Me había quedado sin mover ni un músculo ¿Qué? ¿Su novia? ¿Qué carajos estaba pasando aquí?
--Al igual que tú, acabo de darme cuenta que mi novia me es infiel... Con una mujer
--No entiendo nada
--¿Te parece si entramos? -Me dijo, y entonces me di cuenta que estábamos justo en frente de un bar- Parece que va a llover
--Yo no... No creo que...
--Acaban de rompernos el corazón. Creo que necesitas un amigo con quien desahogarte. Y yo también. ¿O acaso prefieres ir a llorar en la soledad de tu habitación?
Yo era demasiado orgulloso para llorar delante de alguien. Pero este muchacho era alguien que yo no conocía. Siendo de esa forma la vergüenza no era tan grande.
Caminamos juntos hasta el interior del bar. Nos sentamos en la mesa más alejada, más solitaria. Yo ya había dejado de llorar, pero mis ojos aun seguían algo rojos.
--¿Qué les ofrecemos, caballeros? -dijo el mesero
--Yo no... No tomo -dije
--Dos cervezas, por favor -dijo el muchacho. Del cual aun desconocía el nombre. Debía medir 1.80 cm. Su piel era ligeramente morena, sus facciones eran muy masculinas y su cabello era castaño. Debía ser un par de años mayor que yo. Era apuesto- ¿Cómo te llamas?
--Matías ¿Y tu?
--Alejandro
--Estoy muy confundido ¿Cómo es que sabes lo de mi... -pasé saliva- ...novia?
--Gabrielle, la chica pelirroja con la que estaba tu novia, es mi novia. Había estado actuando muy raro los últimos meses, así que decidí seguirla. Entré al restaurante chino y me senté muy cerca de donde lo hiciste tú. Y bueno, vi como se besaban, y después te vi a ti en la entrada. Tenías una cara de dolor tan impresionante, las lagrimas salieron de tu rostro de inmediato. Y ahí me di cuenta que tu estabas en el restaurante por la misma razón que yo. Así que decidí seguirte. Eres muy veloz.
--Esto parece una maldita telenovela
--Supongo -dijo inexpresivo- ¿Entonces te acabas de dar cuenta que te pusieron los cuernos?
--Sin querer escuché un fragmento de una conversación que tuvo por su celular. Ella mencionó ese restaurante. No puedo creer que me este engañando, no lo puedo creer -me cubrí el rostro con las manos, oh no, de nuevo las lagrimas
--Toma -me entregó la cerveza- Te hará sentir mejor
Con un gesto de incomodidad acepté la cerveza. Di el primer sorbo y que mal sabía. Pero conforme más tomaba el mal sabor se hacia más soportable.
--Creí que me amaba. Ella... Me lo dice todos los días. ¿No soy lo suficiente hombre y por eso me ha engañado con una mujer?
--Me pregunto lo mismo -dijo, y le dio el último trago a la cerveza- Otras dos -le dijo al mesero
--Que puto día el de hoy
--¿Nunca sospechaste nada?
--No. Creo que he sido un estúpido. Sí, eso es lo que soy.
--La amas mucho ¿Verdad?
--No tienes idea -le di un trago a la cerveza- mis padres querían que me fuera a estudiar a Francia. Se me ofreció la oportunidad. Y yo iba a aceptar. Pero ella me dijo que me quedara, así que me quedé, por ella. ¿Así es como Lucy tira a la basura lo que he hecho por ella? ¡Maldición!
--Los hombres somos imbéciles cuando se trata de mujeres. Es la triste realidad. -Sacó una caja de cigarrillos y me ofreció, yo no fumo así que me negué- ¿Y qué piensas hacer? ¿La terminaras? -encendió el cigarrillo
--Claro que lo haré. A este estúpido hoy le han quitado la venda de los ojos -le di un gran tragó a la cerveza, que era mi tercer cerveza, y ya empezaba a sentir los efectos del alcohol- ¿Y tú?
--También la terminaré
Miré a mi reloj, pronto seria las 11:00 pm. Ya era muy tarde.
--Me tengo que ir -le dije, me levanté y al querer dar un paso sentí que la cabeza me daba vueltas- bebí de más
--Es normal que estés mareado cuando no estas acostumbrado a tomar
--Sí, pero creo que me ha servido el alcohol.
--¿Seguro que puedes llegar a tu casa solo?
--Claro que si
--¿Donde vives?
--En la Joya
--Eso esta al otro lado de la ciudad. Y en esta zona no pasan muchos taxis.
--Ya me las arreglaré
--Podemos ir a mi casa. No esta muy lejos de aquí
--No, gracias
--Deberías ver tu cara. Enserio que no te ves bien. Anda, vamos a mi casa
--Esta... Esta bien
...................
Un terrible dolor de cabeza me despertó. Abrí mis ojos y me sorprendí al ver que esa no era mi habitación. Luego recordé que ese chico... Alejandro, me había ofrecido quedarme en su casa. Me levanté. En lo primero que pensé fue en Lucy, y una horrible sensación invadió mi pecho.
--Me engañó -la primer frase del día
Salí de la habitación. No recordaba muy bien la casa. La noche anterior había tomado mucho y no le había prestado atención. Y ahora que estaba en mis cinco sentidos (o algo así) pude contemplar el lugar a fondo. Era un departamento hermoso. Alejandro debía tener mucho dinero. El piso era de mármol negro y cada mueble parecía ser extremadamente caro. A decir verdad, cada maldita cosa ahí parecía valer miles ¿Quien eres Alejandro?
Caminé por un largo pasillo lleno de estatuas y pinturas muy llamativas. Al final del pasillo encontré la cocina, en donde se encontraba Alejandro. La mesa estaba ya con el desayuno servido.
--Buenos días -me saludó
--Buenos días
--Siéntate a desayunar
--Creo que... Eso seria demasiado. Ya me has dejado pasar la noche en tu casa
--Vamos, ¿Tienes hambre no? Además, ya he hecho lo suficiente para dos personas ¿Dejaras que se desperdicie la comida?
Con algo de vergüenza acepté y me senté en el comedor. Había un plato con Hot cakes y un omelet. Se veía delicioso.
--¿Tu cocinaste?
--Sí
--Eres un gran cocinero -le dije al probar su comida, si que era deliciosa
--No es para tanto -dio una ligera sonrisa, creo que nunca había sonreído- ¿Cómo te sientes?
--Mejor ¿Y tu?
--Mejor -le dio un trago a su jugo y me miró algo sospechoso- No te vayas a molestar, Matías, pero anoche sin querer revisé tu mochila
Oh no, ya se ha donde va todo esto.
--¿Por qué tienes un arma? No me digas que fuiste al restaurante con la intención de...
--Te equivoca -lo interrumpí- esa arma siempre la traigo conmigo por seguridad, yo no... Planeaba hacer nada malo con ella
--¿Enserio? -dijo no muy convencido
--Veras -me rasqué la nuca, incomodo- Esa pistola me la dio mi hermana mayor. Ella sufrió de violencia domestica con su ex esposo, él casi la mata. Afortunadamente lo metieron a la cárcel, y desafortunadamente salió hace unos meses. Es un tipo peligroso, y Bella mi hermana me obliga a traer conmigo el arma. Lo hago por su tranquilidad. Nunca he pensado seriamente en usarla. Sé que es difícil creerme pero...
--Te creo -le dio un trago a su vaso de leche con una expresión seria- Hace un año se metieron a robar a mi departamento. Es por eso que también tengo un arma. Pero no la llevo conmigo a todas partes.
Agradecí inmensamente que él creyera en mis palabras. Por un momento pensé que llamaría a la policía, lo cual hubiera sido terrible ya que no tengo el permiso para usarla.
Analicé el rostro de Alejandro. Se veía tranquilo, muy tranquilo. Yo me sentía fatal por lo ocurrido el día anterior. Pero en cambio él no se veía para nada deprimido ni lastimado. ¿Acaso se estaba conteniendo? Si es así lo hace muy bien.
--Te ves demasiado tranquilo. Ayer también. Parece como si la noticia no te hubiera afectado en nada. ¿Qué no la amabas?
El castaño dejó de comer y centró su vista en mí.
--No lo sé
--¿Cómo que no lo sabes? ¿No te sientes mal por su engaño? -era tan inexpresivo
--Cre que... Más que sentirme dolido, me siento decepcionado -suspiró- Se suponía que Gabrielle y yo nos casaríamos en dos semanas
--Lo siento
--Mi familia siempre me dijo que ella me quería por mi dinero. Debí haberlo sospechado antes. Me pidió un coche, y a decir verdad, siempre que nos veíamos me pedía cosas, "mi novia debe tener lo mejor" ese era mi lema. Creo que decidí casarme con ella para llevarle la contra a mi familia. Me he equivocado muchas veces, y ellos siempre me han echado en cara esos errores. Creí que Gabrielle sería la única buena decisión en mi vida, y que al fin le demostraría a mi familia que sé tomar mis propias decisiones. Pero bueno, nuevamente, ellos tenían la razón. Ya me imagino la cara que pondrán cuando les diga que no me casaré.
--Ve el lado bueno. Te diste cuenta de la verdad antes de casarte. Y además, te ahorraras todo el dinero que ibas a gastarte en la boda.
--El dinero de la boda ya esta invertido. Dudo mucho que pueda recuperarlo. Creo que habrá fiesta pero sin novios -dio una risilla
--La vida es injusta
--Así es
--Deberíamos vengarnos
Mi cerebro comenzó a fabricar ideas. Y usualmente no le hago caso a mis ideas locas, ya que siempre terminan mal. Pero me habían roto el corazón, tenía que hacer algo.
--¿Qué quieres que hagamos? ¿Matarlas? Me gusta la idea, pero es ilegal
--Pagarles con la misma moneda
--¿Engañarlas con otra mujer? -hizo un gesto de molestia- no quiero saber de mujeres por un buen rato ¿Sabes?
--No, me refiero a pagarles exactamente con la misma moneda. ¿Y si ellas se enteraran que las hemos engallado con un hombre? Mejor aun ¿Y si se entararan que Alejandro y Matías son pareja? Eso seria genial, ya que ellas no se imaginan que nosotros nos conocemos
--Matías, no soy gay. Y sinceramente, empiezas a asustarme.
--Yo tampoco soy gay, y no quiero serlo. Me refiero a engañarlas, a hacerles creer que tu y yo salimos juntos.
--No lo sé -se rascó la nuca
--Vamos Alejandro. ¿Te imaginas sus rostros cuando se enteren que sus propios novios están saliendo juntos? ¡Esa idea es tan jodidamente perfecta! Que sientan lo que nosotros sentimos ayer, que sientan lo que es hechar tus sentimientos a la basura.
--Eso... No suena nada mal
--¡Genial! ¡Venganza!
--¿Y cuando les diríamos que "salimos juntos"?
--El momento tiene que ser especial -vamos cerebro ¡Vamos!- ¿En tu boda? Si ya no hay forma de recuperar el dinero que invertiste en ella ¿Por qué desperdiciar la ocasión?
--¿Mi boda? No creo que sea buena idea
--Vamos, imagínate a Gabrielle con su vestido de novia. Llena de ilusiones porque ese día se casará y sus sueños de ser millonaria se harán realidad. Para después quitarle esa sonrisa de la cara.
--Sí, me gustaría borrar esa sonrisa -sonrió y luego dio un suspiro resignado- Me convenciste. Dios, no puedo creer lo que estoy diciendo.
--¿Tenemos un trato? -extendí mi mano para hacer las cosas más formales, soy dramático
--Tenemos un trato -sonrió y recibió mi mano.
ha me lo imagine que eso harían mmmmmmmmm
ResponderBorrarque aran ellas cuando les digan que son novios sus propios galanes
o la familia de Alejandro
Como siempre muchas veces no escuchamos a la familia, ellos ven lo que uno no, cuando esta enamorado
ResponderBorrarya me parecía que se harían pasar por novios para hacer su venganza.
ResponderBorrarcuando se está enamorado no vemos más allá de nuestras narices y eso a veces nos pasa factura.
pobres chicos engañados...