Durante
los meses de junio y julio, el circo de los Hermanos siguieron de gira. Algunas
veces seguían el curso de un río. Actuaron en pueblos pequeños que habían sido
olvidados por los circos grandes, pueblos mineros con las minas cerradas,
pueblos con molinos abandonados, pueblos con fábricas clausuradas. Los circos
más famosos podían haber olvidado a la gente común, pero el de los Hermanos
Quest la recordaba y la función continuaba.
La
primera semana de agosto, el circo llegó a Tokio y Jaejoong nunca había sido
más feliz en su vida. Cada día era una aventura. Se sentía como si fuera una
persona diferente: fuerte, confiado y capaz de defenderse por sí mismo. Desde
la fuga de Sinjun se había ganado el respeto de los demás y ya no lo trataban
como a un pario. Las showgirls intercambiaban chismes con él y los payasos le
pedían opinión sobre los trucos nuevos.
Brady
lo buscaba para hablar de política y lo ayudaba mejorar el tono muscular
con las pesas. Y Krystal pasaba un rato con él todos los días salvo que
estuviera Yunho cerca.
—¿Has
estudiado psicología? —le preguntó Krystal una tarde a principios de
agosto cuando estaban almorzando en el McDonald's de un pueblo donde estaban
actuando.
—Durante
unos meses. Tuve que abandonar el colegio antes de terminar el curso. —Jaejoong
cogió una patata frita, la mordisqueó y luego la dejó donde estaba. La comida
frita no le sentaba bien últimamente. Se puso la mano sobre el vientre y se
obligó a concentrarse en lo que Krystal decía.
—Creo
que estudiaré psicología. Lo digo porque, después de todo lo que he pasado,
creo que podría ayudar a bastantes niños.
—Seguro
que sí.
Krystal
parecía preocupada, algo raro en ella. Sin embargo, la menuda adolescente se
mostraba animada cuando estaba con él. Aunque Jaejoong sabía que el tema del
dinero robado le pesaba en la conciencia, la joven jamás lo había mencionado.
—¿Te
ha dicho Yunho algo de...? ¿Se ha reído de lo tonta que fui y todo eso?
—No,
Krystal. Te aseguro que ni siquiera ha vuelto a pensar en ello.
—Cada
vez que me acuerdo de lo que hice me muero de vergüenza.
—Yunho
está acostumbrado a que las mujeres se le echen encima. Si te digo la verdad, no
creo que se acuerde siquiera.
—¿De
veras? Creo que sólo lo dices para que me sienta mejor.
—Le
caes genial, Krystal. Y te aseguro que no cree que seas tonta.
—Parecías
muy cabreado cuando nos encontraste juntos.
Jaejoong
contuvo una sonrisa.
—No
es muy agradable para un hombre ver como una chica va detrás de su hombre.
Krystal
asintió con aire de entendida.
—Sí.
Pero, Jaejoong, no creo que Yunho le echara un polvo a nadie que no fueras tú.
Te lo juro. Les he oído comentar a Jill y a Madeline que ni siquiera las mira
cuando toman el sol en biquini. Creo que les jode mucho.
—Krystal...
—Lo
siento, les fastidia mucho. —Desmigó distraídamente la corteza del pan. —¿Puedo
preguntarte una cosa? Es sobre... bueno... sobre cuando se mantienen relaciones
sexuales y todo eso. Lo que quiero decir es, ¿no se siente vergüenza?
Jaejoong
se dio cuenta de que Krystal se había estado mordiendo las uñas y supo que no
era porque le preocupara el tema del sexo, sino porque sentía remordimientos de
conciencia.
—Cuando
es correcto, no da vergüenza.
—Pero
¿cómo sabes cuándo es correcto?
—Hay
que dar tiempo al tiempo y conocer bien a la otra persona. Krystal, deberías
esperar hasta estar casada.
Krystal
puso los ojos en blanco.
—Ahora
nadie espera hasta estar casado.
—Yo
lo hice.
—Sí,
pero tú estás algo...
—¿Algo
zumbado?
—Sí,
pero eres muy majo. —Krystal abrió los ojos como platos y mostró el primer signo
de animación en semanas. Dejó su refresco sobre la mesa. —¡Oh, Dios! ¡No mires!
—¿Mirar qué?
—La
puerta. Acaba de entrar aquel chico que estuvo hablando conmigo ayer. Oh,
Dios... qué bueno está...
—¿Quién
es?
—El
que está en la caja. ¡No mires! Lleva un chaleco negro y pantalones cortos.
Vale, mira deprisa, pero que no te pille haciéndolo.
Jaejoong
observó el área de las cajas con el mayor disimulo que pudo. Vio a un
adolescente estudiando el menú. Era de la edad de Krystal, con un espeso cabello
castaño y una expresión adorablemente bobalicona en la cara. Jaejoong estaba
contento de que, por fin, Krystal actuara como una adolescente normal y no como
si cargara el peso del mundo sobre sus hombros.
—¡Ay,
Dios! ¡Me va a ver! —gimió Krystal. — ¡Oh, joder! Mi pelo...
—No
digas palabrotas. Y estás estupenda.
Krystal
hundió la cabeza y Jaejoong supo que el chico se estaba acercando.
—Hola...
Krystal
ganó tiempo revolviendo el hielo de la Coca-Cola antes de levantar la vista.
—Hola...
Los
dos se ruborizaron a la vez y Jaejoong supo que ambos estaban pensando algo
brillante que decir. Fue el chico quien habló primero.
—¿Qué
hay de nuevo?
—Nada.
—¿Estarás
hoy por aquí? Digo..., me refiero, en el circo.
—Sí.
—Vale,
entonces iré a verte.
Otra
larga pausa, esta vez rota por Krystal.
—Éste
es Jaejoong. Puede que la recuerdes de la función. Es mi mejor amigo. Jaejoong, éste es Kevin.
—Hola,
Kevin.
—Hola.
Me... esto... me gustaste en la función.
—Gracias.
Habiendo
agotado ese tema de conversación, Kevin se volvió hacia Krystal.
—Jeff
y yo, no lo conoces, pero es un buen tipo... pensábamos pasarnos por allí.
—Vale.
—Quizá
nos veamos.
—Sí.
Estaría genial.
Silencio
—Vale,
hasta luego.
—Hasta
luego.
Cuando
el chico se fue, una expresión soñadora apareció en la cara de Krystal, seguida
casi de inmediato por una de incertidumbre.
—¿Crees
que le gusto?
—Es
evidente.
—¿Qué
hago si me invita a salir esta noche entre las funciones o algo por el estilo? Sabes
que papá no me dejará ir.
—Tendrás
que decirle la verdad a Kevin. Que tu padre es muy estricto y no te va a dar
permiso para salir con nadie hasta que cumplas los treinta.— De nuevo, Krystal
puso los ojos en blanco, pero Jaejoong no lo dejó pasar.
Consideró
el dilema de Krystal. Era bueno que la chica tuviera un ligue, incluso uno de
doce horas. Necesitaba comportarse como una adolescente normal en lugar de
parecer que hacía penitencia. Jaejoong era consciente de que Krystal tenía
razón: Brady se negaría.
—¿Y
si le enseñas el circo? Eso le gustaría. Y luego puedes sentarte junto a las
camionetas donde tu padre pueda verte sin que por ello pierdas tu intimidad.
—Eso
no funcionará.— Krystal arrugó la frente con preocupación. —¿Por qué no hablas
con mi padre y le dices que no me humille delante de Kevin?
—Hablaré
con él.
—Que
no diga ninguna estupidez delante de Kevin, Por favor, Jaejoong.
—Haré
lo que pueda.
Krystal
ladeó la cabeza y pasó el dedo índice por el envase vacío. Hundió los hombros
de nuevo, y Jaejoong notó que volvía a caer la sombra de la culpabilidad sobre
ella.
—¡Cuando
pienso en lo que te hice me siento... una mierda! Quiero decir fatal. —Levantó
la vista. —Sabes que siento muchísimo lo que hice, ¿verdad?
—Sí.
—Jaejoong no sabía cómo ayudarla. Krystal había intentado compensarlo de todas
las maneras posibles. Lo único que no había hecho era decirle la verdad a su
padre, y Jaejoong no quería que lo hiciera. La relación de Krystal con Brady ya
era muy difícil y eso sólo empeoraría las cosas.
—Jaejoong,
jamás hubiera... Me refiero a lo que pasó con Yunho, fue algo muy inmaduro. Él
había sido muy amable conmigo, pero nunca había intentado ligármelo ni nada
parecido, si es eso lo que te preocupa...
—Gracias
por decírmelo. —Jaejoong se dedicó a recoger los restos de comida para que
Krystal no lo viera sonreír.
La
adolescente arrugó la nariz.
—Sin
intención de ofender, Jaejoong, puede que sea muy sexy, pero es viejo.
Jaejoong
casi se atragantó.
Krystal
miró a las cajas, donde Kevin estaba recociendo su pedido.
—Está
buenísimo.
—¿Yunho?
Krystal
pareció horrorizada.
—¡No,
no! ¡Kevin!
—Ah,
bueno. Yunho no es Kevin, eso seguro.
Krystal
asintió con gravedad.
—Eso
seguro.
Esta
vez Jaejoong no pudo evitarlo. Se echó a reír y, para su deleite, Krystal lo
imitó.
Cuando
regresaron al recinto, Krystal salió disparada para ensayar con Sully. Jaejoong
desempaquetó las compras que había hecho y apartó la comida de los animales,
agradeciendo para sus adentros que Yunho nunca protestara por los extras en la
factura del supermercado. Ahora que sabía que sólo era un pobre profesor
universitario había intentado controlar los gastos, pero antes ahorraría en su
propia comida que en la de los animales.
Siguiendo
la rutina diaria, se acercó a los elefantes y saludó a Tater. Él lo siguió hasta
las jaulas de las fieras.
Sinjun
solía ignorar al elefantito, pero esta vez alzó la cabeza con orgullo y miró a
su rival con arrogante condescendencia.
«Jaejoong
me ama, molesto infante, no lo olvides.» Lollipop y Chester estaban atados
fuera de la carpa y Tater se acomodó en el lugar de costumbre, donde le
esperaba un fardo de heno limpio. Jaejoong se acercó a Sinjun y metió la mano
entre los barrotes para rascarle detrás de las orejas. Como no era un cachorro,
Jaejoong no lo arrullaba como hacía con los demás.
A Jaejoong le
encantaba el tiempo que pasaba con los animales. Sinjun había mejorado bajo sus
cuidados; su pelaje naranja oscuro tenía ahora un brillo saludable. Algunas
veces, casi de madrugada, cuando todo estaba silencioso y desierto, Jaejoong
abandonaba su confortable lugar junto a Yunho y se acercaba a la jaula de
Sinjun, le abría la puerta y dejaba que el enorme felino vagara libre un rato.
Mientras
retozaban juntos en la hierba húmeda de rocío, Sinjun mantenía sus garras
cuidadosamente enfundadas. Jaejoong se mantenía ojo avizor por si aparecía
algún otro madrugador. En ese momento, mientras acariciaba al animal, sintió
que lo envolvía una sensación de letargo.
Sinjun
lo miró profundamente a los ojos.
«Díselo.»
«Lo haré.»
«Díselo.»
«Pronto, muy
pronto.»
¿Cuánto
tiempo pasaría antes de que sintiera la nueva vida que crecía en su vientre? No
podía estar embarazado de más de seis semanas, así que aún pasaría un tiempo.
No se había saltado ni una sola píldora, por lo que al principio había
atribuido los síntomas al cansancio. Pero la semana anterior, tras vomitar en
el cuarto de baño, se había comprado un test de embarazo y había descubierto la
verdad.
Jugueteó
con una de las orejas de Sinjun. Sabía que tenía que decírselo a Yunho, pero
aún no estaba preparado. Sabía que su marido se enfadaría —Jaejoong no se
encañaba al respecto, —pero en cuanto se acostumbrara a la idea, él mismo se
aseguraría de que aquello lo hiciera feliz. «Y
le haría feliz», se dijo a sí mismo firmemente. Yunho lo amaba. Aunque
todavía no lo hubiera admitido. Y amaría a su bebé.
Si
bien él todavía no había dicho las palabras que él necesitaba escuchar, Jaejoong
sabía que Yunho albergaba profundos sentimientos hacia él. ¿Qué otra cosa si no
provocaría la ternura que veía reflejada en sus ojos de vez en cuando o la
satisfacción que parecía irradiar de él cuando estaban juntos? A veces le
resultaba difícil recordar lo raro que solía ser que él se riera cuando lo
había conocido.
Sabía
que a Yunho le gustaba estar con él. Al vivir en una pequeña caravana y gracias
a los interminables kilómetros que hacían en la camioneta casi todas las
mañanas, pasaban más tiempo juntos que la mayoría de los matrimonios y, a pesar
de ello, todavía lo buscaba durante el resto del día para compartir con él
cualquier cosa, para comentarle cualquier problema que hubiera surgido en la
localidad en la que estaban o simplemente darle una rápida palmadita posesiva
en el trasero. La comida diaria entre la matinée y las funciones nocturnas se
había convertido en un ritual importante para los dos. Y por la noche, tras el
trabajo, hacían el amor con una pasión y una libertad que nunca hubiera creído
posible.
Ya
no podía imaginar la vida sin él. Por otro lado Yunho había dejado de mencionar
el divorcio, señal de que tampoco él podía imaginárselos separados. Por ese
motivo Jaejoong aún no le había contado lo del bebé. Simplemente quería darle
un poco más de tiempo para que se acostumbrase a amarlo.
A
la mañana siguiente todo se fue al garete. Yunho se despertó un poco después de
que él hubiera salido de la cama y lo descubrió en el descampado detrás de las
caravanas jugando con Sinjun. Dos horas más tarde todavía seguía cabreado con
él.
Esa
mañana le tocaba conducir a Jaejoong. Habían comenzado a turnarse cuando Yunho
se dio cuenta de que Jaejoong no iba a destrozar la camioneta y de que le
encantaba conducir.
—Debería
haber conducido yo esta mañana —dijo él. —Así habría tenido las manos ocupadas
y no tendría que pensar en dónde meterlas para no estrangularte.
—Ya
está bien, Yunho, relájate.
—¿¡Que
me relaje!? ¿Estás de coña?
Jaejoong
lo fulminó con la mirada. Él lo miró furioso.
—Prométeme
que no volverás a soltar a Sinjun.
—No
estábamos en un pueblo y no había ni un alma en los alrededores, así que deja
de preocuparte.
—Eso
no parece una promesa.
Jaejoong
contempló los campos que se extendían a ambos lados de la carretera.
—Te
has fijado que Jack y Jill pasan mucho tiempo juntos últimamente. ¿No sería
gracioso que se casaran? Lo digo por esa serie de televisión que se llama así.
—No
intentes cambiar de tema y prométeme que no volverás a ponerte en peligro.
—Tomó un largo sorbo de café de la taza que agarraba firmemente con la mano.
—¿De
verdad crees que Sinjun me haría daño?
—No
es un gato doméstico, por mucho que te empeñes en creer lo contrario. Los
animales salvajes son imprevisibles. No vuelvas a dejarlo suelto, ¿me has
entendido? De ninguna manera.
—Te
he hecho una pregunta. ¿Crees que me haría daño?
—No
a propósito. Es evidente que está loco por ti, pero la historia del circo está
llena de animales dóciles que se volvieron contra sus domadores. Y Sinjun ni
siquiera es dócil.
—Está
conmigo y odia la jaula. De verdad. Ya te he dicho que nunca lo dejo salir si
estamos cerca de una zona habitada. Y ya viste por ti mismo que no había nadie
cerca esta mañana. Si hubiera habido alguien, no le hubiera abierto la puerta.
—Como
no volverás a dejarlo libre, nada de esto tiene importancia. —Yunho se terminó
el café y colocó la taza en el suelo de la camioneta. — ¿Qué ha sucedido con el
hombre con el que me casé? ¿El que creía que la gente civilizada no se
levantaba antes de las once?
—Se
casó con un tipo del circo.
Jaejoong
oyó aquella profunda y entrecortada risa, y devolvió la atención a la
carretera. Sabía que a Yunho le preocupaba que hubiera dejado suelto a Sinjun y
esperaba que no se diera cuenta de que no le había prometido nada.
Krystal
cerró la puerta de la Airstream de su padre y salió al fresco de la noche.
Llevaba puesto un camisón amarillo de algodón con un dibujo de Garfield, y los
pies desnudos se le hundieron en la hierba húmeda. El circo ya había sido
desmontado, pero ella se sentía demasiado mal consigo misma como para prestar
atención a la familiar visión. Clavó la mirada en su padre, que estaba sentado
junto a la puerta del Airstream en una silla azul y blanca mientras fumaba el
único cigarrillo que se permitía a la semana.
Por
una vez no había ninguna mujer rondándolo. Ni las showgirls ni las jóvenes del
lugar que siempre le perseguían. La idea de que su padre practicara el sexo le
repelía, pero sabía que era irremediable. Por lo menos era discreto, que era
más de lo que podía decir de sus hermanos. Su padre siempre les reñía por decir
obscenidades cerca de ella.
Brady
todavía no la había visto y la brasa del cigarrillo brilló cuando dio otra
calada. Krystal apenas había comido nada en la cena, pero sentía como si fuera
a vomitar sólo de pensar en lo que tenía que hacer esa noche. Ojalá pudiera
taparse las orejas y ahogar por completo la voz de su conciencia, pero cada día
era más fuerte. La atormentaba de tal manera que ni siquiera podía dormir por
la noche y no lograba retener la comida en el estómago. Guardar silencio se
había convertido en un castigo peor que decir la verdad.
—Er...
¿puedo hablar contigo un momento, papá? —hizo la pregunta como si tuviera una
rana enorme en la garganta y croara en vez de hablar.
—Pensaba
que estabas dormida.
—No
puedo dormir.
—¿Otra
vez? ¿Qué te pasa últimamente?
—Es
que... —Krystal se retorció las manos. Brady se iba a enfadar cuando se lo
dijera, pero no podía seguir así, sabiendo que le había jodido la vida a Jaejoong
y sin hacer nada para remediarlo.
—¿Qué
te pasa, Krystal? ¿Todavía te preocupa que se te haya caído el aro esta noche?
—No.
—Bien,
porque no deberías preocuparte por eso. Aunque deberías concentrarte más. Cuando
Matt y Rob tenían tu edad...
—¡No
soy ni Matt ni Rob!— Estalló. —¡Siempre Matt y Rob! ¡Matt y Rob! ¡Ellos son perfectos
y a mí todo me sale mal!
—No
he dicho eso.
—Es
lo que piensas. Siempre me comparas con ellos. Si hubiera venido a vivir
contigo después de morir mamá en vez de quedarme con tía Taeyeon, ahora lo
haría mejor.
Brady
no se enfadó sino que se frotó el brazo y ella supo que le molestaba la
tendinitis.
—Krystal,
hice lo que era mejor para ti. Ésta no es una vida fácil.
—Me
gusta vivir así. Me gusta el circo.
—No
me entiendes.
Krystal
se sentó en una silla a su lado porque era más fácil hablar si estaba a la
misma altura que él. Ése había sido el mejor y el peor verano de su vida. La
mejor gracias a Jaejoong y a Sully. Aunque no se llevaban bien entre sí, los
dos se preocupaban por ella. Si bien nunca lo reconocería ante Jaejoong, le
gustaba que le riñera por decir palabrotas, fumar y hablar de sexo. Jaejoong
era gracioso y no tenía ni pizca de arrogancia, siempre te estaba acariciando el
brazo y cosas por el estilo.
Sully
se preocupaba por ella de otra manera. La defendía cuando sus hermanos se
comportaban de manera aborrecible, y se aseguraba de que comiera cosas sanas en
vez de comida basura. La ayudaba a ensayar y nunca le gritaba, ni siquiera
cuando no lo hacía bien. Sully tenía buen corazón, siempre la peinaba o le
corregía la postura, o le daba una palmadita de ánimo cuando terminaba la
actuación.
Conocer
a Kevin la semana anterior también había sido genial. Habían prometido
escribirse. Aunque no la había llegado a besar, estaba segura de que había
querido hacerlo.
Todo
lo demás había sido horrible. Se había humillado ante Yunho y aún se ruborizaba
cuando pensaba en ello. Su padre siempre parecía disgustado con ella. Pero lo
peor de todo era lo que le había hecho a Jaejoong, algo tan horrible que su
conciencia no le dejaba vivir ni un minuto más sin confesarlo.
—Papá
tengo que contarte algo. —Se agarró las manos con fuerza. —Algo muy malo.
Él
se puso rígido.
—No
estarás embarazada, ¿no?
—¡No!
—Krystal se ruborizó. —¡Siempre piensas lo peor de mí!
Brady
se hundió en la silla.
—Lo
siento, cariño. Es que te haces mayor y eres muy guapa. Estoy preocupado por
ti.
Era
lo más agradable que le había dicho en todo el verano, pero a ver qué decía
cuando confesara lo que había hecho. Quizá debería habérselo dicho a Sully
primero; no era a Sully a quien temía, sino a su padre. Las lágrimas hicieron
que le picaran los ojos, pero parpadeó para ahuyentarlas porque los hombres
odian las lágrimas. Matt y Rob decían que sólo lloraban las nenitas.
—Es
que hice algo... y ya no puedo callarlo por más tiempo.
Él
no dijo nada. Sólo la observó y esperó.
—Es...
es como si algo horrible estuviera creciendo en mi interior y no se detuviera.
—Tal
vez sea mejor que me lo cuentes.
—Yo...
—Tragó saliva. —El dinero... el dinero que todos pensaron que había robado Jaejoong...
—Las palabras salieron finalmente: —fui yo quien lo robó.
Por
un momento él no dijo nada, luego se levantó de un salto.
—¿¿¡¡Qué!!??
Krystal
levantó la mirada hacia su padre e incluso en la oscuridad de la noche pudo ver
su expresión furiosa. Se le cayó el alma a los pies, pero se obligó a
continuar.
—Fui
yo... Yo cogí el dinero y luego me colé en su caravana y lo escondí en su
maleta para que todos pensaran que lo había robado él.
—
¡No me lo puedo creer! —Brady comenzó a dar patadas a diestro y siniestro,
golpeando la pata de la silla sobre la que estaba sentada ella y haciendo que
se cayera. Antes de que tocase el suelo, él la agarró por el brazo y comenzó a
sacudirla. — ¿Por qué hiciste algo así? Maldita sea, ¿por qué mentiste?
Aterrada,
Krystal intentó zafarse de él, pero su padre no la soltó y la chica ya no pudo
contener las lágrimas.
—Quería...
quería que Jaejoong tuviera problemas. Fue...
—Eres
rastrera.
Volvió
a sacudirla.
—¿Sabe
Yunho algo de esto?
—No.
—Has
consentido que todos piensen que Jaejoong es un ladrón cuando fuiste tú. Me
pones enfermo.
Sin
ningún miramiento, la arrastró por el recinto. A Krystal le goteaba la nariz y
estaba tan asustada que comenzaron a castañetearle los dientes. Había sabido
que su padre se enfadaría con ella, pero no había imaginado hasta qué punto.
Rodearon
la caravana de Sully, y se dirigieron hacia la de Yunho y Jaejoong, que estaba
aparcada al lado. Con brusquedad, Brady levantó el puño y golpeó la puerta. Se
encendieron las luces del interior y Yunho abrió de inmediato.
—¿Qué
pasa, Brady?
La
cara de Jaejoong apareció por encima del hombro de Yunho y, cuando vio a
Krystal, pareció preocupado.
—¿Qué
ha pasado?
—Díselo
—le exigió su padre.
Krystal
se explicó entre sollozos.
—Fui
yo... fui yo quien...
—¡Míralos
a la cara mientras hablas! —Le cogió la barbilla y le alzó la cabeza, sin
lastimarla pero obligándola a mirar a Yunho a los ojos. Krystal quiso
morirse.
—¡Yo
cogí el dinero! —sollozó. —No fue Jaejoong. ¡Fui yo! Luego me colé en la caravana
y lo escondí en su maleta.
Yunho
se puso tenso y mostró una expresión tan parecida a la de su padre que Krystal
dio un paso atrás.
Jaejoong
soltó un grito ahogado. Aunque era un hombre pequeño logró apartar a Yunho a
codazos y bajar un escalón. Intentó abrazar a Krystal, pero su padre la apartó.
—No
te compadezcas de ella. Krystal ha sido una cobarde y será castigada por ello.
—¡Pero
no quiero que la castigues! Hace meses que pasó. Ya no importa.
—Cuando
pienso en todos los desaires que te hice...
—No
importa. —Jaejoong tenía la misma expresión testaruda que cuando sermoneaba a la chica por su lenguaje. —Esto es cosa mía, Brady. De Krystal y mía.
—Estás
equivocado. Krystal es carne de mi carne, mi responsabilidad, y nunca pensé que
llegaría el día en que me avergonzaría tanto de ella como ahora. —Miró a Yunho.
—Sé que es un problema del circo, pero te pido que dejes que me encargue yo
mismo de esto.
Krystal
se echó hacia atrás al ver la mirada escalofriante en los ojos de Yunho cuando
éste asintió con la cabeza.
—¡No,
Yunho! —Jaejoong intentó acercarse de nuevo a Krystal, pero Yunho lo atrapó
desde atrás.
Brady
la arrastró entre las caravanas sin decir ni una palabra. Krystal no había
estado tan asustada en toda su vida. Su padre nunca le había pegado, pero
claro, ella nunca había hecho nada tan malo.
Él
se detuvo en seco cuando Sully surgió de las sombras de su gran caravana RV. Llevaba puesta una bata verde de seda con estampados de aves y flores por todos
lados. Krystal se alegró tanto de verla que a punto estuvo de lanzarse en sus
brazos, pero la horrible mirada en los ojos de la dueña del circo le hizo darse
cuenta de que Sully lo había oído todo.
Krystal
sacudió la cabeza y comenzó a llorar de nuevo. Ahora Sully también la odiaba. Debería haberlo esperado, Sully odiaba el robo más que cualquier cosa.
Sully
habló con voz trémula:
—Quiero
hablar contigo, Brady.
—Más
tarde. Tengo que ocuparme de unos asuntos...
—Mejor
ahora. —Luego se dirigió a la chica: —Vete a la cama, Krystal. Tu padre y yo
hablaremos contigo a primera hora de la mañana.
—¿Y
a ti qué más te da? —quiso gritar Krystal. —Tú odias a Jaejoong. Pero sabía que
eso no importaba ahora. Sully era tan dura como su padre a la hora de seguir
las reglas del circo.
Su
padre la soltó, y Krystal huyó. Mientras corría a la seguridad de su
cama, supo que había perdido la última oportunidad de conseguir que su padre la
amara.
pobre krystal, su remordimiento pudo mas y confeso todo, que le harán ahora? :( como reaccionara yunho por no haber creído en jaejoong? muy buena esta adaptación, me encanta
ResponderBorrarQue bueno que Kristal al fin aceptó lo que hizo :)
ResponderBorrarpucha , uuu bueno krstsl tenia que de sir la verdad algun dia , gracias por el capitulo
ResponderBorrarhay por dios ya hasta habia olvidado que es mpreg¡¡ :O JJ esta embarazado¡¡ OMGSUN¡¡ dios dios dios no sé por que de repente siento tantos nervios por como reaccionara yunho espero que bien por favor diosito¡¡ que reaccione bien y pobre de krystal pero bueno tienen que asumir la responsabilidad de sus actos solo asi creces como persona :) me encanto el cap gracias¡¡
ResponderBorrarPor todos los celos jae esta embarazado, como reaccionara yunho, espero no arruine todo a lo que han llegado porque aunque no lo admita esta enamorado de jae cayo ante ese maravilloso ser, pobre krystal hizo bien por una parte en decirlo pero espero no le hagan daño aunque conociendo a su padre y sully que ahora le da la espalda, amo este fic, gracias por compartirlo ♡
ResponderBorrarAhora ya se sabe la verdad. Yunho dudo de jae y ahora sabe que nunca le mintio y decia la verdad.
ResponderBorrarpobre Kristal los remordimientos fueron mas fuertes que nada, y mas ante una persona que en vez de hacerle mal cuando lo supo al reves la trato bien. A ver que tal le va con el castigo que le impondrán.
ResponderBorrarOhhh...Por fin dijo la verdad
ResponderBorrarWuuuu jae embarazado Siiii!
Kristal ahora me da pena, su inmadurez a hecho que haga cosas sin sentido dañando a otros, pero después de todo la falta de cariño la orillo a eso ....Jae hazle caso a Sinjun dile a Yunho tal vez lo tome mal,,,o mejor dicho muy mal, por su forma de ser, pero mientras mas tardes será peor...eso presiento espero equivocarme
ResponderBorrarEs bueno que kristal confensara… pero meda penita #*#
ResponderBorrarkrystal no pudo mas con la consciencia y tuvo el volar de decirle a su papa me alegro por ella perooo..
ResponderBorrarque MIEDO..!! la reacción de su papa sabia que se iba a enojar pero no tanto :( ahora que pasara con ella que recibirá de castigo??
ya me comenzaba a caer bien por que se llevaba bien con jae U.U
Ahh que mal por krystal, no pense que su padre reaccionara así, pero al menos se dio cuenta de su error. Mientras tato jae embarazado uff esa si es una gran noticia
ResponderBorrarbebe yunjae pero ¡como lo tomará yunho?? espero que bien :S
Kristal no pudo mas y le dijo a su papa que fue ella la que robo el dinero y no Jae y Brady no reacciono bien que digamos espero que Sully la ayude, cual sera el castigo de Kristal??? por otro lado Jae esta embarazado como lo tomara Yunho ???
ResponderBorrarpor fin Kristal dijo la verdad. ahora tendrá que pagar las consecuencias.
ResponderBorrarJae embarazado?? ' y las píldoras que tomaba??? falllaron??cómo se lo tomará Yunho?? espero que no lo trate mal y le de mucho amor. Jae es un amor
daghdfghadkfghadkgkj OMG!! OMG!!! esta embarazado... como lo tomara yunho O.O
ResponderBorrarwow jae esta embarado eso si que es una bomba como reaccionara yunho al saberlo espero que no le hqga sufrir a jae
ResponderBorrarWooooo!!! Porfin krystal dijo la verdad...
ResponderBorrarMe encanta gracias por el cap^^
krystal dijo laverdad por fin ero me dio pena al momento en que todos la miraron asi pobrecita
ResponderBorrarBueno quería q se hiciera justicia con Jae pero no de esa forma pobre krystal pero lo inevitable tenía q suceder
ResponderBorrarPobre Krystal,pero era lo mejor, asi se salia la culpa, y estara en un futuro mas tranquila
ResponderBorrarpff ojala Yunho no se toma tan mal el embarazo,pobre Jae 3:
aaaaaaaaaaah jae sera papa esta esperando bebe solo espero que cuando yunho lo sepa no se moleste por eso y creo que le echara la culpa por no tomar la píldora solo que se la aya brincado
ResponderBorrarah yunho ni modo seras papa y creo que ya no ahí vuelta atrás solo tómalo con calma
ni modo krystal actuaste mal y apagar las consecuencias de tus actos
¡Jaejoong está embarazado! Uuuh~ Yunho no se va a tomar eso muy alegremente :/ Solo espero que no le haga daño a Jae ni al bebé pero son duda va a decir que fue culpa de Jae
ResponderBorrarQue bueno que Krystal se atrevió a decirle a su padre acerca del dinero robado, tiene que hacerse responsable por lo que hizo pero espero que su papá no tenga verdaderas intenciones de pegarlexc
Pobre Krystal el remordimiento no pudo kas espero que no sea tan cruel en castigarla...
ResponderBorrarPor otro lado omg Jaejoong esta embarazado kyaa y ahora como se lo dirá a Yu.ho hasta mi me da miedito espero que lo sepa aceptar y admita que tambien quiere a Jaejoong y no podría vivir sin el
Estoy muy feliz por Jae, un bebé está en camino espero que Yunho no demore nada en amar a su familia tiene que darse la oportunidad de reconocer su capacidad e American. Por otro lado siento pena por la niña, a esa edad la inmadurez nos gana y creo que a ella le espera un muy duro castigo, ya ha sufrido mucho la falta de amor de su padre.
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