He aquí la historia original de mi shot :D
Para las shippers del MinJae o JaeMin ^^
¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤
La hermosa e histórica Arabia, donde el misterio y la
suerte gobiernan. Un inmigrante coreano se sumerge en los mercados, bazares y
calles, buscando ese algo que lo hizo viajar hasta esas lejanas tierras.
Ensimismado en sus lagunas de pensamientos, se da cuenta
que estuvo caminando sin rumbo, ahora está en un callejón oscuro.
Teniendo en claro, sobre regresar por sus pasos, empieza
a escuchar música y como de repente se encienden candelabros a lo largo del
callejón, dando una luz rojiza y completamente hechizante para nuestro querido
protagonista.
¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤
Al final de ese infinito y largo callejón, llegó a lo que
supone un poblado. Por la cantidad de gente, remolques y otras cosas, lo típico
que se ve en los pueblos.
Siguió avanzando en el mar de personas, que parecían
celebrar algo. Todos estaban eufóricos y desenfrenados, bailando como si no
hubiera un mañana. Tropezó y se golpeó con varias personas. Mujeres, niños, jóvenes,
borrachos y hasta con personas semi desnudas. Buscando traspasar a todas esas
personas, avanzó a empujones y tropezones. Al final se resguardó en lo que
parecía una pequeña tienda-bazar, pero había muebles de sala y hasta un pequeño
televisor. Extrañado, avanzó en lo que dedujo que era, una pequeña residencia.
Vio una puerta entreabierta al fondo del pequeño pasillo,
por curiosidad, se acercó, entreviendo un modesto cuarto. Había un colchón
grueso y mullido, escuchó como una puerta se abría, asustado, entró a la
habitación y se escondió entre las sábanas de la mullida cama, intentando no
ser captado por los que vivían en esa casa.
-!Te amo mucho Changmin! Pero a ti más mi querido y potón
Delfín oráculo ♥-
-Si si Yoochun, nosotros también te amamos, ahora
recuéstate, que tanto alcohol te hace más pesado-
-!Yah! Changmin, Yoochunnie no es un saco de papas para
que lo tires así-
-Es igual de peso bruto que un saco de papas-
-Eres un capullo malcriado-
-Di lo que quieras, pero al menos no saco la lengua como
un crío consentido-
-Ya vete a tu cuarto, Yunnie malo-
-Descansa Junsu Consentido y potón-
-Serás un...!!
El moreno alto cerró la puerta de su cuarto antes de
seguir escuchando los tiernos insultos de su amigo. Se dirigió al pequeño
cuarto de baño que había dentro de su recámara, para tomarse una merecida ducha
y quitarse cualquier rastro de vinos e inciensos de su cuerpo.
Mientras cierta persona ya hacía escondida entre las
muchas sábanas de la mullida cama.
Se había puesto más nervioso cuando escuchó que en ese
pequeño lugar vivían tantas personas. Encogiéndose más en su sitio, le rogó a
los dioses para que el chico que él había oído entrar, saliera de la habitación
luego de su baño.
Después de haber estado escuchando el sonido de la ducha,
escuchó como la puerta era abierta
-Ya sal de tu escondite, que te sentí desde que entré a
la casa-
-Pero ¿Cómo?- saliendo de su refugio de mantas
-Tengo descendencia gitana, por ende, he percibido tu
aura. Ahora dime, quién demonios eres y qué haces aquí. ¿Querías robar algo?-
-no... yo...-
-Eres un forastero. No deberías estar por estos lares-
-Yo... yo vine de visita, para ver cómo es Arabia. Pero
me perdí y afuera había demasiadas personas que terminé a tropezones dentro de
tu casa-
-Así que decidiste internarte y curiosear como una
serpiente deslizándose por donde se le plazca-
-¡No! Yo solo pensaba que...-
-Qué o me harás lanzarte una maldición que no te dejará
en paz, ni cuando mueras podrás librarte de ella-
-Yo no sé qué me trajo hasta aquí. Terminé en un callejón
y de repente aparecieron luces, como si me llamaran a adentrarme más. Es más,
ni siquiera sé por qué vine a Arabia, desde hace algún tiempo que algo me decía
que viniera, que tenía que buscar algo-
El moreno alto, que estaba solo con una tela de seda
alrededor de las caderas, sonrió, con su característica sonrisa socarrona y
avanzó lentamente hacia su colchón y conjunto de edredones, justo en donde
seguía el rubio
Jaejoong seguía en su propio monólogo de seguir
explicándole todo lo que pasaba por su mente al venir a Arabia, sin darse
cuenta que el moreno lo miraba con un destello similar a las luces que apreció
cuando quiso alejarse del callejón
-Podemos descubrirlo ahora mismo-
-¿Eh?-
El rubio lo miró extrañado y recién se dio cuenta de que
el alto estaba encima suyo, lo único que los separaba eran los edredones
-Por cierto, se me olvidó presentarme. Soy Changmin, más
conocido como el psíquico de fuego-
Su tono de voz era tan grave... parecía un susurro... una
invitación a las puertas del pecado
-¿Por qué "Psíquico de Fuego"?-
-¿No ves mis ojos?-
Miró sus afilados ojos, y efectivamente, eran como dos
hogueras en su mayor esplendor. Se quedó idiotizado o mejor dicho, hipnotizado.
Eran el mismo resplandor, la misma luz que veía en sus sueños desde hace algún
tiempo y las mismas luces que lo atrajeron a Arabia y a atravesar el callejón
-Son preciosos...-
El rubio, en su trance, no pudo evitar llevar su mano a
la mejilla de Changmin. Por intuición, el moreno cerró los ojos para disfrutar
de la suave textura de la mano del ser angelical que se encontraba bajo sus
sabanas, en su cama.
-Eres un ser exquisito, ¿qué hechizo o poción me has dado
para cautivarme?-
-Eso debería decírtelo a ti, Changmin. Ya que entre los
dos, tu eres el místico-
El moreno sonrió con galantería, como si ese hubiera sido
el típico elogio o piropo que alguien le haya podido decir. No es que no le
hayan dicho sus encantos antes, pero siempre es bueno que te los recalquen en
un ambiente íntimo. En este caso, su habitación, pero más específico, su cama
-Nunca he conocido a alguien con tu aura, debo admitir
que te he visto en mis visiones... Jaejoong...-
-¿En serio? ¿Qué clase de visiones?-
-Ya sabes... ya que soy un psíquico, esas visiones son
reales. Te ví, tal y como te encuentras ahora, pero también te visualicé sin
ataduras, sin trapos, sin barreras entre nosotros dos- le habló encima de su
oído, provocando escalofríos en la espalda de Jaejoong -A ti, gritando de
placer y suplicando a que yo te lleve al mismo paraíso, y cuando estés cerca de
lograrlo, te haré sentir el éxtasis que tu propio cuerpo me brinda. Me pregunto
si estarás preparado para cumplir con tu destino...- siguió hablando bajo,
provocando que su aliento choque con la oreja del rubio
-Tal vez te hayas confundido de persona, o quizás viste a
alguien parecido a mí. Ya que yo no tengo ninguna experiencia en ese ámbito-
-Así que... resultaste ser virgen...- su lívido aumentaba
mientras más hablaban
-Supongo que para alguien como tú, ser virgen a esta edad
no es normal- lo miró un poco molesto, ¿qué había de malo en ser virgen a la
hermosa edad de 27?
-Tienes razón, a diferencia de ti, yo ya no soy virgen.
Experimenté el placer a los 16 años y desde ese día lo sigo experimentando.
Pero en los siete años que llevo estando en la gloria del placer, nunca sentí
esta necesidad... la que tú me estás provocando-
-Espera, eso quiere decir que tú... ¿tienes solo 23
años?-
-¿Sorprendido?- sonrió burlón por tan rara ocurrencia
-Sinceramente pareces mayor, yo no te bajaba de los 26
años-
-A diferencia de ti, yo no uso cremas o brebajes para el
cuerpo. Yo dejo que mi vida siga su curso, no me gusta aparentar lo que no soy-
siguió hablando mientras se deshacía del nudo de la tela de seda que cubría su
parte inferior -Ahora que ya sabes mis intenciones, sabes que no tienes más
opción que dejarte llevar. El sexo a la fuerza es mucho más doloroso, si
también es la primera vez del receptor-
Jaejoong se quedó sorprendido, sus ojos no paraban de
viajar por todo ese cuerpo, desde la cabeza hasta un poco más abajo de las
caderas, admirando el miembro del menor. Ahí, todo glorioso y firme, como
diciendo: "Yo sé a dónde ir y cómo
moverme"
-¿Sorprendido de lo que ves?- preguntó orgulloso de su
físico y en cómo el rubio se quedó anonadado, como los muchos y muchas otras
que lo vieron en su traje de Adán.
-Me siento nervioso... sinceramente, asustado- al fin
habló luego de su largo silencio
-Ya te dije que no te preocupes. Déjame que te guie en tu
travesía del placer- susurró sobre sus labios
-Ungh- asintió con un adorable sonido, antes de que sus
labios sean devorados por los otros, en un beso torpe, primerizo, salvaje y
pasional.
Sintiendo como lentamente el alto apartaba los edredones
de entre ellos, dejándolos a un lado, lejos de ellos, posiblemente en el piso.
También sintió cómo lentamente quitaban su chaleco caqui y cómo desabotonaba su
camisa rosa pastel, dejando al descubierto su níveo y blanquecino pecho ante el
contacto del otro.
-En serio pareces un ángel, eres igual de divino que uno-
dijo observándolo detenidamente, desabotonó sus vaqueros para deslizarlos por
sus largas y finas piernas, hasta retirarle completamente la prenda. Quedando
solo con su camisa rosa pastel, su calzoncillo blanco y su par de medias
blancas.
Jaejoong tenía la respiración acelerada, en definitiva
iba a ser su primera vez. Aún no comprendía del todo en cómo dos hombres
perdían la virginidad, tal vez necesiten a alguna mujer para que los ayude...
eso sería lo normal y correcto.
El alto empezó a abrir cada botón de su preciada camisa y
quitándole sus bóxers, dejándolo con su camisa abierta y su par de medias.
Se sentía expuesto, sumándole la rara posición en la que
está.
Apoyado sobre sus hombros y con las piernas abiertas,
empezó a respirar por la boca.
El moreno se chupó tres dedos, llenándolos completamente
de saliva. Ya totalmente humedecidos y escurriendo en líquido, los dirigió a la
parte baja e íntima del rubio, ahí donde se ocultaba debajo de sus testículos.
Cerrada y fruncida, totalmente ajena a que algo entre.
Adentró su dedo índice, de a poco, no quería que se
asustara. Ya totalmente dentro de la cavidad anal, empezó el saca y mete de
manera lenta. Su saliva facilitaba la tarea, así que ya un poco más expandido
el anillo anal del rubio, metió un segundo dedo, siguiendo con su tarea de
expandirlo.
Luego de unos minutos, largos minutos para el alto y con
tres dedos entrando y saliendo de manera cómoda. Visualizó al mayor que tenía
los ojos cerrados y jadeaba pesadamente.
Saco sus dedos y movió sus caderas para que su miembro
apuntar a la entrada.
Jaejoong sintiendo el lene del menor tocando su ano, se
alarmó y abrió sus ojos sorpresivamente.
-Chang... Changmin, ¿qué es los que harás?- preguntó un
tanto asustado, pero impaciente.
-Llevarnos al paraíso, para que perdamos nuestras mentes,
seamos uno en cuerpo y fusionemos nuestras almas y nuestros destinos- recitó
con su voz ronca y pesada.
Toda la recámara tenía olor a incienso, cosa que
agudizaba la situación. La volvía más exótica y efímera, algo de lo que
Jaejoong sólo pudo apreciar por películas, libros y revistas del oriente.
Changmin sostuvo su miembro y fue empujando para entrar.
Ya se sabía los pasos, la estimulación al receptor, su preparación y cómo
empezar la siguiente etapa.
De algo le sirvió experimentar con Minho, Taemin y otros
muchos más, aunque también deseo experimentar con su amigo de casa, Yoochun
nunca se lo permitió, ni cuando propuso un trío, en donde Yoochun sería el seme
definitivo, él el suke y Junsu sería el uke pasivo.
-Arde... Changmin... me duele... sácalo...- dijo el
rubio, entrecerrando los ojos por el tremendo ardor que sentía en su trasero.
Era como si intentaran pasar un pepino por el agujero de
una almendra.
-Relájate... ngh... ya casi estoy totalmente dentro
tuyo... ahh...- gruño sin dejar de mirarlo -Estás tan estrecho, pareces
compacto para mi tamaño- sonrió orgulloso de su bien dotado cuerpo.
Siempre era bueno hacer afán de lo que uno tenía y de
nada servía ocultarlo, porque tarde o temprano el mundo lo vería.
Ya con su pene totalmente dentro, empezó a intentar
regular su respiración.
-Jaejoong, respira... inhala y exhala como yo...-
-Hah... hha...- jadeaba con dificultad, el ardor se había
convertido en dolor y no podía soportarlo. Su cuerpo le decía, le gritaba que
se alejara, que ya no deseaba sentir el dolor.
El moreno, sin poder evitarlo, acercó sus labios,
respirando a través de su boca para pasarle aire al otro. Estuvieron así por
unos minutos, exhalando e inhalando con sus bocas unidas.
El alto sintió que la presión había disminuido, cosa que
le indicaba que el rubio ya estaba listo para lo que venía.
Empezó a hacer un vaivén lento y acompasado, como
preparando el terreno para algo más rápido, brusco y salvaje.
-Ahh... hah... ahn...- ya se empezaba a oír los gemidos
del más bajito, cada vez siendo más agudos y altos.
-Grr... ngh...- Changmin solo gruñía, el otro en verdad
cumplía con sus expectativas.
Desesperado, empezó pausadamente a aumentar la velocidad
de sus embestidas.
Intentando golpear tantas veces como podía la próstata
del otro.
-Ahh... Chang... Changmin... rápido... ve más rápido...-
pidió el mayor.
El moreno, haciendo caso a lo que le pedía, se apoyó de la
cama, a ambos lados de las caderas del más bajito y se impulsó con toda su zona
inferior para hacer más rápido y fuerte, tal y como el otro le pedía.
Los gritos, gemidos, gruñidos comenzaron a ser más
sonoros y fuertes. Ya a ninguno de los dos les importaba si alguien los
escuchaban. Estaban metidos en su propio mundo, en cómo encajaban
perfectamente, como dos piezas de rompecabezas.
Empezó a disminuir el vaivén de sus caderas, atrayendo la
atención del rubio.
-Cambiemos de posición- declaró con una sonrisa coqueta
-Ponte en cuatro-
Jaejoong haciendo caso a lo que le pedía, se dio la
vuelta, sosteniéndose del colchón y alzando su trasero, sintiéndose totalmente
expuesto. Hasta él mismo sentía que su ano se había expandido, ni siquiera su
camisa le podría cubrir su trasero, a la justa le llegaba un poco más abajo de
las caderas.
-No sabes qué vista es la que tengo frente a mí- dijo el
alto, causando un sonrojo en el rubio.
Sin más preámbulos, Changmin volvió a agarrar su miembro,
se masturbó un par de veces antes de adentrarlo de nuevo en la entrada del
otro, volviendo a comenzar el vaivén rápido y fluido.
-Aah... hah... mhh...- el calor en ambos cuerpos era
descomunal, como se movían... como si volvieran a ser animales.
El moreno se abrazó al otro, rodeándolo con sus brazos
por su abdomen y apoyándose completamente sobre su espalda.
-Changmin... ya no... ya no aguanto... me quiero...
venir... por favor...- gimió refiriéndose a su miembro erecto e intacto.
Haciendo caso a la petición del rubio, agarró su miembro
y comenzó a subir y a bajar su mano, de manera rápida y propinando algunos
apretones fuertes que servían para sacar alaridos al otro.
-Ahh... espera... aún hay algo que... quiero intentar...-
gimió el menor.
Jaejoong asintió, luego de que el alto redujera su vaivén
para detenerse completamente, le indicó que se pusiera de lado, mirando a la
pared. Acantado a sus órdenes, se giró apoyado en su lado derecho del cuerpo y
sosteniéndose para no caer con su mano izquierda.
Sintió como el colchón se movía, ahí es cuando se dio
cuenta que Changmin se había posicionado atrás de él.
Ahora le levantaba la pierna, lo agarraba por la zona
interna de su muslo izquierda para alzarlo.
-Te encantará esta posición, es casi o mejor como estar
parados, pero claro, no nos cansamos tanto como al estar parados- le habló en
su oído haciendo que de lleno, su aliento choque con su oreja.
Esta vez, tanteando con la punta de su miembro, buscando
la entrada del más bajo, fue más fácil, su anillo anal ya estaba expandido. Y
dudaba que regresara a su tamaño original por un buen tiempo...
Se adentró con una embestida feroz, causando que Jaejoong
gimiera de sorpresa.
Retomó el vaivén que antes tenía.
-Changmin... me... me vengo... aah- con un último gemido,
el mayor expulsó su semen que se desparramó por el colchón y la pared, quedando
su cuerpo como muñeca de trapo, ahora solo le quedaba disfrutar de lo que le
faltaba al otro para correrse.
Changmin sintió que la estrechez del rubio había
regresado por unos segundos, eso fue el detonante para aumentar su velocidad.
No faltaba mucho para correrse de todas maneras.
-Nggh...- con un último gruñido, disparó todo su semen en
la cavidad anal del otro.
Relajándose completamente, dejó caer la pierna del otro y
lo rodeó para atraerlo hacia él.
El sueño le estaba ganando y por lo que podía escuchar,
el otro también estaba que se dormía...
-Changooooo!!!!!- interrumpió en la recámara, un iracundo
Junsu, vestido solo con unos pantalones de gasa azules -Haces mucho ruido y...
¿cuándo lo metiste?- preguntó al que plácidamente dormía entre sus brazos
-Que te importa- fue la escueta respuesta del menor
-Ándale Changmin...- hizo un mohín -O me vas a decir que
entró por sí solo-
-Exactamente mi querido y voluptuoso nalgón- sonrió de la
manera más sínica posible.
-Ash... cállate orejón, lo único que hace acertar tus
predicciones es que te acuestas con todos, pero en especial con la comida,
maldito enfermo- le espetó inflando los cachetes y saliendo de la recámara, dirigiéndose
hacia otra, donde cierto frentón dormía de la manera más única posible.
-Al fin nos volvimos a quedar solos tú y yo, mi adorado
ángel...- volvió a dirigir su mirada hacia aquel rubio que tenía la respiración
acompasada.
Su perfil demostraba que estaba pleno en sus sueños.
Preparándose también para dormir, se acomodó mejor en la
posición que estaba, no queriendo soltar al mayor.
-Encontrémonos en nuestros sueños- y finalmente cerró los
ojos, saludando a Morfeo...
Fin
Muy a lo que van, aunque no lo hayan planeado. El es lo que andaba buscando en Arabia, hay Changmin no te supiste otra o que lo mas a maldecir.... Estuvo muy bueno, aunque raro.
ResponderBorrarGracias.
Estuvo kawaiosoo <3 waaa aunque el minjae no se mi couple preferida debo admitir que este fic lo ame :3 mil gracias unnie espero que puedas seguir subiendo mas oneshot pero del YUNJAE <3
ResponderBorrarohh tambien me gusta esta pareja gracias por publicarlo me encanto el destino los hizounirse en uno
ResponderBorrarese min si que supo convencer con sus argumentos a un inocente jae y termino en su cama
ResponderBorrarlo leí, aunque reconozco que el minjae no es mi couple , más bien lo veo incestuosos. y Min es más hetero imposible pero me entró curiosidad y me gustó la historia. Min supo conquistar a Jae. gracias
ResponderBorrarGENIAL EL MINJAE O EL JAEMIN ES MI SEGUNDA PAREJA ME GUSTAN .......GRACIAS
ResponderBorrar