Capítulo 9

Jaejoong rodó sus ojos cuando Yunho levantó otro bocado de comida para él. Yunho estaba empezando a volverlo loco. Habían pasado casi dos semanas desde que Hyunjoong le había disparado. En todo este tiempo, Yunho se negaba a permitirle levantar un solo dedo a Jaejoong. No le permitía ni siquiera comer solo.

Otra semana igual, infiernos solo otro día, y Jaejoong podría estrangular a Yunho. No era culpa de Yunho que Jaejoong hubiera obtenido un disparo. Esa responsabilidad caía directamente sobre los hombros de Jaejoong. Tendría que ir a buscar a Hyunjoong y noquearlo.

Si no lo hubiera hecho, Jaejoong hubiera puesto en peligro la vida de Yunho. Jaejoong todavía podía sentir el terror que sintió cuando él había visto a través de la habitación y vio que Hyunjoong apuntaba con un arma a Yunho. Había estado tan seguro de que no llegaría a tiempo para salvar a Yunho.

Gracias al cielo, él había llegado. También en el proceso había conseguido un disparo. No, el único responsable de obtener un disparo era Jaejoong. Él solo deseaba haberse lastimado un poco menos. A Jaejoong todavía le dolía el hombro. Odiaba el dolor.

—Un último bocado, bebé, te lo prometo.— Yunho dijo, cuando Jaejoong volvió la cabeza para negar el siguiente bocado de comida. —¿Por favor?

Jaejoong se volvió y tomó el último bocado de comida, masticó con cuidado, incluso mientras miraba ardientemente a Yunho. Vio como Yunho colocaba el plato sobre la mesa, dando Jaejoong un pequeño suspiro de alivio. Jaejoong sonrió. Era demasiado fácil conseguir que Yunho le diera tratamiento especial, porque se sentía culpable.

Jaejoong buscó la mano de Yunho con la suya, solo para dejarla caer de nuevo a su regazo cuando Yunho se apartó de él y comenzó a limpiar. Yunho parecía estar haciendo eso mucho últimamente.

—¿Qué tal si salimos hoy a la calle? ¿Tal vez podemos dar un paseo?— Yunho preguntó.

Jaejoong se encogió de hombros. Él habría preferido permanecer en el interior con Yunho y perder el tiempo, pero Yunho no había estado cerca de él desde antes de los disparos. No podía pensar en nada más que le gustara hacer con Yunho, que pasarse toda la tarde en la cama con él.

Por lo que se podía decir, sin embargo, Yunho parecía no estar interesado. No importaba lo que hiciera, Yunho solo lo tocaba para ayudarlo. Jaejoong había comenzado a preguntarse si alguna vez Yunho lo tocaría sexualmente de nuevo.

Jaejoong había tratado de caminar a su alrededor con solo una camisa. Cuando eso no funcionó, Jaejoong había caminado a su alrededor desnudo. Yunho le dijo a Jaejoong que se vistiera y salió de la habitación. Jaejoong estaba a punto de darse por vencido. No quería mendigar por el amor de Yunho, si Yunho no quería dárselo.

Lo único que podía entender es que Yunho hubiera creído en las palabras de Hyunjoong, sobre que él había dormido con desconocidos por dinero. Yunho siempre había dicho que él no iba a compartir a Jaejoong. Tal vez quería decir que eso también aplicaba a antes de que se conocieran.

Hyunjoong no había dicho la verdad, pero a lo mejor Yunho le había creído porque Jaejoong no había tratado de defenderse. Y tal vez no tenía mucho caso defenderse. Si Yunho tenía tan poca fe en él que le había creído a alguien como Hyunjoong, no había mucha esperanza para su relación o lo que tuvieran. Jaejoong podía oír a Yunho hablando sobre el buen clima y lo agradable que era. El clima, sí, claro como si pudiera interesarle cuando su mundo se venía abajo.

Jaejoong se levantó de la mesa y se acercó a mirar por la ventana. Podía ver a la gente ir y venir desde donde él estaba. Hombres, mujeres, niños, todos parecían estarla pasando bien en ese momento. Ojalá pudiera estar allí con todo el mundo, disfrutando igual. Deseó poder estar en cualquier lugar disfrutando de sí mismo. Estaba cansado de no saber a dónde iba con Yunho, de no saber si tenían algo juntos o no. Quería respuestas.

—¿Yunho?

—Sí, Jaejoong— Yunho respondió desde el otro lado de la habitación.

—¿Todavía soy tu mascota?

—Por supuesto que sigues siendo mi mascota. Eso nunca va a cambiar.

—¿Todavía soy tu mascota sexual?— Jaejoong contuvo el aliento mientras esperaba que Yunho le respondiera. De lo que Yunho respondiera podía hacer o deshacer. Cuando Yunho no respondió, el corazón de Jaejoong se hundió. Se dio la vuelta para hacerle frete a Yunho. —¿Y bien?

—Oh, Jaejoong, ¿cómo puedes…

Jaejoong sabía lo que Yunho le iba a decir antes de que se lo dijera. Sorpresa e incredulidad estaban escritas por toda la cara de Yunho. Jaejoong se preparó cuando él sintió que su corazón comenzaba a romperse. Yunho no lo quería más.

—… quererme después de lo que te hice?

¿Qué? Jaejoong miró a Yunho con confusión por sus palabras. —¿De qué estás hablando? Tú no me hiciste nada.— Hizo un gesto con las manos en el aire con gesto exasperado. —Infiernos, no me has hecho nada en días.

—Jaejoong, recibiste un disparo por mí.

La cabeza de Jaejoong se giró por la sorpresa. —¿Qué?

Yunho cayó de rodillas. Hundiendo la cabeza en sus manos. —Se supone que yo debo protegerte, cuidar de ti. En su lugar, casi pierdes la vida por mí.

Jaejoong se sorprendió al ver las lágrimas en los ojos de Yunho cuando lo miró.

—¿Cómo podría tocarte después de eso?— Yunho dijo.

Jaejoong cruzó la sala para estar de pie delante de Yunho. No tenía ni idea de que Yunho lo estuviera evitando porque tuviera algunos sentimientos de culpa. Eso explicaba todo, y al mismo tiempo, no explicaba nada.

Envolvió sus manos alrededor de la cara de Yunho y ladeó la cabeza hacia atrás para poder mirar fijamente sus ojos marrón tierra. —Yunho, tu no hiciste nada. Hyunjoong sí. Tú hiciste todo lo posible para protegerme.

—Pero yo…

Jaejoong rápidamente cubrió los labios de Yunho con un dedo y negó con la cabeza. —No, no lo hiciste. Si alguien tiene la culpa, soy yo por no hacer algo cuando Hyunjoong estaba amarrado. Además, estoy bien, casi como nuevo, en efecto.

Yunho se inclinó hacia adelante y hundió el rostro en el estómago de Jaejoong. Sus brazos fueron alrededor de Jaejoong, tan fuerte que casi lo mataba. —Tú nunca debiste haber recibido un disparo en primer lugar.

—Estoy de acuerdo. Pero eso no quiere decir que fuera culpa tuya. Yo solo estaba haciendo lo que se supone debería hacer. Tú fuiste a protegerme de los habitantes de la noche, así como todos los demás. ¿Qué se suponía que yo hiciera?

Yunho asintió. —Sí, pero…

Jaejoong continuó como si Yunho no hubiera hablado. —¿Tu sabias que en ese momento Hyunjoong había hecho un trato con los habitantes de la noche?

Yunho negó con la cabeza.

—¿Sabías que se suponía que los habitantes de la Noche los mantendrían ocupados para que Hyunjoong pudiera llegar a mí?

Yunho negó con la cabeza.

—¿Sabías que Hyunjoong conocía cual era nuestra habitación?

Yunho negó con la cabeza.

—¿Sabías que Hyunjoong tenía un arma?

Yunho negó con la cabeza.

—¿Sabías que si no me besas en los próximos cinco segundos, voy a patearte el culo?

Yunho empezó a mover de nuevo la cabeza y luego se detuvo, para mirar sorprendido a Jaejoong. —¿Qué?

—Bésame Yunho.— Jaejoong susurró mientras se inclinaba hacia adelante. —He extrañado tus besos.

—Jaejoong— Yunho gimió.

Jaejoong no le dio elección a Yunho. Apretó sus labios contra los de Yunho, incluso mientras empujaba su cuerpo hacia atrás contra el suelo. En el momento de que la espalda de Yunho cayó al suelo, Jaejoong movió sus piernas encima de él, cabalgando a Yunho.

Incluso con sus labios pegados a los de Yunho, Jaejoong no perdió tiempo para tratar de sacar la camisa de Yunho por su cuello, y luego ir a trabajar en los jeans de Yunho. Él tenía toda la intención de tener toda la ropa fuera de ellos lo más rápido posible.

—Jaejoong.— Yunho le susurró mientras su boca se alejaba de Jaejoong. Agarrando sus manos —Más despacio, pequeño.

Jaejoong negó con la cabeza. —No quiero ir más despacio. Quiero sentirte dentro de mí.

Yunho lo miró por un largo momento. —¿Estás seguro, Jaejoong?

—Sí, seguro.— Jaejoong sonrió. Estaba más que seguro. ¡Estaba extasiado!

—Levántate.

—¿Qué? No.— Jaejoong gritó, cuando Yunho lo paró. Jaejoong pensó que Yunho lo estaba rechazando una vez más pero él se sorprendió cuando Yunho se puso de pie y tomó a Jaejoong entre sus brazos, y empezó a llevarlo a la habitación.

Yunho puso a Jaejoong sobre sus pies, y le dio una sonrisa. —El primero en desvestirse estará arriba.

Los ojos de Jaejoong se abrieron como platos. Sus manos rápidamente fueron al borde de su camisa. La subió hacia su cabeza y la tiró por la habitación antes de llegar a sus pantalones. Se echó a reír al ver a Yunho peleando con su ropa para sacarla con la misma rapidez.

Jaejoong estaba vestido con unos jeans y una camisa. Yunho llevaba una camisa, unos jeans, calcetines y botas. Jaejoong estaba seguro de que él se desnudaría primero. Por lo menos hasta que vio a Yunho bajar sus pantalones por sus piernas, su dura polla rebotar y quedar libre de su pantalón.

La larga visión dejó a Jaejoong congelado en su lugar, con sus pantalones a la mitad de sus piernas. Solo podía estar allí y mirar, lamiéndose los labios. Él quería sentir la polla en su boca ahora. Cayendo de rodillas. Jaejoong se inclinó hacia adelante y rodeó con sus labios la longitud de la carne de Yunho.

Oh demonios. Era tan bueno como Jaejoong recordaba. Yunho sabía a cielo, duro, dominante y a hombre. Jaejoong gimió. Él sonrió con la polla de Yunho en su boca cuando escuchó un gemido de Yunho inmediatamente después del suyo.

—Eso es hacer trampa, Jaejoong.

Jaejoong se hizo hacia atrás lo suficiente para ver a Yunho. —¿Quieres que me detenga?

—Mierda, no.

Jaejoong sonrió, luego envolvió sus labios alrededor de Yunho de nuevo. Saboreaba a Yunho con su lengua, lamiendo y acariciándolo. Lo chupó hasta que las manos de Yunho apretaron su cabello, manteniéndolo quieto. Jaejoong levantó la vista. Yunho tenía la mandíbula apretada, los ojos cerrados, y el aire salía entre sus dientes.

—Basta, Jaejoong.— Yunho gruñó. —Quiero estar dentro de ti cuando me corra.

Jaejoong también lo quería. Rápidamente se puso de pie y empujó sus jeans el resto del camino fuera de sus piernas, luego subió a la cama y se dio vuelta sobre su espalda. Miró ansiosamente como Yunho se sacó el resto de la ropa y se subió a la cama de rodillas entre sus piernas.

—Tú estuviste desnudo primero, Jaejoong. Eso significa que tienes que estar arriba.

Jaejoong negó con la cabeza. —Nosotros ya lo hicimos así. Quiero probar de otra manera.

Yunho se echó a reír. —Busca el lubricante.

Jaejoong se dio la vuelta y metió la mano en el cajón de la mesita agarrando el lubricante. Se lo entregó a Yunho y comenzó a moverse por la cama cuando una mano en la mitad de su espalda se lo impidió.

Yunho le guiñó un ojo. —En tus manos y rodillas, pequeño. Yo quiero jugar.

Ese plan estaba bien para Jaejoong. Subió de nuevo al centro de la cama y se colocó en sus manos y rodillas, enterrando la cabeza entre sus manos. Podía oír como Yunho abría el lubricante y salía un chorro. Su cuerpo se estremeció de anticipación. Había pasado tanto tiempo desde que había estado con Yunho y había tenido tanto miedo de que nunca estarían así de nuevo. La espera era más de lo que Jaejoong podía aguantar.

—Yunho.— Él exigió.

—Lento, bebé— Yunho se echó a reír. —Yo no quiero hacerte daño.

—Tú no lo haces, te lo juro.

—Vamos a hacer esto a mi manera, Jaejoong, o no hacemos nada.

—Está bien.— Jaejoong resopló. —Simplemente… ¡Oh, cielos!— Jaejoong casi se corre al sentir a Yunho presionar dentro de él con un dedo lubricado. Oh, sí, eso era lo que le hacía falta.

Solo un par de veces con Yunho y ya estaba atrapado de por vida. Pero no podía imaginarse estar de esta manera con nadie más. Jaejoong pensó que se volvería loco cuando Yunho presionó otro dedo dentro de él. Ya habían pasado semanas desde que Yunho lo había tocado así. Él nunca lo dejaría ir de nuevo si tenía algo que decir al respecto.

—Yunho— Jaejoong gimió. Empujó sus caderas contra Yunho, empalándose más en los dedos de Yunho. Podía sentir la punta de su polla rozando el edredón.

Jaejoong no sabía qué hacer. Quería empujarse hacia abajo y joderse contra el edredón, pero si lo hacía no podía empujarse contra Yunho. La indecisión lo estaba matando. Jaejoong gimió.

—Te tengo, bebé.— Yunho canturreó. De repente, los dedos fueron reemplazados con una larga y gruesa polla. Jaejoong volvió a gemir cuando Yunho se hundió todo el camino en él.

Esto era lo que necesitaba, lo que quería.

—Espera, bebé, esto va a ser rápido y duro. Ha pasado demasiado tiempo.— Yunho, dijo mientras agarraba a Jaejoong por las caderas y se empujaba más hacia él.

—¿Y de quién es la culpa?— Jaejoong escupió, suavizando sus palabras dándole una sonrisa a Yunho por encima de su hombro.

—Sí, sí, ahora cierra la jodida boca— Yunho se echó a reír. —Estoy tratando de concentrarme aquí.

—Yo no quiero interrumpirte.— Jaejoong dijo.

—Jaejoong.

Jaejoong se rio. Él se volvió hacia la parte delantera de la cama y agarró el edredón. Él podía sentir como el movimiento de Yunho golpeaba la cabecera. Cada embestida estaba llena de toda la fuerza de Yunho.

Si Jaejoong no lo conociera, pensaría que Yunho estaba tratando de empujar su polla hasta un lugar dentro de Jaejoong de donde nunca pudiera salir. Jaejoong sabía que lo iba a sentir por lo menos hasta el día siguiente. No podía estar más emocionado con la idea.

Un repentino golpe en la cadera hizo que Jaejoong mirara sobre su hombro con sorpresa a Yunho. —¿Por qué hiciste eso?

—Ruédate, bebé. Quiero ver cómo te tocas.— Yunho respondió mientras se salía del cuerpo de Jaejoong, Jaejoong sintió la pérdida.

Bueno, Jaejoong podía hacer eso. Rápidamente se dio la vuelta sobre su espalda y abrió las piernas. Le sonrió a Yunho, mientras una mano agarraba su dura polla y la acariciaba varias veces. La otra mano subió y pellizco de su pezón. —¿Esto es lo que querías?

Jaejoong sentía el placer arremolinarse a través de él al ver los ojos vidriosos de Yunho. Un pequeño tic latía en su mandíbula afilada, mientras él le gruñía a Jaejoong. Le encantaba saber que podía provocar a Yunho hasta este punto.

Jaejoong gritó de sorpresa, al darse cuenta de que había desatado a un monstruo, cuando Yunho tomó sus piernas y las empujó hasta su pecho. Un momento después, la polla de Yunho empujó de nuevo dentro de él, llenándolo hasta el fondo.

Yunho comenzó a moverse a un ritmo rápido, empujando dentro de Jaejoong, después, saliéndose de Jaejoong. Cada movimiento de su cuerpo sacudía a Jaejoong hasta que Jaejoong tuvo que dejar a un lado su polla y se agarró de los brazos de Yunho solo para evitar caerse de la cama.

—Cerca, bebé, estoy tan cerca— Yunho gruñó

Jaejoong soltó el brazo de Yunho para agarrar su polla. Quería correrse con Yunho. Pero la fuerza de los embates de Yunho al instante lo empujó al borde de la cama. Jaejoong rápidamente se agarró de Yunho de nuevo. Sus ojos buscaron a Yunho con desesperación.

—Vas a correrte conmigo, Jaejoong.— Yunho escupió con los dientes apretados, como si comprendiera el dilema de Jaejoong. —Tú eres mi mascota sexual. Tú me perteneces. Yo soy tu amo. Haces lo que yo te digo y te digo que te vas a correr conmigo.

Bueno él no podía discutir con esa lógica. Además, las fuertes palabras de Yunho parecían tener el efecto deseado. Jaejoong podía sentir como su polla empezaba a palpitar, las gotas de líquido pre-seminal goteaban de la cabeza. Un cosquilleo comenzó a construirse en la base de su espina dorsal y lentamente se abrió camino hasta que se envolvió alrededor de su polla, y sostuvo a Jaejoong suspendido, cuando él estuvo esperando el permiso de Yunho para poder estallar.

Las manos de Yunho se apretaron más alrededor de los muslos de Jaejoong mientras empujaba una vez más, su cuerpo se puso rígido sobre Jaejoong. Los ojos de Yunho se clavaron en Jaejoong.

—Córrete conmigo, mi Jaejoong.— Yunho le exigió.

Como si eso fuera todo lo que su pene hubiera estado esperando, Jaejoong gritó, con su cabeza golpeando el colchón cuando su orgasmo atravesó su cuerpo. No era nada de lo que hubiera experimentado antes. Le golpeó cada terminación nerviosa del cuerpo y luego salió disparado de la parte superior de su polla.

—¡Yunho!— Jaejoong gritó cuando pudo respirar, pensar, sentir otra cosa que la presión del cuerpo de Yunho en contra del suyo, unos ojos verdes lo miraron.

Estaba hipnotizado, capturado por las intensas emociones en el rostro de Yunho.

—Yunho.— Jaejoong susurró, con admiración por el amor que veía en los ojos de Yunho. Alzó su mano para acariciar un lado de la cara de Yunho. Yunho capturó la mano de Jaejoong y le dio un beso en la palma.

Dejando caer la mano de Jaejoong, Yunho se inclinó hacia abajo, presionando su cuerpo contra el suyo. Sus manos capturaron la cara de Jaejoong, sujetándola también. La respiración de Jaejoong se quedó atrapada en la garganta, cuando Yunho bajó la cabeza y lo besó.

Sintió ese beso hasta en los pies. Yunho lo estaba devorando. Las manos de Jaejoong se apretaron en la cintura de Yunho, mientras la lengua de Yunho rosaba sus labios y los pellizcaba. Cuando Yunho finalmente levantó la cabeza para mirarlo de nuevo, Jaejoong dejó escapar un gemido de protesta. Él no quería que el beso terminara.

—¿Supongo que me estas conservando?— Jaejoong le preguntó un momento después.

Yunho se echó a reír. Él le quitó un rizo rubio de la cara a Jaejoong. —Sí, te voy a conservar.

—¿No pensarás más que mi lesión fue tu culpa?

—Jaejoong…

—No pensarás más que mi lesión fue tu culpa, ¿verdad?— Jaejoong repitió mientras golpeaba el pecho de Yunho con un dedo.

Yunho se echó a reír. —Está bien, no pensaré más que fue mi culpa, pero solo si me prometes que no conseguirás otro disparo otra vez.

—Bueno, te aseguro que voy a intentar no hacerlo. Eso es una mierda.

Yunho se apartó de Jaejoong y rodó hacia un lado de la cama. Se puso sobre su espalda y le dio unas palmaditas en la pierna a Jaejoong. —¿Todavía quieres salir y dar ese paseo?

—¡Sí!— Jaejoong exclamó rápidamente se rodó a un lado de la cama para unirse a Yunho. —He estado encerrando en este maldito lugar por siempre. Voy a volverme loco.

—Tú sabes que aún no puedes salir a la calle sin escolta, ¿verdad?

Jaejoong se encogió de hombros. Él se lo había figurado. Odiaba las reglas que había tenido que aceptar para poder pertenecer a Yunho, pero si eso era lo que tenía que hacer, lo haría. Jaejoong se inclinó hacia un lado y acaricio la mejilla de Yunho. A él le encantaba como Yunho lo tocaba, aunque no fuera sexual.

—Te dejaría salir si los habitantes de la noche no fueran un problema, Jaejoong, te lo juro. No puedo dejar que nada te pase, y hasta que sepamos que no vamos a tener ninguna relación más con ellos, no puedo darles ninguna oportunidad.

Jaejoong sonrió. Podía ver la preocupación en los ojos de Yunho. Le palmeó la mejilla al hombre. —Lo entiendo, Yunho. No voy a pedirte salir a la calle sin escota hasta que tú me des el visto bueno.

Yunho dejó escapar un profundo suspiro. —Lo siento, bebé.

—Yo no.— Jaejoong dijo. —A pesar de que toda esta situación ha sido horrible, además de lo que hemos descubierto, quiero decir, también hemos aprendido algunas cosas.

Yunho hizo una mueca. —¿Qué aprendimos?

—Bueno, primero, no importa qué tan seguros pensemos que estamos de los habitantes de la noche, no lo estamos. Siempre tenemos que estar en guardia. Aunque es una manera horrible de vivir, es mejor que estar muerto.

—Eso es cierto.— Yunho respondió

—También aprendimos que hay gente que puede parecer inofensiva, pero en realidad ellos tienen que estar bien vigilados.

—¿Hyunjoong?

Jaejoong asintió. —Yo sabía que era una bola de barro, pero nunca pensé que se hundiría lo suficientemente profundo como para llegar a un acuerdo con los habitantes de la noche.— Jaejoong se estremeció. —él puso en peligro a otras personas para mantenerse a salvo. Eso es repugnante.

—Jaejoong, ahora no lo sabemos a ciencia cierta. Solo tenemos esa suposición.

Jaejoong negó con la cabeza rápidamente. —No, yo lo sé. Simplemente tiene sentido. Los habitantes de la noche, nunca nos atacaron a nosotros, nunca. Sin embargo, atacaron a todos los que estaban a nuestro alrededor. Yo siempre pensé que era porque no teníamos nada que les pareciera interesante.

—Bebé, ellos no le roban a la gente. Los habitantes de la noche matan a la gente. Eso es todo lo que hacen. Si Hyunjoong llegó a un acuerdo con ellos solo fue para salvar su propio pellejo, y nada más.

—Eso es lo que estoy diciendo.— Jaejoong dijo. —Hyunjoong hizo un trato con los habitantes de la noche, no solo para salvar su pellejo, sino para llegar a ti y a mí. Piensa en ello, si los habitantes de la noche pudieran entrar en la ciudad, ellos tendrían todo tipo de cosas para perseguir.

—A todo tipo de personas, Jaejoong, las personas.

Jaejoong hizo una mueca. —Sí, eso es.

—Vamos, pequeño, quita la mirada triste de tu cara y ve a limpiarte.— Yunho le dijo. —Tenemos que salir y divertirnos.

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Yunho negó con la cabeza, riendo entre dientes, mientras observaba a Jaejoong ir al cuarto de baño para limpiarse. Jaejoong prácticamente se recuperó con la anticipación. Yunho pensaba que era tan lindo. Si decirle a Jaejoong que darían un paseo lo hacía feliz, era todo lo que Yunho necesitaba.

Todavía estaba un poco reacio, de dejar salir a Jaejoong a cualquier lugar. Después de que a Jaejoong le hubiera disparado Hyunjoong, era todo lo que Yunho podía hacer para mantenerse cuerdo hasta que Jaejoong sanara. Yunho no estaba tan seguro de no haber podido perderlo en algún lugar a lo largo del camino.

Cuando conoció a Jaejoong, Yunho no tenía ni idea de que Jaejoong vendría a significar tanto para él. Yunho con mucho gusto dejaría el liderazgo de los Death Dealers por su pequeño hombre. Demonios, incluso daría su propia vida si ello significara que Jaejoong seguiría estando seguro.

Todavía no podía creer que Hyunjoong había hecho un trato con los habitantes de la noche para poder llegar a Jaejoong. Si Jaejoong no hubiera hecho la conexión de que los habitantes de la noche nunca habían atacado el garaje de Hyunjoong, pero si a todos a su alrededor, Yunho nunca se habría dado cuenta de que Hyunjoong estaba de acuerdo con ellos. Yunho se imaginaba que Hyunjoong lo odiaba por humillarlo y vio que matar a Jaejoong era una manera de deshacerse de su hijastro y vengarse de Yunho al mismo tiempo. Y habría completado el trabajo, si Jaejoong no hubiera luchado.

Hyunjoong estaba muerto, se rompió el cuello cuando aterrizo en el suelo después de que fuera lanzado por el balcón. Los habitantes de la noche habían desaparecido tan rápidamente como habían aparecido, dejando tras de sí una gran cantidad de caos. Jaejoong estaba vivo y seguro, para Yunho, eso era lo que importaba.

Yunho se puso de pie y cogió su ropa. Su mente daba vueltas con sus pensamientos de que Jaejoong casi muere, mientras se vestía. No quería volver a pasar por algo así otra vez. Si eso significaba duplicar la guardia y que Jaejoong se mantendría a su lado a cada segundo de cada día, que así fuera.

Jaejoong era su protegido, y no importaba lo mucho que lo enojara, Yunho haría todo lo que estuviera a su alcance para asegurarse de que Jaejoong estaba protegido. En el poco tiempo que Yunho lo había conocido, Jaejoong se había convertido en el centro de su mundo.

—Oye, ¿Aún no has terminado?— Yunho lo llamó cuando Jaejoong no salió del cuarto de baño minutos después.

—Ya voy.— Jaejoong dijo mientras salía del cuarto de baño.

La respiración de Yunho se atascó cuando sus ojos se posaron en Jaejoong. No lo entendía, pero cada vez que veía a Jaejoong, su belleza asombraba a Yunho. Jaejoong era sin lugar a dudas, el hombre más hermoso que jamás había visto.

Jaejoong no era simplemente bonito o hermoso. Era impresionante, asombroso. Y era todo de Yunho. No tenía más dudas sobre que Jaejoong le pertenecía y siempre sería así. Jaejoong no le había dejado dudas a Yunho después de que había saltado frente a la bala que Hyunjoong había disparado para protegerlo.

Nadie podría complementarlo más, y mucho menos podía pensar en otra persona que tratara de protegerlo arrojándose delante de una bala como Jaejoong lo había hecho. Y Yunho no estaba feliz porque Jaejoong hubiera sido herido, él siempre le agradecería a Jaejoong que se preocupara por él lo suficiente como para querer salvarlo.

—¿Listo?

—Un momento.— Jaejoong dijo mientras corría por la habitación hasta la pequeña mesa junto a la puerta del dormitorio. —Yo necesito conseguir mi collar y correa.

—Jaejoong— Yunho dijo en voz baja.

—¿Si?— Jaejoong preguntó al tiempo que abría el cajón y buscaba el collar de cuero y la correa.

—No los necesitamos.

—Por supuesto que sí. Quiero salir a la calle.— Jaejoong abrió otro cajón y buscó a través de él.

—Jaejoong.

—¿Uh, huh?

—Jaejoong, mírame— Yunho le ordenó.

—No puedo encontrarlos, Yunho— Jaejoong dijo. Mientras se volvía para mirar a Yunho. —¿Los has visto?

Yunho se acercó a Jaejoong y lo agarró con sus manos. —Te dije que no los necesitas, Jaejoong.

—Pero…quiero salir a la calle, Yunho. Tú dijiste que podíamos salir a la calle a caminar.

Yunho sonrió. —Y nosotros lo haremos. Pequeño, pero no necesitas el collar y la correa más. Me deshice de ellos.

—¿Qué? ¿Por qué? Tú dijiste que no podía salir de la habitación a menos de que los llevara puestos.— Jaejoong lo miró completamente confundido.

—También te dije que las mascotas solo llevan collares y correas hasta que son reclamados con una marca permanente por el amo.— Yunho pasó su mano sobre la marca tatuada en el cuello de Jaejoong. —Tú llevas mi tatuaje, Jaejoong eso es todo lo que necesitas.

Jaejoong levantó la mano y acarició ligeramente con los dedos el tatuaje. Su rostro enrojeció cuando él empezó a sonreír, con la más bella sonrisa que Yunho jamás hubiera visto.

Yunho lo besó suavemente en los labios. —Te voy a conservar, Jaejoong, para siempre.

Fin