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jueves, 3 de julio de 2014

Capítulo 31


Mientras la miraba sentí como el color de mi cara se borraba. ¿Por qué ella? Categóricamente me odiaba. ¿Por qué tenía que ser ella la que nos pillase? Se me cayó el alma a los pies mientras que una sonrisa lenta dibujaba sus labios. ¡Oh Dios, por favor que esto sea un sueño! ¡Por favor dime que esta clase fuera tan aburrida que me dormí y estoy teniendo ahora mismo una pesadilla!


-¿Qué demonios?- Con el ceño fruncido movió la cabeza, como si intentase resolver algún problema.

Yunho no se había movido y seguía pegado a mí, sujetándome contra la mesa, sus manos permanecían exactamente en el mismo lugar que estaban dos minutos antes que ella entrase en el cuarto. ¿Qué hacemos ahora? ¡Yunho se va a meter en muchos problemas, a mí me expulsarán, nuestras vidas quedaran destruidas y todo por mi culpa! ¿Por qué tuve que llevar este estúpido jeans y tentarlo? ¿Por qué tuve que llamar su atención y ser una maldito coqueto en el horario escolar? Soy tan idiota, ¡y ha sido mi culpa el provocar esta situación! 

De nuevo tragué saliva y abrí la boca para intentar hablar; no tenía ni idea de lo que iba a decir, así que esperaba que algo coherente saliese de mi boca. Sin embargo lo que salió fue: 

-Yo… nosotros… no…. no es…. de ninguna manera…- Podría pegarme a mí mismo. Yunho seguía sin moverse, es como si estuviese congelado. Ni siguiera estaba seguro de si aún respiraba, pero una cosa tenía clara, ¡tenía que quitarse encima de mí y empezar a encontrar excusas de por qué me estaba besando y de por qué estaba casi sin camisa!

Le empujé el pecho, haciendo que se pusiese derecho, pero continuaba situado entre mis piernas, boquiabierto. Sus ojos estaban de par en par y su cuerpo tenso. ¡Jesús, espabila Yunho! Me levanté rápidamente, poniendo toda mi ropa  en orden mientras me sonrojaba. 

-Señorita Minah, no es lo que parece- se defendió Yunho, sacudiendo la cabeza mientras salía del aturdimiento y comenzaba a abotonar su camisa.

Ella se rio en voz baja. -Oh, esto no tiene precio. Volví para recoger mi libro y me encuentro con esto. Es demasiado bueno para ser verdad- Minah reflexionó, sonriendo con satisfacción -Señor Jung, pienso que podría haber conseguido algo mejor. Quiero decir, mírelo, ¡por Dios, es Jaejoong!- Me miró lentamente de arriba a abajo, asqueada y mis ojos se llenaron de lágrimas, pero de ninguna manera iba a dejar que salieran de mis ojos delante de ella. 

Una enfadada expresión cruzó la cara de Yunho. -¡Basta!- Espetó Yunho.

Ella sonrió dulcemente y se giró para recoger su libro que estaba encima de la mesa. No sabía qué hacer o que decir; sólo podía pensar en que todo esto era por mi culpa. Yunho irá a la cárcel por mi culpa.

Ella agarró el libro y se dirigió hacia la puerta. -.Bueno, ha sido un placer haberte conocido- gorjeo ella, riendo silenciosamente.

Tragué el nudo que se me estaba formando en la garganta. ¡Ella se lo iba a contar a alguien, nos iba a ocasionar un montón de problemas a ambos! Brevemente consideré mis opciones. La podía dejar ir y podríamos fingir que ella mentía. La podía agarrar, darle una tremenda paliza, después cortarla en pedacitos y esconderla en alguna parte. Podría rogarle que no dijera nada. O simplemente podría admitir la verdad y, podríamos fingir que fue una locura del momento, una indiscreción que sólo ha ocurrido en esta ocasión.

Personalmente no me gustaba ninguna de estas opciones. Me inclinaba más bien por cortarla en pedacitos, pero no creía que Yunho estuviera de acuerdo con ello. Por lo tanto decidí por rogar e intentar pedir su lado compasivo, si es que tenía uno. 

-¡Minah, por favor!- Grité con desesperación. Ella se paró y se me quedó mirando, elevando una ceja mientras yo continuaba -.Por favor no digas nada; todo esto es culpa mía, todo.

Yunho negó con la cabeza. -No, Jaejoong, yo he sido…- Empezó a decir, pero yo fingí que no había dicho nada y continué hablando. 

-Lo empecé yo, simplemente le besé. Ha sido culpa mía- le mentí, rogándole con mis ojos.

-Cuéntaselo al director.- Minah se encogió de hombros y abrió de un tirón la puerta, saliendo como un huracán.

Me giré a Yunho; sentía el latido de mi corazón en la garganta, lágrimas escocían en mis ojos. Cariñosamente me cogió la cara con sus manos.

-Ni se te ocurra cargar con la culpa de esto; juro por Dios, Jaejoong, que si lo haces me voy a cabrear mucho contigo. Si alguien tiene que cargar con la culpa, ¡soy yo!- dijo él gravemente. 

Tragué saliva y quité sus manos de mi cara. Aún no había tirado la toalla; quizás conseguiría convencerla en no decir nada. Le aparté con un empujón y salí corriendo por la puerta, ignorando como me llamaba por mi nombre mientras corría. Sabía que no podía seguirme inmediatamente; todavía tenía que abrocharse la camisa y no podía andar por los pasillos con la camisa como estaba. 

Corrí como un rayo y visualicé a Minah paseando tranquilamente por el corredor. No tenía ninguna prisa; tenía la cabeza bien levantada mientras se encaminaba al despacho del director. 

Me acerqué corriendo a ella y la agarré del brazo, haciendo que se parase mientras la miraba desesperadamente. -¿Por favor? ¡Por favor no le causes problemas! Todo ha sido culpa mía, me eché encima de él, nada de esto es culpa suya. ¿No le hagas sufrir por algo que he hecho yo, ¿por favor?- rogué. Sentía nauseas, mis manos temblaban y todo mi cuerpo estaba frío. 

Ella me sonrío con satisfacción. -¿Es culpa tuya? 

Asentí rápidamente, y me enjuagué la lágrima traidora que se deslizaba por mi cara. -Sí- susurré.

Se tocó con el dedo la barbilla, su larga uña pintada de rojo tocando sus labios mientras hacía un puchero, meditando sobre ello. -¿Entonces, qué valor le pones?- preguntó ella, ladeando la cabeza.

¿Qué cuanto valor le pongo? ¿Para mantenerse callada pedía dinero o algo así? Mentalmente calculé cuánto dinero tenía, así como cuantos ahorros tenía en la cuenta corriente. 

-No… No sé. ¿Creo que podría reunir un par de cientos de dólares?- Ofrecí, encogiendo los hombros confuso. Podría obtener el dinero de Yunho; seguramente tendría más que esa cantidad.

Ella soltó una carcajada. -No quiero tu dinero, princesito de hielo. ¿Qué otra cosa me puedes ofrecer?- siseo ella con desprecio.

Fruncí el ceño y sacudí la cabeza. ¿Qué más puede haber que le pueda ofrecer? -No… no sé. ¿Qué es lo que quieres?- pregunté en voz baja. Paseé la mirada a mí alrededor.

Afortunadamente no había nadie en el pasillo ya que la gente se había ido ya a casa. Su me estaría esperando a la vuelta de la esquina en la calle. Quizá la podría pegar un grito y llamarlo, ¡apuesto lo que sea a que Su me ayudaría con el plan de cortar a Minah en pedacitos!

Me miró detenidamente. -Bien, definitivamente ni siquiera aunque fueras mujer querría los trapos que llamas ropa- se mofó con una mirada despreciable en la cara -.No estoy muy segura. ¿Qué te parece si lo pienso?- Ofreció ella. 

Mentalmente hice una danza de alegría, al saber que no nos iba a entregar inmediatamente, al querer pensarlo, me daría más tiempo para poder reunir más dinero o alguna otra cosa. 

-Por favor, Minah, no se lo digas a nadie. Haré todo lo que quieras, sólo no le causes problemas- susurré, intentando no volver a llorar.

Ella sonrió dulcemente, pero sus ojos eran duros. -¿Harías cualquier cosa?- Su voz sonaba cruel y desagradable, sintiendo un hormigueo recorrer mi espina dorsal. Tragué saliva y asentí en acuerdo. Por alguna razón sabía que me iba a arrepentir al hacer ese comentario -Para empezar, quiero ese dinero que me has ofrecido, me lo traes cuando vengas mañana.- Metió la mano en su bolso, sacando los libros de historia y de inglés; empujándolos contra mi pecho -Haz mis tareas, están previstas para mañana, no quiero sacar menos que una B, ¡así qué no te hagas el listo queriendo dejarme en un mal lugar mañana en clase!- Siseó ella, haciendo un gesto de despedida con la mano. Dinero y hacer los deberes, bien eso lo puedo hacer. -No diré nada, porque de hecho el Sr. Jung me gusta, es un buen profesor. Pero entérate bien, Jaejoong; no me gustas y tu engreída, sencilla buena apariencia atrae la atención de los chicos más populares. Un paso fuera de la línea, cualquier cosa que te niegues hacer a por mí, y me iré directamente al despacho del director a informarle sobre ti.

Tragué saliva y asentí. -Bien, pero por favor no digas nada a nadie, ni siguiera a tus amigos, ¿por favor?- pedí, mirándola esperanzado.

Sonrió a algo que estaba detrás de mi hombro. Me di la vuelta y vi a Yunho caminando por el pasillo, su cara consternada, pero obviamente estaba intentando no mostrar ninguna emoción. 

Ella se inclinó más cerca de mí. -Es tan caliente. ¿Qué tal besa? Quizá le pruebe- susurró, aún con los ojos clavados en Yunho. 

Sentí como mis manos se aferraban a los libros que sujetaba. El simple pensamiento de ella cerca de él, me quemaba la sangre. ¿Qué iba a hacer si ella chantajeaba a Yunho y le obligaba a besarla, o alguna otra cosa? ¿Pero no lo haría, verdad que no? 

Yunho se paró a mi lado. -¿Es posible que todos hablemos sobre eso?- preguntó él, mirando esperanzado a Minah. 

Ella sonrió y se encogió de hombros. -Ya está todo solucionado. Jaejoong y yo hemos estado hablando sobre ello y, he decidido no decir nada sobre el asunto… por ahora.- El malicioso brillo en sus ojos mostraba que estaba disfrutando tenernos a ambos en sus manos. 

Yunho pasaba la mirada entre ella y yo, claramente sorprendido por su revelación. En verdad, se veía como una persona que ya había aceptado su destino y que se encontraba en graves problemas. La miraba como si ella hubiese sugerido que un cerdo volaba por encima de nuestras cabezas o algo parecido. 

-¿De verdad?- Tragó saliva.

Ella asintió. -Sí, pero señor Jung, para que lo sepa, desde ahora yo seré el As de su clase y no tendré que hacer tareas- dijo ella, levantando desafiante la ceja. 

Él frunció el ceño y me miró acusador, como si yo hubiese accedido a ello; evidentemente no estaba para nada de acuerdo con la idea. Asentí alentadoramente, rogándole con mis ojos para que estuviese de acuerdo con ello. Respiró profundamente y se frotó la nuca, viéndose extremadamente enfado. -Bien- refunfuño finalmente. 

-¿Yunho? 

Todos nos volteamos para ver cómo se acercaba la señorita Jessica por el pasillo, sus rizos perfectos oscilando mientras venía hacía nosotros. Minah se inclinó muy cerca de mi oído. 

-Creo que su novia estaría muy cabreada si se enterara de lo que estaban haciendo sobre la mesa, ¿no te parece?- susurró ella.

Me aparté horrorizado, enfadado e intentando matarla con mis ojos. Lo bueno sobre su declaración era, que me creyó cuando dije que sólo le había besado, sin percatarse todavía de todo. Me sentía increíblemente agradecido.

-Eh… hola- Yunho murmuró cuando la señorita Jessica se paró junto a nuestro grupo, sonriendo con dulzura.

-Hola chicos, ¿qué están haciendo todavía aquí? ¿Todavía no están hartos de este sitio?- preguntó la Srta. Jessica, sonriendo.

Yo encogí los hombros y abrí la boca para responder, pero Minah habló primero. -Estábamos hablando con el Sr. Jung sobre la extra tutoría que ha estado ofreciendo a Jaejoong después de clase. Me preguntaba si podría participar en ellas, ya sabe, aumentar mi calificación y todo eso- dijo Minah, enroscando un mechón de su cabello en un dedo y, con una conocedora sonrisa en sus labios.

Yunho frunció el ceño en su dirección; sonreí para mis adentros al saber lo mucho que odiaba esa sugerencia.

-No creo que necesite una tutoría extra, Srta. Minah, como ya sabe, es la número uno en mi clase- replicó incómodo. 

La Srta. Jessica sonrió, volviéndose a Yunho. -¿Estás listo para irnos? Sé que tenías que ir a algún sitio importante, me dijiste que debías partir lo antes posible.

Me mordí el labio. «Tenía que ir a algún sitio importante», ese era yo. Yunho miró indeciso a Minah y a mí, preguntándome calladamente qué hacer.

-No estoy seguro si hemos terminado de hablar, Jessica. ¿Quizá deberías esperarme en el auto?- sugirió él, hurgando en su bolsillo y entregándole sus llaves.

Minah cambió de postura. -Hemos terminado de hablar. De todas formas me tengo que ir. Le veo mañana Sr. Jung, Srta. Jessica- dijo ella, cogiéndome del brazo y dándome la vuelta rápidamente.

Sonreí y con la cabeza le dije adiós a Yunho y permití que Minah me guiase por el pasillo -.Mantén libre el sábado. Tienes que hacer algunas labores para mí. Mi coche necesita un servicio y también tengo unos zapatos que necesitan una limpieza.- Ella se encogió de hombros y me soltó el brazo, mirando su mano con hostilidad, como si acabase de tocar algo sucio.

Casi me ahogo con mi incredulidad. ¿Limpiar su coche y hacer sus quehaceres? ¿Sería una broma?

-¿De verdad?- pregunté, rezando que lo retirara riendo y que me dijera que sólo estaba bromeando.

Pero no estaba bromeando. -Completamente.- ¡Qué bruja!

-Bien, pero luego se acaba, ¿no?- pregunté.

Ella rio. -Oh no, principito de hielo, tu culo es mío ahora. Quieres que guarde tu secreto, entonces harás lo que yo te diga, cuando yo te diga. Ahora serás mi zorra personal.

Mi mano se cerró en un puño, y noté como aumentaba mi mal humor. Normalmente no era una persona violenta. La agarré del pelo y estrellé su cara tan fuerte como pude contra la taquilla, oyendo satisfecha el crujido de su nariz, mientras que gritaba y se la sujetaba con las manos. Entre sus manos se derramaba la sangre estropeando su top. 

-¿Jaejoong?- Pestañeé un par de veces y miré a Minah; me estaba mirando fijamente como si esperase que dijera algo. 

Oh, ¿Estaba soñando despierto? Ella chasqueó un par de veces los dedos delante de mi cara, mirándome molesta con cada segundo que pasaba. 

-Estaba diciendo, que me dieras tu número móvil, ¡así te mando un mensaje de texto con el pedido para mi desayuno!- gruñó ella, agitando con impaciencia su teléfono móvil delante de mi cara. Agarre el teléfono que me estaba ofreciendo y grabé mi número. Debería actuar como en mi sueño y romperle la cara.

Le devolví el teléfono. Inmediatamente se dio la vuelta sobre sus caros zapatos de tacón de aguja y se fue dando zancadas, dejándome ahí parada viéndola partir con el ceño fruncido en mi cara. Nunca en mi vida había deseado el mal a nadie, pero si saliese del edificio y escuchara que una estampida de una manada de vacas extraviadas la arrollaran, me partiría en una carcajada.

Suspiré y cabeceé. ¿En qué maldito lío me había metido? Desde ahora en adelante iba a convertir mi vida en un infierno y todavía me quedaban seis meses para terminar el instituto. Aunque se suponía que no importaba mucho; haría cualquier cosa con tal de proteger a Yunho, incluso si fuese necesario, le besaría los pies durante los próximos meses. Todo acabaría bien, en cuanto se aburriese de jugar conmigo, las cosas volverían a su lugar. Una pequeña parte dentro de mí sabía que no era totalmente cierto. 

Cambié de postura los libros que tenía entre mis brazos y me dirigí a donde sabía que me esperaba Su. 

Cuando lo vi apoyado contra los casilleros, mordiéndose con impaciencia las uñas, suspiré aliviado. Cuando llegué a su lado, dejé caer al suelo todos los libros de Minah, sin importarme que se desordenaran las hojas. Tiré de mi amigo y me abracé a él, necesitando consuelo. 

Le llevó unos segundos en componerse del aturdimiento y entonces me devolvió el abrazo. -¿Qué ha pasado?- preguntó rápidamente. 

Di un quejido y negué con la cabeza. -Te lo contaré en el coche.- No podía contarle nada estando todavía en el instituto, de ahora en adelante no tomaré más riesgos.

Él asintió, frunciendo el ceño y mirándome con preocupación mientras se agachaba para recoger los libros del suelo. 

-¿Por qué tienes los libros de Minah?- preguntó, frunciendo el ceño al libro de historia que mantenía en su mano y que llevaba el nombre escrito en la portada.

-Su, hablaremos de ello en el coche- dije con un gemido, cerrando mis ojos deseando despertar y que todo esto fuese una horrible pesadilla. Él asintió y nos dirigimos en silencio a su coche. Apenas me encontraba dentro del coche cuando él se dio la vuelta hacía mí, queriendo obviamente una explicación. Descansé mi cabeza en mis manos. -Mientras que estaba con Yunho en el aula, Minah entró- expliqué, odiándome de nuevo por haber llevado esos estúpidos jeans y alentarlo. ¿Por qué no le frené? ¿Antes de dejarnos llevar, por qué ninguno de los dos pensó en cerrar la puerta con llave? ¡Todo hubiese salido bien, si nos hubiésemos calmado un poco y separado el tiempo suficiente para cerrar la maldita puerta con llave! 

Su me miró con los ojos de par en par. -¿Qué es lo que estaban haciendo?- preguntó él, su voz apenas superior a un susurro. 

Gemí de nuevo. ¡Oh Dios, esto es tan malo! ¿Dónde estaba el gran agujero en donde meterme cuando lo necesitaba? -A punto de hacerlo- admití.

Él dio un grito ahogado. -Mierda, Jaejoong. ¿Qué vas a hacer ahora? ¡Ambos van a tener muchos problemas!- Gritó, mirándome honorificado -.Vas a ser expulsado y a él lo van a despedir… y, oh Dios mío, ¿y si lo mandan a la cárcel? 

Negué con la cabeza; jamás permitiría que sucediese. Si todo saliera a la luz diría que fui yo quien le besó y que él correspondió, ninguno de nosotros admitiríamos nada más que un beso. Lo más que podría pasar es que le despidieran. Nunca permitiría que fuese a la cárcel por mi culpa, jamás.

-He hecho algo verdaderamente estúpido- dije quejoso, moviendo mi cabeza incrédulo por el acuerdo sin fin que llegué con Minah.

-¿Qué?- preguntó Su, agarrando mi mano apretándola con dulzura.

-He hecho un trato con el demonio. 

Nos condujo a casa a paso de tortuga, pero sinceramente estaba agradecido de que no condujese demasiado rápido, ya que apenas miraba la carretera. Le conté todo. Yunho y yo metiéndonos mano sobre la mesa, que Minah entró cuando estaba casi sin camisa, le conté sobre los tratos y acuerdos que hice con ella. Durante todo el rato él siguió conduciendo, mirándome con la boca abierta, conmocionado e incrédulo.

Cuando aparcamos frente a mi casa, él de pronto se volvió hacia mí. -¡Maldita sea, odio a Minah, maldita Minah! ¿Sabes lo que deberíamos hacer? ¡Deberíamos ir a su casa y secuestrar su gato y mandarle pequeñas notas de rescate!- Refunfuño él, dando con su mano un golpe sobre el volante.

Me reí de su disparatado plan. -¿Es que tiene un gato?- pregunté, moviendo la cabeza.

Su frunció el ceño. -No lo sé- Reconoció él -.Bien, podríamos encontrar algo de ella para pedir rescate. ¿Quizá podríamos robar su teléfono móvil y enviar un montón de textos malintencionados a sus amigos?

Puse los ojos en blanco. ¿En primer lugar, cómo nos podríamos apoderar de su teléfono?

-Su, vamos a tomarlo con calma y ver lo que pasa. Espero que después de un par de semanas se aburra de jugar conmigo y escoja a otra víctima para torturar- sugerí, tratando de convencerme al mismo tiempo. 

Él frunció el entrecejo, era obvio que no le gustaba la idea de aceptar su abuso. -La odio- aseguró él.

Asentí y lo volví a abrazar. -Yo también. Mira, es mejor que me vaya, tengo que arreglarme, antes de que llegue Yunho a recogerme- dije en voz baja. 

Después de lo sucedido, ¿aún vendría Yunho a buscarme? ¿Me culparía por haberme puesto el jeans y no quiera nada conmigo ahora porque nos han descubierto? ¿Si él rompiera conmigo, sería capaz de superarlo? No creo que pudiera afrontarlo muy bien. Seguramente ahora mismo estará muy cabreado conmigo por alentar que pasara. Posiblemente me odiaría y no quisiera saber nada más de mí. 

-Bien, si necesitas ayuda con sus deberes me llamas, ¿vale?- se ofreció, indicando los libros con la cabeza que estaban en el asiento trasero del coche.

Gemí frustrado. ¿Cómo demonios podría hacer esta noche sus deberes de inglés e historia, mi propio trabajo, y también ver a Yunho? ¡No existían suficientes horas en el día para llevar a cabo todo! 

-Gracias, Su, eres el mejor amigo que cualquiera desearía ¿lo sabes verdad?- dije con efusión, mirándolo con gratitud.

Él asintió, apartándose de la frente un mechón de pelo. -Lo sé. Tú también lo eres.

Suspiré y me bajé del auto, entrando a la casa corriendo. En cuanto estuve en la soledad de mi habitación, inmediatamente me quité el estúpido jeans, tirándolo enfadado a la basura. Me puse un buzo ancho y me senté en el borde de mi cama jugando con mi móvil. Yunho estaba a punto de llegar.

¿Me llamará para decirme que no le era posible venir o simplemente no se presentaría?

Tenía ganas de llorar. Todo esto era un caos, decidirá que no merecía la pena arriesgar su carrera por un estúpido chico de instituto y seguro romperá la relación. Miré los libros de Minah, decidiendo comenzar con sus deberes de inglés. 

Me dejé caer sobre la cama y saqué mi iPod, poniéndome los auriculares y subiendo el volumen lo más alto posible que pude aguantar mientras leía lo que tenía que hacer. No estaba tan mal, afortunadamente ya había estudiado todo esto el semestre pasado, estaba en inglés avanzado, por lo tanto sus deberes eran pan comido. Tomé mi libreta y empecé a descomponer el poema, anotando todos los mensajes ocultos y prestando especial atención a los simbolismos, tal como se suponía debería hacer ella. 

De pronto algo pesado se apretó contra mi espalda, estrujándome el estómago contra la cama. Me sobresalté y dejé escapar un grito, mientras intentaba levantarme, pero me estaban sujetando firmemente con su peso corporal. Pude sentir las vibraciones de risas, resonando contra mi espalda, pero no pude escuchar nada por el volumen tan alto de la música que sonaban en mis oídos. 

Me moví intentando sacármelo de encima, entrando en pánico, pero uno de los auriculares fue arrancado de la oreja y pude oír una risa familiar. Tragué saliva y miré por encima de mi hombro, mi corazón volvió al latido normal cuando me di cuenta de que sólo era Yunho. Estaba sonriendo de oreja a oreja, mientras seguía tumbado encima de mí, apretándome contra la cama.

¿Qué demonios estaba haciendo aquí? ¿Y por qué me está sonriendo? ¿No debería odiarme por haber arruinado su vida? 

-¿Qué estás haciendo aquí? ¿Y cómo has podido entrar a mi casa?- pregunté frunciendo el ceño, sin dejar que las emociones me sobrepasaran. 

Dulcemente me besó la mejilla, rodando fuera de mí para acostarse a mi lado. Mientras me miraba, una de sus manos jugaba con mi pelo. -He venido a buscarte, por supuesto- respondió él como si fuese un hecho obvio -.Te llamé al móvil, pero no cesaba de sonar y saltaba el contestador. Y respecto a cómo entré, sabía que tus padres no se encontraban todavía en casa y dejaste sin cerrar con llave la puerta de entrada.

Me di la vuelta para encararle. ¿Ha venido a buscarme? ¿A pesar de todo lo que pasó hoy, aún seguía queriendo verme esta noche? 

-¿Has venido a buscarme? ¿Por qué?- pregunté, mi voz se quebró, tan cerca de las lágrimas.

Él frunció el ceño, con la mirada algo confusa. -Bueno, pensé que teníamos una cita esta noche- respondió él, mirándome un poco preocupado. No pude contener por más tiempo mis emociones. Me eché a llorar. Él dio un grito ahogado y me abrazó estrechamente, acariciando con su mano mi espalda, consolándome. -¿Qué pasa, precioso?- susurró él.

Lloré mucho más fuerte cuando lo escuché llamarme por mi apodo cariñoso. ¿Cómo iba a superarlo cuando me dejara por segunda vez? Esto ya era bastante doloroso y todavía no había dicho las palabras que sabía que saldrían en cualquier momento de su boca. 

-¿Jaejoong?- Me separó un poco de él, tomando mi cara entre sus manos para poder mirarme -.¿Por qué estas llorando?

Tragué saliva y el secó las lágrimas con sus dedos, mientras se deslizaban por mis mejillas. -Pensé que ya no querrías verme más. Pensaba que me odiarías después de lo que sucedió. Todo ha sido por mi culpa. Lo siento tanto, Yunho- susurré, moviendo mi cabeza, pidiendo disculpas con mi mirada.

Aún más confuso frunció el entrecejo. -Jaejoong, jamás te odiaría. Y no fue por tu culpa, sino mía. Fui yo el que te besó; fui yo el que nos empujó sobre la mesa, yo soy el adulto, tenía que haber tenido más juicio, haberme controlado más.- Quitó con un beso, una lágrima aislada, que caía por mi mejilla.

-¡Ha sido culpa mía… los jeans… y ahora Minah!- Lloré, perdiendo otra vez el control. 

Él suspiró y volvió a apretarme contra su pecho, acunándome dulcemente. -Todo está bien. Tal como ella me ordenó, la aprobaré y todo estará bien. Con respecto a la culpa del jeans… eran unos jeans muy sexy, precioso, pero mucho antes de escoger y ponerte ese jeans hoy, ya estaba perdiendo mi auto control. Tarde o temprano hubiese sucedido, cada día que pasaba me era más difícil apartar mis manos de ti -dijo él, disculpándose con la mirada.

Tragué saliva. -¿No me culpas? 

Negó con ferocidad. -La culpa es mía, precioso. Todo es culpa mía y, eso es lo que contaremos si saliese todo esto a la luz. ¿Ok?- dijo con dureza. 

Fruncí el ceño y abrí la boca para protestar, pero él debió saber que estaba a punto de discutir con él porque se rio y apretó sus labios contra los míos, silenciándome antes de poder articular palabra. Me rodó sobre la espalda, medio encima de mí y me besó profundamente mientras que yo me aferraba a él como si se me fuese la vida en ello. Cuando se apartó, me encontraba jadeando. 

Él sonrió y me besó la punta de la nariz. -Entonces vamos, ¿estás listo?- preguntó él, levantándose, ayudándome a levantarme de la cama.

Miré hacia los deberes de Minah que estaban sobre la cama con una mueca. En realidad necesitaba acabarlos, lo que significaba no poder salir esta noche de aquí. -No creo que pueda. Tengo que terminar sus deberes para mañana y también tengo que hacer los míos…- disminuyendo la voz, haciendo un puchero.

-¿De quién tienes que hacer los deberes?- preguntó él, frunciendo el ceño a los papeles sobre la cama.

Suspiré con tristeza. Supongo que él no sabía sobre todo el acuerdo «Eres mi zorra personal» que hice con el diablo. Lo único que sabía era que se mantendría callada a cambio de aprobarle cálculo. 

Me senté recto y fruncí el ceño. Él se sentó a mi lado, cogiendo mi mano. -Ella me dijo que debía de hacer sus deberes, también este sábado tengo que lavarle el coche y algunos otros recados- le dije, encogiéndome de hombros. 

-¿Qué demonios?- gruñó, levantándose de la cama abruptamente, su cara dura y enfadado.

Tragué saliva. -Dije que haría cualquier cosa y lo haré. No permitiré que te ocasione ningún problema, dentro de un par de semanas se aburrirá y entonces nos dejará en paz. Quizá tenga que pedirte prestado algún dinero, pero desde luego te lo devolveré- dije en voz baja. 

-¿Te está chantajeando? ¡Esa pequeña zorra!- siseó él.

Solté una carcajada. -¡Ese lenguaje, Sr. Jung! ¡No puede hablar de esa manera de una estudiante!- bromeé, intentando aligerar el mal humor.

Él levantó una ceja. -Estoy seguro de que tampoco debería de enamorarme de un estudiante, así que pienso que he defraudado a la enseñanza- contestó él, sonriéndome con satisfacción.

Mi corazón se derritió un poco cuando dijo que estaba enamorado de mí. -Tú no has defraudado la enseñanza; sólo eres joven y no sabes controlar tus hormonas.- Di palmaditas en la cabeza condescendientemente; sonriendo -.No te preocupes nene, pronto crecerás.

Él río y me envolvió entre sus brazos; empujándome sobre la cama, sujetándome, soplando en mi cuello, haciendo cosquillas en mis costados, haciéndome gritar y chillar debajo de él.

Pasados unos minutos él se echó para atrás y apoyó su frente contra la mía. -Lamento todo esto, precioso. Espero que pienses que merezco la pena. ¿Te arrepientes de estar conmigo?- preguntó silenciosamente, mirándome un poco inseguro.

Moví la cabeza y envolví mis piernas alrededor de su cintura, atrayéndole más cerca, acariciándole el cabello con mis manos.

-Yunho, te quiero. Jamás me arrepentiré de nada que implique tenerte en mi vida. Todo esto pronto pasará y la vida volverá a su normalidad. Lo único que tenemos que recordar es que jamás haremos nada en el terreno escolar.- Le miré con seriedad.

Él accedió moviendo la cabeza. -.Definitivamente.- Me volvió a besar, recorriendo con su mano mi costado, agarrando la cintura de mi buzo -.¿Quizá también, deberías dejar de ponerte jeans tan apretados en el instituto, así no tendré que luchar contra el impulso de atacarte cada vez que estás a unos pasos de mí?

Me reí tontamente y me sonrojé mientras hundí mi cara en el hueco de su cuello, asintiendo. -Sí, los tiraré todos- le aseguré. 

Él se echó hacia atrás y sonrió, moviendo la cabeza. -No los tires, me gustan. Solamente no los uses en el instituto. ¿De acuerdo? 

Yo asentí y atraje de nuevo su boca hacía la mía, besándolo dulcemente. -De acuerdo- murmuré contra sus labios.

Me besó durante unos cuantos minutos más y después se retiró, se levantó y se quedó sentando junto a mí, levantándome también. Posó su mirada sobre los papeles que había desparramado sobre mi cama.

-¿De verdad estás haciendo sus deberes?- preguntó, frunciendo el ceño enfadado.

Suspiré y asentí. -Sí, por lo tanto no creo que pueda ir contigo. Tengo que terminar los dos de ella y también debo acabar con los míos.- Le sonreí disculpándome.

Movió la cabeza, cogió todos los papeles y los libros, apilándolos. -Te vienes a mi casa; no le voy a permitir que arruine nuestros planes. Te ayudaré a hacer sus deberes y también los tuyos y entonces seguramente tendremos tiempo para nosotros y pedir comida a domicilio o algo así.
Le miré agradecido. No pude impedir que saliera de mi boca la palabra -Aww. ¡Eres tan adorable! 

Él puso los ojos en blanco como si supiese lo que estaba pensando y me agarró la mano, poniéndome de pie. -Vámonos, antes de que lleguen a casa tus padres- sugirió él.

Asentí y me miré notando mi buzo. ¡Vaya, estoy hecho un desastre!

-Sólo me tengo que cambiar- dije, corriendo hacía mi ropero.

Él rio y tiró de mi mano para detenerme. -No te cambies, me gusta el buzo- dijo él, moviendo las cejas de arriba a abajo, mirando los pantalones, mientras que me recorría lentamente.

Le golpeé el brazo. -¡Yunho que chico más raro eres!- Le regañé bromeando.

-Sí, pero me quieres- contestó él confiado.

Puse los ojos en blanco. -Sí claro.

24 comentarios:

  1. Maldita Minah perra! Jae, debiste hacerla pedacitos!! Lo bueno es que a pesar de todo ellos siguen juntos y no dejaron que esto flos separara, espero que sigan así :3

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  2. grrrrr!!! esa Minah es una bitch! X-(
    Chantajear a Jae y después a Yunho X-( pero ya verá que no se saldrá con la suya, hum!!

    aaaaaw como siempre Yunho es tan, tan adorable :3 que hombre caray! ♡

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  3. AHHH bitch, rogue por que no fuera esa desgraciada quien los haya descubierto pero lamentablemente si lo fue, es que no tiene vergüenza la muy infeliz, mira que chantajear a jae y hacer que haga sus deberes y todo argh me dan ganas de golpearla es lo que merece, pero por otro lado casi me da algo y lloro por jae que temía que yunho se enfadará con él por todo lo que paso peor yunho es tan amor y tan lindo T__T que paso todo lo contrario y a pesar de todo estan y siguen juntos y no dejarán que nada los separa, yunho es una cosa tan adorable un digno hombre! ajdqwr ;( <3 ps a ver que pasa, solo espero que esos dos a pesar de los problemas sigan juntos y se olviden por momentos de todo jaj gracias por actualizar, esta historia desde el inicio hasta hoy me trae mal xD gracias por tu tiempo a pesar de estar ocupada pero actualizas, se aprecia el esfuerzo! <3

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  4. aishhhhhhhhhh yo si la estrangulo la hago picadillo que zor.... que es que corqje que tengo hacia ellla
    espero le caiga algo a la cabza y se olvide todo asi se mantendra callada muajajajajajaja
    de echo yunho y jae podran superar este obstaculo mas o mejor dicho vencer a este demonio y lograr seguir adelante y ser felices
    gracias por la actua y mucha suerte en los examenes

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  5. maldita bich
    vamos yunjae, ustedes pueden <3
    gracias por la actu sobre todo en época de exámenes :)

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  6. me imaginaba que si era esa maldita zorra le aria la vida de cuadritos a jae
    pues no se caen bien pero no se por que jae izo trato con esa bastarda total que hablen con los papas de jae y ellos ya sabían de yunho así es que lo presente con ellos y que diga en el instituto si esa zorra habla que los padres de jae ya sabían y que estaban juntos desde antes de que yunho trabajara ahí
    y que los padres están de acuerdo con ello no tiene por que dejar que esa lo manipule y lo extorsiona cada que ella quiera
    espero y piensen como librarse de los chantajes se esa loca y que sigan juntos y muy contentos
    sin preocuparse de que pasara con ellos

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  7. Minah bitch! XD me he quedado tan prendida a esta historia *0* ya espero el cap 32 enserio gracias por escribir este fic ME ENCANTA!

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  8. Deberían hacer unn plan donde la vigilen para ver con que pueden llegar a chantajearla y así los deje empaz, es una persona llena de envidia a Jae por su belleza.
    Que hermosos unidos a pesar de todo ayudándose para salir de este problema.

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  9. Porque entre todas las personas tenia que ser precisamente ella quien los viera ??? Esa maldita lr hara la vida imposible a Jae y a Yunho.
    Y Jae se siente culpable por lo que paso y no quiere que Yunho vaya a la carcel
    Lo bueno que Yunho le hizo saber que el no era el culpable y lo consolo me gusto esa parte,espero que encuentren como detenerla y asi deje de fastidiarlos

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  10. minah estupida ojala que encuentren un plan para poder liberarse de el que odia el jae y que bueno que yunho lo con solo muy buen capitulo muchas gracias por compartilo

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  11. yo también me apunto a cortar a la muy zorra en pedacitos.
    jaja me maté de risa con la idea tan ridícula de Junsu de secuestrar a su gato.
    esto se está poniendo difícil y con la muy maldita sabiendo todo hará la vida imposible a Jae.
    qué emocionante por Dios está esta historia.
    gracias por actualizar

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  12. Aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh por que, por que tuvo que ser esa bruja la odio ........-.- maldita chantagista.....aggggggg
    pero con todo y eso jae y yunho seguiran juntos estoy segura de eso.........espero que la bruja los deje empas pronto........

    Gracias por actualizar ^^

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  13. Gracias por actualizar adoré demasiado la continuación a pesar de la tramposa de Minah ojala le pase algo malo >3<

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  14. odio a Minah es tan odiosa , lo tiene de esclavo a mi pobre jae solo porque le tiene envidia lo molesta, ahora lo tiene en sus manos y abusa de eso :( secuestrar a su gato ese junsu me hizo reir. que bueno que ambos estan luchando juntos por su relación, muchas gracias por actualizarlo *w*

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  15. ahhhhhhh!!!! maldita ¬¬ pobre del yunjae lo que sufrira u.u solo espero que no sea por mucho tiempo..... gracias y espero con ansias el sig cap >_<

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  16. arrrggg es una bitch!! no me agrada nada nada,bueno supongo que
    este será la prueba de fuego del yunjae u_ú aahh me tienes ansiosa!
    bueno falta que? 7 meses? o 6? esos pasan rapido supongo :/

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  17. Toso por ponerse esos jeans tan ajustados ash maldita vieja tiene que ser tan odiosa que se de auto placer y deje de joder a los demás

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  18. Ahhh!!! maldita perra de Minah... yo esperaba que fuera la señorita Jessica y le pudieran explicar de alguna manera pero noo!!! tenia que ser la zorra esta! aish >.< deberian encontrar la forma de hacer que ella se calle... siempre se le puede inyectar aire a alguien y asi no habra sospechas...

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  19. como dice jae ...maldita zorra minah....y yunho que creia que con aprobarla no diria nada ..pero esa si es un demonio quiere hacer un esclavo personal de jae....yo apoyaba ese plan de hacerla trozitos y desaparecerla....yunnie tan tierno ..los dos haciendo los deberes de esa ..dsaddsa...solo tienen que aguantar hasta que se canse o encontrar la manera de callarla..

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  20. Ohhh k van hacer madre mia k vieja mas bruja chantajen a las dos
    ......................
    porque no mejor una cada lado y lo aorcas haha XD

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  21. minahhhhhhhhhhh desgraciada.... envidiosa.... la odio... ah porque tuvo q verlos.. me lleva..

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  22. MINAH ERES UNA MALDITA BITCH...!! ¬¬
    que coraje ... jaejoong hubiera escogido la opción de desaparecer la y hacerla pedacitos XDDD
    pobre jaejoong esa niña lo ser sufrir :(

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  23. es una maldita perra pensaba que podría ser otra pero no tenía que ser esa bitch arrg yo te apoyo Jaejoong la hacemos pedacitos y la arrojamos al marr aarrgg porque que injusto pa mi que esta enamorada de Jaejoong XD jajajaja ....pero es un alivio Yunho fue a buscarlo yo tambien pensaba igual a Jaejoong pero terminó siendo tan romántico y lindo los dos lo van a superarlo porque se aman ;)

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  24. Jodida loca tenia que aparecer alguien que quiera arruinarles la relación. Maldita envidia.

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