Capítulo III

Sintiéndose avergonzado, Jaejoong asintió. Estaba empezando a respirar de nuevo. Lo que más quería ahora mismo era que el vampiro le dejara levantarse para ir a limpiar el lío que había hecho. Bajo el fuego, las gotas de esperma brillaban sobre su estómago como perlas, proclamando su vergüenza para quien mirara. Empezó a levantarse del sillón, pero Yunho le mantuvo en su lugar.

─Por favor. ─Jaejoong notó que no podía mirarle a los ojos avellana─. Tengo... tengo que levantarme. Para limpiarme.

─Puedo ocuparme de eso. ─La voz de Yunho era tan profunda y tranquila, de alguna forma seductora. Se inclinó sobre los muslos de Jae de nuevo y esta vez su cálida y húmeda lengua se deslizó sobre la temblorosa piel del estómago de Jaejoong, lamiendo el esperma mientras Yun limpiaba los rastros de su vergüenza.

¡Oh Dios! Jae sintió que podría tener otra erección ahora mismo, por semejante erótica visión. Sus dudas de decirle a Yunho la verdad sobre él mismo, sobre lo poco que sabía, desaparecieron. Ningún hetero le probaría de esa forma. A no ser… ¿quizás a los vampiros no podían distinguir entre los fluidos corporales? Pero no, estaba seguro de que cualquier tipo hetero, vampiro o humano, nunca chuparía esperma de la piel de otro hombre.

─ No… no iba a la Sexta por una apuesta ─dijo con voz temblorosa─. Iba allí porque quería saber… saber si…

─¿Si te gustaba esto? ─Yunho tomó el pene semi-erecto de Jaejoong con una mano y metió la cabeza en su boca, limpiando los restos de esperma mientras Jae le miraba, con los ojos como platos.

─… Sí. ─Respiró, sintiendo como crecía sobre la mano del vampiro─. Ves, no soy… nunca he estado con otro hombre ─explicó─, pero pensé que podría obtener algo de experiencia para saber si soy…

─Quieres saber si te gustan realmente los hombres o si solo sientes curiosidad. ─Yunho terminó en su lugar, todavía acariciando su pene─. Es así, ¿pequeño?

─… Sí. ─Jaejoong asintió, sintiéndose aliviado por haber aclarado su confusión─. Sí, exactamente así es.

─Supongo que podría ayudarte ─dijo Yun. Se levantó y se sentó junto a Jae de nuevo, sin quitar su mano del pene de Jaejoong─. Si quieres que lo haga.

─¿Lo harías? ─Jaejoong le miró, observando al gran hombre que había junto a él. Por primera vez miró el amplio pecho desnudo de Yunho, y se preguntaba lo que habría bajo esos ajustados y desgastados pantalones.

Pero el vampiro suspiró y sacudió la cabeza ─No debería. Eres muy hermoso, pero demasiado joven para mí. ─Apartó su mano, con reticencia, del miembro palpitante de Jaejoong.

─Tengo diecinueve ─protestó Jaejoong─, estoy en primer año de universidad. Se lo que hago.

─Tengo quinientos cuarenta años, pequeño. ─dijo Yun suavemente─. He visto chicos hermosos como tú por cientos de años.

─Pero no me has visto a mí. ─Jae se giró para mirarle a la cara, determinado a obtener lo que quería ahora que sabía lo que era─. Por favor, Yun. ─Susurró, atreviéndose a usar el nombre del vampiro por primera vez─. Iba a ir a la calle Sexta para encontrar a alguien más mayor y con experiencia que me mostrara como hacerlo. Sé que tú eres, eh, algo más mayor de lo que buscaba… pero eres amable. Tierno.

Yunho sonrió triste. ─¿Eso es lo que piensas de mí? Ojala fuera así. ─Suspiró─. Soy un vampiro, Jaejoong, desde hace cinco siglos. Eso quiere decir que he sido la causa de muchos derramamientos de sangre y más hombres han maldecido mi nombre mientras morían a mis pies de los que lo han dicho por placer. ─Mientras hablaba, el vampiro parecía más grande, más oscuro.

Había dejado de ser el hombre agradable, hermoso que había rescatado a Jaejoong de la calle Séptima y se había convertido en otra cosa, en algo no humano. Sus ojos brillaban bajo la escasa luz y sus colmillos parecían alargarse y afilarse como cuchillas.

─Pero… ─Jae tragó saliva─. Pero ya no eres así. Lo dijiste tú mismo… ahora eres un Guardián. Proteges a mi especie contra… contra lo que eras.

─Así es. ─La cara de Yunho dejó de ser aterradora hasta que solamente se vio turbado─. Estoy tratando de compensar mis pecados, aunque no tengo alma que salvar ─suspiró─, pero todavía no sé si soy la persona adecuada para ti, Jaejoong. Para mostrarte el camino.

─Por favor. No… no tengo miedo de ti ─Jaejoong esperaba que el vampiro no escuchara los latidos de su corazón o sintiera su duda.

─Quizás deberías ─dijo Yunho. Pero sonaba resignado, no enfadado.

─Pero no lo tengo. ─Juntando todo su valor, Jae se inclinó hacia delate y capturó los labios del vampiro con los suyos. La boca de Yunho era suave e incitante, y después de un momento dejó que la lengua de Jaejoong entrara.

Jaejoong gimió, deslizando su lengua delicadamente entre los colmillos probando su propio sabor en la boca del vampiro. Era la cosa más erótica que había hecho nunca y sentía como su corazón latía por todo su cuerpo, marcando un ritmo tan viejo como el tiempo para coger lo que necesitaba.

─Así está bien, pequeño ─dijo Yun, rompiendo su beso. Acarició el cuerpo de Jaejoong de nuevo, desde un lateral de su cuello, sus pezones rosados, su duro miembro que latía dolorosamente entre sus piernas─. Pero tengo que saber hasta dónde quieres llegar. No quiero hacerte daño o tomar más de lo que me ofreces.

─Quiero todo. ─Jae respiró, deseando que esas largas y cálidas manos estuvieran más cerca de su cuerpo. Se sentía como un hombre que llevaba años muerto de hambre y al que le ofrecían un festín. Había tantas cosas que quería hacer ahora que tenía la oportunidad, tantas fantasías que había tenido por las noches con las luces apagadas mientras la vergüenza y el deseo corrían por sus venas como una oscura droga─. Quiero tocarte de la forma en que me tocas tú. ─Le dijo a Yunho, pasando sus manos sobre el ancho y musculoso pecho del vampiro ─Necesito probarte, chuparte ─dijo, volviéndose más vasto─. Y entonces… ─bajó su voz, casi incapaz de pronunciar su último y vergonzoso deseo─. Entonces quiero que me folles.

Yunho gruñó. ─Eres un tipo muy hambriento, ¿Eh? Nunca has probado una gota y ahora quieres beber hasta emborracharte.

─Tú me haces sentir borracho ─dijo Jaejoong─. Tu olor, tu sabor… ─Inclinó su cabeza y besó delicadamente los labios del vampiro una vez más hasta que Yunho le capturó con su boca, besándole fuerte y profundamente. Era tan distinto de besar a una chica, consiguió pensar Jaejoong entre los zumbidos de sus oídos y los latidos de su corazón. No había pintalabios de por medio y Yunho no esperaba que él tomara el mando. Enterró sus dedos en el pelo de Jae y le acercó más, devorando su boca con sus bruscos y sedientos besos, sin dejar dudas de quién estaba al mando.

Al fin, cuando sintió que ya casi no podía respirar, Yunho le soltó. Jaejoong trató de besarle más, pero el vampiro le detuvo.

─No ─dijo firme, sujetando a Jaejoong con una mano─. Vas a chupármela, Jae. Justo lo que querías hacer. ─Se inclinó sobre el sillón, con su espalda desnuda contra el lateral, y se relajó, invitando y pidiendo que Jaejoong cumpliera su fantasía.

Ser dominante era una nueva experiencia para Jaejoong, pero claro, lo era la experiencia entera. Notó que le gustaba que Yunho le diera órdenes, la forma en que le dijo a Jaejoong lo que le iba a hacer en vez de pedírselo. Cumpliría una fantasía tan profunda y secreta que había tenido miedo de decírsela a sí mismo.

Sintiéndose borracho de placer, inclinó su cabeza y lamió a tientas el fuerte cuello de Yun. La piel del vampiro todavía estaba algo fría, pero notablemente más caliente que antes. La piel de Yun bajo su lengua era ligeramente suave y salada, un sabor del que Jaejoong nunca podría tener suficiente.

Se hizo camino a través de su amplio pecho, pasando un tiempo lamiendo los redondeados pezones de Yunho, metiendo la lengua en su ombligo, recorría su abdomen hasta sus vaqueros.

Jaejoong se detuvo para observar. No sabía lo que le hacía tan descarado, pero quería saber lo que había bajo los desgastados pantalones.

El pene de Yunho parecía enorme mientras palpitaba bajo la tela. Lo acarició gentilmente con la mano y el vampiro gimió de placer.

─Bien, pequeño ─murmuró mientras Jaejoong abría la cremallera para descubrir que no llevaba nada más puesto debajo. Su pene salió de un golpe, como si deseara estar libre, y Jaejoong lo cogió con su mano, asombrado ante su suave y cálido tacto. Era la primera vez que tocaba el pene de otro hombre y era tan excitante como se lo había imaginado. Era firme y suave y duro en su mano. ─Chúpalo. ─La profunda voz de Yunho se introdujo en sus pensamientos y miró hacia arriba para ver como el vampiro le miraba con los ojos entreabiertos, ardiendo de necesidad─. Chúpalo, Jae. ─Le ordenó, pasando sus dedos por su pelo una vez más.

─Lo haré, pero primero quiero hacer esto. ─Jaejoong inclinó su cabeza y restregó su cálida mejilla contra el pene, notando como se sentía el fantástico olor almizclado y picante que llenaba sus sentidos. Pasó el pene por sus mejillas, su frente y sus pestañas, sintiendo su calor. Entonces dio un suave beso sobre la ancha cabeza, saboreando una gota de líquido que había en la punta, notando el salado, amargo y delicioso sabor del líquido pre-seminal de otro hombre en su boca por primera vez.

Había tenido muchas fantasías de cómo sería tener la polla de un hombre en su boca, pero las había suprimido, sintiendo que eran incorrectas, vergonzosas. Ahora, bajo las caricias de los largos dedos de Yunho en su pelo, alejó su vergüenza y lo lamió desde la punta hasta la base, saboreando la cálida piel del pene de Yun y escuchando como gemía su nombre.

─Bésalo un poco más, pequeño. Métetelo en la boca. ─La profunda voz de Yunho estaba llena de necesidad y Jaejoong se sintió orgulloso de llevar a una criatura tan poderosa hasta el límite sólo con probarle.

─Yunnie ─susurró, besando la cabeza de nuevo y pasando su lengua sobre su duro pene─. Maestro… ─No sabía de dónde salía esa palabra, pero parecía correcta, casi tanto como meterse su gran pene en la boca.

─Jae, bien, pequeño. Se siente tan bien ─gimió el vampiro. Ambas manos estaban enterradas en el pelo de Jaejoong ahora y sus caderas se movían rítmicamente, follando su boca. Jaejoong gimió con el pene entre sus labios, pensando que nunca se había sentido tan bien en toda su vida.

Cada duda que había tenido sobre él mismo desapareció. Había nacido para hacer esto, para chupar pollas. Para tomar el pene de otro hombre dentro de su boca y chuparlo hasta que el caliente esperma fluyera por su lengua y para tragarlo todo mientras su Maestro le acariciaba el pelo y le animaba por sus esfuerzos.

El pene de Yunho palpitaba en su boca, pero justo cuando estaba a punto de salpicar su lengua con esperma, unos firmes dedos le apartaron.

─¿Qué…? ─miró hacia Yun, sintiéndose alejado del placer. Estaba decepcionado de que el vampiro lo hubiera terminado tan pronto.

─No así ─dijo su voz profunda llena de deseo─. No quiero correrme en tu boca, por muy talentoso que seas, pequeño.

Jaejoong sintió ruborizarse ante el cumplido. ─¿Entonces donde…?

─Quiero correrme cuando esté dentro de tu dulce y virginal culo. ─Yunho le rozó la caliente mejilla, con los ojos avellana brillando de deseo─. Eres un chico tan hermoso, Jae, tan dispuesto a aprender, reaccionas tanto ante mis caricias ─sonrió, mostrando un colmillo bajo los rojos labios─. Va a ser un gran placer montarte y sentir como mis pelotas te golpean mientas te meto mi polla. Cabalgarte y sentir como tiemblas debajo de mí.

La boca de Jaejoong se secó por centésima vez en esa noche. Había soñado con ese momento, tenía que admitirlo. Soñado con ser poseído por un hombre dominante, un hombre al que pudiera llamar Maestro. Pero ahora que tenía la oportunidad ante él, tenía miedo.

─Yo… yo quiero… ─dijo con cuidado, tratando de escoger bien sus palabras─. Quiero que lo hagas, quiero decir. Pero es que, eres tan grande. Y yo nunca he…

─ Jae.─ Yunho se acercó, levantándole hasta que estuvo sobre el torso musculoso del vampiro con el largo pene de Yunho contra su estómago─. Mírame ─Yun inclinó su cabeza para que sus ojos se miraran─. ¿No te he dicho que no tienes que tener miedo de mí? ─preguntó─. ¿Realmente crees que te follaría sin prepararte primero?

─Yo… no lo sé. ─Jaejoong se dio cuenta de que era difícil seguir mirando sus ojos. Cuando Yunho le miró es como si el vampiro supiera sus secretos y fantasías más oscuras. Era una intimidad tan cercana que Jaejoong casi no lo podía soportar.

─Confía en mí ─dijo Yun, dándole un suave beso sobre sus labios─. Voy a prepararte para mí, Jae. Tan preparado que rogarás para que meta mi polla dentro de tu cuerpo. Te dolerá ─besó al chico de nuevo─, pero solo un poco. Y será un tipo de dolor placentero. Te lo prometo.

Las calientes palabras del vampiro parecían quemarle y Jaejoong respiró rápida y agitadamente, leyendo la promesa de placer al igual que el dolor en los ojos de Yunho. Su largo miembro palpitaba contra su estómago y su propio pene respondía.

Quería esto, notó. Siempre lo había querido.

─Está bien. ─Dijo al fin, soltando las palabras tembloroso.

Yunho le sonrió lentamente de nuevo. ─¿El qué está bien?

─Está bien, quiero. ─Jaejoong aclaró.

─¿Quieres qué? ─Yun todavía sonreía. Claramente quería que Jae rogara.

─Quiero que me folles. Quiero me folles… Maestro. ─Añadió al final, inseguro de cómo el vampiro interpretaría la palabra que antes le había hecho gemir de placer.

Yunho sonrió y le acarició la mejilla. ─Puedes llamarme así si quieres, Jae. En algunos lugares se consideraría una realidad, no solo una agradable fantasía como lo usamos ahora.

─¿Cómo? ¿Por qué? ─Jaejoong preguntó ávido. No conocía al vampiro desde hace más de una hora, pero la idea de tener algún tipo de relación con Yunho le pareció inmensamente atractiva.

─Por la marca que he dejado en ti. ─Yun se inclinó para besarle de nuevo─. Ningún otro vampiro se atreverá a tocarte ahora que te he reclamado como mío. ─suspiró─. Pero ese no es el tema, pequeño. Tenemos todavía unas pocas horas para el amor, unas horas en las que te mostraré como darle placer a otro hombre, y entonces tendrás que olvidar que me viste alguna vez. ─Besó a Jaejoong de nuevo y sus largas manos pasaron por su cuerpo, acariciando sus hombros y sus nalgas desnudas.

─¿Olvidar que te he visto? No lo entiendo. ─El calor en el estómago de Jaejoong crecía con cada beso, pero el pensamiento de que nunca podría repetir esta experiencia, al menos con Yunho, le entristecía.

─Sí. ─Yun le besó de nuevo─. No quiero corromper tu inocencia más de lo que lo haré ahora. ─Se sentó y Jaejoong se encontró boca abajo sobre el cojín del sofá. Todos sus pensamientos sobre el futuro y sobre lo que le depararía desaparecieron. ─¿Estás cómodo, pequeño? ─Yunho acarició su espalda desnuda, separando las piernas de Jae mientras hablaba. Jaejoong tembló ante la vulnerable posición en la que se encontraba. Sus brazos descansaban sobre el brazo del sillón y sus rodillas estaban sobre los cojines, abriéndose más ante el ataque del vampiro.

─S-Sí. ─Consiguió decir, a pesar de que su voz temblaba.

─Así me gusta ─susurró Yunho en su oreja. Acercando su mano entre las piernas de Jaejoong, pasó un dedo sobre el apretado y rosado ano que se estremeció con su toque. Entonces sus dedos bajaron hasta sus testículos acariciando su miembro erecto.

─¡Por favor! ─La palabra salió de sus labios mientras temblaba ante las caricias del vampiro. Era como si Yunho hubiera prendido fuego bajo su piel y nada excepto tenerle dentro pudiera apagarlo.

─¿Por favor qué, pequeño? ─Yunho dijo detrás de él. Se había levantado un momento, pero había regresado, arrodillándose al lado de Jaejoong en el sofá.

Jaejoong miró por encima del hombro y vio al vampiro ante el fuego. Yunho tenía algo en sus manos. Se acercó para tocar a Jae de nuevo y hubo un frío aceite en la punta de sus dedos. Lentamente lo extendió por la apretada entrada de Jaejoong y le abrió de una forma de la que nunca le habían abierto.

─ Por favor. ─Gimió de nuevo, sin estar seguro de qué quería. Un largo dedo entró dentro de él, ensanchando la entrada hacia su cuerpo.

─¿Pero qué me estás pidiendo, pequeño? ─Yunho preguntó de nuevo─. Dime qué necesitas. ─Otro dedo se unió al primero, adentrándose todavía más, preparando a Jaejoong para su largo miembro. El simple pensamiento y las intensas sensaciones que le provocaba el vampiro hicieron que Jaejoong se sintiera tan débil que casi no podía aguantarlo más.

─Maestro ─susurró mientras Yunho se adentraba en él─, por favor, Maestro, necesito que me folles ahora.