«Esto apesta», pensó Jaejoong. Miró alrededor del bar.
Todos esos hermosos hombres formando parejas y pasando un buen rato bailando,
hablando, incluso besándose. Y él sentado ahí… solo.
«¿Qué infiernos? Llevo viniendo a este bar
cerca de un año. En todo ese tiempo no he tenido proposiciones sexuales, ni
siquiera me han pedido bailar. ¡Este es un bar gay, por San Pedro…!» él era gay y soltero, «¿Una pequeña indecente proposición es mucho pedir?».
Aparentemente
sí... había estado sentado ahí, solo de nuevo, durante las últimas dos horas.
Se acercaría a uno de los hombres solteros, si no supiera ya que era una
pérdida de tiempo. Oh, él lo había intentado. Les había hecho propuestas a
varios chicos, pero fue en vano. Ellos siempre decían que no estaban
interesados y se movían hacia alguien más. Ni siquiera lograba que alguien
bailara con él. Ellos siempre decían que no, y abruptamente se giraban y
encontraban otra pareja. Era como si se asustaran de él.
Jaejoong tomó un
trago de su bebida, y la dejó en la barra. Se miró la ropa que usaba. ¿Ese
sería el problema? Sus jeans azul deslavados tenían rasgaduras y partes raídas,
pero se veían bien. Había visto aquí chicos usando cosas mucho peores.
Su camiseta, una
sencilla camiseta blanca de algodón, se le veía bien. El suave material se
estiraba en su pecho lo suficiente para mostrar los tensos músculos que había
trabajado mucho para tener.
Jaejoong había
visto muchísimos chicos vistiendo lo mismo y tenían proposiciones todo el
tiempo. Entonces, ¿por qué, él no? ¿Qué estaba mal con él que nadie se
interesaba?
Sacudió la cabeza,
se giró hacia la barra, se tomó lo último de su bebida de un trago, dejó el
vaso y sacó algo de dinero de su cartera. Lanzó los billetes a la barra.
Despidiéndose del
barman, bajó de la silla alta y se dirigió a la puerta del frente. No tenía
sentido seguir pegado ahí esta noche, y quizás ninguna otra. Se quedaría solo
de nuevo. «Quizás debo ir al nuevo club, La
Jaula de Jun», pensó. Estaba en el lado opuesto de la ciudad. Quizás
tendría más suerte allí.
—Hey, Jaejoong, ¿a
dónde vas? Es demasiado temprano para que te rindas, ¿no es así?— Seunghon, el
guardia le preguntó.
—Oh, hey, Seunghon.
No, no voy a rendirme. Pensé en ir al nuevo lugar que abrieron al cruzar la
ciudad.— Se encogió de hombros —.Empiezo a sentirme como si tuviera piojos o
algo así. ¿Cuánto tiempo llevo viniendo aquí? Y nadie quiere darme ni la hora.
Creo que quizás es hora de dirigirme a pastos más verdes.
—Jaejoong,
deberías reconsiderar eso. La Jaula de Jun es un lugar muy rudo, especialmente
si no estás dentro de ese
estilo de vida. Sabes que es un club de D/s, ¿verdad?
Jaejoong abrió por
un momento los ojos aún más. —¿En serio?
—Ese lugar es muy
duro. Ya se ha creado una reputación y solo está abierto desde hace un mes.
Puedes terminar lastimado. ¿Por qué no regresas dentro?
—No, de todas
formas gracias, Seunghon. Aquí no voy a encontrar quien me mire. Lo he
intentado. Infiernos, no puedo conseguir ni siquiera que alguien baile conmigo.
Por alguna razón, la gente de aquí no me encuentra atractivo.
—Jaejoong, eres
genial. Todo el mundo te ama, es solo...
Sacudió la cabeza.
—Seunghon, estoy cansado de estar solo cada noche. Tú tienes a Eric en casa. Yo
voy a un apartamento vacío. Pensé que podría encontrar a alguien aquí, pero no he
podido. No hay razón para que siga pegado alrededor.
—Jaejoong...
—Eres un verdadero
amigo, Seunghon, gracias.
Jaejoong podía oír
a Seunghon murmurar detrás de él mientras se dirigía a su coche. Casi se
detiene y regresa al interior. Le agradaba la gente aquí. Eran un grupo
amistoso, aunque a ninguno de ellos les pareciera sexualmente atractivo.
Mientras las cosas estaban en términos amistosos todo iba genial. Pero en el
momento en que algo sexual se formaba, ellos corrían a las colinas.
Se daba cuenta que
no era exactamente un imán para el sexo, pero tampoco era un completo desadaptado.
Llevaba su cabello
color arena, corto a los lados, un poco más largo atrás y las puntas
cuidadosamente levantadas al frente.
Sus ojos negro
profundo eran su mayor ventaja. Su madre una vez le dijo que eran hermosos, y
que podía ver su alma reflejada en esos ojos. Claro, ella era parcial a su
favor. Ella lo amaba.
Admitía que no era
muy alto, solo un metro setenta y cinco. Pero no era un enclenque. Después de
pasar horas haciendo ejercicio, había logrado definir su físico y sus músculos
estaban esculpidos. Estaba especialmente orgulloso de su duro y redondo
trasero. Su amigo y compañero de cuarto, Heechul, juraba que podía hacer
rebotar una moneda en el trasero de Jaejoong.
No, ir al otro bar
era su mejor opción en este momento. Él nunca encontró al “Señor Correcto” en
el Club Rotten, ni siquiera al “Señor Correcto por ahora”. Esperaba que sus
posibilidades en el club La Jaula de Jun fueran mejores.
Realmente no
quería a alguien por una noche; quería encontrar a alguien con el que pudiera
desarrollar una relación; pero en este momento estaba tan solo que tomaría lo
que pudiera conseguir.
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—Adelante,— contestó
Jung Yunho a los suaves toques en su puerta. Levantó la vista de las facturas y
vio entrar a Seunghon, su guardia —.Hey, Seunghon, ¿qué sucede?
—Hey, Jefe, Jaejoong
estuvo aquí.
—Bien. Entonces,
¿cuál es el problema? Jaejoong siempre está aquí.— Yunho levantó una ceja. Jaejoong
era uno de los clientes permanentes del club de Yunho los fines de semana. ¿Por
qué debería de ser diferente esta noche?
—Bueno, se acaba
de ir,— dijo Seunghon con evasivas.
—¿Y? ¿Alguien lo
molestó?— preguntó Yunho, poniéndose de pie. Barrería el suelo con cualquiera
que se metiera con su bebé. Todos los clientes regulares del Club Rotten sabían
que Jaejoong le pertenecía. Había dejado muy en claro su propiedad sobre el
hombrecito. Cualquiera que se cruzara con él, era más que seguro que terminaría
conociendo el muy famoso carácter de Yunho.
—Se fue al club
del otro lado de la ciudad, La Jaula de Jun. Cree que todo el mundo aquí lo odia porque nadie quiere ni siquiera
bailar con él. Va a La Jaula a
tratar de levantar a alguien.
Las manos de Yunho
se cerraron en un puño mientras pensaba en Jaejoong tratando de establecer una
cita en La Jaula de Jun.
—Gracias, Seunghon.
Me encargaré de eso,— Yunho contestó. Habló a través de sus dientes cerrados,
apenas capaz de controlar su ira. Jaejoong le pertenecía y sería un maldito si
permitiera que alguien tomara lo que era suyo. Tomó el teléfono.
—Uh, ¿jefe? Creo
que quizás deberías dejar que Jaejoong sepa por qué nadie le pide salir.
Realmente está empezando a pensar que hay algo malo en él. Su autoestima va a
empezar a afectarse verdaderamente si no se lo dices pronto.
Yunho miró a Seunghon
brevemente y entonces asintió. —Gracias, Seunghon, te puedes ir.
Seunghon dudó,
antes de salir cerrando la puerta detrás de él. Yunho marcó el número de teléfono
del propietario de La Jaula de Jun, esperando que Siwon contestara.
Afortunadamente Siwon era un viejo amigo y en ocasiones amante.
—Hey, Siwon, soy Yunho.
—Yunho, viejo. ¿Cómo estás amigo mío?— Siwon se rió.
—Estaré mucho
mejor si puedes hacerme un favor.
—Claro, Yunho, lo que necesites. Solo dilo.
—Hay un jovencito
que se dirige a tu local, su nombre es Kim Jaejoong. Mide uno setenta y cinco,
pesa sesenta y tres kilos, cabello rubio arena corto, ojos negros y un trasero
para morir. Llegará ahí en unos minutos.
—Gracias por la información, mi amigo,
seguro que mantendré los ojos en él.—
Siwon se rió.
—Siwon,— Yunho gruñó
—.Él es mío y no está en ese estilo de vida. Mantén tus manos fuera.
—Bueno, infiernos sangrientos, Yunho. Si él
no está dentro de la D/s, entonces ¿qué es lo que hace viniendo a mi
establecimiento? Sabes qué tipo de lugar es este. Se lo comerán vivo. Entonces,
¿por qué lo sacaste de tu amoroso local?
Yunho sabía
exactamente qué tipo de club operaba Siwon. Eso era lo que le preocupaba. El Club
Rotten era solo un club gay. La Jaula de Jun era un serio club de D/s. La mayoría de la gente que cruzaba sus puertas usaba
cadenas y piel.
—No es que yo lo
enviara allí, imbécil.
Yunho pudo oír la
repentina carcajada de Siwon a través del teléfono. Si él pudiera, pondría sus
manos alrededor del cuello de Siwon en ese momento.
—Siwon,— gruñó de
nuevo.
—Bien, mantendré vigilado a tu pequeño
pichón.
—Siwon…— Giró los
ojos —.Solo asegúrate de que se quede fuera de los problemas y se vaya solo a
casa.
—Sí, claro, pero creo que me deberás una
por esto, Yunho.
—Bien, mantendré
los ojos abiertos por ti y te enviaré algo especial.
—Tenemos un trato.— Siwon se rió antes de decir adiós y colgar. Yunho
sacudió la cabeza mientras colgaba el teléfono. Uno de estos días Siwon iba a
empujarlo más allá y cuando eso sucediera, él…
Yunho suspiró y se
hundió en su silla. Por los siguientes minutos trató de concentrarse en las
facturas frente a él, pero sus pensamientos regresaban a Jaejoong y a lo que Seunghon
le había dicho acerca de su autoestima. «¿Realmente
creía que no le agradaba a nadie en el club?»
Oh, Jaejoong se
iba a enojar mucho cuando descubriera que Yunho le había advertido a todo el
mundo que se alejaran de él. Sin duda mucha gente se hubiera acercado a él si Yunho
no lo hubiera reclamado primero.
Todos los clientes
habituales, y sus empleados, sabían que Jaejoong le pertenecía. Todos ellos se
aseguraban de que nadie cruzara la línea alrededor de Jaejoong. Yunho no se
había dado cuenta de que sus esfuerzos habían hecho creer a Jaejoong que no le
agradaba a la gente.
No le extrañaba
que se hubiera ido a otro club. Yunho no quería que las cosas fueran tan lejos,
ni lastimar a Jaejoong. Pero sabía que una vez que lo reclamara y lo llevara a
su vida, las cosas nunca serían iguales. Quería que ambos tuvieran tiempo para
conocerse uno al otro antes de que su relación llegara a ese punto.
Aparentemente su gran plan había fracasado. Gran
momento.
Yunho sacudió la
cabeza mientras amontonaba las facturas en su escritorio. No podía trabajar
pensando en Jaejoong. Era mejor dejarlo antes de que su mente explotara. De
todos modos, odiaba hacer el papeleo necesario para manejar un club.
Pero amaba ese
lugar, así que se esforzaba en tratar con toda la mierda administrativa. El
Club Rotten había sido su bebé durante los últimos diez años y estaba orgulloso
de cada centímetro del lugar. Había hecho una buena vida y disfrutaba los
extras que venían con eso. Como encontrarse con Jaejoong.
Jaejoong había
llegado al club hacía cerca de un año. Yunho estaba supliendo a uno de los
barmans de la noche cuando vio al hermoso hombre en el momento en que entró.
La juventud de Jaejoong
y su obvia inexperiencia, habían llegado a Yunho como nada lo había hecho
antes. Quedó fascinado con la primera mirada, y obsesionado después de la
primera palabra de Jaejoong. Sabía antes de que esa noche terminara, que quería
que Jaejoong fuera suyo exclusivamente.
Yunho solo dudaba
porque Jaejoong parecía muy inocente. Sabía que Jaejoong no estaba dentro del
mismo estilo de vida que había sido parte de la suya durante muchos años. A Yunho
le gustaba ser el dominante en una relación.
Eso no quería
decir que le gustara el lado oscuro de la D/s, pero le gustaba ser el que
decidía. Sabía que Jaejoong podría ser un perfecto sumiso, pero eso era algo
que tenía que trabajarse lentamente o no sería una real relación D/s.
Eso requería mucha
confianza, entendimiento, y el cuidado que tenía ese tipo de relación que Yunho
visualizaba para él y para Jaejoong. Y eso tomaba tiempo, por lo que Yunho
había esperado para reclamarlo.
Aparentemente no
había calculado bien las cosas que había planeado.
Yunho se puso de
pie y sacó las llaves de su bolsillo. Se volvería loco si no iba a La Jaula de
Siwon y encontraba a Jaejoong. Podría
ceder y solo dejarse ir.
Salió, cerrando
detrás de él, y se dirigió a las escaleras, deteniéndose brevemente con el
barman para decirle que saldría. Con un último movimiento de su mano diciendo
adiós, se dirigió a su automóvil. Un momento después manejaba hacia el otro
lado de la ciudad.
Solo esperaba
llegar ahí a tiempo para salvar a Jaejoong de sí mismo.
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Jaejoong llegó
frente al La Jaula de Jun, encontró
un lugar donde aparcar y apagó
el motor. Sacó las llaves del
encendido y miró hacia la entrada
del lugar. La gente entraba por las puertas dobles del local. Jaejoong tomó una
profunda respiración. «¿Realmente quería
hacer esto?»
¿Un club D/s? ¿Qué
sabía sobre los clubes D/s? ¿Podría ser considerado un Dom o un Sum? Jaejoong
empezó a reírse. Sabía que podría considerarse un sumiso. No solo por su
tamaño, sino que le gustaban los hombres fuertes, tipo “alfa”.
Qué infiernos.
¿Qué era lo peor que podría suceder? ¿Regresar a su casa solo de nuevo? De
cualquier manera lo había hecho cada noche. ¿Por qué esta noche sería
diferente? Al menos dentro tendría la oportunidad de encontrar a alguien.
Tomando una
profunda respiración, Jaejoong salió del coche. Guardó las llaves en su
bolsillo y se dirigió a las puertas del frente. Sacó su billetera y buscó su
identificación. Ellos siempre se la pedían.
Cuando llegó a la
entrada le entregó su licencia de conducir al portero, esperando que lo dejara
entrar.
—¿Estás seguro de
que eres lo suficientemente mayor?— el guardia preguntó, mirando la
identificación y luego a Jaejoong.
Jaejoong apenas
consiguió evitar girar los ojos. —Sí, soy lo suficientemente mayor.
El guardia miró la
licencia una vez más antes de devolvérsela. —Bien, puedes entrar.
Jaejoong guardó su
identificación en la billetera y esta en el bolsillo trasero de sus pantalones,
entonces atravesó las puertas. Sus ojos se agrandaron y se quedó con la boca
abierta. No estaba seguro de qué esperaba, pero no era eso. Un mar de piel,
cadenas y cuerpos casi desnudos frente a él.
Algunos hombres
guiaban a otros con una correa atada a un collar con puntas. Otros tenían
hombres arrodillados a sus pies. Unos usaban piel, otros trajes y otros jeans y
camisetas. Aparentemente La Jaula de Jun no tenía un código
de vestuario estándar.
Lo que le
sorprendió más era que todos tenían una serena alegría en sus caras, incluso
los hombres arrodillados. Todos parecían estar felices en cualquiera que fuera
su rol. Jaejoong se encogió de hombros y se dirigió al bar.
Encontrando una
silla vacía, saludó al barman y ordenó un refresco. Quería algo más fuerte para
tener valor, pero imaginó que necesitaría todas sus facultades esa noche. No se
sentiría cómodo allí sin estar sobrio.
Una vez que le dio
un trago a su refresco se giró a ver el salón. Pudo ver a varios hombres
mirándolo, aparentemente clasificándolo. Quizás había hecho una buena elección
y esa noche no era una total pérdida de tiempo, después de todo. Realmente no
estaba muy seguro de que le interesara el estilo de vida que esa gente
disfrutaba, pero definitivamente haría algo esta noche.
—¿Está ocupado ese
lugar?— una profunda voz preguntó al lado de Jaejoong.
Jaejoong se giró y
vio a un hombre alto de cabello oscuro señalando la silla de al lado. Era muy
hermoso, vestido con traje negro y camisa blanca. El botón de arriba estaba
abierto mostrando su ancho y bronceado pecho. «¡Yummy!»
—No, no, para
nada.— Jaejoong contestó, dándole su más sexy sonrisa. Vio al hombre un momento
antes de darse cuenta que el tipo apenas lo vio, una vez que se sentó, su vista
fue a la pista de baile. Con un suspiro, Jaejoong se giró. «Oh bueno, a veces se gana y a veces se pierde».
Él también revisó
a la gente en la pista de baile. Tamborileaba su pie con el ritmo de la música
mientras veía a un particularmente caliente chico en jeans negros y camisa
blanca, que estaba en el lado opuesto del salón. Solo.
«Oh, qué diablos. ¿Por qué no?» Saltando de la silla, Jaejoong caminó
entre los bailarines. Llegó junto al alto, oscuro y hermoso hombre. —¿Te
gustaría que me uniera?— le preguntó al hombre girándose hacia él. «Por favor, por favor, que diga que si».
—Por favor hazlo,—
le dijo sonriéndole a Jaejoong. El tipo envolvió su brazo alrededor de la
cintura de Jaejoong y los dos empezaron a moverse con la música. «¡Sí!»
Jaejoong justo
acababa de encontrar el ritmo, disfrutando las manos del hombre en su cadera,
sus cuerpos presionados juntos, cuando otro hombre se les unió. Antes de que Jaejoong
pudiera protestar, el nuevo hombre se movió entre ellos y se inclinó a
murmurarle al oído a su pareja de baile.
Jaejoong vio con
el corazón hundido cómo el hombre le dirigía una breve y curiosa mirada.
Entonces le sonrió y giró su atención hacia el tipo que los había interrumpido,
dejando a Jaejoong bailando solo. Jaejoong vio alrededor para ver si había
alguien más con él que pudiera bailar, pero todo el mundo parecía tener pareja.
Todo el mundo excepto él.
«La historia de mi vida», pensó. Con los hombros hundidos, regresó
a su silla junto al bar y se sentó. El hombre de antes seguía ahí, su mirada
fija en algún lugar sobre el hombro de Jaejoong. Este soltó un suspiro de
frustración. «¿Por qué nadie podía pasar
más de cinco minutos con él?»
Por el rabillo de
su ojo vio a otro hombre mirándolo. Jaejoong giró la cabeza hacia él. No era
tan agradable como el hombre sentado a su lado, pero aun así no estaba mal. Nada
mal.
Le dio al hombre
una invitadora sonrisa, saltando de alegría cuando este se dirigió hacia él. «¡Sí! Tenemos un ganador!»
—Hola,— dijo el
hombre y se inclinó acercándose.
—Hi,— contestó Jaejoong,
esperando que no se le enredara la lengua.
—¿Esta es tu
primera vez aquí? Creo que te recordaría si te hubiera visto aquí antes.
—No, esta es mi
primera vez.— Esperaba no oírse demasiado ansioso.
Jaejoong vio la
mirada del hombre ver más allá de él. Cuando el hombre lo miró a los ojos de
nuevo, Jaejoong sabía lo que le iba a decir. Podía verlo en su cara y ya lo
había oído antes.
—Bueno, espero que
lo disfrutes,— el tipo dijo, se giró y se alejó. Un segundo después se aproximó
a alguien más y los dos comenzaban a bailar.
—Sí, seguro,— Jaejoong
replicó, girándose a la barra para darle otro trago a su refresco. Levantó el
vaso y se lo acabó de un trago, entonces lo dejó en la barra. Hablándole al
barman ordenó un trago fuerte esta vez.
Si iba a estar
sentado, al menos podría calmar el dolor de ser rechazado por un corto tiempo.
Solo no podía entender por qué. Por todos lados veía parejas que se
enganchaban, pero nadie parecía quererlo a él. ¿Sería qué no era atractivo?
¿Tendría un tatuaje en la frente solo visible para los otros que les decía que
se mantuvieran alejados? Realmente. «¿Qué
jodidos pasaba?»
Medio había
pensado cambiar de equipo… si tuviera estómago para salir con chicas. Pero
entonces, ¿qué lograría con eso? Probablemente sería rechazado también por las
mujeres.
Oh, eso era
ridículo. ¿Por qué se molestaba en ir a un bar cuando sabía que no podría
conectar? Bien, podría admitir su derrota y solo regresar a casa. Rápidamente
se acabó su bebida, sacó su dinero de la cartera y lo dejó sobre la barra.
Se giró para
dirigirse a la puerta cuando se detuvo sorprendido. Se quedó con la boca
abierta y sus ojos se abrieron más. Jung Yunho, el propietario del Club Rotten,
acababa de entrar por la puerta del frente. «¿Qué
estaba haciendo ahí?» Y maldición «¿podría
esta noche empeorar?»
Él sentía algo por
Yunho desde la primera noche que entró al club. El hombre quitaba el aliento.
Medía un metro ochenta y cuatro, con hombros tan anchos como un establo y
poderosos brazos que Jaejoong soñaba que lo envolvían.
Cabello corto,
ojos acaramelados y su siempre presente sombra de la barba hacían que Yunho se
viera más rudo. Cuando sonreía suavizaba su expresión y hacía que el corazón de
Jaejoong se acelerara cuando lo hacía.
Jung Yunho.
Totalmente hermoso y completamente desinteresado en Jaejoong. Sabiendo que iba
a sufrir, Jaejoong había hecho varios intentos de acercarse a Yunho solo para
ser rechazado en cada ocasión. Oh, Yunho era muy amable. No se había burlado de
sus débiles intentos de coqueteo. Pero había dejado claro que Jaejoong no tenía
oportunidad en el infierno de ganar a un tipo como ese.
Pero los repetidos
rechazos no habían evitado que Jaejoong deseara que las cosas fueran
diferentes, o que fantaseara con Yunho casi cada noche. O que fuera al club
cada fin de semana esperando que, de algún modo, Yunho cambiara de opinión.
«No es extraño que no pueda encontrar a
alguien», pensó, dándose a
sí mismo una sacudida mental. «Soy
patético».
Jaejoong se
dirigió rápidamente al cuarto de baño, esperando evitar a Yunho. Realmente no
quería encontrárselo ahora. Eso podría ser solo la cereza en el pastel. Entró
en uno de los cubículos, cerró, y bloqueó la puerta, después bajó la tapa del
sanitario y se sentó.
Se quedaría ahí
hasta que Yunho se fuera.
—¿Dónde está Jaejoong?
Pensé que estaría aquí ahora,— dijo Yunho mientras tomaba la silla al lado de Siwon.
—Acaba de entrar
en el cuarto de baño,— Siwon replicó, viendo la bebida en su mano —.No me pidas
hacer algo como esto de nuevo, Yunho, o eso podría afectar nuestra amistad.
Yunho miró a Siwon sorprendido.
Se oía enojado. Realmente enojado. —¿Qué está mal contigo? Solo te pedí que
mantuvieras a Jaejoong a salvo.
Siwon lo miró
fijamente. —Tú no viste su cara cada vez que alguien se alejaba o no quería
bailar con él. Necesitas reclamar al niño o dejarlo ir antes de que lo
destruyas.
Asintiendo, sus
hombros bajaron ligeramente. Yunho miró hacia el cuarto de baño.
—Sí, lo sé. Seunghon
me acaba de decir lo mismo.— Pasó su mano a través de su cabello —.Infiernos, Siwon,
nunca quise que las cosas llegaran tan lejos. Solo quería que tuviéramos algo
de tiempo para conocernos mejor.
—El tiempo
terminó, mi amigo. Necesitas reclamarlo antes de que lo pierdas. Sin embargo,
si decides que no lo quieres,— Siwon dijo poniéndose de pie y acercándose a Yunho,
sus manos en sus brazos —,déjamelo saber. Sabes que hay mucha gente que se
alegraría de tomarlo; incluido yo mismo. Él quita el aliento. Encontré muy
difícil mantener a los tiburones en la bahía.
Yunho asintió
luchando por contener la ira que le surgía tras las palabras de Siwon. Quizás no
haberlo reclamado desde un principio había sido un error. Ciertamente se veía
de esa manera.
—¿Dices qué está
en el cuarto de baño?
Siwon asintió,
señalando hacia el pasillo que cruzaba el cuarto. —Sí, se dirigió allí justo
cuando llegaste. Aunque creo que planeaba irse.
Yunho se puso de
pie y estrechó la mano de Siwon. —Gracias, Siwon. Te pagaré por esto. Lo prometo.
—Coloca una
sonrisa en su cara. Ese es el único pago que necesito, Yunho.
Yunho se rió
ligeramente. —Lo intentaré.
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Jaejoong esperó en
el cuarto de baño varios minutos, tamborileando el pie con impaciencia. Pasó su
mano ansiosamente por su cara. ¿Cuánto tiempo había estado ahí? ¿Cinco minutos?
¿Diez? Seguro que no podría estar sentado ahí todo el día. Podía oír hombres
tras hombres entrar y salir del cuarto de baño. Ya había oído varios
comentarios acerca de que ese cubículo había estado cerrado mucho tiempo. Si no
salía pronto, ellos irían a cobrarle renta.
Lentamente abrió
la puerta, se asomó y revisó alrededor, el cuarto de baño estaba vacío. Con el
área libre, cruzó a los lavabos y se echó agua en la cara. Su reflejo en el
espejo captó su atención. Se vio fijamente durante varios segundos.
«¿Qué veían los otros en él?» «Sí, era joven»
«Y sí, era inexperto» «¿Pero cómo se supondría que adquirirá experiencia si
nadie hacía nada con él?»
Sacudiendo la
cabeza con molestia, Jaejoongse giró y salió del cuarto de baño. Caminó
lentamente por el pasillo, y se detuvo para asomarse hacia el bar.
Ahí estaba Yunho de
pie, junto al hombre que se había sentado a su lado. La cabeza del hombre
estaba cerca de la de Yunho y su mano en el brazo de este. Ellos se veían
bastante cómodos juntos. Ellos se veían como una pareja.
No le extrañaba
que Yunho no hubiera estado interesado en él. Tenía un hermoso hombre a su
lado. No había manera de que Jaejoong pudiera competir contra él. El hombre era
un póster de “chico sexy”. Hacía que él se viera como un adolescente antes de
la pubertad.
Con pasos firmes, Jaejoong
se dirigió a su coche. Le quitó la llave a la puerta y subió. Colocó la llave
en el encendido e iba a ponerlo en marcha cuando dejó caer la mano y apoyó la
frente en el volante. Las lágrimas ardían en sus ojos. Eso no era justo. Su
familia no lo quería porque era gay. Sus amigos de antes en su casa no lo
querían porque era gay. Y como si no fuera suficiente, los hombres gay tampoco
lo querían.
¿Estaba pidiendo
mucho? Solo quería una persona que lo amara y lo aceptara como era, no cómo
ellos querían que fuera. Solo quería a alguien a quien pudiera llamar suyo, que
llegara a casa en la noche, alguien que estuviera feliz de verlo.
Compartía el
pequeño apartamento de una habitación con otro hombre porque no podía pagar
nada más con su salario. Su compañero de cuarto casi nunca estaba ahí. Salía a
trabajar y llegaba a casa, solo para hacer exactamente la misma cosa al día
siguiente. Encontró que su única distracción era ir al Club Rotten cada fin de
semana.
Pero no veía el
punto de seguir yendo allí ahora. Nadie lo quería. De hecho, nadie lo quería en
ningún lado. Su padre lo había desheredado cuando él salió. Le dijo que se
fuera y nunca regresara. Ni siquiera se le permitió llamar a casa para hablar
con su mamá. Estaba muerto, en lo que concernía a su padre.
Sus amigos lo
habían tratado como una roca ardiente. Después de que le dijeron cada odioso
nombre en el diccionario, lo golpearon y lo dejaron sangrando y con moretones
en el suelo. Y ellos eran sus amigos desde el jardín de infancia.
Ahora esto. Jaejoong
tenía muchas esperanzas cuando se mudó a la gran ciudad. Allí había mucha más
gente. Había pensado que era seguro que encontraría a alguien. Una y otra vez
se había decepcionado.
Aparentemente
nadie en el planeta lo quería. ¿Cuál era el caso de salir del closet si no
podía encontrar a alguien, a ninguno? Había pensado pagar por sexo. Sonrió a
pesar de las lágrimas. «Con mi suerte
ellos también me dirían que no».
Unos repentinos
toques en la ventana del coche hicieron que Jaejoong se sobresaltara y dejará
salir un pequeño grito. Levantó la vista para encontrarse a Yunho de pie al
lado del coche, tocando su ventana. «¡Oh
infiernos…! Justo lo que necesitaba».
Girando la cabeza
mientras se secaba las lágrimas, rezó para que Yunho dijera un rápido hola y se
fuera. Volvió la cabeza hacia la ventanilla y bajó el vidrio. —¿Yunho?
—Jaejoong, ¿qué
estás haciendo aquí, sentado en el coche?
Jaejoong se
encogió de hombros. —Pensando.
Yunho se inclinó y
apoyó los brazos en el marco de la ventana. —¿Estás bien?— le preguntó, viéndolo
de cerca.
Jaejoong se rió.
—Sí, estoy bien. Yo siempre estoy bien.
—¿Estás seguro?
—Sí. Solo voy a
casa. Hablaremos después.— Giró la llave en el encendido, agradecido de que el
motor se encontrara bien. Ahora, si pudiera irse antes de hacer un completo ridículo...
—¿Cuánto bebiste, Jaejoong?
Quizás debería seguirte a casa para asegurarme de que estés bien.
Él sonrió ante la
preocupación que se oía en la voz de Yunho. Si solo fuera el tipo de
preocupación que realmente quería. Pero no, Yunho solo estaba siendo amable.
Siempre era amable. Eso no significaba que quisiera algo más de él.
—Solo he tomado un
par de bebidas, Yunho. Estoy bien.
—¿Por favor? Eso
hará que me sintiera mejor.
Jaejoong lo vio
fijamente antes de asentir. —Está bien, supongo.
La sonrisa que Yunho
mostró hizo que Jaejoong sintiera total felicidad en su interior. La sonrisa;
eso valía cualquier inconformidad que sintiera acerca de estar alrededor de Yunho
al sentir que estaba imponiéndose en su tiempo.
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Yunho subió a su
coche y encendió el motor, entonces siguió a Jaejoong. Sus manos temblaban
ligeramente y su corazón se aceleró. No se había sentido tan aprensivo desde
que era un adolescente y salió a su primera cita.
Usó cada gramo de
su autocontrol para evitar gritarle a Jaejoong que abriera la puerta y
sujetarlo en sus brazos cuando lo encontró sentado solo en su coche de esa manera.
Él podía decir por los rojos ojos de Jaejoong que estaba llorando. Y Yunho
sabía que él era la razón.
Realmente había
enredado las cosas y ni siquiera le había hecho saber a Jaejoong que estaba
interesado. De hecho, lo había rechazado diciéndole que quería que fueran
amigos y solo amigos.
No porque no
quisiera más, porque quería… mucho más. Pero una vez que Jaejoong fuera suyo,
no habría imposibles. Sabía que no podría resistirse a ser dominante y posesivo
con él, y no creía que Jaejoong estuviera listo. Aún.
Pero quizás era
tiempo de dejar que Jaejoong supiera que estaba interesado en algo más que ser
su amigo. Ellos podrían moverse lentamente, trabajando las cosas, darse su
tiempo para conocer al otro, quizás algunas citas.
Ese al menos sería
un comienzo.
Como siempre una interesante y buena historia *_* me quede con ganas de leer mas......amo al yunho posesivo y dominante...espero que ya no deje pasar mas tiempo y deje saberselo a JaeJoong,se me oprimió el pecho al leer que nadie lo quería u.u .....estaré esperando con impaciencia el sig capmuchas gracias por tu tiempo para publicar otra buena historia :)
ResponderBorrarYa decía yo... que raro que todo mundo ignoraba a Jaejoong ! es que acaso todos estaban ciegos ...?!teniendo a tremendo bom bom enfrente ... ajajaja pero el culpable de eso tenia nombre y apellido "Jung Yunho" XDDD
ResponderBorrarPobrecito Jae se sentía feo XD espero que yunho le de su recompensa por todo lo que hizo padecer al pobre...
Muy bueno ! a esperar e siguiente cap ;)
Como que lentamente, Yunho muevete yaaaa, pobre Jae, gracias por la historia me encanta esperaare el siguiente cap :)
ResponderBorrarahhhhhhhhhhhhhhhhhhh no puede ser no me dejes asi me ha encanto me atrapo de un principio conti pronto xfa kisisera saber mas
ResponderBorrarQue malo es Yunho, siquiera le hubiera dado alguna esperanza y no hacerlo sentir tan ignorado por todos, de por si rechazado por su familia y disque amigos, pobre.
ResponderBorrarGracias!!!
Pobre Jaejoong en verdad le estaba afectando el que nadie le hiciera caso. Yunho es muy lento lo esta haciendo esperar un año pues cualquiera se cansa.
ResponderBorrarEs muy interesante la historia gracias!
Pues sale yun porque Jae piensa q nadie lo quiere... No manches un año sin decirle nada de lo q sientes wooooo es mucho jejeje decidete...
ResponderBorrarUn año?? Es enserio? Pobre Jae piensa que nadie lo quiere...y todo por culpa de Yunho e.e ahora espero que arregle las cosas y que Jae no lo odie por lo que hizo 😥 Yunho eres muyyyy lento!
ResponderBorrarVolviste yupi y mira que vuelta con algo sublimeeee
ResponderBorrarQue forma de yunho de marcar a jae ahora si tiene que decirle como ha sido desde un principio pobre jaejae esta muy triste poensa que todos no lo quieren culpa de yunho. Por no decir y hacer las cosas claras ya ne habia imaginado la cara de yunho cuando supo que iba al local de siwon.
Gracias por el capi estuvo fenomenal
feliz por que volviste ¡¡ se te estrañaba muchoooo¡ y pobre jaee como a sufrido desde que dijo que era gay desde su pabre y sus amigos le dieron la espalda y yunho mas lo puso depresivo por alejar atodos de jae y no ser sincero con el . muchas gracias por el capitulo ¡
ResponderBorrarque mal Yunho como puede ser así con Jae hasta yo me sentí triste con Jae por el rechazo de todos esos ya debería de reclamarlo Yunho como suyo y eso ara feliz a Jae y sabrá que valió la pena que nadie lo tomara solo para ser completamente de Yunho
ResponderBorrarGracias
Ya estaba pensando que mal tenia jajaja y mira quien era quien prohibió que lo miraran ashh Yunho mira lo que causante me dúo penita como lo rechazaban aaragg ya es hora Yunho es mejor que sueltes su lado posesivo con Jaejoong
ResponderBorrarCómo pudo Yunho ser tan malo...vale..se q no era con intención pero ha herido grandemente la auto estima de Jae...esperemos q se ponga las pilas
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