Capítulo 5

—Jaejoong, despierta, es hora de irse.

Los ojos de Jaejoong parpadearon abriéndose. Miró a Yunho mientras las palabras hacían mella en su dormido cerebro. ‘Tiempo de irse’. Un frío estremecimiento recorrió su espalda. —De acuerdo.— Rodó por un lado de la cama y alcanzó sus ropas, tirando de ellas lentamente sintiendo que le llevaba toda su energía moverse.

Su corazón estaba rompiéndose. Sabía que ese momento llegaría, pero le hubiera gustado tener algunos días más con Yunho. Solo quería algo más de tiempo para atesorar algunos recuerdos, recuerdos para revivirlos los años venideros.

Jaejoong no pudo mantener un pequeño sollozo que salió libremente de sus labios cuando pensó en su futuro sin Yunho. Si no fuera por el bebé que cargaba, probablemente se lanzaría por el acantilado más cercano que hubiera.

—¿Jaejoong?

—Por favor, déjame.— Jaejoong cerró su boca y bajó su mirada al darse cuenta de lo que había estado a punto de hacer. «No voy a rogarle que no me aleje». Giró su cabeza cuando las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. Sus hombros se sacudieron —.Lo siento, me prometí a mí mismo que no…

De nuevo, se calló antes de decir una estupidez. Yunho no había firmado un contrato para tener una familia instantánea, ciertamente no una donde la madre de su hijo era un hombre

—Bien, estoy listo— dijo Jaejoong finalmente poniéndose en pie —.Aprecio todas las cosas que has hecho por mí.

—¿Jaejoong qué…?

—Gracias, Yunho— Jaejoong susurró. Sus manos temblaban cuando se acercó a Yunho y recorrió con un dedo su mejilla —.No voy a olvidarte— se giró y se dirigió hacia la puerta.

—¿Jaejoong, ¿dónde crees que vas?

—No lo sé, encontraré algún sitio.— Lo miró sobre su hombro, sus labios temblaban y trató de darle a Yunho una sonrisa, aun cuando estaba muriendo por dentro. —No te preocupes. Estaré bien.

—Jaejoong— Yunho dijo firmemente —.No vas a ir a ninguna parte sin mí. Tú…— Yunho extendió su mano hacia el montículo del estómago de Jaejoong —.El bebé y tú me pertenecen. Nosotros estamos juntos para siempre.

—¿Tú quieres que me quede?— susurró Jaejoong con miedo de que todo fuera un sueño —.¿No dijiste que era tiempo de que me fuera?

—‘Nosotros’ tenemos que irnos, colibrí— dijo Yunho atrayendo a Jaejoong a sus brazos —pero juntos. No sé lo que significó para ti lo de anoche, pero para mí fue mucho.

—Pensé que lo que querías es que me fuera.— Jaejoong lloraba, apretando tan fuertemente la camisa de Yunho que el material lo raspaba —.Me prometí a mí mismo que no rogaría para que me dejaras quedarme, que respetaría tus deseos, pero yo…— Jaejoong negó cuando se vio demasiado superado por las emociones para continuar.

—Shh, colibrí, no te preocupes— replicó Yunho —.No voy a dejarte, igual que tú no me dejarás a mí.

—Entonces, ¿por qué dijiste que es hora de irnos?

—Dam se enteró mientras estaba en el pueblo que unos extraños habían estado husmeando por los alrededores. Así que creemos que debemos irnos de aquí a la primera oportunidad. No voy a dejar que esas personas se lleven a nuestro bebé ni a ti, Jaejoong.

—Nos encontraron.

—Me temo que sí, colibrí.

Jaejoong frunció el ceño —¿Por qué me llamas colibrí?

La sonrisa de Yunho brilló en la oscuridad de la habitación. —Porque me recuerdas a un colibrí, son muy pequeños y delicados, pero hay una fuerza interior en ellos que los hace hermosos.

Jaejoong sabía que Yunho podía ver sus mejillas enrojecidas incluso en la oscuridad. Nadie antes lo había llamado hermoso o fuerte, sus hermanos eran los hermosos, altos y musculosos, guerreros y futuros líderes todos y cada uno de ellos.

—Nosotros somos ‘Leannan’— Jaejoong susurró —.Es una palabra Gaélica que significa dulce corazón o concubino, como amantes o pareja.

—¿Entonces eso es lo que me has estado llamando todo este tiempo?— preguntó Yunho —.¿Y el resto de las palabras que me has dicho, qué significan?

—Dame tu vida, tu amor, a ti para siempre como yo me doy a ti.— dijo Jaejoong —.Esas son simples palabras de un amante a otro.

Yunho se rio y negó —Oh. No, Jaejoong, no vas a escaparte tan fácilmente porque nada que tenga que ver contigo es sencillo. Ahora dímelo. ¿Qué significan esas palabras?

Jaejoong bajó su mirada, Yunho se enfadaría cuando le contara lo que había hecho. No podría culparlo, si hubiera sido él también se enojaría. Pero no podía tomar algo de Yunho sin darle nada a cambio.

—¿Jaejoong?

—Esas palabras son un compromiso— susurró Jaejoong —.Cuando estuvimos juntos en las instalaciones de investigación, tomé algo tuyo en contra de tu voluntad y no podía hacerlo sin darte algo a cambio, entonces me di a mí mismo.

—¿Te diste? ¿Qué significa eso?

Jaejoong se separó de Yunho y dio varios pasos atrás frotando su estómago. Sabía que eso era un hábito nervioso que había desarrollado, pero lo hacía sentirse conectado a Yunho, aunque fuera a una parte muy pequeña de él.

—En mi mundo, cuando una persona dice esas palabras y se compromete con otro, es para siempre. Te prometo que nunca estaré con otro, nunca amaré a otro o le daré una parte de mí mismo.— Jaejoong tragó el nudo en su garganta al ver el shock en la cara de Yunho —.Una vez que está hecho, no puede deshacerse.

—Diablos, Jaejoong, ¿qué hubieras hecho si no nos hubiéramos vuelto a ver?

Jaejoong se encogió de hombros y frotó sus manos arriba y abajo de sus brazos cuando un helado sentimiento lo atravesó repentinamente. —Siempre tendría esa noche— movió sus manos hacia su estómago —y a nuestro hijo.

—¡Oh, Jaejoong!— Yunho susurró.

Jaejoong se refugió en los brazos de Yunho, sorprendido de estar de pie donde estaba. Había estado seguro de que Yunho lo iba a repudiar.

—¿Realmente te comprometiste conmigo con unas pocas palabras?— La voz de Yunho reflejaba su incredulidad.

—Esto es un poco más complicado, para que esas palabras sean efectivas tenía que tomar un poco de tu sangre— señaló Jaejoong —.Mordí tu mejilla cuando te besé.

—¿Y eso me compromete contigo de la misma forma?

—No— murmuró Jaejoong cerrando los ojos por el dolor que le causaba esa declaración.

—¿No piensas que deberíamos arreglarlo?

Los ojos de Jaejoong se abrieron y miró a Yunho conmocionado, hasta que vio el cuchillo que tenía el hombre. La respiración voló de su pecho mientras observaba a Yunho cortarse la palma de su mano. Cuando Yunho tuvo ambas manos ensangrentadas, le pasó el cuchillo.

—¿Me dejarías tomar algo de tu sangre?

La mano de Jaejoong temblaba cuando alcanzó el cuchillo.

—Yunho, sabes que esto no se puede deshacer una vez que está hecho. Es de por vida, para siempre, no puedes ni siquiera desconectar tu mente de ese hecho.

La mano de Yunho cubrió la suya sobre el mango del cuchillo. —No quiero que cambie— dijo, y cortó la palma de Jaejoong.

Jaejoong hizo una mueca, pero rápidamente decidió disfrutar del momento, e hizo caso omiso al dolor, respirando entrecortadamente cuando Yunho recorrió con su lengua la palma de su mano, lamiendo la sangre. Yunho inclinó su cabeza y juntó sus manos para que sus sangres se mezclaran.

—Ahora di las palabras, colibrí, entonces podré repetirlas.

Jaejoong abrió su boca para hablar, pero nada salió. Tragó y lo intentó de nuevo, esta vez miraba profundamente dentro de los ojos de Yunho. —Dame tu vida, tu amor, a ti para siempre como yo me doy a ti.

—Dame tu vida, tu amor, a ti para siempre como yo me doy a ti.— Yunho se hizo eco en los votos

Anteriormente, había sido solamente Jaejoong quien había pronunciado el compromiso, esta vez lo hicieron ambos. El lazo fue instantáneo, como un rayo golpeándolos a la vez. Jaejoong sentía a Yunho en su mente y Yunho lo sentía a él. Era un sentimiento embriagador.

Yunho se estremeció. —Maldita sea, Jaejoong, puedo sentirte.

—Sí.— Jaejoong se sentía borracho, mareado y su cuerpo lánguido. Podría haber caído al suelo si Yunho no lo estuviera sosteniendo.

Había soñado con esto, llenado sus pensamientos durante horas y horas fantaseando sobre este momento. Quería esto más que cualquier otra cosa que pudiera recordar. Y finalmente su sueño se había hecho realidad, abrumándolo. Las lágrimas nublaban sus ojos y Jaejoong sabía que su sobre excitación emocional no podía atribuirse únicamente a su embarazo.

«Mi hermosa pareja». Yunho susurró las palabras en su mente, usando su enlace mental por primera vez. Jaejoong miró hacia arriba, dejando que el hombre viera las lágrimas de alegría en sus ojos.

—Jaejoong, puedes oírme.

—Sí, ese es uno de los beneficios de estar entrelazados. Podemos hablarnos mentalmente. 

Es una conexión que nunca podremos compartir con otro ser vivo— Jaejoong se rio entre dientes y miró hacia abajo al movimiento bajo su camisa —.Bueno, quizás excepto por nuestro hijo.

Yunho apoyó una mano sobre su estómago y el movimiento del bebé cesó instantáneamente. —Puede hablarme en cualquier momento que quiera.

—¿Y yo?— Jaejoong inclinó su rostro dentro de la mano de Yunho que ahuecaba su cara.

—¿Qué pasa, colibrí?

—Yunho, no es que me queje porque créeme, no lo hago, pero ¿por qué has cambiado repentinamente de opinión? Ayer gritabas diciendo que no eras homosexual y que los hombres no tenían bebés. ¿Por qué ese repentino cambio de parecer?

—No tengo una respuesta para eso porque no estoy seguro, Jaejoong— dijo Yunho —.Dam me habló sobre los Aes Sídhe y sobre ti. No lo creí hasta que habló de su amante perdido hace muchos años, Sang Hyun. Si un hombre como Dam tiene el valor de admitir que quiere a un hombre, yo también.

—¿Sang Hyun?— preguntó confundido.

—Sang Hyun es un Aes Sídhe, como tú. Dam lo conoció hace cerca de veinte años, en Corea del Norte. Aparentemente, Sang Hyun fue secuestrado por la Corte Oscura y Dam nunca lo olvidó. Ha pasado su vida tratando de encontrarlo, por esa razón sabe tanto de tu raza.

—Yunho, el nombre de mi tío es Sang Hyun. Fue capturado a este lado del Velo hace veinte años, y la Corte Oscura lo mantuvo retenido casi dos años antes de que lo liberaran.

—¡Cristo!— Yunho dio un paso atrás, empujando su mano a través de su cabello —.Tenemos que decírselo a Dam. No sé si tu Sang Hyun y el Sang Hyun de Dam son el mismo, pero debe saberlo.

—Entonces vamos a decírselo— dijo Jaejoong —.Si es la misma persona, conseguiremos que vuelvan a estar juntos de nuevo. Sang Hyun ha estado solo durante veinte años, nunca ha hablado de una pareja, nunca habla sobre nada, pero siempre he sabido que algo le había pasado. Me gustaría verlo feliz.

Yunho fue hacia la puerta y se paró de repente cuando la alarma empezó a sonar a todo volumen.

Jaejoong miró salvajemente alrededor de la habitación. —¿Qué demonios?— Un frío, una sensación espeluznante subió por su espalda.

—¿Yunho?

—Es la alarma, alguien ha traspasado el perímetro de seguridad de Dam— Yunho le tendió su mano a Jaejoong —.Vamos, realmente tenemos que irnos ahora.

Jaejoong agarró su mano, por suerte Yunho se veía calmado, tranquilo y controlando la situación, pero ciertamente él no lo estaba. Si hubiera estado solo, estaría paralizado de miedo. —¿Yunho, es esto…?

—No lo sé, Jaejoong, pero mejor agarra lo que quieras llevarte porque no sé si volveremos aquí. Dam tiene algún tipo de plan de escape en mente para nosotros, pero debemos estar preparados para cualquier cosa.

Jaejoong miró sobre sus hombros para ver si había olvidado alguna cosa. Su mirada se fijó en la loción de la mesita de noche. Se alejó de Yunho y corrió para agarrarla, la deslizó en el bolsillo de su sudadera antes de correr de vuelta y unirse a él.

—De acuerdo, estoy listo.

Yunho sacudió su cabeza, pero una sonrisa jugó a través de sus labios y tomó la mano de Jaejoong de nuevo. —Bien pensado, colibrí, podemos necesitarlo.

—Eso espero— Jaejoong murmuró y siguió a Yunho fuera de la habitación hacia la sala de reuniones principal. Se encontraron con Dam cuando entraron en la pequeña habitación de la cocina. La mirada del hombre mayor fue hacia sus manos unidas y levantó una ceja.

—Te lo explicaré después— dijo Yunho dándole a la mano de Jaejoong una rápida caricia.

Dam rio y sacudió su cabeza antes de lanzarse por el pasillo. —Deben prepararse. Hay ropas en la mesa para que se cambien. Necesito ir a desinfectar la casa.

—¿Desinfectar la casa?— preguntó Jaejoong siguiendo a Yunho.

—Dam va a ir a eliminar todas las evidencias que demuestren que hemos estado aquí, hacer la cama, arreglar la habitación de invitados, cosas como esas— Yunho explicó —.Eso no retendrá por mucho tiempo a esos hombres, seguirán buscándonos, pero al menos nos dará algo de tiempo.

Jaejoong asintió. Eso tenía sentido para él. Yunho y Dam actuaban como si esta situación fuera algo que ocurriera todos los días. Jaejoong, por otro lado, se sentía tan fuera de su terreno, que necesitaba que lo llevaran de la mano… literalmente

—Yunho ¿que si…?— El resto de las palabras de Jaejoong se perdieron en un grito cuando Yunho lo agarró repentinamente y lo empujó detrás de su espalda. Jaejoong miró más allá de Yunho y vio dos grandes sombras avanzando hacia ellos. Se tensó esperando el ataque, solo para fruncir el ceño por la sorpresa cuando la risa de Yunho llenó la habitación.

—Max , Hayami, ¿qué infiernos hacen aquí?— Yunho preguntó estrechando su mano con cada uno de los dos grandes hombres.

—Dam nos llamó, dijo que tu trasero tenía problemas y que viniéramos a rescatarte— dijo uno de los hombres.

—De nuevo— dijo el otro con una clara risa en su voz.

—Podría decirse eso— Yunho rio. Su mirada bajó hacia Jaejoong, extendiendo su mano.

Jaejoong dio un paso adelante y tomó la mano de Yunho, la otra revoloteaba contra su nuca intentando relajar sus destrozados nervios, pero falló. Había pasado por demasiadas cosas en muy poco tiempo. ¿Cuánto más podría asimilar antes de desmoronarse?

Cuando Yunho lo llevó dentro de sus fuertes brazos, Jaejoong estuvo agradecido, aferrándose a él como si fuera un ancla en la tormenta. Y Jaejoong sabía que así era exactamente como se sentía, Yunho era la única roca sólida en toda esta locura. Se aferraba al hombre porque tenía miedo de que si no lo hacía se hundiría en el suelo como si fuera un gran charco de babas sin sentido.

—Este es mi colibrí, Jaejoong— dijo Yunho, sorprendiendo a Jaejoong, que no esperaba que Yunho lo reclamara de ese modo.

—¿Colibrí?— musitó el hombre de pelo castaño.

Yunho pasó sus nudillos por un lado de la mejilla de Jaejoong —¿No piensas que luce como un colibrí?

—Si tú lo dices, amigo— dijo el otro hombre.

—Jaejoong, este es Shim Changmin, es de nuestra unidad médica, pero puedes llamarlo Max — dijo Yunho apuntando hacia el hombre que había hablado. Sacudió la cabeza en dirección al otro hombre —.Y esta impresionante masa de músculos, es Mokomichi Hayami.

Jaejoong les ofreció una trémula sonrisa a los hombres, sin saber qué decirles.

—Dam nos ha dicho que los persiguen— dijo Hayami —.¿Quieres informarnos?

—Hay alguna clase de unidad secreta militar detrás de nosotros, quieren capturar a Jaejoong y matarme a mí. La alarma del perímetro de seguridad ya ha saltado, con lo cual estarán a unos quince minutos de aquí y apostaría mi brazo derecho a que están fuertemente armados, y deben saber que son persistentes. Nos han seguido desde mi apartamento, unas trescientas millas (482.8 kilómetros)

—Amigo, ¿a quién has cabreado esta vez?— Max preguntó.

Yunho sacudió su cabeza. —No lo sé exactamente, Jaejoong me ha contado que cuando estaba en el hospital, me llevaron a algún lugar y experimentaron conmigo, después, cuando fui dado de alta, me mantuvieron cargado de drogas para hacerme olvidar todo el asunto, haciéndome creer que tenía alucinaciones.

Max se rio. —¿Quieres decir que no las tienes?

—Sí, siempre he pensado que estabas ido.— Hayami también se echó a reír.

Jaejoong dio un paso al frente, molesto. —No pueden hablarle de ese modo.

—Whoa, amigo— dijo Max sosteniendo sus manos en alto en una postura no amenazante —.No lo decíamos en serio, era una broma.

—Cierto, hombre— dijo Hayami —.Solo nos estábamos divirtiendo.

Sintiéndose como si hubiera hecho el tonto, Jaejoong se giró y enterró su rostro en el ancho pecho de Yunho, pudiendo sentir el retumbar de las carcajadas de Yunho bajo su mejilla.

«Gracias, colibrí» Yunho susurró a través de su enlace. «Nadie me ha defendido nunca como lo has hecho tú».

Jaejoong se derritió no solo por el tono amoroso de la voz de Yunho, sino también por el suave beso que el hombre le dio en la cabeza. «Mi pareja» susurró de vuelta, y se acurrucó profundamente en el abrazo de Yunho.

—Yunho, amigo, de verdad, fue solo una broma— dijo Max —realmente no lo pensamos, ¿lo sabes, no?

—Lo sé. Jaejoong solo es un poco sobre protector conmigo.

La manera en la que Yunho dijo las palabras y su tono de voz, hizo que Jaejoong levantara la vista hacia él.

Yunho sonrió. —Le pertenezco

El corazón de Jaejoong saltó por el orgullo en la voz de Yunho cuando anunció su relación.

—Tú… ¿le perteneces?— Max  preguntó.

Yunho asintió entusiastamente. —Jaejoong me reclamó en buena lid.

Max y Hayami se miraron, sus bocas abiertas. Jaejoong sintió un momento de preocupación, pero luego el hombre empezó a reírse.

—Amigo, te has movido hacia el lado oscuro— dijo Max —.Dam debe estar emocionado.

—¿Cómo es que todo el mundo sabía que Dam era homosexual excepto yo?— Yunho preguntó.

—Supongo que nunca surgió.— Max se encogió de hombros —.Eso nunca ha sido un problema ¿sabes? No es como si Dam durmiera con cualquiera— Max  frunció el ceño —.De hecho, ni siquiera recuerdo haberlo visto con alguien.

—¿Y ustedes dos?— Yunho preguntó.

El rostro de Max enrojeció. —Sabía que Dam era homosexual porque yo también lo soy. Cuando tuve algunos problemas con un ex amante, me habló de su Sang Hyun.

—Si hay más como él— dijo Hayami gesticulando hacia Jaejoong —ciertamente yo también podría considerarlo.

Jaejoong no podía ayudar, pero se echó a reír. Levantó su mano cuando los tres hombres lo miraron asombrados. —Soy el enano de la familia. Deberían ver a mis cuatro hermanos, yo soy considerado el patito feo.

—Eso no es posible, colibrí.

—Solo espera a que los conozcas— continuó —.Son impresionantes, altos, rubios y absolutamente asombrosos.

—Creo que prefiero uno bajo, rubio e impresionante— dijo Yunho.

La sorprendente ternura en la expresión de Yunho, le dio a Jaejoong una ráfaga de alegría. Yunho había cambiado totalmente desde que lo encontró.

Jaejoong le dirigió una burlona sonrisa y sacudió su cabeza. —¿Estás seguro de que no alucinas?