Capítulo 8 - SMB

—¿Estás seguro que estás bien?

Jaejoong giró los ojos. —Sí, Yunho, estoy bien.— Si Yunho preguntaba eso una vez más, gritaría. Después de cuatro días en el hospital, había regresado a casa con el pómulo fracturado y numerosos hematomas. Pero eso había sido hace más de un mes.

—Jaejoong…

—Yunho, estoy bien, lo juro.— Jaejoong se giró y levantó la cara para que Yunho lo viera —.Ves, no está hinchado ni nada, ni siquiera he necesitado tomar pastillas para el dolor en una semana.

Yunho frotó con su mano la mejilla opuesta a la lesión de Jaejoong. —Lo siento, bebé, solo me preocupas.

—Lo sé, y aprecio eso, lo hago. Pero si me preguntas una vez más si estoy bien, yo voy a tomar la paleta y usarla en ti.

—Bien, bien.— Yunho se rió —.No te preguntaré más si estás bien.

—Lo prometo, si siento el más ligero hormigueo de dolor, serás el primero en saberlo.— Jaejoong se acurrucó con Yunho —.Ahora, ¿no deberíamos estar preparándonos para ir al club de Siwon? Es mi primera noche de salir fuera desde que llegué a casa y quiero algo de diversión.

—Bien, bebé, tienes que cambiarte de ropa, te dejé la ropa en la cama,—  Yunho dijo mientras retiraba el cabello de la cara de Jaejoong —.Tengo algunas cosas que preparar.

—¿En serio? — Jaejoong sonrió —.¿Cómo qué?

—Si te digo qué, no sería una sorpresa.— Yunho se rió. Giró a Jaejoong en sus brazos y lo empujó hacia la habitación, palmeando su trasero mientras se alejaba —.Ahora ve, antes de que yo use la paleta contigo por desobediente.

—Promesas, promesas.— Jaejoong se rió evadiéndose juguetonamente de Yunho, se apresuró a llegar a la habitación.

Justo como había dicho Yunho, su ropa estaba esperándolo en la cama. Levantó los pantalones y acarició con sus dedos la suave piel negra. «Muy lindo».

Bajo los pantalones, estaba la camisa doblada. Jaejoong dejó los pantalones a un lado y levantó la camisa. —Wow,— dijo viendo la brillante tela negra. Podía ver a través de ella.

Jaejoong se rió. La ropa era básicamente perfecta. Dejó la camisa en la cama y se quitó la bata de baño dejándola caer al suelo. Le tomó solo un momento vestirse a pesar de que el ajustado pantalón de piel fue un poco difícil de subir.

Parado frente al espejo de cuerpo completo, Jaejoong se revisó. No se veía nada mal, se dijo a sí mismo. El pantalón de piel negra se aferraba a su trasero como una segunda piel. Asombrosamente, también hacían que sus piernas se vieran más largas.

La brillante camisa negra era lo suficientemente oscura para que el espectador imaginara lo que estaba abajo al mismo tiempo que le daba una sugerente muestra del cuerpo que escondía. Jaejoong apenas y podía dejar de ver los anillos de sus pezones a través de la tela.

—Hey, Yunho,— dijo Jaejoong caminando hacia la sala —,qué zapatos debería de usar con es...— Jaejoong se detuvo en seco. Yunho estaba de pie en la entrada del apartamento, hablando con el policía a cargo del caso contra Hanjun.

—El detective Oh quiere tener unas palabras con nosotros, Jaejoong,— dijo Yunho.

Jaejoong sintió un frío estremecimiento recorrer su espalda. Excepto cuando la policía lo había interrogado en el hospital y cuando él había ido a la estación de policía a firmar la declaración contra su padre, no había sabido nada más de ellos.

Había empujado todo eso al fondo de su mente, prefería no pensar en eso. Solo quería que todo terminara y no tener que tratar con nada de eso.

Clásica evitación, sí, pero a Jaejoong no le importaba. Hasta donde a él concernía, su padre era un monstruo y Jaejoong podría sentirse un hombre afortunado si nunca lo veía de nuevo. Extrañaba al resto de la familia, pero ellos no habían tratado de contactar con él desde que había dejado la casa. Imaginaba que ellos pensaban de la misma manera que su padre.

—¿En qué podemos ayudarle detective?— Jaejoong preguntó mientras se sentaba en el brazo del sofá. Vio a Yunho señalarle al detective que entrara, entonces cerró la puerta. Yunho inmediatamente se sentó en el sofá al lado de Jaejoong, envolviendo su brazo en su cintura.

—Quería darles una rápida información de cómo va la investigación y hacerles algunas preguntas.— El detective Oh dijo sentándose frente a ellos.

—Bien.

—Inicialmente cuando arrestamos a tu padre fue por asalto, como sabes. Sin embargo, una nueva evidencia salió a la luz.

—¿Una nueva evidencia?— preguntó Jaejoong, totalmente confundido —.¿Qué nueva evidencia?

—¿Has oído de un hombre llamado Yang Hyunsuk?

Jaejoong sacudió la cabeza. —No, nunca. ¿Es un contacto de negocios de mi padre?

—Sí, de cierta manera. Yang Hyunsuk es un muy bien conocido apostador. Tu padre le debe cerca de medio millón de dólares por deudas de juego,— el detective aseguró.

—¿Qué?— Jaejoong no sabía que su padre jugara. Ni siquiera jugaba al póker con sus amigos. Cuidaba mucho sus centavos para jugar con su dinero de esa manera.

—¿Qué tiene que ver eso con los cargos de Hanjun por el ataque a Jaejoong?— preguntó Yunho.

Jaejoong veía al detective intrigado, preguntándose lo mismo.

—El señor Kim ha estado desfalcando a la constructora Kim para pagar al señor Yang. Según lo que los investigadores pudieron recabar, la compañía está al punto de la quiebra por eso. No hay suficiente dinero para pagar a los trabajadores.

Jaejoong se quedó con la boca abierta en estado de shock. —¿Mi padre en la quiebra?

El detective asintió. —Creemos que el señor Kim vio tu matrimonio con la señorita Joo como su última oportunidad de recuperar las pérdidas y pagarle al señor Yang. Joo Sangjin le prometió varios contratos lucrativos si Jaejoong se casaba con su hija. Eso podría salvar a la compañía y recuperaría todo el dinero que había desfalcado.

—Mi Dios, realmente me quería vender,— Jaejoong murmuró a pesar de su shock. Yunho palmeó su muslo y Jaejoong tomó la mano de Yunho como si fuera su línea de vida. Él sabía que nunca le había agradado a su padre, pero realmente nunca pensó que su padre lo odiara.

—Nosotros tenemos varias líneas de investigación, pero por ahora tu padre enfrenta cargos por desfalco, asalto y apuestas ilegales. El fiscal del distrito va a ponerse en contacto contigo pronto para hablar sobre tu declaración.

—¿Podrá salir de la cárcel?

El detective sacudió la cabeza. —No durante un largo tiempo. El juez le negó la libertad bajo fianza. Estará tras las rejas hasta el juicio. Después de eso, se enfrentará al menos a quince años tras las rejas.

—¿Con todas esas cosas, por qué necesitan mi declaración?— preguntó Jaejoong.

—Señor Kim, su padre...

—Por favor, llámeme Jaejoong. Señor Kim es mi padre.

—Jaejoong,— el detective dijo sonriendo —.Tu padre te atacó. Por lo que yo entiendo, esa tampoco fue la primera vez. Él necesita que lo detengan antes de que dañe a alguien más. Necesitamos tu declaración para lograrlo.

—Entonces. ¿Qué sucederá ahora, detective?— Yunho preguntó.

—Terminaremos nuestra investigación y nos aseguraremos de que Kim Hanjun no vea la luz del día por tantos años como nos permita el jurado.

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—¿Aun quieres ir a La Jaula?— Yunho preguntó mientras cerraba la puerta detrás del detective.

Jaejoong tomó una profunda respiración y la dejó salir lentamente. Asintió. —Sí, aun quiero ir. No voy a dejar que Kim Hanjun controle mi vida más de lo que ya lo ha hecho.Yunho cruzó el cuarto y tomó a Jaejoong entre sus brazos. Lo abrazó fuerte contra su pecho y depositó un pequeño beso en la cima de su cabeza. —Vamos a pasar un rato realmente bueno, bebé.

Jaejoong sonrió contra la camisa de Yunho. —Sé que lo haremos, amo.— Jaejoong inclinó la cabeza y vio a los profundos ojos caramelos de Yunho —.Eres del tipo exhibicionista. Estás deseando mostrarme, ¿no es así?

Yunho sonrió. —Tengo algo que agregar a tu vestuario.

—¿Oh?— Jaejoong veía intrigado cómo Yunho iba al aparador y abría un cajón. Sacó una pequeña bolsa negra. Girándose de regreso con Jaejoong, Yunho abrió la bolsa negra y sacó una caja de joyería de la bolsa.

—Compré esto para ti una semana después de conocerte. He querido dártela cada segundo desde entonces. Solo que necesitaba esperar el momento correcto para dártelo,— dijo Yunho mientras llevaba la caja negra frente a Jaejoong.

Yunho la abrió sosteniéndola frente a él. El aliento de Jaejoong se quedó atrapado en su garganta. En el interior había un collar de oro. La cadena se veía tan delicada que Jaejoong temía romperla si la tocaba. Tenía dos pequeños corazones de oro entrelazados juntos en el centro de la cadena.

—Yunho,— Jaejoong murmuró asombrado. Nunca había visto nada tan hermoso.

—¿Quieres usar esto, bebé?— preguntó Yunho.

Ante el vacilante tono de la voz de Yunho, Jaejoong levantó la mirada, sorprendido de ver inseguridad en la expresión de Yunho. Parecía estar preocupado de que dijera no. Como si eso pudiera suceder.

Jaejoong sonrió. Se giró dando la espalda a Yunho. —¿Me la pones, por favor?

—Jaejoong, sabes lo que significa si te lo pongo, ¿verdad?

Jaejoong asintió. —Significa que te pertenezco. Que me amas tanto como yo te amo y que nunca me dejarás ir. Eso es lo que significa, Yunho.

Jaejoong se estremeció mientras Yunho colocaba el collar alrededor de su cuello. Sintió que Yunho depositaba un pequeño beso en su cuello. Entonces Yunho palmeó su trasero y Jaejoong dejó salir un grito.

—Sé mi bebé,— dijo Yunho.

Jaejoong estaba demasiado feliz de complacerlo.

FIN.