Capítulo 2

Yunho levantó la cabeza y vio el cuerpo debajo de él. Se lamió los labios y gruñó ante el delicioso sabor que explotó en su lengua. Tan dulce, tan suculento, tan…

Yunho frunció el ceño, la roja niebla de la lujuria empezó a aclararse y se dio cuenta dónde estaba realmente. Él saboreó la sangre en sus labios, y en el interior de su boca.

Él había desgarrado la piel y la sangre fluía del cuello del hombre que yacía inconsciente en el suelo, testificando el hecho de que Yunho se había alimentado y se había alimentado bien. Su aliento se quedó atrapado en su garganta al darse cuenta que podría haber asesinado a un hombre.

Su mano tembló mientras revisaba el pulso del hombre. Un profundo suspiro de gratitud y alivio salió de sus labios cuando se dio cuenta que el hombre aún vivía. Desafortunadamente, el latido de su corazón era lento y eso le decía a Yunho qué el hombre estaba vivo de milagro.

Él no había matado a nadie cuando se alimentaba en ochocientos años. Yunho se sentía muy orgulloso de ese hecho. Entonces, ¿por qué atacó a este hombre de tan brutal manera? Su control era absoluto, siempre ahí, siempre fuerte, al menos, hasta ahora.

Por lo que veía de las lesiones infligidas, su control había salido por la ventana.

Se inclinó y pasó su lengua por las profundas heridas en el cuello del hombre, esperando que la saliva pudiera cerrar las heridas, como usualmente lo hacía. El dulce sabor de la sangre del hombre explotó en su lengua de nuevo. Yunho gruñó y lamió de nuevo, y entonces de nuevo. Su pene se endureció y él tenía la insana locura de hundirse dentro del firme cuerpo.

Molesto por los lujuriosos pensamientos que flotaban por su mente mientras un hombre yacía herido e inconsciente en el suelo, se enderezó, y lo vio fijamente, estudiándolo cuidadosamente. Tenía su cabeza llena de mechas rubias, una nariz recta, altos pómulos y una mandíbula cuadrada. Su cara era gloriosa a la vista y tenía los más deliciosos labios que Yunho hubiera visto, pero....

Una pequeña gota de sangre manchaban los llenos labios del hombre. Yunho inhaló profundamente. Se inclinó y lamió la pequeña gota, sus ojos se cerraron con la angustia cuando saboreó su propia sangre.

—¡Infiernos sangrientos!— Yunho murmuró mientras llevaba su temblorosa mano hacia su cabello.

Y él estaba en el infierno. A pesar de lo que Hollywood mostraba en sus películas, un hombre no podía convertirse por intercambiar sangre con un vampiro. Un humano, sin embargo, se aparea con un vampiro al intercambiar su sangre. Eso solo dependía de la cantidad de sangre intercambiada, y Yunho no tenía idea de cuanta había tomado el hombre.

Un ruido fuera de su oficina hizo que Yunho se tensara. Él se giró y se colocó de cuclillas sobre el hombre en el suelo, sus colmillos extendidos y un bajo gruñido retumbó a través de su pecho.

—¿Señor Jung?

Yunho bufó, reconociendo el aroma de su secretaria, Biseo. Algo de la tensión de su cuerpo desapareció, pero él permaneció en alerta y en guardia. Él sentía la loca necesidad de quedarse junto al hombre debajo de él.

—Biseo— simplemente dijo, frunciendo el ceño, cuando ella apareció en el marco de la puerta y un momento después la urgencia de proteger al hombre lo llenó. Yunho nunca había sentido nada como eso en su vida.

—Oh, mi…oh, Yunho, ¿Que has hecho?— Biseo murmuró mientras trataba de llegar junto al hombre en el suelo. —¿Él está vivo?

Yunho se giró y vio a Biseo pasar sus manos sobre el hombre. Él apenas logró suprimir un gruñido en su garganta. Solo el ver a Biseo tocar al hombre, hacía que Yunho quisiera desgarrar algo, comenzando por Biseo. Malditamente extraño. Ella había estado con él durante cerca de veinte años y él siempre confió en ella completamente.

—Biseo— Yunho logró decir a través de sus dientes cerrados. —Necesitas alejarte de él.

—Yunho, no seas ridículo— dijo Biseo mientras revisaba las lesiones del hombre. —Jaejoong está lastimado. Él necesita ayuda.

—¿Jaejoong?— ¿Ese es su nombre? Yunho quería estrangular a Biseo cuando ella rodó los ojos.

—Su nombre es Kim Jaejoong— dijo ella. —Él vino aquí para una entrevista para el puesto de tu asistente personal.— Biseo vio alrededor hacia el cuarto destruido y frunció el ceño. —Yo te di su currículo, pero dudo que puedas encontrarlo en este lío.

Yunho podía sentir el peso del malestar de Biseo cuando la vio.

—¿Perdiste totalmente la cabeza, Yunho?— Ella llevó su mano a la herida en el cuello de Jaejoong. —Pudiste haberlo matado.

—Biseo, realmente necesitas alejarte de él.— dijo Yunho cuando el deseo de atacarla aumentaba fuertemente. —No sé cuánto tiempo pueda evitar lastimarte si sigues tocándolo.

Biseo abrió más los ojos. Ella lentamente se alejó de Jaejoong, viendo cuidadosamente todo el tiempo a Yunho. En el momento en que ella se alejó de Jaejoong, Yunho cayó de rodillas y tomó al hombre en sus brazos.

—¿Yunho?

Negó con la cabeza, mientras suavemente acurrucaba el cuerpo de Jaejoong sobre el suyo. —No sé qué sucedió, Biseo. Un minuto estaba revisando los currículos y al siguiente Jaejoong estaba en el suelo cubierto de sangre. No sé lo que hice.

—¿Me pregunto…?— Biseo empezó a levantar algunas hojas del suelo. Repentinamente ella soltó un pequeño grito y se puso de rodillas a poca distancia de Yunho, sosteniendo una hoja de papel. —¿Este?— Biseo preguntó. —¿Tú estabas leyendo su currículo?

Frunciendo el ceño, Yunho tomó la hoja y comenzó a leerla. Un dulce olor flotó en el aire atrapando su atención, un aroma tan dulce, Yunho tuvo que cerrar los ojos un momento ante el gran deseo que atormentaba su cuerpo.

—Yunho.

Abrió los ojos y trató de enfocar a Biseo. Todo lo que él realmente quería hacer era hundir sus dientes en el cuello de Jaejoong y beber ese dulce sabor…entonces él quería hundir su pene dentro del cuerpo del hombre. Él nunca había estado tan excitado.

—Huele la esquina de la hoja, Yunho, la esquina superior.

Él frunció el ceño, su mirada fija en la oscura mancha en la esquina de la hoja. Él tomó la hoja e inhaló. El corazón de Yunho se aceleró ante el dulce aroma de la sangre de Jaejoong que llenaban sus pulmones.

—¿Que infiernos…?

—Jaejoong se cortó el dedo cuando me entregó su currículo. Cuando yo te lo di tú me ordenaste que sacara a todo el mundo. Dijiste que no más entrevistas. Yo salí de la oficia a entregar algunos documentos.— Biseo se encogió de hombros. —Te encontré a ti y a Jaejoong cuando regresé.

—Entonces, ¿perdí el control porque… ahí estaba el olor de su sangre?— Yunho se giró a ver al hombre en sus brazos mientras el entendimiento le llegaba. —¿Sabes lo que significa, Biseo?

—Él es tu Rajaaka*.

*Rajaaka, en serbio hacia el paraíso, Raj en polaco un refugio