Capítulo II

─Pero…─Jaejoong sintió como su cabeza le daba vueltas.

Todo se movía tan rápido. Yunho le había capturado de alguna forma en sus musculosos brazos y ahora estaba sobre su cuello expuesto.

─Quítate la camiseta, pequeño, hará las cosas más fáciles. ─El vampiro dijo en su oído. De cerca, Jaejoong no pudo evitar sentir que la dorada piel de Yunho tenía un olor cálido y picante. Pero por muy secretamente que hubiera deseado esta seducción, no estaba acostumbrado a ser manejado por otro hombre.

─… espera un minuto. ─Trató de liberarse del agarre de Yunho y el vampiro le soltó─. ¿Qué estás haciendo? Cuando dijiste que ibas a limpiar las heridas, pensé que querías decir con algún tipo de kit de primeros auxilios o algo.

Yunho inclinó su cabeza hacia detrás y se rio, un caliente sonido que atravesó el cuerpo entero de Jaejoong. ─No te preocupes, pequeño, no estoy tratando de seducirte. Pero ningún kit de primeros auxilios podría librarte del veneno de un vampiro hostil. Solo el toque de un Guardián puede hacer eso.

─¿El toque? ─Jaejoong le miró dubitativo─. Pero estabas…–─gesticuló hacia la boca roja de Yunho─. Quiero decir, pensé que ibas a, eh, besarme o algo así. ─Se sonrojó como un idiota. Maldición, nadie que le estuviera viendo podría saber si se había subido al estúpido bus para buscar un encuentro con otro hombre. No por la forma en que estaba actuando.

─No lo iba a hacer. ─Negó Yunho suavemente. Se acercó y rozó la sonrosada mejilla de Jaejoong con un dedo─. Iba a lamer tu cuello y chupar el veneno. ─Su voz se puso más seria─. Tengo que hacerlo. Si no las heridas se cerraran y tu sangre se envenenará. Venga. ─Trató de acercarse de nuevo a Jaejoong, pero éste se resistió.

─Espera… prometes… ¿Prometes que no me vas a morder? ─Jaejoong miró los brillantes colmillos dudoso, con el corazón agitado

Tenía la oportunidad de estar cerca de otro hombre, lo más cerca que deseaba. Pero bajo circunstancias que nunca había imaginado. Tenía miedo, admitió, miedo de dejar que el desconocido y hermoso Yunho le tocara de nuevo, sin importar lo mucho que lo quisiera y las ganas que tuviera de seguir sus órdenes.

─Jaejoong. ─Yunho acarició su mejilla de nuevo, con una sonrisa amable en su cara─. Juro sobre el alma que perdí cuando me convertí en lo que soy, que no te morderé en el cuello. ¿Te sirve?

─Su… supongo. ─Jaejoong fijo─. ¿Perdiste el alma?

Yunho se encogió de hombros, sin importarle mucho. ─¿Por qué crees que nos llaman los Perdidos? Cuando mi cuerpo sea destruido no iré ni al cielo ni al infierno. Simplemente dejaré de existir. Pero para eso quedan milenios enteros y tengo que limpiar la herida antes de que se cierre. ─Se inclinó hacia delante, mirándole a los ojos─. Quítate la camiseta, Jae, y acércate.

Sintiéndose mareado, Jaejoong hizo lo que le pidió el vampiro, quitándose su camiseta azul pálido y acercándose a los brazos de Yunho. En vez de ir directo a su cuello, Yunho le abrazó cálidamente. Su piel era algo más fría de lo normal, pero se sentía bien sobre la piel sobrecalentada de Jaejoong.

─Venga ─murmuró el vampiro suavemente en su oído─, relájate, pequeño. No tienes nada que temer de mí.

Jaejoong no sabía si creerle al vampiro o no, pero se relajó en ese instante, cayendo sobre el cuerpo musculoso de Yunho aunque su corazón seguía latiendo en su pecho.

Ante la petición de Yunho, puso la cabeza sobre el brazo derecho del vampiro, el bíceps contra su cuello, mientras mostraba el lado herido de su garganta.

─Así está bien. ─Susurró Yunho, su frío aliento le produjo escalofríos a Jae.

Entonces su cálida y húmeda lengua comenzó a moverse sensualmente sobre las heridas de su cuello.

Jaejoong se quedó sin aliento y tuvo una erección inmediata. ¡Maldición! Si esto estuviera pasando en otras circunstancias hubiera sido perfecto.

Tal y como estaban las cosas, no sabía la orientación de Yunho, ni la suya propia, y cada minuto que pasaba las cosas eran más raras. Por un lado, el vampiro le había dicho que estaba limpiando las heridas para evitar una infección. Por otro lado, la forma en que le lamía y chupaba el cuello de Jaejoong era terriblemente sensual – demonios, sexual.

Se movió incómodo bajo el abrazo del vampiro, cientos de preguntas corrían por su mente. ¿Me gusta esto porque es un hombre o porque se siente bien? ¿Quiere decir algo? ¿Será hetero? ¿Gay? ¿Y si se da cuenta de que la tengo dura? La última pregunta le hizo sentirse tan consciente de su cuerpo que no pensaba poder aguantarlo. Su pene latía como una barra de acero fundido bajo sus pantalones y deseó tener una manta o algo para taparlo. Su chaqueta estaba fuera de su alcance, sobre el brazo del sillón.

─Casi he terminado, Jae. ─La profunda voz en su oreja le hizo aterrarse todavía más, ¿y si el vampiro notaba el estado en el que estaba? Entonces una grande y caliente mano se puso sobre la tienda de campaña de sus pantalones. El gesto no era sucio ni seductor, era más como reconfortante─. No te preocupes por esto ─murmuró Yunho en su oreja─. Soy incapaz de curar sin dar placer. No importa cuáles sean tus preferencias, tu cuerpo reacciona igual.

─Oh. ─La boca de Jaejoong estaba tan seca como una tormenta de arena─. No… no quería… ─Su pene le dolía al latir contra la mano que la rozaba, pero se atrevió a moverse. Cuando el vampiro quitó la mano y se centró en el cuello de Jaejoong, Jae deseó que no lo hubiera hecho.

Pero pronto la sensación de la boca de Yunho sobre su cuello eliminó cualquier otro pensamiento de su mente. La lengua del vampiro estaba caliente y húmeda, lamiendo su cuello, y de vez en cuando se paraba a chupar sobre su piel. Jaejoong sintió los afilados colmillos rozar su cuello, pero nunca le hirieron.

Incapaz de evitarlo, Jaejoong gimió. Una chica le había hecho un chupetón una vez, en una apuesta, cuando estaba en el instituto, pero no había sido nada comparada con la ola de placer sensual que sentía bajo el amable roce del vampiro. ¡Dios, le estaba volviendo loco! Estaba seguro de que si Yunho no hubiera parado, se hubiera corrido sólo con que le chupara el cuello.

Justo cuando sentía que estaba a punto de explotar, las sensaciones se detuvieron.

Jaejoong no sabía si sentirse aliviado o frustrado. Su pene latía en sus pantalones y sus testículos le dolían por la tensión.

─¿Estás bien? ─Yun le miró, con preocupación en sus ojos avellana.

─Claro. ─Jaejoong trató de incorporarse en el sillón y respiró profundamente─. ¿Has, eh, terminado ya? ─Esperaba no sonar demasiado decepcionado.

─Todavía no. ─Yunho sonrió y se levantó ágilmente, como un gato que se estira─. Pero has perdido algo de sangre y perderás un poco más cuando termine. ¿Quieres algo para beber?

─Yo, eh…─Jaejoong se lamió los labios─. ¿Qué quieres decir sobre perder sangre? ─preguntó sospechosamente.

Yunho suspiró y pasó una mano por su pelo. ─Siwon puso su marca en ti, una marca de aceptación. Es como… como si fueras carnada para otros vampiros. Les llevará a ti estés donde estés a no ser que yo haga algo para anularla.

─¿Y qué vas a hacer? ─Jaejoong se inclinó hacia atrás con las manos en forma de puños a los lados.

─¿Todavía no confías en mí, verdad? ─Yunho le miró triste y sacudió la cabeza─. Es igual, no importa. Pondré una marca más fuerte, mi propia marca, en ti. De esa forma si te cruzas con alguno de los Perdidos, sabrán que estas bajo mi protección y te dejarán tranquilo.

─Pero… ─Jaejoong puso una mano sobre las heridas de su cuello─. Me has prometido que no me ibas a morder. ─Protestó. Era justo lo que necesitaba, volver a casa con marcas de dientes en su cuello para que su padre las viera. No tendría sentido tratar de convencer a su padre de que las marchas las había hecho una mujer con la que había pasado la noche. ¿Además, no sería él, Jaejoong, el que tendría que dejarle marcas a la chica si se diera el caso? Dejar que otro hombre le marcara parecía extraño… casi incorrecto, aunque le excitara. Sumiso – esa era la palabra que buscaba.

─No voy a morderte en el cuello ─dijo Yun interrumpiendo los pensamientos confusos de Jaejoong ─. Para poder anular la marca de Siwon, la mía debe de ser en un lugar más íntimo.

─¿Más… intimo? ─Jaejoong notó como se le secaba la boca.

Yunho asintió. ─La arteria femoral debería valer.

─Femoral… ─Jaejoong frunció el ceño, tratando de recordar el gato que habían diseccionado en biología el semestre pasado. Siendo un artista, le interesaban más los músculos y las formas que la función de las estructuras que estudiaba.

El vampiro suspiró. ─En la parte interna del muslo. ─Hizo un gesto hacia el pantalón de Jaejoong donde, por suerte, la vergonzosa erección había bajado al fin─. Vas a tener que quitarte los pantalones.

─… Yo… yo… ─Jaejoong estaba de pie y retrocediendo. Esta vez Yunho no trató de detenerle.

─Sé que no es fácil ─dijo el vampiro─, especialmente si no tienes interés en los hombres. Pero tienes que confiar en mí, Jae. Es necesario. ─Estaba entre Jaejoong y la puerta con un movimiento tan veloz que casi no lo vio─. Vuelve al sillón ─dijo, poniendo una mano sobre el hombro de Jaejoong─. Hablaremos un poco hasta que te acostumbres a la idea.

Parecía que no tenía elección, Jaejoong volvió a recostarse sobre el sofá.

─¿Quieres algo para beber? ─preguntó Yunho de nuevo─. Lo siento, no tengo nada para comer excepto carne cruda y es de mis perros. Los vampiros no pueden digerir comida sólida.

─¿No lo echas de menos? ¿Comer? ─Jaejoong se sorprendió de que la pregunta le saliera de forma tan natural y notó que estaba realmente interesado en la respuesta.

¿Cómo sería ser uno de los Perdidos?

─A veces. ─Admitió─. Aunque probablemente no echo de menos la misma comida que querrías tú. La cocina era muy diferente cuando perdí mi alma. ─Puso una mano sobre la parte trasera del sillón, detrás de la cabeza de Jaejoong, pero sin llegar a tocarle─. Supongo que lo que te gusta comer a ti son los filetes de carne picada y las bebidas chocolatadas.

─¿Hamburguesas y batidos? ─Jae no pudo evitar sonreír─. O te hicieron vampiro en los cincuenta o has visto demasiados anuncios de Mc Donalds. A mí me gusta más el Red Bull y el tofu.

Yunho se encogió de hombros. ─Tofu, carne, todo es lo mismo para mí. No puedo tomar nada, así que va todo junto. ─Sonrió─. Entonces dime, ¿Cómo terminaste en el barrio Carmesí hoy?

─Como le dije al otro vampiro… eh, tipo. Me bajé en la parada de bus equivocada. ─Jaejoong miró al fuego, pero mantuvo su expresión inmóvil.

─Dijiste que ibas a la calle Sexta. ─La profunda voz de Yunho era suave─. ¿Por algún motivo en especial?

─No, yo sólo… ─Jaejoong se secó las manos en sus vaqueros─. Sólo quería ir a ver. Mis… mis amigos hicieron una apuesta. Ir a ver lo que… lo que hacían allí. ─La mentira salió de sus labios poco convencidos ante las vibrantes llamas, sintiéndose miserable. Si hubiera estado seguro de la orientación sexual del vampiro… pero no, no lo podía saber. No iba a arriesgarse a salir del armario ante alguien que podría matarle si le apetecía. Ni siquiera estaba seguro de querer salir del armario, si lo era.

─Una apuesta, ¿Eh? ¿Eso es verdad? ─Yun parecía divertido.

─Sí, así es ─asintió Jae, sin apartar su mirada del fuego.

─Bueno, entonces no te retendré más de lo necesario. Podrías ganar la apuesta si te das prisa. ─Yunho se acercó más a él para moverla la cabeza, así que no tuvo otra opción que mirarle. Los ojos avellana de Yunho parecían de oro bajo las llamas del fuego─. Tenemos que hacer esto, Jaejoong. Quítate los pantalones. Tengo que marcarte.

Había una orden en su profunda y cálida voz que Jaejoong no pudo evitar estremecerse. Se puso de pie, quitándose los pantalones y la ropa interior, junto con zapatos y calcetines antes de poder pararse a pensarlo. Entonces se sentó de nuevo en el sillón, notando como el sillón se amoldaba a su piel. Al menos no la tenía dura, podía dar las gracias por ello.

─Muy bien. ─Yun se arrodilló en el suelo frente a él, poniendo sus calientes manos sobre sus rodillas. El fuego brillaba en su espalda, llenando su cara de sombras. ─¿Estás listo, Jae? ─preguntó─. Trataré de hacerlo rápido e indoloro.

Jaejoong asintió. No estaba seguro si todo este proceso era como ser seducido o como tener una operación quirúrgica, pero nunca había tenido un médico tan hermoso o gentil como Yunho.

─Si te hace sentir mejor, puedes cerrar los ojos. ─Yunho estaba separando sus piernas, amable, pero sin detenerse, y avanzando hacia sus caderas. Jaejoong no sabía si le haría sentir mejor o no, pero era un punto de no retorno. No podía haber apartado los ojos de Yunho acercándose a sus caderas aunque supiera que se volvería ciego.

Su cálido aliento le rozó los testículos, haciendo que su pene temblara según se acercaba Yunho. De nuevo se preguntó sobre la orientación sexual de Yunho. Si era hetero, ¿Podría acercarse tanto a los genitales de otro hombre sin sentir molestia alguna? ¿O solo eran negocios para él? Jaejoong estaba dispuesto a apostar que un hetero hubiera vomitado a estas alturas, pero Yunho seguía acercándose, buscando el lugar perfecto para morder.

Jaejoong le miró fascinado mientras su mejilla se rozó casualmente contra su pene. Entonces, ante su horror, sintió como se endurecía de nuevo. Ahora no… ¡ahora no! Entonces una caliente sensación apareció en donde sus caderas se unían con su torso y notó que Yunho le estaba lamiendo ahí – chupando la piel de la misma forma que le había chupado el cuello y él con el mismo resultado – se le estaba poniendo tan dura como una roca.

─¿Qué… qué estás haciendo? ─dijo Jaejoong. Quería apartarse, pero estaba congelado en el sitio. Aunque las largas manos de Yunho no le hubieran estado sujetando, no pensaba que hubiera podido moverse mucho más de un centímetro.

El vampiro miró hacia arriba. ─Estoy haciendo que la arteria se dilate. Trato de darte placer en vez de dolor mientras te marco, muerdo. ─Dijo, como si fuera la cosa más natural del mundo.

─No tienes que hacer eso ─dijo Jae bruscamente. Estaba medio erecto ya y se endurecía cada vez más. Era la situación más embarazosa en la que se había visto jamás.

─No te preocupes por esto. ─Yunho pasó uno de sus largos dedos por toda la largura de su pene. El simple roce hizo que los huesos de Jaejoong prendieran fuego y se le puso completamente dura─. Es perfectamente natural y ─Yunho continuó─ debería avisarte de que cuando te muerda probablemente te correrás. Los componentes químicos inyectados cuando un Guardián muerde hacen que los humanos tengan esa inevitable reacción.

─Yo… tú… ─Jaejoong sacudió la cabeza, ante la falta de palabras. ¿Cómo podía el vampiro parecer tan casual con todo esto? Como podía…

Yun inclinó de nuevo su cabeza y notó una punzante sensación que solo duró un segundo. Muerde, Jae tuvo el tiempo de pensar, y entonces hubo una ola que le atravesó el cuerpo entero, ahogando sus pensamientos en puro placer.

¡Dios, oh Dios, oh Dios! Las manos de Jaejoong estaban a los lados, tratando de evitar hundirlas en el sedoso pelo del vampiro. Su pene se estremecía con fuerza cada vez que la mejilla de Yunho rozaba su largura y sintió como se acercaba al límite rápidamente. Yunho tenía razón, iba a correrse y mucho. No había nada que pudiera hacer al respecto. Sintió una mano invisible cogerle la polla, llevándole hasta el orgasmo. ¡Voy a correrme!

Lo pensó al mismo tiempo que sucedió. Sintió como la presión que sentía en los testículos se liberaba y entonces se corrió, sobre su plano estómago mientras el vampiro seguía apretando sus labios entre sus piernas. Fue el orgasmo más intenso que había experimentado en su vida y Jaejoong no pudo respirar por un momento.

Reclinó la cabeza, jadeando, con las manos agitadas por espasmos.

─Está bien, está bien, pequeño. ─Fuertes manos acariciaban sus laterales y Jaejoong casi no notó que el vampiro había dejado de chuparle. Yunho estaba todavía entre sus piernas, pero ahora hablaba amablemente, tratando de hacer que Jaejoong regresara del elevado plano de placer al que había saltado durante su intenso orgasmo. ─ Respira profundamente ─murmuró Yunho, todavía tocando sus muslos─. Te has corrido mucho, eh, ¿Jaejoong?