Capítulo I - PeD

Jaejoong gritó cuando él sintió cómo sus pies se movían debajo de él, golpeando el suelo con un ruido sordo. Levantó la mano para quitarse los pelos de la cara, solo para darse cuenta de que aún tenía una lata de refresco en ella. No podía contener la risa.

La parte trasera de sus pantalones cortos se sentía mojada, diciéndose a sí mismo que probablemente él tenía manchas de hierba en ellos. Incluso podía sentir una pequeña rasgadura en la orilla. Sin embargo, no había derramado una gota de su refrescó. Mientras más pensaba en ello, su risa se hizo más histérica.

—Hey, ¿estás bien?

Jaejoong volvió la cabeza para ver a un alto, bronceado y musculosa montaña de hombre, de pie junto a él. Su interés se asomó de inmediato. Él era magnifico desde su cabeza color marrón oscuro hasta el final de sus largas… largas piernas.

—Sí, estoy bien, pero gracias por preguntar.

El hombre se agachó junto a Jaejoong, su mirada viajó por su pequeño cuerpo. —¿Puedo echarte un vistazo? Soy doctor.— Eso significa ¿Qué pondrás tus manos fuertes y poderosas sobre mi cuerpo?

—Está bien.— Jaejoong respondió con una sonrisa en los labios cuando el hombre empezó a revisar sus piernas, y luego más arriba en su cuerpo. Jaejoong supo que no podría ocultar la tienda cada vez más grande en sus pantalones.

Su mirada recorrió al sexy hombre, no le faltaba nada. Él tenía el pelo corto de color marrón oscuro, hermosos ojos color marrón miel, una fuerte mandíbula afilada. Sus hombros parecían tan anchos como un granero. Y el fino algodón blanco que cubría la parte superior de su pecho parecía que apenas contenía sus gruesos músculos.

Incluso sus piernas eran calientes. Largas y ligeramente velludas y totalmente musculosas. Jaejoong amaba a un hombre que se mantenía en forma. Pero su culo, lo que Jaejoong podía ver desde su posición en la hierba, era verdaderamente glorioso… apretado, redondo y listo para ser tomado. ¡Yumi!

—Bueno— se rio el hombre y volvió a mirar a Jaejoong con brillantes ojos marrones, —Creo que vas a estar bien. Tal vez deberías reducir un poco el alcohol por el resto del día.

—Oh, yo no bebo, solo refresco o agua tomo yo. Yo solo me deslicé. Di unos pasos y ¡zas!— Jaejoong se rio, sintiéndose como un tonto. Desde luego, no le importaba encontrarse con este hombre magnifico, pero él hubiera preferido hacerlo desde una posición que no fuera sobre su culo.

—¿No bebes? Te importa si te pregunto, ¿por qué?

—Soy muy torpe. Si añadiera alcohol a eso, bueno, probablemente estaría arrastrándome por todas partes o quitándome toda la ropa y corriendo desnudo por la calle. ¿No estaría bien darle al Club de Jardinería un ataque al corazón?

—Oh, yo no sé nada de eso. Pero creo que no me importaría verte correr desnudo de todas formas.— Respondió el hombre con una sonrisa. Se puso de pie y buscó la mano de Jaejoong para jalarlo sobre sus pies.

Los ojos de Jaejoong fueron a los suyos. ¿Hablaba en serio? Oh demonios, sin duda esperaba que así fuera. Había estado solo durante casi dos años, desde que había echado a patadas a su último novio cuando sintió que perdía el tiempo con él. Sería bueno conocer a alguien nuevo.

Mientras Jaejoong se ponía en pie, sus cuerpos se quedaron pecho contra pecho. Él miró los ojos negros de Jaejoong, sus propios ojos se abrían y cerraban. —¿Qué cantidad de alcohol tienes que tomar para poder tenerte desnudo?

Los ojos de Jaejoong se abrieron ligeramente, por sus palabras. Entonces él comenzó a sonreír. —¿Cuánto tienes?

Él se echo a reír. —Con suerte, lo suficiente.

Jaejoong casi podía garantizarlo. Cuando estiró la cabeza hacia atrás para mirar hacia el hombre, se dio cuenta de cuán alto era el magnífico doctor. Unos centímetros más alto que Jaejoong, eso no le molestaba. A él le gustaban los hombres altos.

—Mi nombre es Yunho.

—Jaejoong, pero me puedes llamar como quieras— Incluso puedo darte algunas ideas.

Yunho se echó a reír. —Hola, Jaejoong.

¡Infierno caliente! Jaejoong podía sentir cada palabra como un estruendo en su pecho. Su voz era grave y áspera, como un buen whisky. Jaejoong podría escucharlo hablar durante horas.

—Hola.— Jaejoong susurró, de repente se sintió sin aliento.

Yunho miró la lata de refresco en la mano libre de Jaejoong, notando que parecía casi vacía. —¿Hay algo que pueda hacer?— preguntó, señalando hacia la medio vacía lata de refresco.

—Yo puedo pensar en varias cosas,— Jaejoong dijo en voz baja. Su mirada se precipitó hacia abajo de los ojos de Yunho, a sus gruesos labios antes de mirar de nuevo hacia arriba.

La mano libre de Yunho se acercó y acarició brevemente un lado de la cara de Jaejoong mientras lo miraba a los ojos. Duró solo unos segundos, pero le parecieron horas, ya que solo se miraban el uno al otro.

Cuando Yunho finalmente quitó la mano de la cara de Jaejoong, se rio ante el pequeño gemido de protesta que dejó escapar. —¿Qué acerca de los refrescos?

Le llevó a Jaejoong un momento para aclarar su cabeza y procesar lo que Yunho le estaba diciendo. Refresco… bien… necesitaba un nuevo refresco. ¿Diablos le estaba tomando del pelo? Él necesitaba una superficie plana.

—Sí, un nuevo refresco seria genial. Gracias.

Cuando Jaejoong comenzó a seguir a Yunho hacia los puestos de comida, se dio cuenta de que nunca le había soltado la mano. Solo jalaba un poco a Jaejoong detrás de él.

—¿Uh… Yunho? ¿Puedes regresarme mi mano?— le preguntó mientras trataba de jalar su mano del agarre de Yunho.

—Nop— dijo Yunho sin siquiera volver la cabeza para mirar a Jaejoong, apretando su agarre.

—Oh… está bien.

Les tomó unos diez minutos atravesar la gran multitud en el festival internacional de jazz de Jaraseom. El lugar estaba bastante lleno, pero era habitual en el festival anual.

Cuando finalmente llegaron a los puestos de comida y al frente de la línea, Yunho pidió dos refrescos fríos, entregándole uno a Jaejoong. Jaejoong rápidamente metió la mano en su bolsillo para sacar un poco de dinero y entregárselo a Yunho, solo que se lo metió de nuevo en el bolsillo a causa de la feroz mirada de este. Bueno…

Jaejoong se encogió de hombros, con una pequeña sonrisa en los labios. Tan pronto como Yunho pagó por sus bebidas, lo jaló detrás de él hacía la ruta marítima donde varias personas estaban sentadas escuchando la música de jazz que fluía a través del aire.

Yunho se dirigió a una pequeña manta roja y se sentó, tirando de Jaejoong para que se sentara entre sus piernas, con la espalda de este contra su estómago. Antes de que Jaejoong pudiera deslizarse hacia adelante, Yunho tenía sus brazos envueltos alrededor, tirando de él y apretándolo contra su cuerpo.

—¿Uh… Yunho?

—¿Si, Jaejoong?— Yunho dijo, con su boca en el oído de Jaejoong.

—¿Crees que podrías dejar que me levante?

—¿De verdad quieres levantarte?— Yunho preguntó mientras su lengua recorría su oreja. Jaejoong se estremeció.

—Supongo que no— gimió Jaejoong. Sus ojos se cerraron, cuando la lengua de Yunho continúo hasta la suave curva de su cuello, donde se unía a su hombro. Oh, hombre… Su cuello era un lugar sensible para él, y Yunho lo había encontrado a los pocos minutos de conocerse.

Cuando Jaejoong arqueó el cuello hacia un lado, se preguntó qué otros trucos tendría Yunho bajo la manga, porque… ¡maldita sea! Todo lo que Jaejoong podía hacer era sentarse tranquilamente y escuchar la música mientras las manos de Yunho empiezan a vagar por encima de su estómago.

—¿Está bien?— susurró Yunho en su oído mientras metía sus manos por debajo de la camisa de Jaejoong.

—Sí— murmuró Jaejoong.

—¿Tú me dirás si estoy haciendo algo que no quieras?

Jaejoong asintió con la cabeza, respirando con rapidez cuando los dedos de Yunho acariciaban su estómago. Él puso sus manos sobre las piernas de él y comenzó a frotarlas mientras trataba de regular su agitada respiración. No serviría de nada entusiasmarse demasiado por aquí ante la vista de todos.

—Probablemente debí haberte preguntado esto antes, pero ¿estás con alguien?

Jaejoong abrió los ojos para mirar a Yunho, sonriendo ante la mirada preocupada en su rostro. — Nop. No he estado con nadie en casi dos años. ¿Y tú?

Yunho negó con la cabeza. —No, no muchas personas pueden soportar mi loco horario de trabajo. Largas horas y un montón de citas interrumpidas.

—Hora tras hora, muy temprano en la mañana y muy tarde en la noche. Creo que te comprendo, yo estoy igual.— Contestó Jaejoong mientras se movía. —Mi ex novio pensaba que era un boleto gratis para dormir en mi casa.

—¡Ouch!

—Eso explica por qué ahora es mi ex novio.

Yunho se echó a reír mientras ponía a Jaejoong contra su pecho. —Su perdida, es mi ganancia.