Capítulo 2

Luego de perder totalmente mi dignidad. Me condujo hasta un Jeep azul eléctrico; no tenía idea sobre autos así es que no sabía de qué tipo era. Tan pronto como el mecanismo de la puerta sonó, la abrió para mí.

Pero al observar el interior de auto, miré y me reí: había basura por todos lados, todo el piso y por todos los asientos. Periódicos, envolturas de dulces, latas de soda vacías tiradas alrededor sin cuidado.

-Oh mierda, eeeh, debí haber limpiado el auto y luego llamarte. Ups.– Murmuró, luciendo como un corderito mientras juntaba todos los restos y los tiraba al asiento trasero. 

-Gracias.– sonreí mientras subía. Lo observé caminar alrededor del auto, notando los músculos de sus brazos y cómo el viento soplaba a través de su camiseta contra su pecho duro demostrando lo plano que era.

Se subió interrumpiendo mi mirada coqueta. –Entonces ¿Qué quieres para comer?– preguntó encendiendo el auto.

-No me importa. Lo que tú quieras, como de todo.– murmuré muy despreocupado. 

-¿Pizza?– sugirió, asentí. Realmente estaba deseando algo como eso o una vaca. 

Sonrió y condujo por el camino, estacionando delante de una pequeña pero muy linda pizzería en que servían toda la noche, no muy lejos. Me bajé del automóvil y caminé a su lado. Mientras él pasaba, un grupo de chicos comenzó a mirarme muy pervertidamente, haciendo comentarios fuertes sobre cuán apetitoso estaba mi trasero, intentando aparentar rudeza. Yunho me empujó a su lado, de alguna manera para estar más cerca de él. 

Mierda, él es dulce.

-¿Alguna preferencia?– preguntó mientras mirábamos el menú. 

-Cualquier cosa sin anchoas, soy alérgico 

-¿Peperoni?– sugirió, frotando mi espalda suavemente, haciéndome temblar por tercera o cuarta vez en la noche. Asentí mordiendo mi labio, tratando de tranquilizarme para que no se diera cuenta que su toque casual me afectaba.

Pidió la comida y trajo consigo dos latas de Coca-Cola. Había una pequeña mesa y sillas a un lado, así que nos sentamos a esperar. Miré hacia él y pude ver sus ojos como corresponde por primera vez. Eran hermosos. Realmente hermosos. Si bien no tenían un color claro, es más eran casi negros; pero el brillo que tenían eran algo extraño; eran cautivantes y no pude apartar mi mirada, casi como si estuviera sumergiéndome en un abismo. Todo mi cuerpo comenzó a vibrar nuevamente. No podía quedarme quieto. Él me miró y sonrió muy seguro de sí mismo. Luego apartó la mirada liberándome del hechizo que me había puesto hace menos de un minuto. Solté un suspiro de alivio. 

-Así que, ¿Has trabajado antes en un bar? parecías saber lo que estabas haciendo– preguntó apoyando sus codos en la mesa. 

-Mi tío tiene un bar, he estado detrás del mostrador algunas veces, pero nunca había servido realmente hasta esta noche– Levanté un hombro restándole importancia. 

-Eres un barman decente ¡a los clientes realmente les gustaste! Oh, por cierto, traje tus propinas.– Metió la mano en su bolsillo y sacó una bolsita llena de monedas y billetes. 

-No la quiero, quédatela, es tu trabajo, no el mío– sacudiendo mi cabeza en señal de negación. 

-Jae, tú te lo ganaste. Hiciste como 52 mil wons en menos de una hora, imagínate cuánto ganarías trabajando toda la noche.– Levantó las cejas, luciendo impresionado.

-Sí, quizá debería conseguirme trabajo ahí y quitarte el puesto, eres bastante poco eficiente.– Bromee 

-Puedo hablar por ti si vas enserio– ofreció poniendo su cabeza de lado para que sus cabellos no estorbaran en sus ojos. 

Me reí y sacudí la cabeza. –No creo que pueda soportar eso todos los fines de semanas. Debe volverse aburrido ¿O me equivoco?– pregunté curioso. 

-Sí, tener chicas y chicos tirándose hacia ti todo el tiempo, definitivamente se vuelve irritante después de unos días– dijo riéndose. 

Oh, sí lo capto, es un jugador y usa el bar para conocer gente.

Bueno Jaejoong, justo te has convertido en su follón rápido de la noche. 

-Sí me puedo imaginar cómo será– murmuré sarcásticamente. Estaba enojado conmigo mismo por siquiera haber pensado algo distinto. 

¿Qué diablos vería un chico como él en mí de todos modos?

¿Por qué demonios acepté esto?

Ni siquiera sé si es gay o está probando un rato conmigo.

Genial, simplemente genial. 

-Sí, sólo pasaste una hora con todos los chicos y chicas babeando por ti, imagina eso cada fin de semana por el último año– Declaró, haciendo una mueca de disgusto.

Un momento, ¿Hablaba enserio cuando dijo que se volvía irritante? 

Por suerte la pizza llegó justo en el momento indicado, interrumpiendo nuestra incómoda conversación o al menos para mí lo era. –Estamos cerrando chicos– dijo el hombre, dejando caer la caja en la mesa. 

-Oh, pensé que podíamos comer aquí– dijo Yunho mirándolo confundido. 

-Generalmente sí, pero necesito llegar temprano a casa hoy, Hay un letrero en la puerta.– Indicó el hombre hacia el trozo de papel dentro de la puerta. 

-Oh, bueno muchas gracias de igual manera– Yunho se levantó y agarró la caja, para luego mirarme –Lo siento, pensé que podíamos comer dentro. Si quieres podemos comer en mi casa, está justo a la vuelta– sugirió mientras caminábamos hacia la puerta. 

Mierda.

¿Qué hago? ¿Voy? ¿Y si me asesina?

Es muy sospechoso que justo su casa esté en la esquina…

Bueno…igual quiero ir a su casa, además si me pasa algo los chicos le dirán a la policía que fue él…

¿Cierto?

-¿Está más limpia que tu auto?– Me reí de él. 

Él se rio y agachó tímidamente la cabeza –No realmente. 

-Ok, bueno, supongo que tendré que soportarlo para comerme la pizza.– Rodé los ojos juguetonamente. Abrió la puerta del acompañante para mí, me senté y luego puso la caja en mis piernas. 

Fuimos por la carretera durante unos minutos antes de estacionarnos fuera de un edificio de apartamentos. Tomó la caja de mi regazo y salió del coche, mientras yo lo seguía al segundo piso, deteniéndose fuera de su puerta. Tomó sus llaves y abrió la puerta torpemente y me miró casi disculpándose. 

Entré y me detuve. Mi boca cayó abierta en shock. Su casa era prácticamente un basurero, de hecho estaba pensando si me estaba engañando trayéndome a un basurero en vez de su casa, pero desgraciadamente no estaba engañándome, era su casa; habían cajas de comida vacías y latas de soda por todos lados, platos sucios esparcidos por el lugar y ropa por todo el suelo. 

¡WOW! Realmente es un flojo. 

-Oh mierda. ¿Te han robado?– Bromeé, tratando de no reír

-Ja-ja– mientras caminaba a mí, tomando mi mano y llevándome hacia dentro. Miré hacia el sofá; estaba lleno de revistas y ropa. Un tazón medio lleno de lo que podría ser café o cereales, definitivamente eso no estaba ahí hace menos de una semana. 

Estallé en risas –Yunho ¡Este sitio es asqueroso! Quizá sólo deberíamos habernos sentado en el suelo o en la calle, habría sido muchísimo más saludable. 

-Deja de quejarte y acéptalo– tomando el tazón y barriendo todos los restos del suelo, me hizo reír mucho más fuerte. 

¡Wow! Su concepción de aseo es una decepción. 

-Siéntate y come– ordenó.

Me senté en el sofá y me sorprendí; era realmente confortable. Puso la caja en mis piernas. Me saqué los zapatos ya que me dolían los pies de tanto bailar y cuando me di cuenta, estos estaban encima de mucha basura; entonces la tomé y la metí debajo del sofá. 

No sé en qué momento fue a la cocina, pero volvió con dos latas de Pepsi en la mano.

-No tengo nada más para ofrecerte, pero tendrás que beber directo de la lata porque no tengo vasos limpios– dijo luciendo como el sexy barman que era. 

-Eres asqueroso. Apuesto que el dormitorio está peor– le solté, sacudiendo mi cabeza al reír. 

-¿Quieres mirarlo?– Preguntó, levantando una ceja y mirándome increíblemente sexy. El trozo de pizza que había tragado quedó estancado en la mitad de mi garganta, ahogándome.

Oh Dios

¿Él piensa que estoy aquí para tener sexo con él? 

-Estaba bromeando… Bueno, quizás estaba bromeando– Se burló mirándome muy seguro de sí mismo.

-Si tú piensas que si quiera voy a acercarme a la cama de tu casa, estás muy equivocado, Yunho. ¿Cuándo fue la última vez que cambiaste las sábanas?– Bromee. 

-¿Las sábanas se tienen que cambiar?– Preguntó luciendo consternado. 

¿Lo dice enserio?

¡Qué asco! 

Lo miré asqueado y consternado. Mientras él estallaba en risas –Oh Jaejoong, eres demasiado divertido.– Reía tan fuerte que tenía lágrimas en los ojos. Yo reí también, pero mi risa era más de alivio. 

No puedo creer que realmente pensara que hablaba enserio.

Demonios soy tan estúpido. 

-Entonces dime algo más sobre ti– mientras sacaba otro pedazo de pizza. 

-Hmmm ¿Cómo qué? 

-Tienes hermanos o hermanas, algún hobby, dónde trabajas. Ese tipo de cosas, Jae, no te voy a preguntar si tienes todos tus órganos para luego robarte algunos o cosas por el estilo.– respondió levantando sus hombros con una leve sonrisa. 

-Ok, bueno, no trabajo, voy al instituto. No tengo ningún hobby, me gusta nadar y leer y soy hijo único. ¿Qué hay de ti? ¿A qué más te dedicas? ¿Sólo a atraer débiles jóvenes y jovencitas en busca de sexo? ¿O también robas órganos y asesinas gente?– reí, observando su reacción ante mis respuestas. 

Se rio fuertemente y  me sentí relajado. Obviamente no estaba molesto por el hecho de que yo aún estaba en el instituto y menos porque tenía 17.

-Bueno cómo pudiste ver, soy Barman. No, no asesino a jovencitos y tampoco me robo sus órganos, es demasiado trabajo– Rio -me gusta el pool, pero sólo para entretenerme con mis amigos y tengo un hermano menor y una hermana mayor.

-¿Sí, de qué edades? – pregunté, terminando la Pepsi y mirando si había un basurero o algo por el estilo para dejar la lata. 

Tomó la lata de mis manos y la tiró en el suelo. Rodé mis ojos. –mi hermano, Hojun tiene 19 y mi hermana Yuri tiene 25.Ehm… tengo una pregunta, quizá esto podría ir más lejos y pensaba si eeeh… mi hermana se casa mañana. Estaba pensando. Tú sabes… Me preguntaba si querrías ir conmigo – preguntó esperanzado. 

¿Qué? Mierda.

¿Él quiere que vaya en una cita a una boda familiar?

¡Es un poco extraño!

Además… ¿Sus padres saben que él sale con chicos?

De hecho… ¿Él sale con chicos? 

-Hmmm…- murmuré mordiéndome el labio, pensando; por un lado, Yunho era muy agradable y gracioso, sin duda quería pasar más tiempo con él, pero por otro lado ¿Qué pasa si me siento incómodo? No puedo irme de la nada si me aburro. Es una boda, lo que significa una comida y una fiesta después, probablemente es algo de todo el día. 

Sonrió incómodo –Tienes que pensar sobre ello. La boda es mañana, a las dos de la tarde, si quieres venir, me puedes llamar. Digo, es sólo pensamiento, les dije que iría sólo porque no tengo novio o novia, entonces el puesto de mi acompañante quedaría vacío. Mi hermana dijo algo sobre acomodarme con alguna de sus amigas solteras, pero definitivamente ya descarté esa opción esta noche – haciendo una mueca que me hizo sonreír.

-Claro, me imagino que ya estás aburrido de tantas chicas coqueteando contigo en tu trabajo– lo molesté. 

-¡Exactamente! Wow, tú si escuchas. Quizá te juzgué equivocadamente– dijo en voz alta sonriendo. 

-¿Sí? ¿Pensaste que era un cabeza hueca a quién podrías poner en tus mugrosas sábanas?– pregunté, sacándole la lengua. No dijo nada, sólo se inclinó hacia mí suavemente. En el momento estaba muy consternado como para hacer algo al respecto.

-No pensé que fueras un cabeza hueca… 

-Pero sí pensaste que podrías llevarme a tu mugrosa cama– respondí sarcásticamente. 

Se rio travieso –Vamos, te llevaré a casa si ya terminaste de insultar la mía- Se levantó y me extendió una mano para ayudarme. Me levanté y le entregué la caja de pizza, él se rio y la tiró en el sofá, sacudiendo su mano restándole importancia –La tiraré algún día. 

-Realmente eres un asqueroso, Yunho. 

Hizo una pequeña reverencia como si le hubiera dicho un cumplido, me ayudó a poner mis zapatos –Vamos, lindo, vamos a llevarte a casa- dirigiéndose hacia la puerta. En el trayecto a mi casa charlamos con sencillez; era sorprendentemente fácil hablar con él. Cuando llegamos a casa, salió del auto para abrirme la puerta en el mismo momento que lo iba a hacer yo, entonces empujé fuertemente por aire fresco, casi cayendo del auto. Él rio, pero se detuvo inmediatamente cuando lo miré. 

-Lo siento por el basural– murmuró, tratando de detener su risa. Golpee con mi mano su pecho; era tan duro que inmediatamente comencé a tener pensamientos sucios. Me sonrojé como por 12345678 vez en la noche, él me miró y rio, casi como si supiera lo que había pensado ante el tacto. Me siguió hasta la puerta –Entonces… bueno… tienes… mi número de cuando yo te llamé, si quieres venir mañana llámame. Sí… llámame.

Es jodidamente dulce.

Agarré su camiseta y lo acerqué a mí, levantándome en puntitas; porque sí, a pesar de pensar que mi estatura era lo suficientemente alta; Yunho me ganó. Y afrontando mis labios contra los suyos. Él no estaba para nada consternado o perturbado como yo cuando me besó. Me lo devolvió inmediatamente, una mano comenzó a subir por el costado de mi cuello. Se retiró y yo quedé un poco o bueno quizá muy atontado. El beso fue tan suave y dulce que hizo retorcer mis entrañas. Él lamió sus labios suavemente, sus ojos profundos y brillantes mirando directamente los míos, el hermoso tono casi negro que me hizo sentir mareado. 

-Mejor yo me voy. Gracias de nuevo por ayudarme esta noche– Dijo dejándome y girándose para partir. 

Mientras lo miraba avanzar hacia su coche, me di cuenta de que no quería dejarlo ir. Definitivamente lo quería ver de nuevo, besarlo de nuevo y tener sus brazos a mí alrededor. 

-¿Yunho?– Lo llamé haciéndolo detener a mitad de camino –Recógeme mañana a las 13:30. 

Sonrió abiertamente. –Genial, te veré mañana, Jae– Lucía tan feliz que hizo latir mi corazón más rápido.

Entré silenciosamente a casa y subí por las escaleras. Una vez que entré a mi cuarto me lancé sobre la cama y dejé salir un suspiro. Su apareció en mis pensamientos; debía enviarle un mensaje diciéndole que no estaba violado ni asesinado. Me levanté de la cama y comencé a desvestirme; me saqué su chaleco con gorrito azul y lo miré con los ojos bien abiertos porque había olvidado devolvérselo. Tendría que dárselo mañana. Sonreí con el pensamiento de verlo nuevamente, apenas podía esperar. Me puse el pijama y me metí en la cama, nadie podría sacarme la sonrisa de mi rostro impregnada por haberlo conocido.

Cuando desperté, inmediatamente recordé lo de anoche, las imágenes del encuentro con Yunho y de nosotros coqueteando abiertamente me inundaban dejando un rubor intenso en mis mejillas y una sensación de calor en la boca de mi estómago. Sonreí nuevamente como un imbécil al saber que lo vería nuevamente, aunque sería con toda su familia allí.

Di una vuelta para mirar la hora y grité como recién casada. Mierda. Son más de las doce, ¡Él estará aquí en menos de una hora y media! Y yo estoy completamente indecente. Salté de la cama y bajé rápidamente por las escaleras buscando a mamá. No tenía ni idea de donde iba a sacar un  traje, no podía ir de jeans y una camiseta, sería inapropiado; además quiero impresionar a Yunho.

-¡MAMÁ! Voy a una boda esta tarde ¿Qué debería ponerme?– grité cuando la divisé en la cocina, corriendo a toda velocidad hacia ella.

-Buenos días a ti también, gatito- Dijo mi papá. 

-Cierto, lo siento. Buenos días mamá y papá, ¿Qué debería ponerme?– repetí mirándola suplicantemente. 

-¿Vas a una boda? ¿De quién si se puede saber? No conozco a nadie que se vaya a casar hoy– Ella frunció el ceño y me miró como si yo hubiera perdido el juicio. 

-La hermana de un amigo se casa, No tiene pareja, así que me pidió que fuera con él– Mentí, encogiéndome de hombros. No podía decirles ¡Mamá! Voy a salir con el sexy y follable Barman que por cierto conocí hace menos de 8 horas porque Su y yo fuimos a un Bar con una identificación falsa y me besó más de tres veces. Ellos pensaban que yo estaba en la casa de Su en una maratón de películas de terror. 

-Ah, de acuerdo. Bien ¿qué te parece si usas el traje que tu padre usó para nuestro boda? Si te pasara el que usa ahora, nadarías en él. En cambio el otro que tiene tu padre es de cuando era esbelto y muy marcado; y de seguro te quedará bien.– ofreció ella. 

-Hey sigo siendo esbelto y marcado– dijo mi padre, mi madre rodó los ojos y le dio un beso en la mejilla. 

La miré con los ojos bien abierto. 

-Wow el traje es precioso ¿Enserio puedo usarlo, papá?– él asintió y yo salté estaba seguro de que tenía los mejores padres del mundo. 

-Ve a prepararte… ¿A qué hora te vas?– preguntó ella, levantándose de la mesa. 

-Yunho llegará aquí para recogerme a las una y media– Mientras subía la escalera impaciente para poder ducharme. 

Me apresuré en la ducha y saqué mi pelo rápidamente. Desordenándolo un poco, pero lo suficiente para verme elegante y no como si  un huracán hubiera pasado por mi cabeza. Me puse el traje y sonreí; Me quedaba perfecto, sonreí contento con el resultado. 

Mi pelo rubio oscuro se veía mejor de lo que podría llegar a pensar que se vería y mis ojos marrones profundos centellaban con entusiasmo. Suspiré felizmente, agarré los zapatos  dirigiéndome hacia abajo mientras me los ponía. Mis padres no estaban; ellos iban a visitar a unos viejos amigos y no estarían de vuelta hasta tarde. 

Nervioso me movía entre la cocina hasta que el timbre sonó, prácticamente me convertí en un corredor mundial porque llegué en menos de un segundo a la puerta. Me miré por última vez al espejo y respiré hondo antes de abrir. Mi aliento se atoró cuando lo vi. Él se veía increíblemente bien con ese traje negro, camisa blanca con una cortaba azul pálido; Si yo creía que me veía bien, estaba equivocado, Yunho se veía casi como un súper modelo. 

Recorrí con mis ojos su cuerpo despacio, abarcando cada parte de él antes de arrastrar mis ojos a su rostro. Su pelo chocolate estaba estilizado, sin embargo todavía logra verse desordenado, como si hubiera estado pasando sus manos por él. Sus ojos aun rastrean mi cuerpo, su boca abierta ligeramente. Sonreí para mí mismo. ¡Le gusta lo que ve! Limpié mi garganta dramáticamente para conseguir su atención. Sus ojos penetraron los míos y me sonrió, sus ojos negros nuevamente llevándome al abismo.

-¿Has terminado de desnudarme con los ojos o necesitas unos minutos más?– Bromeé, inclinándome contra el marco de la puerta intentando lucir sexy. 

-Lo siento, trataba de calcular cómo mierda voy a mantener mis manos alejadas de tu cuerpo delante de mi familia hoy– contestó él mirándome nuevamente por completo. 

Me reí estúpidamente y agarré su corbata, jalándolo dentro de la casa, cerrando la puerta detrás de él – Estoy seguro de que te las arreglarás de alguna manera.