Mientras
la miraba sentí como el color de mi cara se borraba. ¿Por qué ella? Categóricamente me odiaba. ¿Por qué tenía que ser
ella la que nos pillase? Se me cayó el alma a los pies mientras que
una sonrisa lenta dibujaba sus labios. ¡Oh
Dios, por favor que esto sea un sueño! ¡Por favor dime que esta clase
fuera tan aburrida que me dormí y estoy teniendo ahora mismo una pesadilla!
-¿Qué
demonios?- Con el ceño fruncido movió la cabeza, como si intentase resolver
algún problema.
Yunho
no se había movido y seguía pegado a mí, sujetándome contra la mesa, sus manos
permanecían exactamente en el mismo lugar que estaban dos minutos antes
que ella entrase en el cuarto. ¿Qué hacemos
ahora? ¡Yunho se va a meter en muchos problemas, a mí me expulsarán, nuestras
vidas quedaran destruidas y todo por mi culpa! ¿Por qué tuve que llevar este
estúpido jeans y tentarlo? ¿Por qué tuve que llamar su atención y ser una
maldito coqueto en el horario escolar? Soy tan idiota, ¡y ha sido mi culpa el
provocar esta situación!
De
nuevo tragué saliva y abrí la boca para intentar hablar; no tenía ni idea de lo
que iba a decir, así que esperaba que algo coherente saliese de mi boca. Sin
embargo lo que salió fue:
-Yo…
nosotros… no…. no es…. de ninguna manera…- Podría pegarme a mí mismo. Yunho
seguía sin moverse, es como si estuviese congelado. Ni siguiera estaba seguro
de si aún respiraba, pero una cosa tenía clara, ¡tenía que quitarse encima de
mí y empezar a encontrar excusas de por qué me estaba besando y de por qué
estaba casi sin camisa!
Le
empujé el pecho, haciendo que se pusiese derecho, pero continuaba situado entre
mis piernas, boquiabierto. Sus ojos estaban de par en par y su cuerpo
tenso. ¡Jesús, espabila Yunho! Me
levanté rápidamente, poniendo toda mi ropa en orden mientras me
sonrojaba.
-Señorita
Minah, no es lo que parece- se defendió Yunho, sacudiendo la cabeza mientras
salía del aturdimiento y comenzaba a abotonar su camisa.
Ella
se rio en voz baja. -Oh, esto no tiene precio. Volví para recoger mi libro y me
encuentro con esto. Es demasiado bueno para ser verdad- Minah reflexionó,
sonriendo con satisfacción -Señor Jung, pienso que podría haber conseguido algo
mejor. Quiero decir, mírelo, ¡por Dios, es Jaejoong!- Me miró lentamente de
arriba a abajo, asqueada y mis ojos se llenaron de lágrimas, pero de ninguna
manera iba a dejar que salieran de mis ojos delante de ella.
Una
enfadada expresión cruzó la cara de Yunho. -¡Basta!- Espetó Yunho.
Ella
sonrió dulcemente y se giró para recoger su libro que estaba encima de la mesa.
No sabía qué hacer o que decir; sólo podía pensar en que todo esto era por mi
culpa. Yunho irá a la cárcel por mi culpa.
Ella
agarró el libro y se dirigió hacia la puerta. -.Bueno, ha sido un placer
haberte conocido- gorjeo ella, riendo silenciosamente.
Tragué
el nudo que se me estaba formando en la garganta. ¡Ella se lo iba a contar a
alguien, nos iba a ocasionar un montón de problemas a ambos! Brevemente
consideré mis opciones. La podía dejar ir y podríamos fingir que ella mentía.
La podía agarrar, darle una tremenda paliza, después cortarla en pedacitos
y esconderla en alguna parte. Podría rogarle que no dijera nada. O simplemente
podría admitir la verdad y, podríamos fingir que fue una locura del
momento, una indiscreción que sólo ha ocurrido en esta ocasión.
Personalmente
no me gustaba ninguna de estas opciones. Me inclinaba más bien por cortarla
en pedacitos, pero no creía que Yunho estuviera de acuerdo con ello. Por
lo tanto decidí por rogar e intentar pedir su lado compasivo, si es que tenía
uno.
-¡Minah, por favor!- Grité con desesperación. Ella se paró y se me quedó mirando,
elevando una ceja mientras yo continuaba -.Por favor no digas nada; todo esto
es culpa mía, todo.
Yunho
negó con la cabeza. -No, Jaejoong, yo he sido…- Empezó a decir, pero yo fingí
que no había dicho nada y continué hablando.
-Lo
empecé yo, simplemente le besé. Ha sido culpa mía- le mentí, rogándole con mis
ojos.
-Cuéntaselo
al director.- Minah se encogió de hombros y abrió de un tirón la puerta,
saliendo como un huracán.
Me
giré a Yunho; sentía el latido de mi corazón en la garganta, lágrimas escocían
en mis ojos. Cariñosamente me cogió la cara con sus manos.
-Ni
se te ocurra cargar con la culpa de esto; juro por Dios, Jaejoong, que si lo
haces me voy a cabrear mucho contigo. Si alguien tiene que cargar con la
culpa, ¡soy yo!- dijo él gravemente.
Tragué
saliva y quité sus manos de mi cara. Aún no había tirado la toalla; quizás conseguiría convencerla en no decir nada. Le aparté con un empujón y salí
corriendo por la puerta, ignorando como me llamaba por mi nombre mientras
corría. Sabía que no podía seguirme inmediatamente; todavía tenía que
abrocharse la camisa y no podía andar por los pasillos con la camisa como
estaba.
Corrí
como un rayo y visualicé a Minah paseando tranquilamente por el corredor. No
tenía ninguna prisa; tenía la cabeza bien levantada mientras se encaminaba al
despacho del director.
Me
acerqué corriendo a ella y la agarré del brazo, haciendo que se parase mientras
la miraba desesperadamente. -¿Por favor? ¡Por favor no le causes
problemas! Todo ha sido culpa mía, me eché encima de él, nada de esto es culpa
suya. ¿No le hagas sufrir por algo que he hecho yo, ¿por favor?- rogué. Sentía
nauseas, mis manos temblaban y todo mi cuerpo estaba frío.
Ella
me sonrío con satisfacción. -¿Es culpa tuya?
Asentí
rápidamente, y me enjuagué la lágrima traidora que se deslizaba por mi cara.
-Sí- susurré.
Se
tocó con el dedo la barbilla, su larga uña pintada de rojo tocando sus labios
mientras hacía un puchero, meditando sobre ello. -¿Entonces, qué valor le
pones?- preguntó ella, ladeando la cabeza.
¿Qué cuanto valor le pongo? ¿Para
mantenerse callada pedía dinero o algo así? Mentalmente calculé cuánto dinero
tenía, así como cuantos ahorros tenía en la cuenta corriente.
-No…
No sé. ¿Creo que podría reunir un par de cientos de dólares?- Ofrecí,
encogiendo los hombros confuso. Podría obtener el dinero de Yunho;
seguramente tendría más que esa cantidad.
Ella
soltó una carcajada. -No quiero tu dinero, princesito de hielo. ¿Qué otra cosa
me puedes ofrecer?- siseo ella con desprecio.
Fruncí
el ceño y sacudí la cabeza. ¿Qué más puede haber que le pueda
ofrecer? -No… no sé. ¿Qué es lo que quieres?- pregunté en voz baja. Paseé
la mirada a mí alrededor.
Afortunadamente
no había nadie en el pasillo ya que la gente se había ido ya a casa. Su me
estaría esperando a la vuelta de la esquina en la calle. Quizá la
podría pegar un grito y llamarlo, ¡apuesto lo que sea a que Su me ayudaría
con el plan de cortar a Minah en pedacitos!
Me
miró detenidamente. -Bien, definitivamente ni siquiera aunque fueras mujer
querría los trapos que llamas ropa- se mofó con una mirada despreciable en la
cara -.No estoy muy segura. ¿Qué te parece si lo pienso?- Ofreció ella.
Mentalmente
hice una danza de alegría, al saber que no nos iba a entregar inmediatamente,
al querer pensarlo, me daría más tiempo para poder reunir más dinero o
alguna otra cosa.
-Por
favor, Minah, no se lo digas a nadie. Haré todo lo que quieras, sólo no le
causes problemas- susurré, intentando no volver a llorar.
Ella
sonrió dulcemente, pero sus ojos eran duros. -¿Harías cualquier cosa?- Su voz
sonaba cruel y desagradable, sintiendo un hormigueo recorrer mi espina dorsal.
Tragué saliva y asentí en acuerdo. Por alguna razón sabía que me iba a
arrepentir al hacer ese comentario -Para empezar, quiero ese dinero que me has
ofrecido, me lo traes cuando vengas mañana.- Metió la mano en su bolso, sacando
los libros de historia y de inglés; empujándolos contra mi pecho -Haz mis
tareas, están previstas para mañana, no quiero sacar menos que una B, ¡así qué
no te hagas el listo queriendo dejarme en un mal lugar mañana en clase!- Siseó
ella, haciendo un gesto de despedida con la mano. Dinero y hacer los deberes, bien eso lo puedo hacer. -No diré nada,
porque de hecho el Sr. Jung me gusta, es un buen profesor. Pero entérate
bien, Jaejoong; no me gustas y tu engreída, sencilla buena apariencia
atrae la atención de los chicos más populares. Un paso fuera de la línea,
cualquier cosa que te niegues hacer a por mí, y me iré directamente al despacho
del director a informarle sobre ti.
Tragué
saliva y asentí. -Bien, pero por favor no digas nada a nadie, ni siguiera a tus
amigos, ¿por favor?- pedí, mirándola esperanzado.
Sonrió
a algo que estaba detrás de mi hombro. Me di la vuelta y vi a Yunho caminando
por el pasillo, su cara consternada, pero obviamente estaba intentando no
mostrar ninguna emoción.
Ella
se inclinó más cerca de mí. -Es tan caliente. ¿Qué tal besa? Quizá le pruebe- susurró,
aún con los ojos clavados en Yunho.
Sentí
como mis manos se aferraban a los libros que sujetaba. El simple pensamiento de
ella cerca de él, me quemaba la sangre. ¿Qué
iba a hacer si ella chantajeaba a Yunho y le obligaba a besarla, o alguna otra
cosa? ¿Pero no lo haría, verdad que no?
Yunho
se paró a mi lado. -¿Es posible que todos hablemos sobre eso?- preguntó él,
mirando esperanzado a Minah.
Ella
sonrió y se encogió de hombros. -Ya está todo solucionado. Jaejoong y yo hemos
estado hablando sobre ello y, he decidido no decir nada sobre el asunto… por
ahora.- El malicioso brillo en sus ojos mostraba que estaba disfrutando
tenernos a ambos en sus manos.
Yunho
pasaba la mirada entre ella y yo, claramente sorprendido por su revelación. En
verdad, se veía como una persona que ya había aceptado su destino y que se
encontraba en graves problemas. La miraba como si ella hubiese sugerido que un
cerdo volaba por encima de nuestras cabezas o algo parecido.
-¿De
verdad?- Tragó saliva.
Ella
asintió. -Sí, pero señor Jung, para que lo sepa, desde ahora yo seré el As de
su clase y no tendré que hacer tareas- dijo ella, levantando desafiante la
ceja.
Él
frunció el ceño y me miró acusador, como si yo hubiese accedido a ello;
evidentemente no estaba para nada de acuerdo con la idea. Asentí
alentadoramente, rogándole con mis ojos para que estuviese de acuerdo con ello.
Respiró profundamente y se frotó la nuca, viéndose extremadamente enfado. -Bien-
refunfuño finalmente.
-¿Yunho?
Todos
nos volteamos para ver cómo se acercaba la señorita Jessica por el pasillo, sus
rizos perfectos oscilando mientras venía hacía nosotros. Minah se inclinó
muy cerca de mi oído.
-Creo
que su novia estaría muy cabreada si se enterara de lo que estaban haciendo
sobre la mesa, ¿no te parece?- susurró ella.
Me
aparté horrorizado, enfadado e intentando matarla con mis ojos. Lo bueno sobre
su declaración era, que me creyó cuando dije que sólo le había besado, sin
percatarse todavía de todo. Me sentía increíblemente agradecido.
-Eh…
hola- Yunho murmuró cuando la señorita Jessica se paró junto a nuestro
grupo, sonriendo con dulzura.
-Hola
chicos, ¿qué están haciendo todavía aquí? ¿Todavía no están hartos de este
sitio?- preguntó la Srta. Jessica, sonriendo.
Yo
encogí los hombros y abrí la boca para responder, pero Minah habló primero. -Estábamos
hablando con el Sr. Jung sobre la extra tutoría que ha estado ofreciendo a Jaejoong
después de clase. Me preguntaba si podría participar en ellas, ya sabe,
aumentar mi calificación y todo eso- dijo Minah, enroscando un mechón de su
cabello en un dedo y, con una conocedora sonrisa en sus labios.
Yunho
frunció el ceño en su dirección; sonreí para mis adentros al saber lo mucho que
odiaba esa sugerencia.
-No
creo que necesite una tutoría extra, Srta. Minah, como ya sabe, es la número
uno en mi clase- replicó incómodo.
La
Srta. Jessica sonrió, volviéndose a Yunho. -¿Estás listo para irnos? Sé que
tenías que ir a algún sitio importante, me dijiste que debías partir lo
antes posible.
Me
mordí el labio. «Tenía que ir a algún
sitio importante», ese era yo. Yunho miró indeciso a Minah y a mí,
preguntándome calladamente qué hacer.
-No
estoy seguro si hemos terminado de hablar, Jessica. ¿Quizá deberías esperarme
en el auto?- sugirió él, hurgando en su bolsillo y entregándole sus llaves.
Minah
cambió de postura. -Hemos terminado de hablar. De todas formas me tengo que ir. Le veo mañana Sr. Jung, Srta. Jessica- dijo ella, cogiéndome del brazo y
dándome la vuelta rápidamente.
Sonreí
y con la cabeza le dije adiós a Yunho y permití que Minah me guiase por el
pasillo -.Mantén libre el sábado. Tienes que hacer algunas labores para mí. Mi
coche necesita un servicio y también tengo unos zapatos que necesitan una
limpieza.- Ella se encogió de hombros y me soltó el brazo, mirando su mano con
hostilidad, como si acabase de tocar algo sucio.
Casi
me ahogo con mi incredulidad. ¿Limpiar
su coche y hacer sus quehaceres? ¿Sería una broma?
-¿De
verdad?- pregunté, rezando que lo retirara riendo y que me dijera que sólo
estaba bromeando.
Pero
no estaba bromeando. -Completamente.- ¡Qué
bruja!
-Bien,
pero luego se acaba, ¿no?- pregunté.
Ella
rio. -Oh no, principito de hielo, tu culo es mío ahora. Quieres que guarde tu
secreto, entonces harás lo que yo te diga, cuando yo te diga. Ahora serás mi
zorra personal.
Mi
mano se cerró en un puño, y noté como aumentaba mi mal humor. Normalmente no
era una persona violenta. La agarré del pelo y estrellé su cara tan fuerte
como pude contra la taquilla, oyendo satisfecha el crujido de su nariz,
mientras que gritaba y se la sujetaba con las manos. Entre sus manos se
derramaba la sangre estropeando su top.
-¿Jaejoong?- Pestañeé
un par de veces y miré a Minah; me estaba mirando fijamente como si esperase
que dijera algo.
Oh, ¿Estaba soñando despierto? Ella chasqueó un par
de veces los dedos delante de mi cara, mirándome molesta con cada segundo que
pasaba.
-Estaba
diciendo, que me dieras tu número móvil, ¡así te mando un mensaje de texto con
el pedido para mi desayuno!- gruñó ella, agitando con impaciencia su
teléfono móvil delante de mi cara. Agarre el teléfono que me estaba ofreciendo
y grabé mi número. Debería actuar como en mi sueño y romperle la cara.
Le
devolví el teléfono. Inmediatamente se dio la vuelta sobre sus caros zapatos de
tacón de aguja y se fue dando zancadas, dejándome ahí parada viéndola partir
con el ceño fruncido en mi cara. Nunca en mi vida había deseado el mal a nadie,
pero si saliese del edificio y escuchara que una estampida de una manada de
vacas extraviadas la arrollaran, me partiría en una carcajada.
Suspiré
y cabeceé. ¿En qué maldito lío me había metido? Desde ahora en adelante iba a
convertir mi vida en un infierno y todavía me quedaban seis meses para terminar
el instituto. Aunque se suponía que no importaba mucho; haría cualquier cosa
con tal de proteger a Yunho, incluso si fuese necesario, le besaría los pies
durante los próximos meses. Todo acabaría bien, en cuanto se aburriese de
jugar conmigo, las cosas volverían a su lugar. Una pequeña parte dentro de
mí sabía que no era totalmente cierto.
Cambié
de postura los libros que tenía entre mis brazos y me dirigí a donde sabía que
me esperaba Su.
Cuando
lo vi apoyado contra los casilleros, mordiéndose con impaciencia las uñas,
suspiré aliviado. Cuando llegué a su lado, dejé caer al suelo todos los libros
de Minah, sin importarme que se desordenaran las hojas. Tiré de mi amigo y me
abracé a él, necesitando consuelo.
Le
llevó unos segundos en componerse del aturdimiento y entonces me devolvió el
abrazo. -¿Qué ha pasado?- preguntó rápidamente.
Di
un quejido y negué con la cabeza. -Te lo contaré en el coche.- No podía
contarle nada estando todavía en el instituto, de ahora en adelante no
tomaré más riesgos.
Él
asintió, frunciendo el ceño y mirándome con preocupación mientras se agachaba
para recoger los libros del suelo.
-¿Por
qué tienes los libros de Minah?- preguntó, frunciendo el ceño al libro de
historia que mantenía en su mano y que llevaba el nombre escrito en la portada.
-Su,
hablaremos de ello en el coche- dije con un gemido, cerrando mis ojos deseando
despertar y que todo esto fuese una horrible pesadilla. Él asintió y nos
dirigimos en silencio a su coche. Apenas me encontraba dentro del coche cuando
él se dio la vuelta hacía mí, queriendo obviamente una explicación. Descansé mi
cabeza en mis manos. -Mientras que estaba con Yunho en el aula, Minah entró- expliqué,
odiándome de nuevo por haber llevado esos estúpidos jeans y
alentarlo. ¿Por qué no le frené?
¿Antes de dejarnos llevar, por qué ninguno de los dos pensó en cerrar la puerta
con llave? ¡Todo hubiese salido bien, si nos hubiésemos calmado un poco y
separado el tiempo suficiente para cerrar la maldita puerta con llave!
Su
me miró con los ojos de par en par. -¿Qué es lo que estaban haciendo?- preguntó
él, su voz apenas superior a un susurro.
Gemí
de nuevo. ¡Oh Dios, esto es tan
malo! ¿Dónde estaba el gran agujero en donde meterme cuando lo necesitaba?
-A punto de hacerlo- admití.
Él
dio un grito ahogado. -Mierda, Jaejoong. ¿Qué vas a hacer ahora? ¡Ambos van a
tener muchos problemas!- Gritó, mirándome honorificado -.Vas a ser
expulsado y a él lo van a despedir… y, oh Dios mío, ¿y si lo mandan a la
cárcel?
Negué
con la cabeza; jamás permitiría que sucediese. Si todo saliera a la luz diría que
fui yo quien le besó y que él correspondió, ninguno de nosotros admitiríamos
nada más que un beso. Lo más que podría pasar es que le despidieran. Nunca
permitiría que fuese a la cárcel por mi culpa, jamás.
-He
hecho algo verdaderamente estúpido- dije quejoso, moviendo mi cabeza incrédulo
por el acuerdo sin fin que llegué con Minah.
-¿Qué?-
preguntó Su, agarrando mi mano apretándola con dulzura.
-He
hecho un trato con el demonio.
Nos
condujo a casa a paso de tortuga, pero sinceramente estaba agradecido de que no
condujese demasiado rápido, ya que apenas miraba la carretera. Le conté todo. Yunho
y yo metiéndonos mano sobre la mesa, que Minah entró cuando estaba casi sin
camisa, le conté sobre los tratos y acuerdos que hice con ella. Durante todo el
rato él siguió conduciendo, mirándome con la boca abierta, conmocionado e
incrédulo.
Cuando
aparcamos frente a mi casa, él de pronto se volvió hacia mí. -¡Maldita sea,
odio a Minah, maldita Minah! ¿Sabes lo que deberíamos hacer? ¡Deberíamos
ir a su casa y secuestrar su gato y mandarle pequeñas notas de rescate!- Refunfuño
él, dando con su mano un golpe sobre el volante.
Me
reí de su disparatado plan. -¿Es que tiene un gato?- pregunté, moviendo la
cabeza.
Su
frunció el ceño. -No lo sé- Reconoció él -.Bien, podríamos encontrar algo de
ella para pedir rescate. ¿Quizá podríamos robar su teléfono móvil y enviar un
montón de textos malintencionados a sus amigos?
Puse
los ojos en blanco. ¿En primer lugar,
cómo nos podríamos apoderar de su teléfono?
-Su,
vamos a tomarlo con calma y ver lo que pasa. Espero que después de un par de
semanas se aburra de jugar conmigo y escoja a otra víctima para torturar- sugerí,
tratando de convencerme al mismo tiempo.
Él
frunció el entrecejo, era obvio que no le gustaba la idea de aceptar su abuso.
-La odio- aseguró él.
Asentí
y lo volví a abrazar. -Yo también. Mira, es mejor que me vaya, tengo que
arreglarme, antes de que llegue Yunho a recogerme- dije en voz baja.
Después
de lo sucedido, ¿aún vendría Yunho a
buscarme? ¿Me culparía por haberme puesto el jeans y no quiera nada conmigo
ahora porque nos han descubierto? ¿Si él rompiera conmigo, sería capaz de
superarlo? No creo que pudiera afrontarlo muy bien. Seguramente ahora mismo
estará muy cabreado conmigo por alentar que pasara. Posiblemente me odiaría y
no quisiera saber nada más de mí.
-Bien,
si necesitas ayuda con sus deberes me llamas, ¿vale?- se ofreció, indicando los
libros con la cabeza que estaban en el asiento trasero del coche.
Gemí
frustrado. ¿Cómo demonios podría hacer
esta noche sus deberes de inglés e historia, mi propio trabajo, y también
ver a Yunho? ¡No existían suficientes horas en el día para llevar a cabo todo!
-Gracias,
Su, eres el mejor amigo que cualquiera desearía ¿lo sabes verdad?- dije con efusión, mirándolo
con gratitud.
Él
asintió, apartándose de la frente un mechón de pelo. -Lo sé. Tú también lo
eres.
Suspiré
y me bajé del auto, entrando a la casa corriendo. En cuanto estuve en la
soledad de mi habitación, inmediatamente me quité el estúpido jeans,
tirándolo enfadado a la basura. Me puse un buzo ancho y me senté en el borde de
mi cama jugando con mi móvil. Yunho estaba a punto de llegar.
¿Me llamará
para decirme que no le era posible venir o simplemente no se presentaría?
Tenía
ganas de llorar. Todo esto era un caos, decidirá que no merecía la pena
arriesgar su carrera por un estúpido chico de instituto y seguro romperá
la relación. Miré los libros de Minah, decidiendo comenzar con sus deberes
de inglés.
Me
dejé caer sobre la cama y saqué mi iPod, poniéndome los auriculares y subiendo
el volumen lo más alto posible que pude aguantar mientras leía lo que tenía que
hacer. No estaba tan mal, afortunadamente ya había estudiado todo esto el
semestre pasado, estaba en inglés avanzado, por lo tanto sus deberes eran pan
comido. Tomé mi libreta y empecé a descomponer el poema, anotando todos los
mensajes ocultos y prestando especial atención a los simbolismos, tal como se
suponía debería hacer ella.
De
pronto algo pesado se apretó contra mi espalda, estrujándome el estómago contra
la cama. Me sobresalté y dejé escapar un grito, mientras intentaba
levantarme, pero me estaban sujetando firmemente con su peso corporal. Pude
sentir las vibraciones de risas, resonando contra mi espalda, pero no pude
escuchar nada por el volumen tan alto de la música que sonaban en mis oídos.
Me
moví intentando sacármelo de encima, entrando en pánico, pero uno de los
auriculares fue arrancado de la oreja y pude oír una risa familiar. Tragué
saliva y miré por encima de mi hombro, mi corazón volvió al latido normal
cuando me di cuenta de que sólo era Yunho. Estaba sonriendo de oreja a oreja,
mientras seguía tumbado encima de mí, apretándome contra la cama.
¿Qué demonios
estaba haciendo aquí? ¿Y por qué me está sonriendo? ¿No debería odiarme por
haber arruinado su vida?
-¿Qué
estás haciendo aquí? ¿Y cómo has podido entrar a mi casa?- pregunté frunciendo
el ceño, sin dejar que las emociones me sobrepasaran.
Dulcemente
me besó la mejilla, rodando fuera de mí para acostarse a mi lado. Mientras me
miraba, una de sus manos jugaba con mi pelo. -He venido a buscarte, por supuesto-
respondió él como si fuese un hecho obvio -.Te llamé al móvil, pero no
cesaba de sonar y saltaba el contestador. Y respecto a cómo entré, sabía que
tus padres no se encontraban todavía en casa y dejaste sin cerrar con llave la
puerta de entrada.
Me
di la vuelta para encararle. ¿Ha venido a
buscarme? ¿A pesar de todo lo que pasó hoy, aún seguía queriendo verme esta
noche?
-¿Has
venido a buscarme? ¿Por qué?- pregunté, mi voz se quebró, tan cerca de las
lágrimas.
Él
frunció el ceño, con la mirada algo confusa. -Bueno, pensé que teníamos una
cita esta noche- respondió él, mirándome un poco preocupado. No pude contener
por más tiempo mis emociones. Me eché a llorar. Él dio un grito ahogado y me
abrazó estrechamente, acariciando con su mano mi espalda, consolándome.
-¿Qué pasa, precioso?- susurró él.
Lloré
mucho más fuerte cuando lo escuché llamarme por mi apodo cariñoso. ¿Cómo
iba a superarlo cuando me dejara por segunda vez? Esto ya era bastante
doloroso y todavía no había dicho las palabras que sabía que saldrían en
cualquier momento de su boca.
-¿Jaejoong?-
Me separó un poco de él, tomando mi cara entre sus manos para poder mirarme
-.¿Por qué estas llorando?
Tragué
saliva y el secó las lágrimas con sus dedos, mientras se deslizaban por mis
mejillas. -Pensé que ya no querrías verme más. Pensaba que me odiarías después
de lo que sucedió. Todo ha sido por mi culpa. Lo siento tanto, Yunho- susurré,
moviendo mi cabeza, pidiendo disculpas con mi mirada.
Aún
más confuso frunció el entrecejo. -Jaejoong, jamás te odiaría. Y no fue
por tu culpa, sino mía. Fui yo el que te besó; fui yo el que nos empujó sobre
la mesa, yo soy el adulto, tenía que haber tenido más juicio, haberme
controlado más.- Quitó con un beso, una lágrima aislada, que caía por mi
mejilla.
-¡Ha
sido culpa mía… los jeans… y ahora Minah!- Lloré, perdiendo otra vez el
control.
Él
suspiró y volvió a apretarme contra su pecho, acunándome dulcemente. -Todo está
bien. Tal como ella me ordenó, la aprobaré y todo estará bien. Con respecto a
la culpa del jeans… eran unos jeans muy sexy, precioso, pero mucho antes de
escoger y ponerte ese jeans hoy, ya estaba perdiendo mi auto control. Tarde o
temprano hubiese sucedido, cada día que pasaba me era más difícil apartar mis
manos de ti -dijo él, disculpándose con la mirada.
Tragué
saliva. -¿No me culpas?
Negó
con ferocidad. -La culpa es mía, precioso. Todo es culpa mía y, eso es lo que
contaremos si saliese todo esto a la luz. ¿Ok?- dijo con dureza.
Fruncí
el ceño y abrí la boca para protestar, pero él debió saber que estaba a punto
de discutir con él porque se rio y apretó sus labios contra los míos,
silenciándome antes de poder articular palabra. Me rodó sobre la espalda,
medio encima de mí y me besó profundamente mientras que yo me aferraba a él
como si se me fuese la vida en ello. Cuando se apartó, me encontraba jadeando.
Él
sonrió y me besó la punta de la nariz. -Entonces vamos, ¿estás listo?- preguntó
él, levantándose, ayudándome a levantarme de la cama.
Miré
hacia los deberes de Minah que estaban sobre la cama con una mueca. En realidad
necesitaba acabarlos, lo que significaba no poder salir esta noche de
aquí. -No creo que pueda. Tengo que terminar sus deberes para mañana y
también tengo que hacer los míos…- disminuyendo la voz, haciendo un
puchero.
-¿De
quién tienes que hacer los deberes?- preguntó él, frunciendo el ceño a los
papeles sobre la cama.
Suspiré
con tristeza. Supongo que él no sabía sobre todo el acuerdo «Eres mi zorra personal» que hice con el
diablo. Lo único que sabía era que se mantendría callada a cambio de aprobarle
cálculo.
Me
senté recto y fruncí el ceño. Él se sentó a mi lado, cogiendo mi mano. -Ella me
dijo que debía de hacer sus deberes, también este sábado tengo que lavarle el
coche y algunos otros recados- le dije, encogiéndome de hombros.
-¿Qué
demonios?- gruñó, levantándose de la cama abruptamente, su cara dura y
enfadado.
Tragué
saliva. -Dije que haría cualquier cosa y lo haré. No permitiré que te ocasione
ningún problema, dentro de un par de semanas se aburrirá y entonces nos dejará
en paz. Quizá tenga que pedirte prestado algún dinero, pero desde luego te lo
devolveré- dije en voz baja.
-¿Te
está chantajeando? ¡Esa pequeña zorra!- siseó él.
Solté
una carcajada. -¡Ese lenguaje, Sr. Jung! ¡No puede hablar de esa manera de una
estudiante!- bromeé, intentando aligerar el mal humor.
Él
levantó una ceja. -Estoy seguro de que tampoco debería de enamorarme de un
estudiante, así que pienso que he defraudado a la enseñanza- contestó él,
sonriéndome con satisfacción.
Mi
corazón se derritió un poco cuando dijo que estaba enamorado de mí. -Tú no has
defraudado la enseñanza; sólo eres joven y no sabes controlar tus
hormonas.- Di palmaditas en la cabeza condescendientemente; sonriendo -.No
te preocupes nene, pronto crecerás.
Él
río y me envolvió entre sus brazos; empujándome sobre la cama, sujetándome,
soplando en mi cuello, haciendo cosquillas en mis costados, haciéndome gritar y
chillar debajo de él.
Pasados
unos minutos él se echó para atrás y apoyó su frente contra la mía. -Lamento
todo esto, precioso. Espero que pienses que merezco la pena. ¿Te arrepientes de
estar conmigo?- preguntó silenciosamente, mirándome un poco inseguro.
Moví
la cabeza y envolví mis piernas alrededor de su cintura, atrayéndole más cerca,
acariciándole el cabello con mis manos.
-Yunho, te
quiero. Jamás me arrepentiré de nada que implique tenerte en mi vida. Todo esto
pronto pasará y la vida volverá a su normalidad. Lo único que tenemos que
recordar es que jamás haremos nada en el terreno escolar.- Le miré con
seriedad.
Él
accedió moviendo la cabeza. -.Definitivamente.- Me volvió a besar, recorriendo
con su mano mi costado, agarrando la cintura de mi buzo -.¿Quizá también,
deberías dejar de ponerte jeans tan apretados en el instituto, así no tendré
que luchar contra el impulso de atacarte cada vez que estás a unos pasos de mí?
Me
reí tontamente y me sonrojé mientras hundí mi cara en el hueco de su cuello,
asintiendo. -Sí, los tiraré todos- le aseguré.
Él
se echó hacia atrás y sonrió, moviendo la cabeza. -No los tires, me gustan.
Solamente no los uses en el instituto. ¿De acuerdo?
Yo
asentí y atraje de nuevo su boca hacía la mía, besándolo dulcemente. -De
acuerdo- murmuré contra sus labios.
Me
besó durante unos cuantos minutos más y después se retiró, se levantó y se
quedó sentando junto a mí, levantándome también. Posó su mirada sobre los
papeles que había desparramado sobre mi cama.
-¿De
verdad estás haciendo sus deberes?- preguntó, frunciendo el ceño enfadado.
Suspiré
y asentí. -Sí, por lo tanto no creo que pueda ir contigo. Tengo que terminar
los dos de ella y también debo acabar con los míos.- Le sonreí
disculpándome.
Movió
la cabeza, cogió todos los papeles y los libros, apilándolos. -Te vienes a mi
casa; no le voy a permitir que arruine nuestros planes. Te ayudaré a hacer
sus deberes y también los tuyos y entonces seguramente tendremos tiempo
para nosotros y pedir comida a domicilio o algo así.
Le
miré agradecido. No pude impedir que saliera de mi boca la palabra
-Aww. ¡Eres tan adorable!
Él
puso los ojos en blanco como si supiese lo que estaba pensando y me agarró la
mano, poniéndome de pie. -Vámonos, antes de que lleguen a casa tus padres-
sugirió él.
Asentí
y me miré notando mi buzo. ¡Vaya,
estoy hecho un desastre!
-Sólo
me tengo que cambiar- dije, corriendo hacía mi ropero.
Él rio
y tiró de mi mano para detenerme. -No te cambies, me gusta el buzo- dijo él,
moviendo las cejas de arriba a abajo, mirando los pantalones, mientras que
me recorría lentamente.
Le
golpeé el brazo. -¡Yunho que chico más raro eres!- Le regañé bromeando.
-Sí,
pero me quieres- contestó él confiado.
Puse
los ojos en blanco. -Sí claro.
Maldita Minah perra! Jae, debiste hacerla pedacitos!! Lo bueno es que a pesar de todo ellos siguen juntos y no dejaron que esto flos separara, espero que sigan así :3
ResponderBorrargrrrrr!!! esa Minah es una bitch! X-(
ResponderBorrarChantajear a Jae y después a Yunho X-( pero ya verá que no se saldrá con la suya, hum!!
aaaaaw como siempre Yunho es tan, tan adorable :3 que hombre caray! ♡
AHHH bitch, rogue por que no fuera esa desgraciada quien los haya descubierto pero lamentablemente si lo fue, es que no tiene vergüenza la muy infeliz, mira que chantajear a jae y hacer que haga sus deberes y todo argh me dan ganas de golpearla es lo que merece, pero por otro lado casi me da algo y lloro por jae que temía que yunho se enfadará con él por todo lo que paso peor yunho es tan amor y tan lindo T__T que paso todo lo contrario y a pesar de todo estan y siguen juntos y no dejarán que nada los separa, yunho es una cosa tan adorable un digno hombre! ajdqwr ;( <3 ps a ver que pasa, solo espero que esos dos a pesar de los problemas sigan juntos y se olviden por momentos de todo jaj gracias por actualizar, esta historia desde el inicio hasta hoy me trae mal xD gracias por tu tiempo a pesar de estar ocupada pero actualizas, se aprecia el esfuerzo! <3
ResponderBorraraishhhhhhhhhh yo si la estrangulo la hago picadillo que zor.... que es que corqje que tengo hacia ellla
ResponderBorrarespero le caiga algo a la cabza y se olvide todo asi se mantendra callada muajajajajajaja
de echo yunho y jae podran superar este obstaculo mas o mejor dicho vencer a este demonio y lograr seguir adelante y ser felices
gracias por la actua y mucha suerte en los examenes
maldita bich
ResponderBorrarvamos yunjae, ustedes pueden <3
gracias por la actu sobre todo en época de exámenes :)
me imaginaba que si era esa maldita zorra le aria la vida de cuadritos a jae
ResponderBorrarpues no se caen bien pero no se por que jae izo trato con esa bastarda total que hablen con los papas de jae y ellos ya sabían de yunho así es que lo presente con ellos y que diga en el instituto si esa zorra habla que los padres de jae ya sabían y que estaban juntos desde antes de que yunho trabajara ahí
y que los padres están de acuerdo con ello no tiene por que dejar que esa lo manipule y lo extorsiona cada que ella quiera
espero y piensen como librarse de los chantajes se esa loca y que sigan juntos y muy contentos
sin preocuparse de que pasara con ellos
Minah bitch! XD me he quedado tan prendida a esta historia *0* ya espero el cap 32 enserio gracias por escribir este fic ME ENCANTA!
ResponderBorrarDeberían hacer unn plan donde la vigilen para ver con que pueden llegar a chantajearla y así los deje empaz, es una persona llena de envidia a Jae por su belleza.
ResponderBorrarQue hermosos unidos a pesar de todo ayudándose para salir de este problema.
Porque entre todas las personas tenia que ser precisamente ella quien los viera ??? Esa maldita lr hara la vida imposible a Jae y a Yunho.
ResponderBorrarY Jae se siente culpable por lo que paso y no quiere que Yunho vaya a la carcel
Lo bueno que Yunho le hizo saber que el no era el culpable y lo consolo me gusto esa parte,espero que encuentren como detenerla y asi deje de fastidiarlos
minah estupida ojala que encuentren un plan para poder liberarse de el que odia el jae y que bueno que yunho lo con solo muy buen capitulo muchas gracias por compartilo
ResponderBorraryo también me apunto a cortar a la muy zorra en pedacitos.
ResponderBorrarjaja me maté de risa con la idea tan ridícula de Junsu de secuestrar a su gato.
esto se está poniendo difícil y con la muy maldita sabiendo todo hará la vida imposible a Jae.
qué emocionante por Dios está esta historia.
gracias por actualizar
Aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh por que, por que tuvo que ser esa bruja la odio ........-.- maldita chantagista.....aggggggg
ResponderBorrarpero con todo y eso jae y yunho seguiran juntos estoy segura de eso.........espero que la bruja los deje empas pronto........
Gracias por actualizar ^^
Gracias por actualizar adoré demasiado la continuación a pesar de la tramposa de Minah ojala le pase algo malo >3<
ResponderBorrarodio a Minah es tan odiosa , lo tiene de esclavo a mi pobre jae solo porque le tiene envidia lo molesta, ahora lo tiene en sus manos y abusa de eso :( secuestrar a su gato ese junsu me hizo reir. que bueno que ambos estan luchando juntos por su relación, muchas gracias por actualizarlo *w*
ResponderBorrarahhhhhhh!!!! maldita ¬¬ pobre del yunjae lo que sufrira u.u solo espero que no sea por mucho tiempo..... gracias y espero con ansias el sig cap >_<
ResponderBorrararrrggg es una bitch!! no me agrada nada nada,bueno supongo que
ResponderBorrareste será la prueba de fuego del yunjae u_ú aahh me tienes ansiosa!
bueno falta que? 7 meses? o 6? esos pasan rapido supongo :/
Toso por ponerse esos jeans tan ajustados ash maldita vieja tiene que ser tan odiosa que se de auto placer y deje de joder a los demás
ResponderBorrarAhhh!!! maldita perra de Minah... yo esperaba que fuera la señorita Jessica y le pudieran explicar de alguna manera pero noo!!! tenia que ser la zorra esta! aish >.< deberian encontrar la forma de hacer que ella se calle... siempre se le puede inyectar aire a alguien y asi no habra sospechas...
ResponderBorrarcomo dice jae ...maldita zorra minah....y yunho que creia que con aprobarla no diria nada ..pero esa si es un demonio quiere hacer un esclavo personal de jae....yo apoyaba ese plan de hacerla trozitos y desaparecerla....yunnie tan tierno ..los dos haciendo los deberes de esa ..dsaddsa...solo tienen que aguantar hasta que se canse o encontrar la manera de callarla..
ResponderBorrarOhhh k van hacer madre mia k vieja mas bruja chantajen a las dos
ResponderBorrar......................
porque no mejor una cada lado y lo aorcas haha XD
minahhhhhhhhhhh desgraciada.... envidiosa.... la odio... ah porque tuvo q verlos.. me lleva..
ResponderBorrarMINAH ERES UNA MALDITA BITCH...!! ¬¬
ResponderBorrarque coraje ... jaejoong hubiera escogido la opción de desaparecer la y hacerla pedacitos XDDD
pobre jaejoong esa niña lo ser sufrir :(
es una maldita perra pensaba que podría ser otra pero no tenía que ser esa bitch arrg yo te apoyo Jaejoong la hacemos pedacitos y la arrojamos al marr aarrgg porque que injusto pa mi que esta enamorada de Jaejoong XD jajajaja ....pero es un alivio Yunho fue a buscarlo yo tambien pensaba igual a Jaejoong pero terminó siendo tan romántico y lindo los dos lo van a superarlo porque se aman ;)
ResponderBorrarJodida loca tenia que aparecer alguien que quiera arruinarles la relación. Maldita envidia.
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