—Hey, cariño, ¿recordaste
los pasteles?
—Como si me
dejaras olvidarlos. No te preocupes, hombre grande, hice una nueva tanda esta mañana
solo para nuestro picnic— Jaejoong se echó a reír mientras dejaba la cesta de
picnic encima de la manta roja extendida sobre la hierba.
Yunho parecía un
poco avergonzado cuando llegó a la cesta de picnic. —Pensaba que teníamos toda
esa cosa relacionada con el ejercicio. Tú cocinas dulces, solo si nos
mantenemos saludables.
Jaejoong golpeó la
mano de Yunho cuando llegó a uno de los pasteles. —Sí y parte de estar
saludable es comer comida de verdad antes del postre.
—Aguafiestas— dijo
Yunho, mientras se frotaba la mano.
Jaejoong se echó a
reír mientras Yunho se sentaba en la manta detrás de él, Jaejoong se recostó
contra él. Agarrando los brazos de Yunho y envolviéndolos alrededor de su
cintura, apretándose contra él.
—¿Seguro que
tienes el día libre?— le preguntó, inclinando la cabeza para buscar a Yunho.
—Estoy seguro. Yoochun
dijo que el nuevo doctor estaría de guardia todo el día solo para asegurarse de
que pasáramos nuestro primer aniversario juntos. Y si es necesario, yo hablaré
con Min y él no estará muy contento con eso porque dirá que están interfiriendo
en mi día a solas con el fabricante de pasteles.
—Ese hombre se
gobierna por su estómago.
—¿Y yo no?— Yunho
se rió.
Jaejoong era muy
consciente de la debilidad de Yunho por el chocolate. Si él no fuera un hombre
tan activo, pesaría cien kilos más ahora. A Yunho le encantaba el chocolate.
—Sí, pero lo solucionas
de formas muy creativas— dijo Jaejoong moviendo las cejas.
Él comenzó a
preocuparse al ver la súbita y seria expresión que cruzó por la cara de Yunho.
—¿Yunnie? ¿Ocurre algo?
—No, cariño, no
pasa nada. ¿Te he dicho lo mucho que me gusta cuando tú me llamas Yunnie y la
forma en que lo haces?
—Es posible que lo
hayas mencionado una o dos veces.
—¿Te he dicho cuánto
te amo?
Jaejoong sonrió.
—Sí, por supuesto, pero tú puedes decírmelo de nuevo.
—Te amo, Jaejoong.
Este último año contigo ha sido el más maravilloso de toda mi vida. Tú me
complementas. Haces que despertar cada mañana e irme a dormir todas las noches
valga la pena.
—Yo también te amo
tanto, Yunnie. Espero que sepas eso.— Jaejoong contestó, alzando la mano para
alcanzar un lado de la cara de Yunho y acariciarla suavemente. —Creo que te he
amado desde el momento en que te vi encima de mí preguntándome si estaba bien.
Yunho se echó a
reír ligeramente. —No tenía ni idea cuando vi a este pequeño y hermoso rubio
resbalarse sobre la hierba que iba a cambiar mi mundo de la manera en que lo
hiciste. Me has dado tanto, Jae, más de lo que merezco.
—Yunho…
—No, cariño,
déjame decirte esto antes de que pierda los nervios.
Jaejoong parpadeó
hacia Yunho por la sorpresa. ¿Antes de
que sus nervios lo traicionaran? Yunho era el hombre más seguro de sí mismo
que jamás hubiera conocido. Incluso cuando tuvo que lidiar con todo el fiasco
del Dr. Kang el año pasado, había mantenido la calma.
Jaejoong casi
había perdido los nervios, cuando el Dr. Kang comenzó a lanzar acusaciones
sobre la relación de su tío Yoochun con Yunho ante el comité de ética. Él había
estado listo para saltar a través de la sala y atacar al hombre.
Yunho se había
mostrado calmado y tranquilo, al presentar su evidencia y testigos ante el
comité de ética. Al final, el Dr. Kang no solo había sido despedido del
hospital Jaraseom, sino que también se le habían hecho cargos por acoso sexual,
presentados en su contra por tres enfermeras diferentes.
Por lo tanto, ver
a Yunho nervioso hizo que Jaejoong se sintiera nervioso. Durante el año que
habían estado juntos, él había aprendido mucho acerca de su amante. Si Yunho
estaba nervioso, es que era algo muy serio lo que quería discutir.
—Te amo, Jaejoong.
Nadie me ha hecho tan feliz como tú lo haces, y yo no quiero renunciar a eso.
Quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Te casarías conmigo y serías mi
marido?
Los ojos de Jaejoong
se llenaron de lágrimas mientras miraba las dos argollas de oro y plata que
tenía Yunho en la mano, una pequeña, y la otra más grande. Parecían simples
anillos de oro entrelazados con planta. Pero eran perfectos.
Su mano tembló
mientras se agachó y recogió la más grande de las dos argollas. Podía sentir la
mano de Yunho temblar bajo la suya, cuando empujó el anillo en su dedo anular y
después Yunho levantó su mano para hacer lo mismo.
—Antes de aceptar
necesitas saber que lo quiero todo, la boda, la luna de miel, todo. Lo quiero
todo, Jae, todo el circo. Quiero comprar una casa en los suburbios, tener
hijos, comprar una camioneta. Yo quiero que tú tomes mi apellido, Jae.
—Te amo, Yunnie.
—¿Entonces te
quieres casar conmigo?
—Oh, sí, Yunnie— Susurró
Jaejoong, sorprendido de que Yunho tuviera alguna duda.
—Hay una cosa más,
Jaejoong.
—¿Qué?
—Tienes que
hacerme pastelillos todos los domingos en la mañana.
—¿Es un motivo de
ruptura?
—No, pero he
pensado que mientras tú estés de acuerdo, yo trataré de comer solo unos pocos.
Jaejoong se echó a
reír. —Ah, ya veo por dónde vas. Lo único que quieres es casarte conmigo por mi
habilidad para hornear.
Yunho rápidamente,
rodó a Jaejoong sobre su espalda, acomodándose entre sus piernas. Trazó los
labios de Jaejoong con su lengua, sonriendo al escuchar la respiración de Jaejoong
salir de forma precipitada. —Tienes que admitir, cariño, que tú tienes los más
placenteros dulces.
FIN.
Bello final *.* Yunho super enamorado y Jae también. Ame leerlo. Gracias amiga ^.^
ResponderBorrarUn final muy bonito...💍💛💚
ResponderBorrarPrecioso final feliz 💜💜. Gracias por compartir esta historia.
ResponderBorrarQue hermoso, dulce y goloso final, me encantó.
ResponderBorrarGracias!!!
Que lindo final bueno bien dice el dicho que para llegar a un hombre se comienza por el estomago
ResponderBorrarEstuvo muy lindo meloso y romántico esta historia....me encantó!!
ResponderBorrarEspero seguir viendo mas historias en tu blog...son geniales..gracias x traernoslas...