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lunes, 27 de enero de 2014

Jugando a ser Infieles ~ Capítulo 10 "Con todo el Corazón"



Abrí los ojos y miré a mi alrededor, no había mucha luz, era de noche. Ese lugar no era mi habitación. Intenté moverme pero todo el cuerpo me dolía. Levanté la sabana y vi mi abdomen vendado. Luego vi las paredes de ese lugar, blancas, impecables. Ese olor, olía a limpieza y medicamentos. Un hospital, concluí. Odio los hospitales, y aun más en la noche, todo es tan silencioso y triste.


Luego recordé todo. El almacén, los disparos. Era como una pesadilla, no, era peor que una pesadilla, Esto era real, no iba a despertar solo con un mal recuerdo. ¿Cómo estaban los demás? ¿Cómo estaba él?


--Alejandro...

Mis ojos se llenaron de lagrimas. Me hubiera gustado protegerlo.

--Dime


Giré mi cabeza y ahí lo vi, acostado en la cama de a lado, sonriendome.


--Alejandro...


¡Sobrevivió! ¡Y yo tambien! ¡Estamos vivos! Haré las cosas diferentes esta vez, lo juro.


--Creo que te amo -le dije aun con mis lagrimas


Sí, al fin lo dije. Ni siquiera yo me había dado cuenta de eso. Pero ahora lo sabía. Y no me importaba admitirlo. Lo amo.


--Yo tambien te amo Matías -sus ojos tambien brillaron, él quería llorar, pero se estaba conteniendo- pedí que nos cambiaran a la misma habitación. Quería estar aquí para cuando despertaras.

--¿Cómo esta Lucy?


Tenia que admitirlo, la idea de haberme convertido en un asesino era aterradora.


--Esta viva, y Gabrielle tambien


Sentí que el alma regresaba a mi cuerpo.


--Gabrielle estuvo muy grave, pero ya esta mejor -su mirada se perdió por un momento, sé que esto tambien es difícil para él- Lucy va a quedar coja toda su vida. Le disparaste en la pierna


No puedo creer que haya disparado. No puedo creerlo. Le he hecho daño a Lucy.


--Yo fui el menos grave -sonrió- Lucy tiene una pésima puntería, me disparó en el brazo, pero estoy seguro que ella quería dispararme en la cabeza.

--¿Cómo esta tu brazo?

--Bien, supongo. Mejorara con el tiempo. Aunque dudo mucho que algún día pueda volver a jugar Basket -dio una risilla

--Ríes en un momento como este

--Es que me siento feliz de que estemos vivos, creo que fue un milagro

--Sí, tienes razón -suspiré

--Duerme Matías. Mañana será un día muy agitado. La policía te hará muchas preguntas

--¿Qué...?

--Le disparaste a una persona Matías. Todos lo hicimos

--Intento de homicidio -bajé mi mirada, claro que hay consecuencias- ¿De eso nos van a acusar verdad? -suspiré- Solo espero que nos envíen a la misma cárcel

--Tengo unos grandes abogados, Matías, de los mejores del país. Mauricio Rockwell y Blanca Rockwell, son esposos. Ellos nos van a representar. Son amigos de la familia. Me aseguraron que no iríamos a prisión, ni nosotros ni ellas. Siempre y cuando ninguno de los cuatro presente cargos. Ellos se encargaran de lo demás

--¿Y crees que lo logren?

--Ellos podrían hacer que un asesino en serie quedara libre. Son increíbles. Han sacado a mi padre de muchos aprietos

--Sus honorarios deben ser muy altos

--Mucho, pero lo valen. Así que no pienses más en eso y cierra tus ojitos que debes dormir.

--Duerme conmigo

--Las enfermeras nos regañaran si nos encuentran haciendo cochinadas eh? -comenzó a reír y yo tambien lo hice, pero me detuve enseguida porque comenzó a dolerme mi herida

--Como si pudiéramos hacer cochinadas en nuestro estado -volví a reír y me volvió a doler


Alejandro se levantó de su cama y caminó muy lento hacia la mía. Su mano estaba vendada y colgada de su hombro con un arnés. Se metió a mi cama despacio y los dos nos miramos como si estuviéramos haciendo alguna travesurilla.


--¿Alejandro cómo supiste que yo me encontraba en el almacén?

--Lucy me envió un mensaje a mi celular, ella escribió "Ven al  almacén Rush por el cuerpo de tu amado" casi sentí que me moría cuando leí eso -suspiró- Lucy quería que yo presenciara tu muerte. No puedo creer que sea tan mala

--Creeme que yo soy el más sorprendido

--Matías

--Dime

--¿Ayer fuiste a mi departamento verdad?

--¿Me viste? -bajé la mirada avergonzado

--No. Hoy vi a Amanda y me contó que te había visto en el elevador ayer.

--¿Amanda es... -pasé saliva- tu novia?

--Claro que no -dio una leve risilla- Ella es mi psicóloga, la conozco desde hace años. Veras... -bajó su mirada, parecía estar algo avergonzado- Me deprimí mucho cuando me rechazaste, no contestabas mis llamadas y no sabia nada de ti. Así que llame a Amanda. Ella me dijo que si tu no me amabas entonces debía dejarte en paz, es por eso que deje de insistir.

--Que alivio. No sabes cuanto me dolió cuando vi que ella salió de tu departamento

--Me hubiera gustado haberte visto en ese momento, no te abría dejado escapar

--Lo sé -dio una pequeña risilla

--Duerme - me dijo. Me tomó de la mano y la apretó con delicadeza


La cama se sentía más acogedora. A decir verdad ya ni me molestaba estar en el hospital. Estando con Alejandro siento que cualquier lugar es genial.


--Matías

--Dime -abrí mis ojos pues ya había empezado a dormirme

--¿Quieres ser mi novio?


Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Y pude ver una gran sonrisa en el rostro de él tambien.


--Lo pensaré -le dije simplemente por "joder", pues era obvio que la respuesta era sí.


Él solo sonrió, se acercó un poco a mi y me besó la frente.




.......................





Abrí mis ojos y miré a la oscuridad. Había tenido una pesadilla y no había podido volver a conciliar el sueño. Me giré y vi el rostro de Alejandro durmiendo, se veía tan guapo. Di un gran suspiro y me levanté de la cama. Caminé muy despacio hacia el balcón, teniendo cuidado de no hacer ruido, no quería que Alejandro se despertará. Me quedé simplemente observando las estrellas, era algo que me encantaba de Ciudad Vigrid, que siempre había un cielo estrellado.


Habían pasado dos meses desde... Ese día. El día en que le disparé a Lucy. Nunca la he vuelto a ver, ni a ella ni a Gabrielle. A veces tengo pesadillas de lo que pasó ese día, Amanda dice que es normal tener esa clase de sueños, pues son el resultado de haber vivido una mala experiencia, ella dice que con el tiempo las cosas mejorarán.


--Matías... -me dijo su cálidas voz, me giré y vi a Alejandro, sólo traía unos bóxers, en cambio yo me encontraba totalmente desnudo- Hace frío, te enfermarás

--No es para tanto -le dije amable

--¿Por qué estás despierto?

--Quería ver la ciudad

--Tuviste otra pesadilla ¿verdad?

--Así es -contesté incómodo- Puedes regresar a la cama, yo me quedaré otra rato más despierto


Alejandro frunció el ceño, parecía estar pensado detenidamente en algo.


--Ven aquí -me tomó del brazo

--Alejandro...

--Siempre te deprimes cuando tienes esa clase de sueño, voy a ayudarte a tranquilizarte -se acercó a mi oído- Voy a hacerte el amor -susurró


Me llevó hasta la cama e hizo que me acostara, se puso encima de mi y comenzó a besarme el abdomen.


--Sólo debes pensar en mi -dijo despacio- sólo en mí


Acaricio mi pene y este enseguida se levantó.


--Tu cuerpo se ha vuelto tan sensible, Matías. Me encanta


Llevó su boca hasta mi miembro y lo lamió de la punta. Yo me estremecí, Alejandro en verdad hacía que me olvidara de mis preocupaciones. Metió todo mi pene en su boca y comenzó a hacer el trabajo, se ha vuelto increíblemente bueno en las mamadas.


--¿Te gusta?

--M-me encanta... Hmm....


Alejandro sonrió y volvió a meterse el pene a la boca. Llevó su mano hasta mi ano y metió un dedo, mi cuerpo se sobresaltó, realmente no me esperaba eso. Se sentía tan bien todo aquello que no lo pude evitar y me corrí en su boca. Me sentí un poco avergonzado de haber terminado tan rápido. Pero Alejandro sólo me sonrió.


--¡Yomi! - dijo juguetón, fue hasta mi boca y me besó- ¿Puedo meterlo ya?

--Sí...


Se mordió el labio coqueto. Abrió mis piernas y puso su pene en mi entrada. Despacio comenzó a meterlo, me quejé un poco, siempre duele al principio, pero cuando empezaron las embestidas el placer llegó.


--¿Quieres que vaya más despacio?

--N-no, así esta bien... Así m-me gusta...


Alejandro dio una pequeña risilla. Abrió mis piernas un poco más y aceleró el ritmo de las embestidas. Se sentía tan bien, sentirlo entrar tan profundo me excitaba demasiado. ¡Que no deje de moverse!


--Ya... Ya va a salir... -dijo y casi al instante se corrió en mi interior. Gemí fuerte al sentir el líquido caliente entrar.


Alejandro lentamente salió de mi interior y agitado se acostó en la cama.


--Otra vez me corrí dentro de ti, lo siento

--Ya te he dicho que esta bien, me gusta como se siente -le sonreí y le di un beso en los labios


Él también sonrió, me tomó de la mano y la apretó con fuerza. Miró hacia el techo y se quedó un tiempo en silencio, pensando. Me miró a la cara y una gran sonrisa se dibujó en su rostro.


--Dime que me amas -hizo un puchero

--Te amo Alejandro

--Yo también te amo -me acaricio la mejilla- con todo mi corazón.

3 comentarios:

  1. hermoso insisto no se por que pero me recuerdan a yunho y jae es que son parecidos los personajes a ellos y por eso me motivo a seguir la lectura
    lo bueno de esto es que le dio la fuerza a Matías para darse cuenta lo mucho que amaba a Alejandro y así estar juntos y dejar de sufrir por la ausencia de su amor
    y las otras que las alejaran de sus vidas mejor así no seguirán lastimando los
    y termino muy bien los dos amándose como locos conejos y las otras desaparecidas de sus vidas

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  2. fue hermosooo... menos mal que no murió nadie aunque reconozco que las perras fueron malas malísimas... al final les debemos agradecer el que hayan engañado a su novios porque por medio de eso ellos se conocieron y se reconocieron como sus almas gemelas.
    me encantó .gracias

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