Caminaba por una
de las calles del centro de la ciudad. Traía mi morral colgado en mi brazo y
lleno de libros. Eran casi las 8:00pm y apenas me había desocupado de mis
tareas escolares. La universidad es tan agotadora. Pero de alguna forma me
alegro de que sea así, me ayuda a dejar de pensar en cosas innecesarias.
Ya Hace tres semanas desde aquella vez que Lucy fue a verme a mi casa. Desde entonces ya no me ha vuelto a llamar y tampoco la he visto. Lo cual agradezco.
Las llamadas y mensajes de Alejandro tambien han acabo. Supongo que se dio por vencido. Ese era el plan, ignorar sus llamadas hasta que él mismo se cansara de llamar.
Me duele decirlo pero... Estoy un poco decepcionado, no, estoy muy decepcionado. Aunque no lo quiera admitir me duele que haya dejado de insistir, que se haya olvidado de mi. Me duele porque yo aun no he dejado de pensar en él. Creo que me gusta, sí, me gusta.
Y sí, ese era el plan, que ambos nos olvidáramos de aquella noche, es solo que a mi me esta costando más trabajo. Pero sé que es lo mejor.
Lo mejor...
Miré a mi izquierda y me di cuenta que estaba en frente de aquel bar, justo donde conocí a Alejandro. Donde gentilmente él me ofreció su mano, y no solo eso, me vio llorar y de alguna forma me dio palabras de aliento. …l vio en mi a un amigo, y yo vi en él una forma de vengarme por lo que me habían hecho. Se acercó a mi porque me vio dolido, destruido, porque él sabia que yo estaba sufriendo y me ofreció su hombro. Que mal le he pagado, quien sabe cuantos problemas le he causado por la dichosa boda falsa.
¿Lo mejor es alejarme de él? Si, claro ¿Desde cuando sé yo lo que es mejor? Le he jodido la vida a tres personas por hacer lo que yo creo es "lo mejor".
Me gusta Alejandro, lo quiero. Deseo verlo y besarlo. Decirle que no he dejado de pensar en él y que lo extraño mucho.
Y eso es lo que haré.
El departamento de Alejandro no estaba muy lejos de ahí. Quería hablar con él, necesitaba hablar con él. Decirle mis sentimientos y si él aun lo quería, iniciar con una relación.
Saqué valor no sé de donde y caminé hasta llegar al departamento de Alejandro. No tuve problemas para entrar al edificio, los de seguridad ya sabían que yo era amigo de Alejandro, así que no preguntaron nada. Subí al elevador impaciente, pero al fin las puertas grises se abrieron en el piso 5.
La puerta de su departamento se abrió enseguida, esperaba ver el rostro de Alejandro, pero no. Una hermosa mujer rubia, alta, delgada, muy elegante y muy hermosa salió del departamento. Traía puesto un vestido rojo muy pegado que hacia resaltar mucho su figura. Pechos grandes, cintura pequeña y gran trasero.
Detrás de la hermosa mujer estaba Alejandro. Quien con una gran sonrisa la abrazó y le susurró algo al oído, ella tambien sonrió. Luego Alejandro sacó algo de su bolsillo y se lo puso en la mano ¿Era un cheque?
--Ya te he dicho que no tienes por que pagarme -dijo la rubia- Vine aquí por que quise
--Lo sé, Amanda. Pero has venido tantas veces estos días....
Las puertas del elevador se cerraron dejandome a mi dentro e impidiendome seguir viendo la escena. Lo cual agradecí enormemente. Hubiera sido tan vergonzoso que él viera mi patético rostro en ese momento. …l no se dio cuenta que yo había visto esa escena.
Esa debía ser una prostituta, o quien sabe, tal vez su nueva novia. Por eso no me ha llamado, ya tiene con quien divertirse.
Iba a estallar en llanto, pero las puertas del elevador se abrieron, era la chica rubia, sentí que el alma salía de mi cuerpo al pensar que tal vez Alejandro venia con ella. Pero afortunadamente no, ella fue la única que entró al elevador.
No pude evitar mirarla con detenimiento, era muy bonita, se parecía un poco a Gabrielle ¿Estos son los gusto de Alejandro? Debo decirlo, son muy buenos. Yo soy el único que no cuadra aquí. Es normal que él prefiera estar con mujeres hermosas como ella. Seguramente revaloró la situación ¿Por qué tener sexo con un hombre como yo cuando puede tener chicas como esta? Yo solo soy un muchacho bajito y sin chiste. Y ahora más que nunca me siento tan pequeño.
--¿Te sientes bien muchacho? -me dijo la rubia, mi cara debía de verse fatal en ese momento
--Sí... -le respondí aguantandome las ganas de llorar
…l estuvo con ella, estuvieron juntos. Tuvieron... Sexo.
Me duele, me duele demasiado. Ni siquiera con Lucy me dolió tanto.
El celular en mi bolsillo sonó. Me alegra tanto que me sacara de mis pensamientos. Vi el numero y no lo reconocí.
--¿Bueno?
--¡Matías! ¡Tienes que venir!
Esa voz, la conozco.
--¿Quien eres?
--Soy Gabrielle
¿Gabrielle? ¿Por qué me llama? Ya no tengo ningún asunto pendiente con ella. ¿Y cómo consiguió mi numero?
--Es Lucy... -se escuchaba alterada- ¡Va a suicidarse!
--¿Qué...?
--No quiere escucharme. Matías, no quiero que Lucy muera. Por favor, ven a hablar con ella.
--¿Donde están?
--No estoy segura. Es un almacén abandonado cerca de la casa de Lucy.
--Ya sé donde esta, voy enseguida.
Sé que dije que Lucy no me interesba ni siquiera como amiga, lo cual es verdad. Pero desearle la muerte, eso jamas. Además, muy en mis adentros, sé que si Lucy quiere suicidarse es por mi causa. Creo que yo la he puesto en esa posición. Quería hacerla sufrir, pero nunca quise provocar algo como esto. Tengo que llegar a tiempo.
Corrí a toda prisa. Creía saber cual era el almacén que decía Gabrielle. Si era el lugar que yo pensaba, no estaba muy lejos de donde yo me encontraba.
Llegué al lugar. Era un barrio solitario, no había nadie en la calle. No pude evitar sentirme algo intimidado por el panorama. La puerta estaba abierta así que rápidamente entré. Todo estaba sucio y lleno de basura. Caminé por un angosto pasillo y llegué a un gran salón. Había grandes ventanas que abarcaban casi toda la pared, los cristales estaba rotos y daban una gran vista del cielo de noche. No había muchas cosas ahí, solo unas cuantas cajas y demás cosas inservibles.
Justo en medio de lugar vi a Gabrielle. Estaba sentada en una vieja silla que parecía que se fuera a quebrar en cualquier momento.
--Hola Matías -me dijo seria
--¿Dónde esta Lucy?
--No esta aquí
--No me digas que... -pasé saliva. ¿Acaso había llegado tarde?
--Ella esta bien
--Que alivio -suspiré- ¿Dónde esta?
--Quien sabe
Había algo muy extraño en esto. Gabrielle estaba muy rara. Su cabello esta desaliñado, como si no se hubiera peinado cuando salió de casa. Su ropa parecía de esa que usas cuando vas a dormir, un pans gris y una blusa holgada color lila. Tenia unas grandes ojeras, como si no hubiera dormido en días y además ni siquiera estaba maquilla, y según me dijo Alejandro, ella jamás salía sin maquillaje.
--Sabes Matías -comenzó a hablar- mi vida era muy feliz. Tenía un novio rico con el cual me iba a casar y al cual le iba a sacar muchos millones -dio una risilla- Una amante hermosa a la cual amo y con la cual esperaba compartir mi riqueza y vivir felices -dejó de reír y se puso totalmente seria- Pero llegaste tú, y me quitaste todo.
--¿Qué dices?
--Me quedé sin mis millones y... Sin Lucy. -me volteó a ver- Ella ya no es la misma que solía ser, ya no es mi Lucy. Siempre esta llorando y y nunca sonrie. Pero ya encontré la solución
Se levantó de la silla y caminó hacia mi con una de sus manos oculta en su espalda, y cuando la mostró vi que traía un arma. ¿Qué carajos esta pasando? Apuntó su arma a mi cabeza y por dios, la pistola estaba a unos veinte centímetros de mi cabeza. Me quedé paralizado. Nunca en mi vida me habían apuntado con un arma.
--Gabrielle...
--Adiós Matías
¡No! ¡No quiero morir así! Aun tengo muchas cosas que hacer ¡aun no le he dicho lo que siento! Cerré los ojos con fuerza y esperé lo peor.
--Yo que tu no dispararía, Gabrielle -esa voz
Abrí los ojos enseguida y vi a Alejandro apuntandole a Grabirlle con un arma. ¿Cómo llego aquí? ¿Por qué? ¿Lo sabia?
--Baja el arma, Alejandro -escuché la voz de Lucy, estaba detrás de Alejandro y tambien le apuntaba con un arma. ¿De donde salió Lucy? ¿Estuvo escondida todo este tiempo? ¿Por qué todos traen armas?
Sentí un fuerte dolor en el pecho al ver esa escena. No, Alejandro no. No podían hacerle daño a él. Fue una desesperación horrible ¡Este hombre me importa!
--No, Lucy. Tú baja el arma -saqué de mi morral la pistola que Bella me había dado y le apunté a Lucy en la cabeza. Nunca pensé que haría uso de ella. Ahora le agradezco tanto a mi hermana su insistencia en siempre llevar el arma conmigo.
Lucy me miró sorprendida, Sin poder creer lo que yo estaba haciendo. Apuntando a Lucy con un arma, ni yo mismo podía creermelo. Pero se trataba de Alejandro y la idea de que algo malo le pasara simplemente era insoportable ¿Por qué nunca me di cuenta que me importaba tanto? ¿Qué es este dolor en el pecho?
Sinceramente la escena era perfecta. Lucy quería matar a Alejandro, él a Gabrielle, ella a mi, y yo a Lucy. Un perfecto circulo mortal.
--Es curioso, Matías -habló Lucy- se suponía que venias a impedir mi muerte, y mira -se burló- ¿De verdad vas a matarme?
--No quisiera, pero si le disparas a Alejandro... te mato
--Si me matas, Grabielle te matara -dijo divertida ¿En verdad eres Lucy?
--Si Gabrielle dispara... Yo tambien lo haré -intervino Alejadro.
¿Cómo es que llegamos a esto? ¡Estoy apuntando a la cabeza de la mujer que dije amar! ¿Tengo el valor de disparar?
--Podemos arreglar las cosas de una manera diferente -dijo Alejandro- Gabrielle, si lo que quieres es dinero te lo daré, mucho
--¿De verdad te importa tanto este imbecil? -preguntó Gabrielle
--Mucho -Alejandro me miró a los ojos- Lo amo
No me ha olvidado ¡Me ama! No puedo creer lo feliz que me hacen esas palabras ¡Me ama! ¡Me ama!
--Todos bajaremos nuestras armas, nadie tiene porque morir -dijo Alejadro
Bajé mi arma lentamente, Lucy y Alejandro hicieron lo mismo. Pero Gabrielle parecía dar más batalla, aunque al final pareció que se dio por vencida y lentamente fue bajando su arma.
--¿Y quien va a regresarme a la Lucy de antes?
Un ruido ensordecedor se escuchó. Un disparó. No entendí que era lo que había pasado ¿Alguien había disparado? ¿A quien?
Bajé mi mirada y vi como mi camisa se llenaba de sangre. El disparo de Gabrielle me había atravesado el cuerpo.
--¡¡Matias!! -pude alcanzar a ver el rostro de Alejandro, su expresión era indescriptible.
Vi como levantó su arma y un segundo disparo se escuchó. Los ojos de Gabrielle se abrieron sorprendidos y lentamente cayó al suelo.
Otro disparo se escuchó ¿De donde vino? Y ahí vi la peor escena de todas. El cuerpo de Alejandro se desplomó lentamente, sus ojos me miraron por última vez, nunca olvidaré esa mirada, fue como si me dijera "te amo" para después cerrar despacio sus ojos.
No... …l no... ¡No!
Yo estaba tirado en el piso, había un charco de sangre al rededor de mí, el arma aun estaba en mis manos. ¡Te odio Lucy! ¡Te odio! Levanté con la poca fuerza que tenía mi arma, le apunte a Lucy... y disparé.
Ya Hace tres semanas desde aquella vez que Lucy fue a verme a mi casa. Desde entonces ya no me ha vuelto a llamar y tampoco la he visto. Lo cual agradezco.
Las llamadas y mensajes de Alejandro tambien han acabo. Supongo que se dio por vencido. Ese era el plan, ignorar sus llamadas hasta que él mismo se cansara de llamar.
Me duele decirlo pero... Estoy un poco decepcionado, no, estoy muy decepcionado. Aunque no lo quiera admitir me duele que haya dejado de insistir, que se haya olvidado de mi. Me duele porque yo aun no he dejado de pensar en él. Creo que me gusta, sí, me gusta.
Y sí, ese era el plan, que ambos nos olvidáramos de aquella noche, es solo que a mi me esta costando más trabajo. Pero sé que es lo mejor.
Lo mejor...
Miré a mi izquierda y me di cuenta que estaba en frente de aquel bar, justo donde conocí a Alejandro. Donde gentilmente él me ofreció su mano, y no solo eso, me vio llorar y de alguna forma me dio palabras de aliento. …l vio en mi a un amigo, y yo vi en él una forma de vengarme por lo que me habían hecho. Se acercó a mi porque me vio dolido, destruido, porque él sabia que yo estaba sufriendo y me ofreció su hombro. Que mal le he pagado, quien sabe cuantos problemas le he causado por la dichosa boda falsa.
¿Lo mejor es alejarme de él? Si, claro ¿Desde cuando sé yo lo que es mejor? Le he jodido la vida a tres personas por hacer lo que yo creo es "lo mejor".
Me gusta Alejandro, lo quiero. Deseo verlo y besarlo. Decirle que no he dejado de pensar en él y que lo extraño mucho.
Y eso es lo que haré.
El departamento de Alejandro no estaba muy lejos de ahí. Quería hablar con él, necesitaba hablar con él. Decirle mis sentimientos y si él aun lo quería, iniciar con una relación.
Saqué valor no sé de donde y caminé hasta llegar al departamento de Alejandro. No tuve problemas para entrar al edificio, los de seguridad ya sabían que yo era amigo de Alejandro, así que no preguntaron nada. Subí al elevador impaciente, pero al fin las puertas grises se abrieron en el piso 5.
La puerta de su departamento se abrió enseguida, esperaba ver el rostro de Alejandro, pero no. Una hermosa mujer rubia, alta, delgada, muy elegante y muy hermosa salió del departamento. Traía puesto un vestido rojo muy pegado que hacia resaltar mucho su figura. Pechos grandes, cintura pequeña y gran trasero.
Detrás de la hermosa mujer estaba Alejandro. Quien con una gran sonrisa la abrazó y le susurró algo al oído, ella tambien sonrió. Luego Alejandro sacó algo de su bolsillo y se lo puso en la mano ¿Era un cheque?
--Ya te he dicho que no tienes por que pagarme -dijo la rubia- Vine aquí por que quise
--Lo sé, Amanda. Pero has venido tantas veces estos días....
Las puertas del elevador se cerraron dejandome a mi dentro e impidiendome seguir viendo la escena. Lo cual agradecí enormemente. Hubiera sido tan vergonzoso que él viera mi patético rostro en ese momento. …l no se dio cuenta que yo había visto esa escena.
Esa debía ser una prostituta, o quien sabe, tal vez su nueva novia. Por eso no me ha llamado, ya tiene con quien divertirse.
Iba a estallar en llanto, pero las puertas del elevador se abrieron, era la chica rubia, sentí que el alma salía de mi cuerpo al pensar que tal vez Alejandro venia con ella. Pero afortunadamente no, ella fue la única que entró al elevador.
No pude evitar mirarla con detenimiento, era muy bonita, se parecía un poco a Gabrielle ¿Estos son los gusto de Alejandro? Debo decirlo, son muy buenos. Yo soy el único que no cuadra aquí. Es normal que él prefiera estar con mujeres hermosas como ella. Seguramente revaloró la situación ¿Por qué tener sexo con un hombre como yo cuando puede tener chicas como esta? Yo solo soy un muchacho bajito y sin chiste. Y ahora más que nunca me siento tan pequeño.
--¿Te sientes bien muchacho? -me dijo la rubia, mi cara debía de verse fatal en ese momento
--Sí... -le respondí aguantandome las ganas de llorar
…l estuvo con ella, estuvieron juntos. Tuvieron... Sexo.
Me duele, me duele demasiado. Ni siquiera con Lucy me dolió tanto.
El celular en mi bolsillo sonó. Me alegra tanto que me sacara de mis pensamientos. Vi el numero y no lo reconocí.
--¿Bueno?
--¡Matías! ¡Tienes que venir!
Esa voz, la conozco.
--¿Quien eres?
--Soy Gabrielle
¿Gabrielle? ¿Por qué me llama? Ya no tengo ningún asunto pendiente con ella. ¿Y cómo consiguió mi numero?
--Es Lucy... -se escuchaba alterada- ¡Va a suicidarse!
--¿Qué...?
--No quiere escucharme. Matías, no quiero que Lucy muera. Por favor, ven a hablar con ella.
--¿Donde están?
--No estoy segura. Es un almacén abandonado cerca de la casa de Lucy.
--Ya sé donde esta, voy enseguida.
Sé que dije que Lucy no me interesba ni siquiera como amiga, lo cual es verdad. Pero desearle la muerte, eso jamas. Además, muy en mis adentros, sé que si Lucy quiere suicidarse es por mi causa. Creo que yo la he puesto en esa posición. Quería hacerla sufrir, pero nunca quise provocar algo como esto. Tengo que llegar a tiempo.
Corrí a toda prisa. Creía saber cual era el almacén que decía Gabrielle. Si era el lugar que yo pensaba, no estaba muy lejos de donde yo me encontraba.
Llegué al lugar. Era un barrio solitario, no había nadie en la calle. No pude evitar sentirme algo intimidado por el panorama. La puerta estaba abierta así que rápidamente entré. Todo estaba sucio y lleno de basura. Caminé por un angosto pasillo y llegué a un gran salón. Había grandes ventanas que abarcaban casi toda la pared, los cristales estaba rotos y daban una gran vista del cielo de noche. No había muchas cosas ahí, solo unas cuantas cajas y demás cosas inservibles.
Justo en medio de lugar vi a Gabrielle. Estaba sentada en una vieja silla que parecía que se fuera a quebrar en cualquier momento.
--Hola Matías -me dijo seria
--¿Dónde esta Lucy?
--No esta aquí
--No me digas que... -pasé saliva. ¿Acaso había llegado tarde?
--Ella esta bien
--Que alivio -suspiré- ¿Dónde esta?
--Quien sabe
Había algo muy extraño en esto. Gabrielle estaba muy rara. Su cabello esta desaliñado, como si no se hubiera peinado cuando salió de casa. Su ropa parecía de esa que usas cuando vas a dormir, un pans gris y una blusa holgada color lila. Tenia unas grandes ojeras, como si no hubiera dormido en días y además ni siquiera estaba maquilla, y según me dijo Alejandro, ella jamás salía sin maquillaje.
--Sabes Matías -comenzó a hablar- mi vida era muy feliz. Tenía un novio rico con el cual me iba a casar y al cual le iba a sacar muchos millones -dio una risilla- Una amante hermosa a la cual amo y con la cual esperaba compartir mi riqueza y vivir felices -dejó de reír y se puso totalmente seria- Pero llegaste tú, y me quitaste todo.
--¿Qué dices?
--Me quedé sin mis millones y... Sin Lucy. -me volteó a ver- Ella ya no es la misma que solía ser, ya no es mi Lucy. Siempre esta llorando y y nunca sonrie. Pero ya encontré la solución
Se levantó de la silla y caminó hacia mi con una de sus manos oculta en su espalda, y cuando la mostró vi que traía un arma. ¿Qué carajos esta pasando? Apuntó su arma a mi cabeza y por dios, la pistola estaba a unos veinte centímetros de mi cabeza. Me quedé paralizado. Nunca en mi vida me habían apuntado con un arma.
--Gabrielle...
--Adiós Matías
¡No! ¡No quiero morir así! Aun tengo muchas cosas que hacer ¡aun no le he dicho lo que siento! Cerré los ojos con fuerza y esperé lo peor.
--Yo que tu no dispararía, Gabrielle -esa voz
Abrí los ojos enseguida y vi a Alejandro apuntandole a Grabirlle con un arma. ¿Cómo llego aquí? ¿Por qué? ¿Lo sabia?
--Baja el arma, Alejandro -escuché la voz de Lucy, estaba detrás de Alejandro y tambien le apuntaba con un arma. ¿De donde salió Lucy? ¿Estuvo escondida todo este tiempo? ¿Por qué todos traen armas?
Sentí un fuerte dolor en el pecho al ver esa escena. No, Alejandro no. No podían hacerle daño a él. Fue una desesperación horrible ¡Este hombre me importa!
--No, Lucy. Tú baja el arma -saqué de mi morral la pistola que Bella me había dado y le apunté a Lucy en la cabeza. Nunca pensé que haría uso de ella. Ahora le agradezco tanto a mi hermana su insistencia en siempre llevar el arma conmigo.
Lucy me miró sorprendida, Sin poder creer lo que yo estaba haciendo. Apuntando a Lucy con un arma, ni yo mismo podía creermelo. Pero se trataba de Alejandro y la idea de que algo malo le pasara simplemente era insoportable ¿Por qué nunca me di cuenta que me importaba tanto? ¿Qué es este dolor en el pecho?
Sinceramente la escena era perfecta. Lucy quería matar a Alejandro, él a Gabrielle, ella a mi, y yo a Lucy. Un perfecto circulo mortal.
--Es curioso, Matías -habló Lucy- se suponía que venias a impedir mi muerte, y mira -se burló- ¿De verdad vas a matarme?
--No quisiera, pero si le disparas a Alejandro... te mato
--Si me matas, Grabielle te matara -dijo divertida ¿En verdad eres Lucy?
--Si Gabrielle dispara... Yo tambien lo haré -intervino Alejadro.
¿Cómo es que llegamos a esto? ¡Estoy apuntando a la cabeza de la mujer que dije amar! ¿Tengo el valor de disparar?
--Podemos arreglar las cosas de una manera diferente -dijo Alejandro- Gabrielle, si lo que quieres es dinero te lo daré, mucho
--¿De verdad te importa tanto este imbecil? -preguntó Gabrielle
--Mucho -Alejandro me miró a los ojos- Lo amo
No me ha olvidado ¡Me ama! No puedo creer lo feliz que me hacen esas palabras ¡Me ama! ¡Me ama!
--Todos bajaremos nuestras armas, nadie tiene porque morir -dijo Alejadro
Bajé mi arma lentamente, Lucy y Alejandro hicieron lo mismo. Pero Gabrielle parecía dar más batalla, aunque al final pareció que se dio por vencida y lentamente fue bajando su arma.
--¿Y quien va a regresarme a la Lucy de antes?
Un ruido ensordecedor se escuchó. Un disparó. No entendí que era lo que había pasado ¿Alguien había disparado? ¿A quien?
Bajé mi mirada y vi como mi camisa se llenaba de sangre. El disparo de Gabrielle me había atravesado el cuerpo.
--¡¡Matias!! -pude alcanzar a ver el rostro de Alejandro, su expresión era indescriptible.
Vi como levantó su arma y un segundo disparo se escuchó. Los ojos de Gabrielle se abrieron sorprendidos y lentamente cayó al suelo.
Otro disparo se escuchó ¿De donde vino? Y ahí vi la peor escena de todas. El cuerpo de Alejandro se desplomó lentamente, sus ojos me miraron por última vez, nunca olvidaré esa mirada, fue como si me dijera "te amo" para después cerrar despacio sus ojos.
No... …l no... ¡No!
Yo estaba tirado en el piso, había un charco de sangre al rededor de mí, el arma aun estaba en mis manos. ¡Te odio Lucy! ¡Te odio! Levanté con la poca fuerza que tenía mi arma, le apunte a Lucy... y disparé.
hay por dios a pesar de que dijeron que no tenia que morir nadie al parecer si abra muertos solo espero que Matías y Alejandro estén bien
ResponderBorrarQue locos... Después de todo Lucy no podía ser feliz con su amante... Alejandro confesó amar a Matías, que emoción... Aunque ahora están heridos o quizá muertos, ojalá y no... Gracias
ResponderBorrarpor Dios, se fue todo al carajossss.
ResponderBorrarqué pasó?? yo toda feliz porque Matías por fin se daba cuenta de que amaba a Alejandro y Alejandro lo amaba a él y me salen con ésto'???
NOOOOOOO, quiero ver qué pasó