El Policía de mis Sueños

Hola me llamo Jaejoong y tengo 26 años.
Todo comenzó cuando tenía 18 años, mi padre trabajaba en una entidad que se desempeñaba directamente con policías, es así que conocí a Yunho, un policía casado y con hijos, de unos 28 años, de 1.83 m de estatura, guapo, un poco musculoso, y de unas piernas increíbles. Bueno, él ayudaba a la familia a hacer algunas cosas. Yo lo detestaba, pero tenía muchas fantasías sexuales, tanto así que en casa me masturbaba pensando en él.

Pasaron un par de años y no pasaba nada, yo sentía algo por él, (no amor, sino ganas de que me coja). Debo decir que yo ya había tenido besos, caricias, toqueteos y mamadas con un par de primos, pero nunca una cogida, entonces llegó el día esperado. En mi casa había una reunión familiar, y él estaba allí, tan guapo, tan sexy que me volvía loco, fue así que como a media noche ya no había casi nadie, los que quedaban estaban medio embriagados, pero muy conscientes.

Yunho ya se quería ir, pero un familiar mío le dijo que lo mejor sería que se quedase a dormir, todos me miraron como diciéndome que duerma conmigo, pues era el único hombre de la familia, a parte de mi padre claro; solo estaba el cuarto de mi hermana, el de mis padres, el de visita (ocupado ya por familiares visitantes) y el mío. Yo accedí con un gesto de desagrado, (recuerden que yo supuestamente lo detestaba).

Es así entonces que cuando entramos en mi cuarto, cerró la puerta, yo estaba muy nervioso, pero con esperanzas.

Apague la luz general y deje una lámpara con luz tenue. 

-Yo duermo en calzoncillos, ¿puedo?- él me dijo.

A lo que yo respondí afirmativamente con la cabeza. Usaba un bóxer blanco bien ajustado que revelaba la “real” magnitud de su herramienta.

Yo ya estaba a mil. Ya dispuestos a dormir, uno al lado del otro, acerqué traviesamente mi rodilla a su pierna para ver su reacción; él cerró los ojos y se retorció, comprendí que sentía algo; así es que me arme de valor, y puse mi mano sobre aquel inmenso paquete, y puede sentir como lentamente el bulto aquel, se iba hinchando cada vez más y más.

Él no decía nada.

Luego metí mi mano dentro de su calzoncillo, y lo comencé a masturbar muy lentamente. Él comenzó a jadear, cuando de improviso, me jaló y me dio un riquísimo beso; luego empujó mi cabeza hacia la altura de su paquete, se sacó el bóxer, y de un solo empujón, introdujo su tremendo miembro al interior de mi garganta.

Me puse a succionar todo ese largo pene, lo chupaba como loco, era lo que tanto había deseado, sentía como sorprendentemente se hacía más grande y más gruesa de lo que estaba.

Él gemía y se retorcía de placer, mientras yo se la lamía desesperadamente, hasta que de improvisto se levantó, me puso boca abajo y comenzó a meterme su ensalivado miembro dentro de mí.

Pude sentir como la cabeza de su inmenso pene tocaba mi ano, trato de metérmela toda, pero me dolía demasiado, entonces él se asustó y la saco, no podíamos hacer bulla, pues habían habitaciones cerca y alguien nos podía escuchar. Entonces me arrodille en el piso y se la comencé a chupar nuevamente, más fuerte y con más atrevimiento que antes; él me cogía de los cabellos, jalando mi cabeza hacia él, su pene comenzó estremecerse de placer, cuando repentinamente comenzó a escupirme chorros de semen, Yunho no dejaba de retorcerse de placer.

Luego me cargó y me echo sobre la cama boca arriba; comenzó a lamerme las tetillas, (era la primera vez que me lo hacían y ahora era yo quien se retorcía de placer, llegue al cielo… que placer). Luego hicimos el famoso “69”, mientras él me hacia el conocido “beso negro” (beso en el ano), yo mamaba ese rico trozo de 25 cm, vuelto nuevamente a la vida.

Después me puso en posición de perrito y se colocó detrás mío, se puso un preservativo, y comenzó a empujar su pene al interior de mi ano.

Al ver que yo me resistía, me abrazo y con una mano, comenzó a pellizcarme las tetillas.

Entonces comenzó a empujar más y más, hasta que sentí todo ese inmenso tronco dentro de mí.

Sentía como sus testículos chocaban con mis nalgas.

Se quedó quieto un rato y luego comenzó a moverse, primero despacio, y después rápido.

Era increíble, yo mordía la almohada de puro placer, mientras él adquiría un movimiento más rápido y audaz.

No lo podía creer, tenía dos placeres a la vez, pellizco en las tetillas y penetración, nunca había llegado tan lejos, se echó completamente sobre mí, hasta que ¡ah!, sentí como me llenaba de ese rico semen suyo; la cantidad de esperma que sentí fue impresionante.

Se echó al lado mío, me beso.

-Me has excitado más que nadie, nadie me la ha chupado como tú-

Me beso y me abrazo, me quedé dormido abrazado de sus anchos y fuertes brazos, echado sobre su amplio pecho.

A la mañana siguiente, se levantó, se duchó, y se despidió con un beso.

Nunca hablamos del tema.

Tiempo después, mi papá cambio de empresa y dejamos de ver a los policías.

A veces hablo por teléfono con él, pero nunca tocamos el tema, mantengo buenos recuerdos de él… los mejores…

FIN.