Capítulo 1

Mi visión estaba un poco borrosa mientras bailaba, Mi cabeza estaba sólo un poco confusa por el alcohol que había ingerido. Mis piernas se sentían casi como si hubiera perdido el control de mi cuerpo por completo. 

-¿Quieres beber algo más?- Decía Junsu; mi mejor amigo. 

En señal de negación sacudí la cabeza– Juro que si bebo algo más, vomitaré- respondí haciendo un gesto con la nariz  

-Vamos Jae, sólo has tomado cuatro  vasos– bromeaba riéndose casi histéricamente de mí. No era mi culpa que él siempre pensara que era patético únicamente porque casi nunca bebo y no sé aguantar el alcohol. 

-Puedes tomar uno más. Yo iré al bar contigo– le grité como respuesta, tomándolo de la mano para no perdernos entre el montón de gente del club. Mis otros amigos no querían seguir bebiendo, así que los dejamos bailar. 

Su me llevó hacia donde se encontraba el bar, quedando tras de él esperando a que el barman lo notara. Después de casi cinco minutos aún no le habían servido, se voltea y me da una sonrisa de disculpa.  

-Necesito ir al baño, siento que voy a explotar, ¿Puedes tomar mi lugar? El chico ni siquiera ha mirado hacia este lugar aún- dijo mientras señalaba al barman, quien se veía muy ocupado, estaba solo, pero aun así desprendía confianza a pesar de que el lugar estuviera atestado. 

-Sí, claro- acepté, moviéndome rápidamente donde se encontraba. Me incliné un poco sobre la barra, para ver si el barman si quiera se giraba al lado donde estábamos. Observé su espalda; usaba unos jeans muy apretados y una camiseta negra con el logo del club en la espalda. Lucía muy bien tonificado, por lo que no podía quitar mi vista de su trasero; se veía muy apetecible. Pero toda mi perversión acabo cuando él se dio la vuelta, por lo que accidentalmente miré su entrepierna. Mis mejillas tomaron un rojo carmesí al segundo y rápidamente aparté mi mirada, agradecido de que no lo notó. 

De la nada, él estaba caminando hacia mí; horrorizado, dirigí mi mirada hacia su rostro. Era tan atractivo, que incluso creí que comenzaría a babear. Su pelo chocolate estaba un poco desordenado y acomodado hacia un lado, sus labios formaron una sonrisa insolente mientras caminaba y se detenía frente a mí, Era alto. Probablemente 1.84. Sentí que mi aliento se detenía en mi garganta en cuando nuestras miradas se cruzaron, tenía unos ojos preciosos; a pesar de que el lugar no fuera tan iluminado, se notaba que eran oscuros, pero tenían un brillo hermoso, que definitivamente quería ver mejor. Su mirada era tan intensa que se aceleró mi pulso. 

-Hola, ¿Quieres una bebida o estás entretenido con el escenario?– preguntó con una sonrisa de autosuficiencia.

Mierda, ¡Tiene una voz muy sexy!

-Bueno el escenario es bastante bueno en este club- respondí, asintiendo, levantando una ceja intentando ser sexy. No tenía idea por qué estaba coqueando con él. Si trabajaba aquí significaba que tenía más de veintiuno, y probablemente él asumía que yo también. Considerando que había usado una identificación falsa junto a Su y los demás. 

-Síp, mi vista es bastante buena también– coqueteó, observándome lentamente. Estaba usando un suéter de cuello en V, que me quedaba un poco grande; dejando ver mis pronunciadas clavículas, no era definitivamente lo que usaba siempre, en absoluto; pero pensé que podía probar algo nuevo esta noche. 

-Oye ¿puedes atenderme? Llevo esperando diez minutos.- Una tipa gritó, agitando su mano enojada. 

El barman me miró disculpándose –Espérame, estaré de vuelta en un minuto.– Se alejó para atender a la tipa histérica, No pude dejar de observar su trasero, realmente era una vista placentera, yo no exageraba. 

Después de atender a la Srta. Enojada, volvió nuevamente hacia mí. 

-Entonces, ¿Decidiste lo que querías?– Preguntó pasando una mano por su desarreglado cabello. 

-Hm, sip. Un ron con coca cola.– pedí intentando pensar qué trago le gustaría a Su. Sirvió lo que pedí y lo puso en el mostrador en frente de mí, sonriendo y alejándose para servir a otras personas. Lo miré, confundido. ¿Cuánto costaba la bebida? Se alejó antes de que le pagara. 

-Oye no me cobraste.– le dije mientras estaba de espalda.  

-Va por mi cuenta.– respondió sin mirarme. 

Alrededor mío la gente seguía gritando sus pedidos como si no hubiera un mañana mientras él luchaba por mantener el ritmo. 

Un tipo al lado mío golpeó con su mano el mostrador y gruñó frustrado. –En serio ¿Cuánto maldito tiempo se tarda en tener una bebida en este lugar?– gritó airado. 

Esto se está poniendo feo.

¿Por qué no hay nadie más para ayudarlo a atender el bar?

-¿Por qué estás solo?– grité, agitando mi mano para atraer su atención a mí. 

-Estamos cortos de personal esta noche, así que estoy solo hasta que Changmin vuelva de su descanso– haciendo un gesto, quitándole importancia y continuó sirviendo.  

No es justo, la gente está siendo ruda con él mientras les sirve

Y ni siquiera es su culpa.

Giré y subí mis piernas sobre el bar, pasando hacia el otro lado y cayendo. -Oye, ¿Qué diablos estás haciendo? Vuélvete al otro lado, no se permiten clientes aquí.– Me ordenó enojado. 

Agité mi mano ignorándolo y me volví al tipo más cercano que gritaba estupideces.

-¿Qué puedo servirte, guapo?– pregunté sonriendo dulcemente. 

-Cuatro botellas de budweisser  y cuatro cortos de vodka– contestó inclinándose y sonriendo ahora. 

-Claro.– Le di una sonrisa coqueta antes de volverme hacia el barman quién me miraba fijamente con una expresión de asombrado. –Bueno, no te quedes parado mirándome ¡Empieza a servir!- Bromeé. 

-¿Y cuánto cuesta ese pedido?– pregunté tomando cuatro botellas de cerveza de la heladera detrás de mí. 

-A ver... Tenemos un especial para budweisser con un corto por la próxima hora. Son cuatro mil wons cada una entonces son dieciséis mil wons en total. Más gente va a pedir eso– dijo aclarando, aun observándome algo emocionado. 

Asentí y tomé cuatro vasos de corto de un lado, mientras buscaba dónde estaba el vodka. Él indicó hacia la muralla en la que estaban colgadas las botellas de licor. 

-Gracias.

-Gracias a ti, soy Yunho por cierto– dijo él caminando hacia el siguiente cliente. 

-Jaejoong. 

Terminé de servirle al tipo y tomé su dinero. Pero no tenía ni puta idea de cómo funcionaba la caja registradora. Estaba parado ahí confundido, era una de esas nuevas, electrónicas con pantalla táctil. No sabía que se suponía que tenía que hacer. Levanté una mano y justo cuando me decidí a presionar cualquier botón. Dos brazos se cerraron alrededor mío desde atrás y me hicieron saltar. Yunho tomó el control de mi mano, guiándola hacia la pantalla. 

-Toca aquí- ordenó, moviendo mi mano contra la parte superior derecha de la pantalla. Un menú apareció con recuerdos con los nombres de las bebidas. Sentí que mis pómulos nuevamente se coloreaban de un rojo carmesí al darme cuenta de cuán cerca estaba de él. Su duro. Ejercitado cuerpo apretado contra mi espalda; su aliento voló a través de mi mejilla, haciéndome sentir muy acalorado y perturbándome. –Sólo presiona la bebida que serviste. Serviste cuatro happy hours.– Él continuó moviendo mi mano hacia donde decía ‘’Oferta especial’’ hasta completar cuatro veces –entonces  dale clic a total. Luego efectivo– expresó, moviendo mi mano hacia donde había dicho. Luego la caja del efectivo se abrió hacia mí rápidamente .Su otra mano fue a mi cintura. Retirándome hacia su cuerpo, para que la caja no me golpeara en el estómago. –Deberías tener cuidado, una cosita linda como tú podría salir herido por esta caja malvada.– Susurró en mi oído, haciéndome temblar. –Mira.- Levantó lentamente su camiseta negra, mostrándome su abdomen con un leve moretón y luego se fue, dejándome ahí, con todo el cuerpo vibrando, mi boca levemente abierta y mi respiración saliendo en suspiros entrecortados.

Después de recomponerme, Les serví a otras personas, cuando de pronto vi a Su mirando alrededor para encontrarme. 

-¡Su!– grité. Él no respondió y siguió mirando con preocupación. -¡Su!– tomé un cubo de hielo y se lo lancé. Su cabeza se alzó con sorpresa cuando este le dio en el hombro. 

-¿Qué diablos haces?– preguntó riéndose. 

Le di un pequeño guiño. –Conseguí un nuevo empleo. ¿Logro convencer como barman?– pregunté nuevamente guiñándole. 

Se rio mucho más fuerte, tanto que incluso algunas personas se dieron vuelta para observar que era tan gracioso. –¿En serio, Jae? ¿Qué estás haciendo tras el bar? 

Fui a servirle al chico que estaba al lado de él para poder hablarle con tranquilidad. –Yunho estaba solo, la gente se estaba molestando y pensé en ayudarlo– levanté ambos hombros. 

-¿Y quién es Yunho?– preguntó, levantándome una ceja. Indiqué indiscretamente sobre mi hombro. -¡Oh, lindo trasero!- lo admiró riéndose. 

-Lo voy a ayudar hasta que Changmin, el otro chico que trabaja aquí, termine su descanso, entonces voy y te busco– dije mientras me alejaba para servir a alguien más. 

-Claro, diviértete– haciendo un giño, mientras se iba con su ron con Coca-Cola. 

Me estaba divirtiendo muchísimo; los chicos y chicas estaban coqueteando conmigo como loco. Me habían dicho que guardara la propina y después al darme cuenta tenía alrededor de cuarenta mil wons en una jarra bajo el bar. Aunque no podía quedármelos, eran de Yunho. No hablamos mucho ya que estábamos muy ocupados, pero nos rozamos muchas veces, enviándole sonrisas coquetas. Sin embargo trataba de no hacerlo; él era demasiado viejo para mí y probablemente pensaba que tenía 21 en vez de 17, así que no debería estar anhelándolo como lo hacía. 

Después de media hora, todo se calmó porque se había acabado la happy hour. Yunho se acercó a mí y se detuvo a mi lado. 

-Gracias por esto, realmente aprecio tu ayuda.– dijo él, pasándome un vaso que contenía algo blanco y cremoso.

-¿Qué es esto?– fruncí el ceño. No parecía muy apetitoso. 

Él sonrió muy irónicamente. –Se llama ‘’Orgasmo gritado’’. Y pensé en darte uno como agradecimiento. 

¿Orgasmo gritado?

¿Quién mierda le pone ese nombre a un trago?  

Me ruboricé como nunca y balbuceé. –No se llama así.

-Así se llama. ¿Nunca has tenido uno?– preguntó, levantando sus cejas inocentemente, aun cuando la sonrisa irónica que me había mandado hace un momento demostraba claramente que no era para nada inocente acerca de esto.

Bueno quizá no hay nada malo en coquetear con él. 

-¿Uno gritado?– pregunté achicando los ojos, mirándolo sospechosamente. – No lo he hecho, ni creo que lo haya probado, sería el primero.– tratando de no ruborizarme mientras lo decía. 

-Oh, ¿Soy el primero que te da uno? Me siento honrado.– Me revuelve el pelo cariñosamente mientras caminaba a servir a alguien más. Tomé un gran sorbo de la bebida y casi me atraganté; era absolutamente asquerosa y tenía tanto alcohol que sentí que quemó mi garganta -¿No te gustó?- preguntó algo herido. 

-Lo siento, creo que esperé mucho más de tu habilidad– mientras me limpiaba con la palma de mi mano. 

Me miró y se inclinó sobre el bar. Baby Good Night de B1A4 comenzó a sonar y yo grité excitado.

-¡Me encanta esa canción!– chillé, bailando y cantando junto con la música, la coreografía la sabía de memoria, junto a Su estuvimos cerca de tres días completos aprendiéndola y para que decir la letra, me la sabía incluso mejor que mi nombre. 

Él sólo me miró con una sonrisa divertida en su rostro. -¡Wow! Cantas horrible– se rio. 

Rodé los ojos y agarré su mano, acercándolo mucho más a mí. –Baila conmigo, tienes que pagarme porque el orgasmo que me diste fue realmente decepcionante. 

Obviamente no iba a bailar la coreografía; parecería un estúpido. Él puso sus manos en su cadera comenzó con sus movimientos. Puse una mano en su duro torso mientras bailamos muy cerca del otro. Sus movimientos hacían vibrar y arder con necesidad todo mi cuerpo. 

Maldición, es tan ardiente.

Necesito desesperadamente que me bese. 

-Salgo dentro de una hora, cuando Changmin y otro compañero lleguen aquí, ¿Qué te parece si te invito un trago o algo de comida como verdadero agradecimiento?– mientras con su mano removía unos cabellos de mi frente.

No quería beber más, pero estaba realmente hambriento; podría comerme una vaca justo ahora o algo de pizza. –Estoy bastante hambriento- admití, mordiendo mi labio y pensando. No debería ir con él, ni siquiera lo conozco, deberíamos quedar sólo como conocidos. 

-Genial– sonrió y sus ojos brillaron. Desesperadamente quería que prendieran de una maldita vez la luz para poder observar sus ojos como se debe.  

Justo entonces un hombre que parecía ser del personal, ya que tenía la misma camiseta que Yunho apareció detrás de la barra y me miró consternado. -¿Qué mierda hace un cliente aquí?- mientras le daba una sonrisa autosuficiente a Yunho, obviamente estaba pensando que estábamos en algo. 

-Jaejoong estaba ayudándome en la happy hour, era un caos– explicaba Yunho, pero sus ojos nunca se despegaron de los míos. –Entonces… ¿Puedes darme tu número para poder llamarte cuando termine?– preguntó mirándome esperanzado mientras sacaba su teléfono. Marqué mi número y luego se lo devolví. 

Luego me tomó de la mano y me dirigió hacia la abertura en el bar. Justo cuando estaba por soltarme me agarra con más fuerza, deteniéndome. –Espera, olvidé darte algo.– Dio un paso hacia delante con una sonrisa.

Lo miré con curiosidad.

¿Qué olvidé?  

Inclinó su cabeza rápidamente y me dio un beso ligero, sólo duró un segundo, pero sentí como si hubieran sido horas. Sus suaves labios parecían encajar perfectamente con los míos. Estaba muy sorprendido como para corresponderle el beso. Cuando se alejó me sonrió con superioridad. Incluso cuando todo mi cuerpo pedía a gritos más, romperle la ropa y que me penetrara ahí en medio del bar; actué estúpidamente. 

-Eee… si... bueno… yo... mmm. Sip– tartamudeé, sintiendo como mi cara nuevamente por tercera vez en la noche tomaba un rojo carmesí.

Con su mano suavemente desordenó mi pelo de nuevo. –Honestamente eres muy lindo.- Se rio y volvió al bar, sin siquiera mirarme nuevamente. 

En shock, busqué a Su nuevamente. Divisé su espalda, se estaba besando con algún tipo. Rodé mis ojos y me encaminé hacia mis otros amigos. Donghae y Leeteuk. 

-¿Dónde estabas? Su dijo que estabas ayudando en el bar o algo así– preguntó Donghae, lucía muy confuso, ¿cómo si pensara que quizá Su estaba borracho o algo así. 

-Sí, lo estaba. Estaban algo cortos de personal y ahora tengo planes con el sexy y extremadamente follable barman en una hora.- añadí subiendo mis cejas. 

Donghae y  Leeteuk rieron. –Eres un atrevido- me provocó Donghae jugando. 

-Lo sé- dije bromeando. No era cierto. Ambos lo sabíamos, Sólo había salido con dos chicos y ambos habían sido novios enserio, Al menos por un tiempo. Rompí con mi novio de seis meses, Hyunjoong, Al comienzo del verano y desde entonces no salí con nadie más porque sinceramente no estaba interesado en nadie. 

Mientras bailábamos y les contaba cada detalle sobre Yunho, el beso, el coqueteo. Después de un rato el teléfono sonó en el bolsillo de la parte trasera de mi pantalón. Contesté nervioso, sabiendo que debía ser él, porque era un número desconocido. 

-Hey, Jaejoong, ya terminé. ¿Aún quieres salir a comer algo?– preguntó. 

-Sí, pero dime Jae por favor, me siento incómodo- tragando mi excitación nervioso. 

-Ok, lo siento. Nos encontramos en la entrada entonces.

Corté y me volví hacia mis amigos, Su estaba prácticamente saltando de la alegría, probablemente pensando en todos los chismes de los que se enteraría al día siguiente. –Bueno chicos, si salgo en el noticiario asesinado, díganle a mis padres que los amo y ustedes pueden pelearse por mi iPod– Bromeé.

Su me abrazó. –Jae, por favor prométeme que le dirás que nosotros sabemos que estás con él, así no intentará violarte ni nada. Dile que  sabemos que él  es la última persona con quién estuviste y se lo diremos a los policías si te asesina, Prométemelo por favor.– Dijo seriamente. 

Ahora que lo pienso quizá no es una buena idea después de todo.

-¡AY! Su no digas esas cosas que me asusto.

Quizá debería llamarlo y decirle que cambié de idea o me agarró un dolor de estómago. 

-Vete. Dijiste que era ardiente. Todo lo que vi fue su trasero y era realmente apetitoso– me ordenó, empujándome suavemente hacia la puerta. –Llama o escríbeme un mensaje cuando llegues a casa para saber si no estás violado o muerto. ¡Y dile lo que te dije!– Sonando un poco como mamá cuando estaba ebria. 

-Lo haré. ¡Y ustedes mantengan sus traseros vírgenes o al menos a salvo!- Grité provocando que se sonrojaran porque estaba seguro que varios lo escucharon, les lancé besos al aire mientras caminaba a la salida.

Él estaba ahí, de pie apoyándose contra el muro casualmente; se veía tan apuesto que mi corazón se aceleró. –Oye, ¿Tienes una chaqueta?– Negué, vinimos en Taxi y ni siquiera pensé en una chaqueta, debería haberlo hecho era casi media noche y hacía mucho frío afuera. –Toma, puedes usar mi suéter- me ofreció poniendo un chaleco con gorrito azul en mis manos. 

-Pero tú tendrás frío.– Sacudiendo la cabeza y devolviéndoselo. Lo sacó de mis manos y giró sus ojos restándole importancia. De pronto lo empujó sobre mi cabeza. Olía sorprendente, masculino, sexy; Como él. Sonreí y metí mis brazos por las mangas. 

-Es un poco grande, quizá crezcas en él.– Bromeó. Tomó mi mano y me dirigió hacia la salida. 

Hice fuerza deteniéndolo. –Espera, mis amigos me hicieron prometerles que te diría algo- balbuceé totalmente avergonzado. Me miró con curiosidad, esperando que hablara. -Ellos saben que estoy contigo y que si me asesinas o intentas violar, le dirán a la policía que fuiste el último en verme con vida. 

Maldición Su, acabo de quedar como un estúpido.

Te voy a hacer pagar por esto. 

Explotó en risas y me empujó hacia la puerta nuevamente. –Haré mi mejor esfuerzo por no violarte o asesinarte. No me gustaría tener problemas con la policía– haciendo una mueca de horror. Mientras yo sonreía estúpidamente.