Police

Autora: AquaDreams
Género: AU, Romántico
Advertencias: Lemon
Adaptadora: JadeJung

Jaejoong viene de una fiesta, pasado de alcohol.

Un policía le hace una prueba de alcoholemia.

Claramente le llevaran el auto.

¿Qué hará Jaejoong para que Yunho no le encierre, por falsificación de carné de conducir?

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Era una fría, obscura pero tranquila noche en alguna parte de Corea del Sur. Un muchacho de corta edad se encontraba volviendo de un buen reventón que dio uno de sus buenos amigos y cómo buena fiesta había mucho alcohol. Sin tener un control apropiado con la bebida alcohólica  su nivel de alcohol estaba elevado, más de lo permitido. Solo era poco, pero era suficientemente como para que le engancharan el automóvil en una grúa.

— Oppa — Habló a sus manos libres

— Ya, Jaejoong no me digas así ¿Qué rayos quieres? Intento dormir, por si no lo sabías

— Perdón Oppa, es que en este momento a unos metros a un Policía creo que me hará la prueba de alcoholemia ¿Qué puedo hacer?

— Kim Jaejoong, nadie te mando a beberte medio bar, así que ahora te jodes ¿me entendiste?

— ¿Eottokhae? Si me llevan el auto, será tu culpa, hablamos después — y Colgó sin esperar una despedida por parte de Hyunjoong, su primo y primera mala influencia hacia el alcohol. Irónico.

El policía le pidió que parara en una esquina estratégica, le indico que bajara del auto y así lo hizo, obediente.

— ¿Pasó algo, comisario? — Pregunto con suma inocencia, fingida claro.

— Estoy vigilando esta zona. Hágame el favor de soplar este pitillo — Le acerco el aparato que traía un contador. — Seguido hasta que la luz cambie a verde, gracias.

— Bien — llevo la boquilla a su boca y empezó a soplar, como por unos segundos hasta que la luz se tornara un verde chillón.

— Veamos, usted sobre pasa el nivel permitido para conducir con alcohol en el cuerpo. Lo sabes ¿No es así?

— Pero oficial, no hay nadie en la calle y necesito llegar a casa lo más rápido posible — Intento persuadirlo con unos de sus coqueteos indirectos. Un movimiento de mano, un paso hacia delante y morder lentamente su labio inferior.

— Lo siento, pero este es mi trabajo y necesito conservarlo. Le voy a pedir que me entregue su cédula y permiso de conducir.

— Está bien, pero… realmente no sé para que las quiere — avisó el menor caminando hacía su auto. Sus caderas iban en un vaivén lento y provocador. Abrió la puerta y metió medio cuerpo, de la guantera tomó los papeles indicados. Y, en ningún momento dejo de provocar al sexy policía.

— Por si no está enterado, su permiso de conducir no tiene valor alguno.

— ¿A qué se refiere? — preguntó confundido aún más con el alcohol por sus venas.

— Seguramente lo hiciste o simplemente lo hicieron en un lugar sin autoridad. Usted deberá acompañarme a la comisaría.

— ¿Eh? Pero…

— Pero nada — El policía tomó su radio y le dijo a unos de sus colegas que le cubriría esa noche. Luego llamo a la grúa, la cual, no tardó en llegar, y se llevó ese auto rojo de último modelo. — Déjeme ponerle esto, por precaución— Volteo al menor, dejándolo a espaldas suyas y de frente a su auto policial,  tumbándolo contra el capó del auto. Indiscretamente apoyó su miembro en el trasero del esposado. Lo tomo de las manos y lo hizo sentarse en los asientos de atrás.

No dijeron una palabra en el camino, cuando llegaron a la comisaría el último agente se despedía del comisario. Entraron a la oficina.

— Sabes… puedes estar encerrado por unos meses por falsificación de documentos legales, en este caso, un permiso de conducir. — le quito las esposas

— Usted no me encerrará ¿no es así? — el menor se acercó provocativamente hacia el policía que le miraba expectante, cada movimiento lo registraba y mordía su labio inferior.

— ¿Por qué crees eso? — Enarcó una ceja curiosa mente, apoyándose en su escritorio, ubicado detrás de él.

— Porque… podemos hacer un trato— el menor paseo uno de sus dedos por el fuerte pecho del policía. Leyó esa pequeña placa, incluso el nombre era delicioso. — Agente Yunho —

— ¿A sí? ¿Cómo qué? — Pregunto quitando el cabello en el cuello del más joven haciéndolo suspirar. — ¿Qué puedes darme que me haga cambiar de opinión?

— Pues… aún que no lo creas… ¡ahm! — Rodeo el cuello de Yunho con ambos brazos mirándole fijamente a los ojos— Podemos tocar el cielo— Junto su pelvis con la del sexy Policía e imitó el sonido de un gemido.

— ¿Tú lo dices? — Pregunto mientras le miraba curioso, enmarco una sonrisa —Si es así, creo que debería castigarte de una forma ¿no?

El menor solo sonrió. Yunho no espero más y acerco sus labios a los rosaditos y carnosos, se veían tan apetitosos y dulces. Los delineo con calma, mordió el labio inferior lo que tomo como buena opción para introducir su lengua en la cálida y húmeda cavidad bucal de Jaejoong.

Aún se sentía el gusto amargo de bebidas alcohólicas mezcladas, pero al contacto con su lengua el sabor se disipaba y entraba uno dulce que llegaba al límite de empalagarlo, pero aun así no se separaba.

Las manos temblorosas de Jaejoong le sacaron la molesta corbata, como pudo, y desabrocho los primeros botones de esa camisa color azul fuerte, tanteo el duro y bien definido pecho del más alto. Jugueteo un poco con la paciencia del mayor y quito por completo esa camisa tirándola por algún lado de la pequeña, pero espaciosa, oficina.

Yunho llevo sus manos, que hasta el momento estaban rodeando la estrecha cintura del de piel nívea, hasta las nalgas del menor. Jugueteo un buen rato con ellas, estrujándolas un poco, separándolas y volviéndolas a apretar, no se cansaba de esa sensación suavecita.

— Ahg Yunnie— Gimió otorgándole un dulce apodo a su sensual policía

Yunho paseo sus manos hasta la polera fina de Jaejoong, y con fina me refiero a semi transparente desde la parte del ombligo, dejándole apreciar ese plano y lechoso vientre, quitándola por completo. Pudo apreciar los botones rosados que le llamaban indiscretamente, los rosó con la yema de sus dedos, viendo como la piel del muchachito sonrojado se encrespaba con ese simple y crudo toque.

Tomo al menor desde el trasero impulsándolo a que enredara sus piernas en su cintura, sentándolo en el escritorio vacío. El menor llevo sus manos al mueble de madera, Yunho miró como el pequeño se mordía el labio inferior, mirándole, mejor que algún video porno que haya visto en sus momentos de calentura y soledad.

— Eres bien caliente ¿Sabes? — Dijo el mayor llevando su boca a esas tetillas erguidas llamándole para que las comiera, literalmente. Llevo su dedo pulgar e índice a ese bultito rosadito en el pecho del cobrizo. Los rozaba constantemente mientras al otro le daba el mismo estímulo, les pellizco un poco escuchando un gemido ahogado por parte del menor algo que le incito a seguir el trabajo. Escucho la desesperación en la agitada respiración del contrario. Acercó su boca al pezón izquierdo y lamió lentamente mirándole a los ojos. Mantenían contacto visual, la cara del menor extasiado de placer era tremendamente provocativa.

— Dime ¿te gusta? — Pregunto el policía. El menor asintió, y siguió con su labor. Tomo la mano de Jaejoong y la llevo a su miembro duro, que se encontraba escondido bajo ese pantalón y bóxer negro. — Vamos, esto te favorecerá. No te encerraré, princesa — Le guiño el ojo. El pequeño se bajó de la mesa arrodillándose frente al de piel canela, siguió tocando el miembro de este por encima de la ropa, desesperado bajo la cremallera y aparto el bóxer sacando el promitente miembro por ese hueco. Lamió la punta viendo cómo se humedecía rápidamente. Empezó a lamerlo como si se tratará de una deliciosa paleta. Introdujo el pene un poco menos de la mitad y empezó a lamerlo cuan desesperado, sin más se lo trago completo sintiendo como este se abría paso a su caliente garganta provocándole arcadas y un dolor satisfactorio, le miro a los ojos y vio los ojos del mayor nublados de lujuria y placer. Sin despegar sus ojos de los orbes contrarios empezó a mamarla muy rápido y desenfrenado, sintió la grande verga vibrar en su garganta, ahueco sus mejillas y chupo, lo saco de su boca y  sintió como aquel viscoso liquido le bañaba parte de su rostro.

Llevo un dedo a su mejilla removiendo un poco del semen restante y lo probó. Dulce y delicioso.

— Mghh, sabes bien — Sonrió. Tomo su remera olvidada limpiándose el resto.

El mayor no menciono nada simplemente le tomo del cabello acercándolo a él y estampando sus labios en un beso desenfrenado y puramente carnal. Lo empujo a una silla cercana quitándole los pantalones y ese apretadito bóxer color celeste chillón. Miró bien el lampiño cuerpo del pequeño y se relamió los labios. Ambos desnudos, el mayor no dudo en besar el blanco cuello del pequeño, sintiendo como este gemía, lamía y mordía aquella blanca extensión dejando posibles marcas moradas que delatarían al menor.

Bajó sus lamidas y besos haciendo un camino hasta el vientre, dejando un simple beso en la punta erguida del miembro contrario, acaricio la parte interna de las piernas, tan suaves y blancas. Levanto una de las piernas y empezó a lamerla y tocarla a su mero antojo.

Acomodó esas suaves piernitas y las puso encima de los reposabrazos del cómodo asiento. Divisó el ano de Jaejoong que se contraía a cada toque, estaba húmeda. Realmente el menor estaba excitado y lo exteriorizaba gimiendo como perra en celo. Yunho llevo su lengua a ese hueco estrecho y apretado, la introdujo y empezó a simular penetraciones con ella, el menor solo gemía y tiraba su cabeza hacía atrás, movía su pelvis en busca de más contacto.

Yunho tomo al menor en brazos y lo coloco en un sofá lo bastante grande y ancho.

— Ponte en cuatro, perrita — le metió una certera nalgada a lo que el pequeño obedeció y gimió—déjame ver cómo te preparas— Tomó de su cartera un pequeño vibrador y el menor le miro enarcando una ceja—Uno nunca sabe cuándo una oportunidad como está se puede presentar—Le sonrió y acomodo la silla, dónde antes estaba sentado el pequeño, y se sentó mirándolo expectante. —Tócate sin pudor, mi reina.

El menor apoyo su pecho en el sofá alzando más su trasero y separando lo suficiente sus piernas. Empezó a lamer sus dedos mientras masturbaba su miembro lentamente. Cuando vio que estaban lo suficientemente mojados llevo su mano por debajo del cuerpo, acarició su entrada y fue introduciendo un dedo en ella, gimió al momento y empezó a moverlo como loco. El segundo ya estaba dentro y el menor abría y cerraba su entrada haciendo movimientos de tijeras con ambos dedos, simplemente no lo soporto más y tomó aquel vibrador y lo coloco en su entrada lentamente.

— Ah, ha… mmm ¡Mierda! — Empezó a gemir como actriz porno haciendo que el miembro de Yunho vibrara— Oh… ¡Mierda! — Yunho tenía el control del vibrador y no dudo en encenderlo y ponerlo en el nivel más alto que tenía el aparatito.

Tomo su longitud al ver cómo el pequeño se encorvaba hacia delante y hacía atrás mientras ese dildo jugueteaba y se movía en su caliente cavidad anal. Yunho simplemente no podía más y no quería perder protagonismo con ese muñequito. Se acercó cuan bestia y quito bruscamente el consolador del interior de Jaejoong, quien como por inercia quiso introducir sus dedos frustrado de excitación, pero Yunho se lo impidió quitando la manita de allí. Tomo su miembro y lo froto en la línea entre las nalgas blancas.

— Vamos, mierda, fóllame de una maldita vez — gruño el menor rasguñando el cuero del sofá.

Rio por la desesperación del pequeño y se fue introduciendo lentamente hacia las carnes cálidas. Sintió cómo estas le apretaban, cuando entro por completo empezó embates lentos, no quería lastimarlo.

—Mmh ahh— Gruñó

— No seas tan suave, hazlo más duro. No es mi primera vez de todos modos — Se volteó mirándole decidido y luego volvió a apoyar su mejilla en el sofá. Yunho le miro confuso, nadie creería que ese rostro inocente, porque era de apariencia inocente hasta que se te insinuaba a tener sexo con él, podría ser tan descarado y sinvergüenza.

— Bien, Luego no me eches cargos ¿vale? — sonrió como estúpido. Tomo de la cintura a Jaejoong y empezó a entrar y salir de él. Rápido, duro y hasta el fondo cómo el menor le rogaba:

“Párteme en dos carajo” “Más duro” “No seas miedoso” “Reviéntame” “¿A eso llamas follar duro?

Claramente perdió los estribos. Tomo al menor y lo llevo consigo, se acostó de lado adoptando la posición de la cucharita y le flexiono las piernas hacia delante dejándole espacio suficiente para meterla rápidamente. Levanto su pierna para darse impulso y empezó a penetrarlo rápidamente como el menor quería.

Se escuchaba el sonido húmedo que hacía su pene al introducirse casi brutalmente en el agujero del de  piel lechosa.

— Ahh, mierda… cuando ¡Ahh!  Te di-dije que me mghh…fo-folla…ras duro ohh realmente no creí mghh que tuvieras haah esta fuerza de ¡AH! Voluntad

El mayor solo sonrió y empezó a masturbar el miembro del pequeño haciendo que su semilla manchara su propio abdomen.

— Que bruto eres, gatito — Yunho chasqueo la lengua — Pero debes seguir, aún no me vengo

— Ahh… mghh

El mayor se levantó y salió del interior del pequeño. Se sentó cómodo en el sofá abriendo sus piernas.

— Vamos, ven. Móntame y muéstrame que tan bueno eres, zorra

El menor ni lo dudo y como pudo se sentó a horcajadas de Yunho y empezó a masturbarse hasta que su pene estuvo completamente erguido. Tomo el grande miembro de Yunho y se auto penetro. Su mejilla estaba pegada al pecho de Yunho. Sus manos le daban impulso y saltaba sobre la caliente extensión de carne que le daba placer y tocaba reiteradamente su próstata.

— Mmh que bien te mueves — le susurró al oído — Tan desesperado por mi miembro.

Yunho irguió su espalda y abrazo por la cintura al menor mientras este rodeo el cuello del contrario con sus brazos. Sus pechos estaban tan cerca que podían fundirse sin problema alguno.

Cuando sintió que su orgasmo estaba cerca se fue hacia atrás acostándose en el sofá. Sostuvo las nalgas del menor y empezó a penetrarlo rápidamente, el erótico y sucio sonido de su pelvis dar contra el trasero del menor hizo que su clímax se apresurara y explotó dentro del pequeño.

Seguido de él, el pequeño libero su esperma en el duro abdomen del mayor, se sonrieron y unieron sus bocas en otro beso.

Sin duda esa noche no sería la única que tendría un encuentro tan cercano.

Sería curioso que se enteren que, las cámaras de la comisaría, estaban encendidas y un vigilante no había acabado su turno observando tremendo acto. Primero se sorprendió, pero luego solo pudo desear a ese pequeño, aunque sabía que el perro no se lo permitiría.

— Más te vale que al menos pueda caminar a mi casa, Yunnie, porque ya que se llevaron mi auto— hizo un pucherito mientras fruncía el ceño de una forma infantil.

— Tranquilo, mi reina… yo te llevo y quizás… recordemos algo de lo que paso aquí en tu casa ¿no crees?

El menor solo rio y le guiño el ojo de una forma muy provocativa.

FIN