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domingo, 2 de abril de 2017

Capítulo X - PeD

—Hey, cariño, ¿recordaste los pasteles?

—Como si me dejaras olvidarlos. No te preocupes, hombre grande, hice una nueva tanda esta mañana solo para nuestro picnic— Jaejoong se echó a reír mientras dejaba la cesta de picnic encima de la manta roja extendida sobre la hierba.


Yunho parecía un poco avergonzado cuando llegó a la cesta de picnic. —Pensaba que teníamos toda esa cosa relacionada con el ejercicio. Tú cocinas dulces, solo si nos mantenemos saludables.

Jaejoong golpeó la mano de Yunho cuando llegó a uno de los pasteles. —Sí y parte de estar saludable es comer comida de verdad antes del postre.

—Aguafiestas— dijo Yunho, mientras se frotaba la mano.

Jaejoong se echó a reír mientras Yunho se sentaba en la manta detrás de él, Jaejoong se recostó contra él. Agarrando los brazos de Yunho y envolviéndolos alrededor de su cintura, apretándose contra él.

—¿Seguro que tienes el día libre?— le preguntó, inclinando la cabeza para buscar a Yunho.

—Estoy seguro. Yoochun dijo que el nuevo doctor estaría de guardia todo el día solo para asegurarse de que pasáramos nuestro primer aniversario juntos. Y si es necesario, yo hablaré con Min y él no estará muy contento con eso porque dirá que están interfiriendo en mi día a solas con el fabricante de pasteles.

—Ese hombre se gobierna por su estómago.

—¿Y yo no?— Yunho se rió.

Jaejoong era muy consciente de la debilidad de Yunho por el chocolate. Si él no fuera un hombre tan activo, pesaría cien kilos más ahora. A Yunho le encantaba el chocolate.

—Sí, pero lo solucionas de formas muy creativas— dijo Jaejoong moviendo las cejas.

Él comenzó a preocuparse al ver la súbita y seria expresión que cruzó por la cara de Yunho.

—¿Yunnie? ¿Ocurre algo?

—No, cariño, no pasa nada. ¿Te he dicho lo mucho que me gusta cuando tú me llamas Yunnie y la forma en que lo haces?

—Es posible que lo hayas mencionado una o dos veces.

—¿Te he dicho cuánto te amo?

Jaejoong sonrió. —Sí, por supuesto, pero tú puedes decírmelo de nuevo.

—Te amo, Jaejoong. Este último año contigo ha sido el más maravilloso de toda mi vida. Tú me complementas. Haces que despertar cada mañana e irme a dormir todas las noches valga la pena.

—Yo también te amo tanto, Yunnie. Espero que sepas eso.— Jaejoong contestó, alzando la mano para alcanzar un lado de la cara de Yunho y acariciarla suavemente. —Creo que te he amado desde el momento en que te vi encima de mí preguntándome si estaba bien.

Yunho se echó a reír ligeramente. —No tenía ni idea cuando vi a este pequeño y hermoso rubio resbalarse sobre la hierba que iba a cambiar mi mundo de la manera en que lo hiciste. Me has dado tanto, Jae, más de lo que merezco.

—Yunho…

—No, cariño, déjame decirte esto antes de que pierda los nervios.

Jaejoong parpadeó hacia Yunho por la sorpresa. ¿Antes de que sus nervios lo traicionaran? Yunho era el hombre más seguro de sí mismo que jamás hubiera conocido. Incluso cuando tuvo que lidiar con todo el fiasco del Dr. Kang el año pasado, había mantenido la calma.

Jaejoong casi había perdido los nervios, cuando el Dr. Kang comenzó a lanzar acusaciones sobre la relación de su tío Yoochun con Yunho ante el comité de ética. Él había estado listo para saltar a través de la sala y atacar al hombre.

Yunho se había mostrado calmado y tranquilo, al presentar su evidencia y testigos ante el comité de ética. Al final, el Dr. Kang no solo había sido despedido del hospital Jaraseom, sino que también se le habían hecho cargos por acoso sexual, presentados en su contra por tres enfermeras diferentes.

Por lo tanto, ver a Yunho nervioso hizo que Jaejoong se sintiera nervioso. Durante el año que habían estado juntos, él había aprendido mucho acerca de su amante. Si Yunho estaba nervioso, es que era algo muy serio lo que quería discutir.

—Te amo, Jaejoong. Nadie me ha hecho tan feliz como tú lo haces, y yo no quiero renunciar a eso. Quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Te casarías conmigo y serías mi marido?

Los ojos de Jaejoong se llenaron de lágrimas mientras miraba las dos argollas de oro y plata que tenía Yunho en la mano, una pequeña, y la otra más grande. Parecían simples anillos de oro entrelazados con planta. Pero eran perfectos.

Su mano tembló mientras se agachó y recogió la más grande de las dos argollas. Podía sentir la mano de Yunho temblar bajo la suya, cuando empujó el anillo en su dedo anular y después Yunho levantó su mano para hacer lo mismo.

—Antes de aceptar necesitas saber que lo quiero todo, la boda, la luna de miel, todo. Lo quiero todo, Jae, todo el circo. Quiero comprar una casa en los suburbios, tener hijos, comprar una camioneta. Yo quiero que tú tomes mi apellido, Jae.

—Te amo, Yunnie.

—¿Entonces te quieres casar conmigo?

—Oh, sí, Yunnie— Susurró Jaejoong, sorprendido de que Yunho tuviera alguna duda.

—Hay una cosa más, Jaejoong.

—¿Qué?

—Tienes que hacerme pastelillos todos los domingos en la mañana.

—¿Es un motivo de ruptura?

—No, pero he pensado que mientras tú estés de acuerdo, yo trataré de comer solo unos pocos.

Jaejoong se echó a reír. —Ah, ya veo por dónde vas. Lo único que quieres es casarte conmigo por mi habilidad para hornear.

Yunho rápidamente, rodó a Jaejoong sobre su espalda, acomodándose entre sus piernas. Trazó los labios de Jaejoong con su lengua, sonriendo al escuchar la respiración de Jaejoong salir de forma precipitada. —Tienes que admitir, cariño, que tú tienes los más placenteros dulces.


FIN.

6 comentarios:

  1. Bello final *.* Yunho super enamorado y Jae también. Ame leerlo. Gracias amiga ^.^

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  2. Precioso final feliz 💜💜. Gracias por compartir esta historia.

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  3. Que hermoso, dulce y goloso final, me encantó.

    Gracias!!!

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  4. Que lindo final bueno bien dice el dicho que para llegar a un hombre se comienza por el estomago

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  5. Estuvo muy lindo meloso y romántico esta historia....me encantó!!

    Espero seguir viendo mas historias en tu blog...son geniales..gracias x traernoslas...

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