Capítulo 2

Jaejoong abrió los ojos y miró hacia el techo de baldosas blancas. Sabía que no estaba en su propia cama. Su habitación no tenía techo de tejas.

Y su cama no era tan cómoda como esta en la que estaba.

Eso lo llevó a la conclusión de que no tenía ni una prenda de ropa en su cuerpo, sólo una sábana. Podía sentir las suaves sábanas de algodón blanco rozando su cuerpo mientras se movía. Tenían que ser de muy buena calidad también porque se sentían muy bien en su piel.

Con el ceño arrugado en su cara, trataba de recordar dónde se hallaba.

La última cosa que realmente recordaba era estar sentado en un club con su amigo Leeteuk. Hablaron de la cita a ciegas que Jaejoong que había tenido al principio del día. Después de eso...

¿Había encontrado a alguien la noche anterior y se había ido a casa con él? Si es así, ¿en dónde demonios estaba? Los ojos de Jaejoong se abrieron de pronto cuando un pensamiento errante se filtró a través de su cabeza. ¿Si hubiera sido una ella? Oh diablos, esperaba que no. Eso podría crear todo tipo de problemas.

Mientras levantaba la mano para apartar los cabellos de sus ojos, notó un brillo de oro en su mano. Jaejoong estiró la mano hacia adelante, sosteniéndola por encima de su cara mientras miraba el intrincado anillo de oro y plata en su dedo.

Era un hermoso anillo. Una hebra de oro tejido con un hilo de plata, se entrelazan alrededor de su dedo. Jaejoong no estaba seguro de que jamás hubiera visto semejante anillo artístico, sin embargo, parecía muy simple.

—Después de todos los problemas que pasé para conseguir ese anillo para ti, Liebling, ciertamente espero que no estés pensando en quitártelo— dijo una voz profunda a un lado de Jaejoong.

Giró bruscamente la cabeza para ver a un hombre alto, de cabello de chocolate en la puerta del cuarto de baño, una toalla atada en sus caderas. Dado el aspecto de su pelo mojado, acababa de salir de la ducha.

Jaejoong estaba tan sorprendido por su presencia que sólo podía mirarlo. Bueno, si había escogido a alguien con quien ir a casa la última noche, al menos escogió a alguien hermoso. Y muchacho, él era magnífico.

El hombre era suficiente grande en altura y anchura para llenar la puerta.

Su largo cabello marrón le caía sobre las orejas y alrededor de la cara. Llegaba a mitad de camino hacia sus hombros.

Parecía bastante obvio que el hombre estaba en gran forma. Sus músculos cubrían casi todo su cuerpo. Jaejoong sólo podía imaginar lo que podría parecer en una simple camisa blanca y un par de jeans gastados. O mejor aún, completamente desnudo. «¡Yum!»

El hombre lucía gruesos brazos musculosos, amplios hombros poderosos, piernas largas y fuertes. Incluso el pecho era una obra de arte. De espesos músculos pectorales, castaño oscuro que se reducía y guiaba por la parte inferior de su abdomen plano, y luego hacia abajo para desaparecer por debajo del borde de la toalla blanca. Casi hizo que se le cayera la baba.

Pero eran sus ojos lo que desconcertaba más a Jaejoong. Ellos eran de un marrón avellana profundo, e hipnotizantes. Jaejoong podía mirar a esos ojos por años y nunca cansarse de mirar dentro de ellos.

A medida que el hombre comenzó a caminar hacia la cama, Jaejoong agarró el borde de la sábana y se la puso sobre su pecho cuando él se deslizó de nuevo a apoyarse en las almohadas. Sus cejas se alzaron con sorpresa cuando el hombre se arrodilló al lado de la cama y se inclinó para darle un beso.

Jaejoong había oído hablar de besos como este. Le sacudió hasta en los dedos del pie. Bueno, al menos lo suficientemente abajo para hacer una parada rápida en su pene, que comenzó a palpitar al momento en que la lengua del hombre lo rozó.

Jaejoong se quejó en voz baja mientras el hombre envolvió su mano alrededor de su cuello y tiró de él más cerca, sus labios más exigentes por una respuesta de él. Jaejoong abrió la boca con mucho gusto, dando al hombre la respuesta que quería.

Mientras empujaba la lengua a lo largo de los labios del hombre, podía sentir la otra mano del hombre subir a acariciar suavemente el lado de su pecho. Jaejoong no podía dejar de gemir cuando sus dedos se movieron sobre su pecho para pellizcar suavemente sus pezones.

—Maldita sea, Liebling, me encanta cómo respondes— le susurró el hombre mientras levantaba sus labios sonrientes a Jaejoong, sus ojos se movían con avidez sobre sus rasgos más suaves —.Hace que me ponga más duro que una roca.

Jaejoong sabía que decía la verdad absoluta. El muy impresionante pene del hombre presionaba contra la pierna de Jaejoong, lo que le hizo agua la boca. Apenas podía esperar para llegar abajo y agarrar al hombre.

Sin embargo, por mucho que lo quería ver de cerca y muy personalmente, lo que necesitaba saber era quién era el hombre y la forma en que terminaron en la cama juntos. ¿Y dónde se encontraba la cama de todos modos?

—Sé que esto es una especie de, eh, de mala educación preguntar en este punto— dijo Jaejoong cuando miró hacia el hombre —,pero, ¿quién eres?

No podía estar más sorprendido cuando el hombre echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada de gran estruendo. —Oh, Jaejoong, eres una delicia.— Continuó riendo durante varios minutos antes de rodar al lado de la cama y ponerse de pie.

Miró hacia abajo a Jaejoong, una expresión tierna transformó sus características de robustez.

—Es posible que desees levantarte y vestirte. El coche va a estar aquí para nosotros muy pronto. Tenemos que seguir adelante, si queremos llegar a casa antes del anochecer.

«¿Coche?» «¿Qué coche?» —Uh, hey, mira, estoy seguro de que esto ha sido muy divertido y todo, pero realmente tengo que volver con mi amigo.

—Leeteuk nos espera abajo, en el vestíbulo, cuando estemos listos para irnos. Te dije que era bienvenido a visitarnos cada vez que él o tú quisierais— respondió al dejar caer la toalla en el suelo y agarrar un par de pantalones colgados en el armario.

Jaejoong sólo podía mirar cómo el hombre se inclinaba para presionar una pierna en el pantalón. Su culo era espectacular. Jaejoong no sabía si alguna vez había visto un culo más perfecto en toda su vida. Sabía que tendría fantasías al respecto en los próximos años.

—¿No vas a vestirte, Jaejoong?— preguntó el hombre dando la vuelta y viendo a Jaejoong tendido allí, mirando su culo —.Puedes jugar con mi culo cuando lleguemos a casa. Ahora, vamos.

Su trance roto, Jaejoong se acercó al lado de la cama, agarrando la sábana y envolviéndola con fuerza a su alrededor. Él no quería arruinar el buen humor que el hombre parecía tener, pero tenía que saber su nombre.

—¿Cuál es tu nombre?

El hombre miró a Jaejoong, el ceño fruncido peculiar en su rostro.

—Yunho.

—Yunho—Jaejoong murmuró mientras le sonreía —.Ese es un nombre muy bonito. ¿Cuál es tu apellido? 

El hombre frunció el ceño de nuevo. —Jung, el mismos que el tuyo.

Las cejas de Jaejoong se alzaron por la sorpresa. —Uh, mira, Yunho, no sé lo que te dije anoche, pero mi apellido es Kim, no Jung.

—Tu apellido era Kim. Ahora es Jung— contestó el hombre mientras se acercaba a la mesa de lado y agarraba un pedazo de papel. Bajó la mirada hacia él por un momento antes de caminar atrás hacia Jaejoong y mantenerlo ante él. —A partir de las 10:32 de anoche, cuando te casaste conmigo, tu nombre se convirtió en Jung Jaejoong— dijo Yunho entregándole el papel a Jaejoong, y luego fue hacia el cuarto de baño, cerrando la puerta detrás de él.

Jaejoong se quedó mirando el papel en la mano, tratando de comprender las palabras escritas en la licencia de matrimonio. Realmente se había casado con Yunho anoche como él había dicho. Estaba allí, en blanco y negro.

¡Pues bien, infiernos! Sabía que había herido los sentimientos de Yunho. ¿Cómo iba a saber que se había casado con el hombre la noche anterior? No recordaba nada de eso. Él deseaba poder hacerlo, entonces tal vez no se sentiría como un idiota.

Jaejoong colocó el papel sobre la cama y miró a su alrededor buscando sus pantalones. Los encontró en el suelo al otro lado de la cama.

Rápidamente se los colocó y se abrochó los botones, dejando los dos últimos desabrochados en su prisa.

Caminando hacia la puerta del baño, tomó una respiración profunda antes de llamar a la puerta. —Yunho? ¿Puedo hablar contigo, por favor? 

Después de un momento, se abrió la puerta, Yunho rápidamente le dio la espalda y se acercó a sentarse en el borde de una bañera de gran tamaño. Él tenía su cabeza inclinada, sin mirar a los ojos de Jaejoong, y torció las manos que colgaban entre sus piernas, con los codos apoyados en las rodillas.

Jaejoong se acercó y se sentó a su lado, apoyando los codos sobre sus propias rodillas. Él juntó las manos y apoyó la barbilla sobre ellas cuando miró a Yunho por el rabillo de su ojo.

—¿Realmente no te acuerdas?— preguntó Yunho después de un momento.

Jaejoong sacudió la cabeza con pesar. —Lo siento, pero no. Lo último que recuerdo es estar en la taberna con Leeteuk. Después de eso, todo es una falta de definición. Sin embargo, me gustaría recordar. Suena como si hubiéramos pasado un buen momento. 

Cuando Yunho no dijo nada, Jaejoong comenzó a sentirse peor. Parecía un buen tipo, y aquí estaba él, destruyendo toda la camaradería que podría haber establecido. —Yunho, ¿puedes llenar los espacios en blanco para mí?

Jaejoong vio con el corazón encogido cómo Yunho giró el anillo en su dedo alrededor varias veces antes de saltar de repente, se puso de pie y caminó hacia la puerta. Se detuvo brevemente para girar un poco la cabeza, sin mirar completamente a los ojos de Jaejoong.

—No importa. Vamos, simplemente apunta que pasamos un buen momento y deja las cosas así.— Volvió a mirar por la puerta del baño antes de continuar —.Te veo, Kim Jaejoong.

Jaejoong vio a Yunho salir del cuarto de baño, un nudo extraño comenzó a apretar su estómago. El instinto le decía, infiernos, le gritaba que no dejara ir a Yunho. Algo sobre el hombre le decía a Jaejoong que tenía que mantenerlo.

Consiguiendo rápidamente estar en sus pies, Jaejoong salió del cuarto de baño después de él. En el dormitorio, encontró a Yunho sentado al otro lado de la cama, poniéndose los zapatos. Su pequeña maleta estaba en el suelo junto a sus pies.

Tirando todas las precauciones al viento, Jaejoong saltó sobre la cama y agarró a Yunho por los hombros y tiró de él. Sabía que la única manera de que hubiera podido tirar a Yunho hacia abajo sobre la cama, era porque lo había tomado por sorpresa.

Cuando Yunho estuvo sobre el colchón, Jaejoong pasó la pierna por encima de él, colocando su cuerpo sobre la parte superior de sus fuertes caderas, con una pierna a cada lado de él. Inclinándose hacia delante para sujetar el peso sobre sus brazos, bajó la mirada hacia las facciones asombradas de Yunho.

—A menos que me hayas mentido, Yunho, este anillo dice que tú me perteneces— dijo Jaejoong mientras sostenía la mano de Yunho para mirarlo —.Eso significa que no conseguirás alejarte de mí cuando tus sentimientos son lastimados. Tienes que quedarte y arreglar las cosas. 

Podía ver la confusión en conflicto con sentimientos de dolor en el endurecimiento de las facciones de Yunho mientras miraba el anillo, luego a él.

—Pero tú no recuerdas nada. Ni siquiera sabías mi nombre hasta que te lo dije. 

—No, no lo sabía, pero tú podrías decirme lo que yo no recuerdo. Además de lo obvio, si estuve de acuerdo en casarme contigo, debe haber habido algo en ti que me gustó— dijo Jaejoong.

—¿Lo obvio?— preguntó Yunho con confusión.

—¿Hablas en serio? Eres la cosa más caliente en la que he puesto los ojos.

Jaejoong se echó a reír.

—¿En serio? ¿Crees que soy caliente? 

Jaejoong estaba confundido por la falta de confianza en sí mismo que Yunho mostraba. El hombre era precioso, desde la parte superior de su hermosa cabeza de cabello oscuro hasta la parte inferior de sus elegantes pies. Él podría tener a cualquier hombre que quisiera. ¿Cómo no lo sabía?

—¿Estoy respirando? Por supuesto que te encuentro atractivo. Eres glorioso. Podrías tener a cualquier hombre que desees. No puedo entender por qué me elegiste.

—Porque no me tenías miedo— dijo Yunho, lo que hizo que Jaejoong sólo pudiera mirarlo atónito en silencio por unos instantes.

—¿Por qué debería tenerte miedo, Yunho?— preguntó Jaejoong después de un momento.

—La mayoría de la gente lo hace. Cruzan la calle para no tener que caminar más allá de mí, como si estuvieran temerosos de que los fuera a atacar o algo así. Los niños pequeños sólo me apuntan y miran. Pero tú no lo hiciste. Ni siquiera pareces estar nervioso por mi tamaño.

Jaejoong trató de ahogar su risa, pero se escapó de todos modos. —Odio tener que decirte esto, pero en realidad encuentro tu enorme tamaño algo maravilloso, Yunho.

—¿En serio?— murmuró Yunho con asombro.

Jaejoong se limitó a asentir con la cabeza. —Oh, sí— murmuró mientras se sentaba de nuevo a acariciar con su mano el pecho fuerte de Yunho —.Todos estos poderosos músculos debajo de mis manos, son como un regalo para un hombre hambriento.

Levantó una ceja con curiosidad cuando sintió el endurecimiento del pene de Yunho entre sus piernas.

—Creo que te gusta la idea de que esté encendido por tu tamaño— comentó. Su sonrisa se convirtió en risa cuando vio el rubor de vergüenza en la cara de Yunho.

—Jaejoong, yo… ¡maldita sea!— dijo Yunho cuando el teléfono comenzó a sonar —.Espera un momento.

Jaejoong observó mientras Yunho buscaba en su bolsillo de la chaqueta de donde sacó un teléfono celular y lo abrió. Estaba un poco sorprendido de que la voz de Yunho hubiera cambiado, convirtiéndose en profunda y fuerte cuando él respondió a la persona en el otro extremo.

—Muy bien, Kangin. Vamos a estar abajo en unos minutos— dijo mientras cerraba el teléfono y lo metía en el bolsillo antes de mirar hacia atrás a Jaejoong —.El coche está aquí para recogernos, eh, te llevaré a tu casa.

¿Qué? ¿Se iba así? ¿Sin resolver las cosas entre ellos?

Jaejoong de repente sintió que su pecho se contraía, dificultando su respiración. ¿Qué demonios estaba pasando con él? No conocía a este hombre. ¿Por qué la idea de no volver a verlo parecía tan dolorosa?

—Yunho, no quiero que te vayas— le susurró en voz baja.

—Jaejoong…

—¿Por favor?

—No hay razón para que me quede, Jaejoong. Evidentemente, no recuerdas haberte casado conmigo ayer por la noche, o cualquier parte del tiempo que pasamos juntos. Creo que sería mejor si vemos esto como una cosa de una sola vez y nos vamos por caminos separados, ¿no? 

Jaejoong no tenía nada que argumentar al razonamiento de Yunho. No recordaba la última noche, tampoco la boda o el tiempo después. Eso todavía no significaba que no quisiera conocer a Yunho mejor. Debía haber una razón por la que se había casado con el hombre. «Casado con el hombre», ¡ellos estaban casados! Yunho lo levantó y comenzó a dejarlo caer despacio para que pudiera ponerse de pie, Jaejoong envolvió sus brazos alrededor de su cuello, negándose a dejarlo ir. Tenía un pedazo de papel que decía que este hombre le pertenecía a él.

—Jaejoong…— Yunho comenzó cuando Jaejoong se negó a ponerlo en libertad.

—No, no voy a darte el divorcio, por lo que no puedes irte— dijo Jaejoong cuando enterró el rostro en el cuello de Yunho. Se sintió abrumado por el fuerte olor a almizcle que procedía de Yunho.

—No necesito tu permiso para obtener un divorcio, Jaejoong. Conoces la ley, así como yo. Durante los primeros seis meses de nuestro matrimonio, cualquiera de nosotros puede solicitar una anulación. Yo diría que nuestra única noche juntos cae dentro de esos seis meses— dijo Yunho cuando él utilizó su fuerza para tirar de los brazos de Jaejoong de alrededor de su cuello.

Jaejoong trató de luchar cuando Yunho lo rechazó, pero no lo hizo bien. Era mucho más fuerte que él. Yunho lo rechazó y rápidamente se puso de pie fuera del alcance de Jaejoong, quien finalmente se dio cuenta de lo que estaba haciendo.

Era evidente que Yunho no había querido casarse con él. Sólo quería irse, preferiblemente sin él. Jaejoong sólo estaba haciendo el ridículo. Eso tenía mucho sentido. Siempre hacía el ridículo cuando encontraba a alguien digno de guardar. Había encontrado al hombre perfecto y lo había jodido todo.

Volviendo a caer sobre las almohadas, Jaejoong observó en silencio mientras Yunho tomaba su chaqueta y maletín. Se acercó a la puerta, haciendo una pausa para mirar hacia atrás a Jaejoong una vez más. —Voy a enviar los documentos tan pronto como mi abogado los haya preparado.

Mordiéndose los labios para no mendigar que Yunho no lo dejara, Jaejoong vio a su esposo salir de la suite de luna de miel antes de rodar sobre su lado y colocarse en una posición fetal. Sintió las silenciosas lágrimas cayendo por su rostro al darse cuenta de que el hombre de sus sueños acababa de salir de su vida, y todo era culpa suya.