Al
menos eso era algo que a Jaejoong se le daba bien. Mientras lo observaba tuvo
que contener el repentino deseo de cogerlo en brazos y llevarlo de vuelta a la
caravana, donde lo dejaría en la cama y satisfaría todas las preguntas que
comenzaba a hacerse. ¿Cómo se verían cada uno de esos cabellos desordenados
sobre la almohada? Quería observarlo desnudo sobre las sábanas arrugadas, ver
la palidez de su piel contra la de él, casi tan blanquecina como la de él;
sopesar sus pezones con los dedos. Quería olerlo y sentir sus caricias.
El
día anterior, tras la boda, se había dicho a sí mismo que no era el tipo de
hombre con el que se acostaría, pero eso había sido antes de atisbar aquel
redondo trasero bajo la camiseta cuando lo despertó esa mañana. Había sido
antes de observarlo en la camioneta, cruzando y descruzando esas largas
piernas, Tenía los pies bonitos y pequeños.
No
le gustaba que otros hombres supieran más de las apetencias sexuales de su
esposo que él mismo. Pero también sabía que era cuestión de tiempo. No podía
tocarlo hasta asegurarse de que él entendía cómo serían las cosas entre ambos.
Y para entonces, había muchas posibilidades de que Jaejoong cogiera la maleta y
se largara.
Lo
tomó del brazo y lo llevó a la caravana. Por un momento, Jaejoong se resistió,
y luego cedió.
—De
verdad, comienzo a odiarte —dijo débilmente. —Lo sabes, ¿no?
A
él le sorprendió que aquellas palabras le dolieran, sobre todo cuando eso era
exactamente lo que quería que él hiciera. Jaejoong no estaba hecho para una
vida tan dura y él no tenía ningún deseo de alargar aquella situación
indefinidamente. Era lo mejor que podía hacer.
—Quizá
sea lo mejor.
—Hasta
ahora nunca había odiado a nadie. Ni siquiera a Yuri o a mi padre, y ellos me
han dado razones suficientes para hacerlo. Pero a ti no te importa lo que
sienta por ti, ¿verdad?
—No.
—Creo
que nunca he conocido a nadie tan frío.
—Seguro
que no. —«Frío, Yunho. Eres tan frío.» Se
lo había oído decir a muchas mujeres y hombres antes que a él. Mujeres y hombres
de buen corazón. Mujeres y hombres competentes e inteligentes que habían
merecido algo más que un hombre cuyos sentimientos habían desaparecido mucho
tiempo antes de conocerlos.
Cuando
era joven había pensado que una familia podría curar esa parte herida y
solitaria de su interior. Pero mientras buscaba una relación duradera había herido
a esas mujeres y hombres de buen corazón y se había probado a sí
mismo que no tenía sentimientos para amar a ninguno, ni aunque hubiera sido su
intención hacerlo.
Llegaron
a la caravana. Pasó junto a Jaejoong al llegar a la puerta y se metió
dentro.
—Voy
a darme una ducha. Te ayudaré a limpiar cuando salga.
Jaejoong
lo detuvo antes de que llegase al baño.
—¿No
podrías haber fingido ser feliz esta noche?
—Soy
como soy, Jaejoong. Yo no finjo. Nunca.
—Estaban
tratando de ser amables. ¿Te costaba tanto disimular un poco?
«¿Cómo podía
explicárselo para que lo entendiera?»
—Creciste
protegido, Jaejoong, pero yo lo hice de la manera más cruda. Mucho más cruda de
lo que puedas imaginar. Cuando creces así, tienes que aprender a protegerte de
alguna manera, tienes que aferrarte a algo que impida que te conviertas en una
bestia. En mi caso fue el orgullo. Nunca me doblego. Jamás.
—No
puedes condicionar tu vida por eso. El orgullo no es tan importante como otras
cosas.
—¿Como
cuáles?
—Como...
—Jaejoong vaciló, como si supiera que a él no le iba a gustar nada lo que
estaba a punto de decir. —Como el cariño y la compasión. Como el amor.
Él
se sintió viejo y cansado.
—El
amor no existe para mí.
—Existe
para todo el mundo.
—No
para mí. No te hagas ideas románticas conmigo, Jaejoong. Sólo sería una pérdida
de tiempo. He aprendido a vivir según mis reglas. Intento ser honesto y lo más
justo posible. Por este motivo paso por alto que me hayas tirado la tarta.
Comprendo que esto es duro para ti y supongo que lo estás haciendo lo mejor
posible. Pero no confundas justicia con sentimientos. No soy un sentimental.
Puede que eso de las emociones funcione con otras personas, pero no
conmigo.
—Esto
no me gusta —susurró Jaejoong, —no me gusta nada.
—Has
caído en manos del diablo, cariño. Cuanto antes lo aceptes, mejor será para ti
—dijo él cuando por fin habló con una voz que nunca había sonado tan
triste.
Yunho
entró en el baño, cerró la puerta y apretó los párpados, intentando apartar de
su mente el juego de emociones que había visto cruzar por el rostro de su
esposo. Había visto de todo: cautela, inocencia y una esperanza casi aterradora
de que quizás él no fuera tan malo como parecía.
Pobre
cabeza hueca.
*
—Vete.
—Es
mi último aviso, cara de ángel. Dentro de tres minutos nos vamos.
Jaejoong
abrió los ojos lo justo como para echarle una ojeada al reloj y ver que eran
las cinco de la madrugada. No pensaba ir a ninguna parte a esas horas, así que
se acurrucó aún más bajo las mantas y volvió a dormirse. Lo siguiente que supo
fue que Yunho lo cogía en brazos.
—¡Eh!
—gritó. —¿Qué haces?
Sin
decir ni una palabra, Yunho lo sacó al gélido aire matutino, lo metió dentro de
la cabina de la camioneta y dio un portazo. La fría tapicería de vinilo contra
sus piernas desnudas espabiló a Jaejoong de golpe y le hizo recordar que sólo
llevaba puesto una camiseta y bóxer azul. Él subió por el otro lado y unos
instantes más tarde abandonaban el lugar.
—¿Cómo
has podido? ¡Sólo son las cinco de la madrugada! ¡Nadie se levanta tan
temprano!
—Nosotros
sí. Tenemos que ir Gangwon-do.
Yunho
parecía bien despierto. Se había afeitado y se había puesto unos vaqueros y una
camisa roja. Él deslizó los ojos por las piernas desnudas de Jaejoong.
—Espero
que la próxima vez te levantes cuando te lo diga.
—¡No
estoy vestido! Tienes que dejarme coger la ropa. Y necesito delineador. ¡Mi
pelo...! ¡Tengo que lavarme los dientes!
Él
metió la mano en el bolsillo y sacó un aplastado paquete de chicles Dentyne.
Jaejoong
se lo arrebató, sacó dos y se los metió en la boca. Volvió a recordar los
acontecimientos de la noche anterior. Escudriñó la cara de Yunho buscando algún
rastro de resentimiento, pero no lo encontró. Estaba demasiado cansado y deprimido
para volver a discutir, pero si no le replicaba, parecería que se había rendido
y que hacía lo que él quería.
—Va
a ser duro para mí quedarme aquí después de lo que sucedió anoche.
—No
te iba a resultar fácil de todas maneras.
—Soy
tu esposo —dijo Jaejoong con voz queda— y también tengo mi orgullo. Anoche me
humillaste delante de todo el mundo y no me lo merecía.
Él
no dijo nada y, si no hubiera sido por la manera en que frunció los labios, Jaejoong
habría pensado que no lo había oído.
Se
sacó el chicle de la boca y lo guardó en el envoltorio.
—Por
favor, para y déjame coger mis cosas.
—Deberías
haberlo hecho antes.
—Estaba
dormido.
—Te
avisé.
—Eres
un robot. ¿Acaso no tienes sentimientos?
Jaejoong
tiró del bajo de la camiseta para taparse todo lo posible.
Yunho
bajó la mirada a los desnudos muslos de Jaejoong.
—Oh,
claro que tengo sentimientos. Pero no creo que sean los que tú quieres.
Jaejoong
siguió intentando bajarse la camiseta.
—Quiero
mi ropa.
—Te
desperté con tiempo de sobra para vestirte.
—Lo
digo en serio, Yunho. Esto no es divertido. Estoy casi desnudo.
—De
eso ya me doy cuenta.
—¿Te
excito? —preguntó Jaejoong bruscamente a causa del sueño que tenía.
—Sí.
Eso
sí que no se lo esperaba. Había pensado que él le respondería con su habitual
desdén. Al recobrarse de la sorpresa, le lanzó una mirada feroz.
—Vaya...
qué pena. Porque yo no siento ningún interés por ti. Por si no lo sabías, el
cerebro es el órgano sexual más importante, y mi cerebro no está interesado en
hacer nada contigo.
—¿Tu
cerebro?
—Tengo
cerebro, ¿sabes?
—Jamás
lo he dudado.
—¿Cómo
qué no? No soy estúpido, Yunho. Puede que mi educación no fuera demasiado
convencional, pero te aseguro que fue muy completa.
—Tu
padre no está de acuerdo.
—Lo
sé. Le gusta decir a todo el mundo que soy un inculto porque mi madre me sacaba
del colegio cada dos por tres. Pero cada vez que Jessica hacía un viaje
interesante, me llevaba con ella si creía que podría ser beneficioso para mí.
Algunas veces pasaban meses antes de que regresara al colegio. A veces, ni
siquiera volvía, pero ella se aseguraba de que siguiera estudiando.
—¿De
qué manera?
—Siempre
le pedía a quienquiera que fuera a visitarla o pasara algún tiempo con ella, que me enseñara algo de provecho.
—Pensaba
que tu madre sólo trataba con estrellas de rock.
—Aprendí
bastante sobre alucinógenos.
—Me
lo imagino.
—Pero
también estábamos con otro tipo de gente. Fue la princesa Margarita la que me
enseñó todo lo que sé sobre la historia de la familia real británica.
Él
clavó los ojos en Jaejoong.
—¿Hablas
en serio?
—Claro.
Y no fue la única. Crecí rodeado de gente famosa. —Jaejoong no quería que Yunho
pensara que se estaba jactando, así que omitió mencionar la espectacular
puntuación que había obtenido en las pruebas de acceso a la universidad. —Te
agradecería que dejaras de poner en duda mi inteligencia. Si en cualquier
momento te apetece hablar de Platón, estoy dispuesto.
—He
leído a Platón —dijo él a la defensiva.
—¿En
griego?
Tras
eso, viajaron en absoluto silencio hasta que, finalmente, Jaejoong se quedó
dormido. En sueños buscó una posición más cómoda y acabó apoyándose en el
hombro de Yunho.
Jaejoong
olía a un perfume dulce y caro, como a esencia de flores silvestres en una
joyería.
Jaejoong
tenía razón sobre lo que había ocurrido la noche anterior. Se había portado
como un tonto. Pero era porque lo habían cogido por sorpresa. No quería que se
celebrara algo que no tenía ninguna importancia. Si él no tomaba precauciones,
él se tomaría ese matrimonio muy en serio.
Pensó
que nunca había conocido a un hombre con tantas contradicciones. Jaejoong había
dicho que él era como un robot sin sentimientos, pero se equivocaba. Claro que
tenía sentimientos. Sólo que no eran los que él quería; la vida le había
enseñado a Yunho que era incapaz de tenerlos.
Se
dijo a sí mismo que tenía que prestar atención a la carretera, pero no pudo
resistirse a mirar hacia abajo, al cálido y delgado cuerpo que se acurrucaba
contra él. Jaejoong tenía las piernas recogidas sobre el asiento y, finalmente,
había perdido la batalla contra la camiseta que se le había subido y mostraba
la suave curva interior del muslo. Los ojos de Yunho cayeron sobre el lindo
bóxer azul. Cuando el calor se le concentró en la ingle, apartó la mirada
enfadado consigo mismo por someterse a esa tortura. «Dios, era tan hermoso.»
Y
además era tonto y mimado, y más superficial de lo que nadie podía imaginar.
Nunca había conocido a un hombre que se pasara tanto tiempo delante del espejo.
Pero a pesar de todos esos defectos, Yunho tenía que admitir que Jaejoong no
era el joven egoísta y egocéntrico que él había creído que era. Poseía una
inesperada y perturbadora dulzura que lo hacía parecer más vulnerable de lo que
él quería.
Cuando
Jaejoong salió de los servicios del bar de carretera donde le acababa de pedir
un cigarrillo a una señora, vio que Yunho estaba ligando de nuevo con una
camarera. Aunque él le había dejado claro que no tenía intención de tomarse en
serio su matrimonio, verlo actuar de esa manera lo deprimió. Cuando lo observó
asentir con la cabeza a algo que le había dicho la camarera, Jaejoong se dio
cuenta de que su marido le estaba dando la excusa perfecta para ignorar los
votos matrimoniales. La horrible escena de la tarta y lo que él había dicho
después deberían haberlo liberado de su compromiso. Él no tenía intención de
mantener los votos, ¿por qué tendría que hacerlo él?
Porque
su conciencia no le ofrecía otra opción. Reunió valor y, componiendo una
sonrisa, se dirigió hacia el reservado de vinilo naranja. Ni la camarera ni Yunho
le prestaron atención cuando se deslizó en el asiento. Una tarjeta
identificativa con forma de tetera indicaba que la chica se llamaba Tracy.
Estaba muy maquillada, pero no se podía negar su belleza. Y Yunho parecía un
hombre encantador que le ofrecía una amplía y perezosa sonrisa y una mirada
apreciativa.
Por
fin él pareció darse cuenta de la presencia de Jaejoong.
—¿Ya
de vuelta, hermanito?
«¡Hermanito!»
Él
le dirigió una sonrisa desafiante. —Tracy y yo estamos conociéndonos.
—Estoy
tratando de convencer a tu hermano de que me espere —dijo Tracy. —Termino el
turno en una hora.
Jaejoong
supo que si no ponía fin a ese tipo de cosas de inmediato, Yunho pensaría que
podía ignorar alegremente sus responsabilidades durante seis meses. Se inclinó
hacia delante y le dio a la camarera una palmadita en la mano que tenía apoyada
en la mesa.
—Eres
una buena chica, cariño. Se ha mostrado muy tímido con las mujeres desde que le
diagnosticaron ese problema médico. Yo no hago más que decirle que los
antibióticos hacen milagros y que no debe preocuparse por esas molestas enfermedades
de transmisión sexual.
La
sonrisa de Tracy vaciló. Clavó los ojos en Jaejoong, luego en Yunho y
palideció.
—El
jefe me echará una bronca si hablo demasiado tiempo con los clientes. Tengo que
irme. —Se alejó apresuradamente de la mesa.
La
taza de café de Yunho tintineó sobre el platillo.
Jaejoong
se enfrentó a él.
—Ni
se te ocurra decir nada, Yunho. Hemos hecho unos votos sagrados.
—Pero
yo no creo en ellos.
—Eres
un hombre comprometido. Y los hombres comprometidos no ligan con las camareras.
Por favor, procura no olvidarlo.
Él
le gritó de vuelta a la camioneta, insultándolo con palabras tales como
«inmaduro», «egoísta» o «intrigante». Sólo se calló cuando se pusieron en
marcha.
Habían
recorrido en silencio casi dos kilómetros cuando Jaejoong creyó oír lo que
parecía una risita ahogada, pero cuando lo miró, vio la misma cara severa y
seria de siempre. Como sabía que el alma coreana del oscuro Oh Yunho no
poseía ni la más mínima pizca de sentido del humor, dio por hecho que se había
equivocado.
Jaejoong no es ningún cabeza hueca, Yunho ahora lo sabe ** va descubriendo nuevas virtudes en Jae *.*
ResponderBorrarYunho se va dando cuenta poco a poco que jae es un chico maravilloso, es encantador y jae xD me mata de risa en las cosas que se inventa para quitar de encima a las mujeres que le coquetean con yunho, es una maravilla! ♡
ResponderBorraryunho tiene sus razones para ser a si pero es muy duro con mi niño uuuuu ¡¡¡ gracias por el capitulo
ResponderBorrarjajajaja ese JJ todo un flojillo~ xD aunque a Yunho bien que le encanta molestarlo xD es tan divertido esas partes de la historia¡¡ y poco a poco yunho va cayendo en la hermosa personalidad de JJ quien lo imaginaria tan culto y poliglota el niño :3 hermoso hermoso¡¡¡ y bueno adoro esa parte de los coqueteos con las camareras jajajajajajaja ese JJ se pasa con cada cosa que inventa jajajajaja
ResponderBorrarJaejoong siempre asustando alas tias q qiere ligarse yunho xD eso esta bien. Pero me da pena q yunho sea tan frio. /;
ResponderBorrarYunho, Jae es una persona muy inteligente date cuenta de ello, además en su forma rápida de pensar de como alejar a las que quieres conquistar, jajajaja
ResponderBorrarjaja oh... Jae saca de su autocontrol a yunnie, y con lo ultimo de la pequeña risita me lo asegura mejor .. no creo que a este yunho lo vean mucho sonriendo asi que veamos que mas pasa con la parejita
ResponderBorrara jaejoong le cuesta un montón despertarse temprano lo entiendo me pasa lo mismo que el U.U
ResponderBorrarjaejoong sabe Griego?! O.o
me da risa como jaejoong ahuyenta a la chicas que coquetean con yunho es muy ingenioso XD!
yunho tiene que tener mas paciencia y ser mas amable con jae :(
Muy corto este capítulo
ResponderBorrarAmo a jae..pero pobre jaja
Jae me enamora siempre, y Yunho que se crei jaja Jae entro en su juego pero el termino mal ante la camarera jaja...hay Yunho no lo quieres ver pero Jae es mas que alguien bonito, es alguien valiente y muy muy inteligente...Jae desea amor <3
ResponderBorrarJae y esa manera tan suya de espantar a toda aquella que se meta con YH ^=^
ResponderBorrarjajajjajajajaj estuvo buena esa Jae~ jajajajajajajajja al yunho le gusto la gusto lo que hizo jae.. yo lo se xD
ResponderBorrarEse Jae como se las ingenia para espantar a las camareras que andan coqueteandole a YunHo y este bien que les sigue la corriente, sólo se va un rato Jae y ya le quieren bajar a su hombre, igual se sigue justificando con sus "votos sagrados" que inocente. <3
ResponderBorrarYunho se va dando cuanta que Jae no es ningún cabeza hueca como le hizo creer a Yesung, a pesar de que siempre andaba con Jessica el no es ningún tonto, pobre Jae otra vez lo levantaron a las 5 am y Yunho no lo dejo vestirse, me encanta cada cosa que inventa Jae para ahuyentar las camareras de Yunho y todo por los votos que hicieron.
ResponderBorrarEsas ideas de Jae pata espantar moscas son geniales, tomare nota de ello :3
ResponderBorrarahhh Jae sta sufrinedo, de verdad tanta cosa que le pasa jajja
ResponderBorraraunqe me encanta cuando espanta alas camareras XD
y ese yunho eish me dan ganas de golpearlo
pero jae recuerda que tus votos son sagrados y claro que creo
que tienes un coeficiente intelectual superior kyaa me encanta el fic XD
jajajajaj hay JJ como le espanta las zorras ejem digo las camareras a yunho xD
ResponderBorrarel defiende lo q es suyo e,e asdasda a yunho le hace gracia como actua pero creo q no esta dispuesto a admitirlo aun :3
me encanta Jae cuando ve que YUNHO coquetea con la camarera ,saca la fiera que lleva en él e inventa cada historia para ahuyentar a la zorra de Yunho que me mato de risa. Yunho tendrá que aprender que su marido es más inteligente de lo que piensa.
ResponderBorrarJae toma muy en serio sus votos matrimoniales
Yunhito va cayendo lentamente por Jae y lo peor no se dará cuenta por un tiempo largo.
gracias
Jajajajajaj los celos de Jae me encantan, que le jale la correa a yunnie!!!!! como siempre hay zorras queriendose meter entre el YJ, peroooo no se podra omma jae no lo permitira jejejejeje....Gracias por el cap.
ResponderBorrarlo sabia yunho muy macho y todo pero no puede resistirse a ,los encantos de jae ....me encannto la parte donde jae presume sus conocimientos ...yunho: he leido platon .. jae: en griego? ...plop ...XD...hay yunnie los votos saagrados ps son los votos sagrados ...como que jae es tu hermanito..luego cuando venga y te lo quite ..te vas arrepentir por rechazarlo ..jae hizo bien ...=P
ResponderBorrarMe encanta como jae espanta a esas camareras jajajaja es muy gracioso
ResponderBorrarGracias por el cap^^
eso jae demuestrale que no eres ningun caeza hueca
ResponderBorrarMmmm espero que jae tenga algun admirador a ver si yunho no tiene ninguna pixca de celos :-P
Hahaha me encanta como Jae marca su territorio aunq no estaría mal que le dé a yunho una probada de su propio chocolate
ResponderBorrarMe encanta Jae alejando a las camareras, el dia que no lo haga
ResponderBorrarrealmente estará triste, y alli veremos a Yunho preocupado xD
eso es jae pon en su lugar a el coqueto de yunho que no termina de entender que te debe de respetar pues enséñale como lo haces entender sino entiende a las buenas entonces ala mala pero de que se educa se educa o que se atenga a un muy molesto jae
ResponderBorrarHey~ Pero Jae se buscó que Yunho lo sacara de la caravana medio desnudo, es un flojillo ese muchacho cx
ResponderBorrarY a Yunho le excita Jae rwr No lo culpo :a
Hahaha Jae va a volver loco a Yunho si sigue alejando de esa manera a las meseras X) Pero esta bien, ahora Yunho es de Jae :-P
Quien a dicho que Jaejoong no sea inteligente si cada camarera que quiere ligar yunho la espanta tan cordialmente es un genio oh ambos se estan conociendo poco a poco jejeje que interesante se esta volviendo
ResponderBorrarOtra q sale volando jajajajaj
ResponderBorrarVaya vaya... Que se siente Jung Yunho... Te encontraste con la horma de tu zapato...jajaja, pues si si querido Jae es único y auténtico, a que no te esperabas esta, pues si cariño Jae es dulce inocente y vas a amarlo tal y como es.
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