—Ya voy, ya voy— gritó Jaejoong a quien fuera que
golpeara tan fuerte a su puerta. Terminó de abrocharse los pantalones y corrió
la mano por el cabello desaliñado por dormir antes de tirar de la puerta y
abrirla.
—Hola, Jaejoong.
—Yunho. ¿Qué estás haciendo aquí?— preguntó Jaejoong
mientras lo miraba con asombro. Pensaba que nunca volvería a ver al hombre de
nuevo. Jaejoong se sorprendió de ver a Yunho, y de darse cuenta de lo mucho que
aún lo quería.
—¿Puedo entrar? Me gustaría hablar contigo— dijo Yunho,
metiendo su cabeza hacia el interior del apartamento.
Jaejoong lo observó por un momento antes de dar un
paso atrás y dejar que entrase. Él miraba con fascinación cómo Yunho se
agachaba para pasar por el marco de la puerta. Maldita fuera, era tan alto y tan jodidamente hermoso.
Después de que Yunho entró a la sala de estar, Jaejoong
cruzó los brazos sobre su pecho para evitar reaccionar ante su presencia y
pedirle que se quedara para hacer el amor con él, sólo amarlo. La sensación era
tan abrumadora, que por un momento no sabía si podría luchar contra ella.
Sentado frente a él, Jaejoong levantó un pie en el
borde de la silla y envolvió sus brazos alrededor de su pierna, tirando de ella
contra su pecho desnudo. Él miró a Yunho, a la espera de ver lo que quería.
—¿Cómo has estado, Jaejoong?— preguntó Yunho cuando se
sentó, cruzando una pierna sobre la otra. Él juntó las manos en su regazo.
—He estado muy bien. ¿Qué quieres, Yunho?— preguntó Jaejoong.
Él sabía que estaba siendo grosero, pero cuanto más tiempo permaneciera allí Yunho,
Jaejoong tenía más oportunidades que perderse y empezar a mendigar.
—No va a haber charla, por lo que veo.— Yunho se rió
entre dientes.
—¿Hay un punto en todo esto, Yunho? Yo pensaba que los
papeles de anulación me dijeron prácticamente lo que querías decirme. Los firmé
tal como tú querías. ¿Qué más tenemos que hablar?
—¿Por qué los firmaste, Jaejoong?
Jaejoong observó a Yunho con sorpresa, después, con
confusión. —Tú me los enviaste. Evidentemente, querías que yo los firmara y te
los regresara. ¿Qué debía hacer con ellos? ¿Empapelar mi cuarto de baño?
—¿Por qué rechazaste mi pago, entonces? Podrías haber
hecho las cosas mucho más fáciles para ti. No tendrías que trabajar tan duro.
Podrías hacer lo que quisieras.
—Yo no quiero tu dinero, Yunho. Nunca lo quise.
Infiernos, hasta que llegaron los papeles de nulidad, ni siquiera sabía que
tenías dinero— Jaejoong rió amargamente —.Pero, no me importaría más, aún si
valieras millones. Yo no lo quiero.
—¿Qué quieres?
Jaejoong bajó los ojos para mirar a sus pies, con el
deseo de que Yunho no lo estuviera mirando con tanta atención. Él no quería
avergonzarse por enjugarse las lágrimas que de repente saltaban de sus ojos en
frente de Yunho.
—¿Jaejoong? ¿Qué quieres?— preguntó otra vez Yunho
cuando Jaejoong no le respondió.
—Algo que, evidentemente, no puedes darme— susurró con
tristeza.
—Oh, yo no sé nada de eso, Jaejoong. Tengo un montón
de dinero. Tengo serias dudas de que haya algo ahí fuera que no pueda darte.
—¿Por qué te importa?— preguntó Jaejoong, levantando
los ojos hacia Yunho —.Yo firmé los papeles de anulación. No hay nada de lo que
quiero, que tu dinero pueda comprarme, Yunho. No creo que haya nada más que
nosotros tengamos que hablar.
Jaejoong no sabía qué esperar de Yunho cuando lo vio
de pie en su puerta. Una parte de él de repente se llenó de esperanzas de que Yunho
hubiera venido a llevárselo, pero cuando el hombre comenzó a hablar, incluso
eso comenzó a desvanecerse.
Yunho no estaba allí por él. Él sólo quería aliviar su
conciencia, nada más. Jaejoong deseaba que el hombre se fuera para poder lamer
sus heridas en privado. Quería aferrarse a algo de dignidad.
—Mira, Yunho, acaba lo que has venido a decir y vete,
¿por favor?— preguntó en voz baja Jaejoong.
—Yo quería asegurarme de que estás bien.
—Estoy bien. Tu conciencia está limpia. Ahora, por
favor, vete— dijo Jaejoong cuando se puso de pie y caminó hacia la puerta de su
casa. Se agarró a la puerta y la abrió, con el rostro inclinado hacia el suelo
para no tener que ver a Yunho salir.
Pero todavía podía ver los pies de Yunho cuando se
detuvo frente a él. —Jaejoong— dijo en voz baja —.Mírame, Jaejoong.
Sabiendo que era una muy mala idea, Jaejoong levantó
la cara para mirar a Yunho. Su respiración se quedó atrapada en su garganta
ante la tierna mirada en los ojos de Yunho mientras lo miraba.
—Lo siento, Jaejoong. Nunca quise que nada de esto
sucediera— susurró.
Jaejoong lógicamente sabía que Yunho pedía disculpas
por la situación en la que estaban, pero sentía cómo las palabras del hombre le
atravesaban el corazón. ¿Yunho lamentaba la situación en la que se encontraban
por haberse casado con Jaejoong en primer lugar?
—¿Nunca quisiste que esto sucediera?— murmuró
suavemente Jaejoong.
—Nunca quise lastimarte. Esa es la última cosa que
querría, Jaejoong— respondió Yunho, su mano descansando en la pared junto a la
cabeza de Jaejoong.
—¿Qué quieres?
La sonrisa de Yunho era triste mientras miraba hacia
abajo a Jaejoong, su mano fue a acariciar suavemente el lado de su cara. —Yo
sólo te quería.
Jaejoong alcanzó a agarrar la mano de Yunho,
sujetándolo contra el costado de su cara. —Tú me tenías, ¿recuerdas? Tú fuiste
el que se fue.
—Tú…— Yunho comenzó, pero el brillo del oro y la plata
en el dedo de Jaejoong le llamó la atención.
Él agarró la mano de Jaejoong y le dio la vuelta
mirando hacia abajo al anillo de matrimonio que le había dado hacía tres meses.
—¿Por qué sigues usando tu anillo de bodas, Jaejoong?—
preguntó Yunho en silencio mientras frotaba los dedos sobre los bordes duros.
—Porque yo estoy casado, y ningún pedazo de papel que
me hagan firmar va a cambiar eso— espetó Jaejoong cuando él apartó la mano de
las garras de Yunho, doblándola protectoramente contra su pecho como si tuviera
miedo de que Yunho le sacase el anillo.
—Firmaste la anulación, Jaejoong, al igual que yo. Ya
no estamos casados.
—No te preocupes, Yunho, no voy a pedirte nada. Ni
siquiera voy a decirle a nadie que eres mi marido— espetó con amargura Jaejoong.
Sus fosas nasales se inflaban en cada respiración. Jaejoong no podía creer que Yunho
le estuviera haciendo esto.
—Ya no soy más tu marido, Jaejoong. Tenemos una
anulación, ¿recuerdas?— gruñó Yunho hacia él.
Jaejoong miró hacia Yunho, tratando de leer su
expresión, pero su rostro podría haber sido hecho de piedra. Él no dio nada de
distancia. Jaejoong finalmente bajó la mirada, asintiendo tristemente. —Lo que
tú digas, Yunho.
—Dilo, Jaejoong. Quiero que me lo digas— dijo Yunho
mientras apretaba su cuerpo contra el de Jaejoong, sujetándolo a la pared.
Jaejoong cerró los ojos, su corazón roto por el nivel
de crueldad de Yunho. Realmente a Yunho no debía importarle nada acerca de él
para que lo tratase así. Jaejoong supuso que responder esa pregunta y decir que
ya no estaba casado con Yunho lo acercaría a dónde él se encontraba en los
afectos de Yunho.
Sin embargo, no importaba lo mucho que lo intentara,
no podía decir las palabras que Yunho quería. No le importaban los papeles que
habían firmado. En su corazón, Jaejoong conocía que Yunho siempre iba a ser su
marido. Nada iba a cambiar eso, ni siquiera Yunho.
Al abrir los ojos miró a Yunho, preparándose para las
consecuencias. —No.
Observó con cautela y una de las cejas oscuras de Yunho
subió por la sorpresa. —¿No? ¿No, yo no soy tu marido, o no, no vas a
decirlo?
Yunho lo enfrentó. —No, no lo voy a decir.
—Jaejoong…
—Y no hay nada que puedas hacer para que lo diga. No
importan los papeles que he firmado, no importa lo mucho que desearías que lo
hiciera para irte con la mente tranquila, tú eres mi marido y no hay nada que
puedas hacer para cambiar eso.
Jaejoong sabía que estaba haciendo el ridículo una vez
más. Él sabía que Yunho probablemente se reía de él en silencio, especialmente
si la sonrisa que cruzó sus labios era un indicio. Se trataba de una diabólica
sonrisa satisfecha de sí mismo, y puso a Jaejoong muy nervioso.
—Vamos a ver eso, ¿vamos, Jaejoong?— dijo Yunho justo
antes de que bajara la cabeza para colocar sus labios contra los de Jaejoong.
Jaejoong gritó por la sorpresa y el grito se convirtió
rápidamente en un profundo gemido cuando la lengua de Yunho le acarició los
labios, pidiendo entrar. Besó a Jaejoong con un hambre que contrastaba con su
tranquilo exterior. Jaejoong se sentía como si Yunho se lo comiera, y él era
incapaz de detenerse, incluso si hubiera querido hacerlo.
Las manos de Yunho no permanecieron inmóviles tampoco.
Jaejoong sintió que acariciaban sus hombros y espalda antes de pasar por su
pecho para agarrar sus caderas. Cuando Yunho se apoderó de sus caderas y tiró
de él más cerca, Jaejoong se sintió como si se derritiera bajo el toque.
Podía sentir cada contorno del cuerpo de Yunho
presionando contra el suyo, incluyendo el duro pene encajado contra su
estómago. Yunho no estaba tan imperturbable como él pretendía. Podía esconder
una gran cantidad de cosas, pero no su deseo.
Cuando los labios de Yunho pasaron de los labios de Jaejoong
por su mentón hacia la garganta, Jaejoong inclinó la cabeza hacia atrás. Sus
manos crispadas en el tejido de la camisa blanca de Yunho. Jaejoong quería
exigir saber lo que Yunho estaba haciendo, pero lo disfrutaba demasiado.
Jaejoong acaba de mover sus manos para rodear el
cuello de Yunho cuando de repente sintió que se levantaba en el aire, las manos
de Yunho en su culo. —Joder, Yunho, ¿qué estás haciendo?— exclamó cuando Yunho
lo llevó por el pasillo.
Un chirrido pequeño escapó de la boca de Jaejoong
cuando fue arrojado sobre la cama, saltando un par de veces. Jaejoong miró a Yunho.
El shock lo abrumó al ver a Yunho desabrocharle la camisa.
—Tienes exactamente diez segundos para sacarte las
ropas antes de que las rasgue fuera de ti, Jaejoong— dijo Yunho. Jaejoong tragó
el nudo en la garganta cuando Yunho tiró su camisa en el suelo y buscó los
botones de sus jeans.
—Yunho— Jaejoong se atragantó con la palabra. Esta
idea no era tan buena, no importa cuánto lo quisiera. Yunho estaba tratando de
demostrar algo. Jaejoong no sabía si podría vivir a través del dolor después de
que Yunho probara su punto y se fuera. Aun así, tendría un último recuerdo de Yunho
a qué aferrarse.
—El tiempo terminó, Liebling.
Jaejoong se sacudió fuera de sus pantalones y comenzó
a moverse al final de la cama. Él no podría estar menos preocupado de dónde
aterrizara. Estaba demasiado concentrado viendo el elegante cuerpo musculado
avanzar hacia él. Maldita sea, Yunho sólo parecía verse mejor cada vez que Jaejoong
lo miraba.
Jaejoong se estremeció cuando las manos de Yunho lo
tocaron. Sus largos dedos se envolvieron alrededor de los tobillos de Jaejoong
y tiró hasta que este estuvo en el centro de la cama. Yunho subió lentamente en
la cama hasta que se encontró entre los muslos de Jaejoong, cubriéndolo con su
cuerpo.
El gemido que se había estado construyendo en Jaejoong
desde que Yunho comenzó a tomar su ropa, se precipitó por su boca. Cerró los
ojos, inclinando la cabeza hacia atrás cuando Yunho comenzó a plantar pequeños
besos a lo largo de la mandíbula y la garganta desnuda.
—Mmm, sabes tan bien como lo recuerdo, Liebling—
murmuró Yunho, pasando la lengua por la piel suave por debajo de la barbilla de
Jaejoong. «¡Ohjoderohjoderohjoderohjoder!»
—Te voy a comer. «¡De acuerdo!»
Manos grandes cubrían la piel de Jaejoong,
acariciándolo, encendiéndolo. Jaejoong pensaba que su cabeza iba a explotar.
Sus manos apretadas contra los anchos hombros de Yunho. Jaejoong se abrió más
para que Yunho pudiera acercarse más a él. Podía sentir su duro pene
presionando contra el abdomen de Yunho, dejando un rastro de pre semen cuando
sacudía sus caderas.
La construcción de la presión dentro de él era tan
intensa que Jaejoong no sabía cuánto tiempo podía durar. Había querido esto
durante tanto tiempo, soñaba con ello. Ahora que estaba sucediendo realmente, Jaejoong
pensó que podría quemarse y morir. Pero no sin antes sentir a Yunho dentro de
él.
—Yunho— declaró Jaejoong. Él empujó sus caderas contra
Yunho de nuevo —.Te necesito, Yunho.
—Tú me tienes, Liebling— dijo Yunho. «Dios, sí, lo hacía».
La mente de Jaejoong quedó en blanco cuando sintió los
dedos de Yunho moverse contra él. Se oyó un lejano abrir del cajón, sintió el
movimiento cuando Yunho tomó algo, entonces se acomodó entre sus piernas. No le
importaba. Lo único que le importaba era el cuerpo de Yunho apretado contra él
y la suave presión de los dedos presionando dentro de él.
Jaejoong había pensado que no volvería a sentir esto
de nuevo. También sabía que tendría que recordar cada segundo que estaba
pasando junto a Yunho para sus fantasías en el futuro. Su cuerpo absorbió cada
ínfimo toque, cada inspiración suave contra su piel. Una pequeña parte del alma
de Jaejoong se rebeló ante la idea de que nunca tendría a Yunho de esta manera
otra vez. Sabía que debía estar protestando, decir algo. Él no debía ceder a la
seducción de Yunho sólo porque le dolía mucho. Yunho no lo amaba, no como Jaejoong
merecía, como Jaejoong soñaba.
Jaejoong sabía que cuando Yunho se fuera, estaría
devastado. Ni siquiera estaba seguro de que sería capaz de vivir a través de
ello. El tiempo en estos tres últimos meses había sido bastante difícil. Esta
vez sería aún más difícil, porque ahora iba a tener un recuerdo mucho más
claro. Pero sería mucho más de lo que tenía antes de hoy.
Un largo y torturado gemido salió de los labios de Jaejoong,
cuando los dedos presionaron en él. Incluso si sentía un ligero matiz de dolor,
Jaejoong se alegró de no haber traído a casa a nadie desde que conoció a Yunho.
Eso hizo todo mucho más dulce, el saber que no había sido infiel a su marido,
aunque Yunho negara su estado civil.
Yunho se levantó y se arrodilló entre los muslos de Jaejoong,
quien trató de llegar hasta Yunho, necesitaba tocarlo, abrazarlo, pero Yunho lo
agarró de los tobillos y los colocó sobre sus fuertes hombros. Luego agarró las
caderas de Jaejoong.
El cuerpo de Jaejoong vibró. Él sabía lo que venía. Él
lo deseaba.
Apretó los puños en la manta a cada lado de su cuerpo.
Sentía el duro pene de Yunho presionar contra él. Estaba dispuesto, oh, tan
listo, pero Yunho parecía vacilar.
El corazón de Jaejoong comenzó a latir frenéticamente
en su pecho. ¿Yunho había cambiado de opinión? ¿Y en este punto al final de las
cosas? Jaejoong sabía que haría cualquier cosa por tener a Yunho por última
vez. Inclinó sus caderas y las empujó hacia atrás hasta que la cabeza del pene
de Yunho se abrió paso entre el primer anillo de músculos.
Oyó gemir a Yunho por encima de él. Sintió sus manos
agarrarse fuertemente de sus caderas hasta el punto de provocarle moretones,
pero era una especie de dolor agradable. Eso le decía que Yunho estaba
realmente aquí, que el grueso pene empujando en él, no era resultado de su
imaginación desesperada.
—Oh Dios, Liebling— se quejó Yunho —.Echaba tanto de
menos esto.
Jaejoong habría expresado su acuerdo si Yunho no
hubiera empujado en su culo los últimos centímetros de su erección en ese
preciso momento. Su cabeza arqueada hacia atrás, con la boca abierta. Jaejoong
no podía hacer otra cosa que sentir.
Lento, incluso los envites que comenzaron cuando Yunho
empaló a Jaejoong una y otra vez. Jaejoong se quejó. Yunho se movía tan lento,
tan controlado, como podía. Jaejoong lo quería fuera de control. Él quería que Yunho
fuera tan frenético como se sentía.
Jaejoong extendió la mano y tiró de los pezones de Yunho.
Apretó los músculos internos alrededor del pene del hombre. Cuando el cuerpo de
Yunho se apoderó de la parte superior de él, Jaejoong se pegó a la piel suave
del cuello de Yunho con sus labios y sus dientes.
Sintió que el cuerpo de Yunho lo presionaba en el
colchón cuando el poderoso empuje de sus caderas aumentó. Podía oír la
respiración de Yunho escapar de su garganta con un estruendoso gemido. Las
manos que sostenían las caderas de Jaejoong, temblaron.
Jaejoong sintió un hormigueo comenzar en la base de su
espina dorsal y moverse a través de su cuerpo. Sabía que estaba a punto de
correrse y Yunho ni siquiera había tocado su pene. Él quería que Yunho se
corriera con él. Él quería tener este recuerdo.
Jaejoong enmarcó la cara de Yunho con sus manos y lo
miró a los ojos. Lo que vio le sorprendió. Los ojos almendrados de Yunho
estaban llenos de asombroso deseo. Lo más importante, parecían estar llenos de
adoración.
—Córrete para mí, amor— ordenó Jaejoong.
El rugido de Yunho llenó la habitación y sacudió las
ventanas cuando su liberación repentina lo sorprendió. La ferocidad de esto,
envió a Jaejoong por encima del borde y se unió a Yunho, llenando el espacio
entre ellos con su semilla.
Jaejoong sintió cómo Yunho empujó en él una vez, dos
veces, luego bajó por encima de él. Sus manos se deslizaron alrededor del
cuello de Yunho sosteniéndolo cerca, no quería dejarlo ir. Si pudiera aferrarse
a él por unos minutos más...
Fue el último pensamiento antes de que el agotamiento
de Jaejoong se lo llevara.
Parece la reconciliación, pero con las ideas de lo que creen uno del otro haber si no hechan a perder lo avanzaso.
ResponderBorrarEsta hermoso
Gracias!!!
Si fueran mas claros mas sinceros el uno con el otro no estarían dudando y este encuentro seria especial pero nooo son tan tercos aish ..
ResponderBorrarGracias por el capítulo
siiiiii reconcilianxion q hermoso me gusto actu pronto gracias
ResponderBorrarMe encanta lo apasionados que son <3
ResponderBorrarahhhhhhh yo sabiaaa yunho lo adoraaaaa...vamos yunho no te hagas de rrogar sabes que lo amas...aahhhh ya quiero actualizacioooooon... yo se que volveran lo se me lo dice mi kokoro ....solo no lo arruines yunho
ResponderBorrarhermoso espero y que aclaren todo antes de que uno de los dos de por terminado esto que vivieron tan apasionados Yunho dile que lo amas como Jae a ti
ResponderBorrarGRACIAS
Que lindooooo yunho y jae se entregaron y jae dijo lo que quería escuchar yunho. Ahora ellos pueden empezar de nuevo *.* gracias por actualizar amiga y pasa una hermosa navidad junto a tus seres queridos. Ya un día te regalaré tus chocolatitos: )
ResponderBorrarWaaa jae dile q lo quieres todo el sufrimiento xq no tienen comunicación. Aaaahhh esperó q mejore.
ResponderBorrarWaaa jae dile q lo quieres todo el sufrimiento xq no tienen comunicación. Aaaahhh esperó q mejore.
ResponderBorrarque fue hermoso ¡¡ y qua va a pasar ahora con ellos?? gracias por el capitulo <3
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