Dulces Recuerdos

Autora: JadeJung

Género: AU, Angst, Misterio, MPreg

Advertencias: Lemon, Lime

Resumen:

Mis mejores años de vida me los otorgaste tú…

Siento una revolución de sentimientos al recordar por todo lo que pasamos juntos…

≈≈ Hace 35 años ≈≈

—¡¡Por favor detente!!— gritaba desesperado mientras intentaba soltar el amarre en sus manos —¡¡¡Estás demente, Yunho!!!— gritó con el poco aliento que le quedaba

—Shh... Joongie, ya sabes que nadie te escuchará. ¿Estás olvidando que vivimos solos? La servidumbre se fue hace horas, grita todo lo que desees, nadie vendrá en tu auxilio— proclamó un moreno alto, de buen porte, vestía solo un pantalón de corte recto formal. —Aún no lo entiendes… eres mío, ya te lo dije varias veces, pero al parecer debo repetírtelo hasta que se te quede grabado en tu cuerpo—

Jaejoong se estremeció al oírlo, aunque no pudiera verlo, ya que se encontraba esposado al catre de la cama King del moreno, y en cuatro. No quería ni imaginar que le haría en esos momentos su hermanastro.

▬▬Flashback▬▬

Sí, eran hermanastros. Por obra y gracia del Señor, ellos son mellizos… Tal y como lo han leído. Jung Yunho y Kim Jaejoong son mellizos. Fue perturbador cuando su madre vio que eran totalmente diferentes, a pesar de ser mellizos, tenían tantas diferencias. Se les había practicado un examen de ADN, y esos exámenes arrojaron que provenían de distintos padres, pero de la misma madre…

Cuando se había difundido la noticia de que la esposa del difunto rey había tenido mellizos de diferentes padres, los cuchicheos y las críticas estuvieron por todo el reino… siguiendo hasta en la actualidad.

Al final, todos sabían que Yunho era el hijo legítimo del reino y que Jaejoong era el de un romance que la reina tuvo mientras perdía a su esposo.

▬▬Fin Flashback▬▬

De repente Jaejoong sintió algo rozar su ano. No era los dedos del moreno o su pene… Era frío y duro. Se alarmó y empezó a mover las caderas para evitar que esa cosa entrara en él.

—¡¡Suéltame!!— demandó el rubio —¡Eres un sínico! ¡Un psicópata!— no pudo evitar llorar por la impotencia. 

Siempre sucedía lo mismo. Ni bien estaban solos (que era casi siempre) Yunho abusaba de él, literalmente lo violaba.

▬▬Flashback▬▬

Estaban en el castillo de verano, al oeste del reino, frente al cristalino mar. Jaejoong siempre aprovechaba cuando pasaban en el castillo de verano para relajarse, ver el mar y respirar un aire más puro.

Se sentó en la parte seca, cerca a la orilla del mar. Aunque le encantaba el mar, no tenía ánimos de meterse al agua. Sintió que era observado y volteó a ver si había alguien cerca, se sorprendió al ver a su hermanastro caminando hacia él. Normalmente cuando era verano, Yunho renegaba, porque el calor era casi insoportable para él. Prefería los climas cálidos o fríos.

—Yunnie ¿qué haces aquí? Pensé que odiabas salir cada vez que veníamos— le comentó Jaejoong un poco divertido a su hermano mayor (por 5 minutos) de 19 años.

—Solo quería salir por esta vez y ver que había por hacer, además de que nunca hay nadie en el castillo y ya me cansé de estar solo— se quejó tirándose a un lado del rubio. Se echó en la arena, usando sus brazos como almohadas y cerrando los ojos. Soportando los rayos del sol que caían directamente en su cara y por ende en sus párpados cerrados.

No entendía cómo es que su hermanastro era lo contrario a él. Siempre amó todo lo que tenga que ver con el verano y el calor; y aun así era tan pálido como un copo de nieve.

—Deberías sonreír un poco, Yunnie— le dijo risueño —puedes surfear aquí. Traje las tablas, o puedes bucear. La otra vez vi unos peces bellísimos en el arrecife, si quieres, podemos ir los dos— le ofreció con una sonrisa, Jaejoong.

—No gracias, prefiero estar seco por lo que resta del viaje. Pero me gusta la idea de hacer algo juntos— dijo con un tono por demás pícaro en la última oración. Jaejoong siempre le pareció normal esa forma de hablar de su hermano. Por eso mismo todos decían que eran opuestos, hasta su propia madre siempre lo decía.

—Y ¿qué quieres hacer? Hace tiempo que no pasamos juntos— mostró su cálida sonrisa. Siempre Yunho salía en las noches y no lo veía regresar. Cuando despertaba, siempre veía a su hermano durmiendo como 

roca en su cuarto.

—Tengo algo en mente, pero tienes que cerrar los ojos— sonrió maliciosamente viendo como su hermano lo miraba confundido para luego sonreír y cerrar sus hermosos ojos.

Estaba expectante, esperando algo para poder divertirse con su hermano. No se esperó ser estampado contra la arena y sentir el cuerpo del moreno encima, pero lo que más lo descolocó fue sentir que el otro lo besaba de manera salvaje.

Intentó alejarlo, quitárselo de encima, pero mientras más forcejeaba, Yunho más presionaba contra él. Se alarmó más al sentir al otro empezar a bajar su short. Logró aturdirlo al morderle la lengua y luego golpearlo con su codo en la cara, como pudo se puso de pie y a toda velocidad fue corriendo hacia el castillo. Lo primero que vio fue el pórtico cerca del castillo, entró y se escondió ahí, esperando a que Yunho no lo encontrara. Se encogió en la esquina, escondiéndose en la oscuridad, intentando regular su respiración alterada. Debía tranquilizar a su agitado corazón y esperar a que todo a su alrededor se calme, estaba pensando en lo que había pasado y desde cuándo es que su hermanito lo veía con otros ojos. Solo recordaba que el comportamiento de Yunho era serio, nunca nada fuera de lo normal… hasta ese momento. 

Unos pasos lo sacaron de su trance y se tensó. Vio que la puerta era abierta lentamente, demasiado para su propio raciocinio. La puerta se abrió y vislumbró el cuerpo de su hermano. Intentó esconderse más en su sitio y cerró los ojos porque Yunho no lo viera en la oscuridad y se fuera rápido.

Se alarmó bastante cuando sintió un par de manos en sus brazos agarrándolo con fuerza para levantarlo, sintió el ya bien conocido ejercitado pecho del moreno y la respiración alterada sobre su cabeza. Tenía miedo… demasiado. Su cabeza pensaba a mil por horas, ya nada importaba, estaba atrapado.

—No importa dónde te escondas, ten por seguro que yo te encontraré— siseó molesto

Lo siguiente fue rápido para Yunho, con unas sogas amarró las muñecas dele rubio y las colgó en un clavo antiguo en la pared. Jaejoong reaccionó y comenzó a gritar y a patear a su hermano. El moreno le agarró de las piernas y las acomodó a los lados de su cadera.

—Hagámoslo de la manera fácil ¿quieres? Será mejor para ti. Pero si tanto deseas que sea de la manera difícil, literalmente encantado estaré— habló bajo, cerca del oído del otro

—Yun… Yunho, déjame ir. Esto… esto no es divertido— hipó a causa del llanto. Sentía temor, en esos instantes desconocía a la persona junto a él

—He aguantado por mucho tiempo… más de mi límite— exhaló en su oído para mordérselo

—¡Estás loco! ¡Somos hermanos!— agitó su cuerpo para alejar al otro. Logrando patearlo, haciendo que retrocediera.

—Creo que está decidido. Será de la manera difícil— siseó iracundo y le jaló con fuerza los shorts que traía el rubio

—¡Ah!— la fricción le había incomodado, causando que lance un gemido de dolor. Al menos eran shorts de verano, porque si hubieran sido sus habituales pantalones, le hubiera dolido el doble o el moreno los hubiera destrozado, cosa que no quería que pasara.

Yunho levantó los costados de la camiseta que traía Jae y la levantó, pasándola hasta que colgara junto con la soga que sostenía sus muñecas.

Empezó chupando las tetillas rosadas que se erguían con su cercanía, bajó su mano hasta posarla encima del bóxer, justo donde se encontraba el miembro del más bajo.

—Ah…— soltó un jadeo el rubio, no quería admitir que le gustaba. Quería dejar de sentir a su hermano encima, no quería ver su cabeza hundiéndose en su pecho. Mandándole escalofríos.

El moreno se bajó el zíper de su pantalón, mostrando su grande y duro miembro. Jaejoong se asustó al intuir lo que ocurriría. Se zarandeó para evitar que el moreno prosiguiera.

—No me obligues a atarte las piernas también, Joongie— dijo juguetón y malicioso el moreno.

El rubio se quedó estático ante la idea, tanto así que ni se inmutó cuando su hermanastro le agarró por debajo de los muslos y los elevó para separarlos y posicionarse en medio de ellos. Yunho agarró otro par de cuerdas y las amarró en los muslos para colgar la cuerda en el clavo que también sostenía sus muñecas, quedando así, colgando como muñeco de trapo a total merced de su hermano.

El alto observó la imagen de un desprotegido rubio que temblaba de temor y de vergüenza. Sonrió de lado con superioridad al imaginar cuanto había deseado, cuanto había esperado para ese momento. 

Definitivamente lo disfrutaría al máximo, sus días desde ahora no serían los mismos. Cumpliría con cada fantasía que tenía reprimida, cada noche gastada en masturbarse en el baño, compartir la cama con mujeres desconocidas, tantas noches pasando en vela en un bar, y solo porque había deseado tanto a su hermano.

Agarró su miembro que hasta ese momento en que lo cogió con mano, sintió un leve dolor. Su miembro palpitaba de dolor por descargarse rápido, y ya sabía en dónde quería descargarse. Dirigió su miembro a la entrada que se fruncía más y más, hizo contacto con la suave piel. Se estaba desesperando, una última mirada al rostro del más bajo y vio que también miraba como su miembro iba a entrar al fin, iba a quitarle su virginidad.

Sin más empujó sus caderas en un golpe certero y rudo, abriéndose paso en el ano del rubio.

—¡¡¡Ahh!!!— gritó con horror. Haber visto el tremendo falo del moreno entrar en su ano fue demasiado, sabía de antemano que no iba a caber dentro suyo. Pero le dolía horrores esa intromisión, las lágrimas ya habían empezado a bajar por sus mejillas. Quería correr, escapar y dejar de sentir dolor.

Su dolor aumentó cuando Yunho empezó con un salvaje vaivén, solo lo había dejado adaptarse a tremendo tamaño por unos pocos segundos.

—Ah… ya… ya basta… para… ahh… Yun… Yunho… por favor… deten… detente— jadeaba y gemía, a las justas podían salir palabras de su boca. Su espalda golpeaba con rudeza la pared de madera del pórtico.

—Tan rico… tan estrecho… ugh… así te imaginé… Joongie…— susurró con voz grave en el oído del otro- ¿quieres más rápido? A mí me encantaría ir más rápido –sonrió con maldad y lo agarró de las caderas para crear su propio vaivén y que su ano se encontrara con su pene y las embestidas.

—¡Basta!... ahh… para… ¡¡ahh!!— se había corrido y ni siquiera lo habían tocado. Su cuerpo se sintió pesado y simplemente se quedó lánguido, recibiendo todo lo que su hermano aún tenía por darle.

Yunho seguía arremetiendo, disfrutando y deleitándose con las  diferentes sensaciones que su hermano le causaba.

Estuvo por una media hora embistiendo en diferentes intensidades hasta que se corrió dentro del otro. Sacó su pene sin cohibiciones y observó como el ano se abría y contraía con cada respiración del rubio, luego de unos momentos salió su esperma, acompañada de un poco de sangre, que terminó chorreándose hasta caer al piso del pórtico.

Se subió sus bóxers y su zíper del pantalón, se acercó al clavo encima de Jae, desatando primero las sogas que sostenían sus muslos. Sus piernas cayeron con pesadez, terminando pegadas a la pared. Luego soltó sus muñecas y todo el cuerpo del rubio cayó encima de Yunho. El moreno lo levantó y lo cargó al estilo princesa, salió del pórtico y se dirigió a la entrada trasera de la mansión. Ingresó y fue escaleras arriba, entrando en la habitación del menor, dejando el cuerpo inerte sobre la mullida cama. Lo arropó y se quedó observando unos minutos para luego salir de la recamara.

▬▬Fin Flashback▬▬

—¡¡¡Ahhh!!!...— gemía sin pudor, con las lágrimas de impotencia en sus mejillas. Su cuerpo vibraba por el otro cuerpo a sus espaldas que chocaba sin contemplaciones contra su trasero. Quería que acabara de una vez, que se terminara y lo dejara solo.

—¡Dios! Sigues igual de estrecho que la primera vez, Joongie— susurró en su oído mientras agarraba sus nalgas y las separaba para poder entrar más profundo en su ano. Escuchaba al más bajo gemir, tanto de dolor como de placer. Sí, también gemía de placer, porque sabía que su hermano estaba sensible.

En esos días su hermano se había puesto más receptivo a todo a su alrededor, porque estaba embarazado.

Después de un año y medio de mantener relaciones coitales con el otro, surgió de un día para otro. Sus padres se habían enterado, pero como él era el heredero al trono, no le hicieron nada y asignaron a Jaejoong, como su prometido. Se casarían cuando Yunho sea coronado como rey.

Con un último gruñido terminó de correrse dentro del otro.

Como ya era costumbre, Yunho soltó las cuerdas que mantenían atado a Jaejoong a los barrotes de la cama, salió sin más de su interior, se bajó de la cama y se dirigió al baño. Debía arreglarse, ya que en unos momentos, sus lacayos vendrían por él a llevárselo para una reunión que se hizo con los sabios del reino, sobre la decisión y fecha de su coronación, y también claro, sobre Jaejoong.

Jaejoong después de escuchar que Yunho se había ido, se encogió en la cama matrimonial que compartía con el moreno. Desde que sus progenitores supieron de lo que tenía y de todo lo que le había causado su hermano, no habían hecho nada a su favor. Lo estaban condenando de estar al lado del alto. Para toda su vida.

Como ya era costumbre, se puso a llorar por largo rato hasta caer dormido por el cansancio.

Sí… ahora su vida era así y no podía hacer nada por cambiarla.

 ≈≈ Actualidad ≈≈

Si tan solo siguieras vivo… mi querido Joongie.

Fin