Capítulo 15

Me senté y recé porque la hora pasase sin problemas. Estaba esperando que de verdad todo el tiempo que Hyunjoong invirtió enseñándome valiera la pena. O que al menos entendiera algo hoy.

Yunho entró unos minutos más tarde. Inmediatamente sentí mi cara arder mientras recordaba lo cerca que había estado de tocar sus labios nuevamente. Dejó su portátil en el escritorio y nuestros ojos se encontraron. Lo vi poner una sonrisa de satisfacción. Probablemente divertido con que estaba sonrojado ya otra vez, no hay duda. 

-Bien entonces quiero que se junten en parejas con la persona que esté a su lado y vamos a hacer un proyecto de presión y como las matemáticas pueden ser usadas para predecir con exactitud los resultados de ciertas situaciones, incluso algunas científicas. Las matemáticas no son sólo números pueden ser usadas en un montón de cosas de la vida– dijo sonriendo de oreja a oreja.

Gemí suavemente cuando empezó a hablar de hacer un cohete a partir de una botella de soda vacía y globos y eso. Repasó cómo obtener la fórmula exacta para la cantidad de presión por pulgada cuadrada que haría elevarse la botella en el aire y aterrizar en el objetivo. A cada pareja le debería variar el resultado, como una mayor o menor distancia a la que la botella tenía que viajar, así cada formula sería diferente.

Miré a mi lado y casi me quise morir, Minah la friki ¡Wow! ¿La vida o podía hundirme aún más en este momento?

-Tienen un par de clases para experimentar y luego al final de la semana quiero que presenten sus resultados, haremos demostraciones prácticas en el exterior– dijo Yunho entusiasmado.

-Tú y yo entonces, princesito del Hielo– dijo Minah, mofándose de mí con desprecio cuando Su formó pareja con Jessica a su otro lado. Era una buena pareja para él.

-¡Genial! No puedo esperar.– Mentí fingiendo simpatía. Con suerte si lo intento de verdad, de verdad intentar ser agradable con ella, ella será amable conmigo.

-No me hables, sé que no sabes nada así que yo haré el trabajo y tú puedes ponerte conmigo en la presentación y estar guapo ¡Espera! Olvidaba que no serás capaz de hacerlo, um, me temo que tendré que hacer es también– se mofó, levantando su nariz y mirándome despectivamente.

Mi mano estaba empuñada, lista para golpearla por zorra, pero Yunho se cruzó.

-Minah, necesito que ayudes a Martin– señaló con la cabeza donde Martin estaba sentado ¡Pobre Martin! Ella parecía estar aliviada al no tener que trabajar conmigo.

Miré a mí alrededor, pero todos ya estaban emparejados. Espera, pero entonces no tengo compañero, noté, entrando en pánico porque no tenía ni la mínima idea de cómo empezar el trabajo.

-Lo ayudaré yo, señorito Jaejoong– Sonrió Yunho bondadosamente ¿Qué mierda? ¿Qué era todo eso de ‘’No me gusta estar a solas contigo’’? mierda ¿Entonces? Quita a mi compañera, así ¿Puedo emparejarme con él?

-Heechul está ausente hoy, cuando vuelva puede tenerlo de compañero, sólo le ayudaré hoy– añadió Yunho encogiéndose de hombros, como si no fuera un gran asunto. 

Asentí casi sin respiración. Estaba agradecido por no tener que trabajar con Minah, pero al mismo tiempo prefería trabajar con ella que con él. Hacía malditamente difícil estar cerca de él a veces con su buena arrogancia y su divertida personalidad.

-Vamos por nuestras cosas entonces ¿A menos que quieras mirar el teorema primero?– preguntó Yunho, levantando una ceja cuando se sentó en el asiento de Minah.

-¿No podrías solamente decirme la ecuación?– respondí poniendo mala cara.

Rio y negó con la cabeza –Podría, pero entonces tú no aprenderías ¿así que cual es el punto en esto?

-Bien ¿Dónde está el punto en aprender qué presión hace volar una botella de soda en el aire de todos modos? Estoy completamente seguro de que lo usaré en la vida real, es súper útil ¿Qué maldita clase de empleo voy a tener que requiera que yo sepa esa tontería?– vociferé cargado de sarcasmo y enojo.

Él se rio silenciosamente –Eres demasiado gracioso cuando estás nervioso, pero al menos no estás sonrojándote– Levantó una ceja y me sonrió con satisfacción, con lo que por supuesto inmediatamente me hizo sonrojar –Oh allí está– Él rio antes de levantarse del asiento y dirigirse a la mesa de enfrente para recoger todo lo que íbamos a necesitar para el experimento.

La hora pasó bastante rápido, de hecho, fue muy divertido estar con Yunho, bromeaba bastante e hizo casi todo el trabajo, por lo cual estaba agradecido. Sonreía cada vez que hablaba de ecuaciones, hablando de la presión dentro de la botella y como el aire comprimido aumentaría. Parecía que se divertía mientras apuntaba números y letras. ¡Se veía tan malditamente caliente ahora mismo!

-Bien, ven y haz esta parte– Hizo señas para que tomara la botella. La tomé vacilante no queriendo hacer nada realmente. Supongo que tenía que aportar en algo. –Bien ahora quiero que viertas esto despacio, entonces, cuando yo te diga, vas a colocarle rápido la tapa. Las dos sustancias comenzarán a reaccionar inmediatamente entonces tienes que ser rápido con la tapa– Me sonrió con satisfacción mientras se paró detrás de mí.

-¿Reaccionar inmediatamente? ¿Qué significa eso?– pregunté ya que comencé a verter el polvo blanco que él mencionó que era el bicarbonato de sodio en el líquido amarillento con olor fétido que ya estaba en la botella -¿Qué mierda es eso que hay adentro?- pregunté arrugado mi nariz.

-Vinagre– Contestó él. Asentí y vertí el resto del polvo de un solo golpe en vez de lentamente con él dijo –Mejor ponle la tapa– Yunho se rio detrás de mí ya que esto comenzó a burbujear rápidamente. 

-¡Oh mierda! ¿Qué está haciendo?– pregunté mientras agarraba la tapa… pero no fui lo suficientemente rápido.

Yunho se rio y agarró la botella colocando su mano sobre la abertura justo cuando parecía que iba a explotar. Esto rociaba espuma amarillenta apestosa por todas partes. Se parecía un poco a una botella de champán cuando la agitas. Grité mientras que se rociaba por todas partes de mi camiseta y jeans. La gente estaba aullando y escondiéndose detrás de los escritorios, riéndose mientras la botella siguió cayendo directo en mi cara y pelo. Giré y enterré mi cara en el pecho de Yunho mientras eso seguía rociando mi espalda. Yo podía oírle muerto de la risa, y no pude menos que reír también.

Cuando todo paró, me alejé de la seguridad de su cuerpo. Mi cabello goteaba y apestaba asqueroso. Yunho estaba empapado también. Me sonreía con suficiencia, rodando sus ojos.

-¿Qué parte de ‘’verterlo lento’’ no entendió, Señorito Jaejoong?

Miré hacia atrás al escritorio y todas las notas que había tomado mientras él hacía todo, estaban totalmente destruidas ilegibles. Yo parecía que acababa de salir de una fiesta de espuma de vinagre.

-Mierda, lo siento mucho– mascullé, mirándolo atrás disculpándome.

Dirigió una mano por su cabello, alborotándolo y sacudiendo gotas de vinagre de él. Él se rio tímidamente.

-Yo también hice eso cuando estaba aprendiendo, y cuide su lenguaje-  Me sonrió burlonamente.

La campana sonó y todos estaban rápidamente agarrando sus cosas para irse.

-Chicos asegúrense de poner sus nombres en sus cohetes y colocarlos a un lado. Trabajarán mañana en esto de nuevo. Y podría ser una buena idea que la gente que esté cerca del señorito Jaejoong, traiga  ropa de cambio– Bromeó Yunho, dándome un codazo antes de irse al cuartito fuera de su aula.

Rodé los ojos por su insulto. Su vino entonces, sacudiendo su espuma de su brazo.

-Me alegro tanto de haberme movido justo, sólo alcanzó mi brazo ¡Mierda Jaejoong como apestas!– Él rio, arrugando su nariz.

Olí un poco mi mano y tenía razón, olía asqueroso.

-Adivino que no me llevarás en tu coche– reflexioné, pero lo miré con esperanza.

Él rodó los ojos –No sería el mejor amigo si te dejara en estas condiciones ¿o sí?

Sonreí agradecido, pero Yunho entró y me lanzó un paño –Señorito Jaejoong, usted puede quedarse y ayúdarme a limpiar este desastre. Los encargados de la limpieza no tocarán esto– agitó su mano a los charcos y espuma por todas partes.

-Bien– fruncí el ceño y me di vuelta a Su –Caminaré, no me esperes.

-Puedo llevarle a casa si usted quiere– Dijo Yunho mientras pasaba el paño sobre el escritorio, mojándose con el lío que yo había hecho.

Su sonrió abiertamente –Genial, tengo que hacer de niñero hoy de nuevo así que no podía esperarte de todas formas. 

Miré a Su un poco celoso cuando noté que miraba el cuerpo de Yunho el cual estaba empapado y dejaba ver sus músculos.

-Adiós Señor Jung– dijo Su, agitando su mano, mientras salía veloz.

-Lo veo mañana, señor Junsu– contestó distraído.

Me volví atrás de la mesa y miré a Yunho disculpándome -¿En verdad hiciste esto cuando estabas haciendo este experimento?– pregunté con curiosidad.

Asintió. Una sonrisa maliciosa se estiró despacio a través de su cara –Sí, pero lo mío fue hecho a propósito, y apunté la botella hacia las animadoras.

Me reí tontamente –Pervertido– Era un típico comentario de Yunho –¿Sabía que esto me pasaría a mí?

Él sonrió abiertamente y asintió –Diablos sí, te dije viértelo despacio y ten la tapa lista. Yo sabía que no tendrías la paciencia de vértelo lento ¿Por qué crees que me escondí detrás de ti?– Bromeó levantándome una ceja.

Me reí y sacudí la cabeza.

-Estúpido.

Él hizo una reverencia como si fuera un elogio y rio.

-¿Tienes cinco mil wons?– preguntó él de repente, cavando en su bolsillo.

No llevaba nada de dinero hoy –No ¿Por qué?

-Debe haber algún estudiante de primer año al que podamos pagarle por hacer esto– Bromeó él.

Estallé en carcajadas y fui a enjuagar mi paño, para seguir limpiando. Tomó aproximadamente veinte minutos liberarnos de toda la espuma, pero la sala seguía oliendo a vinagre.

Limpiamos en silencio; eché ojeaditas a su cuerpo mientras lo hacíamos. Miré la manera en que sus bíceps se doblaban y tensaban, la forma en que su camiseta se subía un poco, exponiendo su estómago cuando él se paró sobre el escritorio y se estiró para limpiar el techo. Sentí mi aliento atrapado en mi garganta ya que me imaginaba recorrer con mi lengua todo su abdomen trabajado. Estaba tan perdido en su cuerpo que no me fijé que estaba de pie allí sin movimiento, contemplándolo como un completo idiota.

-Jaejoong, no puedes mirarme así– murmuró Yunho, viéndose afligido mientras que brincó fuera de la mesa, aterrizando elegantemente sobre sus pies.

Me sonrojé, pero no alejé mi mirada de él, no podía. Le deseaba tanto. -¿Por qué no?– desafié y luego inmediatamente me sentí estúpido.

Él frunció el ceño –Porque soy tu profesor y tú eres un menor. Tenemos que olvidar lo que pasó y sólo comportarnos como estudiante y profesor.

-¿Y si el estudiante está loco por su profesor?– rebatí, mordiendo mi labio mientras mis hormonas parecían apoderarse de mi boca. ¿Por qué diablos dije eso?

-Entonces el estudiante tiene que guardárselo para él– Él sacudió su cabeza y entró pavoneándose al cuartito al lado de su aula. 

Suspiré y me senté en la mesa del escritorio mientras el rechazo me inundaba una vez más. ¿Por qué me puse en esa situación, por qué le dije eso? ¿Realmente me gusta sentirme rechazado por él? ¿Tal vez soy masoquista?

Él salió un par de minutos más tarde con una camiseta limpia y seca. Me lanzó un suéter. Sonreí agradecido. Mordía mi labio mientras iré hacia abajo, estaba completamente empapado. Agarré la orilla de mi camiseta mojada y me quedé con el torso desnudo. Cuando alcé la vista estaba Yunho de pie sólo allí mirándome. Una mirada de deseo estaba clara a través de su rostro haciendo mi cuerpo hormiguear por todas partes y a mi estómago sentir mariposas.

Sonreí maliciosamente –Yunho, no puedes mirarme así– Bromeé, usando las palabras que él antes me había dicho.

Asintió despacio, sin quitar sus ojos de mi cuerpo –Lo sé.

Sonreí abiertamente y me puse el suéter, interrumpiendo su mirada lujuriosa. Me sentí un poco mejor al saber que al menos yo no era el único que sentía atracción, aunque sea sólo sexual. Me agradaba que le gustara mi cuerpo, aun si era todo lo que le gustaba de mí.

Él suspiró profundamente y miró lejos –Venga entonces, te llevaré a casa– Se dio vuelta y caminó hacia la puerta. Agarré mi mochila y mis notas arruinadas y lo seguí detrás. Cuando me puse a su lado él miró abajo a mis notas y sonrió -¿Podrás leerlo?

Me encogí de hombros –No sé, con un poco de suerte secará y podré copiarlos en papel de mejor olor– Arrugué mi nariz al fuerte olor de vinagre.

Él se encogió de hombros –Si no puedes leerlo, yo te puedo ayudar a escribir algo más.

-¿En la biblioteca a la hora del almuerzo, verdad?– Bromeé, riéndome tontamente.

-Sí, creo que eso es una buen idea– sonrió abiertamente con timidez.

Le seguí afuera de su coche y miré dentro con una sonrisa en mi cara. Era un desorden otra vez. Parecía que la cosa de mantener limpio el auto sólo duró cuando estábamos juntos y ahora regresó a sus viejos hábitos.

-Buen trabajo con el coche, cerdo.

Él rio -¿Quieres caminar o terminaste de insultar mis habilidades de limpieza?– Me sonrió con satisfacción.

-Terminé con los insultos; no quiero caminar a casa ¿Quieres que me quite los jeans para no ensuciar tu asiento?– Ofrecí, mirando mis jeans húmedos.

Él negó con la cabeza rápida y nerviosamente –No, definitivamente quédate con los jeans puestos. Está bien, sólo entra.

Agarré un par de latas de soda de un asiento y los puse en el suelo junto con los papeles y envolturas de caramelo. Lancé mi mochila en el asiento trasero y me senté mirando el suelo con incredulidad.

-¿Yunho, cómo diablos puedes comer toda esa basura y todavía mantenerte en forma?– pregunté, haciendo señas al suelo.

Él encogió de hombros –Tengo mucho tiempo libre así que ejercito mucho. Todavía doy las clases en la pista de esquí así que eso también cuenta como ejercicio.

Sonreí por ello -¿Has comenzado alguna pelea de bolas de nieve últimamente?- pregunté. Sonreí abiertamente ya que recordé nuestra primera cita apropiada. Todavía una de las mejores noches de mi vida.

Él se rio –No, no hay chicos rebeldes allí a los que les guste ser golpeados con nieve. Además tengo que echar a la gente que comienza las peleas de nieve, está contra las reglas de la compañía.

-¿Así que si voy por la noche mientras estás trabajando y comienzo una guerra de nieve, me echarías?– pregunté con una sonrisa de satisfacción.

Él sonrió abiertamente –No, pero podrías perder por una paliza.

-Tal vez sí– Meneé mis cejas.

Estábamos casi en mi casa y yo estaba un poco decepcionado. Esta era la primera vez que había estado así conmigo desde que terminamos. No quería que se terminara. Había tenido una semana sin él y yo no quería otra. Aunque no dependía de mí. Fue él quien rompió conmigo y no al revés, así que yo no tenía ninguna opción en el asunto.

Se detuvo afuera de mi casa y paró el motor, dándose vuelta con una cara afligida frente a mí. ¿Él tampoco quiere que termine o son ilusiones de mi parte? 

Se inclinó por el hueco entre los asiento, hurgando atrás por mi mochila. Cuando se enderezó estaba mucho más cerca de mí por como él estaba inclinado. Sus ojos se engancharon con los míos haciendo a mi cuerpo entero arder por la excitación. De repente sentí como mil mariposas intentaban escapar en mí estómago. Su aliento soplaba a través de mi rostro haciendo mis labios hormiguear con la necesidad de tenerlo presionado sobre mí.

Él no se alejó, sólo se quedó allí mirándome como yo lo miraba a él. Jung Yunho, bésame por favor. No me importaba que fuera un profesor o que yo fuera un menor. Cuando algo es lo correcto tú solo lo sientes y definitivamente lo sentía. Mi cuerpo entero lo sentía. Él era el único para mí. Él único que me enloquecería y me haría reír aun cuando yo estuviera triste. Él era el único que quería que me abrazara cuando llorara. Él era el único. 

Apenas podía respirar, lo único que quería era aplastar mis labios contra los suyos. Quería que me abrazara y me dijera que lo intentáramos de alguna manera, que me quería, que todo lo que había dicho antes era mentira, que él lo resolvería porque él me quería tanto como yo lo quiero a él.

Me miraba dulce, tiernamente, justo como él solía mirarme. Podía sentir mi corazón latir tan fuerte, tan rápido y todo era por él. Sus ojos miraron mis labios una fracción de segundo. Sus cautivantes ojos negros como el abismo me atraparon cuando lentamente comenzó a aproximar poco a poco  su rostro más cerca del mío. Sonreí y avancé también.

Justo cuando estábamos a menos de dos centímetros de besarnos, mi teléfono sonó. Yunho se alejó rápidamente en su propio asiento, que casi se apretó contra la puerta para estar más lejos de mí. Fruncí el ceño mientras que mi corazón se hundía hasta mi dedos del pie. Tan cerca pero tan lejos. Su rostro se endureció de nuevo y yo sabía que el momento había terminado. No conseguiría otra posibilidad porque él no me quería. Eso fue sólo la tensión sexual que chispeó. Eso era todo lo que yo era para él, algo de diversión con lo que podría entretenerse y darse un gusto.

-Deberías irte y contestar eso– Volteó al parabrisas y arrancó el coche antes de agarrar el volante tan fuertemente que sus nudillos estaban blancos.

Suspiré y asentí. No iba a ponerme triste ni enojarme por ello, ya había comprendido en el fin de semana que habían peores cosas que podían pasar. Lo nuestro no era para morirse, era sólo algo desafortunado, pero era parte de la vida. El desamor  era algo que superarías con el tiempo. Sólo recé por poder olvidarlo pronto porque este dolor era casi insoportable.

-Gracias por traerme– Agarré mi mochila y salí del coche sin mirar su estúpido y guapo rostro.

Cuando me dirigí hacia adentro, mis padres no estaban, subí y me dirigí a ducharme y quitarme el olor a vinagre. Cuando estuve de pie bajo el agua de la ducha, reviví el momento del coche.

¿Me hubiera besado si mi teléfono no hubiera sonado? ¿Si él me hubiera besado significaba que podríamos estar juntos o él sólo le habría restado importancia justo después como si fuera un desliz?