Same Blood

Same Blood

Autora: JadeJung
Género: AU, Ficción, Misterio, Romántico
Advertencias: Incesto, Lemon

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Después de tantos años jugando con la muerte que nadie se imaginaría que el monarca del Clan de Vampiros más importante y prestigioso sea asesinado por una simple mortal, que con una infusión de su cuerpo y un suero, lo destruyó en segundos después de haberlo seducido.

—Estúpido…— refunfuñó molesto sentado en una banca debajo de un árbol que se encontraba en el jardín —Maldito imbécil— miles y miles de insultos se remolinaban en su cabeza dirigidas a su difunto progenitor.

¿La razón? Simple… Se había enterado de que su padre había tenido un pequeño compromiso con una humana y al final de eso había tenido otro hijo. Había tenido ese amorío hace años y la humana ya estaba muerta (como todos los mortales). El otro hijo (creyendo que saldría humano, porque normalmente era así)

—Un bastardo más en este mundo tan podrido… Me pregunto si lo odiará tanto como yo… o debe ser un hijito de mamá— una sonrisa de superioridad acompañado de una risita burlona adorno su melancólico rostro

—Un chico tan hermoso como tú debe tener un nombre que se asemeje a su belleza— un chico bien parecido y muy apuesto se encontraba sentado a su lado con una encantadora sonrisa que danzaba sensual con las facciones de su rostro

—Ni que te fuera a interesar— respondió obviando su instinto seductor y coquetería que quería salir en ese momento para llevar al apuesto joven a algún lado y tener un momento en donde pueda olvidar toda la amargura que abarca su vida hasta ahora

Y sin darse cuenta ya estaba apoyado al borde del banco respirando agitadamente mientras el otro lo besada de manera salvaje y desesperada, arrancándole gemidos ahogados.

—Ahh— respiró muy confundido mirándolo con molestia por haberse atrevido a si quiera besarlo

—Te sugiero que me respetes y cumplas con mis órdenes de ahora en adelante— una sonrisa pícara y su mano se fue cuesta abajo del torso del otro

—¡Ahh!— gimió sorprendido por el apretón que recibió al principio —Nnh… nh— gemía sin pudor

Sintió el cierre de su pantalón ser abierto y su miembro libre, libre para que aquella cálida mano que tan buen trabajo hacía lo satisfaciera.

Se sostuvo del cuello del otro para no caer hacia atrás, su espalda ya no quería aguantar su propio peso y debía apoyarse o sujetarse de algo

—Ahn ahh nnh— los bombeos eran cada vez más enloquecedores y los apretones que sentía en la punta lo llevaban al cielo. Cerró los ojos para concentrarse en todo lo que le hacía sentir aquel chico sobre él. Al segundo siguiente no sintió nada y se apoyó en el respaldo del banco viendo nublado y aturdido al muchacho que se arreglaba las ropas para acercársele, solo un poco y susurrarle a su oído

—Espero que para la próxima vez sí obedezcas a las órdenes que se te da… hermanito- sintió un pequeño mordisco seguido de un tirón y gimió por aquello viéndolo alejarse de regreso a la reunión por la muerte de su progenitor

Tardo un rato en procesar la última palabra que había dicho el chico… “hermanito”

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—¡¡Ahhh!! mas… ¡más fuerte, Yunho!— gemía sin pudor queriendo sentir aquel miembro en su interior que lo llevaba a perder todos sus sentidos e inclusive olvidar como respirar

—Nnhh…— obedeciendo la petición, lo agarró firmemente del trasero para alzarlo un poco más y embestirlo con la fuerza que podía gracias a su habilidad vampírica

Azotaba sus caderas contra los glúteos de su (ahora) hermanastro una y otra vez, deleitándose con su rostro de placer. Escuchó el sonido del tono de su celular en la mesita de noche al lado de la cama en la que se encontraba, se estiro lo suficiente para poder alcanzarla y ver quien en su sano juicio se atrevía a llamarle a esa hora de la mañana y aún más en medio de algo tan  importante como lo que hacía ahora. En la pantalla del celular estaba el nombre de “Miranda”, con una sonrisa autosuficiente miró a Jaejoong que seguía gimiendo bajo él. Le indicó que no hiciera tanto ruido y de que era importante, detuvo su vaivén de caderas para contestar la llamada.

—¿Aló?... ¡Hola Miranda preciosa!...— Jaejoong no podía despegar sus ojos de su hermanastro que lo había dejado a medias, solo para contestar una llamada con una tal “Miranda”. Que de por sí la odiaba ahora, tenía tantos motivos para odiarla: interrumpir algo tan importante como “tener sexo con su sexy y encantador hermanastro”, por distraerlo de seguir con lo suyo, etc etc… Tantas razones vagas y todas involucraban a Yunho en ella y la intimidad que compartían.

—¿Esta noche?— miró hacia Yunho que le sonreía coquetamente

—Ahh…— un leve gemido pero audible para el moreno salió de los voluptuosos labios de su hermanastro cuando recibió esa embestida —Nnh…— otra más y Jaejoong se tapó la boca con sus manos, no quería ser un mal educado y molestar a Yunho mientras tenía una llamada.

—¿Qué te parece si nos reunimos en donde siempre?— siguió conversando por teléfono sin detener su vaivén, lento, pero profundo en el rubio

—Mmh…mh…— gemidos ahogados se podían escuchar a penas

—Espero verte con ese vestido— comentó sensual, Yunho.

Jaejoong al escuchar esto se acomodó un poco mordiendo su labio inferior para reprimir sus gemidos, se apoyó en sus codos  mientras seguía siendo sacudido por el moreno que simplemente NO QUERÌA PARAR DE EMBESTIRLO cada vez con más rudeza. Con dificultad, alcanzó el hombro del moreno y se inclinó hacia adelante para terminar sentado sobre las caderas de este.

—y después de eso, ¿qué quieres hacer, dulzura? —

No podía aguantarlo más, Yunho lo estaba ignorando mientras él cabalgaba sus caderas. Acercó sus labios a su hombro y fue dejando besos de mariposa, subiendo hasta el cuello, donde lamió gran parte de este, provocando que el moreno temblara por la sensación. Yunho lo agarró de la cadera con su mano libre para alzarlo lo suficiente para dejarlo caer con rudeza sobre su miembro.

—¡Mmhh!— gimió fuerte mordiendo el cuello del contrario y clavándole los colmillos para sacarle algo de sangre —¿Eh? Sí…si, perdón. Debo colgar, nos vemos más tarde— terminó la conversación con la respiración agitada y su miembro doliéndole el doble.

Esa mordida de parte de su hermano sí que lo había excitado más de lo que ya podía estar. Con una sonrisa de malicia, tiró su celular a un sofá que se encontraba a unos 5 metros de la cama. Con ambas manos agarró de las caderas a su hermanastro que seguía auto embistiéndose, y muy a su pesar lo detuvo. Movió sus manos hasta detenerlas en su redondo y firme trasero, de ahí lo agarró firme y se levantó de la cama (con todo y Jaejoong) y se fue directo al baño.

—Ah… ¿qué haces? — preguntó confundido y extasiado de aún sentir a su hermanastro dentro suyo. Sentía como si su miembro creciera más en su interior o era que por la posición en la que se encontraba y el hecho de que Yunho estuviera caminando hacía que su entrada se comprimiera más…

Pronto tuvo que olvidarse de sus dudas, cuando sintió que era estampado con brusquedad hacia la pared de la ducha del baño.

—Eres un mal hermanito, Joongie…— el rubio lo miraba expectante, de alguna manera ese tono de voz y la forma en que le hablaba ahora el moreno ahora no le gustaba —Debo castigarte por interrumpirme mientras hablaba en el teléfono— susurró sensual en su oído para luego bajar a su cuello y llenarlo de mordidas superficiales. Al final terminó clavando sus dientes dentro de la blanquísima piel del otro y empezó sus succiones al mismo tiempo que retomaba sus embestidas. Pero esta vez, comenzaron rápidas y fuertes.

—Yun… ¡ahh!...— le excitaba demasiado sentir su sangre siendo succionada por el otro y su entrada friccionándose con su duro y largo miembro entrando y saliendo. No bastó mucho para sentir la diestra mano del moreno sobre su muy necesitado miembro que con el simple tacto le causaba un placer inigualable

Suave… suave… suave ahora eran las embestidas... Yunho entraba y salía suavemente, sacándole suspiros de placer a su hermano

—Ahhh… Yunnie… te quiero— declaró como las tantas veces que lo hacen

—Yo también, hermanito— contestó con una sonrisa mirándolo a los ojos, aunque la respuesta para Jaejoong era un poco vacía, ya que sabía que el moreno no lo quería de esa manera. Si no, no estaría yéndose con esa tal Miranda, pero no debía pensar en eso ahora, simplemente dejarse hacer por las necesidades carnales de su hermanastro, sentir cada embestida dejada como pequeñas y sutiles caricias de pétalos de rosas contra la piel de su entrada, y su miembro siendo aún masajeado, donde Yunho cuando llegaba a la punta le daba cierto apretón que arrancaba gemidos en el rubio.

De un momento a otro los masajes en su miembro se volvieron más rápidos y fuertes, y las embestidas eran con tanta rudeza que cada vez que el moreno arremetía contra él, su espalda se chocaba contra los azulejos de la pared, causando un sonido de humedad por el sudor emanado de sus cuerpos.

Sus muslos se estaban tensando y su entrada quería regresar a su tamaño original, causando que el miembro del moreno sea oprimido de una manera deliciosa y enloquecedora hasta tal punto que desee arremeter con más fuerza y rudeza esas últimas estocadas.

—Anhhh…— un gemido con un tono un poco agudo avisó a Yunho que su hermanastro ya se había corrido entre sus torsos, pero por el agua, todo el semen se escurría hasta irse por los pequeños hoyos en el centro de la ducha que conducen a la alcantarilla

Tomó más incentivo e impulso cogiendo al rubio de sus suaves y tersas nalgas para ayudarse a alzarlo lo suficiente para volver a bajarlo rápidamente contra sus embestidas, volviendo ese vaivén algo más profundo en Jaejoong, quien solo podía gritar de placer. Sentía la punta del duro y grueso miembro de Yunho llegar tan hondo en su interior; ya varias veces le había tocado la próstata con ella, causándole que doblegara su espalda como un látigo, intentando aguantar todas esas corrientes eléctricas de placer que disparaban desde su trasero hasta su cerebro.

Las últimas estocadas fueron lentas y suaves para que al momento de correrse en el interior del otro, su semen sea el que salga disparado queriendo salir a toda prisa de su miembro para llenar esa pequeña y estrecha cavidad que se estremecía junto a su dueño.

Yunho se recostó en el pecho de su hermanastro mientras le soltaba para que pusiera sus pies sobre el suelo de la ducha y abrazarlo por la cintura para que no fuera a caer. Jaejoong simplemente se dejó abrazar mientras apoyaba su cabeza a la pared detrás de él, si no fuera por su hermano, hubiera caído, ya que sus piernas no le respondían… Parecía un muñeco de trapo, ni las piernas ni los brazos podía (o quería) mover en ese momento, su definición de estado de ánimo hubiera sido: Agotado

—Joongie…— escuchó a su hermanastro hablarle mientras alzaba su cabeza y lo miraba directo a los ojos

—¿Qué pasa, Yunnie ah?— preguntó sintiendo ese abrazo a su cintura un poco más fuerte y cálido

—¿Vamos a dormir después de bañarnos?— preguntó con ojos brillosos y llenos de un brillo igualado al de las estrellas en una noche de luna llena

—Claro— respondió con una deslumbrante sonrisa y se dejó cargar por el moreno que lo llevo de regreso a la alcoba y lo recostaba suavemente en la cama.

Lo sintió recostarse a su lado y recoger las sábanas, que sabes Dios cómo habrían llegado al suelo. Una vez tapados y separados del frío, buscó el calor de Yunho, descansando su cabeza en el hombro del otro y el resto de su cuerpo estaba casi encima del moreno. Miro por última vez el reloj… 6:28 p.m.

“Ojalá el tiempo se detenga, para que no te alejes de mi lado”

Ω∆Ω∆Ω∆Ω∆Ω∆Ω∆Ω∆Ω10:00 p.m.∆Ω∆Ω∆Ω∆Ω∆Ω∆Ω∆

Desde hace un par de horas que no lograba conciliar el sueño… La  sensación de tener al otro encima de él, le causaba unos temblores en todo el cuerpo que terminaban por concentrarse en su zona baja, en medio de sus piernas… Con un poco de pereza y desgano, se quitó al rubio de encima suyo para sentarse en el borde de la cama y ver el reloj sobre la pequeña mesa de noche color crema al lado izquierdo de la cama.

—¿Dónde dejé mi teléfono?— se giró lo suficiente para ver si su bendito celular estaba sobre la otra mesita de noche al otro lado de la cama, sin encontrarlo. Sintió una cálida mano sobre su muslo, cerca… muy cerca de su miembro que estaba medio dormido (o medio despierto); levantó la mirada creyendo que su hermanito había despertado y deseaba seguir jugando con él un rato más, encontrándolo totalmente en el mundo de Morfeo. Con delicadeza se acercó hasta la oreja del bello durmiente —Podría abusar de ti, violarte, aprovecharme de que estés durmiendo tan plácidamente ahora si lo deseo— lamió y succionó el lóbulo de este —Pero no tengo tiempo ahora… tal vez lo haga otro día…— terminó susurrándolo a la vez que metía su lengua ocasionando que el aludido temblara semiinconsciente y abriera de a poco los ojos

—Yu… ¿Yunnie?— sus ojos semiabiertos y sus rojizos labios que pedían ser besados en ese mismo instante

—Vuelve a dormir, Joongie— le habló con una suave voz a la vez que acariciaba su cálida mejilla y se agachaba para darle un pequeño beso en los labios —Necesitas descansar, debes estar exhausto— finalizó con una sonrisa

—Duerme conmigo, Yunnie— le respondió con una hermosa sonrisa a la vez que lo abrazaba del cuello para que terminara echado sobre él

—Perdóname, Boo, pero esta noche debo salir a una reunión importante— se alejó con delicadeza para pararse de la cama y dirigirse al baño para tomarse una ducha, dejando a un triste rubio que se quedó viendo la puerta del baño abierta.

De las simples ganas de ya no dormir (porque se les fueron con el poco entusiasmo y romanticismo de su hermanito querido) se sentó en la cama apoyado en la cabecera de esta, encendiendo el televisor para distraerse un poco y olvidar que ahora el moreno estaba viendo trajes en su closet, con solo una toalla alrededor de su cadera. Empezó a hacer zapping en el televisor, hasta que terminó en una película, una comedia familiar y romanticista. Donde los protagonistas tenían problemas en la cama, ya que el chico no siempre le prestaba atención en los momentos claves a su novia.

—Se parece mucho a ti— murmuró más para asimismo con una sonrisa en el rostro, pero Yunho logró escucharlo

—¿Quién se parece mucho a mí? — preguntó mientras en la mano izquierda llevaba su traje de marca en un gancho y se acercaba al borde de la cama para dejarlo a los pies de Jaejoong y sentarse él en el borde de la cama, al lado de su adorado hermanito que en su mirada podía ver tristeza y odio y ese adorable e irresistible puchero en sus rosados labios —Ahora dime, ¿qué es lo que te pasa, Joongie?— con su mano izquierda le agarró la mano que sostenía el control remoto y con su mano derecha le acariciaba la mejilla de forma pausada y suave.

Jaejoong simplemente se le quedó viendo, intentado retener las lágrimas que deseaban salir en ese mismo instante, aquellos ojos que lo miraban con tanto cariño y preocupación. No quería molestar a su hermanastro… nunca quiso ser una molestia para los demás, ni mucho menos para alguien tan importante como lo era Yunho.

—No es nada— respondió con frialdad a la vez que ladeaba la cabeza a la derecha para evitar que el moreno lo siguiera viendo

—Está bien…— respondió resignado —si no me lo quieres decir, por mí está bien— se levantó de la cama para dirigirse al buró que se encontraba a unos metros del lado izquierdo de la cama y arreglarse un poco el cabello

Jaejoong simplemente dejó salir las lágrimas no pudiendo retenerlas más, sollozando en silencio, mientras veía a su hermanastro seguir arreglándose despreocupadamente la camisa que llevaba puesta. Lo vio sonreír a su propio reflejo y alejarse para caminar a la puerta de salida de la habitación, antes de que si quiera tocara la perilla de la puerta, el rubio ya estaba detrás de él, abrazándolo y llorando. Su sollozó era audible, no quería que lo dejara, no quería que se fuera para estar con otra persona si lo tenía a él para satisfacerlo en lo que quisiera, simplemente quería que estuviera siempre con él, que lo necesitara y que le diga cuanto lo ama; cada lágrima y cada sollozo era escuchado por un afligido moreno que se quedó parado frente a la puerta, siendo sostenido por su hermanastro. Con un poco de dificultad el moreno logró darse la vuelta en aquel apretado abrazo que Jaejoong había hecho, porque lo había sentido moverse, pensando que quería que se alejara de él para poder irse. Rodeó su esbelta cintura y se recargó en la puerta, con un rubio que no dejaba de llorar y mojar ahora, su camisa. Se deslizó en la puerta hasta estar sentado, terminando Jaejoong sentado en medio de las piernas de Yunho.

—Ahora me dirás ¿qué pasa, Joongie? — le volvió a preguntar mientras con su mano izquierda lo rodeaba por la espalada y los brazos, y con su mano derecha le levantaba el rostro para poder verlo. Aquellos ojos que lo miraban, pidiéndole por algo de protección y de su amor en ese instante. Se inclinó hacia delante hasta alcanzar la frente ajena y depositar un pequeño beso que fue seguido de otro en la sien (muy cerca del ojo), donde había una lágrima, borrando su recorrido, otro pequeño beso en el pómulo, uno en la mejilla, en la comisura de sus labios y al final un pequeñísimo beso de mariposa en los labios de ese rubio que gimoteaba con hipo frente a él.

—Te irás igual— murmuró en  un hilillo de voz, pero lo suficientemente audible para el moreno

—Si no me lo dices no podré entenderte, Boo— otro beso en ambos ojos que se cerraron al ver que aquellos labios se acercaban

—Yunnie…— salió de su boca en un ronroneo. Acercó su frente a ese cómodo espacio que sabía de memoria y se recostó aspirando el aroma de esa colonia masculina que llevaba su hermanastro alrededor del cuello —Hueles rico— acató con una pequeña sonrisa

Todo era tan armonioso y pacífico, un momento perfecto, como tantos desean tener con el ser amado…

El sonido de un móvil se empezó a escuchar en esa pacífica y enternecedora escena. Jaejoong al oír que el sonido provenía del celular del moreno intentó alejarse y huir de su hermano. No quería volver a escucharlo hablar con Miranda… pero el moreno no lo dejó y lo vio un poco confundido por sus actos.

—No contestaré el teléfono, si así te quedas quieto— dijo con voz firme y serena, viendo como el rubio al fin dejaba de moverse y agachaba la cabeza por vergüenza… lo habrían descubierto

—No… no es necesario— bajó la cabeza resignado, si Yunho quería irse… bien, que se vaya… a fin de cuentas, ellos dos solo son hermanastros…

—Claro que es necesario, Joongie— lo volvió a tomar del mentón para alzar su rostro y besarlo

Jaejoong abrió sus ojos a más no poder, pero después de ser consiente que pasaba los cerró… sintiendo aquella cálida, húmeda y experta lengua entrar en su boca para juntarse con la propia y enredarse… combinando sus salivas y sus alientos. El tiempo se detuvo alrededor de ellos, ya nada importaba, ni siquiera el sonido incesante de ese celular que seguía timbrando.

Terminaron separándose, respirando un poco agitados y alterados por el beso. Mantuvieron sus miradas juntas, viendo en las pupilas del otro lo que buscaban para decirlo…

… Te Amo…

Un susurró de ambos chicos, se miraron asombrados y confusos y luego se sonrieron para volver a acercarse y unir sus labios en otro beso… Un beso más especial… un beso con un amor asegurado y correspondido…

Esa noche durmieron en brazos del otro, olvidando cualquier plan que tenían. Lo que importaba era saberse querido y amado

FIN