Capítulo 10

Cuando llegué a mi clase de español me deslicé en el asiento al lado de Su.

-Hey ¿Cómo te fue con el señor follable?– me preguntó, mirándome con celos.

Me encogí de hombros y no respondí. En la mañana me había preparado para verlo una sola vez y ya llevaba dos y aún me quedaba una hora entera con él. La vida era muy cruel.

Dos horas más tarde Su me arrastraba por el pasillo.

-En serio, ven a babear por el nuevo profesor cachondo. Te sacará de la cabeza a ese idiota de ex que tienes– insistió, deseaba tanto poder decirle que precisamente él era la razón por la que no quería ir a cálculo.

Me paré fuera de su clase.

-No, voy a saltármela en serio, me duele la cabeza. Si dan tarea, consíguemela ¿Sí?– dije, meneando la cabeza. No podía verlo más, estaba cansado física y emocionalmente.

-No estás enfermo, sólo quieres irte a casa y lloras e haces pucheros por ese imbécil que de todas formas no te merece. Que le jodan; puedes conseguirte algo mejor que un mugroso barman. Una pequeña dosis del profesor follable te espabilará. Y si el sonido de su voz sexy no hace que tu dolor de cabeza se vaya, lo harán sus sonrisitas– movió la cejas alegremente hacia mí.

Precisamente por su voz sexy y sus estúpidas sonrisitas no puedo estar en su clase.

-Definitivamente me la salto– dije seguro.

Alguien aclaró su garganta detrás de nosotros. Salté, mirando rápidamente a Yunho que estaba de pie mirándonos con una expresión divertida en su cara. 

-¿Esta es una discusión privada acerca de lo bueno que estoy o puede unirse cualquiera?– preguntó sonriendo con suficiencia mientras Su se ponía rojo como un tomate y se reía nervioso –Y nada de saltarse clases, señorito Jaejoong– añadió. Nuestros ojos se encontraron nuevamente y me pareció caer en ese maldito abismo que me encantaba.

Su agarró mi brazo y tiró de mí hacia el interior del aula antes de que pudiera decir nada en absoluto.

-Mierda eso fue muy embarazoso ¡No puedo creer que escuchara todo eso!– susurró en mi oído. Conociendo a Yunho probablemente le encantó escuchar que estaba muy bueno y esas cosas. Giré rápidamente para ver su rostro y ver una pequeña y hermosa sonrisa en su cara mientras ponía sus cosas en su escritorio.

Éramos los últimos en entrar a la sala y habían sólo los asientos disponibles; uno en el fondo donde había una chica que sinceramente no tenía buen olor y  dos otro adelante al lado de Yuu.

Considerando mis opciones iría al fondo, mejor así no tenía una buena vista de Yunho.

-Voy al fondo– Dijo Su rápidamente, casi como si huyera de mí, su cara todavía estaba ardiendo por el bochorno.

Gruñí para mí mismo y me senté al lado de Yuu. Me sonrió con calidez. Saqué mi cuaderno y mi lápiz, mirando furtivamente a Yunho mientras se sentaba en la cabecera de su escritorio luciendo todo sexy y seductor sin siquiera intentarlo.

-Bien chicos y chicas, ayer como no hicimos nada, tendremos que hacer algo hoy, necesito saber en qué nivel está cada uno ya que todos aprendemos diferente. En la pizarra verán ecuaciones y quiero que encuentren los dominios de las funciones. No olviden mostrar el resultado y por favor no se ayuden; necesito saber quiénes necesitan más ayuda– Miró severamente alrededor de la clase.

Maldecí por dentro y abrí mi cuaderno mirando la pizarra. ¿Tengo que encontrar el dominio de qué? ¿Por qué mierda no escuché correctamente? Me giré y vi que Yuu estaba ya resolviendo un ejercicio.

-Yuu ¿Tenemos que encontrar el dominio de qué?– Susurré, mostrándole mi cara de ‘’estoy perdido, ayúdame por favor’’.

Se rio bajito y se acercó hacia mí. 

-Funciones, es como la respuesta a la pregunta, la primera, por ejemplo, tienes que encontrar el valor de Ignora todo lo demás después de eso. La verdadera pregunta es ¿F es igual a…? Entonces haz la ecuación y listo- Se encogió de hombros, como si fuera todo muy fácil. Intenté con todas mis fuerzas no preguntarle en que idioma estaba hablando porque no entendía absolutamente nada.

Estoy más que jodido.

-Oh, bien, em, si entendí– Mentí, asintiendo despacio y volviendo a ver la hoja de mi cuaderno completamente en blanco, aún más confundido.

-No hay problema, por cierto ¿Cómo están tus manos?– susurró.

Las levanté para enseñárselas.

-parecen peor de lo que están– dije un poco adolorido.

Se inclinó y tomó mi mano, mirándola más de cerca.

-Me siento mal por ello. Hey, sabes, quizá podría sacarte por ahí el viernes y compensártelo– sugirió, pareciendo un poco incómodo.

Me retorcí en mi asiento.

-Esto, Yuu de verdad eres muy amable, pero mis manos están bien, fue un accidente, no es tu culpa.

Se rio en voz baja. 

-La verdad, esa era una excusa, realmente quería invitarte a salir y pensé que sería buena– admitió, sonriendo tímidamente.

Oh no.

¿Cómo puedo decir que no de forma agradable? 

-Hmm, esto… Yuu… yo

-Señor Yuu ¿Podría coquetear fuera de mi clase?– dijo Yunho bruscamente delante nuestro.

Yuu casi voló de su asiento, soltándome la mano como si fuera un carbón caliente.

-Sí claro, lo siento señor– agarró su lápiz y empezó a escribir otra vez.

Sonreí agradecido hacia Yunho, pero este no me devolvió la sonrisa, sólo se fue y se sentó enojado en su escritorio. Suspiré y miré la pizarra, diciéndome a mí mismo que tenía que empezar. Cerré los ojos y me froté la frente, preguntándome si realmente necesitaba terminar la secundaria o si podría simplemente dejarlo y nunca más volver a ver una puta y estúpida ecuación. 

Algo golpeó mi mesa provocando un ruidoso estrépito. Alcé la cabeza de golpe, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. 

-¡Mierda!– grité asustado.

Alcé la mirada y Yunho estaba allí de pie riéndose histéricamente, con su puño en mi mesa. ¿Qué mierda? Podía oír a todos riéndose de mí. ¡Oh, Dios mío! ¿Me quedé dormido?

-¿Lo estoy aburriendo, señorito Jaejoong?– preguntó Yunho, levantando una ceja burlándose de mí. Se giró y se fue, chocando los cinco con Kyuhyun. -Y vigila tu lenguaje– añadió, riéndose.

-Sí, ríete. Fue tan gracioso. Buen trabajo– Le devolví con sarcasmo. Se dio la vuelta y me sonrió alegre.

-Lo sé, a veces me parto de la risa conmigo mismo. Quizá tengo que mejorar y hacer mi clase más interesante para mantenerte despierto.

-¡Siempre puedes quitarte la camiseta!– gritó una chica desde al fondo, todos rieron, menos yo.

-Nah, porque o si no, ninguno podrá estudiar cómo se debe– Bromeó Yunho y chocó los cinco con otro estúpido que estaba a su lado.

Puse los ojos en blanco y bajé la mirada; ni siquiera llevaba un mísero ejercicio escrito. NADA. Gruñí y garabateé números y letras para tener algo que entregar al menos. Yuu me pasó otras cinco hojas obviamente de mis otros compañeros y puse el mío en medio.

Tan pronto como tocó la campana, la gente comenzó a levantarse.

-Chicos, lean el capítulo uno de su libro, por favor– gritó Yunho.

Su vino hacia mi mesa, riéndose perversamente.

-¿Cómo te quedas dormido en su clase? Con sólo mirarlo es suficiente para mantenerte despierto.– suspiró.

-Tremendamente divertido– Murmuré, recogiendo las tareas y dejándolas en su escritorio.

-Señorito Jaejoong ¿Podríamos tener unas palabras?– solicitó.

Su me miró y se fue hacia la salida. Una vez que cerró la puerta. Afortunadamente me esperaría y nos iríamos juntos, ya que no tenía muchos ánimos de caminar casi una hora a casa. Yunho me miró.

-¿Estás bien?– preguntó en voz baja.

Asentí y miré hacia otro lado, casi como ignorándolo.

-Sí, estoy perfectamente.

-Pareces cansado.

-Wow, gracias por tu preocupación, gracias eres realmente amable, antes me decías ‘’estás hermoso’’ y ahora  sólo parezco cansado– solté enfadado.

Suspiró y meneó la cabeza claramente molesto. 

-Sólo estaba preocupado por ti, eso es todo. No tienes que ponerte de mal humor por eso.

-Ok ¿Hemos terminado con la preocupación? ¿Me puedo ir?– Dije mientras me giraba para irme, pero agarró mi muñeca haciéndome parar, le dio vuelta a la mano y miró mi palma.

-Por favor, cuéntame que te pasó.– Dijo en voz baja, mirándome con la carita de cachorrito que desgraciadamente siempre había funcionado conmigo.

-Me caí jugando futbol, no es nada.– dije encogiéndome de hombros.

-Oh bien, puedes irte ahora– dijo soltando mi muñeca fríamente. Me costó darme cuenta de que mis lágrimas casi caían y salí corriendo hacia mi casillero. Donde estaba Su esperándome.

-¿Otro castigo?– Dijo levantando su nariz.

-No… ¿Por qué iba a estar castigado?– pregunté confundido.

-Te dormiste en su clase y luego le hiciste un comentario sarcástico sin siquiera disculparte– dijo mirándome como si fuera un estúpido.

Oh, bueno sí, quizá se apiadó de mí, quizá sintió que una semana de castigos ya eran suficientes. 

-Me dio un sermón por eso, pero nada de castigos– mentí.

Enlazó su brazo con el mío.

-Bueno, eso está fatal, que daría yo por quedarme castigado con él– dijo abanicándose con su mano.

-¡No está tan alucinantemente bueno!– solté enfadado.

Una expresión de dolor se posó en su rostro. No debería gritarle ni agarrarme con él, sólo porque estoy estresado y enfadado.

-Lo siento, Su, no debería desahogarme contigo. Simplemente no quiero seguir hablando de chicos lindos, me recuerda a Yunho– Mentí esperando a que tuviera sentido.

Sonrió con tristeza.

-Vale, lo siento– Se rindió –Ahora mismo, nos vamos a hacer una terapia de compras y te compraré el pedazo de torta de chocolate más grande que encuentre– sonrió maliciosamente y tiró de mi saliendo del instituto hacia su coche.

* 

Casi dos horas después de comprar cosas, me llevó a una cafetería del centro comercial. Sinceramente puse todo mi esfuerzo en no pensar en Yunho, pero él seguía volviendo a mi mente, cada vez que veía una camiseta linda pensaba en regalársela o cada vez que veía a un chico rubio me giraba para ver si era él, de verdad me estaba obsesionando.

Justo cuando estábamos terminando nuestro pastel alguien me tocó el hombro. Mis ojos se posaron en Su quién miraba hacia atrás demasiado coqueto. Me di la vuelta y era Hojun, el hermano de Yunho, estaba parado ahí sonriéndome. 

-Hola Jaejoong

-um, Hola Hojun– lo saludé un poco incómodo ¿Sabrá que Yunho y yo terminamos? ¿Y si accidentalmente dice algo del tema frente a Su?

-¿Cómo has estado? Hace tiempo no te veía.

Sonrió con descaro y mucha confianza, al igual que su hermano Yunho, haciendo que todas se derritieran por ellos.

-He estado bien– Mentí –Er, Hojun, este es Su... ¿Vamos al instituto juntos– Lo presenté, poniendo énfasis en la palabra instituto, secretamente tratando de decirle que no mencionara nada frente a Su –Su este es Hojun, hermano de Yunho– agité una mano entre los dos.

-Hola, encantado de conocerte– Dijo Su, sonriendo coquetamente.

Hojun activó su encanto asesino, sus ojos parecían brillan mientras lo veía con interés contenido.

-Y sin duda es un placer conocerte– respondió guiñándole el ojo –Y ¿Vas a dejarme aquí de pie todo el día o vas a pedirme que me siente?

Respiré profundo, deseando que esto pronto terminara.

-Cierto, siéntate– Dijo Su, palmeando el asiento junto a él.

Él le sonrió y se sentó antes de girarse hacia mí -¿Así que tú y Yunho terminaron, eh?– Dijo ladeando la cabeza y mirándome curiosamente.

Tragué saliva –Sí– confirmé, encogiéndome de hombros, tratando de fingir como que no me iba a suicidar por eso. 

Él frunció el ceño –Es una pena, se veían demasiado bien juntos.

-¿Podemos hablar de otra cosa?– Dije enojado, pero inmediatamente me arrepentí, de nuevo estaba desquitándome con otras personas. –Lo siento, es que me costó dormirme anoche y estoy cansado, así que parece que me estoy desquitando con todos.

-¿Por qué no lo hiciste? ¿Necesitas algún voluntario para ayudarte a dormir? Porque yo estaría encantado en ayudarte– Dijo mientras se mordía el labio y movía las cejas constantemente.

Me reí a pesar de la incomodidad de la situación.

-Cállate, eres un coqueto, acabo de terminar con tu hermano y no soy tan rápido como para coger a otro estúpido, tonto, presumido, engreído y pervertido de ojos profundos.– Le saqué la lengua. Él se rio en voz baja.

Su se inclinó y recogió las bolsas –Jaejoong, tenemos que irnos, hoy me toca hacer de niñero– calló un momento, mandándome una mirada de arrepentimiento.

Asentí y me levanté con mi mochila.

-Encantado de verte, Hojun.

Él asintió con la cabeza –Si te apetece salir en algún momento conmigo. Como amigos. Ver una película o algo. Avísame– dijo sonriendo simpáticamente.

Miré a Su buscando ayuda, pero no lo fue para nada, él estaba asintiendo vigorosamente, diciéndome que aceptara. Reflexioné unos segundos. Hojun era un chico muy agradable, nos llevábamos bien. Y pensándolo bien, él era la única persona con la que podría desahogarme con el tema de Yunho.

-Hm, está bien. Como amigos entonces, no estoy interesado en algo más– aclaré.

Él resopló y rodó los ojos -¿Qué te hace pensar que quiero algo más?– se burló, mirándome con una mueca de disgusto mientras fingía estreñimiento.

Me eché a reír. Me recordaba tanto a Yunho, los dos tenían el mismo humor arrogante. Hojun sonrió y sacó su teléfono, pasándomelo, Apunté mi número y se lo di.

-Vamos, Su. Nos vemos, Hojun.

Mientras caminábamos, Su me miró con los ojos muy abiertos.

-Mierda Jae, él está muy bueno. Delicioso.– exageró. Asentí y me encogí de hombros. Hojun era realmente muy guapo, hasta yo podía ver eso. -¿Se parece a Yunho?– Preguntó él mientras nos dirigíamos a su auto. 

Respiré profundo y resoplé con fuerza. 

-hm sí, un poco. Aunque Yunho es más guapo, me molesta tener que admitirlo– Me encogí de hombros. Mi teléfono sonó. Lo saqué para ver un mensaje de un número desconocido.

Sólo puedo decirte que puedes hablar conmigo lo de Yunho, si lo necesitas. Te llamo durante la semana y nos ponemos de acuerdo para salir.

Hojun.

Sonreí y le mandé un mensaje con un Gracias.

Esa noche me tumbé en mi cama para hacer la tarea. Deliberadamente dejé cálculo para el final así podía tomarme todo mi tiempo con el capítulo que debíamos leer. Lo leí TODO cinco veces, pero seguía sin tener mucho sentido para mí. Me quedé dormido con el libro sobre mi pecho.

Al día siguiente no vi a Yunho en toda la mañana y realmente estaba agradecido. Pero todavía tenía que verlo en el castigo. Esperemos que igual que ayer, me ignore.

Tocó la campana y fui a su aula, él no estaba así que fui hasta el último asiento; saqué mi IPod y me puse los audífonos. 

Un poco después vi un movimiento delante de mí; era Yunho sentándose en frente.

De mala gana apagué mi IPod –Creí que habías dicho que podía escuchar música– murmuré, frunciendo el ceño.

-Sí puedes, sólo quería hablar contigo acerca del trabajo que hiciste ayer en clases– dijo, sin dejar de mirarme.

Gruñí. –Estaba dormido; no hice nada, sólo escribí algo para entregar– lo dije defensivamente –Adivino que está todo mal.

Él negó con su cabeza, sus ojos brillaban –De hecho no, estaba correcto y quería hablar contigo para integrarte a clases superiores.

-¿De verdad?– exclamé sorprendido.

-No, está todo mal– declaró, riéndose –Eres tan ingenuo.

-No es gracioso.

-Hablando en serio, el semestre pasado tú tuviste un compañero que te ayudaba ¿cierto? ¿Tienes algún problema con cálculo?– Preguntó.

No pues, fíjate no tengo ninguno.

Es sólo que no entiendo ni mierda, pareciera que estuvieras hablando en egipcio.

Nada más. 

Gemí –Sí, sinceramente no puedo hacerlo. De hecho, podríamos reprobarme enseguida y ambos nos evitamos el esfuerzo– sugerí esperanzado. Entonces así no tendría que venir a su clase.

Él negó con firmeza -¿Qué tal si consigues otro tutor? Me ofrecería a hacerlo, pero no creo que sea apropiado– Frunció el ceño. -Ayer encontré un trabajo de una chica; Minah y que es muy buena en cálculo.– Él movió la cabeza para quitar el cabello de sus ojos. Luché conmigo mismo para no hacer un sonido extraño, amaba cuando hacía eso, se veía tan sexy. 

De repente me di cuenta de lo que había dicho…. ¿Minah dándome clases particulares? La odiaba. Ella nos había molestado a mí y a Su cuando empezamos el instituto. Era una perra a quién le gustaba hacer que la gente viviera un infierno. No podía. Si sabía que era malo en algo seguramente, haría que todos lo supieran y me avergonzaría.

-No ella no, por favor– le supliqué.

Él soltó un gran suspiro –Bueno, el otro que podría ayudarte sería un tal Yuu, pero no creo que sea una buena idea tampoco– Él frunció el ceño nuevamente, como si estuviera molesto por algo.

Porque esa no era tan mala idea.

-Definitivamente prefiero a Yuu. Aunque ayer no le entendí nada, pero bueno.

Una ola de humillación me llegó como un headshot. Dios soy tan estúpido. ¿Por qué justo la asignatura que peor se me da la tiene que impartir él?

Apuesto que ahora está pensando que vio en mí… Peor por otra parte él no tenía ningún sentimiento por mí, probablemente lo que vio en mí fue un polvo fácil.

-Bueno, viendo que tenemos una semana, te puedo ayudar durante lo que queda y luego podemos ver cómo te va ¿Te parece bien?– dijo sonriendo amablemente.

-De hecho, prefiero simplemente suspender– Negué con la cabeza. No podía estar tan cerca de él, era demasiado doloroso.

-¿Qué significa eso?– dijo mientras fruncía el ceño.

-Significa que sólo necesito que estés lejos de mí; no puedo estar hablando contigo todo el tiempo. Déjame seguir adelante con esto y lo solucionaré de alguna manera. No necesito tu ayuda– contesté poniéndome los audífonos nuevamente.

Parecía un poco dolido cuando puse más fuerte la música. Sin tratar de hablarme otra vez, dejó una bolsa en mi mesa y se fue a su escritorio. Abrí la bolsa y dentro había un envoltorio  con ensalada de pollo, chips de tortilla y un bote de salsa de crema que tenía el nombre de Old Giuseppe a un lado. Ese era el nombre del restaurant mexicano donde me llevó en nuestra primera cita real.

Maldición.

Él es tan malditamente adorable.

¿Por qué está siendo así conmigo?