órdenes para
hoy. Sonreí y asentí para que continuara —.Nos reuniremos aquí al final del día
y te daré las tareas que me den hoy, no llegues tarde.
Asentí
y pasé los ojos sobre su pelo, tratando de ver si había alguna diferencia en su
tono. Todavía tenía el mismo aspecto así que asumí que no estaba funcionando y
que necesitaba un poco más de tiempo para que se notara el cambio.
Vi
a Yunho caminando por el pasillo, hablando con un novato sobre algún teorema
matemático que yo no quería ni tratar de entender. Sonrió discretamente hacia
mí y no pude esperar a devolverle la sonrisa; era como una respuesta automática
en la que mi cuerpo le respondía sin que ningún pensamiento consciente
estuviera involucrado.
—Además,
necesito que vengas a mi casa el miércoles a las seis y me lleves a la cita con
el quiropráctico y luego me traigas a casa otra vez— dijo.
Salí
de mi aturdimiento y sacudí mi cabeza tratando de concentrarme en lo que estaba
diciendo, en lugar de reproducir los recuerdos de Yunho conmigo las noches del
sábado y el domingo.
—Hum…
Minah, no puedo llevarte, no tengo coche.— Admití.
Me
miró como si fuera estúpido. —¿No tienes coche? ¿Cómo puedes no tener coche?
¡Eso es estúpido!
Me
encogí de hombros. Mis padres no podían permitirse el lujo de comprarme un
coche, pero no estaba preocupado porque Su y yo estábamos juntos normalmente y
él tenía un coche, lo que significaba que no necesitaba uno.
Ella
resopló y puso los ojos en blanco. -Está bien, conseguiré que alguien me lleve.
Giró
sobre sus talones, agitando la melena sobre sus hombros, golpeándome en la
cara. ¿Lo hizo a propósito? Zorra
estúpida.
La
vi caminar por el pasillo y pararse a hablar con sus amigas. Cambiaba
incómodamente de pies. Me reí maliciosamente. Volví con Su y Hyunjoong,
abrazando la cintura de Hyunjoong mientras él colocaba su brazo sobre mis
hombros.
—¿Tu
compañera? Vaya mierda.— Se quejó, mirando a Su con disgusto. Me encantó que Hyunjoong
viera más allá de la obvia belleza que era, los demás chicos del instituto
estaban embobados por ella.
—Lo
sé, pero está casi terminado, el proyecto acabará en un par de días— Mentí,
esperando que mi voz no me traicionara. Estaba bastante seguro de que, en un
par de días, Minah descubriría que no estaba jugando su juego. Cuando eso
ocurriera, nunca más tendría nada que ver con ella.
Asintió,
aceptando mi historia y empezó a hablar con Yoochun sobre dónde iba a ir con Su
cuando las clases terminaran. Me relajé. Sólo un par de días más y luego podría
dejar de ser su «zorra personal». Por
un momento estuve a punto de estropear todo lo que me había pedido que hiciera.
Curiosamente, estaba buscando la manera de seguir adelante.
Los
siguientes días pasaron increíblemente rápidos. De acuerdo con mis planes,
estropeé un poco todo lo que me pedía. Si tenía que llevarle un café le
preguntaba si quería leche entera, si tenía que llevarle la comida se me caía
accidentalmente un poco de pimienta o cualquier cosa por encima. Si tenía que
dar un mensaje a sus amigos, se me olvidaban un par de detalles; estaba
funcionando realmente bien porque terminó abandonando a una de sus amigas en el
instituto cuando se suponía que la llevaría a casa.
Mis
discusiones en el pasillo los días siguientes fueron entretenidas por decir
algo. Su pelo estaba decolorándose perdiendo por partes el rojizo, cambiando a
un rubio asqueroso, aunque sólo un poco, pero Su y yo podíamos notar la
diferencia. Durante dos noches, dejé que Hyunjoong hiciera modificaciones y
cambios en sus tareas.
Era
obvio que todavía no había tenido ninguna reacción sobre ellas porque no había
dicho nada. Para ella era su perfecto pequeño esclavo. Hacía todo lo que
me pedía y nunca le contestaba. Pero, tres días después fue cuando la realidad
se abrió como un abanico.
La
oí antes de verla. Estaba caminando por el pasillo cuando oí un grito frustrado
viniendo hacia mí.
Su
y yo nos volvimos, como todo el mundo en el pasillo, pero solo vimos a Minah
retorciendo un trozo de papel con cara de rabia y gruñendo de frustración. La
gente se arremolinaba a su alrededor tratando de calmarla, pero sin
conseguirlo.
Levanté
la vista y sus ojos se encontraron con los míos. Realmente me estremecí por la
ira que vi en sus ojos. Ella se burló y se dirigió hacia mí, con más confianza
y determinación en cada paso, mirándome a la cara.
—Tú,
pequeña zorra— espetó venenosamente.
Tragué
saliva. ¿Me pegaría? Parecía que
quería arrancarme la cabeza o algo así. La forma en que me miraba me envió
un escalofrió por la espalda. Me preguntaba qué era lo que había descubierto,
tenía que ser algo sobre los trabajos que había estado haciendo para ella, no
había otra cosa que la hiciera enojarse.
—¿Qué?— pregunté, mi voz era un susurro. Esta era la parte que no había previsto, la
parte que más temía. Estaba bien hacer todas esas cosas y jugar con ella
cuando no lo sabía, pero la forma en que me miraba hacía que sintiera nauseas.
Quería
ajustarme al plan original y haber hecho sus malditas tareas correctamente. —¿Qué?— repitió con sarcasmo —.¿Qué?— Se burló de mí otra vez —.¿Hablas en
serio? ¡El trabajo de inglés que hiciste por mí el lunes me hizo tener dos días
de castigo! ¡Ahora no podré practicar con el equipo y nuestra actuación en el
partido del viernes se arruinará! ¿De verdad tienes la audacia de
preguntarme qué?— Despotricaba.
Me
encogí de hombros. —¿Supongo que aceptarás mi renuncia al cargo de tu zorra
personal?— ofrecí, levantando una ceja, tratando de parecer más seguro de lo
que me sentía.
Se
acercó a mí. —¿A qué demonios estás jugando? Sabes que te tengo a ti y al señor
Jung por las pelotas. ¿Cómo se sentirá él cuando tenga que dejar su
trabajo por una zorra barata como tú?— me preguntó tranquilamente. Yo
esperaba que nadie la hubiera escuchado.
La
miré a los ojos y fingí estar confundido. —No estoy seguro de lo que está
pasando, Minah. ¿Qué tiene que ver el señor Jung conmigo?— pregunté, fingiendo
inocencia.
Frunció
el ceño. —¿De verdad quieres ir por ahí?— preguntó, su voz era amenazadora y
fría.
—No
tengo ni idea de que estás hablando— mentí, tratando de parecer indiferente y
mantenerme al margen. No estaba muy seguro si lo estaba consiguiendo. Su
miraba a Minah como si quisiera matarla delante de todos.
Minah
rio, puso su cabello sobre el hombro con un gesto dramático y me sonrió
dulcemente. —Di adiós a tu educación en este instituto, Jaejoong. Tú y el
Profesor Caliente estarán fuera dijo suavemente como si estuviéramos
hablando del tiempo.
Giró
sobre sus talones y caminó pasillo abajo. Miré a Su tratando de no llorar. ¿Y si decía algo? Se sentiría obligada a
decirle algo a alguien. Conocía a ese tipo de personas y sabía que lo haría.
Me
abrazó, acercándome a él cuando todo el mundo empezó a murmurar sobre la
explosión de Minah.
—Está
bien, Jaejoong. Todo va a estar bien, no tiene nada sobre ti y el plan de Hojun
es genial. Solo relájate— me susurraba, pasándome la mano por el brazo de forma
tranquilizadora.
Nos
dirigimos a la cafetería, pero no tenía hambre. Me sentía enfermo. Todo en lo
que podía pensar era en Yunho metiéndose en problemas por mi culpa. Necesitaba
decirle lo que había pasado pero no quería que nadie me viera cerca de él y
añadiera leña al fuego. Levanté la mirada a Su y forcé una sonrisa. La gente me
miraba preocupada y Hyunjoong frunció el ceño.
—¿Te
sientes bien?— Preguntó, poniendo la mano en mi frente para ver si tenía
fiebre.
Asentí
y le quité la mano. —Sí, estoy bien.— Mentí. Miré a Su —.Quiero decir...— Me
callé, esperando que entendiera lo que quería decir.
Movió
la cabeza. —¿Quieres que lo haga?— Preguntó levantando una ceja. Sonreí
agradecido. Verdaderamente tengo el mejor amigo del mundo.
Asentí
rápidamente. —¿Te importa?
Negó
con la cabeza y tomó el resto de su sándwich. —Por supuesto que no.— Se volvió
y besó a Yoochun ligeramente —.Te veré después de clase, ¿de acuerdo? Necesito
hablar con el Sr. Jung sobre mi tarea de cálculo de la lección de hoy.— Mintió
suavemente. Él le devolvió el beso, dándole una nalgada en el culo mientras se
alejaba.
Me
senté ahí agarrando mi sándwich, tratando de unirme a las conversaciones que
había a mí alrededor, pero no podía concentrarme. Todo en lo que podía pensar
era en los problemas en los que había metido a Yunho, me iba a odiar y nunca
más querría verme porque sólo era una molestia para él. De ahora en adelante
tendríamos que ser diez veces más cuidadosos. Eso significaba que no podíamos
salir juntos en público hasta que el instituto acabara, probablemente ni
siquiera podremos correr el riesgo de que nos viera alguien en la ciudad de al
lado.
Rogaba
para que la genial idea de Hojun nos ayudara si Minah decidía ir al
director. Puede que nunca lo haga, puede que se convierta en una gran persona
y me deje en paz. Puede que pase la página y todo esté bien. Vaya, cuantos
puede ser…
El
sonido del móvil me sacó de mis preocupaciones. Al tomarlo y mirar la pantalla
vi que era el número de Su. Tragué saliva y respondí, no estaba seguro de si quería
oír lo que iba a decirme.
¿Y si habló
con Yunho sobre Minah y se volvió loco y ahora me odiaba?
—Hola— Mi voz apenas un susurro.
—Hola,
precioso— El sonido de la voz de Yunho en lugar de la de Su hizo que mi corazón
se acelerara.
Sentí
que los ojos se me llenaban de lágrimas y levanté la vista al techo para asegurarme
de que no se cayeran.
—Hola.
¿Has escuchado lo que pasó?— le pregunté, tratando de mantener un tono ligero y
que mis palabras no comprometieran a nada para que nadie supiera de lo que
estaba hablando.
Suspiró
en el teléfono. —Sí, Su acaba de contármelo. Todo está bien, precioso. Esperábamos esto, así que no es una sorpresa. No te preocupes por nada, todo va
a estar bien, te lo prometo. ¿Confías en mí, no?— pregunto, su voz suave y
reconfortante.
Sonreí
y cerré los ojos. Realmente no me lo merecía, todo en él era demasiado
bueno para mí. Estaba siendo tierno y cuidadoso a pesar de enfrentarse a
la cárcel, o al menos a perder la carrera por la que tan duramente había
trabajado. Sin embargo, era él el que me reconfortaba a mí. Me sorprendió.
—Por
supuesto que lo hago— susurré.
—Será
mejor que me vaya. Sólo ajústate a la historia; nadie le va a creer. Todo está
bien, precioso. Te juro que vamos a estar bien. Sólo no te preocupes e intenta
relajarte.— Me instruyó.
Asentí
y respiré profundamente un par de veces. —De acuerdo.
—Te
quiero, Jaejoong.
Sonreí
al oír esas palabras, todavía no me acostumbraba y creía que nunca lo haría.
—Yo
a ti también— contesté.
Desconecté
la llamada y deslicé el teléfono en mi bolsillo. Parecía tan seguro que me hizo
sentir seguro también. Confiaba en Yunho, y si él decía que todo iba a estar
bien, entonces le creía. Solo rezaba para que su creencia estuviera
justificada.
El
resto del día estuve al límite. Cada vez que Minah pasaba, me sonreía con
complicidad. Su fue genial; no me dejó ni un segundo, apoyándome y diciéndome
que todo iba a ir bien.
Cuando
llegamos a la clase de cálculo no estaba Yunho. Me senté y saqué mi libro de texto
ignorando la forma en que Minah murmuraba con sus amigos, lanzándome miraditas
mientras todos se reían en voz baja. Un par de minutos después entró la
señorita French, se paró frente al escritorio de Yunho y se aclaró la garganta
para pedir atención a la clase. Todo el mundo guardó silencio y yo sentí que se
me hundía el corazón. ¿Dónde está Yunho?
—Clase,
el Sr. Jung no puede dar clase hoy. Voy a sustituirlo porque lo han llamado en
el último minuto. Busquen el próximo capítulo en sus libros de texto y
empiecen a leer para que se prepararen para la siguiente lección con él.
Quiero silencio por favor. Tengo papeles por corregir y si pudiera hacerlo
sería estupendo.— Solicitó, arrojando el bolso sobre la mesa y tirando de la
silla se sentó y empezó a corregir sus papeles.
La
gente empezó a murmurar. Miré a Minah y estaba sonriendo de oreja a oreja y me
guiñó un ojo. Sentía frío por todo el cuerpo y el vello de la nuca estaba
erizado. Obviamente no lo había dejado pasar.
¿Estaría Yunho en problemas en este
momento? Antes
de que tuviera la oportunidad de pensar en esas cuestiones y entrar en
pánico, alguien llamó a la puerta. Un estudiante entró buscando a la
señorita French, entregándole una nota. La leyó y miró hacia la clase.
—¿Jaejoong?— Llamó, buscándome por la habitación. Oh,
Dios mío.
Tragué
y levanté la mano, sabiendo que no podía pronunciar ninguna palabra si
intentaba hablar.
Su me
agarró la mano libre bajo la mesa, apretando tan fuerte que hubiera sido
doloroso si hubiera podido sentir mí cuerpo, pero no lo sentía, estaba
entumecido.
—El
director quiere verte en su oficina— me dijo la señorita French, señalando la
puerta para que me fuera.
Chipote maldita vieja zorra que la atropelle un camión jajajaja solo espero que el director les crea y que si ya se comporten en la escuela para que no surjan mas problemas espero que el plan de Hojun funcione por favor
ResponderBorrarEl director quiere verlo para que quiera verlo? La pesada d minah no puede haberse salido con la suya, confio en q todo saldra bien. Ojala su cabello quede feisimo, me gusto las nuevas reglas d yunho ** muchas gracias por actualizar Jade Jung :)
ResponderBorrarhay por dios esa zorra no para de fregar pero yunho defenderá a su precioso jae y no creo que tengan problemas lo que si es que tendrán que cuidarse mas de ella y que la corran a ella del instituto por estar molestando a yunho y a jae y por fin pueda haber calma
ResponderBorraro que no nomas se le decolore el cabello que se le caiga también por mala y sus papas le pongan un castigo mas severo por la llamada que hizo jae en el cel de esa por dios que ya le caiga un castigo a minah por estar molestando a yunho ,jae y sus amigos
me caigo y me levanto..... qué manera de sufrir, quiero saber qué está pasando.
ResponderBorrarespero que la muy zorra de los pelos descoloridos no se salga con la suya.
pobre Jae ,tan mal que se siente por culpa de la mal nacida de Minah,
quiero que deje en paz al Yunjae de una put+a vez-
gracias por la actu
está emocionantísimo este fic.
Oh~~ goshhhhh me estoy comiendo las uñas. ..!!!! Espero que jae y Yunho no se metan en problemas por culpa de la tonta de minha e.e ohh~~ hojun espero que tu plan funcione solo toca que el yunjae lo niege todo >. < estúpida estúpida minha...!!!
ResponderBorrarMINHA DEL MAL! ayyy todo iba tan bien, juro que morí cuando cambiaron las reglas entre ellos y la situación se puso bien caliente xDD es que no se pueden aguantar estos dos y mantener sus manos alejadas, es inevitable! yunho es tan lindo, de esos hombre que ya no hay, la manera en que trata y habla cariñosamente a JJ es demasiado! ;_; qjdssf ay sufro con esta historia, desde el principio hasta hoy me pone bien mal, pero me encanta, ahora a esperar y ver si funciona el plan de hojun, espero con toda mi alma que sí, y que la tipa esa no se salga con la suya, bien vibra que es! ay estos dos merecen vivir su amor al máximo y sin trabas, en fin, muchas gracias pro actualizar seguido, miles de gracias *-*<3
ResponderBorrarkyaaaaaaa!!!! que noche >///////< kaahgsgafdsahhsaks los dos son un par de pervertidos jajajajaj.....waaaa espero que funcione su plan y que pase nada malo..... esa mina lo pagara caro ¬¬..... gracias por la actu ^^
ResponderBorraraish que bruja que es minha ojala y en los pies le salgan hongos jejejejejeje y ahorq que paasara? jae porfis traanquilizate espero todo les salga bien de echo el plan de hojun es muy bueno y va a funcionar suerte chicos
ResponderBorrarMINHA BRUJA LOCA, nadie te creerá y ojala tu auto y el pelo te queden horribles
ResponderBorraryunjae animo y jae tranquilo todo saldrá bien
gracias por actualizar
Tranquilo Jae todo saldrá bien, lo que planeó Hojun saldrá muy bien. Y esa bruja se morirá de coraje cuando vea que sus chismes no llegarán a nada. Gracias por la actualización, se quedo muy emocionante.
ResponderBorrarAaaaaaaaaaaaaaahhh quiero golpear a minha maldita bruja -.-
ResponderBorrarEspero que todo salga bien....
gracias por el cap^-^
Era obvio que la perra de Minah no se iba a quedar con los brazos cruzados después de que la castigaran por la tarea que hizo YunHo XD espero que el plan de Hojun funcione y asi tachen de mentirosa a la perra esa e.e
ResponderBorrarMe lo acabo de de leer los capítulos todos en un uno, los que me faltaba D:
ResponderBorrarÚltimamente no tengo tiempo, cada vez se pone mejor la historia, sigo odiando a Minha >:D no lo dejan ser felices :c. Esperare el otro con ansias.( Benny) psdt: ya me crearé una cuenta nueva en vacaciones y podré comentar más. ;)
Este capítulo me mató se puede sentir la tensión entre el yunjae yo digo que la liberen de una vez *-------*!!!!Y esa Minah ojala no le crean y que los deje en paz
ResponderBorrarNo cabe duda que lo malvado viene de familia xD ahora que Minha fue a delatarlos sabremos si el plan funcionó. Yo espero que sí porque merecen estar juntos :3
ResponderBorraresa bitch de Minah!!!! grrrrr!!!
ResponderBorrarespero que no se salga con la suya X-(
aigoo!! espero que el plan de Hojun funcione *-*
Yunho y sus nuevas reglas ya sabia que no podia mantener las manos fuera de Jae por mas tiempo y terminaria sediendo,aunwue no hayan intimado son felices por el tiempo que estan juntos.
ResponderBorrarMinah se dio cuenta de lo que hizo Jae y ahora a ido a acusarlos espero que nadie le crea,me encanto la parte donde Yunho habla a Jae para tranquilizarlo
,,,,sabia quqe en cualquier moemento iban a romper las reglas.... aunque sea un poquito ....ellos los necesitaban y nosotr@s tambien ....me encanta la nueva regla ..ojala la usen muxooo *¬*
ResponderBorrarBueno ojala que todo salga como lo planeado ...jae ya no podia ser esclavo de esa zorra .. este es el momento decisivo ....ojala que todo resulte...YUNJAE LOVE~
sera que la desgraciada le conto al director?? =S
ResponderBorrar:O...! Minah desgraciada...!!
ResponderBorrarojala que el director se crea todo el cuento de Yunho y Jaejoong o si no T_______T
Que... Minah enamorada de hyun joong ? XDD que hyun joong nunca le haga caso :3
Esa zorra desteñida aarrgg no se saldrá con la suya
ResponderBorrarespero que el plan de Hojun de reultado y no le crean a la bitch esa ...ten fe Jaejoong to saldrá bien