~♥~

~♥~

sábado, 1 de marzo de 2014

Capítulo I



─Calle Sexta con la principal. ─Dijo el conductor del autobús.

Jaejoong estaba contemplando la oscuridad que había fuera de la sucia ventana. A su alrededor los otros pasajeros estaban congelados en sus asientos como ovejas aterradas que no quieren ser llevadas a un destino concreto. Todo el mundo sabía que la Sexta era donde iban todos los desviados. Era donde podías conseguir una mamada si ibas al baño correcto del local correcto. Donde los hombres iban vestidos con cuero negro y cadenas, esperando a chuparte o follarte, o a ser follados. Cualquiera que fuera la preferencia, lo retorcido que fueran los deseos, lo podías encontrar en la Sexta, o eso es lo que Jaejoong había escuchado.

Cobardes, pensó contemplativo, mirando a su alrededor las caras ansiosas.

Pero sabía que no era el elemento gay lo que mantenía a los pasajeros pegados a sus asientos. Había otras cosas que rondaban por esta parte de la ciudad – a una parada más de bus, para ser precisos. La Séptima con la principal – el barrio carmesí, como le llamaban.

Vampiros. El simple pensamiento le producía una ola incómoda de adrenalina y miró de nuevo a través de las ventanas, como si pensara que uno de Los Perdidos pudiera aparecer bajo las luces de neón. Los vampiros se mantenían siempre en el barrio de la calle Séptima. Mientras te mantuvieras alejado de esa zona, no te molestarían. Era el mejor compromiso al que habían llegado con el alcalde, y para darles algo de crédito, todavía no habían cruzado el límite. Demasiados humanos curiosos estaban dispuestos a convertirse en presas, así que los vampiros nunca tenían sed.

Y de todas maneras, se recordó a sí mismo, no eran los vampiros lo que le interesaba. Se había subido al bus que iba hasta la Sexta por un motivo. Para descubrir si era… Marica. ¿Eres marica, chico? ¿Eres un mariquita? Las bruscas palabras de su padre resonaban en la cabeza de Jaejoong como campanas y su mandíbula se tensó.

Si hubiera escondido su libro de bocetos mejor. Si el viejo no hubiera rebuscado en su habitación, buscando Dios sabe qué. Quizás pruebas de que su hijo fuera gay, o quizás algo que lo refutara. Si esperaba encontrar ejemplares de Playboy o Hustler escondidos bajo la cama, se había decepcionado. Todo lo que encontró fueron dibujos con desnudos – desnudos de hombres – todos hechos por su hijo.

Sensible, artístico, creativo. ¿No eran esas palabras sinónimos de marica? Jaejoong sabía que su padre estaba decepcionado porque no estaba en el equipo de fútbol de la universidad como él había estado en su juventud. Pero midiendo metro setenta y tres, no podría ser un delantero, y aunque tal vez su cuerpo estaba hecho para los deportes, su cara le hubiera descartado de inmediato. Pelo espeso, negro, ojos negros, gigantes, y una boca rosada era lo que reflejaba el cristal del autobús. Guapo no era la palabra que le describía, más bien era hermoso. Había llevado ese peso toda su vida.

Pero hermoso o no, había salido con chicas, incluso había besado a algunas.

Demonios, una chica de un curso más, Song Ji Hyo, la puta de la clase, había estado con él una vez detrás de las gradas. Había sido una experiencia decepcionante, pero al menos una heterosexual, y Jaejoong no tenía ganas de repetirlo. Le gustaban las chicas. Podían ser muy buenas amigas, sus confidentes, y era más fácil estar con ellas que con los machos llenos de testosterona que había en los pasillos del instituto. Pero… no servían para mucho más, en su opinión.

Aun así, solo porque tuviera poco interés en el sexo opuesto no quería decir que fuera gay, ¿Verdad? Lo que necesitaba era un viaje al lado salvaje – solo una experiencia con otro tipo – un hombre, esperaba. Alguien más mayor, con más experiencia. Alguien que le pudiera mostrar cómo hacerlo. Entonces lo sabía. Saberlo era mejor que no saber nada, o eso se decía a sí mismo.

¿Eres marica? Las palabras de su padre le golpearon de nuevo, como una aguja caliente en su cerebro. ¿Bueno, lo eres?

─No lo sé, papá. ─Murmuró bajo su aliento, mirando las luces de neón de la calle Sexta por la ventana. ─Pero supongo que lo averiguaré.

─Calle Séptima con la principal. Todo el mundo que vaya a la Séptima con la principal que se baje ahora. ─La voz del conductor interrumpió sus pensamientos.

Séptima con la principal, ¡el barrio carmesí! Había pasado tanto tiempo sentado auto-compadeciéndose que se había saltado la parada de autobús. Ahora había ido demasiado lejos.

Un hombre de pelo gris sentado frente a él quitó su vista del periódico y le miró con sorpresa bajo sus gafas. ─¿Te vas a bajar aquí? ─Le preguntó a Jaejoong, quién se levantó.

Jaejoong juró de nuevo, en voz alta. ¿Bajarse o quedarse? ¿Arriesgarme con los peligros de la Séptima para volver a la Sexta o sentarme como un buen cordero hasta el final de línea para coger el bus que me lleve a casa? Casa, donde su padre estaba esperando para preguntar dónde había estado. Y no lo olvidemos, y con quién.

La imagen decidió por él. Un montón de vampiros no dan tanto miedo como la cara de su padre, medio decepcionado, medio furioso mientras preguntaba, tratando de averiguar dónde, por qué, con quién y cuándo.

─¿Séptima con la principal? ¿Alguien? ─dijo el conductor, un hombre negro viejo con ojos amarillos, le miraba desde el retrovisor.

─Sí. –Dijo Jaejoong, moviéndose hacia la parte delantera del bus─. Yo. Me bajo aquí.

─Es un suicidio. ─Dijo el conductor, con nada de excitación en su voz─. ¿Estás seguro?

─ Lo estoy. ─Jaejoong se acercó a las puertas y esperó a que se abrieran.

─Como quieras. ─Dijo el conductor, y antes de que pudiera darse cuenta, Jaejoong estaba en la esquina de la Séptima con la principal, mirando como desaparecía el bus en la distancia.

La Séptima no estaba tan iluminada como la Sexta, notó, metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta y temblando cuando el frío aire le golpeó. De hecho, estaba muy oscura, incluso las farolas estaban apagadas o quemadas. La ciudad no les pagaba a los trabajadores para venir al barrio carmesí a cambiarlas y a los vampiros no les importaba. ¿Por qué deberían? Se rumoreaba que podían ver igual de bien con luz que en plena oscuridad.

Las luces de neón de la Sexta estaban ante él, a solo una manzana. Las luces de la experiencia, de la sabiduría.

Jaejoong movió los hombros, metió hasta el fondo sus manos en los bolsillos de su chaqueta vaquera y anduvo rápido. Al otro lado de la oscura calle, veía carteles de color rojo brillante. Barrio Carmesí, Casa del Dolor, Bajo el Colmillo, y Deseo de Sangre, pasó de largo ante todos. Estaba más interesado en los clubs de baile y de cuerdo de la Sexta que en los oscuros y peligrosos bares de sangre de la Séptima.

No me incumben, Jaejoong se dijo a sí mismo manteniendo la barbilla alta. Solo aléjate de los bares y sigue andando. La señal verde que indicaba la calle Sexta apareció ante él y sintió una ola de alivio y confianza. Después de todo, no era como si los vampiros pudieran aparecer en mitad del aire ¿Verdad?

─Hola, pequeño. ─Una profunda voz que parecía venir de todas y de ninguna parte a la vez. Jaejoong se detuvo en seco, lo tuvo que hacer para no tropezarse con el alto y delgado hombre que apareció de pronto ante él.─¿Vas a alguna parte? ─Preguntó el hombre, sonriendo ampliamente dejando ver un par de colmillos, largos y afilados. Un vampiro, uno de Los Perdidos. Jaejoong nunca había visto uno antes y parecía justo como se lo había imaginado. Oscuro, extraño, maligno.

Tragó saliva y escuchó un crujido en su cuello. Su boca estaba seca y su corazón latía tan fuerte que sentía como su cuerpo entero se estremecía. El delgado y alto vampiro iba vestido de negro y tenía el pelo corto, negro. Parecía un simple chico estudiante, pero había algo en su cara que mostraba una fuerza malvada y brutal.

Tranquilo, se dijo Jaejoong a sí mismo. Dile que no estás interesado y márchate. ─Voy a la Sexta ─dijo, moviéndose para rodear al alto vampiro─. Discúlpeme, por favor. ─Sonaba ridículamente educado, pero no había que hacer enfadar a las criaturas que sabías que podían cenarte si querían.

─No lo creo. ─El vampiro se movió para bloquearle el paso antes de que pudiera avanzar en esa dirección─. Eres un trozo de carne demasiado blando para la calle Sexta, querido. Tus gustos pertenecen a la Séptima – aquí con nosotros – en el barrio carmesí.

─Por favor ─Jaejoong retrocedió, casi tropezándose─. Me... me bajé en la parada de bus equivocada. No quería venir hasta aquí.

─Qué lástima. Ahora estás aquí. ─El vampiro sonrió más y se inclinó hacia el cuello de Jaejoong. Su aliento era frío y aterrador – un olor de sangre– como huele la carne recién cortada de algún ser vivo.

Jaejoong trató de apartarse, pero el vampiro lo tenía sujeto por el brazo y era terriblemente fuerte, y parecía estar por todas partes. No importaba hacia donde se moviera Jaejoong, no podía escaparse. Iba a morir ahí, con las luces de la calle Sexta riéndose de él, sin siquiera averiguar la verdad sobre él mismo.

─Tan dulce, querido. ─Siseó el vampiro. Los afilados colmillos rozaron la carne de su cuello, haciendo brotar gotas de sangre y notó el terror, cálido y pegajoso, en el fondo de su garganta. Desaparecía de la faz de la tierra sin dejar rastro. Su padre probablemente se alegraría de ello.

─Deja que el chico se marche, Siwon. ─Una profunda voz sonó por encima de los latidos de su corazón en sus oídos. Bruscamente, el aliento de la criatura fue reemplazado por aire frio sobre su cuello. Jaejoong suspiró aliviado, sintiendo que estaba a punto de hiperventilar.

─Esto no es asunto tuyo, Yunho. ─El delgado vampiro todavía le estaba sujetando, con un brazo rodeando su cuello, pero había una innegable tensión en su tono de voz.

─Ahora sí. –El que había hablado se hizo visible: un hombre alto con pelo castaño, de piel morena y ojos avellana apareció en la oscuridad. Iba vestido con unos vaqueros desgastados y un jersey de color crema que enfatizaba el ancho de sus hombros. Su expresión era firme, determinada─. El chico ha dicho que no quería venir aquí, no es juego limpio. Deja que se vaya.

─Demasiado tarde. ─Una fría lengua pasó por encima de las heridas de su cuello y Jaejoong se estremeció de asco─. Ya le he probado. ─Dijo el vampiro llamado Siwon.

─Le he marcado como víctima, es mío.

─¿Quieres ir con él?

Le tomó a Jaejoong un minuto darse cuenta de que el hombre de pelo castaño y anchos hombros hablaba con él. Sin decir palabra, sacudió negativamente la cabeza.

Quería decir algo más definitivo, quería gritar NO a pleno pulmón, pero su lengua estaba congelada en su boca.

─No te quiere, Siwon. No te ha escogido. ─Dijo el hombre llamado Yunho. ─Suéltale o tendrás que sufrir las consecuencias.─

─Te mostraré tus consecuencias. ─Gruñó Siwon. Soltó a Jaejoong y se tiró a por el hombre. Hubo una mancha borrosa mientras Yunho se apartó. Jaejoong miró, con los ojos abiertos e incapaces de moverse, una pelea tan rápida que casi era imposible de seguir con la mirada. Casi no tuvo tiempo de caerse antes de que terminara.

─Ya está. ─Yunho apareció ante él, quitándose el polvo del jersey y respirando normalmente. No había señales de Siwon. Tan pronto como había aparecido, se había marchado, ante el gran alivio de Jaejoong.

─Yo… tú… gracias. ─Consiguió decir, mirando la cara de su salvado.

─De nada, pequeño. ─Yunho le sonrió─. Ahora voy a mirarte el cuello.

Antes de que Jaejoong pudiera protestar, unas fuertes manos inclinaron su cabeza hacia un lado dejando expuestos los arañazos que había hecho el vampiro. Le hacía sentirse vulnerable mostrar su cuello así, pero no de la horrible forma que había sentido con el asqueroso toque de Siwon.

─Esto no es bueno. ─Yunho fruncía el ceño─. Siwon realmente te ha marcado.

─No sé lo que eso quiere decir. Solo quiero ir a la calle Sexta. ─Jaejoong le miró rogante─. Quiero olvidar lo que ha sucedido. Juro por Dios que nunca más pasaré por aquí.

─No importa si pasas o no, la marca de Siwon atraerá a otros vampiros hacia ti. No estarás a salvo en ningún lugar de la ciudad. ─Yunho sacudió la cabeza─. No puedo arreglar esto aquí. Tendrás que venir a casa conmigo.

Jaejoong le miró. Ser invitado a casa de un hermoso hombre desconocido era exactamente lo que esperaba, pero no de esta manera.

Quería adquirir algo de experiencia, algo de conocimiento propio, no primeros auxilios de un buen samaritano - y probablemente heterosexual –hombre que pasaba por el barrio Carmesí en el momento justo para rescatarle. Además, ¿Qué sabía realmente sobre este tipo? Yunho no le dejó tiempo para decidir. Cogiendo a Jaejoong de la mano, le llevó hasta una calle lateral y se adentraron en el barrio. Antes de que pudiera protestar, estaban delante de unas escaleras que bajaban hasta una puerta.

─Espera un minuto. ─Soltó su mano de la de Yunho, mirando el subterráneo lugar

─¿Qué es este lugar?

─Mi casa. ─Yunho se giró para hacerle frente─. Me estoy arriesgando al traerte aquí, sabes… ─Frunció el ceño─. ¿Cuál es tu nombre, a todo esto?

─Kim Jaejoong. Pero no quiero…

─No es lo que quieres o no, es sobre limpiar la marca y ponerte a salvo. ─Yunho le empujó por las escaleras. Y antes de que pudiera darse cuenta, Jaejoong atravesó una puerta hacia una pequeña, cálida e iluminada habitación.

No era un apartamento muy estilado o caro, pero los muebles y las llamas que lo iluminaban desde la chimenea lo hacían parecer acogedor. Las paredes, de color amarillo dorado, estaban llenas de estanterías. Vio que había una alfombra roja desgastada, pero limpia en el suelo de madera. Un perro de raza husky siberiano se acercó hasta Yunho y se froto en sus tobillos, moviendo la cola alegremente.

─Mi perro, Taepoong. ─Dijo Yunho a modo de disculpa─. Espera un momento mientras le doy de comer ¿Vale?

─Uh, claro. ─Jaejoong sintió el nudo de tensión en su pecho relajarse un poco. Él era un amante de los animales. Seguramente un tipo que tenía un perro y que lo trataba bien no podía ser malo. Se acomodó en el sillón que era algo más oscuro que la alfombra y se quitó la chaqueta vaquera.

─Ahora que está contento, tendremos algo de tranquilidad. ─Yunho giró una esquina, asombrando a Jaejoong. ¿Cómo podía moverse tan rápida y ágilmente? Por primera vez, Jaejoong se preguntó cómo había podido vencer tan fácilmente al vampiro.

Todo había pasado tan deprisa. ¿Los vampiros no tenían fuerza sobrehumana? ¿Entonces cómo…?

─Espero que no te importe, pero hace mucho calor aquí. ─Yunho interrumpió sus pensamientos quitándose el jersey, mostrando su moreno pecho desnudo. También se quitó los zapatos, así que ahora solo llevaba puestos los ajustados y desgastados vaqueros. La luz de la chimenea se reflejaba en su cuerpo, haciendo que su piel pareciera más dorada y añadiendo reflejos rojos en su pelo.

─Yo... um…─Jaejoong trató de no mirarle fijamente. Fuera lo que fuera Yunho, si era heterosexual, y decidía que Jaejoong no lo era, y él le pillaba mirando… bueno, ya le habían dado suficientes palizas en la clase de gimnasia para saber cómo terminaría.

─Es solo que la temperatura de mi cuerpo es algo más baja que la tuya – que la de un humano. ─Explicó Yunho a Jaejoong─. Así que tiendo a tener calor más rápidamente.

─Que un…─Jaejoong levantó la cabeza y miró al hombre que estaba a su lado en el sillón con horror─. ¿Entonces eres…?

─Un vampiro. ─Yunho lo dijo como si fuera la cosa más natural del mundo. Sonrió, mostrando los colmillos tan afilados como los de Siwon, aunque más blancos. Brillaban como perlas bajo la luz del fuego.

Jaejoong se levantó, con pánico, pero los dedos largos y fuertes de Yunho le cogieron de la muñeca. El vampiro no estaba apretando ni haciéndole daño, pero estaba claro que no podría irse.

─Siéntate ─dijo con voz amable─, no quería asustarte. ¿Qué pensabas que era, de todas formas?

─No lo sé. ─Jaejoong se sentó en el sofá poniendo la máxima distancia entre ellos como le era posible. ─Pero no… no pareces un vampiro.

─¿De verdad? ─Yunho sonrió de nuevo, una expresión que iluminaba sus ojos de color avellana─. ¿Y cómo son los vampiros, Jae?

─Como… como él. El que me atacó. El que llamaste Siwon.

─Oh, ¿Así que todos los Perdidos somos malvados y feos? ¿Seres delgados que atacamos a chicos humanos inocentes que encontramos tratando de escapar de nuestro territorio? ─La voz de Yunho no sonaba molesta si no triste. Un rastro de pena en su voz hizo que Jaejoong tragara saliva.

─No, yo… no quería decirlo así. ─Protestó─. Siento si lo he dicho mal. Solo…

Yunho le soltó. ─No te disculpes. Para ser sinceros, hay muchos más vampiros como Siwon que como yo. Soy un Guardián, he jurado proteger a los inocentes de los de mi especie. Tuviste suerte de que decidiera salir esta noche en vez de quedarme en casa junto al fuego con un libro. ─Suspiró─. Pero me siento solo aquí con nadie excepto Taepoong como compañía, así que aparecí justo a tiempo para salvarte.

─… Sí… Um, gracias. ─Jaejoong se lamió sus secos labios─. ¿Así que no vas a hacerme daño? ¿No me morderás?

─No he dicho eso. ─Dijo Yunho suavemente. Se acercó de nuevo, tomando a Jaejoong de la muñeca antes de que pudiera levantarse del sillón─. Tranquilo, no voy a desangrarte. Pero tendré que limpiar la herida que te hizo Siwon y ponerte mi propia marca para mantenerte a salvo. Entonces te dejaré ir. ─Tiró de los brazos de Jaejoong, acerándolos a su amplio pecho─. Acércate un poco más y podremos comenzar.

19 comentarios:

  1. yunho ponle tu marca para que todos sepan que es tuyo y nadie se atreva a tocar a jaejoong

    ResponderBorrar
  2. jaejoong iba en busca de aventuras y placer y valla que lo consiguio, ese sexy vampiro lo defendio de siwon y ahora lo marcara *q* yo me sentiria asustada pero a la vez emocionada que un sexy ser de la noche me lleve a conocer cosas nuevas, me encanta el tema de vampiros lo adoro, muchas gracias por compartirlo Hisashi *.*

    ResponderBorrar
  3. yunho salvando a jae y lo va a marca como su yo guau,

    ResponderBorrar
  4. Hay Jae primero te marca Siwon, pero no se le hizo, tenía que llegar tu verdadero dueño para marcarte el. Espero pronto actualices esta muy interesante, gracias.

    ResponderBorrar
  5. Waaa este fic esta demasiado bueno
    tiene los dos componentes que suelo amar XD
    YunJae + Vampiros XD definitvamnete seguire la historia completa :D

    ResponderBorrar
  6. Waoooo q buena forma de conocerse q lindo yunho q lo salvo se ve interesante la historia gracias por compartirla

    ResponderBorrar
  7. Jae iba em busca de una cosa y se topo con otra, sino hubiera aparecido yunho quien sabe que mas habria hecho siwon a parte de dejarle la marca, pero que yunho se la borre y le ponga su propia marca shdf omgsun

    ResponderBorrar
  8. eso le paso por dormido xD jajajajajaj pero bn que cayo en buenas manos ~ que lo muerda.. muerdeloooooooooooQ!! YUNHO TE OFREZCO MI CUELLO!!!!~

    ResponderBorrar
  9. Woooow esta increible!!!yunho le va hacer cositas a jaee jaja me encanta seguire leyendo!!!

    ResponderBorrar
  10. oww yunho al rescate !!! umm ya imagino como lo va a morder *+* esta muy intetesante gracias x compartir!!!

    ResponderBorrar
  11. wow yunho todo un hereo salvando a jae
    jjrjeje ahora sip yunho le marcara jeejjeje

    ResponderBorrar
  12. menos mal k aparecio de la nada Yunho sino jae no podra escapar de siwon k sueret has tenido y cual sera las intenciones dde YUNHO ?¿?

    ResponderBorrar
  13. me encanta YH de vampiro
    JJ de inocente
    gracias por el capi continuare leyendo

    ResponderBorrar
  14. uuuuuuuuuuuuuuy que bien jae sera macado por yunho
    y ahora si que no se metan con lo suyo
    a por que creo que después de eso jae quedara encantado de ser marcado por semejante hombre vampiro

    ResponderBorrar
  15. Wooo una historia de vampiros ahh amo todo referente a ellos... menos mal que Yunho llego a tiempo y salvo al pobre de Jae, me encanta esa idea de marcarlo, así nadie se meterá con él hahaha se ve muy interesante, ojalá Jae también se convierta en vampiro xD
    Gracias por compartir.

    ResponderBorrar
  16. mi Dios, a qué esperas Jae para arrimarte a su pecho??? vamos m'hijo no seas vergonzoso que vampiro Yunho te espera con los brazos abiertos.
    qué suerte la de Jae encontrarse a su salvador en esa zona.
    me está gustando mucho esta historia.
    como siempre, te agradezco que la compartas.

    ResponderBorrar
  17. Pobre jae, es muy de malas. Pero lo importante es que conoció a Yunho

    ResponderBorrar