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sábado, 23 de enero de 2016

Parte I

Jaejoong caminaba cansado del trabajo, sobándose la parte trasera de su cuello mientras lo hacía. Hoy fue un día largo y él está agradecido de poder ir a casa y descansar un poco. Hizo un giro raudo en la calle e hizo su camino hacia una simple, pequeña casa al final de esta.

Hogar, dulce hogar.


Jaejoong abrió la puerta y se quitó los zapatos. Caminó dentro y vio a Changmin dormido con el televisor y una bolsa de papas sobre su estómago. Jaejoong sonrió y silenciosamente se acercó, apagando la televisión y agarrando las papas. Caminó hacia la cocina y abrió el refrigerador.

Nada.

Decepcionado, Jaejoong arrastró sus pies por el piso y se encaminó hacia la habitación.
Giró la perilla y empujó la puerta para abrirla, sus ojos viajaron hasta la cama. Vio a un dormido Yunho con su cuerpo desparramado sobre toda la sábana y con la boca abierta.

Debió haber tenido un día largo también.

Suspirando, Jaejoong caminó dentro y abrió el armario. Sus ojos buscaron arriba por unas frazadas y agarró tres. Puso una sobre el suelo y luego puso otra sobre esta. Caminó hacia la sala y fue hasta Changmin. Cuidadosamente abrió la frazada y la puso sobre el cuerpo dormido de Changmin.

Caminó de regreso a la habitación y después de examinar a Yunho, acomodó la sábana sobre el hombre dormido. Cuando terminó, lentamente se acomodó sobre el suelo, la dura madera confortaba su adolorido cuerpo.

-

Changmin despertó a causa de una pesadilla, sudor corriendo por su rostro. Jadeó y miró alrededor para ver en dónde estaba. Después de darse cuenta de que estaba en casa, suspiró tranquilo.

Sintiéndose un poco hambriento, se levantó, quitándose la frazada que tenía encima.
Un momento ─ ¿frazada?

¿Cuándo fue que él…?

Caminó hacia la habitación y abrió la puerta. Vio a Jaejoong dormir sobre el suelo mientras que Yunho lo hacía en la cama. Caminó de puntillas dentro y se agachó al lado de Jaejoong.

“Gracias,” susurró.

Jaejoong se movió entre sueños y abrió sus pesados ojos.

“¿Minnie?” lo llamó.

“Lo siento,” susurró Changmin. “No quería despertarte.”

Jaejoong sacudió su cabeza.

“¿Cuándo volviste?” Changmin preguntó.

“Por las doce,” Jaejoong bostezó.

“Ve a la cama,” Changmin cepilló los mechones de cabello del somnoliento mayor.

Jaejoong asintió y cerró sus ojos, rápidamente quedándose dormido.

Changmin sonrió y se paró. Miró sobre la cama y lentamente tomó una de las almohadas. Se volvió a agachar y gentilmente levantó la cabeza de Jaejoong, reemplazando el suelo con la suave almohada. Dejó a Jaejoong y se deslizó fuera de la habitación.

[Más tarde esa noche]

Yunho despertó a causa de un olor a quemado. Saltó fuera de la cama y corrió fuera de la habitación, rápidamente encaminándose hacia la cocina.

“¡Demonios, Minnie!” tosió. “¿Qué hiciste esta vez?”

“¡Estaba tratando de calentar las sobras!” Changmin tosió, el oscuro humo llenando sus pulmones.

Yunho trató de apartar el humo lejos de su rostro, pero en lugar, más se llenaba en sus pulmones. Tosió profundamente y Changmin agarró un trapo. Lo humedeció y se acercó a Yunho, cubriéndole la boca. Empujó a Yunho lejos del humo y luego se cubrió su propia boca a la vez que se metía entre el espeso humo. Agarró lo que sea que se estuviese quemando y lo botó fuera.

“¿Qué pasó?” Jaejoong tosió mientras se acercaba a la sala.

“Minnie trataba de calentar las sobras,” Yunho contestó, balanceándose de atrás hacia adelante.

Viendo el estado mareado de Yunho, Jaejoong rápidamente volvió a la habitación para agarrar un ventilador. Volvió a la sala, enchufó el ventilador y sopló todo el humo fuera. Abrió todas las ventanas y agarró unos periódicos para ventilar a Yunho.

Changmin regresó y sintió su cuerpo llenarse de nerviosismo cuando vio a Jaejoong despierto.

“Minnie,” Jaejoong lo miró. “Ve a traerme hielo, por favor.”

Changmin asintió y fue de vuelta hacia la cocina. Agarró una taza y abrió el congelador, agarrando la bandeja de hielo. Puso unos cuantos hielos en la taza y regresó con Jaejoong.

“Gracias,” Jaejoong sonrió.

Changmin vio cómo Jaejoong rasgaba su propia camisa y ponía hielo dentro. Lo amarró y gentilmente palmeó con eso el cuello y rostro de Yunho con la fría prenda.

“Lo siento, Jae,” Yunho agachó la mirada.

“¿Por qué?” Jaejoong preguntó.

“Casi quemamos la casa,” Yunho dijo.

“No ‘nosotros’,” Changmin corrigió. “Yo.”

“Está bien,” Jaejoong continuó palmeando el hielo sobre Yunho. “¿Aún tienes hambre, Minnie? Puedo preparar algo.”

“Sólo me haré un sándwich,” Changmin rascó su cabeza.

“No,” Jaejoong se paró. “Prepararé algo.”

Agarró el ventilador y apuntó hacia Yunho a la vez que le daba a Changmin el hielo.
“Palmea su cuello y rostro, lenta y gentilmente,” dijo.

Changmin asintió y vio a Jaejoong agarrar su delantal y amarrárselo a su casi expuesto torso. Miró hacia Yunho, quien hacía lo mismo; mirar.

Kim Jaejoong solía vivir solo en esa pequeña casa durante sus días en la secundaria. Cuando entró a la universidad, se cruzó con Jung Yunho y Shim Changmin, dos atletas estrellas.

Los dos nunca fueron amigos de Jaejoong; demonios, ellos nunca notaron que Jaejoong existía.

Hasta que los dormitorios se incendiaron.

La universidad, inicialmente los mandaría a una casa diferente, pero demasiadas personas lo necesitaban y era imposible encontrar techo para todas ellas. Por suerte para Yunho y Changmin, Jaejoong era su compañero de laboratorio en química y les ofreció su pequeña casa.

La primera vez que escucharon la propuesta, se sintieron indignados. ¡¿Cómo se suponía que dos atletas estrellas se refugiarían en un lugar tan pequeño?! Lo rechazaron. Pero mientras los días pasaban, pronto descubrieron que los dormitorios no estarían disponibles hasta el próximo año.

Sin ninguna otra opción, tomaron todas sus cosas y se mudaron con Jaejoong.

Jaejoong cuidó de los dos atletas como si fuesen su familia, cocinó para ellos, se aseguró de que descansaran e inclusive los ayudó con su tarea. Cuando el año terminó, él esperaba que ellos se marcharan y nunca regresaran.

Pero ese no fue el caso.

Yunho y Changmin desarrollaron un afecto muy grande por Jaejoong y no pudieron permitirse irse cuando él hizo mucho por ellos. Decidieron quedarse y no recibieron ninguna objeción.

Después de la graduación, ellos aún no se van; no que a Jaejoong le importe.

Ahora, después de 2 años, los tres siguen viviendo en la pequeña casa, trabajando todo el día y regresando a casa cansados en la madrugada.

“Jae,” Yunho llamó. “¿Necesitas ayuda?”

“No,” Jaejoong sacudió su cabeza. “Gracias de todos modos.”

“¿Seguro?” Changmin preguntó.

Jaejoong asintió y continuó con lo que sea que estaba preparando. Changmin miró hacia Yunho con una mirada compungida.

“¿Qué hora es?” Yunho preguntó, sus ojos aún sobre Jaejoong.

Changmin miró hacia su reloj.

“4:57 am.”

“¡¿QUÉ?!” Yunho gritó.

“¿Qué pasa?” Jaejoong preguntó, asustado por la repentina explosión.

“¡Me tengo que ir a trabajar!” Yunho corrió hacia la habitación.

Jaejoong apagó la estufa y fue también hacia la habitación.

“Min,” asomó la cabeza. “La comida está lista.”

Jaejoong caminó entro y vio a Yunho tirar la ropa fuera de los cajones.

“¿Qué estás buscando?” Jaejoong preguntó.

“Mi traje,” Yunho respondió.

“Tómate una ducha,” Jaejoong lo empujó hacia el baño. “Tendré todo listo.”

Yunho rápidamente cerró la puerta y se desvistió para meterse a la ducha. Jaejoong fue hacia el closet y sacó el traje de su gancho y lo esparció sobre la cama. Recogió la ropa que Yunho había tirada y agarró un par de medias formales. Caminó fuera de la habitación y se aseguró de que los zapatos de Yunho estuviesen en la puerta, asintiendo a la vez que lo hacía. Regresó a la habitación y vio a Yunho sobre la cama, su cuerpo húmedo a la vez que cogía su traje.

“¡No!” Jaejoong gritó.

“¡Jae, me tengo que ir!” Yunho protestó.

“¡Sécate!” Jaejoong agarró la semi mojada toalla del piso.

“Pero yo─”

“Cállate,” Jaejoong envolvió la toalla alrededor de la cintura de Yunho. “Ya regreso.”

Salió con prisa de la habitación y se metió al baño, agarrando dos toallas más. Regresó como dijo y tiró una de las toallas sobre su hombro.

“Sécate la cintura y tus piernas,” le indicó. “Yo secaré el resto.”

“Pero Jae, yo─”

“Sólo hazlo.” Jaejoong dijo a la vez que tiraba otra toalla sobre la cabeza de Yunho.
Viendo que discutir era innecesario, Yunho dijo lo que le ordenó. Jaejoong frotó la toalla contra los húmedos brazos de Yunho y sintió a Yunho alzar su pierna rápidamente para secarla. Después de que el cabello del hombre estaba húmedo, Jaejoong agarró la toalla sobre sus hombros y empezó a secar su torso. Podía sentir todos los firmes músculos de Yunho bajo la tela y tragó hondo.

Eran asombrosamente duros.

Yunho terminó de secarse las piernas y vio a Jaejoong secar el resto de su cuerpo. A pesar de los años que se conocen, nunca estuvieron así de cerca el uno del otro. Tomó nota sobre las largas pestañas de Jaejoong, sus grandes ojos, su angular nariz, sus enrojecidas mejillas y sus regordetes y rosados labios. Yunho tragó salida y vio a Jaejoong retroceder.

“Toma,” Jaejoong le pasó a Yunho unos boxers.

Yunho se aclaró la garganta y rápidamente se los puso. Se paró a un lado de Jaejoong y ambos tomaron rápidamente la ropa.

“¿Tienes desodorante encima?” Jaejoong preguntó.

Yunho chasqueó los dedos y se acercó al cajón para agarrar el pequeño tubo y abrirlo, lo frotó contra sus axilas. Después de hacer eso, volvió con Jaejoong y levantó los pulgares.
“Voltéate,” Jaejoong dijo.

Yunho hizo caso y vio a Jaejoong abrir los botones de su camisa detrás de él a través del espejo. Metió su brazo derecho por su orificio y repitió el mismo paso con el izquierdo. Se volteó alrededor y ayudó a Jaejoong a abotonar y luego agarró sus pantalones mientras Jaejoong tomaba su corbata.

“Asegúrate de no olvidarte de comer el almuerzo.” Jaejoong dijo a la vez que amarraba la corbata alrededor del cuello de Yunho. “Y si vienes a casa temprano, asegúrate de que Minnie coma, por favor. Tengo turno hasta tarde hoy.”

“¿De nuevo?” Yunho se veía decepcionado.

“Si, mi manager se enfermó.” Jaejoong asintió.

“¡Jae no has tenido días libres en tres semanas!” Yunho exclamó.

“Lo sé,” Jaejoong suspiró.

“¿Qué pasa si te enfermas también?” Yunho preguntó.

“No pasará,” Jaejoong sonrió. “¡Soy inmune a las enfermedades!”

Yunho miró hacia Jaejoong con ojos tristes. A pesar de que Jaejoong dijera que estaría bien, Yunho lo dudaba.

“Ve a trabajar,” Jaejoong palmeó el hombro de Yunho. “Llegarás tarde.”

“Jae, yo─”

“Ve,” Jaejoong le extendió su abrigo.

Yunho abrió su boca para decir algo, pero fue empujado fuera de la habitación.

Jaejoong cerró la puerta y puso su mano sobre su pecho. Su corazón latía rápidamente y le era difícil respirar. Escuchó la puerta delantera cerrar y lentamente abrió la puerta, caminó fuera de la habitación, hacia la sala.

“¿A qué hora trabajas hoy?” Changmin salió de la cocina.

“Siete,” Jaejoong contestó.

“¿Cuándo termina tu turno?” Changmin preguntó.

“Alrededor de las once o doce,” Jaejoong suspiró.

“¡¿Qué?!” Changmin frunció el ceño. “¡¿De nuevo?!”

“Minnie, es que─”

“¡Jae, esos son diecisiete horas! ¡Necesitas descansar; no solo esos estúpidos managers!” Changmin gritó.

“Minnie, yo─”

“¡¿Quién demonios se creen ellos que son?!” Changmin continuó. “¡Has estado trabajando sin descanso por tres semanas!”

“¡Si te molesta tanto, puedes irte!” Jaejoong alzó la voz.

Changmin sintió su corazón detenerse.

“Yo nunca he tenido que trabajar tanto cuando estaba por mí mismo,” Jaejoong continuó. “¡Pero desde que tú y Yunho vinieron, debo trabajar tres veces más de lo que hacía antes! Sé que las horas son largas y sé que no he tenido un día de descanso, ¡pero lo hago por ustedes!”

“Jae, yo─”

“No me molestan ustedes,” Jaejoong bajó su voz. “Amo y disfruto su compañía, pero por favor entiendan mi ética de trabajo.”

“Jae, lo siento.” Changmin rápidamente abrazó al otro.

“No quería gritarte,” Jaejoong le devolvió el abrazo. “Por favor ignora lo que he dicho.”

“Tienes todo el derecho de estar alterado,” Changmin lo estrechó más. “Lo siento.”

“Por favor, no se vayan,” la voz de Jaejoong se quebró. “Por favor.”

“No lo haremos.”

Jaejoong se alejó de Changmin y vio a Yunho parado en la puerta.

“¿Qué estás haciendo aquí?” Jaejoong entró en pánico.

“Llamé para decir que estoy enfermo,” Yunho respondió.

“Pero─”

“Jaejoong nunca debes sentir que somos tu responsabilidad.” Yunho se acercó caminando.

“Pero yo─”

“Changmin y yo estamos muy agradecidos por tu hospitalidad y tratamos de agradecértelo, pero siempre estás trabajando,” Yunho aflojó su corbata. “Es como si nos estuvieras evitando.”

“No,” Jaejoong sacudió su cabeza. “Es sólo que…”

Hubo una pausa.

“¿Qué?” Changmin preguntó.

“Es sólo que…” Jaejoong mordió sus labios. “Yo… te amo.”

Yunho y Changmin se miraron entre sí.


“¿Quién?” preguntaron al unísono.

8 comentarios:

  1. Que lindo es Jaejoong, tan amable y gentil con los que ahora considera sus mejores amigos, pero lo que hasta ahora de lo que se están enterando ellos, es de que Jae trabaja tanto por no estar en su casa, ya que se ha enamorado...

    Esta lindo y tierno.

    Gracias!!!

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  2. Ohhhhhh cielos waaa pobre jae no descansa y más con esos hombres q t ayunden con los gastos pon orden jejeje. Para quien será esa declaración yo creó q va más para Yun pero quien sabe jejeje

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  3. Jaejoong se declaro pero a quien?! ..... bueno es un trio supongo que sera a los dos.
    Jaejoong hace tanto por ellos ya es momento que ellos correspondan... XD
    Gracias!!

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  4. pobre Jae tan trabajador por cuidar de Yunho y Min espero que los muchachos le echan la mano con los gastos así Jae tenga tiempo para que descanse
    pero a quien amara Jae espero que a Yunho
    Gracias

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  5. Me urge leer la segunda parte, yah, me eh quedado picada con lo que va a pasar, ihh. <3

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  6. pucha como se esfuerza jae por yunho y changmin y como los cuida ¡¡ y sobre todo es por lo ama pero a cual de los dos? gracias por el capi

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  7. :O de quien esta enamorado Jaejoong?!
    Jae si es admirable como cuida y consiente a ambos... :3

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