Capítulo 13

Mis padres estaban sentados en el sofá viendo la televisión; me dejé caer junto a mi madre.

-Hola cariño ¿Pasaste un buen rato?– preguntó sonriendo.

-Sí, estuvo bien.

Su sonrisa se hizo aún más amplia. 

-Eso está bien, Jaejoong. Es agradable verte sonreír otra vez. Has estado tan decaído toda la semana.

-Sí, supongo– murmuré incómodamente. No quería hablar el tema de Yunho y era obvio que ella lo iba a sacar, lo podía venir a kilómetros. Me levanté rápidamente –Estoy un poco cansado, me voy a la cama, buenas noches. Oh Hyunjoong viene a recogerme por la mañana y voy a ir a su casa a estudiar cálculo durante el día– les dije, cambiando de tema antes de que mencionara a Yunho.

-Muy bien, cariño, te veo mañana entonces.

Besé la mejilla de mis padres y subí rápidamente a mi habitación.me saqué los pantalones y me puse una camiseta larga y me metí a la cama. Encendiendo mi IPod en sonido bajo, decidí ignorar el mensaje de Su, ese que había estado haciendo zumbar mi teléfono toda la noche, preguntando como me estaba yendo con el ‘’hermano caliente’’. Ya hablaría con él mañana.

No podía hablar con él hoy. Parecía tan desesperado porque me enganchara con alguien. Esa era su respuesta para todo. Cuando terminas con alguien, te vas con otro para quitarte el dolor, pero para mí no funcionaba así. Quisiera que fuera así, eso sería mucho mejor.

*

Un líquido cayó en mi mejilla. Cerré mis ojos más fuerte, limpiando mi rostro.

Una gota aterrizó en mi frente, otra en mi nariz. Suspiré, pensando que había goteras o algo por el estilo. Me senté tan rápido que mi cabeza comenzó a dar vueltas. La risa histérica que me llegó desde la izquierda me hizo saltar y chillar por el shock. Giré para ver a Hyunjoong en el borde de la cama, con un vaso de agua en su mano.

-Buenos días, bello durmiente– canturreó alegremente.

-¿Me tiraste agua?– lo acusé, limpiando mi cara de nuevo.

Él se rio –No comiences con un drama, fueron cinco gotas de agua. 

Rodé mis ojos -¿Qué estás haciendo aquí de todos modos? Y ¿Cómo entraste aquí?– pregunté sofocando un bostezo.

-Dijimos a las diez y tu madre me dejó subir– explicó él, asintiendo hacia mi reloj-alarma. Yo pestañeé un par de veces y miré hacia los números rojos brillantes mientras los enfocaba. 10:06

-¡Oh! Mierda. Lo siento– me disculpé, rápidamente saliendo de la cama y dirigiéndome hacia mi armario por algo de ropa para el día.

Ojeé hacia atrás y Hyunjoong  estaba observando para cualquier parte menos a mí y estaba incómodamente sentido en mi cama. Fruncí el ceño, preguntándome de qué se trataba esa actitud, luego me di cuenta de que estaba con una de sus camisetas que había dejado antes de que termináramos, muy a menudo dormía con ella, pero supuse que ni siquiera apenas cubría mi trasero.

-Hyunjoong, no es nada que no hayas visto antes– dije sacudiendo mi cabeza y riendo.

-Sí, bueno es un poco distinto ahora. Me refiero a que no se supone que te mire ahora– contestó ruborizándose levemente.

Rodé mis ojos y continué sacando algo de ropa -¿Tengo tiempo para una duche?– pregunté, suavizándolo con una cara de cachorrito complementándola con labio fruncido.

Él respiró dramáticamente –Sí, lo que sea, sabía que debía haber llegado a las 10:30.Estaba pensando que por alguna vez estarías listo a tiempo– Bromeó él. Su mirada estaba firmemente en sus uñas, como si fuera la cosa más importante que hubiese visto en su vida.

-Nunca se sabe, siempre hay una primera vez para todo– Levanté los hombros y me dirigí hacia mi baño para la ducha más rápida de todos los tiempos.

Quince minutos después estaba vestido y listo. Moví mi cabello desordenándolo un poco y salimos. Charlamos fácilmente mientras conducía. Hyunjoong siempre tenía algo que decir, esa era una de las cosas que me encantaba de él. Detuvo el auto en el estacionamiento del supermercado y me sonrió abiertamente.

Miré a todos lados confundido –¿Qué estamos haciendo aquí? Pensé que iríamos a estudiar.

-Nosotros estudiaremos, pero tú vas a cocinar. Quiero algo bueno, así que, puedes venir y decirme qué comprar– Se deslizó fuera del auto y se dirigió a mi lado. Abriendo la puerta para mí.

Lo seguí y tomé el carrito de compras.

-Entonces ¿Qué quieres comer?- pregunté.

-No lo sé ¿Qué tal algo de Chili o cualquier cosa?– sugirió exaltado. Sonreí y asentí. Él siempre elige eso, debí haberlo sabido.

Lo seguí arriba y abajo por los pasillos mientras él elegía cosas al azar de los estantes: Shampoo, desodorante, cosas para el día a día. Estaba totalmente aburrido. La próxima vez que él se detuvo hice una mueca y balanceé mi pierna hacia el lado del carro, escalando rápidamente sobre él. Él solía hacer esto conmigo, empujándome en el carro, haciendo carreras por los pasillos, bueno, hasta que fue atrapado por el grupo de seguridad del supermercado. 

-Eres tan infantil– me reprimió riéndose.

Yo asentí, sonriendo ampliamente sin vergüenza. Él sonrió maliciosamente y empujó el carrito hacia adelante haciéndonos correr por el pasillo. Hyunjoong salió tras de mí, ambos riéndonos histéricamente. Mientras llegábamos al final, él se bajó y detuvo el carro bastante antes del fin del pasillo en caso de que alguien viniera dando la vuelta. Seguridad ante todo, como siempre con Hyunjoong.

Conseguimos el resto de las compras. Hyunjoong nombró lo que quería de cada pasillo y yo trataba de tomarlos mientras pasábamos. Aunque la mayor parte del tiempo con el resultado de golpear las cosas. Todo el tiempo estuve riendo como loco.

-¡Eh, deténgase!– alguien gritó airadamente.

Hyunjoong detuvo el carro rápidamente.

-¡Ups! La diversión no duró tanto– murmuró, riendo callado y sacudiendo la cabeza.

Yo sonreí y me puse de pie en el carro mientras un guardia venía caminando por el pasillo, mirándonos fijamente.

-¿Qué diablos hacen ustedes? Les he advertido sobre esto antes– acusó sacudiendo su cabeza.

Hyunjoong asintió con cara de arrepentimiento, mientras ponía uno de sus brazos en la parte superior de mis piernas y el otro en mi espalda, levantándome fuera del carro y poniéndome de pie.

-Lo siento, señor. No pasará nuevamente– dijo él, luciendo extremadamente reprimido.

El rostro del hombre se suavizó, Hyunjoong tenía una cara que nunca fallaba, Cuando él quería podía parecer un niñito perdido y sentías tu enojo derretirse literalmente. Sería como golpear a un pequeño cachorrito enfermo. Él era endemoniadamente un buen actor.

-Ok, bueno, que no los vea haciendo esto nuevamente– el tipo nos reprendió sacudiendo su cabeza de forma desaprobadora.

Mordí mi labio intentando copiar su expresión. Obviamente no logré hacerlo, porque la cara del tipo se endureció mientras me miraba.

-Y usted, no debe subirse a los carros. Es peligroso entre otras cosas. Puede herirse a sí mismo o a alguien más– reprendió.

¡Whoa! ¿Por qué sólo me regaña a mí?

¡Realmente necesito aprender la expresión de Hyunjoong! 

-Sí, señor, lo siento– me disculpé. Él asintió y se fue caminando, mirándonos extremadamente agradado consigo mismo por haber solucionado un problema.

Tan pronto como se fue Hyunjoong estalló en risas –Cada maldita vez que venimos a la tienda tu terminas metiéndonos en problemas– me acusó, enterrando su dedo en mis costillas.

Me reí tontamente y lo empujé –Necesitas enseñarme esa cara, juro que es la mejor expresión del mundo– mirándolo asombrado.

Se rio maliciosamente –Oh no. Esa es mi marca registrada ‘’rostro que saca de problemas’’ Me tomó un largo tiempo desarrollarla.– Deslizó sus brazos sobre mis hombros, guiándonos por la tienda para que pudiéramos seguir con las compras.

Media hora después finalmente llegamos a su casa. Mientras caminábamos vi a su padre sentado en una esquina tomando desayuno. Su rostro se levantó cuando me miró.

-Hola Jaejoong, mucho tiempo sin verte, dulzura– sonrió feliz abiertamente.

Lo abracé como saludo -¡Hola Hodon!– Me encanta el padre de Hyunjoong, era realmente un buen tipo. No compartíamos mucho tiempo de todos modos, realmente sólo los fines de semana. Él trabajaba mucho ya que era el único que sostenía a la familia.

-Jaejoong cocinará esta noche– Anunció Hyunjoong excitado.

Una sonrisa dividió la cara de Hodon –Siempre has sido un buen chico– Él palmeó mi cabeza mientras tomaba una lata de soda y se dirigía hacia el recibidor.

Rodé mis ojos y salté sobre el mostrador mientras miraba a Hyunjoong vaciar las bolsas. Él lazó un paquete de azúcar.

-Vacía eso en el pote de azúcar.

Rezongué -¿Qué soy tu esclavo o algo?– Bromeé con él, fingiendo molestia mientras lo hacía.

Vi una sonrisa tirando del borde de sus labios -¿Quieres que te ayude o no?– me chantajeó, levantando una ceja arrogantemente hacia mí.

Levanté una ceja de vuelta -¿Quieres Chili o no?– contra ataqué.

Él se rio –Jaejoong puedo comprar chili por el camino si tú te rehúsas a hacerlo. Si yo me rehúso a enseñarte tendrías que ir arrastrándote hacia Minah– Sonrió altaneramente, confiado.

¡Mierda, Tiene razón!

Supongo que ganó esta ronda. 

-Bien, pero sólo para que sepas, voy a escupir en tu comida– Bromeé con él.

Él se rio aún más y se encogió de hombros –Increíble, siempre sabe mejor cuando haces eso.

Me reí y él ordenó todo lo demás. Mientras caminaba a su cuarto me sentí un poco nervioso. Estaba bien estar de vuelta en su casa, pero estar en su dormitorio sería un poco extraño para mí. Pasábamos mucho tiempo ahí porque su padre casi nunca estaba. Su cuarto tenía muchos recuerdos para ambos.

Pretendí que no me importaba en lo absoluto cuando vi su cama de dos plazas. El calor subió a mi rostro rápidamente ¡Maldición Jaejoong deja de sonrojarte!

-¿Quieres hacerlo en la cama o en el escritorio?– preguntó malicioso.

Reí como tonto –Cualquier de los dos está bien para mí, según recuerdo– Bromeé. Inmediatamente me arrepentí.

Estalló en risas y sacudió su cabeza.

-Eso es sucio, Jaejoong y estoy avergonzado de admitir que salí contigo– Levantó su nariz, haciéndome reír incluso más –Vamos, acomodémonos en la cama, así no me entumezco mientras te hago la tutoría.

Sonreí y me senté en la cama.

-Entonces… ¿Qué problemas tienes?– sonriendo mientras alternaba las páginas.

-Cálculo– Encogí mis brazos.

-Eso lo sé, Jaejoong, pero ¿Qué exactamente?

-Toda la puta materia.

-Jaejoong si necesitamos repasar toda la materia entonces debemos empezar ya, de otro modo estaremos toda la noche– explicó, empujando un lápiz y un montón de hojas en mi dirección.

Tres horas y medias después ya no podía hacer ningún ejercicio más -¡No puedo más! Me duelen los ojos, la cabeza y el cerebro– lloriqueé.

-Vamos lo estás haciendo excelente, sólo quedan dos– indicó Hyunjoong, enterrándome su codo en mis costillas por centésima vez.

-¿Por favor?– supliqué mirándolo con mi cara de cachorrito.

-¿Realmente has tenido suficiente?– Me miró un poco derrotado.

-Oh demonios sí, no puedo mirar otra ecuación sin gritar– confirmé asintiendo entusiasmadamente.

Él frunció el ceño –Bien, después de la cena los haces y comenzamos con la tarea, tenemos cubierto lo que pasaron esta semana– me miró con una advertencia por lo que solté un gran gemido de frustración

-Oh, hombre ¿En serio? Pensé que estábamos listos.– Quería llorar, realmente tenía sentido la forma en que estaba explicando, pero yo simplemente no podía más. Esto era demasiado para tomarlo todo de una vez.

Sonrió disculpándose –Nada de terminar. Nos queda fácilmente un par de horas.

Yo lo miré –Muchas gracias por hacer todo esto por mí, de verdad has gastado todo tu sábado con un cabeza hueca como yo– Lo abracé fuerte. Hyunjoong era realmente adorable. Tenía suerte de tenerlo como amigo nuevamente.

Reí y lo seguí a la cocina, ambos estirando nuestros músculos mientras caminábamos. Hodon sonrió travieso hacia nosotros mientras pasábamos por la sala de estar.

-¿Estudiaron mucho?– preguntó.

-Sí, a montones en realidad, no estamos cerca de terminar en todo caso– contestó Hyunjoong; ignorando la desacreditación obvia de su padre; claramente pensaba que no habíamos estado estudiando.

-Ok, está bien– respondió Hodon, tomando otro sorbo de su bebida –Hey, Jaejoong tu cierre del pantalón está abierto– dijo justo cuando yo entraba por la puerta de la cocina.

Me aclaré la garganta y miré hacia abajo, mortificado de haber estado en público con el cierre abierto. Pude oír a Hodon reírse hasta las lágrimas mientras yo me daba cuenta de que estaba mi cierre bien.

-Estudiando claro– Él hizo una mueca sarcástica, sacudiendo su cabeza y haciendo rodar sus ojos. Lo miré sorprendido, sonriendo avergonzado mientras mi cara ardía en llamas.

Hyunjoong sacudió su cabeza y tomó mi mano entrando a la cocina.

-Ignóralo.

Me sonrojé mucho más -¿Ignorarlo? Hyunjoong, él piensa que estuvimos teniendo sexo allí– siseé, tratando de esconderme en la esquina para que Hodon no pudiera verme.

Él encogió sus hombros –Hace unos meses lo habríamos estado haciendo, se está basando en eso ¿Por qué diablos te sonrojas tanto? No parecía preocuparte que él pensara eso cuando estábamos teniendo sexo– Dijo él sonriendo calladamente.

-Sí, pero  no sabía que lo hacíamos entonces– contesté.

-Oh, él sabía, confía en mí. Me daba un sermón sobre sexo seguro casi cada noche.– Asintió lentamente, mirándome mientras digería esa información.

¡No lo podía creer!

¿Todo este tiempo supo que teníamos sexo?

¡Dios, qué vergüenza!

-Cálmate, Jaejoong, estás siendo estúpido, estábamos realmente estudiando ahora. No tienes razón para estar avergonzado– Rodó sus ojos y se dirigió al refrigerador, sacando la carne molida y lanzándola en mi dirección. Volví a la realidad justo para tomar el paquete antes de que tocara el suelo. –Buena atrapada ahora ¡Vamos! Cocina para mí ¡Podría comerme un caballo!– Él acarició su estómago como si estuviera herido.

Luego de la cena volvimos directamente a estudiar. Estaba tan aburrido que podría llorar ¿Cómo Yunho podría haber estado estudiando esto? Ni siquiera  me dio la impresión de ser un chico de Cálculo, él es tan… Divertido. Terminamos de hacer la tarea a media noche.

-¿Te quieres quedar aquí esta noche?– Ofreció Hyunjoong.

Sonreí –Seguro, si está bien con tu padre– En todo caso igual nos íbamos a juntar mañana quería comprarse un par de zapatillas nuevos.

-Iré a preguntar, aunque ya sabes que no le importa– dijo mientras iba.

Hodon era fácil de llevar, él confiaba completamente en Hyunjoong. Ya me había quedado… Aunque mis padres pensaban que dormía en la habitación de huéspedes. Saqué mi teléfono y le avisé a mamá que me quedaría. Él apareció y me hizo una señal de que sí me podía quedar.

Una vez que ella asintió y que le aseguré de que yo y Hyunjoong éramos sólo amigos, corté la llamada. Sonreí a Hyunjoong.

Sacó una camiseta y la tiró en mi regazo para que me la pusiera. –Gracias ¿Sabes que me quedaré con esta cierto?– pregunté, sacudiendo la camiseta en frente a él. Me encantaban las camisetas de Hyunjoong. Él me miró y me pasó otra, quitándome la primera de las manos. -¿Qué tiene de malo la anterior?– pregunté riéndome.

-Es mi camiseta de la suerte. No puedo darte esa. Me ayuda con los chicos y chicas– Sonrió irónicamente hacia mí.

Reí y observé como la doblaba y la ponía en el interior –Ah, ¿No estabas usando esa cuando me invitaste a salir?– pregunté curiosamente.

Él sonrió abiertamente –Sí, camiseta de la suerte– Confirmó.

Sacudí la cabeza  y me fui a cambiar la camiseta. Cuando volví lo vi en el suelo armando otra cama, me sentí culpable porque dormiría en el suelo.

-Puedes dormir en la cama conmigo, si quieres. Confío en ti– dije, riendo mientras subía a la cama.

Él frunció el ceño incómodo –Hmm ¿No sería un poco raro?

-Es raro, sólo si tú lo haces raro. No me importa, si piensas que es así, entonces duerme en  el piso.

Me miró y tiró una almohada –Ok, pero no me arrincones en la noche.– Bromeó.

-Ok, trataré de no hacerlo– dije sonriendo.

Se rio y fue a apagar las luces. Sentí que la cama se hundió  y supe que él ya estaba en ella. Pero él se mantenía al otro lado, sin hacer ni un solo movimiento para acercarse, justo como sabía que lo haría. Siempre había sido tan adorable.

Estaba temblando suavemente, entonces me acerqué a él, presionándome contra su lado y usando su calor corporal para mantenerme caliente. Él se rio.

-Pensé que habíamos acordado que no me arrinconarías– dijo juguetonamente. Yo reí y apreté mi fría nariz contra su hombro. -¿Tienes frío?– Volviéndose y levantando sus brazos para que pudiera acurrucarme más a él.

-Sí– murmuré.

Él envolvió sus brazos alrededor mío y me abrazó más cerca de su cuerpo.

-¿Jaejoong?

-¿Sí?

-La próxima semana es el aniversario de la muerte de mi madre…- anunció, con su voz temblando de tristeza.

Yo lo sabía. Pero no quería tocar el tema  a menos que él lo hiciera. Su cuerpo estaba tenso.

-Sí, lo sé– dije tranquilamente.

-Me estaba preguntando… si cuando fuera ¿Podrías ir conmigo?– preguntó esperanzado.

Sonreí con tristeza. Hyunjoong odiaba el cementerio. Realmente se sentía alterado ahí, sólo iba para el aniversario o cumpleaños de su madre. Cada vez, yo iba con él y lo sostenía mientras él lloraba. 

-Por supuesto que iré– susurré. Sentí una lágrima caer por mi rostro. Realmente me afectaba que se pusiera así, era descorazonador ver a este adorable chico triste. Pero tenía que hacerlo, tenía que acompañarlo. Yo era la única persona con la que él se abría completamente, con todos actuaba como si no le importaba. Incluso con su padre.

-Gracias.– Murmuró. 

-No necesitas agradecerme, sabes que siempre estaré para ti.– Lo abracé fuertemente y luché desesperadamente por no llorar, al notar que se desesperaba. Su cuerpo temblaba mientras lloraba en silencio –Shhhh…está todo bien– Lo conforté, sin saber qué más decir.

Habían pasado tres años desde que ella murió, pero Hyunjoong la seguía extrañando como un loco. Siempre deseé haberla conocido antes de que muriera. Juzgando por la forma en que Hyunjoong y su padre hablaban de ella, era una mujer asombrosa. Él se quedó dormido luego de unos momentos y cerré mis ojos necesitando dormir también.