Al Diablo con los Juegos Previos

Autora: J.M. Snyder
Proveedora: vitamin
Género: Humor, Romántico
Advertencia: Lemon
Adaptación: JadeJung
Resumen:

¿Cómo te sentirías cuando vuelves a ver a tu novio después de meses de separación? ¿Lo harías despacio y tiernamente o simplemente duro y rápido?

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Jaejoong veía su libro de biología abierto en su escritorio tratando de no pensar en el tiempo. Era viernes en la tarde y él no tendría clases hasta el martes en la mañana, con el largo fin de semana de tres días del descanso de otoño, y él estaba sólo leyendo el capítulo de las mitocondrias para mantener la excitación que recorría su cuerpo al mínimo. Tres días sin clases. Tres días sin Changmin, su compañero de cuarto, quien estaba empacando para irse a su casa por los días libres. Tres días para él mismo, finalmente solo, sin la constante presencia de alguien en el cuarto, escuchando cuando habla por teléfono, viéndolo teclear en la computadora, siempre ahí, siempre estudiando…

Mierda, llevaba solo dos meses de su primer año en Goyankjj y ya no sabía si terminaría vivo el semestre. Sus clases le pateaban el culo, su compañero de cuarto era molesto como el infierno, la comida de la cafetería apestaba, ni siquiera había salido del campus en semanas. Odio la universidad, pensó, frunciendo el ceño ante la imagen de una célula humana que cubría la mitad de la hoja de su libro de biología.

¿Por qué había elegido una escuela tan lejos de casa? ¿Por qué siquiera había ido a la escuela en primer lugar?

Porque Yunho lo quería, se recordó a sí mismo.

Eso era cierto. Yunho, su novio desde hace tres años. Jaejoong tenía dieciséis años y era miembro de la banda marcial de la preparatoria, y Yunho era del último año y del equipo de fútbol el año en que se encontraron. Ellos se conocían desde siempre, crecieron juntos, sus familias eran vecinas y eran compañeros de juegos desde niños. Pero hace tres años, en el apenas iluminado cuarto de vestidores después de la práctica de fútbol, todos los otros jugadores se habían ido, Yunho detuvo a Jaejoong contra los vestidores y lo besó por primera vez. Contra los labios de Jaejoong, él murmuró que lo amaba, lo había amado siempre, y Jaejoong casi caía al suelo rogando por otro beso.

En ese momento Yunho ya trabajaba en la compañía de su papá, asegurando un puesto para después de la graduación, y ya sabía lo que él quería de la vida. A Ti, él le dijo una y otra vez, cada vez que Jaejoong estaba alrededor así él no podía olvidarlo. Te quiero, Jaejoong, sólo a ti.

Si él cerraba los ojos, Jaejoong podía oír esas palabras ahora con esa profunda voz, y él luchaba con la urgencia de tomar el teléfono y llamar a Yunho para oírle decirlo nuevamente, porque Yunho venía en camino ahora, en algún lugar entre la casa y la escuela, y él pasaría el fin de semana con Jaejoong.

Nerviosamente Jaejoong tamborileo la pluma en el libro abierto enfrente de él, sus rodillas se sacudían con ansioso ritmo. La última vez que vio a Yunho fue el día del trabajo hacía casi un mes, y eso era demasiado tiempo. Ellos hablaban por teléfono todas las noches, incluso aunque Changmin estuviera escuchando. Jaejoong podía acurrucarse entre sus cobertores cuando se iba a dormir y escuchar la voz de Yunho, suave y cálida en sus oídos. El cuarto estaba a oscuras excepto por una pequeña luz de una lámpara de clip al final de su cama, y él se acariciaba lentamente mientras Yunho le decía que lo amaba, lo extrañaba, quería sostenerlo, besarlo y hacerle el amor…

¿Por qué había ido a una universidad tan lejos de la casa? Jaejoong pensó de nuevo. ¿Y cuándo llegará?

—No te comas mi comida mientras no esté,— Changmin le dijo, señalando el pequeño refrigerador que ellos compartían. —Y no te tomes mis pastelillos. Sé cuántos tengo.

—Yo no agarro tu maldita comida,— Jaejoong replicó.

Changmin retiró sus castañas hebras de su cara y vio a Jaejoong. —Y no dejes que tu novio duerma en mi cama.

Jaejoong se rio de eso. —Mierda, Changmin,— él sonrió. —Nosotros no vamos a dormir mucho, y estaremos en mi cama, no en la tuya. Confía en mí en eso.

Frunciendo el ceño, Changmin vio la fotografía de Jaejoong en el escritorio. La fotografía de él con Yunho en amorosa pose. Él en el regazo de Yunho, la mano de Yunho entre sus rodillas. Yunho con esos lindos cabellos largos, Yunho llevando sólo unos bóxers, Yunho aventando un beso a la cámara. —¿Esto es todo lo que van a hacer ustedes dos?— Changmin quería saber mientras guardaba sus libros en la mochila. —¿Sólo joder todo el largo fin de semana?

—Si soy afortunado,— Jaejoong replicó. —Ha pasado un mes, Changmin. Sé que no puedes comprender eso, Señor Nunca Me han Besado, pero mi idea de diversión es estar con Yunho, solos, él y yo y nadie más. Nadie en absoluto.

—Capté el punto.— Levantó la esquina de la sobrecama, Changmin guardó la ropa sucia dentro de la cama, fuera de la vista. —Hay más en la vida que eso, Jaejoong.

—¿Cómo qué?— Jaejoong preguntó.

Changmin se encogió de hombros. —Como la escuela, y conseguir un trabajo. Y hacer dinero. Ir a las clases…—

Jaejoong giró los ojos y suspiró. —Te diré algo: enamórate, encuentra a alguien que mueva tu mundo, entonces me dirás qué es más importante que eso. ¿Trato?

—Dinero,— Changmin dijo.

Jaejoong gruñó. Como siempre, él tenía que aguantar al negociante de su compañero de cuarto. La primera noche ellos habían compartido un cuarto, Changmin se había reído y reído cuando Jaejoong le dijo que él era un músico de la banda. ¿Qué planeas hacer con ESO?, Changmin le había preguntado.

Nada, Jaejoong replicó. Eso es la verdad, él no planeaba hacer nada con sus grados. Sólo estaba ahí porque Yunho le había dicho que fuera a la universidad y él no podía pensar en que estudiar, no realmente. Después de cuatro años y de graduarse se mudaría de regreso a su casa y sería lo suficientemente mayor para decirle a sus padres que se iba a casar. Lo había planeado toda la vida, casarse y amar a Yunho hasta el día de su muerte.

Claro, Changmin se reía de eso también.

Alguien tocó a la puerta, y Jaejoong golpeó la silla en su prisa para contestar. Cuando cruzaba el cuarto, él le lanzó una diabólica sonrisa a Changmin cuando su compañero de cuarto se rio. Abrió la puerta y Yunho estaba de pie ahí, los lentes de sol aún cubrían sus ojos. Su castaño cabello levantado por el viento, sus brazos llenos de bolsas de papel y su mochila sobre su hombro.

Con una tímida sonrisa, Yunho removió sus lentes de sol y les sonrió. —Hey, sexy.

Jaejoong sonrió. —¡Yunho!— envolvió sus brazos, alrededor del cuello de Yunho, lo jaló para acercarlo en un hambriento beso.

Yunho dejó la bolsa a sus pies y se rio sin aliento mientras Jaejoong cubría sus labios y mentón de besos.

—Oh Dios,— Jaejoong jadeó, —Te extrañé.— Él tocó a su novio como si no pudiera vivir sin el hombre en sus brazos.—Oh Jesús, Yunho, por favor…

Changmin limpió su garganta, y Jaejoong se giró hacia su compañero de cuarto, quien extendía una mano para saludarlo. —No te he presentado,— le dijo, sonriendo a Yunho. —Changmin Shim.

—Jung Yunho.— Yunho estrechó la mano de Changmin, Jaejoong aún en sus brazos. —Jaejoong me ha hablado mucho de ti.

—Nada bueno, estoy seguro,— Changmin dijo, riéndose, porque sabía que era verdad, Yunho no contestó. Señalando con la cabeza hacia el escritorio de Jaejoong en donde estaban las fotografías de Yunho, agregó, —Podría reconocerte en cualquier lugar.

Yunho se rio y besó la mejilla de Jaejoong, sus labios fríos en la ruborizada piel de Jaejoong. —Seguro,— le dijo. Bajando la voz, murmuró, —Te extrañé. Bebé.

Jaejoong sonreía tontamente. —También te extrañé.— Acarició el mentón de Yunho, donde estaba creciendo el vello. Se veía muy lindo. —No te rasuraste.

—¿No te gusta así?— Yunho preguntó, inclinándose a levantar las bolsas que se habían caído.

Jaejoong lo guio dentro de la habitación, Yunho dejó las bolsas en el escritorio. —Amo esto.— Envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Yunho, abrazándolo fuerte. Rozando sus caderas contra las de Yunho, él gimió, —Yunho, te extrañé.

Yunho vio a Changmin, que los veía con aturdida expresión. —Tenemos compañía, Jaejoong,— Yunho le recordó. —Cuando estemos solos puedes mostrarme cuánto me has extrañado, ¿bien?

Jaejoong frunció el ceño ante Changmin. —¿Puedes darnos unos minutos?— Él había esperado mucho para ese momento, no esperaría un segundo más.

Changmin suspiró. —Seguro,— dijo. —Aunque mi mamá estará aquí en quince minutos, así chicos que dense prisa.

—Lo haremos,— Jaejoong le aseguró.

Yunho se rio cuando Jaejoong sacaba a Changmin del cuarto.

En la puerta, Jaejoong murmuró, —Gracias.— Entonces la cerró detrás de su compañero de cuarto y le puso llave para asegurarse. Se giró y se encontró con la mirada de Yunho que estaba frente al escritorio. Ahora ellos estaban solos, finalmente, Jaejoong no sabía por dónde empezar. Con una tímida sonrisa, bajó la cabeza. —Hey.— Yunho le guiñó un ojo y eso envió calor a su sangre. —¿Sabes qué día es hoy?—, le preguntó.

Sin pensar en eso, Jaejoong sacudió la cabeza, —¿viernes? Ven aquí y bésame de nuevo. Pero Yunho no se movió. En lugar de eso se apoyó en el escritorio de Jaejoong y dejó que su mirada recorriera el cuerpo de su novio. A pesar de la ropa que usaba Jaejoong sentía que su mirada lo tocaba en todos los lugares correctos.

Yunho insistió, —Octubre. ¿No recuerdas?

Jaejoong frunció el ceño —No… recuerdo ¿qué?

Una débil sonrisa se formó en los labios de Yunho. —Jaejoong. Hoy es el día en que te besé por primera vez. ¿No me digas que lo olvidaste.

—No,— Jaejoong dijo, un poco demasiado rápido porque él recordaba cada beso, cada toque, cada anhelante y lujuriosa mirada, simplemente él no había cincelado las fechas en su cerebro. —Entonces eso hace que sea nuestro aniversario, ¿verdad?—, Yunho asintió. Jaejoong preguntó, —¿Entonces qué haces aún ahí? Bésame.

Repentinamente tocaron a la puerta interrumpiéndolos. Afuera en el pasillo, la voz de Changmin. —Chicos ¿ya terminaron? Tengo que terminar de empacar.

Jaejoong golpeó la puerta duro, — ¡Casi! ¡Danos un minuto!

Changmin gruñó mientras se alejaba. Conduciéndose a la acción, Jaejoong desabrochó el botón de sus jeans. —Ya viste, chico amante. Tenemos que hacerlo rápido. Que se joda el juego previo, solo quítate los pantalones.

Yunho se rio de nuevo mientras Jaejoong bajaba sus pantalones y bóxers a los tobillos. —Eres tan romántico.— Pero para ese momento Jaejoong ya estaba duro y listo para él. Estaban a la mitad del cuarto, las manos de Yunho acariciaban el trasero desnudo de Jaejoong y se besaban. —¿Podemos hacer los juegos previos después?

—Por favor,— fue todo lo que Jaejoong logró decir antes de que Yunho cayera al piso y rodeara el doloroso pene de Jaejoong con sus dedos, masajeando el duro eje hasta que Jaejoong gritó su nombre. —Cajón de abajo,— murmuró, señalando al escritorio.

Yunho se puso de pie bajando sus propios pantalones, y siguió con los bóxers. Entonces abrió el cajón, moviendo la máquina de afeitar y el champú, los paquetes de artículos de tocador que había recibido con el dormitorio, pero no encontraba nada… —No hay nada.

Jaejoong podía haber un gruñido de frustración. ¿Cuánto tiempo estaban desperdiciando?

Yunho sacó el cajón listo para vaciarlo al suelo, entonces Jaejoong tomó el pulsante pene de Yunho con ambas manos y apretó suavemente.

—Un solo condón, Jaejoong. ¿Es eso mucho pedir?

—Ahí debe de haber,— Jaejoong replicó, aferrado a la erección de Yunho.—Traje las manos llenas del centro de salud el otro día.

—Bien, no puedo encontrarlos,— Yunho dijo, porque él estaba duro y listo.

Jaejoong lo estaba también. —Que se joda el condón. ¿Realmente lo necesitamos?

Vio la agobiante mirada de Yunho y Jaejoong se rio. Yunho tomó un tubo de aceite para masajes. —¿Qué diablos es esto?

—Voy a oler a durazno,— Jaejoong le dijo, sosteniendo la mano de Yunho que sostenía el tubo. —No necesitamos el condón. Usa esto.— Trató de quitarle el tapón con los dientes, incapaz de soltar a Yunho para abrir el tubo. —Yunho…

—Dámelo,— Yunho dijo, pero Jaejoong no lo soltó hasta que le quitó la tapa, el aceite se derramó por toda su mano y brazo y sus penes, el olor a duraznos llenaba el ambiente. —Joder.

Jaejoong esparció el aceite arriba y abajo del eje de Yunho, sus dedos frotaban el vello, la piel y las bolas. —Tendremos que comprar más,— dijo, acostándose de espaldas en el suelo. Sus manos acariciaban su propia erección distribuyendo el aceite entre sus piernas hasta que ambos estaban lubricados, duros y oh tan deseosos… —Yunho, ahora,— jadeó, los dedos de Yunho se empujaron a su entrada fácilmente. —Dios, Yunho. Te extrañé, te amo.

Inclinándose hacia él, Yunho guio su erección hacia el interior de Jaejoong, gimió mientras entraba en su interior, el apretado calor mientras se empujaba dentro de él, profundamente dentro de su amante. —También te amo. Feliz aniversario.

—Sí,— Jaejoong suspiró mientras su amante lo llenaba, su respiración se quedó atorada en su garganta y su voz se elevó gritando por él. —Sí.

Una mano oliendo a aceite de duraznos recorrió el cabello de Jaejoong y cruzó su frente mientras la otra acariciaba la erección de Jaejoong apretando en cada empuje. Jaejoong levantó las caderas y se encontraba con Yunho, aumentando el ritmo que satisfacía a ambos. Yunho se mordió el labio en un pequeño beso y las manos de Jaejoong acunaron el culo de Yunho jalándolo más cerca, profundo y rápido. Cada empuje lo golpeaba como olas que lo recorrían dentro del placer del momento. Él estaba bien, ahí no había nada más que eso, nada más importaba, nada en absoluto.

Yunho gimió su nombre, besándole el cuello y los oídos, sus dientes lo mordisqueaban suavemente hasta que Jaejoong suspiró el nombre de su amante en sus labios. Deseo, lujuria y amor lo recorría en el fuerte ritmo de su sexo. Con su pene explotando entre ellos, cubriendo la mano de Yunho con los calientes jugos y su bajo abdomen, Yunho se empujó duro y rápido, hasta que él también se corrió.

—Dios,— murmuró, acariciando con su nariz el cuello de Jaejoong mientras el latido de su corazón volvía a lo normal. Jaejoong esperó, anhelando más palabras de amor, pero en lugar de eso, Yunho murmuró, —Este lugar apesta a durazno.

Jaejoong se rio. —¿Crees que Changmin lo note?

—¿No lo harías tú?— Yunho replicó.

Jaejoong se rio de nuevo y se abrazó más cerca. —Hagámoslo de nuevo,— dijo, su pene ya estaba medio duro en la mano de Yunho.

Pero fuertes golpes a la puerta lo disuadieron. Yunho se puso de pie, se secó las manos en una toalla de Tony Moly tenía colgando en la cómoda. Se subió los pantalones y vio un momento a Jaejoong acostado en el suelo, con sus jeans en los tobillos, y su suave piel. —Maldición, — Yunho dijo suavemente, mordiéndose el labio. —Eres hermoso bebé, ¿lo sabes?

Jaejoong suspiró. —Lo sé,— contestó suavemente. Entonces él se giró cuando Yunho trató de patearle. Levantó los brazos al aire y le dijo —Levántame.

Yunho jaló a Jaejoong para que se pusiera de pie y lo besó tiernamente. —Esta noche lo haremos de nuevo.

Tocaron a la puerta de nuevo, esta vez seguido de una voz de mujer que gritaba el nombre de Changmin. Dándole una nalgada a Jaejoong, Yunho dijo, —Cubre las dulces nalgas. Voy a atender a la mamá de tu compañero de cuarto.

Luchando con sus jeans, Jaejoong se rio. Otra hora y Changmin se iría y ellos estarían solos, y nada les impediría hacer el amor toda la noche.

Esta vez ellos no joderían sin los juegos previos.

Fin.