¿De qué lado estás?

¿De qué lado estás?

-Yunho~~~- oigo esa voz susurrando mi nombre –¿realmente te excita ver eso?- su sonrisa maliciosa no pasaba desapercibida cerca de mi oído

-Suéltame- le dije amenazante

-¿Por qué debería hacer eso?- su voz pícara me tiene harto, no soporto el estado en el que me encuentro –Te ves tan bien ahora~~- me susurró mientras sus manos se siguen paseando por todo mi torso y mis brazos

No puedo moverme, quiero largarme de este lugar y nunca haberlo conocido.

Estoy desnudo, atado de pies y manos a una silla en un cuarto de hotel. Aún no recuerdo cómo es que él me trajo hasta aquí, lo único que me llega a la mente es el flash de las luces del antro en el que estaba con mi supuesta conquista.

-Está duro- muerde la parte superior de mi oreja

Admito que no soy un jodido insensible, a fin de cuentas, soy un hombre, y para mí: “La carne es débil”. Por eso, el tener una película porno de mi actriz favorita, Pamela Anderson, me es difícil no excitarme. Cumpliría muchas fantasías si la llegara a conocer.

-Veamos de qué lado estarás después de hoy- sonrió coqueto en frente mío y se acercó peligrosamente, tapando la vista del televisor de 42” pantalla plasma, en donde se reproducía uno de los múltiples clímax de la película.

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-¡Yunho!- escucho la puerta de mi habitación abrirse estruendosamente, haciéndome saltar de la silla en donde estaba viendo mi laptop

-¡Por el amor de Dios, Jaejoong! ¡Casi me da un paro!- le grito asustado llevando una mano al centro de mi pecho, ahí donde se sitúa mi agitado corazón

-Sí, se nota que casi te da un paro, pero no por mí, maldito cochino ermitaño- me acusó sentándose en mi cama y cruzándose de brazos

-Como sea- le respondo indiferente, mientras me dirijo a la puerta para cerrarla y poder volver a lo que estaba haciendo

-Y ¿qué haces? Además de mirar tu colección de películas porno- SIEMPRE me pregunta lo mismo y SIEMPRE me recriminaba que sea un adolescente normal

-Jaejoong, no empieces- le digo cansado de la misma escena

-Está bien, te dejaré ver a tu rubiecita operada- vi de cierta forma adorable su puchero

-Te recuerdo que tú también eres rubio, y no es natural- giro mi silla en su dirección para sonreír victorioso

-¡Esa también no es rubia natural!- gritó alzando los brazos como loco. Admito que me reí un poco ante su actitud tan de él –Además, yo solo me hice ¡UNA! cirugía. Ella debe tener una cirugía por cada hombre con quien se acostó- volteó el rostro a mirar a otro lado

Sonreí. Así era mi compañero de cuarto, Kim Jaejoong. De 16 años, está en la universidad porque es de esos niños que los padres ponen a muy temprano edad al colegio, por eso a veces me siento estúpido o muy viejo junto a Jaejoong… el peso de 2 años me seguirá por todo el tiempo que ande con él. Él es extrovertido, extravagante, alocado, desenfrenado, caprichoso, elocuente, etc.

Es una lista muy~~ larga para describirlo. Lo conocí hace 2 meses; él llegó de intercambio desde una universidad de provincia.

-Yunho…-

-¿Hmmm?- le respondí inmerso en los diferentes blogs para adultos en el que estaba

-¿Irás al viaje a Jeju?-

-Supongo que sí, sino pasaré la semana en casa con mis padres- sentí un escalofrío e hice una mueca de disgusto

-Hahahaha- escuché su risa y lo vi tumbado en mi cama, tapándose la boca, como cada vez que se ríe -¡Eres un pervertido! ¡y de los peores!- me lanzó una almohada y siguió riéndose a fondo

Al final terminé contagiado por su singular risa.

Pasamos la tarde haciéndonos bromas, bueno, más bien Jaejoong a mí, lo único en lo que podía molestarlo era en que se parece a una chica y si en verdad lo fuera, saldría con él.

-Pero Yunnie- ahí va su intento de voz femenina con su actitud moe. Lamento haberle dicho mi tipo ideal de chica, ¡pero él se aprovechó del momento! estaba borracho, incluso recuerdo que casi lo beso porque me pareció una versión asiática de Pamela Anderson –yo soy más bonita que cualquier actriz porno- pucheros –Deberías salir conmigo- mirada del gato con botas –o más bien, ya deberías tenerme en cuatro en tu cama- ok… eso sí me sorprendió. Yo ya sabía que Jae es gay, me lo reveló esa vez que también se me declaró. Lo tuve que rechazar, soy normal. Me gustan las tetas y mi familia quiere que tenga hijos

-Joongie- a consolarlo para que luego no llore –ya hablamos sobre nosotros, simplemente es imposible- le dije sereno

-¡Puedo ser buena esposa!- anunció levantando el brazo derecho mientras que con el izquierdo se señalaba el pecho –Tu amas mi comida, ¡no lo niegues, Jung Yunho!-

-Amo tu comida, no lo niego- le dije mirándolo a los ojos, y al instante se sonrojó

Es bien sabida la apariencia delicada y femenina de Jaejoong. Todo el equipo de fútbol, básquet y aikido me preguntan por qué no me tiro a Jae, pero simplemente no entienden que soy hetero, eso les digo, pero ellos me responden: “Cuando lo estés haciendo, sentirás que es una mujer” “Solo cierra los ojos y verás cómo lo disfrutarás” “¡¿Acaso no lo has visto?!” “Es hasta más lindo que algunas chicas” “Si lo piensas bien… ¡Es como una Pamela Anderson asiática!” “¡Olvídate de ser hetero! En estos casos, hay que adecuarnos a las necesidades” y entre otras cosas más que me dan flojera recordar. Obviamente no le tengo ganas a Jaejoong…

-¿Ya arreglaste tus maletas?- le pregunté para no aburrirlo

-¡Sí! Empaque toda mi ropa de verano y unos cuantos conjuntos de noche-

-Jaejoong, iremos por una semana a Jeju, no iremos toda una temporada- le dije juguetón –además, no puedes llevar muchas maletas-

-No llevo tanto, solo… unas cuatro maletas-

-¿Y tu bolso de mano? O mejor dicho, tu “maleta de mano”- sonreí

-¡Yah!- gritó escondiéndose bajo las mantas

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-Yunho, ¿compartimos cuarto?-

-¿Para qué? Tenía la esperanza de poder compartir cuarto con Nana- recibí un golpe en el antebrazo

-Tonto, sabes que nunca nos podrían en habitaciones mixtas-

-Hahaha… jugaba Joongie, vamos- entramos al lobby y le informamos al profesor encargado de que compartiríamos cuarto

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-¡Apresúrate!-

-¡Ya salgo!- abrió la puerta -¿Qué tal me veo Yunnie?-

-Te ves bien, conquistarás al barman- rompí en risas viendo a Jae hacer un mohín

-Eres un estúpido- espetó –admítelo, tú me tienes ganas- dijo cansino

-¿Yo? Por favor, ya te dije que prefiero las tetas-

-¿Así? Si fuera así no me molestarías tanto-

-Deja de imaginarte cosas, Jaejoong. No es mi culpa que estés frustrado sexualmente, solo porque no quiero hacerlo contigo-

-¡Eres un idiota!- me gritó rojo de la ira y con los ojos húmedos –Además, si lo hicieras conmigo, verías que el sexo entre hombres es más placentero que tú con una mujer cualquiera-

-Y volvemos con tu comparación- espeté ya cansado de lo mismo –Sabes, hay otra razón por la que ni siquiera quiero intentarlo contigo-

-¿Qué cosa?-

-Nunca te he visto que le hayas insinuado algo a alguien. Solo he escuchado lo femenino que eres, de ahí… ¿Qué pasó con tus conquistas? ¿No las satisfaces?- le digo con aires de superioridad

-Eres un bastardo- me dijo desviando su mirada, torciendo los labios en una mueca de disgusto

-Bueno, a diferencia de ti, yo iré a bailar y ver si encuentro a alguna chica linda para hacerlo-

Salí de nuestro cuarto de hotel y bajé al lobby para encontrarme con mis compañeros del grupo de fútbol.

-Vamos Yunho, busquemos a tu posible múltiple conquista- bromeó Jungmin y todos nos reímos, saliendo del hotel y caminar hasta la plaza, para luego ir a la zona nocturna. Donde se veían los bares, discos, prostíbulos, etc.

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Oigo la música retumbar por todo mi cuerpo.

-Vamos Yunho, un shot más- comenta alegre

Se llamaba… no recuerdo su nombre a decir verdad.

Termino de beber el vodka con ron que ella pidió para mí.

Veo como se acerca a mi rostro, instintivamente llevo mi mano a su estrecha cintura… esperando el comienzo de mi noche de placer.

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Mi cabeza me está matando.

Intento abrir los ojos, pero la luz tan fuerte frente a mí me desorienta un poco. Logro escuchar algo… debo tener una resaca horrible. Porque juraría que escucho gemidos.

Intento moverme, pero mis manos no se mueven de su sitio, ni mis piernas.

Comienzo a alarmarme, abro los ojos y veo que estoy en el cuarto de hotel que comparto con Jaejoong.

Busco la manera de soltarme.

-Ahh…- esos gemidos. Yo conozco a la perfección ese grito de placer. Tan aguda y exacta…

Me siento duro; bajo la mirada y veo que estoy completamente erecto. Aprecio mi pene que cada vez se levanta más y más por la emoción de escuchar los gemidos de mi actriz favorita.

Dirijo mi mirada hacia el frente… Ahh, conozco esa película… “Las fantasías de Carmen”. Amo esa película.

-Al fin despiertas- salgo de mi letargo e intento voltear lo más que puedo mi cabeza

-¿Jaejoong?- pregunto sorprendido

-Yunho~~~- oigo esa voz susurrando mi nombre –¿realmente te excita ver eso?- su sonrisa maliciosa no pasaba desapercibida cerca de mi oído

-Suéltame- le dije amenazante

-¿Por qué debería hacer eso?- su voz pícara me tiene harto, no soporto el estado en el que me encuentro –Te ves tan bien ahora~~- me susurró mientras sus manos se siguen paseando por todo mi torso y mis brazos

No puedo moverme, quiero largarme de este lugar y nunca haberlo conocido.

Estoy desnudo, atado de pies y manos a una silla en un cuarto de hotel. Aún no recuerdo cómo es que él me trajo hasta aquí, lo único que me llega a la mente es el flash de las luces del antro en el que estaba con mi supuesta conquista.

-Está duro- muerde la parte superior de mi oreja

Admito que no soy un jodido insensible, a fin de cuentas, soy un hombre, y para mí: “La carne es débil”. Por eso, el tener una película porno de mi actriz favorita, Pamela Anderson, me es difícil no excitarme. Cumpliría muchas fantasías si la llegara a conocer.

-Veamos de qué lado estarás después de hoy- sonrió coqueto en frente mío y se acercó peligrosamente, tapando la vista del televisor de 42” pantalla plasma, en donde se reproducía uno de los múltiples clímax de la película –Sé más educado- su sonrisa coqueta no pasa desapercibida

Se aleja de mí y va hacia el sofá largo que está al costado del televisor.

Mis ojos vuelven a la película y veo la parte en que la actriz se masturbará con diferentes objetos.

-Te encanta esa parte, ¿cierto?- me pregunta ya desnudo, sentado en el sofá, con las piernas abiertas. Una doblada y apoyada en el sofá, y la otra, estirada hacia el piso

No contesto, me pongo nervioso, pero en serio que es una de mis partes favoritas de esa película.

-Ya veremos con quién te excitas más- vuelvo mi mirada hacia él

Tiene un pepino en la mano, y si no me equivoco, lo que envuelve al pepino es un condón. También veo la botella de lubricante abierta y cómo esparce el lubricante a lo largo del vegetal.

Regreso mis ojos al televisor y la actriz también tiene un pepino envuelto en un condón…

No me digan que Jaejoong se masturbará al igual que Pamela Anderson.

Muy tarde… lo veo voltearse y elevar su trasero, mostrándome su ano. Tan pequeño… creo que a las justas entraría mi dedo meñique.

Jaejoong empieza a meterse el pepino con un poco de dificultad, busco su rostro y veo una mueca de dolor, incomodidad. Desvío mi mirada de él y observo que ocurre lo mismo en el televisor, obviando la mueca de dolor. Todo lo demás es idéntico.

Comienzan los gemidos casi agudos de Jaejoong, rápidamente mis ojos vuelven a él.

El pepino entra y sale de su trasero, gracias a su mano. Creo que se pudo mucho lubricante, porque tiene todo el trasero, los muslos y las manos con ese líquido viscoso.

Intento desviar la mirada, pero me es imposible. Verlo sudoroso y jadeante por estarse masturbando me pone más a tono. Siento mi pene empezar a gotear pre semen.

-¡Ngh!- lanzo un gruñido y él me ve. Deja de masturbarse y saca el pepino de su cavidad anal. Baja del sillón y se acerca de manera sensual hacia mí

-¿Quieres intentarlo, Yunnie?- me pregunta sonriendo

No puedo responder, tengo la garganta seca. Solo veo como posiciona sus piernas a los costados de mis muslos.

Sigue con esa sonrisa coqueta que me parece muy sexy en sus labios rosados, casi rojos… Deseables.

Siento como agarra la cabeza de mi pene.

-Ahh- un ronco gemido sale de mi boca. ¡Mierda! Su simple toque me dolió, pero también fue placentero

-Desde aquí verás quién lo hace mejor- su sonrisa victoriosa brillaba frente a mis lujuriosos ojos

Siento con la punta de mi pene, la entrada de su ano. Como lentamente sus paredes anales me rodean…

El pepino lo estiró lo suficiente, cabo a las justas en su trasero.

-Ahh…- gime bajito cuando ya me tiene completamente dentro de él. Se agarra a mis hombros, clavándome las uñas -El pepino se quedó… corto- lo oigo susurrar

Sonrío para mis adentros.

Comienza a subir y bajar sobre mi pene, mientras gime con la cabeza agachada.

Es un pervertido, está viendo cómo mi pene entra y sale de él.

-Agh…- se siente increíble su ano. Exquisito, majestuoso

-Ahh- sus agudos gemidos opacan completamente a los de la película porno…

-Desátame- le ordeno

Detiene su cabalgata y suelta los cintos de mis muñecas; se para y siento mi pene libre. Lo observo agacharse para desatar los cintos de mis tobillos. Reí un poco, porque él no perdía la vista de mi miembro.

Ni bien estuve libre de los cintos, me paré y lo agarré de los brazos, para levantarlo y aventarlo a mi cama.

Quedó boca abajo, con una pierna tocando el piso. Me acerqué y levanté esa pierna, apoyándola en mi brazo, la otra la dejé apoyada en la cama.

-¡Aahh!- lo penetré duro, sin esperar nada más –Ahh... Yunho… más rápido- bajé su pierna de mi brazo y también la apoyé en la cama para agarrarme de sus caderas y poder impulsarlo a él

-ngh- gruñí. Es fenomenal metérsela de manera salvaje. Que importa si Jaejoong no podrá caminar luego, él mismo se me entregó en bandeja de plata

Sigo con las duras embestidas, distingo entre sus gemidos, algunos gritos de lamento y dolor.

Él no sabe lo que desató, ahora cumpliré todas, absolutamente todas las fantasías guardadas que tenía.

Siento que estoy a punto de correrme, sigo dándole duro, hasta que expulso mi semen de su ano.

-¡Dios!- se apretó cuando me vine

-Aah… ahh…- respira cansado. Sonrío, esto no acaba aquí, no por esta noche

Lo vuelvo a cargar y lo apoyo en el ventanal para seguir con la siguiente ronda. Empiezo besándolo para volver a excitarnos.

Hago que se voltee, quedando de frente al ventanal y mostrándome su espalda.

Recorro toda la línea de su columna con mi dedo, hasta llegar a su ano. Hago círculos alrededor del anillo de músculos; empiezo a ver que sale lentamente sus fluidos. Excitante.

-Yun… Yunho- lo escucho susurrar

-¿Hmm?- le susurro en el oído

-Hay gente en las calles-

Y efectivamente, había los típicos transeúntes, pero al parecer, algunos se dieron cuenta de lo que realizamos nosotros y nos ven.

-¿Te preocupa?- muerdo su lóbulo

-… No…- murmuró

Sonreí para mis adentros y llevo mi mano derecha al frente, justo en su vientre casi bajo. Mi mano izquierda reposa en su cintura, mientras todo mi cuerpo lo mantiene junto al ventanal. Veo de reojo como su caliente aliento choca contra el vidrio, creando las capitas de vapor.

Paseo mi mano derecha en círculos por su vientre de manera lenta. Dirijo mi mano a su pequeño, ya que aún está en desarrollo, pene. Es chiquita, adorable a decir verdad. Inclusive erecto es más pequeño que mi palma. Comienzo a subir y bajar mi mano, se puede escuchar el sonido húmedo del pre semen.

Sin aguantar más, dirijo con un movimiento de caderas, mi pene a su ano y lentamente lo voy introduciendo.

-Ahh…- lo escucho gemir, está sonrojado y ya a nublado su lado de la ventana

Comienzo el vaivén, aumentando de a poco el ritmo, para que sea el mismo que mi mano.

-Ma… más… rápido… ¡Yunho!...-

Jaejoong apoya ambas manos en el ventanal y parte de su pecho, mostrándome su perfil con su sexy y candente expresión de placer.

En ningún momento de la noche dejé descansar a Jaejoong. Lo hicimos de tantas maneras… En cuatro en diferentes sitios: en la cama, el piso, la mesa, el sillón, en la bañera. Volvimos al ventanal como unas tres veces; y que decir de la cama… La desordenamos incontables veces.

Jaejoong se tomó la molestia de enseñarme varias posiciones: la del 69, en donde él giro sobre mí para poder chupar mi pene y yo el suyo; el 99, los dos parados y yo embistiéndolo por detrás; el 71, él se apoyó en el buró y se inclinó hasta que su pecho quedo totalmente recostado, mientras yo lo sostenía de las caderas y realizaba un vaivén rápido y fuerte; hay una que me dijo que se llama cuchara, los dos recostados de lado, yo detrás de él, por supuesto, mientras le levanto una pierna y lo penetro; pero el que más amé, fueron las veces en que Jae me la chupó.

¿Me habré vuelto ninfomano? Porque lo hicimos tantas veces que ya perdí la cuenta de cuantas veces me corrí dentro o fuera de Jaejoong.

Terminamos todo a las 8 o 7:30 de la mañana, ahora nos encontramos recostados sobre las sabanas que están sobre el suelo. ¿La razón? La cama está tan húmeda y llena de nuestro semen, que simplemente sería incómodo dormir allí.

Jae duerme tranquilo, yo admiro su rostro sereno. Está agotado, pero su rostro refleja felicidad.

No sé qué haremos o diremos para explicar el desastre de la habitación, pero ahora estoy demasiado cansado para pensar…

… Supongo que mis días con Jaejoong cambiarán un poco…

♂ Fin ♂