En
la mañana del jueves Yunho me llevó al instituto. Lo había estado haciendo
todos los días durante las últimas cinco semanas; le había dado a la
señorita Jessica la excusa de que necesitaba llevar a su mamá a trabajar y por
eso no podía acercarla más.
Todavía
la llevaba a su casa, pero las mañanas eran mías, al menos por los quince
minutos de viaje, en cualquier caso. Todos los días me recogía y luego me
dejaba al final de la calle del instituto, así que podíamos pasar unos minutos
juntos antes de comenzar el día de clase. Cuando subí a su jeep, se estremeció
y me miró suplicante.
—Precioso,
por favor, deja de usar jeans ajustados en el instituto— rogó con los ojos
recorriendo mis piernas, una expresión de dolor en su rostro.
Me
reí y rodé los ojos. Casi nunca llevaba jeans tan ajustados como estos, pero lo
hacía en los días en los que sabía que lo vería después de clase, con la
esperanza de que pudiera ser capaz de seducirlo un poco más de lo normal. No
era que hubiera funcionado, pero nunca se sabía, tal vez un día la tentación de
ver mis piernas sin ese pedazo de tela ajustada sobre mi piel lo empujara más
al borde.
—Oh,
déjalo, Yunho. Me pondré lo que quiera— le contesté, sonriendo con la mirada.
Él
suspiró y encendió el coche, con las manos apretando el volante un poco
demasiado para ser cómodo. Me esforcé en no ruborizarme cuando lo
sorprendí, varias veces, mirando furtivamente mis piernas. Me reí, ni
siquiera eran tan ajustados. Era sólo un jeans de mezclilla, que ni siquiera
apretaban tanto mi trasero. En realidad era bastante respetable, en mi opinión.
—¿Aún
vas a salir con Hojun mañana por la noche?— preguntó Yunho.
Asentí.
—Sip— le contesté, marcando la «p».
Casi
pude oírlo poner los ojos en blanco, pero mantuvo su mirada firmemente en la
carretera. —¿Dónde te lleva esta vez?— preguntó.
Me
reí y puse mi mano sobre su pierna, apretándole la rodilla ligeramente y
haciendo que sus manos apretaran el volante aún más.
—Deja
de comportarte como un bebé porque salgo con tu hermano pequeño. Somos amigos y
aunque tú no me crees cuando te lo digo, no pasamos toda la noche
chismeando sobre ti— le dije, luchando por no sonreír.
Yunho
odiaba el hecho de que me llevara bien con su hermano y que saliera con él
algunas noches de viernes. No era que estuviera celoso de Hojun ni nada
por el estilo, sino que pensaba que su hermano me estaba contando secretos y
cosas de su infancia, disminuyéndolo todo el tiempo. Por supuesto,
no ayudaba que Hojun le dijera que hacía eso, sólo para hacerlo sentir
paranoico.
Me
sonrió de lado. —Oh, precioso, sé que lo haces porque no puedes evitar
pensar y hablar de mí todo el tiempo.
Me
eché a reír y me incliné sobre el asiento, luchando con el cinturón de
seguridad para poder plantarle un beso en la mejilla. —En realidad, sí lo
hacemos, pero no quiero que te preocupes por lo que me diga. Eras un chico
muy divertido y lo que hiciste con la planta de interior de tu
madre…— Me interrumpí, riendo. Su rostro giró bruscamente hacia mí, con una
expresión conmocionada, pareciendo que había olvidado por completo que
estaba conduciendo. —¡Mira la carretera!— le ordené, riendo incontrolablemente.
Esa
era una de las muy pocas cosas que Hojun me había dicho, pero en realidad no
hablábamos mucho sobre Yunho, después de todo. Generalmente hablábamos del
instituto, de sus conquistas pasadas o sus fracasos, o sólo veíamos una
película. Nunca había pasado nada excitante.
Yunho
frunció el ceño y miró de nuevo a la carretera. —Jaejoong, no creo que debas
pasar más tiempo con mi hermano, él es una mala influencia para ti— dijo, sonando
un poco malhumorado al respecto.
—Psss,
lo que sea— le contesté, moviendo desdeñosamente la mano.
Gimió
y me miró derrotado, pero con una sonrisita tirando las comisuras de su boca.
Creo que le gustaba cuando lo enfrentaba y le decía que no, no estoy
seguro de por qué, pero casi parecía un poco orgulloso de mí o algo así.
Llegamos
al final de la calle del instituto y aparcó detrás de la tiendita que había en
la esquina, para que yo pudiera caminar el resto del trayecto. Sus ojos
recorrieron mis piernas otra vez cuando apagó el motor. —Realmente estoy
odiando esos malditos jeans— gimió, sacudiendo la cabeza.
Puse
mala cara. —¿De verdad? ¿Y si me lo quito?— pregunté, llevando mis manos
al botón del frente como para abrirlo.
—¡Vaya mierda! ¡No!—
Casi gritó cuando sus manos fueron hacia mí, empujando mis manos contra mi
estómago —.Jaejoong, por favor… ¿Sabes lo difícil que es para mí? Ha pasado
mucho tiempo desde que… y yo… yo solo… hombre, estos jeans, es sólo que…— Se
interrumpió y besó un lado de mi cuello, provocando un cosquilleo por todo
mi cuerpo. Gemí ante la sensación de sus labios en mi piel e incliné mi cabeza
hacia un lado mientras me mordía el cuello suavemente —.Quiero hacerte un
chupetón— murmuró.
Sonreí
y asentí. ¡Me encantaría! Como
un pequeño distintivo de Yunho que yo podría usar por unos pocos
días. Nadie sabía que yo estaba saliendo con alguien, así que sería bueno
tener conmigo una especie de recordatorio de él por un rato.
—Está
bien— reí, retorciendo mis manos para liberarlas y envolverlas alrededor de su
cuello. Me volví en mi asiento, enfrentándolo.
Me
sonrió mientras empujaba el cierre de mi cinturón de seguridad para liberarme
de las ataduras. Tenía un brillo perverso en los ojos, que yo no acababa de
entender. —Realmente no puedo, la gente lo verá y hará preguntas al respecto— susurró,
atrayéndome más cerca mientras se movía en su asiento ligeramente.
Pude
notarme poniendo mala cara; él sonrió y besó mi labio inferior, introduciéndolo
en su boca, antes de mordisquearlo y hacerme gemir sin aliento. —No importa,
mentiré— susurré, aferrando su nuca con mi mano y guiando su boca a mi cuello
otra vez.
Rio
contra mi piel, su aliento caliente me puso la piel de gallina. —¿Qué tal si
hago uno donde nadie lo pueda ver?— propuso. Su boca viajó un poco más abajo,
su nariz rozando mi clavícula. Di un grito ahogado mientras me apretaba contra
su pecho, antes de tumbarme sobre los asientos y situarse encima de mí. Cuando
no respondí, me apretó la cintura suavemente, como una sugerencia.
Asentí. —Sí,
donde quieras— contesté atragantándome con la voz ronca.
Me
sonrió con malicia. Di un grito ahogado al sentir su mano subiendo por mi
pantorrilla, dirigiéndose más arriba, hasta que llegó al borde de mi
jeans. Cuando su mano no se detuvo allí, clavé mis dedos en su espalda y
me mordí el labio. Su mano rozó mi trasero, sólo una vez, dejando un rastro de
calor que quemó mi piel. Todo el tiempo estuvo mirando mis ojos, su respiración
superficial, su cuerpo tenso.
Y
entonces se alejó de mí. Estaba a punto de protestar y alcanzarlo para atraerlo
hacia mí, cuando lo sentí sacarme una zapatilla y luego empujar el
jean apretado hasta mis tobillos, sacó sólo una pierna completa, dejándome con
el calcetín al aire. Tragó saliva con fuerza con los ojos apretados y sus
hombros se pusieron rígidos. Yo sólo lo observaba, incapaz de respirar, incapaz
de moverme, mientras él me miraba.
¿Qué demonios se había metido en él? Abrí la boca para
preguntarle, pero él llevó mi pierna a un lado, se inclinó hacia delante y
presionó sus labios en el interior de mi muslo.
Jadeé
y me incorporé a medias para poder ver lo que estaba haciendo, cuando lo sentí
chupar fuertemente en mi piel. Estallé en pequeñas risitas, su mano
apretaba mi muslo y sus ojos se encontraron con los míos mientras chupaba un
poco más fuerte. Después de unos segundos lo dio por hecho, se apartó y lo
miró, asintiendo con satisfacción. Se movió como flotando encima de mí otra
vez, con una sexy sonrisa en los labios, que me hizo enrojecer como loca.
—Hazlo
en la otra pierna también— susurré, envolviendo mis brazos alrededor de su
cuello.
Sonrió
y negó con la cabeza, besándome suavemente. —Lo haré en la otra pierna mañana.
Con una condición— negoció.
Envolví
mis piernas alrededor de su cintura y tiré de él más cerca de mí. Esto era sin
duda lo más caliente que me había sucedido en mucho tiempo, sin embargo,
aún quería más.
—¿Cuál
es esa condición?— pregunté, apretando mis piernas alrededor de él con más
fuerza. Me besó de nuevo durante un minuto antes de responder. Sus manos
seguían sujetando firmemente la parte superior de mis muslos, acariciando
con un dedo el borde de mis bóxer que yo llevaba —.Deja de llevar estos
malditos jeans ajustados al instituto— susurró en mi oído, mordiendo
suavemente el lóbulo de mi oreja. Me eché a reír, y él se retiró para mirarme.
—Me
gusto usarlos. Si no los llevara hoy, está claro que esto no habría pasado.— Moví
las piernas un poco, frotando mi pantorrilla sobre su trasero.
Negó
con una sonrisa en su rostro que me demostraba que él odiaba y amaba los jeans
al mismo tiempo. Cuidadosamente se encargó de ponerme nuevamente el pantalón y
la zapatilla, cuando sus dedos rozaron mi cadera al subir la ajustada tela, jadeé.
Si no fuera su alumno y no fuera menor de
edad, ¡apuesto a que me pediría que viviera con estos jeans!
—¡Fuera
de mi coche, Señorito Jaejoong!— gruñó, deslizando su nariz por mi mejilla.
Suspiré
dramáticamente. —Está bien. Nos vemos más tarde, señor Jung.
Suspiró
y se incorporó moviéndose para que yo pudiera desenvolver mis piernas de su
cintura. Alcanzó mi mochila del asiento trasero y me lo ofreció. Lo tomé y le
sonreí con gratitud, subiendo de mis jeans mientras saltaba del coche. Le
sonreí y cerré la puerta, echando mi mochila por encima del hombro. Estaba a
punto de empezar a caminar, cuando la ventana del pasajero se abrió.
—Te
amo, Jaejoong. Quedan cerca de siete meses ahora— me dijo.
Sonreí
y me mordí el labio mientras asentía. —Lo sé. También yo te amo.
Él,
sonriendo, arrancó el coche. —Es mejor que te pongas en marcha. Si llegas tarde
tendrás una detención.— Me guiñó un ojo y retrocedió del lugar, dejándome
riendo y poniendo los ojos en blanco.
Me
dirigí al instituto, divisando inmediatamente a Su besándose con Yoochun contra
su casillero.
Sonreí
mientras silenciosamente abría el mío y sacaba los libros que necesitaba para
la mañana, tratando de no molestarlos. Ellos lo estaban llevando grandiosamente
las últimas cinco semanas. Se estaban poniendo bastante serios también, Yoochun
se reunía con Su y lo acompañaba a las clases y llevaba sus libros.
Era
dulce. Él estaba feliz al respecto y también me hacía feliz verlo con el hombre
de sus sueños. El único que seguía soltero era Hyunjoong.
Eché
un vistazo por el pasillo y lo vi de pie con un grupo de chicos y chicas.
Encajaba con todos fácilmente, era un tipo encantador y yo sabía que
gustaba a un montón de chicos. Él nunca parecía molestarse por ninguna de
ellos. Sólo necesitaba encontrarle un buen chico que cuidara de él y
lo apreciara, porque honestamente Hyunjoong era increíble. Me dirigí hacia
él y hundí el dedo en sus costillas, haciéndolo saltar.
Se
echó a reír y puso el brazo alrededor de mis hombros, introduciéndome en el
grupo mientras reanudaban la conversación sobre la tarea de biología,
haciéndome desear haberme pegado a Su y Yoochun en lugar de eso. Finalmente,
después de escucharlos hablar durante lo que parecieron horas sobre la
disección del cerebro de una oveja, sonó la campana, salvándome de vomitar mi
desayuno.
Su
y Yoochun se acercaron a mí, tomados de la mano y de repente me sentí un poco
celoso de él. Claro que tenía a Yunho y todo, pero nunca podíamos caminar
tomados de la mano como ellos y realmente era un poco triste. No podríamos
hacerlo por un largo tiempo, incluso después de que hubiera dejado el
instituto, las cosas seguirían un poco tensas algún tiempo. Alejé los celos
pensando en el momento caliente entre nosotros en el coche. Lo vería esa noche
también. Siempre llevaba a la señorita Jessica a su casa, luego vendría derecho
a recogerme a mí. Hmm, tal vez pudiera
convencerlo de que me diera un chupetón en la otra pierna esa noche, en lugar
de tener que esperar a mañana. Entonces recordé que ni siquiera lo vería
mañana, vería a Hojun. Esa fue probablemente la razón porque lo dijo;
probablemente estaba pensando que yo estaría tan ansioso por ello que
cancelaría la salida con su hermano. Muy
astuto, Yunho, muy astuto.
Sonreí
para mis adentros y me arrastré detrás de la amante pareja, sintiendo náuseas
cuando se dieron besos de despedida en el vestuario del gimnasio. Cuando Yoochun
salió corriendo para su clase, Su se volvió hacia mí con una expresión soñadora
en su cara que me hizo poner los ojos en blanco y sonreír mientras enlazaba mi
brazo con el de él, arrastrándolo para cambiarnos por la ropa de gimnasia.
Al
llegar la hora del almuerzo, me sentía muy hambriento. Me había saltado el
desayuno esa mañana porque el proceso de «elección del jeans» me había tomado unos minutos extra. Tomé una
bandeja y me puse en la fila.
Mientras
estaba allí de pie eligiendo un sándwich, alguien vino y se puso junto a mí, un
poco demasiado cerca para mi comodidad. Fruncí el ceño y me moví ligeramente
hacia delante para conseguir un poco de espacio extra, pero la persona se movió
para adelante también, presionando su costado contra mí.
Con
el ceño fruncido miré alrededor para descubrir la apuesta cara de Yunho. Tragué
saliva y me esforcé en ocultar mi ridícula felicidad sólo porque él estaba en
la misma habitación que yo.
—Hola,
señorito Jaejoong, ¿cómo está hoy?— me preguntó sonriendo, probablemente porque
sabía exactamente qué efecto provocaba en mis entrañas.
Me
mordí el labio y vi que el señor Young estaba en la fila detrás de él. —Estoy
bien, gracias, señor. ¿Cómo está?
De
mala gana quité mis ojos de él y traté de elegir un sándwich, pero no podía
estar quieto, de pie a su lado, el costado de su cuerpo presionando contra el
mío.
—Estoy
bien hoy. Esperando la noche, tengo algunos planes. ¿Tienes tú algo planeado
para esta noche?— preguntó, ladeando la cabeza, fingiendo estar interesado
mientras tomaba una botella de agua.
Me
reí un poco incómodo. —Eso depende de la cantidad de tareas que me asignen hoy.
¿Está usted pensando en darnos la lección completa hoy, señor Jung?— repliqué.
Elegí un sándwich al azar y me moví a lo largo de la fila, agarrando una bolsa
de patatas sin mirarlas. Se echó a reír y sacudió la cabeza para quitar el pelo
de sus ojos y yo traté de no mostrar ninguna reacción, a pesar de que ese
pequeño movimiento hizo que mi corazón palpitara el doble.
—Si
ustedes, chicos, acaban con todo en la clase, no debería ser demasiado malo— respondió
él, agarrando su comida. Sonreí. El señor Young comenzó a hablar con Yunho
entonces, así que me escapé hacia la caja registradora para pagar. Estaba
tomando un par de servilletas en la última mesa cuando Yunho se detuvo junto a
mí otra vez. Gemí en voz baja. De hecho, me gustaría que se mantuviera lejos en
las horas de clase, era una tortura ser capaz de hablar con él apropiadamente o
simplemente tocarlo de alguna manera.
—Precioso,
¿por qué compras un sándwich de ensalada de jamón?— susurró, señalando con la
cabeza hacia abajo a mi bandeja mientras tomaba algunas servilletas
también. Fruncí el ceño y miré mi bandeja.
¿No lo había hecho, verdad? Leí la etiqueta y me
estremecí, rechazándolo instantáneamente. Odiaba el jamón. Era su culpa por
distraerme y hacerme sentir incómodo mientras yo estaba eligiendo. Se rio y
puso su sándwich de queso en mi bandeja, tomando el mío de jamón en su lugar.
Me
guiñó un ojo y se fue antes de que pudiera abrir la boca para preguntarle qué
estaba haciendo. ¡Por Dios, era tan
dulce! Suspiré soñadoramente y lo vi esperar que el señor Young
terminara de pagar su almuerzo antes de que los dos salieran de la cafetería.
Me sentía como caminando por una nube cuando llegué a la mesa de almuerzo de
mis amigos.
Traté
de concentrarme en lo que estaban diciendo, alguien estaba planeando una fiesta
para dentro de un par de semanas, pero no pude pensar en otra cosa que en Yunho.
Mi mente derivó hacia nuestro momento en el coche y apreté los muslos
pensando en su boca en mi piel. Una docena de fantasías comenzaron a jugar
en mi cabeza, las cosas que quería hacer con él o que él me hiciera. Poco
más de siete meses, y entonces todo sería más fácil. Sólo siete, ¡yo
podía hacerlo!
Sonó
la campana y salté. Había comido solo la mitad de mi almuerzo porque había
estado soñando despierto, así que tragué rápidamente el resto, siguiendo a
mis amigos hasta los casilleros para buscar los libros para el resto de la
tarde.
Cuando
llegó la hora de la clase de Yunho, yo estaba sonriendo como un idiota, lo
mismo que de costumbre. Me reía de cómo todas las chicas arreglaban su
cabello, volvían a aplicarse maquillaje y se desabrochaban un poco las
camisas antes de dirigirse a su aula. Todavía había algunos rumores sobre él y
la señorita Jessica, pero otro rumor que había estado circulando recientemente
era que Yunho era gay.
Algunas
de las animadoras lo habían comenzado cuando él ni se inmutó cuando estaban
coqueteando con él en sus uniformes de porristas. No estaba seguro de si Yunho
sabía o no este rumor, pero en todo caso no me importaba.
Los
rumores no impedían que las chicas coquetearan con él, sin embargo. Algunos de
sus intentos fueron lamentables. Casi sentía lástima por ellas cuando él
solo se encogía de hombros o las ignoraba.
No
me sentía celoso. Pensé que lo estaría, viéndolas coquetear con mi novio, pero,
por alguna razón, sabía que no tenía por qué sentir celos de ellas. Yo era
a quien él quería, podría haber elegido a cualquier chica o chico, pero me
había elegido a mí, así que no tenía por qué preocuparme porque una zorra
tratara de hablar con él.
Cuando
entré en el aula, las luces estaban ya muy bajas y había un proyector colocado
al frente. Fruncí el ceño y me senté al lado de Su. Cuando me agaché para sacar
algo de mi mochila, alguien chocó contra el respaldo de mi silla, haciendo que
mi pecho golpeara el borde de la mesa y dejándome sin respiración. Me volví
molesto hacia la otra persona, sólo para ver a Minah y un par de chicas
sonriendo cuando empujó de nuevo mi silla mientras se movía a lo largo de
la fila detrás de mí. ¡Uf, qué
bruja maldita!
—Oooops,
qué mal— ronroneó Minah sarcásticamente.
No
dije nada al respecto, sólo desvié la mirada. No necesitaba tener problemas con
ella. Minah había tomado una instantánea aversión a Su cuando recién
comenzamos el instituto y como nosotros éramos amigos, obviamente yo no le
gustaba demasiado. Hizo que nuestro primer año fuera una miseria. A medida que
fuimos creciendo, ella se volvió más y más bonita y su buena apariencia
aumentaba a la par de su maldad. La odiaba con pasión, pero ella parecía estar
fuera de nuestro camino este año, principalmente porque Su y yo ignorábamos sus
intentos diarios de molestarnos. De ninguna manera me iba a poner a mí misma en
su radar nuevamente.
Encontré
la mirada de Su y él dijo silenciosamente «perra», señalando con la cabeza, discretamente, en dirección de
Minah. Yo sólo asentí con la cabeza y puse los ojos en blanco.
—Ahora,
chicos y chicas, vamos a echar una mirada al desarrollo de la serie infinita y
la historia de la teoría. Tendremos una breve visión global con el
proyector, porque he encontrado estas diapositivas increíbles escondidas en la
parte trasera del bloque de matemáticas ¡y no hay ninguna razón
para desaprovecharlas!— dijo Yunho alegremente mientras se frotaba las
manos emocionado.
Resistí
el impulso de toser y llamarlo friki por lo bajo y me limité a sonreír y sacar
mis apuntes. ¿Cómo podía un tipo tan increíble sonar tan excitado por unos
números? Eso no debería ser correcto. Tal vez debería estar un poco preocupado,
me había enamorado de un empollón de las matemáticas. Me reí un poco en voz
baja y él me miró levantado una ceja.
—¿Todo
bien, señorito Jaejoong?— me preguntó.
Asentí
rápidamente. —Absolutamente, esperando con ansias aprender acerca de la serie
infiel— respondí.
Se
echó a reír sacudiendo la cabeza. —La serie infinita, no infiel.
Me
reí también. —Oh. Voy a callarme y dejar que continúe con la lección— declaré,
sonriéndole.
Él
asintió, sonriendo hacia mí. —Creo que sería lo mejor.
Me
reí en voz baja y tomé la notebook mientras él encendía el proyector, con el
aspecto de un niño en una tienda de caramelos. No comenzó demasiado mal,
aprendimos de un tipo en la India, en el siglo XIV quien por primera vez
formuló la teoría. Pero cuanto más avanzaba, más perdido me sentía. Tan pronto
cifras y símbolos comenzaron a aparecer en la pantalla, mi cerebro parecía simplemente
negarse a entender.
No
tenía nada que ver con la manera en que enseñaba Yunho en absoluto, era sobre
mí y mi incapacidad para entender los temas de cálculo. Simplemente no tenía el
hemisferio derecho para este tipo de cosas, lo mismo que para la ciencia. Yo
era más el tipo de chico de inglés y arte.
No
me molestaba no entender este tipo de cosas, siempre y cuando me graduara y
después nunca mirara una ecuación de nuevo. Bueno, a menos que Yunho las
indicara o algo para sus clases mientras yo estuviera con él. Tan
pronto como pensé eso, mi cerebro derivó hacia nosotros en los años
venideros… él corrigiendo los trabajos de sus estudiantes mientras yo
andaba alrededor observándolo.
Suspiré
soñadoramente y me di cuenta de que el proyector estaba apagado y él hablaba de
nuevo.
Tragué
saliva y traté de concentrarme en sus palabras, en lugar de la forma en que
movía las manos cuando hablaba o cómo se veía su trasero en los pantalones
vaqueros cuando estaba escribiendo en la pizarra. Hmmm, tal vez era su culpa que yo tuviera un
problema con su clase. Claramente no podía concentrarme con él a mi lado.
Nos
puso un trabajo para que lo comenzáramos y lo que no hubiéramos hecho lo
terminaríamos como tarea. Fruncí el ceño y atraje el libro de texto hacia mí,
tratando de leer más, pero fracasando miserablemente. Estaba bastante seguro de
haber leído el mismo párrafo cuatro veces y todavía se veía como si
hubiera sido escrito en un idioma extranjero.
Yunho
se detuvo junto a mí, poniendo su mano en la mesa, junto a la mía, la punta de
sus dedos tocando los míos.
—¿Todo
bien? Puedo explicarlo de nuevo— ofreció en voz baja.
Negué
con la cabeza. —Está bien. Lo leeré más tarde y si tengo algún problema le
haré saber— respondí ruborizado, en realidad no quería esa atención
especial delante de los demás.
—Bien,
sabe que estoy siempre aquí para usted, Señorito Jaejoong.— Me sonrió, dándole
un doble significado. Sonreí y asentí sin atreverme a mirarlo a los ojos
porque sabía que me iba a sonrojar. Por suerte alguien le solicitó ayuda,
así que no hice de mí un tonto, para variar.
Cuando
sonó la campana todo el mundo se levantó, guardando sus libros. Ya había metido
el mío en mi mochila a punto de seguir a Su, cuando Yunho me llamó.
—Señorito
Jaejoong, ¿cree que podría tener unas palabras con usted?
Su
me sonrió. —Te espero en las taquillas— sugirió.
—De
acuerdo, gracias— le sonreí con gratitud. Yunho generalmente no me detenía
después de clase, por lo que era probable que quisiera hablar de la noche. De
repente empezó a preocuparme que fuera a cancelar o algo. No lo había visto
apropiadamente desde el lunes, así que realmente esperaba que no lo hiciera.
Su
se fue y cerró la puerta detrás de ella, así que me volví hacia Yunho que
estaba ordenando papeles.
—¿Qué
pasa?— le pregunté, dirigiéndome hacia él, encaramándome en el borde de su escritorio
y cruzando los tobillos.
Suspiró,
dando un paso hacia mí. —Maldita sea, esas piernas han estado rondando mi
mente todo el día— murmuró, pasando una mano por encima de mi cadera hasta que
sentí sus dedos cosquilleando sobre tela del jeans justo por encima de mi
rodilla. Tragué saliva y aferré su camisa, acercándolo aún más a mí.
—Bien
pensamientos de tu boca sobre mis piernas han estado rondando mi mente todo el
día— contesté, mi voz apenas más alta que un susurro porque estaba emocionado
por su contacto.
Sonrió
y se apretó contra mí, su cara a centímetros de la mía. —Eres demasiado
caliente para expresarlo con palabras, precioso— gimió. Sus ojos recorrieron mis
labios por una fracción de segundo, haciéndome jadear mientras todo mi cuerpo
se volvía piel de gallina.
Sonrió
y tomó mi cara con una de sus manos, rozando mi nariz con la suya.
¿Pero qué
diablos le pasaba hoy? En primer lugar en el coche, ¿y ahora estaba haciendo
esto en el instituto? Me había besado un par de veces en el instituto,
pero excepto unas pocas indiscreciones, nos habíamos esforzado por mantener
nuestra relación fuera de los terrenos del instituto.
—Mi
mamá me llamó luego del almuerzo— susurró mientras mordisqueaba ligeramente mis
labios. ¿Su mamá? Genial,
definitivamente estaba cancelando lo de esta noche, a juzgar por el comienzo de
la conversación. Su mamá probablemente le pediría que hiciera algo por ella, o
algo por el estilo. Fruncí el ceño y apreté los labios a la vez, por
lo que su mano se trasladó a mi nuca, sus dedos enredándose en mi pelo. Se
retiró después de unos segundos y llevó su frente junto a la mía y yo nada más
esperaba que me cancelara esta noche y me dijera que terminaría por verme el
sábado en su lugar —.Ella está planeando una cena sorpresa para mi papá el
sábado por la noche. Es su aniversario, y quiere una cena en familia— murmuró,
besándome otra vez.
Asentí,
sin romper el beso. Así que me estaba dejando fuera el sábado, en vez de
esta noche. Agarré los lados de su camisa, presionando mi cuerpo contra el
suyo. Se apartó para dejarnos respirar, yo sonreí.
—Está
bien, pero aun así te veré el domingo, ¿no? No vas a cancelar los dos días,
¿verdad?— le pregunté, tratando de no poner mala cara porque me faltaría un día
de su compañía. Hmm, tal vez debiera
cancelar con Hojun mañana, así podríamos pasar el rato en su lugar.
Él
se rio en voz baja. —No me dejaste terminar— bromeó, besando la punta de
mi nariz —.Mamá quiere que tú vayas también.
Tragué
saliva. De repente me sentí entusiasmado y aterrado a la vez. Le había hablado
a sus padres todo sobre mi siendo su alumno, de que estábamos saliendo. Al
parecer, les había dicho todo cuando primero rompimos porque seguían preguntando
por mí todo el tiempo. No parecía importarles en lo más mínimo, según Yunho,
sino que sólo les gustaba verlo feliz. Yo sólo los había visto una vez, en la
boda de su hermana y me habían parecido realmente agradables. Tenían que ser
grandes personas si tenían dos chicos tan increíbles como Yunho y Hojun.
Por
lo que había oído hablar de Yuri, ella era agradable también, pero sólo había
hablado con ella durante unos minutos el día de su boda, así que realmente
no sabía mucho de ella después de todo.
Miré
a Yunho un poco inseguro de qué decir. Me parecía un poco extraño ser llevada a
su casa a conocer a su familia cuando no tenía ninguna posibilidad de hacer lo
mismo con él, al menos por algunos meses.
—¿En
serio?— murmuré.
Él
sonrió para tranquilizarme. —Va a reservar en algún restaurante un poco
fuera de la ciudad para que nadie nos vea juntos. Seremos sólo nosotros, mis
padres, mi hermana y su marido y Hojun. Vas a estar bien. Si quieres, tomaré tu
mano toda la noche para darte apoyo moral— me ofreció levantando una ceja,
pareciendo tan excitante que me dejó sin aliento.
—Sería
un poco raro cuando quiera cortar mi comida— bromeé, haciéndole reír —.Yunho,
¿realmente ellos me quieren allí?
Él
sonrió y me besó de nuevo suavemente. —Por supuesto que sí, precioso. Eres mi
chico. Vamos en el mismo paquete ahora tú y yo.— Sus ojos estaban fijos en
los míos y me di cuenta de cuánto significaba para él esa cena familiar.
Deseché todos mis nervios y asentí mordiéndome el labio.
—Está
bien, claro que me encantaría encontrarme con tu familia de nuevo— le dije,
tratando de no mostrar cuán atemorizante me resultaba. No era sólo que me
diera miedo conocer a su familia, sino que era un poco raro. Sabían que era
menor de edad y su alumno y sin embargo todavía querían que saliera con ellos
para la cena de aniversario.
Me
sonrió felizmente antes de besarme de nuevo. Envolví mis brazos alrededor de su
cuello y no lo dejé apartarse esta vez. Cuando su lengua rozó mi labio
inferior, ansiosamente le di acceso y presioné todo mi cuerpo estrechamente
contra él. Gimió con el fondo de su garganta y antes de que supiera lo que
sucedía, me empujó contra la pared, con las manos corriendo por mi cuerpo mientras
me besaba desesperadamente.
Todo
mi cuerpo se sentía como si me hubiera muerto he ido al cielo, mientras frotaba
su entrepierna contrala mía ligeramente, masajeando con las manos mi trasero.
Di un grito ahogado y besó mi cuello, mordiendo suavemente la piel antes
de regresar a mi boca. El beso fue tan ardiente que mis rodillas se sentían
débiles. Me apretó contra la pared más fuerte mientras levantaba mis pies del
suelo, guiando mis piernas alrededor de su cintura y me besaba como si pudiera
devorar mi alma.
No
me había besado así durante mucho tiempo. Parecía que había perdido por
completo toda su moderación. Este era el tipo de cosas que él no permitía
en absoluto que pasara, a pesar de lo mucho que le rogase. Mi corazón
estaba latiendo como loco y una pequeña parte de mí sabía que
debíamos detenernos. Él se arrepentiría de esto si lo dejaba seguir
adelante… pero no podía hallar las palabras para detenerlo. Necesitaba
esto, ambos lo necesitábamos, de otra manera acabaríamos enloqueciendo.
Enterré
mis manos en su pelo y quité mi boca de la suya para poder respirar, pero sus
labios no dejaron mi piel, viajaron por mi cuello dejando una estela ardiente a
su paso. Gemí su nombre y nos apartamos de la pared, volviendo a su escritorio
de nuevo. Me puso por encima de los papeles que estaba corrigiendo antes.
Me
sujeté a él con fuerza mientras se echaba ligeramente hacia atrás. Abrió la
boca para hablar y sentí que mi corazón se hundía. Había recuperado la
compostura de nuevo y me iba a decir que teníamos que parar. Sus ojos estaban
tan emocionados que contuve la respiración. Podía sentir su cuerpo
apretado contra el mío y sabía que físicamente él no quería parar, podía
sentir la evidencia de ello.
—Te
amo, Jaejoong— susurró, besándome de nuevo. Sus manos recorrían mi cuerpo otra
vez, una deslizándose bajo mi camisa, la otra agarrando mi trasero
mientras presionaba su entrepierna contra la mía nuevamente
Espera, ¿no se detiene? Sentí crecer la
felicidad de que sus manos estuvieran por fin en mí después de cinco largas
semanas de jugar a la indiferencia.
Mis
dedos temblaban cuando comencé con los botones de su camisa, empujándola fuera
de sus hombros mientras le besaba el pecho.
De
repente oí un grito.
—¡Oh,
Dios mío!— gimió una voz de chica.
Que emoción al fin Yunho cedió a la pasión que sienten, pero tenía que aparecer la mosca en la leche, quien los ha visto?... Ojalá no tenga consecuencias ese arrebató que tuvieron por favor... Gracia
ResponderBorrarwow eso fue intenso
ResponderBorraruffffff y ahora quien los habra visto sera la prof jessica o minah o me quede en suspenso...... que pasara ahora quiero saber :-D
espero y no se arme un lio por esto
hay por dios quien los descubrió la maestra o la odiosa de minah
ResponderBorrartan bien que estaba todo y tenían que llegar a arruinar el momento de pasión
no por dios lo dejaste muy interesante y en suspenso espero el siguiente bye
La jodieron y en grandeeee ..!! >. < por calenturientos okno u.u que probelmas tendrán ahora? Y quien los vio? La maestrucha, la odiosa de minha? O.O
ResponderBorrarOh noooo los pillaron!!!!! Como no cierran con seguro????
ResponderBorrarOjala no lo arruinen ;;
No!! Es horrible, de seguro es la tipa que odia a Jae y a Su! Espero que no porque valdrán queso....
ResponderBorrarBenny*
ResponderBorrarDios! No me decidía leerlo porque pusiste que no todo era felicidad. No los hagas sufrir TT__TT....
Tan bueno que se estaba poniendo, esperare el siguiente con ansias ♤😂
waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa q nervios QUIEN SERA LA PIRUJA Q LOS VIOO...!!! *se come las uñas* superintersante pleaseee conti T.T o morireeeeeeeeee
ResponderBorrarWoooooooooow yunho se quiere comer a jae ya no pudo aguantar mas jejejejeje.
ResponderBorrarproblemas alguien los cacho espero que no tengan problemas......
gracias por actualizar ^^
pero qué sacados están estos dos.... y en el aula del colegio.
ResponderBorrarpero qué pilló Yunho que está tan cachondo y no ve el peligro??
eso es por hacer esa regla absurda y obsoleta de nada de sexo por no sé cuántos meses.
con lo enamorados que están , ya se les sale la lech.... y perdón por la palabra hasta por los ojos. están a punto caramelo y es normal que estén deseosos de tocarse y besarse, están enamorados y se atraen, pero ahí, justo ahí en el escritorio del aula es un tremendo error. y ya alguien los pilló. ahora habrá problemas seguro.
gracias por la actualizacioon
Pense que en la cena de sus padres pasaría algo o que los descubririan y toam que es lo segundo, es que estos jovenes no se podían aguantar les agarraron las hormonas en plena escuela y yunho que siempre es el más precavido esta vez ya no pudo más su ser pedía solo querer sentir a jaejoong y vaya que primera vez que se atreve a tocarlo más de la cuenta en la escuela y los descubren es que no puede ser, es tan frustrante, mientras no sea la minah esa que de por sí ya odia a jaejoong, espero sea otra chica y que de alguna forma se calle y no diga más aunque creo que eso sería pedir mucho, ay nada debería prohibirles e impedirles que vivan su amor libremente como merecen, y se vienen problemas pero que nada los derribe sino que se mantengan juntos y se apoyen, a ver como se van dando las cosas, gracias por actualizar y ahora que si estoy que es espero con ansías el sig. capítulo! xD <3
ResponderBorraroh Dios ya los descubrieron, oh dios¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ y seguramente es esa bruja que molestaba a Jae y a Su ooooooooooooooooooooooooh dios mio!!!!!!!!!!!!
ResponderBorrarYunnie si que no pudo contenerse mas primero la marquita oculta q le dejo y ahora en su escritorio ** pero me preocupa quien los descubrio, abra sidp jessica? OMG quedo impactante. Muchas gracias por el capitulo: )
ResponderBorraruuuu los pillaron que va a pasar ahora con los dos , que buen capitulo muchas gracias por compartilo
ResponderBorraroh oh!! :O
ResponderBorrarse armó la grande!! quién habrá visto a esta linda parejiga tan acaramelada o.O oh nooo!! no quiero pensar en las consecuencias @.@...
todo es culpa de esos pantalones ajustados <. <....XD
Que lindo ahora esos 2 estan mas que felices juntos y ahora Yunho no puede mantener las manos quietas y mas si Jae lo anda provocando,y cuando por fin Yunho iba a romper la regla que puso,alguien los ve,espero que no sea la persona que estoy pensando
ResponderBorrardemasiada felicidad para ser verdad waaaaa nuuuuuu U_U
ResponderBorrarSabía que esto ocurriría, ya decía yo que habia demasiada felicidad, me imagino que la chica los chantajeara u_ú que colera, bueh leere el otro cap para enterarme u_ú -sufre-
ResponderBorrarSon El paquete perfectoespero que los problemas que se avecinan no sean graves porque su no sufriré
ResponderBorrarAy dios santo! Ya presentia yo que los iba a ver alguien desde que se empezaron a besar en el escritorio :S
ResponderBorrarSolo espero la puedan hacer callar o lo que sea para que no se metan en problemas.. mas YunHo que seria al que le echen toda la culpa por ser Jae un menor de edad y su estudiante aunque ambos hayan estado de acuerdo en la relacion D:
ohhhhh me gusta que sigan juntos...no puedo creer que yunho haya perdido la compostura si siempre esta firme con la desicion que habian tomado ..... no pudo aguantar y jae que no lo detuvo ps ......y ahora quien sera esa maldita chika que los vio ..,,ojala y no abra la boca ....
ResponderBorrarQueeeeeeeeeee pero como pueden hacer en la aula dios k pasaraaaa
ResponderBorrarquien sera el que los vio..... que nervios ,,,,,,,,,,,,,,,,
acaban de recolciliar porfas k no se vuelvan a separar
no se si lo he dicho pero AMO EL YOOSU *v* OK OK quien los vio? aigo.. correre a leer el otro cap--- debo saber quien los vio..
ResponderBorrarP.D: ya sabia yo q eran calentones--- xD
OMG.!! tan bien que iba todo .. :( tuvieron que arruinar al momento ¬¬
ResponderBorrarcapas la chica es esa tal Bitch de Minah ..!
UY! creo que va ver problemas.. u.u
Omg pero que caliente que estaban pero quien se detendría con tanta abstinencia estaba llendo tan bien la escena super hot pero siempre hay los iniportunos espero que la chica sea ciega jajaja se que es mucho peeiar pero que no haga un escandolo por eso aaassh please no mates la atmósfera
ResponderBorrar