—Hey, Jaejoong, pensé que ibas a una cita a ciegas por
la tarde. ¿Qué pasó? ¿Tan mal fue?
—Diría eso— respondió Kim Jaejoong cuando se dejó caer
en el asiento de vinilo rojo en la cabina. Miró a través de la mesa a su amigo,
Leeteuk.
—¿Y eso por qué sería?— preguntó Leeteuk. Sus cejas se
elevaron en consulta, una sonrisa leve en su cara.
—Porque estoy cansado de jugar con chicos que ni
siquiera me gustan. Acepté esa cita a ciegas porque quería conocer a alguien,
no luchar contra todos los idiotas que deciden que yo debo ser fácil sólo
porque soy gay— se quejó Jaejoong.
—¿Tan mala fue la cita?— preguntó Leeteuk mientras se
inclinaba en su asiento hacia adelante.
—Diablos, ¡sí! Pasé quince minutos escuchándolo decir
que es más rico que Midas y que su último novio, a quien botó, no apreciaba su
comportamiento dominante. Luego quiso colarse en el cuarto de baño para llegar
a conocerme mejor. Cuando le dije que yo no estaba interesado, se enojó y se
fue. Incluso me endosó la cuenta.
—¡Ouch!— Leeteuk exclamó.
—Sí, se podría decir eso. La próxima vez que te diga
que voy a salir en una cita a ciegas, sólo golpéame con algo.— Algo de la
tensión se alejó de sus hombros mientras miraba alrededor de la taberna en la
que estaban sentados cuando el ritmo de la música empezó a hundirse en él.
—Entonces, ¿qué vas a hacer?
Jaejoong se encogió de hombros. —Irme a casa solo,
otra vez.
—¿Quieres un trago?— preguntó Leeteuk, haciendo un
gesto hacia la camarera mientras se acercaba a su mesa.
—Tomaré un ginger ale— respondió Jaejoong —.No parece
que vaya a tener suerte en corto plazo, pero no necesito añadir a ello un dolor
de cabeza.
—No has hecho más que buscar el tipo equivocado de
persona, Jaejoong— dijo Leeteuk cuando agitó su mano confirmando a la camarera
su orden.
—¿Ah, sí? ¿Y qué tipo debería estar buscando?—
preguntó Jaejoong.
—Bueno, ¿qué es exactamente lo que buscas?— preguntó Leeteuk—.¿Un
polvo rápido, o algo a largo plazo?
—No sé— respondió Jaejoong. Se inclinó hacia adelante,
cruzando las manos y los codos apoyados sobre la mesa —.Es que todo parece tan
predecible. Encontrar a un hombre, llevarlo a casa, tener un poco de diversión,
entonces él se va. Infiernos, últimamente apenas dejan que las sábanas se
enfríen antes de irse. Sería bueno despertar al lado de la cara que llevaste a
la cama.
—Sé más específico— dirigió Leeteuk.
—Bonito, fuerte, gentil, pero no demasiado agresivo,
si sabes a qué me refiero. Alguien leal, dispuesto a comprometerse en el
momento de construir una relación.
Leeteuk miró a Jaejoong con curiosidad y empezó a
reírse.
—¿Qué?
—Amigo, acabas de describir un cocker spaniel.
Jaejoong rodó los ojos. —No lo hice.— Jaejoong
consideró sus palabras —.¿Lo hice?
Leeteuk asintió con una sonrisa en los labios. —Lo
siento, hombre, pero lo hiciste.
Jaejoong cerró los ojos. Dejó caer la cabeza hacia
abajo, donde tenía las manos cruzadas entre sí. No podía creer que acabara de
describir a un perro. Se rió suavemente mientras levantaba la cabeza y abría
los ojos para mirar a Leeteuk tímidamente. —Tal vez debería comprar un perro.
Por lo menos seguirá en mi cama cuando me despierte.
Leeteuk se rió entre dientes. —¿Qué es lo que
realmente estás buscando, Jaejoong? Me refiero a lo que realmente buscas.
Quiero que te sientes atrás, cierres los ojos, y me describas a tu hombre ideal—
dijo Leeteuk unos momentos después.
Jaejoong rodó los ojos de nuevo, pero hizo lo que Leeteuk
le había pedido, apoyando su cabeza contra el asiento de la cabina y cerrando
los ojos mientras imaginaba su hombre ideal. ¿Cómo debería ser su hombre ideal?
—Él tiene que ser alto. Además del hecho de que los
hombres altos son más atractivos que el infierno, quiero a alguien más alto que
yo sólo porque me hace sentir mejor. Protegido, supongo. Necesito saber que
puedo confiar en él para mantenerme a salvo. Fuerte, sería algo bueno también.
Otra de las cosas de protección, sospecho— Jaejoong conjeturó.
—¿Cansado de recibir palizas?
Jaejoong asintió sin abrir los ojos. —Sólo porque soy
más pequeño que algunas personas, no quiere decir que los chicos tengan derecho
a golpearme duro cuando digo que no. Sería bueno estar con alguien lo suficientemente
grande como para mantenerme a salvo y todavía poder dar un no por
respuesta.
—¿Qué tan alto estamos hablando?— preguntó Leeteuk muy
bajo. Parecía tan tranquilo, que Jaejoong comenzó a abrir los ojos para
preguntarle qué le pasaba —.¡No! Cierra los ojos, Jaejoong. Ya lo has probado a
tu manera, y no ha funcionado. Vamos a hacerlo a mi manera ahora.
Jaejoong dejó escapar un gran suspiro mental rodando
los ojos, y volvió a pensar en cómo sería su hombre ideal. —¿Te he dicho que
alto?— Jaejoong se rió.
—Sí.— Leeteuk se rió entre dientes —.Pero no me
dijiste cuanto de alto.
—¿Más alto que yo?— preguntó Jaejoong.
—Jaejoong, todo el mundo es más alto que tú.
Jaejoong se rió. —Está bien, entonces alto, muy alto.
—¿Seis pies?— Preguntó Leeteuk.
—Más.— Sonrió Jaejoong.
—¿Seis pies y medio?
—Cada vez más cerca— rió Jaejoong. No estaba mintiendo
cuando dijo que le gustaban los hombres altos, y además estaban hablando de su
fantasía. Probablemente no existía ese sujeto —.Tú preguntaste por mi hombre
ideal, ¿verdad?
—Wow, realmente te gustan altos, ¿no?— preguntó Leeteuk
con asombro.
Jaejoong asintió, una amplia sonrisa en su cara. —Cuanto
más alto sea, mejor.
—Así que, ¿qué más? ¿Color de cabello? ¿Los prefieres rubios,
morenos o pelirrojos?
—No estoy muy seguro. He salido con los tres tipos
antes, pero creo que tiendo a ir por el cabello oscuro la mayoría de las veces.
Aunque nunca he salido con alguien con el cabello negro, así que no podría
decir nada al respecto.
—¿Los ojos?
—Soñadores— rió Jaejoong. Podía sentir el calor subir
hacia su rostro.
—¿Soñadores?— resopló Leeteuk—.¿Puedes ser menos
descriptivo?
—Bueno, dicen que los ojos son el espejo del alma.
Quiero ser capaz de mirar a sus ojos y ver exactamente lo que está sintiendo y
pensando. Así que, sí, soñadores.
—Soñador, lo tengo. ¿Algún color en particular?
Jaejoong negó con la cabeza.
—¿Qué pasa con el pelo?— preguntó Leeteuk.
—¿No cubrimos ya eso?— Jaejoong reía.
—No, me refiero a si prefieres un hombre peludo o uno
sin pelo. Ya sabes, pelo en el pecho, la barba… ¿O te gustan con toda la piel
suave?
—Un poco de pelo en el pecho está bien, y tal vez uno
de esos pequeños senderos que conducen hacia abajo, pero no toneladas de pelo.
Y no soy terriblemente partidario de las barbas, aunque un poco de sombra es
agradable. Los bigotes están bien, así que no hay preferencia real en ello.
¿Qué sigue?
—¿Qué acerca de su personalidad?
—Inteligente, pero no tiene que ser un genio. Alguien
amable, también. Sería bueno para poder llevarlo con mis amigos sin tener que
preocuparme de si va a insultar a alguien o iniciar una pelea o...
—¿Qué se le caiga la baba?— Se rió Leeteuk entre
dientes.
—Sí, eso sería
bueno— rió Jaejoong —.También tiene que tener sentido del humor. Eso es
necesario. No podría estar con alguien que no se riera. Suave, también. Si él
es grande y fuerte y...
—¿Alto?— Intervino Leeteuk.
—Sí, alto— rió Jaejoong —.Si es lo suficientemente
grande como para ser fuerte, tiene que ser lo suficientemente grande como para
ser suave. No quiero estar con un bárbaro. Quiero a alguien que sea amable, apacible,
que me cuide, incluso que sea cariñoso.
—¿Cariñoso?— preguntó Leeteuk con incredulidad.
—Bueno, sí. Si quiero darle un beso, tengo que ser
capaz de dárselo. No quiero tener que pedir o esperar hasta que estemos solos.
Que él fuera cariñoso conmigo también sería bueno. Oh, eso me recuerda. Él no
puede avergonzarse de estar conmigo.
—¿Jin?— preguntó Leeteuk, refiriéndose a uno de los
ex-novios de Jaejoong.
Jaejoong asintió, encogiéndose poco a poco en el
asiento ante el recuerdo de su ex.
Jin se había negado a que se mostraran cariñosos en
público o incluso en los demás departamentos a menos que fueran juntos a la
cama. Eso enloqueció a Jaejoong.
—¿Algo más?— preguntó Leeteuk.
—Bueno, alguien que sea bueno en la cama estaría bien—
rió Jaejoong.
—Eso es una especie de dado, Jaejoong. Estoy hablando
de cualquier fantasía profunda. Algo especial que no hayas encontrado con otro
hombre.
Jaejoong se encogió de hombros. Había un par de cosas
más que quería en el hombre de sus sueños, pero sentía un poco de vergüenza al
hablar de ello. Algunas fantasías no debían ser compartidas, ni siquiera con su
mejor amigo.
—Vamos, Jaejoong. Estamos hablando del hombre de tus
sueños aquí. Dime— dijo Leeteuk.
Jaejoong podía sentir el rubor calentar su cara cuando
le contestó a Leeteuk, su voz casi un murmullo. —Quiero a alguien
romántico.
—¿Alguien qué? No te escuché, Jaejoong.
—Romántico, ¿de acuerdo?— dijo Jaejoong fuerte justo
antes de dejar caer la cabeza hacia abajo en sus manos, frotándose los ojos con
las palmas de las mismas —.Quiero a alguien que sepa cómo ser romántico.
Él no debería avergonzarse de querer a alguien
romántico, pero lo hacía. Tal vez era su lado masculino frente a todo lo
femenino.
Eran las mujeres las que tenían que desear romance, no
los hombres. Los hombres querían practicar deportes, pescar y trabajar en los
coches.
Jaejoong sabía que estaba ante un estereotipo. No
podía evitarlo. Le habían enseñado durante toda su vida que había ciertas cosas
que los hombres hacían y otras que hacían las mujeres, y nunca se cruzaban las
dos cosas. Y eso lo volvía loco.
No era de extrañar que muchas personas no estuvieran
en contacto con sus verdaderos sentimientos. Se les había enseñado a ser así.
Su padre, sin duda, había hecho todo lo posible para que Jaejoong fuera de la
forma en la que él consideraba debía ser un hombre.
Cuando se dio cuenta que no iba a funcionar a su
manera, él pateó a Jaejoong a la acera, literalmente. Jaejoong se marchó de
casa a la edad de dieciséis años con dos costillas rotas, contusiones varias, y
sin nada más que la ropa que tenía puesta.
No era que le importaran las cosas varoniles que su
padre trató de enseñarle. No le importaba conducir hasta una cabaña en el
bosque. Simplemente no quería pescar o cazar. Quería acurrucarse frente a la
chimenea con su amante.
—Bien, entonces, romántico. No me entiendas mal, está
bien, pero ¿qué entiendes por romántico?— preguntó Leeteuk, interrumpiendo los
pensamientos profundos de Jaejoong.
Jaejoong suspiró, dejando caer las manos de su cara y
juntándolas en su regazo. —No lo sé exactamente. Me gusta abrazar, estar
abrazados ante el fuego; y recibir llamadas telefónicas por ninguna otra razón,
sólo por el simple hecho de que quiera oír mi voz. Quiero saber que le importo
a él durante más que una jodida fácil.— Jaejoong abrió los ojos para mirar por
encima de Leeteuk—.¿Es eso tan malo?
Leeteuk sacudió la cabeza, según le pareció a Jaejoong,
con un rostro sombrío. —No, Jaejoong, no está mal en absoluto. En realidad
suena bastante bien.
Jaejoong nunca había tenido algo así, pero estaba
seguro de que estaba por ahí. El hecho de que él era un hombre que quisiera eso
de otro hombre, no tenía que hacerlo incorrecto. Jaejoong forzó una pequeña
risa nerviosa.
—Bueno, ya te describí mi hombre ideal, ¿no? Estamos
hablando de una fantasía aquí. Todo vale.
Leeteuk se echó a reír. —Sí, claro, tu hombre ideal.
Pero, ya que estamos hablando de tu hombre ideal, ¿se parece en algo a ese?— preguntó
Leeteuk mientras señalaba junto a la cabeza de Jaejoong.
Jaejoong giró la cabeza hacia donde señalaba Leeteuk.
Quedó con la boca abierta al ver a un sexy hombre de pie junto a la mesa de
billar con varios hombres. No podía apartar la mirada de él. El hombre se veía
exactamente como se lo había descrito a Leeteuk.
Era enorme, hasta el último centímetro de él. De pie,
por lo menos un pie más alto que Jaejoong, posiblemente más. Inclinaba la
cabeza cada vez que caminaba cerca de una de las luces que colgaban del techo.
Jaejoong podría decir que el hombre era fuerte. Podía
verlo en la forma en que la tela de su camisa negra se extendía sobre sus
anchos hombros. Parecía a punto de reventar las costuras.
¿Y su pantalón negro? La forma en que abrazaba los
muslos del hombre, parecía pintado. Cuando el hombre se giró y se inclinó sobre
la mesa de billar para disparar, Jaejoong dejó escapar un gemido. ¡Maldita sea!
Incluso el culo era perfecto.
Jaejoong podía imaginar ese culo que estaba delante de
él, cuando estaba desnudo.
A medida que el hombre se levantaba y se giraba hacia
sus amigos, Jaejoong pudo ver el resto de sus rasgos cincelados. Sólo había un
poco de sombra de las cinco, sobre su mandíbula afilada. Sus labios eran sensuales,
y pedían a gritos ser besados. Incluso su nariz recta y delgada parecía sexy.
Su largo cabello marrón oscuro estaba recogido en la
nuca. A Jaejoong le encantaría correr sus dedos a través de él, o incluso
agarrarse en él durante el sexo. Cuando ese pensamiento vino a él, Jaejoong
pudo sentir su rostro ardiente y rojo. Ni siquiera había conocido al hombre y
ya se imaginaba en la cama con él.
—¿Y bien?
Jaejoong giró para mirar a Leeteuk, moviendo
tristemente la cabeza.
—¿Qué? Yo hubiera pensado que se ajustaba a tu
descripción bastante bien— dijo Leeteuk, sonando un poco confuso.
—Oh, él es perfecto, exactamente lo que he descrito,
pero vamos, Leeteuk. ¿De verdad un tipo así saldría con alguien como yo?
Además, es probable que tenga montones de chicos detrás de su cuerpo. Podría tener
al que quisiera.
Jaejoong pudo ver los ojos blancos de Leeteuk. —Bueno,
yo no sé tú, pero yo voy a ir a hablar con él— dijo Leeteuk cuando se puso de
pie y avanzó hacia el hombre.
—¡Leeteuk, no, no!— exclamó Jaejoong, echando mano a
su brazo, pero Leeteuk sólo se deslizó junto a él, atravesando el cuarto en
dirección al hombre. Jaejoong lo vio detenerse y empezar a hablar con el
magnífico hombre, haciendo un gesto de vez en cuando hacia Jaejoong.
A medida que el hombre se giraba para mirar por encima
de él, Jaejoong gimió, dejando caer su cabeza en sus brazos. No podía creer que
Leeteuk estaba haciendo eso.
Y he aquí que pensaba que eran los mejores amigos. Se
sentía muy avergonzado.
Jaejoong cepilló los cabellos de su frente al levantar
la cabeza y miró hacia atrás. Él se sorprendió cuando se dio cuenta de que el
hombre todavía lo estaba mirando. Jaejoong no podía hacer otra cosa que mirar
hacia él, cautivado por la curiosidad que podía ver en los ojos del hombre.
—¿Te gusta bailar?
—Qué…— Jaejoong giró la cabeza para ver a un hombre
rubio, de pie junto a la mesa, mirándolo.
—¿Te gusta bailar?— dijo el hombre.
Jaejoong lo miró con sorpresa. Los pulgares del hombre
estaban enganchados en los bordes de sus bolsillos. Se echó hacia atrás sobre
sus talones, empujando sus caderas e insinuando su ingle hacia Jaejoong. Una
amplia sonrisa segura de sí mismo cubrió sus labios cuando el hombre le hizo un
guiño.
—No, gracias— respondió Jaejoong, volviendo a mirar al
otro lado de la habitación a su hombre ideal. Se olvidó de que el hombre estaba
de pie junto a él, en el momento que sus ojos se posaron en el alto hombre de
nuevo. «Maldita sea, ¡es caliente!»
—Vamos, precioso, ven a bailar conmigo. O podríamos
cortar el juego previo e ir directamente a mi casa.
Jaejoong frunció el ceño y se giró para mirar de nuevo
hacia el molesto hombre.
—No, gracias. No estoy interesado.
—Oh, vamos, no seas así— el hombre arrastró las
palabras cuando agarró del brazo a Jaejoong, quien trató de apartarse, sin
darse cuenta del firme agarre que el hombre tenía sobre él hasta que se paró. «¡Dios, odio eso!»
—¡Déjame ir, ahora!— gritó Jaejoong, tratando de
apartar su brazo para liberarse del agarre del hombre, pero este parecía un
pulpo. Sus manos parecían estar en todas partes de Jaejoong.
Cada vez que Jaejoong se lo quitaba de una parte de su
cuerpo, sus manos aterrizaban en otro lugar. Antes de darse cuenta, Jaejoong
había sido arrastrado a la pista de baile.
—Dije que no, maldita sea. ¡Ahora déjame ir!— gritó
una vez más Jaejoong. Él acaba de empezar a levantar la pierna hasta la rodilla
hacia la ingle del hombre, cuando se levantó de repente del suelo. Los ojos de Jaejoong
se abrieron como platos cuando miró hacia abajo y se dio cuenta de que un solo
brazo musculoso le mantenía arriba del suelo por varios centímetros.
—¿Está Cap molestándote, Liebling1 ?— preguntó una voz
profunda y áspera que hizo que los huesos de Jaejoong se derritieran.
Presionado como estaba con su espalda contra el pecho del hombre, podía sentir
su profunda voz vibrando por todo el camino hasta sus pies.
Jaejoong levantó la cabeza, y luego la levantó un poco
más. Oh, muchacho, era alto. Incluso
sostenido a varios centímetros del suelo, Jaejoong todavía tenía que mirar
hacia arriba para ver sus ojos de color marrón avellana. Y eran unos ojos
magníficos, casi del color de un atardecer de verano.
—Hey, Jung, yo no sabía que te pertenecía. Yo... yo
nunca habría…— el hombre más rubio tartamudeó nerviosamente.
Jung giró la cabeza para mirar hacia abajo a Cap. —No
importa si él me pertenece a mí o no, Cap. Dijo que no. Deberías haberte
apartado. Ahora, voy a tener que decirle a Boom acerca de esto. No está bien
obligar a alguien a hacer algo que no quiere hacer.
1 Cariño en alemán.
—Oh diablos, Jung, no se lo digas a Boom. Él no me
dejará volver de nuevo durante un mes, y acabo de poder volver aquí, esta
noche. Además, yo no lo decía en serio, no lo hacía. Estaba sentado solo y él
es tan malditamente sexy.
Jung volvió su mirada hacia Jaejoong, mirando
fijamente hacia él. —No podría estar más de acuerdo.
—Lo siento mucho, Jung. Yo sólo…— Cap tartamudeó otra
vez.
—Vete Cap, y quizás pueda olvidar que alguna vez te he
visto— respondió Jung mientras caminaba hacia la cabina en la que Jaejoong
estaba sentado antes.
Jaejoong levantó una ceja, sorprendido de que el
hombre no lo dejara sobre sus pies, sin dejar de llevarlo mientras que
caminaba.
—Um— dijo Jaejoong, que rápidamente bajó la mirada
hacia el suelo, luego de vuelta hasta Jung —.¿Me vas a bajar?
—¿De verdad quieres que te baje?— preguntó Jung, su
voz retumbante.
¿La verdad? Diablos, no, pero simplemente no le
parecía bien dejar que otro hombre lo llevara de esa manera, no importaba lo
grande que pareciera.
—¿Cuál es tu nombre?
—Jaejoong.
Jaejoong podía sentir sus mejillas ruborizarse cuando Jung
le sonrió.
—¿Jaejoong? Me gusta eso. Es muy bonito. ¿Hay algo que
necesites de tu cabina, Jaejoong?
—¿Mi cabina?— preguntó Jaejoong con confusión, su
mente aún en el fuerte brazo que estaba envuelto a su alrededor. Frunció el
ceño, mirando hacia abajo en donde había estado sentado.
—Sí, me gustaría que te sentaras conmigo. ¿Hay algo
que necesites de la cabina donde estuviste sentado antes?— preguntó Jung.
—¿Quieres que yo me siente contigo?— Jaejoong repitió,
aturdido por lo que el hombre guapísimo le había dicho.
De repente, sus ojos se abrieron al recordar que Leeteuk
había estado hablando con él. «¿Qué
demonios le había dicho?»
—Por favor, ¿me bajas?— Jaejoong pidió
desesperadamente.
No podía haber estado más sorprendido cuando Jung
inmediatamente lo puso en sus pies, no debería de haberlo estado después de la
forma en la que había hablado con Cap sobre no aceptar un ‘no’ por respuesta.
Una vez que Jaejoong sintió sus pies debajo de él,
estiró el cuello hacia atrás para mirar a Jung hacia arriba. —¿Qué te dijo Leeteuk?
—¿Leeteuk?— preguntó
Jung, sus cejas oscuras reunidas en confusión.
—Mi amigo. ¡Se acercó a hablar contigo antes de que Cap
me invitara a bailar!
Jung giró la cabeza para mirar a Leeteuk que estaba en
la mesa de billar hablando con sus amigos. —¿El pequeño hombre de cabello negro?
¿Ese es tu amigo Leeteuk?— Le preguntó mientras miraba hacia abajo a Jaejoong.
Jaejoong asintió. —Es él. ¿Qué te dijo cuando fue a
hablar contigo?
Jung parecía más confuso. —Me preguntó si habíamos
planeado usar la mesa de billar toda la noche o si vosotros tendríais la
oportunidad de jugar. ¿Por qué? ¿Deseas jugar en la mesa de billar ahora?
—¿Él te preguntó sobre la mesa de billar?— Jaejoong le
preguntó, sorprendido —.¿Eso es todo?
—Sí. ¿Por qué? ¿Piensas que me preguntó algo más?
—No, no, eso está bien— rió Jaejoong —.Sólo me
preguntaba qué te había dicho.
—¿Qué querías que él me dijera?— preguntó Jung.
Si Jaejoong no lo conociera, habría jurado que la voz
de Jung sonó más baja. El sonido áspero y profundo vibraba en Jaejoong, por lo
que su pene se endureció contra su cierre. No lo hubiera pensado posible sin
que el gran hombre lo tocase. Pero estaba equivocado.
Jaejoong negó con la cabeza, tratando de despejar los
pensamientos lujuriosos de su mente para poder concentrarse en la conversación.
—Nada, me lo preguntaba, eso es todo.
—¿Te gustaría venir a jugar conmigo?
—¿Te gustaría jugar conmigo?— Jaejoong amplió los ojos
de nuevo. «Oh, muchacho, ¡lo haré!»
—¿Billar? ¿Te gustaría venir a jugar al billar
conmigo?— preguntó Jung, riéndose entre dientes.
—Oh, bueno, no me gusta mucho jugar al billar, pero no
me importa mirar. ¿Eso está bien?
Vio la sonrisa que se dibujó en el rostro de Jung con
fascinación.
—Eso estaría bien— respondió Jung, mirando sobre Jaejoong
hacia la cabina detrás de él —.¿Hay algo que necesites conseguir?
Jaejoong negó con la cabeza. —No, no traje más que una
chaqueta conmigo, y mi copa estaba vacía de todos modos.
—¿Quieres que te pida otra bebida?
Jaejoong sonrió, asintiendo. —Ginger ale, por favor.
—¿No quieres una cerveza o algo?— preguntó Jung con
curiosidad.
—Yo no bebo muy a menudo, y ya he tomado un trago. Si
bebo demasiado voy a ser un charco en el suelo— dijo Jaejoong con un
encogimiento de hombros —.Además, soy un borracho barato. Más de tres tragos y
no me acuerdo de nada.
—Probablemente sea una buena idea, pero si quisieras
tomar una cerveza, me aseguraría de que no te pasara nada— respondió Jung.
Jaejoong negó con la cabeza. —No, gracias, sin
embargo, una cerveza de jengibre estaría bien. Quizás podría tomar una
después.
—Ginger ale entonces— respondió Jung con una sonrisa. Jaejoong
casi saltó cuando se agachó para tomar su mano. Se sintió aún más sorprendido
cuando Jung lo atrajo hacia el otro lado de la habitación, sin dejar ir su mano
en ningún momento.
—Um, ¿Jung?— comenzó Jaejoong.
—Yunho.
—¿Qué?— preguntó Jaejoong, confuso.
El hombre se giró para mirar hacia abajo a Jaejoong. —Mi
nombre es Jung Yunho, pero la mayoría de mis amigos me llaman Jung. Prefiero
que me llames Yunho.
—¿No quieres que te llame Jung?— preguntó Jaejoong, su
corazón se hundió un poco. ¿El gran
hombre no quería ser su amigo? ¡Maldita sea!
Yunho levantó la mano para correr sus dedos por el
lado de la cara de Jaejoong. —Quiero que me llames Yunho. Nadie más lo hace.
Eso es sólo para ti— dijo en voz baja.
—Está bien— respiró Jaejoong cuando inclinó su rostro
en la mano de Yunho.
—Ahora, ven a
jugar conmigo— dijo Yunho, mientras tomaba la mano de Jaejoong y lo llevaba
hacia las mesas de billar.
—De acuerdo.
Yunho es el hombre tal cual describió jaejoong debía ser su hombre perfecto.
ResponderBorrarLo rescato de Cap y lo tanto tan bien *.* se están llevando de maravillas.
Muero por saber que va pasar. Gracias por actualizar amiga queridaaaaa <3
el hombre ideal para Jae no quiere ser su amigo pues quiere ser alguien especial para Jae que emoción ya encontró a el hombre de sus sueños y espero no lo pierda
ResponderBorrary Yunho el mas feliz por tener a ese hermoso ser para el solito
GRACIAS por el capitulo estaré esperando por mas
Jae encontro a su hombre ideal en Yunho,todas las cualidades lo tiene y mas que lo rescato de cap y lo esta tratando bien,en los 2 hay atraccion espero que sigan asi de bien
ResponderBorrarDe acuerdo estoy muy muy conforme con la descripción del hombre ideal de jae yo también quiero uno así jejejejejeje
ResponderBorrarEl flechazo fue inminente gran historia
Gracias
Waaa yo también quiero jugar jejeje. Bien Yunho defiende a jae. Un sueño hecho realidad. Xq ami no m pasa igual. Jajaja ok no . gracias x compartir. Besos
ResponderBorrarLa descripción del hombre ideal y como caido del cielo llega, que hermoso!
ResponderBorrarGracias!
Definitivamente Yunho es la perfección andante.... Jaejoong es tan afortunado como lo envidio, estara interesante esta historia gracias :)
ResponderBorrarTal y como Jae lo sueña.
ResponderBorrarY siento que Yunho tambien ha caido bajo el encanto de Jae.
Jae es un soñador, pero tienen derecho a querer algo estable y que sus fantasias romanticas se hagan realidad. Esperare ansiosa a ver como se desarrolla la historia, ya me atrapo.
Muchas gracias!
XD esos dos bacieron el uno para el otro...
ResponderBorrarQ lindo fic.q lo demuestra n.n jjjjj
<3
jae en contro a su hombre perfecto y se llama yunho ¡¡ que interesante me gusto el 1 capitulo muchas gracias por compartir besos
ResponderBorrarClaro que tenia que ser Yunho al que describiera como el hombre de sus sueños, me gusta mucho como va, gracia por compartir
ResponderBorrarPerfectamente como lo describió a su hombre ideal y mira que solo estaba a unos pasos wuuao
ResponderBorrarGracias
Tiene taaaaanta suerte JJ > 3<.Gracias por adaptarla hace tiempo lei la novela pero no recordaba su nombre y no me la descargue.Gracias
ResponderBorrar