Capítulo 6

Cuando Jung Yunho entró en el bar ‘Mirotic’, los ojos de todo el mundo se volvieron a verlo pasar. Jaejoong caminaba detrás de él siguiéndolo de cerca, y vio a los que miraban a Yunho, viéndolo a través de sus ojos.

Los hombres querían ser él. Envidiaban su buena apariencia, su obvia condición de rico, y estaban intimidados por la confianza en sí mismo que Yunho emitía naturalmente. Las mujeres querían llegar a conocerlo mejor, preguntándose qué clase de amante sería.

Jaejoong sonrió para sus adentros mientras seguía detrás de él. No estaba seguro de que Yunho incluso tuviera una idea de lo que otros veían cuando lo miraban. Él pudo haber sido el hombre que asustaba a los niños pequeños hace años, pero ahora él era el tipo que otros querían ser.

Y también era todo de Jaejoong. El hecho de saber que todos querían lo que le pertenecía a él, le dio Jaejoong un poco de emoción. Sólo esperaba que él fuera capaz de devolver a Yunho lo que el hombre le había dado.

Jaejoong estaba tan ocupado viendo a los otros clientes en el restaurante, que tropezó contra Yunho cuando éste se detuvo junto a una cabina. Jaejoong sintió la mano de Yunho llegando alrededor de él para sostenerlo, presionándolo contra su gran espalda. Empezó a caminar alrededor de Yunho cuando él comenzó a hablar.

—Kangin, no me di cuenta que conocías a Leeteuk. ¿Cómo has estado, Leeteuk?   

¿Leeteuk? ¿Qué estaba haciendo aquí, y con Kangin?

—Yunho, no estoy seguro de que pueda decir que es bueno verte teniendo en cuenta cómo has tenido a Jaejoong durante los últimos tres meses, pero Kangin me ha convencido de que sería en el mejor interés de Jaejoong que hablara contigo— respondió Leeteuk.

Una vez más, Jaejoong comenzó a caminar alrededor de Yunho para hacer frente a Leeteuk, pero Yunho lo agarró por el brazo, manteniéndolo pegado a su espalda. Jaejoong rodó los ojos, llegando a Yunho pellizcó su culo.

—Ah, y ¿cómo he tenido a Jaejoong durante estos últimos tres meses?— preguntó Yunho.

—Miserable. Ni siquiera sale a jugar al billar conmigo, y todo es culpa tuya— explicó Leeteuk.

—¿Culpa mía? ¿Cómo es mi culpa?— preguntó Yunho.

—Tú te casaste con él y lo dejaste al día siguiente. ¿Cómo crees que eso le hizo sentir? Jaejoong nunca se habría casado contigo, a menos que realmente se preocupara por ti. Tú no tienes derecho a hacerle daño en la forma en que lo has hecho— dijo Leeteuk, su voz comenzaba a subir de tono.

—¿Crees que me sentí algo menos miserable que él? Él era mi marido y él ni siquiera recordaba mi nombre— dijo Yunho.

Jaejoong pudo oír una huella de dolor en su voz. Hizo que su corazón herido supiera que había causado a Yunho ese tipo de angustia. Él agarró la mano de Yunho, dándole un apretón mientras se apoyaba en su espalda. Colocó un pequeño beso en la espalda, tratando de hacerle saber lo mucho que lo sentía. Su pecho se sintió un poco mejor cuando Yunho devolvió el apretón.

—Mira, todo esto es discutible— dijo Yunho levantando la mano —.¿Por qué me lo preguntas aquí? 

—Debido a que Jaejoong y tú os necesitáis mutuamente— dijo Leeteuk —.Yo sé cómo de miserable ha estado Jaejoong. Kangin me ha dicho lo mal que has estado tú. Los dos sois demasiado tercos para ser el primero en ceder. No hagas efectivos los documentos de anulación, Yunho. Te arrepentirás el resto de tu vida.

—Hay un montón de cosas que las que me arrepentiré, Leeteuk, pero haber enviado a Jaejoong los documentos de anulación no es una de ellas. Eso me trajo…

—¿Cómo puedes decir eso, Yunho? Jaejoong te ama. Te juro que lo hace. Si sólo te tomaras un momento para escucharme…— dijo Leeteuk rápidamente.

—Mira, Leeteuk, si has terminado— dijo Yunho mientras sacaba a Jaejoong de detrás de él. Situó su brazo alrededor de Jaejoong y tiró de él contra su cuerpo —,me gustaría llevar a mi marido a comer. Hemos pasado toda la noche en la cama juntos, y él tiene un poco de hambre.

Jaejoong saludó con la mano, riendo cuando Leeteuk y Kangin se quedaron boquiabiertos en estado de shock. —Hey, chicos. ¿Cómo les va?— dijo con una amplia sonrisa, apoyándose en los brazos de Yunho.

—Jaejoong— Leeteuk finalmente dijo —,¿qué estás haciendo aquí?

—Almorzando con mi marido.— Jaejoong levantó una ceja.

—¿Qué estás haciendo aquí?   

Leeteuk abrió los ojos a Yunho, luego volvió a mirar a Jaejoong. —¿Tu marido? ¿Lo habéis arreglado? ¿Qué pasa con los papeles de nulidad? 

—El grandote aquí los trituró y me los entregó como un regalo— dijo Jaejoong, señalando detrás de él al hombre grande que lo sostenía.

—¿Los has destruido?— preguntó Kangin desde el otro lado de la mesa.

Yunho se rió entre dientes. —Puede que sea un montón de cosas, Kangin, pero estúpido no es una de ellas. Yo sólo mandé los papeles de anulación para obtener algún tipo de reacción de Jaejoong. Nunca quise una anulación. Yo sólo quería que me llamara.

—Pero, Jaejoong no tiene teléfono— trató de decir Leeteuk.

—Tengo uno ahora— dijo Jaejoong mientras sacaba su teléfono del bolsillo y lo agitaba delante de la cara de Leeteuk —.Yunho me lo ha dado esta mañana, así lo podré llamar cuando lo necesite.

—Entonces, ¿qué va a pasar ahora?— preguntó Kangin, sentado en su asiento con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

—Bueno, yo voy a tomar a mi marido e iremos a comer, entonces espero que volvamos a su apartamento y tomemos su ropa. Tú tienes que encontrar un guardaespaldas para él. El anuncio de que ya no soy uno de los solteros más codiciados de New York ya ha pasado a través del cable. Cuando tengamos nuestra recepción de boda el mes que viene, Jaejoong necesitará protección.

—Es un trabajo rápido, mi amigo.— Kangin se echó a reír.

—Quiero que todos sepan que Jaejoong es mío. ¿Qué mejor manera de hacerlo que soltar un error en el oído de un periodista?— Se rió Yunho antes de mirar a Leeteuk —.Vas a venir, ¿no? Sé que Jaejoong te quiere allí. Además, cualquier amigo de Jaejoong que luche por él con tanta diligencia, es un amigo mío. Tú siempre serás bienvenido en nuestra casa, Leeteuk.

—Uh, sí, claro— dijo Leeteuk, que parecía un poco confundido —.¿Qué casa? ¿Jaejoong se irá a vivir contigo?

—Por supuesto, estamos casados. ¿Por qué querríamos vivir separados? En cuanto a dónde vamos a vivir, supongo que será donde Jaejoong decida. Yo no quiero llevarlo a ninguna parte en la que esté incómodo, pero tengo viviendas en todo el mundo. Él puede elegir cualquiera de ellas.

—¿Tienes viviendas en todo el mundo?— preguntó Jaejoong, mirando a Yunho con asombro.

—Bueno, sí.— Yunho se encogió de hombros —.Hago un montón de viajes de negocios, y no me gusta estar en hoteles. Me parecía más fácil comprar una casa en cualquier lugar donde tuviera que alojarme durante un período prolongado de tiempo. ¿Por qué? ¿Es eso un problema?

—No, sólo un poco raro. Pero, si no te gusta hospedarte en hoteles, ¿qué pasa con el que nos alojamos después de que nos casamos?

Jaejoong observó con fascinación cómo la cara de Yunho pareció cambiar un poco a rojo. Podía oír a Kangin riendo detrás de él.

—Soy el dueño del hotel— dijo Yunho tímidamente.

Jaejoong observó a Yunho por un momento y luego se rió. —Por supuesto que sí, amor. Ven, vamos a buscar el almuerzo, y podremos hablar de nuestros planes de vida. De alguna manera, dudo que vayamos a estar a gusto en mi pequeño apartamento.

—Jaejoong, no me importa dónde vivamos, siempre y cuando estemos juntos— protestó Yunho.

—No te preocupes, cariño, me tomó demasiado tiempo poner mis manos sobre ti. No tengo ninguna intención de renunciar a ti ahora— dijo Jaejoong, mientras tomaba la mano de Yunho y comenzaba a tirar de él hacia fuera de la barra —.Entonces, ¿dónde me llevarás a comer?

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Los ojos de Jaejoong se abrieron cuando un valet abrió la puerta del coche para dejarlos salir en frente de uno de los restaurantes más caros de la ciudad. Vio cómo Yunho salió y se paró delante de él, sosteniendo su mano para ayudar a Jaejoong a salir del coche.

Jaejoong se acomodó en el asiento de suave cuero negro y tomó la mano de Yunho antes de salir del coche. —¿Aquí es donde vamos a comer?— preguntó con asombro mientras contemplaba el dosel de raso rojo que cubría el pasillo en el edificio.

Las letras curvas y negras anunciando ‘Anís’ ardían en la parte delantera de la cubierta. El restaurante ‘Anís’ era conocido por todos como el lugar ideal para ver y ser visto. Se servía la mejor comida a los precios más altos.

Jaejoong había visto fotos del lugar, pero nunca había estado allí.

Ni siquiera estaba seguro de que pudiera darse el lujo de entrar en el armario de las escobas. Este lugar parecía lujoso. Era una manera de salir de su rango de precio, y de rango social.

Agarrando la mano de Yunho, Jaejoong tragó saliva. —Yunho, ¿estás seguro de que quieres comer aquí?

—¿Prefieres ir a otro lugar, Liebling?— preguntó Yunho. Jaejoong miró su camisa de un simple botón blanco y jeans gastados

—No creo que esté vestido para entrar en este lugar, Yunho. Yo soy más un hombre del tipo de menú de pocos dólares. 

—Tonterías, eres un Jung ahora. Puedes comer en cualquier lugar que desees. Si no te gusta este lugar, yo sé de un pequeño café en un lugar pintoresco en París. Puedo hacer que mi avión se prepare para partir. Podríamos estar allí para el desayuno.

Jaejoong levantó la cabeza para mirar a Yunho. La mirada seria en el rostro de su marido le sorprendió. Pensó que Yunho estaba bromeando con él. —¿En serio? ¿Me llevarías en un avión a París si no quiero comer aquí?

—Liebling, te llevaré a donde quieras, Estambul, París, Londres, Hong Kong. Di el nombre del lugar y yo te llevaré— Yunho dijo con firmeza mientras cubría con su brazo la cintura de Jaejoong y tiraba de él más cerca.

Jaejoong dejó caer la cabeza sobre el pecho de Yunho mientras trataba de no reírse. Yunho hablaba completamente en serio. Él llevaría a Jaejoong donde quisiera ir. Le llevaría un tiempo adaptarse a esta nueva vida. Jaejoong levantó la cabeza para mirar a su marido, mostrando su amplia sonrisa. —Decide tú donde quieres comer hoy. Puedes llevarme a París la próxima vez, ¿de acuerdo? 

—¿Estás seguro, Jaejoong? No me tomaría nada decirle a mi piloto que preparase de inmediato el avión— dijo Yunho —.Mi piloto está siempre en estado de alerta. Él tiene que ganarse el sueldo de alguna manera.

—Estoy seguro, dulzura. Ahora, vamos a comer— dijo Jaejoong mirando hacia la puerta —.Prométeme una cosa.

—Cualquier cosa, Liebling.

—No me dejes ahí— dijo Jaejoong. Podía sentir sus nervios endurecerse a medida que caminaba hacia la puerta principal. Se sentía tan fuera de lugar. Yunho podría recoger un millón de hombres para estar a su lado que fueran mejor que él. Jaejoong ni siquiera sabía la diferencia entre un tenedor regular y un tenedor para ensalada.

—Considera la posibilidad de que me pegue a tu lado— prometió Yunho mientras jalaba a Jaejoong dentro del edificio, asintiendo con la cabeza al portero que abrió la puerta para ellos —.Hola, Hodong. ¿Cómo está tu mujer? 

—Buenos días, señor Jung, muy bien, gracias por preguntar— dijo Hodong.

—Bueno, dile que le envío saludos.

—Gracias, Sr. Jung.

Jaejoong miró a Yunho. —¿Conoces a la esposa del portero?— susurró

Yunho se rió entre dientes. —Por supuesto. Hodong ha trabajado aquí por… ¿cuánto tiempo ya, Hodong? ¿Quince años?— preguntó Yunho mientras miraba al portero.

—Diecisiete años, Sr. Jung—dijo Fred con una sonrisa —.Y no se ha olvidado de decir hola en todos estos años.

—¿Y qué haría yo sin ti, Hodong? Ustedes son parte de lo que hace a ‘Anís’ uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Todo el mundo espera que tú estés aquí cuando llegan. Creo que este restaurante se apagaría si te fueras, Hodong. 

—No diga eso, Sr. Jung— dijo Hodong.

Jaejoong tiró del brazo de Yunho, consiguiendo su atención antes de asentir hacia el portero. Miraba con fascinación cómo la cara de Yunho estaba brevemente enrojecida.

—Hodong, parece que he olvidado mis modales. Considera la posibilidad de que ha sido la locura de mi día. Me gustaría que conocieras a Jaejoong, mi marido— dijo Yunho rápidamente.

—¿Su marido? Yo no sabía que estaba casado, Sr. Jung— Hodong dijo, sonriendo más a Jaejoong.

—En realidad, nos hemos casado recientemente. Nadie lo sabe todavía, así que vamos a guardarlo para nosotros hasta el próximo mes. Estoy lanzando a Jaejoong a una recepción grande. Hasta entonces, sólo quiero algo de tiempo con mi marido antes de estar asediado por los periodistas.

—Bueno, en ese caso, quiero ser el primero en felicitarlo. Y me aseguraré de que los periodistas no se enteren de las noticias. Si tiene algún problema, hágamelo saber. Mi hijo, Taehyung, está trabajando en la cocina y echará a cualquiera que los moleste— dijo Hodong.   

—Gracias, Hodong. Voy a estar seguro de mantener eso en mente— dijo Yunho —.Voy a decirle a Miseon que envíe una invitación para ti y tu mujer para la recepción. Sé que Sanbil te ha pedido durante años que la lleves a una segunda luna de miel. ¿Por qué no venir a New York? 

—Oh, señor Jung, no podría hacer eso, yo…— dijo Hodong.

—Tonterías. Voy a enviar los billetes de avión para los dos y tendré un lugar esperando para que podáis estar. Sólo dile a tu adorable esposa que empaque sus zapatos de baile y su vestido más bonito. Voy a preparar todo para vosotros. Y no voy a aceptar un no por respuesta, Hodong.

Hodong se quedó en silencio por un momento y finalmente sonrió. —Muy bien, señor Jung. Siempre y cuando usted entienda que Sanbil va a llorar todo el tiempo en la recepción. 

Yunho se echó a reír. —No espero nada menos.

—Tengan una buena comida, señor y señor Jung.

Jaejoong sintió que Yunho le agarraba por el brazo, y empezó a llevarlo a través de la entrada del restaurante, aturdido por un momento de que fueran nombrados como señor y señor Jung. Esa era la primera vez que le habían llamado Sr. Jung desde que se casaron. Eso lo hacía real.

—¿Jaejoong? ¿Ocurre algo? ¿No quieres que invite a Hodong a la recepción?— preguntó Yunho.

Jaejoong negó con la cabeza. —No, no es eso. De repente me di cuenta de que estamos muy casados cuando Hodong nos llamó señor y señor Jung.

—Por supuesto que lo estamos. ¿Crees que todo esto era para jugar?— Yunho se rió entre dientes.   

—No, por supuesto que no. Es sólo que nadie se había referido a mí como Sr. Jung antes de ahora. Fue un poco extraño— dijo Jaejoong.

—¿Extraño en el buen sentido?

Jaejoong podía oír la vacilación en la voz de Yunho, la preocupación y la incertidumbre. Se dio cuenta de que Yunho se sentía inseguro de su relación. Jaejoong sonrió. Tendría que hacer algo al respecto.

—De una manera muy buena— dijo Jaejoong cuando se inclinó y besó a Yunho, riendo cuando lo oyó gruñir, sus grandes manos apretando en la cintura de Jaejoong.

—Yo les voy a dar lo mejor maldita segunda luna de miel que jamás pudieron imaginar.